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size ‘OBRAS DEL MISMO AUTOR CATALOGO DE MONEDAS DE LA REPUBLICA ARGEN: TINA: Lint descriptiva de todas, Ine monedas nrge ‘its, con trenscripcion de la leyenda, fecha, peee 9 md Ra cI=/ a /(eestato) MONEDAS DE. LA REPUBLICA ARGENTINA", con In enw rmeracién, leyer, decretos, relatives todas’ lay" wonedae ntgentinas, desde. nuestra, emancipactn asin’ Intech con gran profusién de grobados, (Casa Pardo) BILLETES DE BANCO DE LA REPUBLICA ARGENTINA‘ Td. id, relative m todas las emisionse de papel moneda, turson forzosom, bancos particilarcn, fasficarionsa, emt en clandestinas, ubusivas, ete, ete, con facsimiles, de on més interesantes ejemplares, (Agotado) ‘CARTAS PRIVADAS DE LA FAMILIA DE ROSAS", colec idm de cartas inéditas, publicadas y comenindar’ por el autor, cuyos originales forman parte de ni coleccién pa ticular (Agoteds) MOSAICO DE ANTIGUEDADES”, formado por una parte de los articulos de diario publicadar par el autor en La R 25", desde 1923 haxtn 1926, robe. Rosse y wa. épaca, temas varios, con low clichés originales. METODO DE TAQUIGRAFIA™ (Pitman), pare 1 sin ecetidad de maestro al utilisimo arte: de escribir con Ia fapidez de la palabra: con numerosos ejemplos > ejerch ion préeticos. (Edit: Garcia Santor) ‘NUESTRO ANTIGUO BUENOS AIRES". Cémo era y «Smo ex ‘Su portentora adelante edilieio. Deseripeién de sar pin cipales edifcion, costumbees, trajen, ete. 330. piginan en 4? mayor con 400 laminas y fotogealine antiguas. (Edit Peurer) ‘CATALOGO HISTORICO Y DESCRIPTIVO DE SELLOS", postales y telegréticos de Ia Repablicn Argentina, con mis Ie 3000 "variedades, 350 clichés, 340 piginas en 4 te- nor. (Cana Paro) Queda hecha ef depdstio ‘que marca fa leu. A, TAULLARD | HISTORIA DE * NUESTROS »* VIEJOS » TEATROS » 1992 EL TEATRO EN LA EPOCA COLONIAL Parece ser que, ya a mediados del siglo XVIII habia teatro en Buenos Aires, ignordndose empero en qué punto estaba situado, ni cémo era ni de qué manera empezd 0 ter mind; lo tinico que se sabe es que el constructor fué un zapa- tero amado Pedro Aguiar y el empresatio un tal Socoma- no, quien bajo el gobierno de Don José de Andonaegui pre senté una solicitud “para representar dperas y comedias", a lo que In autoridad proveyé de conformidad, autorizindole a dar “representaciones de comedias, en cualquier dfa de la semana por la tarde, no siendo feriado, y dperas (1) en los dias de fiesta por Ia noche” No consta que las tales "“éperas” Hegaran a represen: tarse, ni en trozos siquiera, sino sélo algunas malas comedias matizadas con tonadillas espafiolas, entremeses, coplas anda- luzas y modinhas brasileras con “cémicos de la legua” que Socomano habia hecho venir del Brasil, y que solian cantar acompaiiados de dos 0 més “tocadores de guitarra”, que se colocaban entre los bastidores. Por lo demas, la denomina- cién de “épera” se aplicaba antiguamente a ciertas obres de canto, sin libreto, ni eardcter litico siquiera Las mis de estas tonadillas, algunas de las cuales eran bastante desvergonzadas, terminaban en bailoteo sensual co- mo aquella de: “Déjame deseo, Que me bambeleo a © la tonadilla del Granadero que entre otras lindezas ‘Granadero soy, seflore, Que me ccupo de conquistar Con arvogancia, castillo, nmas con marcialidad, ‘No ser firme ni conatante Ex cirounetancia coencial, Puce firmera en oficiales No se tiene que buscar Por eto los soldndos Bon cd Que pillando Ia prese Levantan el vuelo Pero ellas quedn, Pobrecitas, Dios sabe Cada frase de sentido equivoco se subrayaba con gestos recalcando las palabras de doble sentido, haciendo pausas maliciosas y ademanes mal disimulados lo que hacia caer la baba a mis de cuatro que se volvian locos por esas zafa- durias. Entre los cantantes de tonadillas