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Sistema Pensional Colombiano: ¿Qué sigue?

Lina María Buitrago G.

Para acercarse a la realidad del sistema de pensiones en Colombia, es oportuno mencionar que
los sistemas en el ámbito mundial surgieron en el siglo XIX en los países desarrollados, a partir
de la industrialización que movilizó muchas personas del campo hacia la zona urbana, para
quienes ante su envejecimiento, después de años de trabajo, y frente a la imposibilidad de percibir
ingresos, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) propuso a los gobiernos esta medida
para suavizar su consumo a lo largo de su vida. No obstante, en el siglo XX se formularon una
serie de condiciones para acceder a ello dados otros cambios socioeconómicos del momento,
como la mayor participación de la mujer en el mercado de trabajo, y el incremento de la
esperanza de vida (Martínez-Avella & Casas-Herrera, 2017).
Ahora bien, para el caso colombiano el origen del sistema pensional se legitimó en la
búsqueda de garantizar los derechos fundamentales del hombre a través de un sistema de
seguridad social, que como modelo de los estados de bienestar, tuvo en la solidaridad y la
equidad los principios rectores del bienestar social mediante los recursos provenientes de la
financiación del Estado y de la relación salarial, lo cual, dadas las amplias transformaciones
políticas y económicas mundiales, y al ser un sistema construido sobre una doble base: derecho y
limitación, es decir, el derecho que tiene toda persona a satisfacer las mínimas necesidades, y por
otro lado, las limitaciones latentes de recursos para garantizar dichas necesidades a todos, llevó a
cambiar la forma de percibir la protección social para ir dando paso a una mínima intervención
estatal hasta llegar a su privatización; como en efecto se dio a partir de la Ley 100 de 1993, al
pasar del régimen basado en la solidaridad, hoy Colpensiones (Régimen Solidario de Prima
Media con Prestación Definida (RPM), a otro construido a partir del ahorro individual y la
competencia entre empresas privadas, llamadas Administradoras de Fondos de Pensiones –AFP–
(Régimen de Ahorro Individual con Solidaridad (RAIS) (Sánchez, 2008).

