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MÓDULO 1.
MANEJANDO LA HEMORRAGIA
POSTPARTO.
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Código Rojo Obstétrico: Manejo de la Hemorragia Obstétrica.
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Módulo 1. Manejando la Hemorragia Postparto.
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Código Rojo Obstétrico: Manejo de la Hemorragia Obstétrica.
ANATOMIA APLICADA
Por delante del útero se ubica la vejiga y el fondo de saco útero-vesical. Por detrás están el recto y el
fondo de saco de Douglas. La cercanía de la vejiga al útero explica por qué una vejiga llena puede
interferir con la habilidad del útero para contraerse después del parto (Figura 1.1).
Figura 1.1 Sección mediana a través de la pelvis femenina que muestra elútero y sus relaciones anatómicas.
1. El fondo: es la parte redondeada del cuerpo que está por encima de la inserción de las
trompas de Falopio.
2. El cuerpo propiamente dicho: es la parte del útero que esta por debajo de la inserción de
las trompas de Falopio.
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Módulo 1. Manejando la Hemorragia Postparto.
Durante el embarazo el istmo se distiende y se adelgaza para formar el segmento uterino inferior,
mientras que el cuerpo y el fondo pasan a llamarse segmento uterino superior.
En el trabajo de parto, el segmento uterino superior, ahora llamado segmento activo se contrae
haciéndose cada vez mas grueso, mientras el segmento uterino inferior, llamado ahora segmento
pasivo se distiende haciéndose cada vez más delgado (Figura 1.3).
El cérvix: Forma el tercio inferior del útero.El cérvix no grávido es firme y rosado, el cérvix
grávido es suave y púrpura. Estos cambios son causados por el incremento de la vascularidad y por
la influencia hormonal.El cérvix uterino comprende:
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El cuerpo del útero tiene tres capas: el endometrio, el miometrio y el perimetrio(Figura 1.5).
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Figura 1.7Anomalías de la inserción placentaria. Acretismo placentario: placenta acreta, increta y percreta.
Figura 1.8Fibras musculares longitudinales, circulares y oblicuas del miometrio con los vasos sanguíneos entre ellas.
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La circulación uterina
La irrigación sanguínea del útero está dada principalmente por las arterias uterinas, las que proveen
cerca del 80 % de la irrigación uterina y las ramastubarias de las arterias ováricas, las que proveen el
volumen restante. Ambas forman una rica red de anastomosis que aseguran una profusa circulación
uterina(Figura 1.10).
Durante el embarazo, los vasos sanguíneos uterinos experimentan un gran incremento de tamaño
llegando a transportar hasta 600 ml por minuto(Figura 1.11). Esto explica por qué la hemorragia
postparto puede rápidamente llegar a poner en riesgo la vida de la mujer en el caso de que los
mecanismos de control del sangrado no funcionen adecuadamente.
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La irrigación sanguínea del cuello uterino, proviene de las ramas cervicales de la arteria uterina. La
irrigación de la vagina proviene igualmente de las ramas vaginales de la arteria uterina, de las arterias
vaginales, y pudendas internas, las que conjuntamente con sus ramas, siguen una dirección
longitudinal de arriba hacia abajo(Figura 1.12); por lo que al ser laceradas o en la episiotomía
pueden sufrir retracción de su borde libre hacia arriba; es por ello que la reparación de las mismas
deberá iniciarse por encima del vértice de la laceración, para evitar la formación de hematomas
posteriores.
El útero está sostenido principalmente por el diafragma pélvico y el diafragma urogenital que son
agrupaciones de músculos en el piso de la pelvis.
Secundariamente, recibe sostén de varios ligamentos peritoneales, los más importantes son dos,
uno para cada lado del útero:
1. El ligamento útero-sacro; que se dirige desde el cérvix posterior al sacro, y
2. El ligamento cardinal: que se dirige desde el cérvix lateral hasta las espinas isquiáticas.
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Otros ligamentos cercanos al útero, como el ligamento redondo, el ligamento suspensorio del
ovario y el ligamento infundíbulo-pélvico tienen poca participación en el soporte del útero.
FISIOLOGIA DELA TERCERAETAPA DEL PARTO
Primera Etapa del Parto (Dilatación):Tiene dos fases: la fase latente, que se inicia con las
primeras contracciones uterinas dolorosas y que son capaces de provocar modificaciones del
cérvix entre ellas, la dilatación de hasta 4 cm del orificio cervical; y la fase activa, en la que la
intensidad y frecuencia de las contracciones se hace aún mayor y la velocidad de la dilatación
del cérvix se acelera, correspondiendo aproximadamente a 1 cm por hora. En términos de
manejo es útil considerar que la fase latente no debe demorar más de 8 horas; y la fase activa no
más de 12 horas, ésta última referida al tiempo en el que la mujer debe haber recibido una
evaluación completa en un establecimiento de salud con las capacidades para ofrecer el
tratamiento y el manejo de las complicaciones derivadas.
Segunda Etapa del Parto (Expulsivo): Se inicia con la dilatación completa del cuello uterino
y culmina con la expulsión del bebé. Habitualmente dura hasta 2 horas en la nulípara y 1 hora
en la multípara.
Tercera Etapa del Parto (Alumbramiento): Se inicia luego de la expulsión del bebé y
termina con la expulsión de la placenta y sus membranas. En esta etapa el riesgo de sangrado es
mayor que en todo el embarazo y las etapas previas del trabajo de parto, por lo que constituye
una fase de alto riesgo en la atención de la mujer, en la que el proveedor debe brindar la mayor
atención posible con la finalidad de evitar errores. Habitualmente esta etapa dura hasta 30
minutos.
Figura 1.13La placenta in situ antes de la contracción uterina que permitirá su separación y expulsión.
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Módulo 1. Manejando la Hemorragia Postparto.
El miometrio subyacente a la placenta, que permanecía sin contraerse durante el trabajo de parto,
comienza a hacerlo luego de la expulsión del bebé, engrosando la pared uterina y reduciendo el
tamaño del área de inserción placentaria (lecho placentario) (Figura 1.14).
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Figura 1.17 Final del tercer periodo del parto, la placenta ha sido expulsada y el útero está contraído.
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Hay dos métodos de separación de la placenta los cuales han sido descritos por Schultze y
Matthews Duncan (Figura 1.18). Esos métodos no están bajo el control de quien atiende el parto.
Se dice que el método de Schultze es el más común. La placenta se desprende a partir de un punto
central y se desliza hacia la vagina a través del agujero en el saco amniótico; la superficie fetal
aparece en la vulva, con las membranas arrastrándose por detrás como un paraguas invertido
conforme se despegan de la pared uterina. La superficie materna de la placenta no se ve y los
coágulos se encuentran dentro del saco invertido.
En el método de Matthews Duncan, la placenta se desliza hacia abajo por el costado y alcanza la
vulva primero con su borde lateral, a manera de un botón a través de su ojal. Se ve la superficie
materna y la sangre escapa conjuntamente ya que no está dentro del saco. Con este método es más
probable que partes de las membranas sean retenidas ya que ellas pueden no desprenderse
completamente como en el método de Schultze.
El método de Matthews Duncan puede estar asociado a una placenta de inserción baja. El proceso
de separación toma más tiempo y la pérdida de sangre es mayor (debido a que hay pocas fibras
oblicuas en el segmento inferior).
1. El fondo se siente duro y globular y se eleva en el abdomen hasta el nivel del ombligo, a
veces lateralizándose por el efecto de desplazamiento que ejerce la placenta al ubicarse, ya
sea en el segmento uterino inferior, o en la cúpula vaginal.