se destacaron princi palmente un tal Cayetano, andaluz, y por ende feo y gracio- 80; afios mas tarde, el pardo Viera y las cantarinas Marica la Islefia (asf Hamada porque era de origen cubano) y luego la Campomanes. La autoridad eclesidstica que velaba «: las costumbres del pueblo, quiso, como més tarde en el caso losamente por de la Rancheria, obstaculizar el funcionamiento del flaman- te teatro, viniendo una circunstancia casual a favorecer tan “piadoso” propésite, Aguiar, que afios atrés, habia aban- donado a su mujer e hijos en Espatia, recibié de au previsor » vieario una notificacién ordenindole regresar inmediata- mente al seno de su familia, bajo pena de excomunién ma. yor, cosa que en aquel entonces se tomaba muy a lo serio. 10 No se sabe cémo concluyé la cuestién, lo cierto es que el zapatero Aguiar, constructor de nuestro primer teatro (2), tuvo que volver a sus zapatos, poniéndose una vez més de manifiesto aquello de “‘zapatero, a tus zapatos”. El teatro, © més bien dicho “corral, pues otro nombre no merece, pasé a una nueva empresa formada por Bartolomé Maza y Francisco Vandemar, maestro de miisica de la Catedral, ew ya empresa fué autorizada por las autoridades respectivas, con fecha 5 de mayo de 1759. Sin embargo, ya en el mes de noviembre de 1747, con motivo de la elevacién de Fernando VI al trono de Espaiia habianse representado aqui, en un gran tablado construido exprofeso en medio de la Plaza Mayor, algunas obras del teatro clasico espaiiol, como ser: “Las armas de la hermo- fects de odio y amor”, “Primero es la honra”, “La vida es suciio” y otras por el estilo, las que se repitieron des- pués en el Fuerte, representadas segiin se dice, por indios mangos de las Misiones Jesuiticas, bajo la direceién y ayuda dle los militares de la guarnicién del presidio. Habjase improvisado en el Fuerte un teatro “vestido de tafetanes muy vistosos y colgaduras de damasco carmest que sirvieron para entradas y salidas que hacian con tan natural propiedad los histriones improvisados, que los lances de ter ura acusaban igual compasién al énimo como alegria al gus to de los que miraban, que es como si dijéramos: “iqué sa; todos Horaban!” Pillado nos habla’ también de otro teatrucho llamado Del Sol, instalado a fines del siglo XVIII, en un baldio del “barrio recio", calle Reconquista al legar a Lavalle, en cu yas proximidades habia una casa que tenfa‘ al frente un reloj de sol No nos dice, si el nombre de este teatrito proviene de dicho reloj de sal, o porque estaba construido a cielo abierto, teniendo el pablico que presenciar las representaciones a los rayos del gol, pues eva un simple barracén hecho de adobe, y sin techumbre, u Su empresario fué un tol José Cortés, maquinista y vo- latin apodado “E] Romano", que lo que menos representa ria serian obras de las Hamadas regulares, sino mas bien co. medias Iamadas de tramoya y de escotillén en las que era tan diestro como su colega el volatin Joaquin Oléez, el pri mer acrébata que trabajé en nuestro pais y que tuvo su circo de “juglares, ministrles, histriones y saltimbanquis” en uno de los tantos “huecos” que en aquellos tiempos existian atin tn lo mas eéntrico de la ciudad. De vez en cuando representaban comedias de las Ila madas de “capa y espada”, para las que no hacia falta tea- tro, sino “tablas", y en las que habia generalmente tres 0 cuatro desafios, dos betallas, un puente roto, un ajusticiado, lun entierro, una tempestad con truenos y relmpagos gro- tescamente figurados y en las que finalmente morlan todos, menos el autor, proscenio consistia en un pequefio tablado de made- ra, asentado sobre pipones vacios, separado del piblico por un lienzo grotescamente pintado que hacia las veces de telén de boca y que en vez de subir bajaba, quedando