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EL CONCEPTO DE DISEÑO INSTITUCIONAL

Tesis de Maestría en Filosofía


Agosto de 2005

Pablo Abitbol
Departamento de Filosofía
Universidad Nacional de Colombia
ÍNDICE

PREFACIO 3

INTRODUCCIÓN 5

Motivación (problema, justificación y antecedentes) 5

Definiciones preliminares 10

Estructura general del argumento 14

I. EL DISEÑO COMO PROCESO DE DECISIÓN 16

1. Teoría intencional de la acción humana 16

2. Teoría de decisiones 19

3. El diseño como proceso de toma de decisiones 23

II. LA ECONOMÍA POLÍTICA DEL CAMBIO INSTITUCIONAL 27

4. Instituciones formales e informales 27

5. Emergencia y cambio de instituciones formales 34

6. Emergencia y cambio de instituciones informales 40

III. CONCLUSIONES 42

7. La evolución de las instituciones sociales humanas 43

8. El valor normativo del concepto de diseño institucional 48

EPÍLOGO: UN CONCEPTO INSTITUCIONAL DE DISEÑO 52

BIBLIOGRAFÍA 54

ANEXO 1 64

ANEXO 2: DEFINICIONES 67
PREFACIO

Este trabajo se origina en las tres actividades que he desarrollado en los últimos diez
años: el trabajo en el sector público colombiano, la enseñanza de la ciencia política y el
estudio de la filosofía. Mi idea al finalizar el pregrado era profundizar, tanto en la
práctica de la gestión pública, como en el conocimiento de teorías y de herramientas
conceptuales que me ayudaran a organizar ideas concretas y coherentes sobre lo que iba
descubriendo en la realidad.

El trabajo en el sector público resultó ser mucho más interesante y retador de lo que mi
imaginación de universitario idealista jamás alcanzó a prever, y hoy el viaje de
exploración que me había propuesto como tarea académica, se ha convertido en una
pasión cotidiana y en una carrera profesional. Aun así, se hizo la tarea: la idea de realizar
un análisis del concepto de “diseño institucional” hace parte de un intento de recoger
ordenadamente conceptos que se utilizan en el día a día de la gestión pública y que
afectan en gran medida sus resultados; particularmente, la idea tras el uso del concepto de
diseño institucional puede ser parte clave de la permanente sensación de frustración por
las cosas que no ocurren como se planean.

La enseñanza de la ciencia política ha sido para mi básicamente un ejercicio de


aprendizaje. Las clases de teoría institucional, de gestión pública y toma de decisiones y
de economía política (y especialmente el inquisitivo interés de los estudiantes) han sido
un mecanismo ideal para forzarme a estudiar y profundizar en áreas fundamentales de la
ciencia política que reciben muy poca atención en las facultades colombianas1.

Para mi, el estudio de la filosofía ha sido como el difícil y paciente aprendizaje de un


instrumento musical; para lo cual no basta con aprender un nuevo lenguaje (incluso una
notación), sino para lo cual además hay que atravesar un arduo proceso para ir
adquiriendo la capacidad para interpretar con elegancia y rigurosidad piezas de increíble
complejidad. En este sentido, el presente trabajo, que busca situarse en la tradición que
aplica el análisis conceptual a la teoría política y social, es apenas un primer intento de
realizar un trabajo ceñido a los cánones de la filosofía analítica.

Este escrito representa, así, el final del trayecto personal que me había trazado hace
tiempo. Pero, en tanto que busca describir un panorama completo de los temas que me
interesan, también representa el inicio de un nuevo proyecto de vida; centrado en la idea
de profundizar académicamente en el estudio del origen y el cambio de las instituciones
sociales humanas, y en busca de teorías que contribuyan en el diseño de las instituciones
que requieren países como el mió para el logro de la paz.

1
Diversas partes del contenido de este escrito fueron presentadas en los cursos de Gestión
Pública y Toma de Decisiones (Maestría en Ciencia Política, Universidad de Los Andes 2004),
Economía Política II (Carrera de Ciencia Política, Pontificia Universidad Javeriana 2004, 2005),
Teoría y Metodología del Análisis y Diseño Institucional (Facultad de Ciencia Política, Pontificia
Universidad Javeriana 2004) y Diseño Institucional (Maestría en Ciencia Política, Pontificia
Universidad Javeriana 2005).
"A camel," it has been said, "is a horse designed by a committee." This
might sound like a telling example of the terrible deficiencies of
committee decisions, but it is really much to mild an indictment. A
camel may not have the speed of a horse, but it is a very useful and
harmonious animal -well coordinated to travel long distances without
food or water. A committee that tries to reflect the diverse wishes of
its different members in designing a horse could very easily end up
with something far less congruous: perhaps a centaur of Greek
mythology, half a horse and half something else -a mercurial creation
combining savagery with confusion.

Amartya Sen: The Possibility of Social Choice, Nobel Lecture 1998.

4
INTRODUCCIÓN

“Nature (the art whereby God hath made and governs the world) is by the art of man, as
in many other things, so in this also imitated, that it can make an artificial animal.”

Thomas Hobbes: Leviathan: “The Introduction”.

El objetivo de este texto es analizar el concepto de “diseño institucional”, el cual


expresa la idea de creación intencional de reglas de comportamiento social. La tesis que
se defiende en este trabajo es que el concepto de diseño institucional tiene mayor valor
normativo que positivo; es decir que es más útil para orientar procesos que busquen
transformar las instituciones que para explicar el origen y el cambio de las mismas. A
continuación se presentan las motivaciones de este trabajo, algunas definiciones
preliminares y la estructura general del argumento.

Motivación (problema, justificación y antecedentes)

El concepto de diseño institucional, como expresión de la idea de creación


intencional de reglas de comportamiento social, es central en campos como el derecho, la
política pública, la administración o la ética. Si se entienden las leyes jurídicas como
sistemas de reglas2, entonces buena parte del ejercicio del derecho se basa en la idea de
que se pueden modificar o crear nuevos sistemas de reglas para orientar el
comportamiento social de unos individuos que de alguna manera están sujetos a ellas3. Si
se entiende la política pública como la definición gubernamental de reglas de asignación
de recursos4, entonces se puede pensar que parte fundamental del diseño de políticas
públicas consiste en la creación y la transformación intencional de dichas reglas, y que la
política puede ser vista como la lucha por la autoridad para crear o cambiar esas reglas,
así como para transformar las que definen cómo acceder a la autoridad gubernamental5.
Si se entienden las organizaciones como grupos de personas integrados verticalmente en

2
Para una discusión de las leyes jurídicas como sistemas de reglas, ver Hart 1961; ver también
Posner 1992.
3
Para una definición del ejercicio del derecho, ver Berman 1983.
4
Para una definición de las políticas públicas en términos de reglas, ver Dixit 1996.
5
Para una definición de este aspecto central de la política, ver Downs 1957.

5
un sistema de reglas contractuales6, entonces parte esencial de las ciencias de la
administración consiste en adaptar intencionalmente esas reglas para que los miembros
de la organización no se desvíen de su meta7. Si se entiende la ética como el conjunto de
reglas que las personas deberían seguir cuando actúan8, entonces su estudio se orienta en
buena medida hacia la guía y la evaluación de la conducta humana mediante la creación o
la modificación de reglas de comportamiento9.

En todos estos campos, la idea de “diseño institucional” apunta a dos tipos de


usos distintos. Primero, que se puede explicar la existencia, el cambio y el
funcionamiento de unos sistemas de reglas haciendo explícita su intención, su razón de
ser, su diseño. Segundo, que se puede orientar la transformación de ciertos sistemas de
reglas mediante procesos de diseño a partir de los cuales éstas se creen o modifiquen con
una intención determinada.

En el primer caso, la explicación a la que se pueda llegar haciendo uso del


concepto de diseño institucional depende de la búsqueda de un relato en torno a la
historia causal10 que conduce desde una intención hasta una institución existente. El valor
explicativo, positivo, del concepto de diseño institucional depende así en primera
instancia de la coherencia y la veracidad que dicha historia causal pueda llegar a tener.
¿Es lógicamente coherente una historia causal que conecte intenciones humanas con
instituciones sociales?

En el segundo caso, la orientación que se pueda ofrecer utilizando este concepto


depende de la búsqueda de principios de diseño institucional que digan dos cosas: en

6
Para una definición de las organizaciones en estos términos, ver Williamson 1985.
7
Para una revisión de la literatura económica sobre los problemas contractuales principal-agente,
ver Eggertsson 1990; para el diseño institucional de mecanismos administrativos, ver Miller
1992; una visión distinta sobre el papel de las reglas de comportamiento en las organizaciones se
encuentra en Simon 1947; una aproximación reciente al diseño institucional de organizaciones es
March 1999; para aproximaciones similares a la administración pública, ver Wilson 1989, Moore
1995.
8
Para una discusión sobre el papel de las reglas en la ética, ver Rawls 1955.
9
Un vistazo general de ésta y otras concepciones de la ética se encuentra en Singer (ed.) 1991.
10
Para una discusión del papel del relato causal en la explicación científica, ver Lewis 1986,
Elster 1989 y Jackson, Pettit y Smith 2004.

6
primer lugar, cómo lograr que una intención se refleje en el producto; en segundo lugar,
qué intención se debe tratar de reflejar en el producto. La primera sería una orientación
práctica y la segunda una orientación ética. En estos dos sentidos, el valor orientador,
normativo, del concepto de diseño institucional depende crucialmente de su valor
explicativo. Aunque una explicación basada en hechos no es suficiente para formular una
afirmación valorativa (Ley de Hume), la explicación causal sí es necesaria para evaluar la
factibilidad de que una institución incorpore una intención determinada y, por lo tanto,
para formular una prescripción normativa en esos términos11.

