Está en la página 1de 6

La política agrícola describe un conjunto de leyes relacionadas con la agricultura nacional y

las importaciones de productos agrícolas extranjeros. Los gobiernos generalmente


implementan políticas agrícolas con el objetivo de lograr un resultado específico en los
mercados nacionales de productos agrícolas. En relación con lo anterior, Akarowhe (2017)
propuso que las políticas agrícolas son vías para mejorar las actividades relacionadas con el
cultivo, la ganadería, la silvicultura, el procesamiento y la comercialización de productos
agrícolas. [1] Las políticas agrícolas son metas, objetivos y vías predeterminadas establecidas
por un individuo o gobierno con el propósito de lograr un resultado específico, en beneficio del
individuo (s), la sociedad y la economía de las naciones en general. [1]Las políticas agrícolas
tienen en cuenta los procesos primarios, secundarios y terciarios en la producción agrícola. [1]
Los
resultados pueden incluir, por ejemplo, un nivel de oferta garantizado, estabilidad de
precios, calidad del producto, selección de productos, uso de la tierra o empleo.

espués del por qué de la política agrícola, la siguiente pregunta principal es ¿en qué consiste? El
contenido de la política macroeconómica es inequívoco: el déficit fiscal; la oferta monetaria; los
instrumentos requeridos para llevar estas variables a sus niveles meta, entre otros, el gasto público
y la recaudación fiscal, la emisión de bonos, las metas monetarias, las tasas de interés, el encaje
legal y los regulaciones bancarias; y, en muchos países, la tasa de cambio. A pesar de la gran
antigüedad de la agricultura y de las intervenciones gubernamentales en el sector, no existe un
consenso parecido acerca de la sustancia de la política agrícola.

La concepción de la política agrícola está experimentando cambios en todo el mundo.


Históricamente, uno de los principales instrumentos de la política agrícola ha sido el gasto
público. En todos los países se han efectuado erogaciones fiscales para una variedad de
propósitos en el sector. Algunas de las formas más prominentes de gasto han sido las inversiones
en infraestructura para propósitos tales como riego, almacenamiento, transporte y mercadeo; la
provisión directa de crédito a los productores y subsidios al crédito privado; la financiación de la
investigación, la extensión, y la producción de semillas; financiación de los déficit incurridos por los
programas de compra de granos a los agricultores a altos precios y su venta a los consumidores a
precios más bajos; y los pagos directos en programas ligados al no cultivo de tierras y otros
esquemas de ayuda.

La segunda clase principal de medidas de política ha consistido frecuentemente en controles,


principalmente sobre los precios y el comercio, pero a veces sobre el acceso a tierras y agua de
riego, y también sobre los propios niveles de la producción. El uso de precios de sostén y precios
administrados, tanto para consumidores como para productores, ha sido una costumbre
generalizada en todas las regiones del mundo; pero mientras continúa siendo una práctica común
en Europa y en Asia oriental y meridional, está siendo gradualmente eliminada en la mayor parte
de América Latina y África, y reducida en el Medio Oriente. La tercera clase principal de
instrumentos de políticas en muchos países ha sido la gestión directa de la producción y el
mercadeo a través de empresas de propiedad del Estado, que han actuado en un amplio abanico,
desde la producción colectiva, los aserraderos y las corporaciones pesqueras, hasta los bancos y
las empresas de comercialización. La tendencia en la mayor parte de los países es a reducir la
propiedad pública de activos en el sector, pero el ritmo de esos cambios varía de región a región.

POR QUÉ UNA POLÍTICA AGRÍCOLA?

Algunas veces los macroeconomistas y funcionarios públicos ponen en duda la raison d’être de la
política agrícola. Se arguye que los requisitos básicos para una exitosa transición económica o
experiencia de desarrollo son una correcta política macroeconómica, la máxima privatización
posible de las empresas públicas, y la eliminación de reglamentaciones y otras intervenciones
gubernamentales dañosas. De acuerdo con este punto de vista, no habría necesidad de una
política sectorial per se, una vez que los mercados sean liberalizados y la estabilidad
macroeconómica garantizada. Se pregunta ¿qué hace a la agricultura diferente de la industria
textil, la industria cementera o el negocio de restaurantes, en términos de políticas económicas?