2. El cordón se alarga a nivel de la vulva, que el signo más confiable, y
3. Aparece un pequeño chorro de sangre, lo que indica que la placenta ha iniciado su
desprendimiento, mas no indica que lo haya hecho completamente ni que haya descendido.
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Suele ser útil realizar una suave tracción del cordón, mientras se mantiene una contratracción
uterina (maniobra del pescador), con la finalidad de verificar, por la resistencia que se siente, si la
placenta aún está adherida a la pared uterina, aunque también puede observarse cuando las
membranas continúan adheridas a la pared uterina a pesar de haberse desprendido la placenta.
Figura 1.19La altura uterina en relación al ombligo durante el alumbramiento (tercera etapa del parto).
Cada minuto fluyen de 500 a 800 ml de sangre a través del lecho placentario. Si no existiera un
mecanismo para controlar el sangrado después del parto, esa es la velocidad a la que la mujer podría
perder sangre. Ella podría sangrar hasta morir en cuestión de minutos.
Contracción uterina
La contracción y retracción del músculo uterino, que contribuye a la separación placentaria también
comprime los vasos sanguíneos fuertemente controlando así el sangrado. Esto es posible por la
presencia de las fibras musculares oblicuas en el segmento uterino superior(Figura 1.20).
Una vejiga llena o cualquier tejido que haya quedado dentro del útero después del parto tales como
tejido placentario o coágulos, interfieren con la capacidad de contraerse del útero y pueden causar
sangrado excesivo en la mujer.
El músculo uterino tiene una propiedad única entre los tejidos musculares, ya que no solamente
presenta contracción sino un proceso llamado retracción, en el que las fibras musculares al
contraerse y disminuir su longitud presentan cambios en su estructura que las hace capaces de
mantener la fuerza de la contracción a pesar de esa disminución de longitud, y las hace capaces de
seguir contrayéndose contribuyendo de esa forma al proceso de involución uterina y posterior
recuperación del tamaño uterino antes del embarazo.
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Figura 1.20 Contracción del miometrio que causa compresión de las arterias radiales y detención del sangrado.
Este proceso se hace efectivo por lo general alrededor de las seis horas postparto y es inhibido por
la presencia de tejido retenido, infección, etc. Lo que explica la necesidad de continuar con el
monitoreo constante de la mujer más allá del periodo habitual de dos horas, especialmente si la
mujer ha recibido drogas oxitócicas o ha tenido alguno de los factores mencionados previamente.
Figura 1.21La contracción del vaso sanguíneo y la formación del coágulo contribuyen a la hemostasia (detención del
sangrado).
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La coagulación puede verse afectada por factores previos al embarazo o adquiridos durante el
mismo. Entre los factores previos al embarazo, que se deben buscar mediante una cuidadosa
elaboración de la historia clínica y valoración significativa de los antecedentes personales y
familiares, tenemos las deficiencias de las proteínas de la coagulación (ej. hemofilias), de las
plaquetas (ej. trombocitopenias) y de otros factores que también intervienen en el proceso de la
coagulación (ej. von Willebrand); siendo importante su consideración en poblaciones cerradas.
Entre los factores adquiridos durante el embarazo, los que también deben sospecharse en toda
mujer que presenta sangrado anormal durante el mismo, tenemos la anemia crónica que al alterar el
flujo sanguíneo disminuye la interacción de las plaquetas con el endotelio; la anemia aguda, que
causa pérdida y consumo de factores de la coagulación; y prácticamente todas las complicaciones
obstétricas como la misma hemorragia, eclampsia y sepsis, las que en su desarrollo pueden llevar a
consumo de los factores de la coagulación y las plaquetas por el fenómeno de coagulación
intravascular diseminada (CID) el que consiste en la activación anormal del sistema de coagulación
causando su consumo y agotamiento, llevando finalmente a sangrado. Otros factores que también
influyen en la alteración de la coagulación durante la atención de emergencia ya sea por efecto de
los medicamentos administrados o procedimientos realizados son la hipotermia y la acidosis (que se
desarrolla cuando los tejidos han estado sin circulación sanguínea por un tiempo prolongado).
La alteración del funcionamiento del sistema de coagulación puede causar persistencia o reaparición
del sangrado.
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NOTAS:
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2 COMPRENDIENDO LA
HEMORRAGIA POSTPARTO
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DEFINICIONES
Hemorragia Postparto
Es la pérdida de 500 ml o más del tracto genital después del parto vaginal o 1000 ml después de un
parto por cesárea. Sin embargo esta es una definición que no contempla algunas condiciones que
pueden hacer que la mujer sufra un deterioro de su salud con menores volúmenes de pérdida
sanguínea.
Esto es cierto en los casos en los que la mujer tiene por ejemplo: talla pequeña, anemia (que altera
además la contracción de los vasos y la coagulación), complicaciones obstétricas como la
preeclampsia, sepsis, enfermedad cardíaca y otrasenfermedades crónicas que frecuentemente están
también asociadas con anemia (HIV/SIDA, malaria, parasitosis, tuberculosis, disentería y
hemoglobinopatías).
Por otro lado, el efecto que la pérdida de sangre produzca en la mujer y en consecuencia los
síntomas y signos dependerán de los siguientes factores:
Es conveniente fijar muy bien los siguientes volúmenes y tasas de pérdida de sangre, todos los
cuales son o pueden llegar a ser una hemorragia postparto masiva:
Pérdida súbita mayor a 1500 ml de sangre, que puede ocurrir en el postparto inmediato y
comprometer la vida en el momento.
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Pérdida de sangre que ocurre a velocidad superior a 125 ml/minuto, la que en menos de 30
minutos podría poner en riesgo la vida, por ejemplo durante el tiempo en el que la placenta
aún no es expulsada.
Pérdida de sangre que ocurre a velocidad superior a 125 ml/5 minutos, la que en menos de
dos horas podría comprometer la vida de la mujer, por ejemplo durante las dos horas
iniciales de control del puerperio inmediato.
Pérdida de sangre que ocurre a velocidad superior a 125 ml/hora, la que en poco menos de
12 horas podría comprometer la vida de la paciente, por ejemplo durante el turno de
noche.
Pérdida de sangre continua y escasa que persiste en el tiempo a pesar de las medidas de
control de sangrado que se instauran, la que podría ser enmascarada por la reposición
habitual de fluidos que se administran luego del parto y hacerse evidentes solo cuando la
paciente ya ha perdido demasiada sangre y sus mecanismos de adaptación han fallado.
Asimismo, para identificar un sangrado excesivo y teniendo en cuenta que muchas veces,
especialmente en nuestro contexto las pacientes experimentarán signos y síntomas de hemorragia
postparto con pérdidas sanguíneas menores a las descritas en los párrafos previos, es conveniente
tener en cuenta algunas reglas mnemotécnicas que nos serán de mucha utilidad. Una de ellas es la
“regla de los 30” (Tabla 2.1), que correlaciona volumen perdido con alteraciones clínicas en la
paciente y valores de pérdida sanguínea.
El hematocrito cae en 30 %
Entonces, identificar un sangrado puerperal como anormal, excesivo o masivo requiere considerar
dos acciones:
En el primer caso se requiere generalmente estimar el sangrado por métodos que trataremos a
continuación, en el segundo se requiere evaluar y clasificar el shock, lo que será visto en la Sesión 4.
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Debido a las limitaciones de la estimación visual el sangrado, siempre se ha sugerido que se recurra
a métodos de medición de mayor exactitud como la variación del hematocrito, la determinación de
eritrocitos marcados radioactivamente, etc.) los que si bien son científicamente exactos y útiles en
un contexto de investigación y estudios epidemiológicos, no lo son en el contexto clínicoo durante
una emergencia, cuando lo que se requiere es tomar decisiones inmediatas.