Si la idea de creación intencional de reglas sociales ocupa una posición central en


la cultura humana12, si es cierto que es crucial en los campos de la acción social que se
han señalado más arriba –y en cuántos más-, entonces conviene analizar la familia de
conceptos que se usan para referirse a ella y que podemos expresar mediante el término
“diseño institucional” 13. ¿Cuál es su valor explicativo, cuál es su valor normativo?

El análisis conceptual14 busca establecer los elementos constitutivos de una idea y


describir sus relaciones lógicas y semánticas15. Este trabajo es un ejercicio en análisis
conceptual, orientado a encontrar los elementos constitutivos de la idea de diseño

11
Una discusión sobre el valor normativo del concepto de diseño institucional y su relación con la
factibilidad del diseño institucional se encuentra en Goodin 1996. Una discusión sobre la
importancia del principio “debe implica puede” en el diseño institucional se encuentra en Hardin
1996: 128.
12
Hasta este punto, no se ha hecho referencia a una faceta fundamental del concepto de diseño
institucional en la cultura humana: la que tiene que ver con los mitos creacionistas sobre el origen
de las reglas sociales de la humanidad. En este sentido, se puede hablar de argumentos de diseño
–similares a los que buscan dar cuenta de la existencia y el orden del universo como
necesariamente derivados de una intención divina (ver Hume 1779, Harris 1983: 53 - 63,
Swinburne 1979/1991)- para explicar el origen de las reglas sociales humanas; por ejemplo:
Código de Hammurabi (esp. prólogo y epílogo), el Corán (esp. azoras 2, 7, 17, 26, 39, 56, 65 y
74) y Éxodo (15:22 – 40:38).
13
Dicha familia de conceptos incluye los términos “ingeniería institucional” y “rediseño
institucional”. El uso explícito del término diseño institucional es cada vez más frecuente, ver por
ejemplo Ostrom 1992, Sartori 1994, Reynolds y Reilly 1997, Rodríguez-Raga 1998.
14
Para una revisión de las discusiones sobre el significado de “análisis conceptual” y su papel en
el proyecto en la filosofía analítica ver Beaney, Michael, "Analysis", The Stanford Encyclopedia
of Philosophy (Summer 2003 Edition), Edward N. Zalta (ed.), URL =
<http://plato.stanford.edu/archives/sum2003/entries/analysis/>.
15
Para una discusión sobre el papel del análisis conceptual en la filosofía política contemporánea,
ver Pettit 1993.

7
institucional y a establecer si existe una relación coherente entre ellos. En este trabajo, se
trata de establecer si unir las palabras “diseño” e “institucional” tiene sentido en términos
de su uso en explicaciones causales que brinden un fundamento para su uso normativo, o
si hacerlo implica algún tipo de contradicción o incoherencia. Para ello no basta con
descomponer el concepto de diseño institucional en estos dos elementos básicos; es
preciso continuar con la descomposición de “diseño” y de “institucional” en sus propios
elementos constitutivos y describir y evaluar la coherencia de sus interrelaciones. El
ejercicio será útil en la medida en que arroje alguna luz sobre el alcance y los límites
pragmáticos del concepto analizado.16

Claramente, este tipo de ejercicio requiere un lenguaje de referencia, puesto que


en distintos juegos de lenguaje el análisis conceptual arrojará resultados diferentes17. El
lenguaje de referencia, el marco teórico, para hacer esta indagación conceptual será el de
la nueva economía política18, por dos razones. En primer lugar, porque el concepto de
diseño institucional es esencial en la economía política. Si se entiende la economía
política como el análisis del comportamiento de actores racionales bajo restricciones
institucionales, entonces parte importante del campo de su actividad está en diseñar
restricciones que orienten el comportamiento humano hacia resultados deseables desde
algún punto de vista19. En segundo lugar, porque, como se verá más adelante, los
términos más adecuados para el análisis del concepto de “diseño” (p.ej. intención,
decisión, racionalidad, etc.) operan al mismo tiempo como fundamentos conceptuales de
la economía política. (En esta medida, un análisis crítico del concepto de diseño
institucional podría hacer parte de una nueva crítica de la economía política.)

Aunque las reflexiones en torno al papel crucial de la idea de creación intencional


de reglas en las ciencias sociales son una constante desde los inicios de estas disciplinas,
16
El presente trabajo, entendido como un ejercicio en análisis conceptual, no le hace justicia a la
riqueza y complejidad de dicho método filosófico. Una defensa del análisis conceptual en la
filosofía contemporánea se encuentra en Jackson 1998.
17
Pitkin 1972, Hacker 1996.
18
Una serie de textos representativos de la nueva economía política se encuentra en Alt y Shepsle
(eds.) 1990 y Banks y Hanushek (eds.) 1995; para una visión panorámica de la disciplina, ver Alt
y Alesina 1996.
19
Para una visión representativa de la economía política en estos términos, ver Laffont 1999.

8
el antecedente más reciente sobre el tema es Goodin (ed.) 1996: The Theory of
Institutional Design20. Este volumen recoge una serie de textos sobre la idea de diseño
institucional, y da inicio a una serie de Cambridge University Press con el nombre
Theories of Institutional Design. El artículo inicial (Goodin 1996) presenta una
panorámica del institucionalismo en la evolución de diversas disciplinas de estudios
sociales, explora la problemática del concepto de diseño institucional y propone algunos
criterios de diseño. De especial interés para el presente trabajo es la problematización del
concepto propuesta por Goodin. Con base en ella, se podría decir que hay dos ejes de
tensión en el concepto de diseño institucional: (1) la tensión entre la factibilidad del
diseño institucional y su valor normativo, donde el segundo depende de la primera; y (2)
la tensión entre diseño intencional y evolución como descripciones de la dinámica del
cambio institucional. Para Goodin, dada la lógica evolutiva del cambio institucional, el
(re)diseño de instituciones es indirecto: la creación o el cambio intencional de
instituciones se enfoca no en las instituciones mismas sino sobre los mecanismos de
selección que determinan la supervivencia de unas u otras. Visto así, el (re)diseño
institucional (indirecto) es una empresa factible, y por lo tanto se deben buscar criterios
que sirvan como orientaciones normativas de los procesos de diseño; tanto en términos de
cómo realizarlos, como en términos de hacia dónde conducirlos. El análisis del concepto
de diseño institucional propuesto en el presente trabajo se ubica en el contexto dado por
Goodin, pero se diferencia en su tratamiento del tema en dos aspectos. Primero, no se
aborda el concepto de diseño institucional desde la perspectiva amplia de la Teoría
Social, sino desde una más estrecha: el lenguaje de la nueva economía política,
específicamente dentro de su vertiente neoinstitucional. Segundo, no se aborda
directamente el problema de la factibilidad del diseño institucional, sino el de su valor
positivo, explicativo; para de ahí derivar conclusiones respecto a su valor normativo.

20
Hay traducción al español: La Teoría del Diseño Institucional; Gedisa, Barcelona, 2003.

9
Definiciones preliminares21

Hasta este punto se ha asumido que el concepto de diseño institucional expresa la


idea de una creación intencional de reglas de comportamiento social. Es el momento de
explicar y precisar esta definición.

Definición I: Diseñar es crear o transformar algo con una intención.22

A primera vista esta definición puede parecer estar dejando de lado una serie de
connotaciones importantes del concepto de diseño. En primer lugar, la palabra diseño
connota planeación; la idea de que diseñar algo implica en gran medida tener un plan
para crearlo. Pero un plan puede ser visto como la especificación de los detalles de la
intención que debe verse reflejada en el producto final. En segundo lugar, la palabra
diseño connota que algo está en borrador; la idea de que el diseño apenas es una idea
inicial de lo que se va a crear. Pero, de nuevo ¿por qué hacer un borrador sino para
hacerse una idea sobre cómo podría llegar a incorporar el producto la intención deseada?
En tercer lugar, la palabra diseño connota abstracción; la idea de que el diseño es una
imagen ideal del producto final. Pero, se podría insistir ¿para qué ver la idea en abstracto
si no es para evaluar la distancia que hay o podría llegarse a dar entre la intención y el
producto final? En cuarto lugar, la palabra diseño connota la adecuación de forma y
función; la idea de que el diseño es la manera de crear un objeto cuya forma cumpla con
una función. Pero esto quiere decir que, desde este punto de vista, debe dársele al diseño
esta intención específica: que su forma cumpla adecuadamente con una función; y quizás
para algunos ésta no sea la única intención que debe orientar el diseño, incluso quizás no
la principal. En quinto lugar, la palabra diseño connota buen ajuste23; la idea de armonía
entre el objeto diseñado y su contexto. De nuevo, esta puede ser una intención del
diseñador, la pregunta para la teoría del diseño es si el buen ajuste o la adecuación de
21
Se incluye una lista completa de las definiciones usadas en el argumento en el Anexo 2.
22
Se simplifica con esta definición (1) el caso en que se busque crear algo con una serie de
intenciones sistemáticamente relacionadas, (2) el caso en que se busque crear algo con la
intención de que la creación cumpla con una intención, así como (3) los derivados de estas dos
variantes. Lo fundamental para el presente argumento es que en cualquier caso de diseño hay al
menos una intención, un propósito, en mente.
23
“Goodness of fit”: Alexander 1964.