Como respuesta se afirma, a veces, que la prioridad de la agricultura para los responsables de las
políticas deriva de que produce alimentos, segundos en importancia sólo al agua dulce para la
supervivencia humana. Este argumento es válido hasta cierto grado. Es relevante principalmente
para las zonas rurales pobres de los países de más bajos ingresos, que tienden a producir
mayormente para el autoconsumo. Pero se hace menos aplicable a medida que la economía
mundial se integra y el comercio exterior de alimentos se expande en casi todos los países. Se
acepta cada vez más que la nutrición de la mayoría de las familias pobres depende más de sus
ingresos y condiciones de salud que de si producen o no alimentos básicos. Se puede encontrar un
ejemplo en los agricultores de ladera de América Central, que pueden elevar sus ingresos
familiares de manera significativa pasando de cultivar maíz y frijoles a sembrar otros productos
para la venta.

Desde luego, la agricultura es la fuente principal de ingreso y empleo en el medio rural; de hecho,
en los países más pobres es a menudo la mayor fuente de empleo de toda la economía. Tal como
se señaló en el Capitulo 1, el crecimiento agrícola es también el camino principal para reducir la
pobreza, tanto en las zonas rurales como en las urbanas. Se reconoce universalmente que el alivio
de la pobreza es una preocupación válida y una responsabilidad de la política económica.

Existen otras razones básicas para considerar a la agricultura como un aspecto central de la
política económica. Ningún otro sector está tan profundamente interconectado con el resto de la
economía. La agricultura usa, y a veces abusa, varios recursos vitales que son limitados y
agotables: agua, tierra, bosques, reservas piscícolas. Estos son precisamente los recursos
naturales cuya utilización se ha demostrado muy difícil de sujetar a las reglas del mercado. El
enfoque de no-intervención absoluta, o de política de laissez faire, ha demostrado ser insostenible
en todos los países pues invariablemente lleva a la sobre explotación de estos recursos.

2.2.3 POLÍTICAS, PROGRAMAS Y PROYECTOS

Los programas son limitados en tiempo y recursos. Requieren la participación activa del gobierno
(aún cuando su ejecución sea contratada con el sector privado), y terminan cuando se acaba la
financiación. En cambio, las políticas son permanentes, por lo menos hasta que se diseñe y ponga
en práctica un nuevo sistema de políticas. No siempre requieren gastos del gobierno. Por ejemplo,
una ley que elimina las restricciones a la importación no requiere gastos o personal para
implementarla, y es permanente a menos que en el futuro se dicten nuevas limitaciones al libre
comercio. Si bien las políticas no siempre representan un costo para el gobierno, frecuentemente
implican un costo para los usuarios de servicios públicos, los productores en general, los agentes
del mercadeo, los consumidores y otros grupos de la economía. Parte del arte de formular y
ejecutar políticas es balancear estos costos con los beneficios de las nuevas políticas.

Los programas consisten en actividades directamente administradas (usualmente con personal


cuantioso), que requieren una interacción directa con agricultores, instituciones financieras y otros
agentes privados de la economía. Muchas políticas, al contrario, ejercen su influencia
indirectamente y consisten en la definición de las reglas del juego económico a través de leyes,
decretos y reglamentos; en principio muchas de ellas pueden aplicarse con ayuda de un pequeño
grupo de especialistas de un ministerio[34].

Los proyectos, al igual que los programas, están limitados en el tiempo y son intensivos en el uso
de personal. Usualmente involucran un componente significativo de inversión. Dependen de la
cuenta de capital del presupuesto público, mientras que los programas utilizan la cuenta corriente.
Sin embargo, algunos programas también incluyen gastos de inversión, de modo que la distinción
entre programas y proyectos no siempre es precisa. Esto es particularmente cierto en materia de
capacitación (formación de capital humano), donde se utilizan gastos corrientes para crear capital.