Es por ello que la estimación visual de la pérdida sanguínea, pero con entrenamiento formal, con
ayudas visuales (Figura 2.2)y en lo posible recurriendo a métodos formales de estimación como la
cuantificación del volumen de sangrado o el pesado de las toallas o prendas manchadas de sangre
(Figura 2.3) se mantiene como el método de elección cuya metodología debemos estandarizar para
incorporarlas en la práctica clínica.
En nuestro contexto en el que muchas veces los establecimientos de salud que atienden partos no
cuentan con el recurso humano en la cantidad suficiente para garantizar la atención continuada de la
paciente puérpera, esta carencia puede convertirse en una oportunidad para involucrar a la paciente
y su familia en su cuidado (Figura 2.4), lo que cobra una importancia muy particular en la
vigilancia del sangrado puerperal.
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Figura 2.3 Métodos formales de estimación de la pérdida sanguínea: A. Pesado y medición del volumen de sangre; B.
Bolsas calibradas para medición secuencial.
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Figura 2.4 Comparación visual dirigida a la paciente o familiar, una propuesta para los establecimientos con déficit de
personal.
Para mejorar el cuidado de nuestras pacientes, se deberá integrar una observación cuidadosa y en lo
posible la medición objetiva de la pérdida sanguínea con una constante supervisión e interpretación
de la condición de la mujer (esto incluye además de la cuantificación de la pérdida sanguínea, las
funciones vitales, su estado mental y, cuando esté disponible, la diuresis). En ocasiones, de estar
disponible podrá ser de ayuda la evaluación por imágenes (ej. ecografía).
La Hemorragia postparto primariao temprana, es el sangrado excesivo que ocurre dentro de las
primeras 24 horas postparto.
La Hemorragia postparto secundaria o tardía, incluye el sangrado excesivo que ocurre entre las
24 horas y las 6 semanas postparto.
Sangrado atónico, ocurre desde el lecho placentario porque el útero no es capaz de contraerse
adecuadamente de modo que los vasos sanguíneos no son comprimidos y el sangrado no es
controlado. Cualquier condición que interfiera con la contracción uterina, tales como placenta
retenida, remanentes de tejido placentario, membranas o coágulos pueden predisponer a un
sangrado atónico.
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Módulo 1. Manejando la Hemorragia Postparto.
Estas incluyen:
Se debe tener siempre presente que el sangrado puede estar oculto (ruptura uterina, hematomas,
ruptura de otros órganos, etc.) en cuyo caso habrá discordancia entre la pérdida de sangre
observada y la alteración en el estado de la paciente (estado general, piel y mucosas, funciones
vitales, etc.) y habrán también síntomas y signos asociados. Diagnosticar y manejar una condición
así requiere un alto grado de sospecha y alerta, además de un cuidadoso y efectivo trabajo de
equipo.
Una mujer puede sangrar hasta morir muy rápido debido a hemorragia postparto. Podemos
ejemplificar los efectos de la pérdida sanguínea respondiendo a las siguientes preguntas:
Por ello es fácil entender que el proveedor y aún más, un equipo completo, debe actuar rápida y
eficientemente para salvar la vida en los casos de hemorragia postparto. La demora en recuperar a la
mujer tendrá consecuencias irreparables en su organismo, incluso si se logra salvarla en ese
momento, podrá haber quedado con secuelas irreversibles en sus órganos, las que tarde o temprano
la llevarán a la muerte o a la disfunción permanente con afectación de su estado de salud para el
resto de su vida.
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¿Por qué es un riesgo en la hemorragia postparto que esos órganos dejen de funcionar?
…………………………………………………………………………………….…...…
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Incluso si una mujer no fallece como consecuencia de la hemorragia postparto, su salud será
igualmente afectada. La anemia resultante hará que la mujer esté cansada y sea menos capaz de:
Cuidar de sí misma.
Dar de lactar y alimentar a su bebé.
Cuidar a su familia.
Esto puede afectar la salud y la seguridad de toda la familia. Pone a la mujer en mayor riesgo de
padecer otras enfermedades y situaciones que vulneren su salud.
Aborto espontáneo.
Hipoxia intrauterina.
Restricción de crecimiento intrauterino.
Hemorragia postparto de la cual ahora si podrá morir.
Una consecuencia a largo plazo de la Hemorragia Postparto severa es el Síndrome de Sheehan. Este
es causado por hipovolemia que causa necrosis de la glándula pituitaria. Esto afecta la función
endocrina produciendo falla de la lactancia y envejecimiento prematuro.
Asimismo, formas leves de este síndrome se han relacionado con falla o demora de la producción
de leche con la consiguiente repercusión en el establecimiento de una efectiva lactancia materna, la
que si no es manejada apropiadamente por el personal de salud, llevará a un compromiso
irreparable del vínculo inicial de la lactancia con terribles consecuencias en la nutrición del bebé. Lo
mismo podría apreciarse si la madre ha tenido que ser sometida a intervenciones para salvar su vida,
para las que deba ser separada del bebé (ej. histerectomía, cuidados intensivos, medicación que
inhibe la lactancia, etc.)
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NOTAS:
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3 FACTORES EVITABLES
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DEFINICIONES
Factores evitables
Son factores que causan o contribuyen a que ocurra una muerte materna y en los que hay una
desviación de los estándares de cuidado aceptados generalmente.
Factores de riesgo
Son factores que hacen a una condición más probable de ocurrir o más peligrosa.
Es una muerte que resulta de una complicación obstétrica del embarazo (gestación, parto y
puerperio), de intervenciones, omisiones de cuidado, manejo incorrecto o de la cadena de eventos
que resultan de cualquiera de los anteriores.
Es una muerte que resulta de una enfermedad previamente existente o que se desarrolla durante el
embarazo y que no es debida a causas obstétricas directas, pero que es agravada por los efectos
fisiológicos del embarazo.
Ejemplos:
La anemia contribuye a la muerte por hemorragia postparto, dado que un volumen mucho
menor de pérdida sanguínea puede ser fatal para una mujer anémica, además que causa
problemas en la coagulación (la anemia debería haber sido corregida antenatalmente). La
falla en proveer un cuidado estándar, al no corregir la anemia antenatalmente, hace que éste
sea un factor evitable.
Para prevenir la mortalidad materna es necesario fijarse no solo en las causas de la muerte
sino también en los factores de riesgo:
En la Lista 3.1, que se detalla a continuación, encontrará los factores de riesgo más importantes que
debemos tener en cuenta al momento de evaluar a la mujer; estos factores deben ser identificados
oportunamente, para actuar efectivamente y evitarlos.
No olvide que la mayoría de ellos están presentes durante la gestación, por lo que deben ser
identificados en el control prenatal, pero algunos aparecerán durante el trabajo de parto e inclusive
después del mismo por lo que la evaluación del riesgo debe ser continua.
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LISTA 3.1
Los factores de riesgo listados abajo son los que se debenconocer y buscar diligentemente al evaluar
a una gestante, parturienta o puérpera.
* Factores evitables.
1. Atonía uterina
Placenta retenida +
Retención de tejido placentario o membranas +
Separación incompleta de la placenta +
Vejiga llena +*
Hemorragia ante parto ‡
o Placenta previa (menos fibras oblicuas en el segmento inferior, o
o Desprendimiento placentario (las fibras musculares son dañadas por la
hemorragia uterina oculta).