10
forma y función deben ser las intenciones o parte de las intenciones principales del
diseño.24

Así, diseñar en general es una actividad que incluye hacer planes, o planos,
maquetas, borradores, visualizar ideas abstractas del producto final. Es una actividad
cuyos resultados se evalúan desde criterios como la adecuación de forma y función o el
buen ajuste. Pero esencialmente todo ello se hace como parte de una actividad que
finalmente busca que algo quede hecho como el diseñador quiere que quede hecho. La
idea, el concepto, de diseño, depende crucialmente de la idea de que el objeto pueda
incorporar –en mayor o menor medida- la intención o las intenciones de su creador.

Definición II: Las instituciones son reglas de comportamiento individual en


situaciones de interacción estratégica. Esta definición exige una serie de precisiones.

En primer lugar, esta definición depende de una diferenciación entre las


instituciones como las reglas de juego en una sociedad y las organizaciones como los
jugadores. El uso corriente del término institución (autorizado por varios diccionarios
consultados en inglés y en español) admite la ambigüedad. Con él suele hacerse
referencia, entre otras cosas, a ciertas organizaciones (como el ejército, la iglesia, la
universidad, etc.) o a ciertas arenas de acción (el congreso, una corte, una asamblea
comunitaria). Para eliminar dicha ambigüedad, en el contexto de la nueva economía
política, y particularmente dentro de la corriente de economía neo-institucional, se
diferencian tajantemente los tres términos: instituciones son reglas sociales;
organizaciones son grupos de personas que persiguen colectivamente ciertos objetivos; y
arenas de acción son espacios de deliberación, negociación y toma de decisiones
públicas o colectivas25.

24
Para definiciones, diversas connotaciones y criterios de valoración de “diseño”, ver Alexander
1964, Papanek 1972, Norman 1988, Lidwell, Holden y Butler 2003. Para la construcción y
depuración de la definición de diseño también se utilizó una entrevista aplicada a una serie de
profesionales de diversas disciplinas cuyas actividades incluyen o pueden interpretarse como
diseño (ver Anexo 1).
25
North 1990a, Mantzavinos 2001, Ostrom 1986.

11
En segundo lugar, se usa el término “regla” con el significado de entidades
lingüísticas que se refieren a prescripciones sobre los comportamientos requeridos,
prohibidos o permitidos en arenas de acción específicas26. En el marco de esta
definición, es preciso mencionar tres discusiones en torno al uso de la palabra “reglas”:

A. La primera, tiene que ver con la idea de que las supuestas reglas que se siguen con
regularidad en la vida social no necesariamente se siguen conscientemente. No es
necesario suponer que dos personajes están siguiendo conscientemente una regla social
para explicar lo que ocurre cuando uno extiende su mano para saludar y el otro reacciona
extendiendo la suya para estrechar la que se le ofrece. Decir que los personajes “siguen
una regla” es una forma de interpretar y describir comportamientos en términos de
personajes que actúan de acuerdo con una regla, que actúan como si siguieran una
regla27. Así, la descripción de un comportamiento en términos de la formulación
discursiva de una regla, es ya una interpretación de esa regla28. En este sentido, es
importante aclarar que cuando se habla de las instituciones como reglas se está
interpretando así una característica de la realidad social: la existencia de prácticas
recurrentes que operan como restricciones al comportamiento en contextos
determinados.

B. La segunda tiene que ver con la idea de que, aun dada la salvedad anterior, sí hay
reglas que se siguen conscientemente, u ocasiones en que las prácticas recurrentes se
formulan y se siguen conscientemente como reglas en la mente del actor cuando éste
decide cómo actuar. Así, hay reglas escritas (leyes jurídicas, estatutos organizacionales,
metodologías, etc.) y hay reglas –o prácticas significativamente regularizadas- no escritas
(normas, valores, tradiciones, hábitos, etc.), y ambas son susceptibles de seguimiento
consciente o inconsciente29. Es importante anotar en este punto que, aunque relacionada,

26
Ostrom 1986.
27
Este debate se origina en Wittgenstein 1953; para una revisión de las posiciones en torno al
mismo, ver Kripke 1982, Hacker y Baker 1985, Hacker 1990, Pettit 1990, Bloor 1997.
28
Giddens 1984: 23.
29
Giddens 1984.

12
la diferenciación entre reglas escritas y no escritas NO es la diferenciación conceptual
entre reglas formales y reglas informales, sobre la cual trabajaremos más adelante30.

C. La tercera tiene que ver con la definición de instituciones como reglas; algunos autores
no estarían de acuerdo con tal análisis. En el terreno de la sociología, por ejemplo,
Giddens (1984) define a los conjuntos de reglas que siguen los actores y de recursos con
que cuentan, como estructuras sociales cuyas propiedades estructuran y contribuyen en la
reproducción de totalidades sociales. Las prácticas con mayor extensión espacio-temporal
dentro de esas totalidades son lo que él llama instituciones, haciendo así una
diferenciación analítica entre reglas e instituciones. En el terreno de la antropología, por
citar otro ejemplo, Douglas (1986: 46) define el concepto de institución como
“agrupamiento social legitimado”. Es necesario resaltar, entonces, que el lenguaje de
referencia que se utilizará en este trabajo para el análisis del concepto de diseño
institucional es el de la economía neoinstitucional, para la cual “instituciones” son reglas
sociales.

En tercer lugar, esta definición de instituciones habla de las reglas como reglas de
comportamiento individual. Se podría decir que, si las instituciones son las reglas y las
organizaciones los jugadores, entonces las reglas orientan el comportamiento de grupos
de personas, más que el de individuos. Sin embargo, el comportamiento organizacional es
analizable en términos del comportamiento de los individuos que componen la
organización. En este sentido, se debe precisar que en este trabajo se adopta una
perspectiva de individualismo metodológico31 por dos razones: (1) las instituciones
regulan el comportamiento organizacional en la medida en que orientan el
comportamiento de los individuos miembros de la organización, y (2) el individualismo

30
La distinción entre reglas formales e informales no es la única distinción en las discusiones
sobre el concepto y el estatus ontológico de las reglas en las ciencias sociales; p.ej.: Hart
1961/1994 distinguen entre reglas primarias y secundarias, Rawls 1955 distingue entre los
conceptos sumario y práctico de las reglas, y Searle 2003 distingue entre reglas regulativas y
constitutivas.
31
Elster 1989.

13
metodológico es el paradigma analítico sobre el cual reposa la estructura conceptual de la
economía política32.

En cuarto lugar, se habla de reglas de comportamiento individual en situaciones


de interacción estratégica, en la medida en que se supone que las instituciones sociales
propiamente dichas sólo son aquellas reglas de comportamiento con significado social y,
por lo tanto, cuya expresión comportamental se da exclusivamente en situaciones de
interacción entre varios individuos33. Cuando una institución establece una regla de
comportamiento privado, un curso de acción requerido, prohibido o permitido en la
interacción de un individuo consigo mismo, es porque, en el contexto cultural en el que
se prescribe esa regla, se percibe públicamente alguna consecuencia social de dicho
comportamiento. Tal consecuencia sólo será importante para la comunidad en la medida
en que el individuo entre en interacción con otros.

Definición III:

En suma, y con las aclaraciones precedentes en mente, se define preliminarmente


diseño institucional como la creación o la transformación intencional de reglas de
comportamiento individual en situaciones de interacción estratégica.

Estructura general del argumento

La pregunta rectora para realizar un análisis del concepto de diseño institucional


desde el lenguaje de la economía política será ¿tiene algún valor explicativo o normativo
hablar de creación o transformación intencional de reglas de comportamiento individual
en situaciones de interacción estratégica? Para responder a esta pregunta, se propone la
siguiente estructura argumental:

La primera parte del análisis se centra en la definición del proceso de diseño como
un proceso de toma de decisiones mediante el cual un diseñador intenta plasmar su
32
Shepsle y Bonchek 1997.
33
Weber 1922, Winch 1958, Giddens 1984.

14
intención en un objeto. Para ello, el primer capítulo expone los componentes básicos de la
teoría intencional de la acción, el segundo capítulo examina la lógica general de un
proceso de toma de decisiones y el tercer capítulo muestra una manera de describir el
proceso de diseño en el marco de la teoría de decisiones. La presentación del proceso de
diseño en el marco de la teoría de decisiones resulta conveniente, además, en la medida
en que dicha teoría (como queda expuesta en los primeros dos capítulos de esta parte)
representa los supuestos comportamentales de la nueva economía política, que será el
marco de análisis que se utilizará en lo que sigue del argumento.

La segunda parte del argumento se centra en el análisis de la lógica general del


cambio institucional, examinada desde el punto de vista de la nueva economía política.
Así, en el cuarto capítulo se diferencian dos tipos de instituciones: aquéllas que operan
como reglas formales y las que operan como reglas informales. El quinto capítulo
presenta la economía política del cambio institucional en términos de la lógica de la
transformación de reglas formales. Para ello, se examinan algunas implicaciones de la
teoría de elección social, del análisis espacial de decisiones públicas y de la teoría juegos,
en términos del valor positivo del concepto de diseño institucional. El sexto capítulo
presenta la economía política del cambio institucional en lo que respecta a la lógica de la
transformación de reglas informales. Para ello, se examina la teoría del cambio
institucional informal propuesta por el neoinstitucionalismo. La conclusión es que resulta
sumamente problemático explicar el cambio institucional, tanto de reglas formales como
de reglas informales, en términos de diseño.