 Estudiante de Especialización en Alta Gerencia, Cohorte 59. Universidad Libre, Facultad de Ciencias Económicas,
Administrativas y Contables, Pereira, 2018. e-mail: esp18.buitrago@gmail.com
Con base en lo anterior, se identifica en el país un sistema que opera en medio de unas
condiciones socioeconómicas y políticas que han cambiado notablemente y seguirán cambiando,
pues es claro como bien lo señala Montenegro (2018) que las características demográficas (mayor
esperanza de vida), la informalidad laboral y la digitalización de la sociedad sobre el trabajo, son
determinantes claves en los problemas que afrontan los dos regímenes en medio de sus propias
condiciones de acceso, permanencia y beneficios, que en términos generales responden a un
aseguramiento que los cotizantes han ido pagando a lo largo de su vida laboral y que el Estado
apoya.
En el tema pensional y de acuerdo con Sánchez (2008) un aspecto muy importante a
considerar es el demográfico, pues en el régimen RPM por una parte el grupo poblacional de la
tercera edad (cuyo proceso de envejecimiento determina que los adultos mayores pasarán de
representar el 7% en la actualidad al 21% en el año 2050), depende de este ingreso para poder
vivir, y a su vez otros grupos más jóvenes que están cotizando son los que aportan para dichos
pagos, sumado a los recursos del Presupuesto General de la Nación que lo complementan;
aspecto que Montenegro (2018) define como solidaridad intergeneracional, y que como sistema
de reparto, señala, se encuentra rota, ya que cuando los jóvenes que hoy cotizan sean adultos
mayores, no habrá quién les pague las pensiones, razón por la cual considera que en Colombia en
el futuro, el único sistema pensional contributivo viable debe estar basado en ahorro y la
capitalización, dado que existe un gran número de población mayor desprotegida (2.8 millones),
muchas pensiones que hoy se pagan son millonarias (inequidad), y el déficit fiscal es muy alto (El
gobierno dedica casi 4% del PIB a cubrirlo).
Continuando con los aspectos que afectan el sistema, la informalidad laboral (65%) es otro
factor relevante, pues según cifras a julio de 2018 del Ministerio de Trabajo, en el país de 22,7
millones de trabajadores (ocupados), solo un poco más de 21 millones están afiliados a algún
fondo de pensión, de los cuales, solo 2,3 millones reportó haber cotizado sin falta en los últimos
nueve meses y se necesitan mínimo aportes por 1.150 semanas para pensionarse en uno de los
regímenes actuales, lo cual infiere una cobertura en detrimento conforme a un estudio realizado
por Banco de la República en 2012, que advierte que en los próximos 40 años solo se van a poder
pensionar 8,7% de los afiliados al Régimen Solidario de Prima Media con Prestación Definida
(Colpensiones) y 11,1% de quienes están en el Régimen de Ahorro Individual con Solidaridad
gestionado por los fondos de pensiones privados (Delgado & Ojeda, 2018).
Con base en lo anterior, como recorrido histórico y situacional de las pensiones en el país, se
encuentra, tal como lo exponen Martínez-Avella & Casas-Herrera (2017) que siendo dicho
sistema un promotor de la estabilidad económica de un país, en Colombia (y en algunos otros
países) hoy por hoy, representa un problema de gran magnitud para el Gobierno nacional, para la
economía y para la sociedad misma, pues existen millones de conciudadanos por fuera del
sistema pensional, quienes además están lejos de completar los requisitos para una pensión, lo
que, de acuerdo con Asofondos, a largo plazo desencadenará que una importante cantidad de
adultos mayores queden sin protección en su vejez, además de unos índices alarmantes de
pobreza (Actualicese, 2018).
De tal manera que al analizar la propuesta de reforma al sistema pensional que plantea la
entidad que agrupa a los fondos de pensiones -Asofondos-, precisando la entidad que no existe la
necesidad de elevar la edad de jubilación, se observa que está basada en cuatro ejes principales:
a) el ahorro voluntario; b) el ahorro individual con fondo (administradoras públicas y privadas)
de reserva de pensión mínima; c) Beneficios Económicos Periódicos (BEPS) mejorado: ahorro
individual, y d) el programa de Colombia Mayor mejorado, todo lo cual apunta no a debatir la
viabilidad de ambos regímenes, o entre sí lo administra el Gobierno o el sector privado, sino a
generar una administración de ambos bajo las mismas reglas de juego, y sobre todo con
beneficios para todos, desde los principios de cobertura y equidad.
En este sentido, resulta importante considerar que el sistema de reparto, antes justificado
financiera y políticamente, ahora no cuenta con las garantías para su continuidad, pues es
evidente que las transformaciones demográficas, principalmente, hoy definen menos cotizantes
que apalanquen a los mayores, dadas las nuevas condiciones del trabajo en cuanto a informalidad
y las tecnologías de la información, y a su vez, las generaciones actuales difícilmente lograrán
pensionarse pues es una condición cíclica que muy seguramente continuará.
Se trata pues de buscar la viabilidad de un sistema, administrado por actores privados y por el
Estado, donde este último como aportante, también sea garante del control y vigilancia adecuados
de todas las acciones que involucran el proceso, buscando atender a un mayor número de
personas con una asignación vitalicia digna y equitativa, entendiendo que son millones de
ciudadanos los que no cuentan con los recursos suficientes para cotizar y pensar en su futuro, de
manera que, como lo señala Asofondos, por una parte se facilite su acceso a una pensión de
salario mínimo (que no sería lo ideal, pero que ante las circunstancias actuales es una opción),
que se financiaría con un fondo común de reserva mejorado y fortalecido financieramente
obtenido de la cotización de los afiliados; también que los nuevos cotizantes entren solo a un
régimen de capitalización, con administradores privadas y públicas; que para quienes les falte
más de 10 años para el retiro se defina un régimen de transición, y para aquellos que no alcanzan
a jubilarse, se consolide el sistema BEPS para formar rentas vitalicias con las devoluciones de
saldos. Este mecanismo se podrá utilizar para mesadas de vejez, invalidez y sobrevivencia, pues
son muchas las expectativas y derechos que reclaman millones de adultos próximos a jubilarse, y
los que en el transcurso del tiempo irán llegando a su vejez.
Acerca de este planteamiento, Montenegro (2018) al presentar la propuesta de reforma, ha
señalado que el fondo de garantía de pensión mínima –FGPM– ha jubilado a 20.000 personas,
cuenta con activos por 2 % del PIB, tiene recursos hasta el año 2065, y contempla el acceso a la
pensión con un total de 1.150 semanas cotizadas, siempre que se cumpla con la edad legal de
retiro. Sin embargo, la pregunta es ¿qué sigue para los millones de adultos a punto de pensionarse
y generaciones jóvenes?, no se puede desconocer que frente a un sinnúmero de trabas políticas,
contextuales, sociales, entre otras, esta propuesta de solución parece en ocasiones lejana puesto
que el debate apenas empieza, y son muchos los actores a favor o en contra, lo que por ahora deja
en vilo la situación pensional de muchos colombianos.

Referencias Bibliográficas
Actualicese. (30 de Julio de 2018). Sistema pensional debe ser sostenible, de ahorro y que
respete los derechos de quienes pronto se jubilarán. Obtenido de
https://actualicese.com/actualidad/2018/07/30/sistema-pensional-debe-ser-sostenible-de-
ahorro-y-que-respete-los-derechos-de-quienes-pronto-se-jubilaran/
Delgado, P., & Ojeda, D. (21 de Julio de 2018). El Espectador On line. Insostenible e
inequitativo, así es nuestro sistema pensional. Obtenido de
https://www.elespectador.com/economia/insostenible-e-inequitativo-asi-es-nuestro-
sistema-pensional-articulo-801474
Martínez-Avella, H., & Casas-Herrera, J. (2017). Estado del sistema pensional colombiano. In
Vestigium Ire, 139-160.
Montenegro, S. (5 de Julio de 2018). Propuesta de reforma integral para la vejez. Obtenido de
http://www.banrep.gov.co/sites/default/files/publicaciones/archivos/2018-laboral-
santiago-montenegro.pdf
Sánchez, R. (2008). La crisis del sistema pensional colombiano. Análisis de cobertura y críticas a
las fallidas reformas. Ensayos de Economía, 135-164.

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