Fatiga uterina
Practicas erróneas
Factores médicos
Anemia *
Coagulopatía ‡
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2. Trauma Genital
Sitios de trauma
Factores de riesgo
Episiotomía inoportuna +
Parto inducido +
Parto precipitado +
Cesárea +
Parto instrumentado (fórceps) +
Trabajo de parto prolongado/obstruido +
Cirugía uterina previa +
Historia previa de trabajo de parto prolongado/obstruido
Anemia.*
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Es por ello importante establecer mecanismos que permitan una evaluación oportuna de los
factores de riesgo que se presentan a la admisión de la paciente para la atención del parto, así como
la evaluación constante de aquellos factores que pudieran presentarse como consecuencia del
manejo institucional del mismo.
En esta lista se listan los factores de riesgo para hemorragia postparto más importantes y frecuentes
así como las previsiones que se deben tener, especialmente en relación a la disponibilidad de
productos sanguíneos, los que deberían estar disponibles para su administración, por lo menos a un
tiempo máximo de dos horas de un establecimiento donde se atiende partos.
Igualmente, al diferenciar los factores de bajo, mediano y alto riesgo nos permite tener presente que
la activación del Sistema de Referencia puede ser necesaria e cualquier momento, este no solo
incluye el traslado físico de la paciente si además las coordinaciones previas, el reclutamiento del
personal necesario, la preparación de insumos y equipos e inclusive el soporte profesional adicional
que pueda ser necesario durante el traslado (se refiere no solamente al del personal que está
brindando la atención, sino también al que pueda ser proporcionado por personal de nivel senior de
otras locaciones, todo ello en el marco de un sistema organizado en función a las necesidades
integrales de la paciente y la institución.
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NOTAS:
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4 IDENTIFICANDO EL
PROBLEMA
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INTRODUCCIÓN
1. Identificar el problema.
2. Decidir sobre las opciones de manejo.
3. Seleccionar el mejor manejo.
4. Proveer el manejo determinando las prioridades.
5. Evaluar el resultado.
6. Proveer manejo posterior si es necesario. Esto puede incluir la referencia.
Identificar el problema implica realizar un diagnóstico exacto. Esto a su vez frecuentemente incluye
realizar un diagnóstico diferencial (decidir cuál de dos o más condiciones puede ser la causa de los
signos y síntomas observados).
Es de ayuda pensar que hacer un diagnóstico es una especie de “trabajo de detective”. Un detective:
Busca claves.
Observa cuidadosamente.
Utiliza todos sus sentidos (vista, oído, olfato, tacto).
Hace preguntas.
Toma en cuenta todas las circunstancias.
Estas acciones tienen mucha relación con las habilidades diagnósticas. De la misma manera que un
detective, nosotros debemos resolver problemas. Las decisiones que tomemos son muy
importantes. Debemos utilizar todos nuestros sentidos y capacidad de observación para:
Mirar.
Escuchar.
Tocar.
Pensar cuidadosamente.
Preguntarse ¿Cuál es el problema?
Considerar toda la información disponible.
Un detective no saca conclusiones a partir de una sola pista, sino que toma todas las claves en
consideración. Nosotros debemos hacer lo mismo.
El sangrado, y
El shock.
Para resolverlos debemos plantearnos dos grandes interrogantes; la respuesta a ellas guiará el
manejo posterior:
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Una vez establecido que estamos ante una hemorragia postparto, la primera decisión que se debe
tomar es decidir si es una HPP primaria o secundaria.
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Para responder esta pregunta la acción principal a realizar en toda hemorragia postparto es la
palpación uterina (“manos al útero”) para verificar el tamaño y tono uterino.
Sangrado atónico
Es el sangrado del lecho placentario debido a la incapacidad del útero para contraerse
adecuadamente. La contracción del miometrio es esencial para controlar el sangrado.
Sangrado Traumático
Hay sangrado vaginal y el útero está bien contraído (aunque puede darse también en retención de
restos).
Figura 4.2 Historia natural de la placenta retenida, mostrando cómo, pasados 60 minutos del parto, el porcentaje de
placentas que continúan dentro del útero se mantiene constante.
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Es importante darse cuenta también que el sangrado puede empezar en cualquier momento y puede
ser severo. Puede haber sangrado si la placenta está parcialmente separada con una parte de ella aun
adherida e impidiendo una contracción miometrial efectiva. Algunas veces la sangre se colecta
dentro del útero y la única manifestación del sangrado será la alteración del estado de la mujer y sus
funciones vitales. Un útero puerperal podría contener hasta 1000 ml de sangre antes que se haga
evidente externamente.
La más frecuente es la placenta adherente y la más rara la placenta acreta y sus variantes. En la
Tabla 4.1 podemos comparar los tres tipos de placenta retenida conjuntamente con sus causas y el
tratamiento óptimo.
Modelo para una clasificación de los factores etiológicos de un tercer periodo del parto prolongado con el
tratamiento óptimo sugerido.
Tipo de placenta
Placenta Acreta Placenta adherente Placenta incarcerada
retenida
Fisiopatología Disrupción de la Inhibición placentaria Pérdida de las fuerzas
interfase placenta- persistente de la contracción gravitacionales o cierre cervical
miometrio miometrial
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Si están disponibles y la paciente se encuentra estable, los estudios de imágenes como la ecografía
serán de utilidad para diferenciar los tipos de placenta retenida (Figura 4.4, Figura 4.5).
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Ante una placenta retenida que está acompañada de sangrado debemos recordar que sólo podremos
controlar éste si logramos la expulsión o extracción de la placenta, pues solo de esa forma el útero
podrá tener una contracción miometrial efectiva asegurando la hemostasia del lecho placentario.
Un rápido examen de la placenta al lado de la cama puede establecer si hay partes faltantes de la
misma. Incluso una pequeña fracción de tejido placentario retenido puede causar una hemorragia
severa.
La séptima pregunta es
En este caso es importante encontrar el punto sangrante. El sangrado podría provenir de:
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Es posible hallar rápidamente le punto sangrante si el sangrado es de periné, vulva o vagina inferior.
Revisar el canal del parto insertando un espéculo o valvas para observar la vagina superior
y el cérvix.
Buscar signos de ruptura uterina.Podemos sospechar de ruptura uterina en los siguientes
casos:
Historia previa de:
o Cicatriz uterina debida a cesárea, cirugía uterina o aborto.
o Desproporción céfalo pélvica.
o Malpresentación (de frente, hombro o cara posterior).
o Parto obstruido.
Evidencia de:
o Shock severo.
o Colapso materno.
o Sensibilidad abdominal marcada.
o Distensión abdominal.
o Contorno uterino anormal (durante el trabajo de parto o expulsivo).
o Partes fetales fácilmente palpables (durante el trabajo de parto o expulsivo).
o Ruidos cardiacos y movimientos fetales ausentes (durante el trabajo de parto o
expulsivo).
o Taquicardia materna o fetal.
Un desgarro cervical puede extenderse hacia el segmento uterino inferior durante el parto.
Un desgarro vaginal también puede extenderse hacia el cérvix y el segmento uterino
inferior durante el parto, de allí que cobra especial importancia la revisión del canal ante
cualquier duda sobre la etiología (causa) del sangrado.
Coagulopatía e infección
Hay otros dos factores que pueden estar presentes tanto si la hemorragia es de tipo atónico como
traumático. Ellos son:
Es importante buscar siempre evidencia de estos factores ya que hacen que el peligro de la HPP sea
mayor.
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Módulo 1. Manejando la Hemorragia Postparto.
Coagulopatía
Desprendimiento placentario
Muerte fetal intrauterina
Shock séptico
Preeclampsia severa
Eclampsia
Embolia de líquido amniótico
Defectos congénitos de la coagulación (muchas veces debutando como hemorragia
postparto y sólo identificables mediante una acuciosa historia clínica y revisión de los
antecedentes), entre otros.