La tercera parte inicia (capítulo séptimo) preguntándose si existe alguna


alternativa distinta al argumento de diseño para explicar el origen y el cambio
institucional, y presenta algunas teorías evolucionistas que se han propuesto al respecto.
El octavo capítulo ofrece algunas reflexiones generales respecto al valor normativo del
concepto de diseño institucional, basadas en la argumentación precedente. (Se reserva un
epílogo para presentar algunas consideraciones generales respecto a un concepto
institucional de diseño.)

15
I. EL DISEÑO COMO PROCESO DE DECISIÓN

“Design is choice.”34

Diseñar es crear o transformar algo con un propósito en mente, con una intención.
En este capítulo se presenta el diseño como un proceso de decisión; es decir, un proceso
en el cual el diseñador elige, entre una serie de cursos de acción posibles, aquellos
mediante los cuales espera lograr que sus creaciones incorporen su intención. Así, como
en cualquier otra actividad humana, el agente siempre trata de hacer lo que quiere sujeto a
lo que puede. La primera sección presenta la teoría intencional de la acción humana. La
segunda presenta una teoría de decisiones basada en intenciones. La tercera examina el
diseño como un proceso de toma de decisiones.

1. Teoría intencional de la acción humana

Explicar un evento es presentar información sobre su historia causal35. Según la


teoría intencional de la acción, las causas de una acción humana son las razones del
agente que actúa.

La versión estándar de la teoría intencional de la acción humana se presenta en


Davidson 196336. En este texto, el autor se propone “defender la posición antigua –y de
sentido común- según la cual la racionalización [de una acción] es una especie de
explicación causal”37. Para Davidson, una racionalización explica la acción en términos

34
Tufte 2001: 191.
35
Lewis 1986: 217, Dretske 1988, Elster 1989, y ver discusión en Jackson y Pettit 1990.
36
Davidson, Donald (1963): Actions, reasons and causes; Journal of Philosophy; 60. Recogido en
Davidson (1980): Ensayos sobre acciones y sucesos; Barcelona - México: Crítica - IIF/UNAM,
1995.
37
Davidson 1963: 17. Al hablar de “defender”, Davidson está haciendo referencia a su discusión
con la posición dominante que existía hacia mediados del siglo XX sobre las causas de la acción
humana. Dicha posición se basaba en una interpretación de ciertos argumentos de Ludwig
Wittgenstein, ver Schroeder, Severin 2001: 150, 158. Según esta interpretación, las razones no
pueden ser entendidas como causas de las acciones puesto que una explicación causal es siempre
hipotética. En la medida en que sólo el agente conoce las razones de su acción, cuando éste da
razón de sus acciones hace referencia a hechos que conoce con certeza –no está formulando
hipótesis sobre las causas de su acción, dada su autoridad de primera persona al referirse a sus
propios estados mentales, como lo son sus deseos y creencias; ver Wittgenstein 1958/60: 14-15.

16
de una razón primaria. Conocer una razón primaria es conocer una intención por la cual
se realizó una acción38.

Analíticamente, una razón primaria consiste de (i) una actitud favorable (pro-
attitude)39 del agente hacia la realización de acciones de cierta clase y (ii) la creencia del
agente de que la acción en cuestión es de esa misma clase. Si un agente tiene cierta
actitud favorable (deseo, instinto, sentido del deber…) hacia acciones de la clase A y en
el momento en que tiene la posibilidad de realizar una acción a cree que a es de esa
misma clase A de acciones, entonces el agente tiene una razón primaria para hacer a. La
razón primaria se constituye así en causa de la acción.

Schick 1997 critica el análisis de las razones como estados mentales diádicos
compuestos de actitudes favorables y creencias. El término “actitud favorable”, como lo
usa Davidson, mezcla los aspectos motivacionales del agente y su visión de la acción en

Al hablar de “posición antigua”, Davidson está haciendo referencia a la teoría de la acción


formulada por Aristóteles en términos de un “silogismo práctico”. La teoría según la cual las
acciones humanas surgen de los deseos y las creencias del agente se remonta a este autor. Según
Aristóteles, así como en un razonamiento o silogismo teórico las premisas fuerzan o causan una
conclusión, en un razonamiento o silogismo práctico los deseos y las creencias -sus premisas-
causan una acción –su conclusión. Ver Movimiento de los Animales, 701a 7 – 25; Ética
Nicomáquea: Libro VII; Acerca del Alma: Libro III; ver también Anscombe 1957/63.
38
Davidson 1963: 22.
39
Según Davidson, el término “actitud favorable” incluye “deseos, impulsos, instintos,
convicciones morales, principios estéticos, prejuicios económicos, convencionalismos sociales,
metas y valores públicos y privados”, 1963: 18.

17
sí misma. En este sentido, Schick habla de deseos y creencias, y añade un tercer elemento
constitutivo de las razones: las interpretaciones.

Por ejemplo40, si bien la sobrina de la mujer asesinada deseaba ser rica y creía que
matando a su tía millonaria podía serlo, esto no es razón suficiente para haberla
asesinado. Para Schick, el deseo y la creencia pueden ser considerados motivos o bases
de la acción, pero una razón completa, una explicación causal de la acción, requiere
además que el agente interprete la acción “como algo que quiere que sea hecho” 41. El
asesino fue el mayordomo, que quería que la sobrina fuera millonaria, creía que al matar
a la tía lo sería, e interpretaba el asesinato de la tía como algo que quería que fuera hecho.
Por el contrario, la sobrina no interpretaba ese tipo de acción (el asesinato) como un tipo
de acción con el que ella se identificara.

Si seguimos a Schick las causas de una acción humana son (estados mentales
llamados) razones, las cuales están compuestas por deseos, creencias e interpretaciones42.

40
Schick 1997: 21 – 27.
41
Schick 1997: 25.
42
Se podría argumentar que no es necesario incorporar las interpretaciones como parte de la
explicación intencional de la acción, en la medida en que –por ejemplo- el caso de la sobrina
podría ser explicado en términos de razones enfrentadas: la sobrina tenía razones para matar a su
tía, pero también tenía razones más poderosas para no hacerlo. Pero, ¿qué hace que una razón sea
más poderosa que otra?

18
Definición IV:

Así, se define la intención de un agente como una descripción de la relación


causal entre sus razones (deseos, creencias e interpretaciones) y sus acciones.

2. Teoría de decisiones

Especificar las causas de una acción humana no es suficiente información sobre


su historia causal como para explicarla; es necesario además hacer explícito el
mecanismo causal43. Hacer explícito el mecanismo causal de una acción es describir el
proceso que articula las causas de la acción (las razones) con su consecuencia (la
acción)44.

El proceso mediante el cual se articulan causalmente razones y acciones es la


decisión. Decidir es elegir una acción de un conjunto de acciones posibles. El mecanismo
que opera en un proceso de decisión, ie. un proceso de elección de un curso de acción, es
la racionalidad. Una acción racional es una acción llevada a cabo, elegida, porque su
agente cree que así puede hacer lo que quiere, de acuerdo con sus interpretaciones sobre
su identificación con tal tipo de acciones.45

Más específicamente, una acción racional (el tipo de acción que podemos suponer
de un agente que elige realizar su intención) es una acción que el agente decide llevar a
cabo porque cree que maximiza su utilidad esperada46.

La utilidad no es una medida del deseo, pero sí una descripción general de lo que
éste significa en un proceso de decisión. La interacción entre los distintos cursos de
acción disponibles para el agente, su conjunto de oportunidad, A: (A1, A2, A3... An), y
varios estados del mundo posibles, el conjunto de posibilidad, E: (E1, E2, E3...En),

43
Elster 1989.
44
Elster 1986.
45
Schick 1997.
46
Elster 1986, Schick 1997.

19
configura un conjunto de resultados posibles de la acción, R: (R1, R2, R3...Rn). Querer,
desear un resultado más que otro implica (1) compararlos entre sí y establecer relaciones
de preferencia entre ellos (comparabilidad) y (2) ordenarlos en términos de esas
relaciones de preferencia (transitividad). Cuando un agente establece una relación de
preferencia (fuerte o débil) entre diversos resultados posibles de la acción, se obtiene un
conjunto ordenado, R*: {R1, R2, R3...Rn, Rn+1}. El valor de utilidad de cualquiera de
estos resultados posibles, URi, señala su posición relativa frente a todos los demás
resultados posibles en el conjunto ordenado; en este sentido el significado numérico del
valor de utilidad es puramente ordinal, y sólo puede ser asignado a cada uno de los
elementos del conjunto de resultados posibles de la acción del agente cuando éste
satisface las condiciones de comparabilidad y transitividad.

Formalmente, la comparabilidad exige que para cada par de resultados del


conjunto de resultados posibles de la acción, R: (R1, R2, R3... Rn), el agente pueda
establecer una relación de preferencia (>) entre ellos: R1>R2 (R1 es preferido sobre R2),
R2>R3 (R2 es preferido sobre R3), etc. La transitividad exige que si R1>R2 y R2>R3,
entonces R1>R3.

Definición V: Se define así la Condición de Racionalidad de una acción: R* es


comparable y transitivo.47

Si R* no cumple con esta condición, entonces es imposible asumir la racionalidad


de la acción, y en consecuencia, no es posible rastrear en ella la intención del agente (la
relación causal entre deseos, creencias e interpretaciones con su acción).