en el suelo mientras se representaba, Los camarines eran tan ineémodos y los pasillos tan es trechos, que segin informe de un funcionario de la época, “en ellos facilmente podia introducitse una confusa mezela de ambos sexos, capaz de fatales consecuencias Era, en una palabra, un verdadero “corral” al aire Ii bre, tal como los que se improvisan en las ferias de aldea. Por lo demas, el nombre de “corral” que le adjudico, ho es tan injusto ni tan despeetive como parece.a pri vista, pues el Diccionario Enciclopédico lo define asi “sa, patio 0 teatro donde se representaban las comedias "Dabasele este nombre antiguamente porque estaban des * cubiertos’ Don Eusebio Maciel, natural de Corrientes, fud otro de los que tuvieron la iniciativa de establecer aqui un corral de comedias con unos pobres faranduleros que, muertos de ham- 2 _ —h bre, hallé un dia en el arroyo. El mismo componia Ins come: dias y dramones que en él se daban para lo cual no habia menester mas que: sin galin desdeninde Un viejo que reprendin, Un bobo que lor acecha, Un veeine que low ase Yotvo que erdens Inn fiestas El conocide eseritor y autor Gareia Velloso, en su mag- nifica obra “El arte del comediante”, nos habla de otro co: ral que parece se construyé més o menos por esos aiios de Dios en la que entonces Ilamébase calle Santa Lucia (hoy Sarmiento) a cuatro cundras de Ia Plaza Mayor. Habianlo bautizado con el nombre de “Coral Portefio”. “La faran- dula — dice — estaba compuesta por una dama y tres nifios que hacian papeles de mujer y ocho actores, procedentes dos de ellos, del Teatro del Principe, de Madrid. La dama se Hamaba Rosalia Castro y Retortillo (ilindo nombre!) y los principales actores, esto es el de “barba"” y el galan, Eusebio rresuela y Mateo Casas, La dama murié aqui de hidrope sia, el 5 de julio de 1758, Casas llegé a ser en el Rio de la Plata, uno de los més eélebres contrabandistas de su época. De los demés faranduleros, no tenemos noticia alguna. De toda ello se deduce que, teatro propiamente dicho, no lo hubo aqui hasta que se levanté el de “La Rancheria” Ee zas, prometié destinar el producto Iiquido de las entradas a obras pindosas y de beneficencia, con lo que pudo finalmen- LA RANCHERIA. te terminarse el teatro, al que se le dié el pintoresco nombre de “Rancherfa”, nombre que le sentaba a las mil maravillas, pues estaba modestamente techado de paja asemejandose en Fué Don Francisco Velarde quien primero tuvo la idea esto mas aun “rancho” que a un teatro, pero que en realidad de construir en Buenos Aires un “Coliseo estable" o “ens de se le puso porque este paraje, en tiempo de Ia Colonia, era ya a todo costo, similar a las casas de Comedia de Es. conocido bajo el nombre de Ia “rancheria” debido a que en Pafis, y agregaba en su peticién al Cabildo que “hasta tanto 4 estuvieron los ranchos de los indios manos de Ins “reduc Gste se pudiese crigir, solicitaba permiso para conatraly ciones jesuiticas". Estaba situzdo en la esquina de Pert y un “‘galpdn"’ provisorio, con capacidad suficiente y todua Alsina, frente mismo al antigue Museo de Historia Natural. las comodidades necesarias, en la “rancheria, junte al firme” “mercado de frutos, “de paja bien conch “dor junto a ellas” 0 alin seria de madera con ocho efteciendo” pagar 2000 pesos anoles Para In eificacén de eatetalpén 9 corral, Velatde pe din que el gobierno le fcilane “tees lc 8 que hubie. Se menester” y que una vez concluido empezaria a trabajar en él una compafiia de actores traida especialmente de Ex Pafia y que representarfa las principales comedias, loas, sai. netes, entremeses y tonadillas de la madre patria. Termina. ba diciendo que el precio que cobraria por entrada seria al de 2 reales « los blancos y un real al que no lo era” (esto