Se debe sospechar coagulopatía cuando hay un retardo en el tiempo de coagulación y una mujer
con alguna de las condiciones descritas arriba comienza a sangrar súbitamente de varios sitios
(vagina, nariz, encías, piel, sitios de punción, etc.).
En los casos de pérdida sanguínea muy severa, el desarrollo de la coagulopatía puede ser
prevenidosi el volumen sanguíneo es rápidamente restaurado mediante la infusión de cristaloides
endovenosos (en nuestro medio, cloruro de sodio al 9 ‰) o coloides (poligelina) de ser necesario.
Es esencial realizar todos los esfuerzos para contar con sangre segura, esto incluye los productos
sanguíneos apropiados para utilizar en cada condición.
Infección
La infección puerperal (también conocida como metritis) puede complicar la HPP. Esto usualmente
ocurre después de las primeras 24 horas postparto, aunque puede ocurrir dentro de las primeras 24
horas o incluso intraparto (corioamnionitis). Se debe guardar un umbral de alerta bajo para
sospechar infección puerperal, especialmente si la mujer tiene fiebre, dolor abdominal bajo, loquios
purulentos o fétidos, un útero sensible o alteración de las funciones vitales sin otra causa que las
explique.
En estas circunstancias puede desarrollarse con mayor probabilidad un shock séptico que
complique no solo el diagnóstico sino también el tratamiento efectivo.
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Código Rojo Obstétrico: Manejo de la Hemorragia Obstétrica.
Hay un sangrado del tracto genital en exceso a los loquios normales después de las 24
horas y antes de las 6 semanas postparto.
Hay una falta de la evolución normal del aspecto y la cantidad de los loquios.
El útero está más grande y suave de lo esperado para el periodo postparto (subinvolución).
Si se acompaña de infección puerperal puede verse lo siguiente:
o Loquios malolientes.
o Dolor uterino.
o Anemia.
¿Las manifestaciones del shock son solo por la pérdida de sangre o también por la infección asociada?
Si además tiene fiebre, taquicardia, taquipnea o alteraciones del hemograma, debe pensarse
en la posibilidad de que la mujer tenga sepsis, sepsis grave e incluso shock séptico, los que
complicarán aún más la salud de la mujer.
La infección puerperal hace que el peligro de la HPP secundaria sea mucho mayor.
Todo esto puede llevar a una muerte materna en el momento menos esperado.
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Módulo 1. Manejando la Hemorragia Postparto.
Otra cuestión importante que debemos hacer en la evaluación de una mujer que ha sufrido o está
sufriendo hemorragia es:
Si nuestra paciente ha sangrado o está sangrando, ¿En qué medida, la pérdida de sangre ha
afectado o está afectando el funcionamiento del organismo de la mujer?
Esta interrogante podrá ser contestada solamente si conocemos los aspectos esenciales del
funcionamiento del cuerpo y cómo este se adapta progresivamente a la pérdida de sangre.La
respuesta adaptativa del organismo y la falla progresiva de la función de los órganos nos darán las
manifestaciones del shock (ej. síntomas, signos, etc.).
Antes de definir shock, es esencial primero comprender algunos términos útiles para su definición y
los efectos en el organismo. Estos términos son:
Por consiguiente podemos definir el shock como: “Un estado de hipoperfusión aguda de los
tejidos y órganos del cuerpo que lleva a hipoxia celular y la consiguiente disfunción de los
órganos vitales”.
La función cardíaca,
El volumen sanguíneo,
La concentración de hemoglobina, y
La saturación arterial de oxígeno.
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Código Rojo Obstétrico: Manejo de la Hemorragia Obstétrica.
Vamos a definir cada una de estas variables determinantes de la función cardíaca y el aporte de
oxígeno a los tejidos:
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Módulo 1. Manejando la Hemorragia Postparto.
Figura 4.7 Mecanismos de regulación en la etapa inicial del shock hemorrágico. Las flechas negras indican los efectos del
sangrado y las respuestas adaptativas, las flechas blancas el resultado de las adaptaciones.
Como resultado del sangrado, disminuye la cantidad de sangre disponible en los vasos sanguíneos
(volumen intravascular), lo que da como resultado disminución de la cantidad de sangre que retorna
al corazón derecho (retorno venoso) con la consiguiente menor cantidad de sangre que se ofrece al
corazón izquierdo (precarga) disminuyendo por lo tanto el volumen de sangre impulsado en cada
latido (volumen sistólico) y al organismo en general (gasto cardíaco) llevando a una disminución
inicial de la presión arterial.
Sin embargo esta disminución de presión arterial desencadena rápidamente una serie de
mecanismos de adaptación.
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Código Rojo Obstétrico: Manejo de la Hemorragia Obstétrica.
al disminuir la presión arterial y con ello la tensión en los vasos sanguíneos más grandes, se produce
liberación por el cerebro de la hormona antidiurética (ADH), la que se secreta en gran cantidad y
disminuye aún más la diuresis. Esto ocasiona conservación del volumen intravascular.
Por otro lado, la disminución inicial de la presión arterial también ocasiona liberación neural y
hormonal de catecolaminas (adrenalina, noradrenalina, etc.) las que actúan a nivel de los vasos
sanguíneos causando su contracción (aumento de la resistencia vascular sistémica, RVS)
incrementando de ese modo el retorno venoso y reorientando además el flujo sanguíneo hacia los
órganos vitales. Asimismo las catecolaminas actuando a nivel del corazón mejoran su contractilidad
contribuyendo de ese modo a incrementar el volumen sistólico e incrementan la frecuencia cardíaca
de modo que se conserve el gasto cardíaco.
Estos mecanismos de adaptación nos explican algunos de los hallazgos iniciales que se observan en
la paciente que está sangrando, así tenemos que:
Si los mecanismos de compensación fisiológica no son suficientes para contener y revertir el shock,
la paciente entrará en una fase progresiva de descompensación, cuyas manifestaciones serán la
exacerbación de los hallazgos anteriores, así como la aparición de otros como:
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Módulo 1. Manejando la Hemorragia Postparto.
Cuando una mujer experimenta hemorragia postparto, ella puede sangrar muy rápidamente y
entraren shock debido a la hipovolemia ya que ésta disminuye la irrigación sanguínea de los tejidos
(hipoperfusión) causando hipoxia celular. Si el sangrado no se detiene y el volumen perdido no se
repone y en consecuencia el estado de shock no se corrige, la mujer ingresará a un círculo vicioso
de progresivo deterioro que llevará a la muerte celular e inevitablemente a la disfunción irreversible
de sus órganos vitales, haciendo que cualquier esfuerzo posterior por recuperarla sea inútil.
Estoinvariablemente llevará a la paciente a la muerte, a pesar de las intervenciones que se le puedan
brindar posteriormente.
Por ello es absolutamente importante conocer los signos de shock y cómo evaluar su
severidad(Tabla 4.2).
Volumen perdido (ml) Hasta 1000 ml 1000 - 1500 1500 - 2000 > 2000
Normal o Letárgica o
Estado mental Agitada Confusa
ansiosa inconsciente
Muerte
IS‡> 0.9 PP* disminuida
inminente
* PP: Presión de pulso: se refiere a la diferencia entre la presión arterial sistólica y la diastólica que en el caso del shock
hipovolémico disminuye por aumento de la PA diastólica debido a vasoconstricción causada por la liberación de catecolaminas en
respuesta inicial al estrés causado por la pérdida sanguínea.