Como nuestras creencias nunca son certezas, nuestras acciones siempre son
apuestas. Por esta razón un agente racional no maximiza simplemente su utilidad, sino su
utilidad esperada; es decir que pondera la utilidad de cada resultado posible por la
probabilidad (P) de que éste se dé, estimando dicha probabilidad de acuerdo con sus
creencias sobre la estructura causal de la situación. Así, un proceso de decisión puede ser

47
Arrow 1951/1963: 13, Shepsle y Bonchek 1997: 64.

20
descrito como el proceso mediante el cual un agente maximiza su utilidad esperada, lo
cual puede ser expresado formalmente así: 48

La utilidad esperada, UE, de una acción, Ai, está dada por:

UE(Ai) = P(R1) x U(R1) + P(R2) x U(R2) + ... P(Rn) x U(Rn)

El proceso de decisión consiste en elegir la acción que, de un conjunto de


acciones permitidas (A1, A2, A3... An), produzca la mayor utilidad esperada.

Esta definición del proceso de decisión presenta tres limitaciones. Primero, no


incluye ninguna información sobre la racionalidad de las creencias con base en las cuales
el agente estima las probabilidades que asigna a los resultados. Segundo, asume que los
diferentes estados del mundo posibles son independientes de la acción, lo cual no refleja
adecuadamente los diversos tipos de influencia de las decisiones en los resultados: no
diferencia la probabilidad de que cada resultado se dé condicionada a la acción del agente
o como consecuencia directa de su acción. Tercero, no incorpora con claridad el papel de
las interpretaciones como componentes de las razones, puesto que el valor de utilidad y
las probabilidades sólo representan deseos y creencias sobre la estructura causal de la
situación.49

Para superar la primera limitación, se debe asumir que las creencias del agente (1)
poseen un grado máximo de plausibilidad inductiva, dada la evidencia disponible, (2) son
causadas por la evidencia disponible, y (3) son causadas por la evidencia disponible de la
manera correcta –p.ej. no por casualidad50.

48
Esta es la exposición estándar de la teoría de decisión bayesiana, ver Luce y Raiffa 1957 y
Gärdenfors y Sahlin 1988.
49
Gärdenfors y Sahlin 1988: 9 - 10, Nozick 1993: 71.
50
Elster 1986: 12 – 14; ver también Dancy 1985 y la crítica de esta posición epistemológica en
Gettier 1963.

21
Para superar la segunda limitación, Nozick 1993 propone distinguir entre utilidad
evidencialmente esperada (UEE) y utilidad causalmente esperada (UCE). La primera,
pondera la utilidad de cada resultado por su probabilidad de ocurrencia condicionada a
las acciones del agente. La segunda, relaciona el resultado con “alguna relación causal-
probabilística que señala una influencia causal directa”51 de la acción.

Para superar la tercera limitación, Nozick 1993 propone incluir en la función de


utilidad esperada, no sólo un cálculo de la UEE y la UCE de la acción ponderadas por la
confianza del agente “en la orientación que le proporciona cada uno de esos tipos de
utilidad esperada”52, sino además un cálculo de lo que llama la “utilidad simbólica” de la
acción. La utilidad simbólica (US) representa las interpretaciones del agente sobre la
acción misma, dado su contexto cultural53.

Así, la función de utilidad esperada propuesta por Nozick, a la cual llama “valor
decisional” (VD) adquiere la siguiente forma:

VD(Ai) = Wc x UCE(Ai) + We x UEE(Ai) + Ws x US(Ai);

donde Wc representa el peso que el agente le asigna a la UCE, We el peso que le asigna a
la UEE y Ws el peso que le asigna a la US, dada la confianza del agente en la orientación
que cada tipo de utilidad esperada le da a su decisión.

Por último, se debe reconocer que la racionalidad del agente es limitada en el


sentido en que toda estructura causal presente en la realidad es en esencia compleja, y que
su capacidad cognitiva y computacional no es perfecta. Así, existe un límite a (1) su
capacidad para procesar toda la evidencia disponible y (2) su capacidad para maximizar

51
Nozick 1993: 72; ver también Gärdenfors y Sahlin 1988: 9 – 10.
52
Nozick 1993: 74.
53
Nozick 1993: 77 – 78.

22
una función (compleja) de valor decisional54. En este sentido, se habla de satisfacción –
más que maximización- del valor decisional.

En suma, una decisión es un proceso en el cual un agente, inmerso en una


estructura causal compleja, intenta hacer lo que quiere, sujetándose a lo que cree que
puede y consistentemente con sus interpretaciones sobre las acciones que ve disponibles.
Esto es equivalente a decir que:

Definición VI: la decisión es un proceso en que el agente intenta satisfacer el valor


decisional de sus acciones.

3. El diseño como proceso de toma de decisiones

Siguiendo la Definición I a la luz del análisis precedente, se puede decir que el


proceso de diseño es uno en el cual el diseñador elige las acciones que mayor
probabilidad tengan de imprimirle una intención determinada a su creación. En este
sentido, se pueden combinar las Definiciones I y VI para obtener:

Definición VII: el proceso de diseño puede ser descrito como un proceso de


decisión en el que un agente (el diseñador) busca satisfacer el valor decisional de sus
acciones en los siguientes términos:

1. El diseñador se enfrenta a un conjunto de acciones posibles, (A1, A2, A3... An), para
transformar unos materiales con el fin de crear un objeto.

Por ejemplo, el diseñador de joyas tiene que elegir entre usar oro, plata, platino,
etc. También tiene que elegir si utiliza el método de la cera perdida o si trabaja por
laminación y forja de los materiales. También tiene que elegir qué técnica utilizar para
realizar el acabado de la pieza: inmersión en ácido, lija, etc.

54
Simon 1978, 1986; para una aproximación formal a la teoría de racionalidad limitada o acotada,
ver Rubinstein 1998.

23
2. Dependiendo de los estados del mundo posibles, (E1, E2, E3... En), sus acciones
pueden producir una serie de resultados, (R1, R2, R3... Rn).

Dependiendo de las acciones elegidas y, por ejemplo, la calidad de los materiales,


las condiciones medioambientales, la moda, etc., el resultado –la joya, el objeto de
diseño- tendrá unas características determinadas en términos de su durabilidad, brillo o
belleza.

3. El diseñador compara y ordena los resultados esperados de sus acciones, en términos


de sus preferencias sobre el objeto de diseño, obteniendo (U(Ri)).

La combinación de las técnicas y demás acciones elegidas, con la calidad de los


materiales, condiciones ambientales y demás estados posibles del mundo, producirán
objetos con características distintas. El diseñador establece su preferencia entre esos
diversos resultados, basándose para ello en los propósitos que le quiere imprimir a su
pieza: alta calidad de los acabados, durabilidad, precio competitivo, etc.

4. El diseñador pondera la utilidad de los resultados por las probabilidades de que sus
acciones condicionen o causen cada uno de los resultados esperados de sus acciones,
obteniendo UEE y UCE (Ai).

El uso de un material como el oro tiene altas probabilidades de causar una mayor
durabilidad de la pieza que si se hiciera en plata; pero el uso del oro no causa una mayor
belleza de la pieza: ésta es una característica de la pieza condicionada a que se haya
hecho en oro, pero que depende de otros factores, como el concepto de belleza imperante
en la moda.

5. El diseñador valora sus acciones disponibles con base en sus interpretaciones sobre las
mismas, obteniendo US(Ai).

24
Si el diseñador pertenece a una cultura que privilegia el grado de pureza del oro
en una pieza de joyería, y se identifica con ella, es probable que prefiera utilizar una
aleación con un bajo contenido de cobre y plata. Por el contrario, si pertenece a, y se
identifica con, una cultura que privilegia mayor maleabilidad del material, una tonalidad
más cercana a las tonalidades simbólicas del color del sol, o un olor particular en las
piezas de oro, es probable que prefiera utilizar una aleación con mayor contenido de
cobre, como la Tumbaga.

6. El diseñador le asigna un peso relativo a la confianza que le dan las orientaciones


evidencial, causal y simbólica a sus acciones, obteniendo We, Wc y Ws.

7. El diseñador pondera las UEE, UCE y US de cada acción disponible por el peso que le
ha asignado a cada una, obteniendo VD(Ai).

8. El diseñador satisface el valor decisional de su diseño –escoge el subconjunto


coherente de acciones que, con base en la evidencia disponible en algún momento límite
de tiempo, represente el mayor valor decisional.

Así entendido, el proceso de diseño no necesita ser un proceso de decisión


consciente. Esta interpretación del proceso de diseño como un proceso de decisión en un
contexto de complejidad y racionalidad limitada, es consistente con Alexander 1964 y
Simon 1969/1996.

Para Alexander, la historia del diseño se divide en dos etapas: una no-
autoconsciente, característica de sociedades primitivas donde la actividad de adecuación
de una forma a una función constituye un continuo con la naturaleza, y una
autoconsciente, característica de las sociedades modernas, en las que la actividad de
adecuación de forma y función se convierte en un proceso de decisión consciente. En esta
etapa autoconsciente del proceso de diseño “la claridad física no se puede alcanzar en la
forma hasta que primero exista alguna claridad programática en la mente y las acciones

25
del diseñador [... lo cual será siempre] un proceso de reducción de errores”, dada la
(creciente) complejidad de los problemas de diseño55.