en & los negros), dando derecho la entrada de dos reales a ove Par un asiento cualquiera en el patio o en las gradas superio. El Virrey Vértiz, a quien se deben tantas mejoras de aauel tiempo, acogié con entusiasmo la idea de construe en esta “gran aldea” una casa de comedias “a estilo de las de el ean 728 E] tiempo pasaba, pero el piblico se rehusaba a concu niir debido a la obscuridad de las celles, pues aun no habia en ese barrio alumbrado piblico y por mas que el espectécu: lo empezaba temprano (a eso de las 6 de la tarde en invier- El teatro de la Rancheria empezé a funcionar allé por Espafia", idea que, sin embargo, tropez al princip clerta resistencia por parte de las autoridades eclesiéations No obstante, Vértiz, hombre liberal, progresiata y tenas, lle v6 adelante su propésito, autorizando al empresario Francia : » ce Velarde, Ia construceién de la “casa provisional” o “ga no ya las 7 en verano’ 4 2 olen noche, eran pocos los que se animaban a salir, sobre todo como terminaba ya muy entvada la Pon" — como él mismo lo llamaba. Para suavizar aspere 14 cuando no habia luna, y los que se aventuraban a ello, y po: dian, hacianlo precedidos de un neg: braba el camino con un Farol o linterna. esclavo que les alum- Vértiz, empefiado como estaba en fomentar el teatro, hizo colocar faroles con velas cle sebo en varias de las calles de acceso al teatro pidiendo a los vecinos que iluminaran también los frentes de sus casas, de donde le vino el pinto- resco apodo de “virrey de las luminarias” EI mismo, para dar ejemplo, asistia casi todas las no- cches de funcién al teatro, recorriendo antes las calles acom- Pafiado de uno o dos lacayos con su correspondiente farol, para animar de este modo a los mas “timoratos” a salir de noche, pero ni con esas. . Por fin did en Ia tecla; anuncié piblicamente que des- finavia el producto liquido de las entradas al sostenimiento del “Asilo de Nifios Expésitos", el que de otro modo habria tenido que clausurarse por falta de fondos, con lo que la gen- te adinerada, temerosa de que se le hiciese contribuir en otra forma més compulsiva, empezé a concurrir a las funciones de Ia Ranches aunque de mala gana, La iluminacién de la sala del teatro, si tal nombre mere- ce, era también a bese de velas de sebo, coloca pecie de candelabro que habia en los postes que sostenian el techo y a los costados del tablado y de Ia linterna o traga-luz, pendfan dos arafias de fierro suspendi cadenas, con doce velas en efreulo, las que destilaban més sebo que luz, pudiéndoseles aplicar muy bien aquello de Ia del techo con tres copla de Arriaza’ “Hoy lunes; festa Pascual, En obsequio al nombre re Se iluminerd ol “corral” ( Gon experma de martén (voles de eho) Que haré a lox ojos muy bien Yon low ventidon muy mal Rancheria) El interior del teatro era bien sencillo: numerosas hi leras de largos bancos de pino formaban el “patio” o platea. Las “lunetas” se dividian en tres categorias: las tres prime- ras filas, que tenfan respaldo, eran las mas caras y en ellas, no podian sentarse los negros; las seis siguientes valfan al- go menos, y las iltimas, que eran las més baratas, separadas del “degolladero” por el “palenque” que era una larga viga, de madera dura, detrés de la cual se situaba el “piblico de pie", esto es, los que sélo pagaban entrada general y apre: tados asistian parados a la funcién. A ambos costados, un simulacro de palcos llamados “cubillos” de los que habia 4 de cada Indo con uno algo més cémodo y adornado al frente para el gobierno. A continua cién de éstos, a la derecha, la graderfa para mujeres (cazue- Ja); ala izquierda, la de hombres, pues la separacién de se xos era una de las cléusulas impuestas al primitive contrato Ww de Velarde, fundado en razones de “buen orden Y