‡ IS: Índice de shock: Es el cociente entre la frecuencia cardiaca y la presión arterial sistólica (FC/PAS), es un indicador valioso y
temprano de shock hipovolémico.
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Código Rojo Obstétrico: Manejo de la Hemorragia Obstétrica.
Como se puede apreciar, la evaluación de la severidad del shock es fundamentalmente clínica por lo
que esmuy importante tener en cuenta lo siguiente:
Es por ello que en la cartilla del Código Rojo Obstétrico, a efectos de una mejor visualización de los
criterios de clasificación del shock, estos se organizan para que la evaluación sea hecha de arriba
hacia abajo, de derecha a izquierda y siguiendo un código de color para identificar el “peor
parámetro” que clasifique a nuestra paciente (Tabla 4.3)
No olvidemos que la secuencia propuesta en esta tabla, no es absoluta, pues la modificación de sus
parámetros puede ser afectada por muchas condiciones aparte de la subjetividad de su evaluación
(tamaño de la paciente, presión arterial habitual, afecciones concomitantes, calidad de la evaluación,
etc.), sin embargo constituye un buen punto de partida para el manejo de la paciente.
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Módulo 1. Manejando la Hemorragia Postparto.
NOTAS:
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Código Rojo Obstétrico: Manejo de la Hemorragia Obstétrica.
5 MANEJANDO LA
HEMORRAGIA POSTPARTO
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Módulo 1. Manejando la Hemorragia Postparto.
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Código Rojo Obstétrico: Manejo de la Hemorragia Obstétrica.
INTRODUCCIÓN
1. Identificar el problema.
2. Decidir entre las opciones de manejo.
3. Seleccionar el mejor manejo.
4. Proveer el manejo determinando las prioridades.
5. Evaluar el resultado.
6. Proveer manejo posterior si es necesario. Esto puede incluir la referencia.
Rapidez.
Habilidades.
Prioridades.
Estas son las prioridades, esto significa que deben ser hechas primero y antes de cualquier otra
acción. Para realizar estas acciones que son las más importantes, frecuentemente es necesario:
Es muy importante para esto identificar el problema siguiendo los pasos que se detallaron en la
Sesión 4.
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Módulo 1. Manejando la Hemorragia Postparto.
LA HORA DE ORO
Se refiere a un principio básico de manejo de la hemorragia, que reconoce que la sobrevida de las
pacientes está relacionada con la severidad y la duración del shock (Figura 5.1).
Figura 5.1. Sobrevida en relación a la duración el shock severo (PAS < 70 mm Hg.).
HORA DE ORO
Sobrevida 0'
100%
60%
15%
20'
30'
Si la causa del sangrado no se ha controlado y las FV
<10% de la paciente no se han recuperado en 60 minutos ó
vuelven a caer considere que hay CID establecida.
Figura 5.2 La “hora de oro” tal como figura en la Cartilla del Código Rojo Obstétrico.
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Código Rojo Obstétrico: Manejo de la Hemorragia Obstétrica.
Siguiendo este principio, las metas a conseguir en el manejo del shock hemorrágico serán:
El manejo de una situación crítica como es una hemorragia postparto requiere además tener la
capacidad de anticipar, reconocer, comunicar y actuar apropiadamente. Asimismo requiere un
excelente trabajo en equipo y comunicaciones adecuadas entre los miembros del equipo y la
paciente y su familia; aspectos que deberán seguir las siguientes pautas:
Pedir ayuda.
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Módulo 1. Manejando la Hemorragia Postparto.
Debemos tener presente además que existen otros factores que no tienen que ver directamente con
el sangrado y el shock y quizás más con desatención o demora en el manejo, pero que al final
pueden ser determinantes de tal magnitud que causen la muerte de la paciente. Estos factores son
tres y por ello conocidos como el “triángulo de la muerte” (Figura 5.3).
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Código Rojo Obstétrico: Manejo de la Hemorragia Obstétrica.
El útero no está bien contraído. Este está suave, distendido y pierde tono. El manejo dependerá de
si la placenta ha sido expulsada o no.
Llame a otro profesional de la salud si está disponible. Si no, pida a alguna persona que sea
aceptable culturalmente a la comunidad y la familia para que le ayude a detener el sangrado. Una
tercera persona puede cuidar al recién nacido.
1. Masajee el útero para promover una contracción y expulsar los coágulos, porque los
coágulos atrapados dentro del útero pueden inhibir contracciones uterinas efectivas.
2. De oxitocina 10 IU IM si no tiene acceso venoso.
3. Evalué la condición de la mujer (pulso, presión arterial, color, estado mental, tono uterino)
y estime cuánto de sangre ha perdido ya.
4. Obtenga un acceso venoso. Una vez que la cánula ha sido insertada, tome una muestra de
sangre para las pruebas cruzadas y estimación de la hemoglobina, entonces infunda cloruro
de sodio al 9 ‰ a chorro si la mujer está en shock (1 litro en 10 minutos con un catéter
18G), hasta que la mujer se estabilice (inicialmente puede necesitarse hasta 2 litros para
corregir el shock y más de 6 litros para estabilizar a la paciente).
5. Vacíe la vejiga. Inserte un catéter si la mujer no es capaz de miccionar.
6. Chequee si la placenta y las membranas están completas.
7. Examine el cérvix, la vagina y el periné por desgarros.
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Módulo 1. Manejando la Hemorragia Postparto.
10. Si la atonía persiste, no se logra obtener una buena contracción uterina, o la mujer ha
experimentado hemorragia o shock severo, administre las drogas de segunda o tercera
elección para el manejo de la atonía uterina (ergometrina IM/IV 0, 25 mg y misoprostol
800 ug SL), repitiendo las dosis de acuerdo a la respuesta e indicaciones.
11. Si está capacitado y se encuentra en el nivel de atención pertinente, realice la revisión
manual de cavidad o legrado puerperal para extraer cualquier resto de placenta o
membranas que pudieran haber sido retenidos y ser causa de atonía persistente o
contracción uterina deficiente,
12. Si a pesar de las medidas farmacológicas y quirúrgicas aplicadas, persiste la atonía, utilice el
taponamiento con balón intrauterino y arregle la referencia de la paciente. Recuerde que
esta medida se debe aplicar mientras no signifique demora en la referencia, y se haya
descartado la presencia de restos retenidos en el útero
13. De estar disponible, considere la aplicación de ácido tranexámico, que podrá ser de utilidad
en el caso de sangrado persistente o con algún componente traumático.
14. Considere la utilización de las medidas temporales para detener el sangrado como la
compresión bimanual uterina, la compresión aórtica o el pinzamiento de arterias uterinas
por vía vaginal (Técnica Zea), que pueden utilizarse en cualquier momento del manejo si el
sangrado es de tal magnitud que requiera ser detenido inmediatamente, en tanto se procede
con la realización de otras medidas terapéuticas o hacen efecto los tratamientos indicados.
Estas medidas también pueden aplicarse en tanto se arregla la referencia de la paciente,
15. Evalúe el estado de la coagulación. La falla en formar un coágulo en 7 minutos, o un
coágulo suave que se rompe fácilmente, sugiere coagulopatía. Puede ser necesaria la
transfusión de sangre o productos sanguíneos.
16. Si la transfusión sanguínea no está disponible localmente, y el sangrado no puede ser
controlado, organícela referencia urgente a un establecimiento con mayor capacidad
resolutiva. Recuerde que si la mujer ha experimentado shock severo, deberá recibir
transfusión de sangre o productos sanguíneos además de la reposición de líquidos.
17. Mantenga registros precisos.
18. Acompañe a la mujer al establecimiento de referencia y acuerde que la acompañe un
familiar o potencial donador de sangre.