Para Simon, el diseño es la ciencia de lo artificial. Los fenómenos artificiales “...


son lo que son sólo porque un sistema está siendo moldeado, por intenciones y
propósitos, al ambiente en el que vive”56, y en consecuencia “el diseño [...] concierne a
cómo deberían ser las cosas, a cómo idear artefactos para lograr ciertas metas”57. En tal
sentido, el diseño es esencialmente, aunque no exclusivamente, un proceso de toma de
decisiones.

55
Alexander 1964 passim (Traducción P.A.).
56
Simon 1969/1996: xi (Traducción P.A.).
57
Simon 1969/1996: 114 (Traducción P.A.).

26
II. LA ECONOMÍA POLÍTICA DEL CAMBIO INSTITUCIONAL

“La voluntad del hombre perfecto no es constante,


porque la voluntad del pueblo es su voluntad.” Tao Te Ching, 4958.

¿Es posible explicar el origen de las instituciones y el cambio institucional como


procesos de diseño? Habiendo establecido que cualquier proceso de diseño puede ser
descrito como un proceso de decisión, la pregunta puede ser reformulada: ¿es posible
explicar el origen de las instituciones y el cambio institucional como procesos de
decisión? Tal explicación tendría que tener la forma de un relato causal que condujera
desde una intención hasta una institución existente. El valor explicativo, positivo, del
concepto de diseño institucional depende así en primera instancia de la coherencia que
dicha historia causal pueda llegar a tener. ¿Es lógicamente coherente una historia causal
que conecte intenciones humanas con instituciones sociales? Para saberlo, hay que
establecer si la naturaleza de la emergencia y el cambio institucional admite una lógica
intencional.

En este capítulo se explora la lógica de la emergencia y el cambio institucional


desde el punto de vista de la economía política. Desde este punto de vista, la lógica de la
emergencia y el cambio de las instituciones puede ser descrita como un proceso de
selección política y social de reglas formales y reglas informales. La primera sección de
este capítulo (sección 4) presenta la diferenciación entre instituciones formales e
informales. La segunda (5) presenta una teoría sobre la emergencia y el cambio de las
instituciones formales. La tercera (6) presenta una teoría sobre la emergencia y el cambio
de las instituciones informales.

4. Instituciones formales e informales

La economía política se fundamenta en el individualismo metodológico: todo


fenómeno social es analizable en términos de la lógica intencional de la acción humana
individual. Así, la economía política utiliza la teoría de decisiones para estudiar la
58
Lao-tse: Tao Te Ching; Madrid: Tecnos, 1996: 123 (traducción directa del chino de Carmelo
Elorduy).

27
interacción de actores racionales bajo restricciones institucionales. La vertiente
neoinstitucional de la economía política se distancia de la teoría de decisión racional de la
escuela neoclásica en términos de tres variaciones en los supuestos sobre el
comportamiento humano individual:

(1) Mientras que los modelos neoclásicos asumen la maximización de ingreso como
única motivación de los agentes, la economía política neoinstitucional asume también
motivaciones ideológicas, altruistas o derivadas de estándares de conducta
autoimpuestos59.

(2) Mientras que los modelos de elección racional neoclásicos asumen racionalidad
perfecta, el neoinstitucionalismo asume racionalidad imperfecta o acotada –en el sentido
de Simon 1986-, en términos del reconocimiento de una limitada capacidad
computacional de la mente humana para descifrar el ambiente60.

(3) Mientras que los modelos neoclásicos asumen información completa, la vertiente
neoinstitucional de la economía política asume información incompleta, especialmente en
términos del comportamiento de otros individuos61.

En un contexto natural y social complejo, la interacción estratégica entre agentes


limitadamente informados, imperfectamente racionales y diversamente motivados es
costosa, pues incorpora un alto grado de incertidumbre62. Cada agente tiene que invertir
recursos para reducir su incertidumbre sobre el medio y sobre el comportamiento de los
otros agentes durante y después de la interacción. Si el costo implica un bajo valor
decisional de la interacción para al menos uno de los agentes, éste decidirá no realizarla.

La existencia de reglas de comportamiento individual en situaciones de


interacción estratégica facilita la interacción humana en la medida en que reduce la

59
North 1990a: 22.
60
North 1990a: 22 – 23.
61
North 1990a: 25.
62
North 1990a: 27 – 35.

28
incertidumbre de cada agente sobre el comportamiento de los demás agentes y, por lo
tanto, disminuye los costos de su interacción. Así, las instituciones permiten resolver los
dos tipos generales de problemas que surgen en la interacción humana: los problemas de
cooperación y los problemas de coordinación63.

A. Los problemas de cooperación64 surgen en situaciones de interacción estratégica


en las que la búsqueda de la mayor satisfacción de sus intereses por parte de cada uno de
los agentes en juego produce un resultado subóptimo para todos. Este tipo de situaciones
suele caracterizarse de forma general en términos del “Dilema de Prisioneros”65:

Figura 3: “Dilema de Prisioneros”


Estructura General de un Problema de Cooperación

Jugador Columna
C1 C2
F1 3,3 1,4
Jugador Fila
F2 4,1 2,2

En esta matriz, los números señalan el valor decisional de cada una de las dos
posibles estrategias de los jugadores. C1 y F1 corresponden a la estrategia de “cooperar
con el otro” para cada jugador; C2 y F2 son “explotar al otro”. En esta situación de
interacción estratégica, como en cualquier otra, cada jugador tiene que tomar una
decisión teniendo en cuenta lo que cree que va a decidir hacer el otro jugador.

Si el Jugador Columna opta por su estrategia C1, entonces el Jugador Fila tiene
que jugar F2 para obtener un mayor resultado. Si el Jugador Columna opta por C2,
entonces el Jugador Fila tiene que jugar F2. La estrategia F2 es la estrategia dominante
para el Jugador Fila, dada la estructura de la situación.

63
North 1990a: 11 – 16, Dixit y Nalebuff 1991: 223 – 258, Mantzavinos 2001: 83 – 158.
64
Axelrod 1984: 3 - 24, Shepsle y Bonchek 1997: 197 – 219.
65
Axelrod 1984: 8, Hargreaves Heap et.al. 1992: 98 – 99, Hargreaves Heap y Varoufakis 1995:
37.

29
Por otra parte, si el Jugador Fila opta por su estrategia F1, entonces el Jugador
Columna debería jugar C2. Si el Jugador Fila optara por F2, entonces el Jugador
Columna optaría por C2. Esto hace que C2 sea la estrategia dominante para el Jugador
Columna.

Si se supone que ambos jugadores buscan satisfacer el valor decisional de sus


estrategias, entonces se debe suponer que ambos optarán por adoptar sus estrategias
dominantes: F2 y C2. Si este es el caso, entonces el resultado del juego –el equilibrio- se
produce en la intersección F2/C2, y el pago para cada jugador es el tercero en valor, casi
el peor. El comportamiento racional de los dos jugadores produce un resultado subóptimo
para ambos.

Este resultado depende claramente de la estructura del juego; es decir, de la


estructura de incentivos asociada a esta situación de interacción estratégica. En el caso de
un dilema de prisioneros, el problema está en que cada uno de los jugadores tiene un
incentivo para explotar al otro, en la medida en que obtendría mayor utilidad si así lo
hiciera. El problema general de la cooperación humana surge cuando (1) los actores
deben optar entre cooperar o explotar a los otros actores, (2) cada actor obtiene una
mayor utilidad explotando a un cooperador, (3) ninguno sabe con certeza cómo va a
actuar el otro, y (4) cada uno asume que el otro es tan racional como él, en el sentido de
la búsqueda de la obtención de la mayor utilidad posible (ie. todos optan por la estrategia
con mayor valor decisional).

En vista de estos resultados, se puede pensar que es del interés de los jugadores
resolver su problema de cooperación; puesto que si hay alguna forma de asegurar que
todos cooperen, todos obtendrían el segundo mayor valor de utilidad. La solución clásica
que ha propuesto la economía política para explicar la manera en que agentes racionales
logran un equilibrio mutuamente benéfico en este tipo de situaciones de interacción
estratégica es la adopción de un esquema contractual.

30
Un contrato (1) especifica el comportamiento –la estrategia- que cada parte tiene
que adoptar en el juego antes de que éste comience, (2) impone sanciones a los agentes
que se desvíen del comportamiento prescrito en el contrato y (3) pone en manos de un
tercer agente –externo al juego- el monitoreo del comportamiento de los agentes en juego
y la imposición de sanciones a los agentes cuyo comportamiento se desvíe del prescrito.

Cuando se examina esta lógica a la luz de un dilema de presos con más de dos
jugadores, se obtiene un problema de acción colectiva66. A menos que haya una autoridad
central que monitoree el comportamiento y administre un esquema de incentivos
selectivos que premie a quienes cooperan y castigue a quienes no cooperan, la acción
colectiva no puede surgir en grupos medianamente grandes de agentes racionales. La
necesidad de la existencia de un tercero que monitoree y sancione el comportamiento
indebido en los términos de un “contrato social” se ha constituido en la explicación
clásica de la existencia del estado, así como la justificación de la racionalidad de la
obligación política (ie. la obligación a obedecer sus mandatos)67.

Definición VIII:

Así, las instituciones formales se definen como las reglas (de comportamiento
individual en situaciones de interacción estratégica) que operan como soluciones
contractuales a problemas de cooperación.