Frecuentemente se necesitan tanto programas como proyectos para implementar las políticas de
una estrategia. Si no derivan directamente de la estrategia sectorial o subsectorial, deben ser
formulados para que sean coherentes con ésta. En la jerarquía de decisiones gubernamentales,
los programas y los proyectos normalmente están subordinados y derivan de las políticas, las
cuales, a su vez, se formulan a menudo en el marco de la estrategia. En el mundo real de la
adopción de decisiones, con intereses y actores múltiples y contrapuestos, las cosas no funcionan
tan claramente; pero el intento de coordinar las políticas, los programas y los proyectos puede
aumentar la eficacia de todos ellos. Una inversión en riego es más productiva si está acompañada
de una ley que facilite la creación y el funcionamiento de asociaciones de usuarios del agua
(Capítulo 6). Una inversión en ganadería brinda mayores retornos a los ganaderos si el sistema
financiero se fortalece y permite financiar el manejo adecuado de los hatos (Capítulo 7). Un
programa de desarrollo comunitario puede ser más eficaz si se ha tomado la decisión política de
descentralizar y hacer más participativas la investigación y la extensión (Capítulo 8).

bjetivos de la política agrícola común


Creada en 1962, la política agrícola común (PAC) representa una asociación entre
la agricultura y la sociedad, entre Europa y sus agricultores. Sus objetivos son:

 apoyar a los agricultores y mejorar la productividad agrícola, asegurando un


suministro estable de alimentos asequibles
 garantizar a los agricultores de la Unión Europea (UE) un nivel de vida razonable
 contribuir a la lucha contra el cambio climático y la gestión sostenible de los
recursos naturales
 preservar los paisajes y zonas rurales de toda la UE
 mantener viva la economía rural, impulsando el empleo en la agricultura, las
industrias agroalimentarias y sectores asociados.

La PAC es una política común a todos los países de la Unión Europea. Se


gestiona y financia a escala europea mediante los recursos del presupuesto de la
UE.

Objetivos y beneficios de la PAC


La PAC define las condiciones que permiten a los agricultores cumplir sus
funciones en la sociedad.
Producir alimentos

 En la UE hay 10 millones de explotaciones agrícolas y 22 millones de personas


que trabajan habitualmente en el sector. Nos ofrecen una impresionante variedad
de productos abundantes, asequibles, seguros y de calidad.
 La UE es conocida en todo el mundo por sus tradiciones alimenticias y culinarias y
es uno de los principales productores y exportadores netos mundiales de
productos agroalimentarios. Debido a sus excepcionales recursos agrícolas, la UE
puede y debe desempeñar un papel clave a la hora de garantizar la seguridad
alimentaria de todo el planeta.

Desarrollo de las comunidades rurales

 Nuestro campo y sus inestimables recursos naturales ofrecen muchos puestos de


trabajo ligados a la agricultura. Los agricultores necesitan maquinaria, edificios,
combustible, fertilizantes y asistencia sanitaria para los animales; son los
denominados sectores "anteriores".
 Otras personas encuentran trabajo en actividades "derivadas", como la
preparación, transformación y acondicionamiento de los alimentos o su
almacenamiento, transporte y distribución. En conjunto, los sectores de la
agricultura y la alimentación crean aproximadamente 40 millones de puestos de
trabajo en la UE.
 Para funcionar con eficiencia y mantenerse productivos y al día, los sectores
derivados necesitan un acceso rápido a la información más reciente sobre
cuestiones agrícolas, métodos de cultivo y evaluación del mercado. A lo largo del
periodo 2014-2020, se prevé que la PAC suministre tecnologías de alta velocidad
y servicios de internet mejorados a 18 millones de ciudadanos de las zonas
rurales, el equivalente al 6,4% de la población rural de la UE

Agricultura ambientalmente sostenible

 Los agricultores afrontan un doble desafío: producir alimentos al tiempo que


protegen la naturaleza y preservan la biodiversidad. Utilizar con prudencia los
recursos naturales es esencial para nuestra producción de alimentos y nuestra
calidad de vida, hoy, mañana y para las generaciones venideras.

LOS PRINCIPIOS DE LA POLÍTICA AGRÍCOLA

Además de establecer los objetivos y los medios de la política, el marco estratégico debe también
tener en cuenta los principios que guían las medidas de política. En otras palabras, los
objetivos de la política no se deben perseguir a cualquier costo. Los principios representan
condiciones o límites a los tipos de acciones (medios) utilizables para intentar alcanzar los
objetivos estratégicos.