Si el sangrado persiste:
19. Podrá ser necesaria la cirugía (Suturas de B Lynch, devascularización pélvica secuencial,
etc.)
20. Si esto falla podría requerirse una histerectomía subtotal.
MANEJO CONTINUADO
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Código Rojo Obstétrico: Manejo de la Hemorragia Obstétrica.
Pulso.
Respiración.
Presión arterial.
Condición general (color, estado mental).
Mantenimiento de fluidos: una vez detenido el sangrado y estabilizada la mujer se debe
administrar fluidos a una velocidad de 150 a 300 ml por hora (50 a 100 gotas/minuto), la
que deberá graduarse de acuerdo a las funciones vitales y la diuresis.
Monitoreo de la transfusión sanguínea, el volumen de sangre transfundido debe
considerarse como parte del ingreso de fluidos.
Diuresis.
Cuando el cuadro de hemorragia ha sido severo, considere la administración pautada de
antibióticos, por la posibilidad de infección como causa del sangrado o la posibilidad de
translocación bacteriana por el compromiso sistémico causado por el shock, de acuerdo a
los esquemas propuestos en el punto 10 de la sección “Manejando la HPP Secundaria”
(pág. 70).
Registros apropiados y completos.
Antes del alta de la mujer se debe chequear su nivel de hemoglobina y si está indicado,
administrar suplementación con hierro/folato (porque la pérdida de sangre lleva a una
depleción de las reservas de hierro del cuerpo).
Donde las parasitosis son endémicas, dé una de las siguientes:
o Albendazol V.O. 400 mg en dosis única o
o Mebendazol 500 mg VO en dosis única o 100 mg VO dos veces al día por tres
días.
Nunca dejar a la mujer sola hasta que el sangrado se haya controlado y su condición general
sea buena.
Nunca realizar cambios “a la baja” en la terapéutica si no se va a garantizar el monitoreo
adecuado de la paciente.
Si el sangrado es atónico, nunca insertar un tapón vaginal, pues este enmascarará un
sangrado persistente.
No dejar sin evaluación y tratamiento un sangrado escaso pero persistente, pues la
acumulación de pérdida de sangre, especialmente si no se provee a la mujer un cuidado
continuado podría ser causa de shock severo y muerte.
Referencia y transferencia
63
Módulo 1. Manejando la Hemorragia Postparto.
Por ello el proceso de referencia debe ser oportuno, adecuado, vigilado, coordinado y supervisado
en todo su desarrollo. Además debe responder a los intereses superiores de la paciente por sobre
cualquier otro y es el proveedor quien debe garantizar esa primacía.
Durante la transferencia de la paciente hay algunos aspectos que es esencial recordar, pues su
incumplimiento puede determinar que la paciente no se recupere completamente o se pierdan los
beneficios de un buen tratamiento inicial (Tabla 5.1).
MANTENGA USE
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Código Rojo Obstétrico: Manejo de la Hemorragia Obstétrica.
Los principios de manejo son los mismos que el caso anterior, pero debe conseguirse la expulsión
de la placenta tan pronto como sea posible para permitir que el útero se contraiga efectivamente.
1. Evalué la condición de la mujer (pulso, presión arterial, color, estado mental, tono uterino)
y estime cuánto de sangre ha perdido ya.
2. De oxitocina 10 IU IM si no tiene acceso venoso.
3. Obtenga un acceso venoso. Una vez que la cánula ha sido insertada, tome una muestra de
sangre para las pruebas cruzadas y estimación de la hemoglobina, entonces infunda cloruro
de sodio al 9 ‰ a chorro si la mujer está en shock (1 litro en 10 minutos con un catéter
18G), hasta que la mujer se estabilice (inicialmente puede necesitarse hasta 2 litros para
corregir el shock y más de 6 litros para estabilizar a la paciente). Si ya tenía un acceso
venoso instalado, considere agregar oxitocina a la solución infundida, aumentar el goteo o
aplicar dosis de oxitocina adicionales en bolo diluido y lento.
4. Vacíe la vejiga. Inserte un catéter si la mujer no es capaz de miccionar.
5. Extraiga la placenta mediante tracción controlada del cordón cuando el útero esté bien
contraído.
6. Si la tracción controlada no es exitosa para extraer la placenta, se debe realizar un examen
vaginal cuidadoso. Si se palpa a la placenta protruyendo a través del cérvix, esta puede ser
atrapada por los dedos y extraída firmemente del útero, aplicando la otra mano para apoyar
esta acción a través de la pared abdominal.
7. Si lo anterior fue exitoso, masajee el útero para promover una contracción y expulsar los
coágulos.
8. Examine la placenta y las membranas para asegurarse que están completas.
9. Si la placenta no puede ser removida se debe realizar la extracción manual de la placenta.
10. Antes de realizar la extracción manual de la placenta continúe la infusión IV como en los
puntos 8 y 9 de la sección encabezada “Manejando la HPP Atónica con Placenta
Expulsada” (pág. 61).
11. Si está capacitado y se encuentra en el nivel de atención pertinente, realice la revisión
manual de cavidad o legrado puerperal para extraer cualquier resto de placenta o
membranas que pudieran haber sido retenidos y ser causa de atonía persistente o
contracción uterina deficiente,
12. Examine la vulva, vagina y cérvix por desgarros.
MANEJO CONTINUADO
Se aplican también los puntos delineados anteriormente en la sección “Manejando la HPP Atónica
con Placenta Expulsada”.
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Módulo 1. Manejando la Hemorragia Postparto.
Se observa sangrado con el útero bien contraído. El carácter del sangrado puede ser rojo rutilante y
con coágulos. Puede no ser visible inicialmente por acumulación en el fondo de saco vaginal,
especialmente si la paciente es reacia a ser examinada completamente.
Los principios de manejo están orientados a encontrar el punto sangrante y controlar el sangrado
tan pronto como sea posible.
1. Evalué la condición de la mujer (pulso, presión arterial, color, estado mental, tono uterino)
y estime cuánto de sangre ha perdido ya.
2. Obtenga un acceso venoso. Una vez que la cánula ha sido insertada, tome una muestra de
sangre para las pruebas cruzadas y estimación de la hemoglobina, entonces infunda cloruro
de sodio al 9 ‰ a chorro si la mujer está en shock (1 litro en 10 minutos con un catéter
18G), hasta que la mujer se estabilice (inicialmente puede necesitarse hasta 2 litros para
corregir el shock y más de 6 litros para estabilizar a la paciente).
3. Vacíe la vejiga. Inserte un catéter si la mujer no es capaz de miccionar.
4. Coloque a la mujer en posición de litotomía y utilice buena iluminación.
5. Examine el cérvix, la vagina y el periné por desgarros.
6. Encuentre el punto sangrante, si está visible, clámpelo, luego suture el desgarro si es
accesible. Si no, prepare a la mujer para su referencia a un nivel de mayor capacidad
resolutiva.
Si el sangrado persiste.
7. Continúe con la resucitación con líquidos de acuerdo a la pérdida sanguínea estimada ya sea
por estimación visual o los parámetros clínicos, inicialmente siguiendo las cantidades de
fluidos a reponer estimados según la Tabla 1 y ajustándolos luego a la recuperación de la
condición clínica de la mujer y la diuresis, teniendo cuidado con los signos de sobrecarga
de líquidos (edema, dificultad respiratoria) y factores que hagan peligrosa la administración
excesiva de líquidos (anemia, preeclampsia, cardiopatía). Si es necesario considere la
administración de uterotónicos como en los puntos 8 y 10 de la sección encabezada
“Manejando la HPP Atónica con Placenta Expulsada” (pág. 61 y 62) para garantizar una
buena contracción uterina.