B. Los problemas de coordinación68 surgen en situaciones de interacción estratégica


en las que la búsqueda de la mayor satisfacción de sus intereses por parte de cada uno de
los agentes en juego produce ambigüedad estratégica para todos:

66
Olson 1971. Para una revisión de la aplicación de la lógica de la acción colectiva en el análisis
de los problemas de provisión de bienes públicos, control de externalidades y tragedias de
recursos comunes, ver Shepsle y Bonchek 1997: 260 – 296.
67
Hobbes 1651/1668; para una interpretación de la tradición contractualista en términos de la
teoría de juegos, ver Kavka 1986, Hampton 1986, 1990 y 1993, Dixit y Nalebuff 1991: 148 –
151, Hargreaves Heap et.al. 1992: 201 – 205, Hargreaves Heap y Varoufakis 1995: 111 – 113.
68
Hargreaves Heap y Varoufakis 1995: 35 – 37.

31
Figura 4: Estructura General de un Problema de Coordinación

Jugador Columna
C1 C2
F1 4,4 1,2
Jugador Fila
F2 2,1 3,3

En este caso, ninguno de los jugadores tiene una estrategia dominante, y hay dos
equilibrios a los que pueden llegar si cada uno actúa racionalmente, C1/F1 y C2/F2. En
una situación de interacción estratégica estructurada de esta forma, el problema es de
coordinación, en la medida en que el éxito para cada uno depende de que ambos elijan la
estrategia que los conduzca al mismo equilibrio.

Para resolver el problema, el Jugador Fila tiene que saber por cuál estrategia va a
optar el Jugador Columna, el Jugador Columna tiene que saber que el Jugador Fila sabe
por cual estrategia va a optar el Jugador Columna, el Jugador Fila tiene que saber que el
Jugador Columna sabe que Fila sabe, etc. hasta infinito, y viceversa. Esta condición se
conoce como conocimiento común.

Schelling 1960 mostró experimentalmente que existen mecanismos como los


“puntos focales”, que permiten a las personas resolver problemas de coordinación
cotidianos; p.ej. dónde encontrarse cuando no se ha especificado el lugar de la cita o
quién devuelve la llamada cuando ésta se corta. Lewis 1969 estableció que el mecanismo
general de producción de conocimiento común es la convención69: regularidades
mutuamente esperadas en el comportamiento de los agentes en situaciones recurrentes de
coordinación. Estas regularidades adquieren la forma de rituales70, costumbres, valores,
normas sociales, etc.; en general, “(1) extensiones, elaboraciones, y modificaciones de
reglas formales, (2) normas de comportamiento sancionadas socialmente, y (3) estándares
de conducta reforzados internamente”71.

69
Lewis 1969: 42, 58, 76, 78 – 79.
70
Chwe 2001.
71
North 1990a: 40 (Traducción P.A.), ver también Mantzavinos 2001: 85, 101 – 130.

32
Definición IX:

Así, las instituciones informales se definen como las reglas (de comportamiento
individual en situaciones de interacción estratégica) que operan como soluciones
convencionales a problemas de coordinación.

Para algunos autores72, sin embargo, este análisis de las reglas informales no sería
el adecuado; especialmente porque las normas sociales y los valores morales son vistos
como instituciones que adquieren su papel más relevante en contextos de problemas de
cooperación, ie. en situaciones de conflicto de interés. Si se sigue la idea de que un
problema de cooperación sólo puede ser resuelto cuando existe un mecanismo de
protección de los acuerdos entre las partes en juego, entonces se debe identificar el
mecanismo de protección de las normas sociales y las normas morales. En este sentido, se
habla de las normas sociales como reglas protegidas por la presión y el castigo de otros
individuos dentro del grupo y de las normas morales como reglas protegidas por el
individuo mismo, mediante un proceso de internalización de las normas73. Para otros
autores74, por el contrario, tanto las instituciones formales como las informales hacen
parte de un continuo de convenciones sociales.

El problema con estas definiciones de valores morales y normas sociales está en


la especificación de los mecanismos de protección de las reglas75, en su verificación
empírica76 y en la coherencia de su lógica de operación. En cuanto a este último, es claro
que si la moral o las normas sociales resolvieran problemas de cooperación, éstos no
requerirían de una solución contractual (formal). Precisamente, el problema que enfrentan
los jugadores en un dilema de prisioneros es que ninguno puede confiar en el otro, aun
sabiendo que cada uno podría comportarse cooperativamente y que eso implicaría un

72
North 1990a, Mantzavinos 2001.
73
Mantzavinos 2001: 85.
74
Young 1998.
75
North 1990a: 41 – 42, Elster 1989.
76
Para una revisión de la investigación experimental sobre confianza y reciprocidad, ver Ostrom
y Walker 2003.

33
(segundo) mayor pago para ambos. La definición de instituciones formales e informales
en el presente trabajo asume que la única manera de resolver problemas de cooperación
es mediante reglas formales (contractuales) que involucran la intervención de una
autoridad central, de un tercero externo al juego. Aunque Axelrod 1984 mostró cómo la
cooperación social puede surgir espontáneamente en ausencia de una autoridad central en
poblaciones de individuos que interactúan con suficiente frecuencia, ello sólo es posible
con base en la existencia de un grupo inicial que coordine en el uso de un cierto tipo de
reglas morales que sea estable en el tiempo77.

5. Emergencia y cambio de instituciones formales

Las “instituciones formales emergen a través de un proceso político”78. La


solución contractual a los problemas de cooperación exige la existencia de un tercero, un
árbitro, que haga cumplir los acuerdos79. Los acuerdos especifican –en la medida
posible80- las acciones requeridas, prohibidas y permitidas por parte de cada uno de los
actores en términos del uso de los recursos que están en juego; es decir, los contratos
especifican los derechos de propiedad de cada uno de los actores81. Para que ello ocurra,
el árbitro debe tener autoridad sobre las acciones de los jugadores; es decir, debe tener

77
La demostración de Axelrod 1984 se basa en una simulación computarizada, con base en
torneos iterados del dilema de prisioneros, del desempeño promedio de distintas estrategias de
juego y con base en cálculos sobre su estabilidad evolutiva. La estrategia ganadora fue TIT-FOR-
TAT; una estrategia cuyas propiedades “morales” Axelrod resume en (1) no es envidiosa, (2) no
es la primera en desertar, (3) reciproca tanto cooperación como deserción, y (4) no se pasa de
lista; Axelrod 1984: 110. Ver también Mantzavinos, North y Shariq 2004: “Individuos respetando
convenciones, siguiendo reglas morales, y adoptando normas sociales causan (como un resultado
no intencional de su comportamiento) la emergencia de un orden social. En grupos estrechamente
entretejidos, las instituciones informales son ampliamente suficientes para estabilizar expectativas
y proveer disciplina, porque los miembros del grupo entablan relaciones personales. En las
sociedades primitivas, las instituciones informales solas pueden establecer orden social; y
usualmente no hay necesidad de instituciones adicionales con un mecanismo explícito de
protección por parte de un tercero”: 77. Ver también Silberbauer 1991 y Perafán, Azcárate y Zea
2000 para soportes empíricos de esta afirmación.
78
Alston, Eggertsson y North 1996: 27 (Traducción P.A.).
79
“Y los acuerdos sin la espada no son más que palabras...”: Hobbes (1651/1688): 106
(Traducción P.A.), ver North 1990a: 57.
80
Para la noción de “contratos incompletos”, ver Hart 1987, también North 1990a: 52.
81
North 1990a: 48.

34
derechos de propiedad sobre las acciones de los actores82. Esto significa que debe haber
un nivel de reglas formales por encima del nivel de los contratos interpersonales: el que
especifica la autoridad del árbitro83. Cada contrato es constitutivo de una relación
interpersonal en la medida en que también se constituya una relación contractual con un
árbitro. A medida que las sociedades se hacen más complejas se va generando una
jerarquía de reglas formales anidadas84: la esfera contractual es regulada por la esfera
legal, y ésta por la constitucional85. A ese nivel, el estado86 no sólo es el último garante
del sistema anidado de reglas formales; a medida que se incrementa la complejidad de la
sociedad, el estado también se convierte en el principal proveedor de las mismas87.

“El agente del cambio [institucional] es el emprendedor individual...”88. El


emprendedor, estando siempre alerta a cambios en los precios relativos del mercado y en
los gustos de las personas89, descubre nuevas oportunidades de incrementar su utilidad o
la de la organización a la que pertenece90. Esto conduce a que una o ambas partes de un
contrato adquieran incentivos para intentar renegociarlo. “Sin embargo, dado que los
contratos están anidados en una jerarquía de reglas, la renegociación puede no ser posible
sin la reestructuración de un conjunto superior de reglas”91. A medida que el costo de
cambiar las reglas formales de una sociedad se incrementa, comienzan a aparecer
intermediarios entre el proveedor de una oferta de instituciones -el estado- y su demanda
por parte de los emprendedores92; es decir, surge un sistema de representación política.

82
La definición clásica de autoridad en términos de propiedad sobre las acciones de los actores se
encuentra en Hobbes 1651/1688: capítulo 16.
83
North 1990a: 47, 54 – 60.
84
North 1990a: 83. Para la noción de reglas anidadas, ver también Tsebelis 1990.
85
ver también Alston, Eggertsson y North 1996: 14: “... el sistema de derechos de propiedad
describe la distribución del poder en una sociedad” (Traducción P.A.).
86
Para una teoría neoinstitucional sobre la emergencia del estado, ver Mantzavinos 2001: 131 –
147. Ver también Tilly 1985 para una visión compatible con esta teoría del estado, pero
examinada desde la sociología histórica.
87
Alston, Eggertsson y North 1996: 27, North 1990a: 48 – 51, North 1990b.
88
North 1990a: 83 (Traducción P.A.).
89
Para la definición de emprendedor, ver Hargreaves Heap et.al. 1992: 53 – 57: el emprendedor
se caracteriza por “estar alerta a nuevo conocimiento y actuar sobre él” (Traducción P.A.).
90
North 1990a: 84.
91
North 1990a: 86 (Traducción P.A.).
92
North 1990a: 87, Alston, Eggertsson y North 1996: 27.