sanas cos- tumbres", To que perduré hasta no hace mucho tiempo El escenario era chico y bajo, para que pudieran ver bien los del patio. Al principio earcefa de telén, después se Je puso de cortna En lo alto del proscenio habia un letter con la siguien- te insripcion: “Ridendo corrigo mores" La boleteria, Hamada “reja”, hallibase a un costado de In entrada principal [La orquesta compontase de flautes y guitaras, y ses tuaba sobre el Inismo eacen ee 3 io, sea a los costados o entre los bastidores, segiin el cardcter de la pieza. El costo total del teatro fué de 9000 pesos, El primer actor que trebajé en la Rancheria fué un tal Paulet, el segun- do Pedro Pérez, quienes seguramente no brillaron a gran al- tura, pues apenas si se mencionan, Las obras representedas, eran en su mayor parte, come- dias, sainetes, entremeses, dramones de los esi cn ota en aauelln tempor, toads mis tonadilae Em canna Jos que se animaban a “atravesar el charco”” para Pau asta Los primeros actores que trabajaron en la Rancheria eran en au mayor parte simples aficionadon, Mis tarde ac hizo venir un “bull” de Valencia, mee nf aquélls ni dare logiaton entusiaomar a los expectadores tanto come Martin Poblet que fué una especie de hombre-orquesta, pues come vlesrmente se die: "tanto servia para un barvde come para un fregado": declamabs, eantaba y baileba con sn igual donsire y segén rezn una erénice de aquellos buenos tiempor, tanto “en lo eémico come en lo sublime, en lo ssinetndo como en lo pateic, entuiasmaba nl pbice De los demés actores: mejor no. "meneall™ Los aioe més brillantes de la Ranchevie fueron los de 1789 y 1790, sobre todo con motivo de las grandes y moo, longadas fiestas que hubo en Ia “gran aldes" para fests s la jura del nuevo Rey Carlos IV y las del aniversario de su Poco a poco ese teatro fud decayendo, hasta que por fin tuvo que cerrar momentaneamente sus puertas, hacién: dose el gobierno argo del mismo, Habjase escogido en vano, un repertorio selecto y mo- ral, que pasaba por el fielato de los hombres que navegaban entre dos aguas, esto es entre Vértiz y sus adversaries, como ser “Siripo y Yara en los campos de las matanzas" cuyo ar gumento estaba inspirado en un episodio de la primera fun. dacién de Buenos Aires, ocurrido en 1530 entre Ins escasas fuerzas que dejé Gaboto en el Fuerte de Sancti Spiritu y del gue eran principales protagonistas Lucia Miranda, esposa del soldado Hurtado, y el cacique Mangoré, obra del Dr. Manuel 1. Labardén que se representé aqui de nuevo en 1832, No obstante, el teatro de Ia Rancheria languidecia y el Virrey “para no echar al humo los nueve mil pesos inverti dos en la construccién de Ia sala de especticulos, resolvié instituir los bailes piblicos, ¢Fué este acuerdo un simple medio de salvacién administrativa, o envolvié una picante reprimenda a ciertos Tartufos que le rodeaban? Fl pueblo de Buenos Aires, era de una moralidad espartana en todas sus esferas sociales? jNo! Fuera de los hogares tradiciona- mentados 2 la usanza castellana, existian elementos que vivian entregados a los vicios capitales. E| contrabando de pellejos de vino de Espafia y las Azores, faciliteba el al coholismo; la promiscuidad del “Barrio del Pecado” trafa aparejadas las aventuras de Cupido, ¢Acsso la ereacién de la Casa de Nios Expésitos y el aumento pavoroso de sus asilados (2017 chicos fueron depositados en el torno desde el aio 1779 al 1800), no nos dice bien a las claras que el amor clandestino y la paternidad vergonzante reinaba en to- Tes, rey do su apogeo? Un mandatario de largas vistas debe encauzar hasta los desmanes del vieio. Asi, pues, Vértiz maté habilmente los peringundines y los bailoteos tragicos de los suburbios de la 19 |

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