8. De estar disponible, considere la aplicación de ácido tranexámico IV.
9. Si el sangrado se mantiene, reaparece o la condición clínica de la mujer no mejora o vuelve
a empeorar, utilice las medidas temporales como la compresión aórtica, el pinzamiento de
arterias uterinas por vía vaginal (Técnica Zea) o el taponamiento vaginal (en el caso de
sangrado en napa o estallamiento vaginal) para tratar de controlar el sangrado en tanto se
arregla la referencia de la paciente.
10. Evalúe el estado de la coagulación. La falla en formar un coágulo en 7 minutos, o un
coágulo suave que se rompe fácilmente, sugiere coagulopatía. Puede ser necesaria la
transfusión de sangre o productos sanguíneos.
11. Si la transfusión sanguínea no está disponible localmente, y el sangrado no puede ser
controlado, organice la referencia urgente a un establecimiento con mayor capacidad
resolutiva. Recuerde que si la mujer ha experimentado shock severo, deberá recibir
transfusión de sangre o productos sanguíneos además de la reposición de líquidos.
12. Mantenga registros precisos.
13. Acompañe a la mujer al establecimiento de referencia y acuerde que la acompañe un
familiar o potencial donador de sangre.
Si el sangrado persiste:
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Código Rojo Obstétrico: Manejo de la Hemorragia Obstétrica.
MANEJO CONTINUADO
Nunca dejar a la mujer sola hasta que el sangrado se haya controlado y su condición general
sea buena.
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Módulo 1. Manejando la Hemorragia Postparto.
Recuerde
Referencia y transferencia
Por ello el proceso de referencia debe ser oportuno, adecuado, vigilado, coordinado y supervisado
en todo su desarrollo. Además debe responder a los intereses superiores de la paciente por sobre
cualquier otro y es el proveedor quien debe garantizar esa primacía.
Durante la transferencia de la paciente hay algunos aspectos que es esencial recordar, pues su
incumplimiento puede determinar que la paciente no se recupere completamente o se pierdan los
beneficios de un buen tratamiento inicial (Tabla 5.1).
La hemorragia postparto secundaria incluye todos los casos de HPP que ocurren entre las 24 horas
después el parto y las 6 semanas postparto.
¿De qué color son los loquios en los primeros días después del parto?
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Código Rojo Obstétrico: Manejo de la Hemorragia Obstétrica.
Por 3 a 4 días.
En 5 a 9 días se vuelven rosados y por las siguientes 2 a 3 semanas tienen un color amarillento o
blanquecino.
Si las mujeres son dadas de alta al día siguiente del parto es probable que los proveedores tengan
poca experiencia en identificar los cambios normales en los loquios. Si el proveedor no está seguro
de qué es lo normal encontrará muy difícil reconocer lo anormal.
El olor de los loquios normales es descrito como “fuerte” pero no ofensivo. Si los loquios tienen
un olor ofensivo, indican infección. La infección puede dar lugar a una HPP secundaria o sepsis.
Ambos pueden causar una muerte materna
La cantidad normal de loquios puede ser descrita como similar a la que se produce durante los
primeros días de un periodo menstrual abundante, pero varían en cada mujer. Si los loquios son
excesivos hay dos preguntas importantes a hacer.
¿Cuál es el objetivo?
Preservar la vida y la salud de la mujer. Para hacer esto se deben aplicar los mismos principios que
para el manejo de la HPP primaria:
Rapidez.
Habilidades.
Prioridades.
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Módulo 1. Manejando la Hemorragia Postparto.
70
Código Rojo Obstétrico: Manejo de la Hemorragia Obstétrica.
MANEJO CONTINUADO
Temperatura.
Pulso.
Respiración.
Presión arterial.
Pérdida sanguínea/loquios, incluyendo la cantidad (si hay coágulos, membranas o tejido),
olor, consistencia, evidencia de pus.
Estado general (color, estado mental, náuseas, vómitos).
Ingesta de fluidos.
Diuresis.
Dolor, lugar y severidad.
Registros adecuados.
Nunca dejar a la mujer sola hasta que el sangrado se haya controlado y su condición general
sea buena.
Nunca realizar cambios “a la baja” en la terapéutica si no se va a garantizar el monitoreo
adecuado de la paciente.
No dejar sin evaluación y tratamiento un sangrado escaso pero persistente, pues la
acumulación de pérdida de sangre, especialmente si no se provee a la mujer un cuidado
continuado podría ser causa de shock severo y muerte.
Olvidar que frecuentemente hay sepsis asociada y que se deben seguir los pasos del manejo
de esta condición.
Recuerde
Referencia y transferencia
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Módulo 1. Manejando la Hemorragia Postparto.
Por ello el proceso de referencia debe ser oportuno, adecuado, vigilado, coordinado y supervisado
en todo su desarrollo. Además debe responder a los intereses superiores de la paciente por sobre
cualquier otro y es el proveedor quien debe garantizar esa primacía.
Durante la transferencia de la paciente hay algunos aspectos que es esencial recordar, pues su
incumplimiento puede determinar que la paciente no se recupere completamente o se pierdan los
beneficios de un buen tratamiento inicial (Tabla 5.1).
Las medidas de prevención que se deben optimizar y algunas de las cuales ya se han mencionado en
el aspecto individual son:
Reconocer su presencia.
Identificar antecedentes y causa probable.
Optimizar el manejo activo de la tercera etapa del parto (MATEP).
Correcta estimación visual del sangrado y control frecuente del sangrado inmediato.
Control frecuente y estricto de las funciones vitales.
Disponer de sangre segura y equipos de conservación.
Disponer de normas y protocolos.
Verificar constantemente las fechas de expiración de medicamentos e insumos.
Reuniones periódicas del equipo de expertos con asignación de funciones específicas.
Medios de comunicación y transporte operativos.
Referencia segura, con acompañamiento y monitoreo durante y después.
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Código Rojo Obstétrico: Manejo de la Hemorragia Obstétrica.
CALIDAD DE LA ATENCIÓN
Es muy importante tener en cuenta que un porcentaje importante de la mortalidad y morbilidad por
hemorragia tiene un fuerte componente de cuidado sub estándar, el cuál puede expresarse mediante
las siguientes citas que incluyen un componente de valoración:
“Tan poco hecho tan tarde”; “Que pobre alerta y evaluación del riesgo”; “Que respuesta
tan pobre y tardía”.
Refiriéndose a las acciones poco relevantes que además se demoran en su ejecución; a la
pobre evaluación de los factores de riesgo y sobretodo subestimación de la pérdida de
sangre; a la administración medrosa de fluidos intravenosos y al pobre escalamiento de los
oxitócicos y productos sanguíneos, a la decisión tardía búsqueda de soporte senior
experto,del equipo multidisciplinario y de la decisión de cirugía.
El objetivo del manejo, es recuperar la condición de la paciente, por lo que, para evaluar la
efectividad de nuestro manejo nos guiaremos en los siguientes parámetros, los cuales debemos
conseguir a manera de objetivos tempranos en el manejo de la paciente con shock:
Tipo de hemorragia.
Severidad de la hemorragia.
Patología básica.
Duración del estado de shock.
Retraso en el diagnóstico.
Evaluación inadecuada de la pérdida de sangre.
Retraso en la intervención quirúrgica.
Terapia de reemplazo inadecuada.
Trabajo en equipo ineficaz.
Cuidado subestándar.
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Módulo 1. Manejando la Hemorragia Postparto.
NOTAS:
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