Los cinco principios básicos para que una estrategia agrícola sea sostenible en el largo plazo
son[37]:

 Sostenibilidad económica. La estrategia debe encontrar maneras de procurar beneficios


económicos reales al sector rural. Si bien la disciplina fiscal es importante, aquello significa,
entre otras cosas, no sujetar pura y simplemente el sector a los recortes fiscales de los
programas de ajuste estructural. Vale la pena recordar lo indicado en el Capitulo 1 acerca
de la importancia del desarrollo agrícola para el crecimiento de toda la economía.
 Sostenibilidad social. La estrategia debe también mejorar el bienestar económico de los
grupos de bajos ingresos y otros grupos desaventajados, incluyendo las mujeres. De otra
manera perdería su viabilidad social.
 Sostenibilidad fiscal. No se deben emprender políticas, programas y proyectos cuyas
fuentes de financiamiento no sean plenamente identificadas. En una época de creciente
estrechez fiscal en todos los países, la aplicación de este principio incentiva la búsqueda
de nuevas fuentes de ingresos fiscales y las maneras mediante las cuales los beneficiarios
de las políticas, programas y proyectos puedan contribuir a su financiamiento, es decir,
maneras de fomentar la recuperación de los costos.
 Sostenibilidad institucional. Las instituciones creadas o apoyadas por las políticas
deberían ser robustas y capaces de sostenerse por sí solas en el futuro. Por ejemplo, las
instituciones financieras que solamente otorgan crédito a los agricultores y ganaderos, sin
la capacidad de captar depósitos, no tienen muchas posibilidades de sobrevivir a la larga.
Igualmente, los servicios de investigación y extensión sostenidos principalmente por
préstamos internacionales y donaciones tampoco son sostenibles a largo plazo.
 Sostenibilidad ambiental. Se deberían aplicar políticas que fomenten el manejo
sostenible de bosques y pesquerías y reduzcan a niveles manejables la contaminación de
las fuentes de agua y la degradación del suelo. En algunos países, un reto principal para la
política agrícola es frenar o detener la expansión de la “frontera agrícola”, o sea las zonas
donde el cultivo es posible sólo si se derriban árboles.

2.2.2 UNA TAXONOMÍA DE LAS POLÍTICAS AGRÍCOLAS

Dada la diversidad de las políticas agrícolas, resulta útil analizarlas desde el punto de vista de los
requerimientos del productor. Para poder trabajar provechosamente, los productores necesitan tres
cosas básicas: incentivos adecuados para producir, una base de recursos segura (tierra agrícola,
agua) y acceso a los mercados de insumos y productos, incluyendo la tecnología. En
consecuencia, la política agrícola consta de tres grandes componentes:

 Política de precios, que en la economía de mercado está determinada en su mayor parte,


pero no totalmente, por las políticas macroeconómicas.
 Políticas de recursos; incluyendo la política de tenencia de tierras y las políticas de
manejo de los recursos (tierra, agua, bosques y pesquerías).
 Políticas de acceso, incluyendo el acceso a insumos agrícolas, mercados de productos y
tecnología. La política financiera rural es una parte importante de la política de acceso, ya
que la financiación es en muchos casos un prerrequisito para obtener insumos y
comercializar los productos.

Las divisiones entre estos tres grandes grupos de políticas no son rígidas. Por ejemplo, las
medidas de política diseñadas para mejorar los canales del mercadeo (mejorar el acceso)
probablemente también elevan los precios en las fincas y, por tanto, forman parte de la política de
precios. Una concepción amplia de la política de recursos incluye al capital humano, un recurso
básico para el cual son esenciales la educación rural y los programas de capacitación. El papel de
la política de tenencia de tierras es proporcionar seguridad de acceso a este recurso, lo cual puede
ser tan importante como el acceso físico a la tierra.

La mayoría de las políticas son relevantes para todo el sector, o la mayor parte, y generalmente no
son específicas para cultivos determinados. En este sentido, no hay una política para la yuca o una
política para el maíz, ni una política para el trigo o para el plátano. Las buenas políticas facilitan el
trabajo del agricultor, una parte del cual consiste en seleccionar la combinación de cultivos y
productos ganaderos. La diferenciación de políticas según productos corre el riesgo de crear
mayores incentivos para unos que para otros, y los gobiernos usualmente no cuentan con los
mejores criterios para definir los cultivos que tienen perspectivas más favorables. El mercado y el
criterio de los agricultores pueden realizar esa elección con mayor confiabilidad.

Sin embargo, es práctica común establecer programas públicos para productos importantes:
programas para la renovación de los cafetales o el desarrollo lechero o el mejoramiento del arroz.
Dichos programas representan uno de los medios para la implementación de las políticas.

También podría gustarte