35
La pregunta, entonces, es: ¿puede caracterizarse la operación de un sistema de
representación política como un proceso de diseño institucional? En otras palabras,
¿puede explicarse la producción política de reglas formales como un proceso de decisión?

Si se supone que todo el proceso de negociación, deliberación y compromiso que


se da entre los diversos emprendedores y los intermediarios políticos termina en una
votación legislativa a favor o en contra de un cambio institucional, entonces una
respuesta negativa a la anterior pregunta en términos del funcionamiento de una asamblea
legislativa basta para negar que todo el proceso político pueda verse como un proceso de
diseño institucional.

Las asambleas legislativas aprueban o niegan cambios institucionales mediante


votación. La votación es un mecanismo de agregación social de preferencias individuales;
lo que buscan tal tipo de mecanismos es amalgamar los gustos, los valores, los deseos de
cada individuo en una elección grupal coherente93. Una elección grupal coherente sería
aquella que cumpliera con la condición de racionalidad (Definición V): R* es comparable
y transitivo. Trabajando desde la economía del bienestar94, Arrow (1951/1963) demostró
que ningún método mínimamente razonable de agregación social de preferencias
individuales asegura un resultado que cumpla con la condición de racionalidad; es decir;
no es posible asegurar mediante votación una elección grupal coherente95.

Así, en la medida en que todo proceso de diseño puede ser descrito como un
proceso de decisión (Definición VII) y todo proceso de decisión requiere del
cumplimiento de la condición de racionalidad, entonces:

93
Arrow 1951/1963: 2.
94
“... la Economía del Bienestar será la teoría de cómo economistas y gobernantes adoptan o
deberían adoptar sus decisiones entre políticas alternativas, y entre instituciones buenas y malas”:
Arrow y Scitovsky 1969: 7. Para una discusión sobre el alcance y los límites interpretativos de los
teoremas de posibilidad de la economía del bienestar, ver Sen 1999.
95
Para una explicación sencilla del Teorema de Arrow y su aplicación a la votación por mayoría
en asambleas legislativas, ver Shepsle y Bonchek 1997: capítulo 4. Para una demostración
sencilla del Teorema de Arrow, ver Hargreaves Heap et.al. 1992: 209 – 215.

36
Hipótesis I: Aun cuando tras toda institución formal hay intenciones y
decisiones individuales, dado el proceso de su selección política, ninguna institución
formal puede ser completamente explicada en términos de diseño.

Esto es cierto, a menos que el mecanismo de agregación social de preferencias


individuales NO sea mínimamente razonable. Arrow 1951/1963 presenta cuatro
condiciones de razonabilidad96 para cualquier método de agregación de preferencias,
donde i es cada uno de los individuos que componen el grupo G:

1. Admisibilidad Universal, U: Cada i de G puede adoptar cualquier R* sobre R.

2. Optimalidad de Pareto (unanimidad), P: Si para todo i de G R* = {x,y} → RG = {x,y}

3. Independencia de Alternativas Irrelevantes, I: Para cada i de G R(x,y) → RG(x,y)


independientemente de R(w,z).

4. No-dictadura, D: No hay ningún i de G cuyo R* ↔ R*G.97

Dado que las condiciones P e I solamente aseguran que el método funcione bien98,
para ver si es posible explicar una elección social en términos de decisión racional
(diseño), es preciso examinar las condiciones U y D.

Si se relaja la condición D, es claro que el proceso de negociación, deliberación y


compromiso que se da entre los diversos emprendedores y los intermediarios políticos
termina en una votación legislativa determinada por las preferencias de un solo
individuo. En ese caso, sí se puede hablar de diseño institucional. Como la decisión
96
Es importante distinguir acá entre la racionalidad de una decisión (social) y razonabilidad del
método de agregación social de preferencias individuales: éste debe ser razonable para cualquier
individuo que participe en él (Arrow diría que las condiciones de razonabilidad corresponden a
ciertas características naturales que se le exigirían a todo método de agregación social de
preferencias individuales).
97
Esta versión simplificada de las condiciones de razonabilidad del Teorema de Arrow se toma
de Shepsle y Bonchek 1997: capítulo 4. Ver también Hargreaves Heap et.al.: 210.
98
Shepsle y Bonchek 1997: 65 – 66, 73.

37
grupal está dominada por la decisión de un solo individuo, la intención que termina
reflejándose en la institución formal creada o transformada es la intención de ese
individuo. (Aun así, queda pendiente el asunto de la implementación de una institución
formal diseñada por un “dictador”. Un proceso de implementación es “la construcción de
una forma de juego que tiene el efecto de forzar elecciones individuales hacia un
resultado que satisface algún criterio normativo o meta”99. En este sentido, la
implementación de una institución requiere, a su vez, del diseño -o por lo menos de la
existencia previa- de unas reglas de implementación. En tal caso, el “dictador” puede
contar con una estructura burocrática –una jerarquía basada en reglas contractuales- para
la implementación de sus instituciones. De hecho, la existencia de una estructura
jerárquica organizacional podría ser suficiente para relajar la condición D del Teorema de
Arrow, sin necesidad de postular la existencia de un votante determinante. Sin embargo –
con base en Sen 1970a y 1970b- se ha demostrado formalmente100 que en toda
organización jerárquica persisten problemas de desequilibrio arroviano de preferencias y,
en consecuencia, que en el diseño de organizaciones existen complejos trade-offs entre
principios deseables pero incompatibles de autoridad y experticia.)

Si se relaja la condición U, quiere decir que no se admite cualquier relación de


preferencia entre los posibles resultados de la elección. Black (1958) demostró que un
mínimo consenso entre los votantes es suficiente para que la regla de mayoría arroje una
agregación social de preferencias individuales coherente. Este mínimo consenso puede
ser representado en términos de una distribución de preferencias individuales en la cual
ninguno de los votantes cree que uno de los resultados sea el peor. Lo curioso es que, si
éste es el caso en una decisión unidimensional (donde se está eligiendo una opción de
política sólo sobre un tema), entonces el resultado ganador siempre es el preferido por el
votante mediano (el votante que se ubica en el centro del espectro de posiciones políticas

99
Schofield 1991: 10 – 11 (Traducción P.A.).
100
Hammond y Miller 1985 (con base en Sen, Amartya (1970): Collective Choice and Social
Welfare; San Francisco: Holden Day y Sen, Amartya (1970): “The impossibility of a Paretian
liberal”; Journal of Political Economy, 78 (January/February): 152 – 157.

38
sobre el tema en cuestión)101. Esto implicaría una violación de la condición D. Si el
mínimo consenso se diera en una decisión multidimensional (donde se están eligiendo
opciones políticas sobre varios temas al mismo tiempo, como suele ser el caso en la
realidad), sólo se llegaría a un resultado coherente si las preferencias de todos los
votantes adquirieran una configuración muy especial alrededor del votante mediano
(configuración que no es nada probable que se dé en la realidad)102.103

En suma, a menos que haya un votante cuyas preferencias determinen el resultado


de la elección política de una institución formal, no se puede establecer un relato causal
que conduzca de intenciones individuales a instituciones sociales formales.

Entonces, ¿cómo es posible explicar, desde la perspectiva del individualismo


metodológico, la existencia de instituciones formales; en especial de leyes aprobadas por
asambleas legislativas? La hipótesis propuesta por Shepsle (1979, 1986) es que el
“equilibrio institucional”104 responde a la estructura institucional de la asamblea
legislativa. Un desequilibrio institucional permanente desvirtuaría por completo la
relación entre emprendedores e intermediarios; por lo tanto, éstos implementan una serie
de reglas en torno a la organización interna de la asamblea legislativa: particularmente en
términos de la creación de comisiones especializadas y reglas de agenda. Esta estructura
permite que las asambleas legislativas lleguen a resultados coherentes de selección
institucional.

Esta solución al problema del equilibrio institucional en las asambleas legislativas


implicaría una regresión hasta infinito, en la medida en que la coherencia de las leyes

101
Suponiendo (1) un número impar de votantes, (2) participación de todos los votantes y (3)
revelación sincera de las preferencias de todos los votantes; ver Shepsle y Bonchek 1997: 89 –
91.
102
Tal configuración es la de simetría radial de los puntos ideales de las curvas de utilidad de
todos los votantes alrededor del punto ideal de la curva de utilidad del votante mediano en la
representación euclideana de un espacio de política multidimensional, ver Shepsle y Bonchek
1997: 98 - 100.
103
Este argumento se encuentra extensamente discutido en Shepsle 1992.
104
Por “equilibrio institucional” se entiende “una situación donde... ninguno de los jugadores
encontraría ventajoso destinar recursos en la reestructuración de los acuerdos” contractuales
negociados, North 1990a: 86.

39
depende de la coherencia de las reglas de organización de las asambleas, y éstas están
sujetas también a un proceso de elección dentro de la misma (u otra) asamblea. La
solución propuesta al problema está en la existencia de instituciones informales (normas
de comportamiento, costumbres, rituales) que proveen una estructura que estabiliza el
proceso de selección de reglas formales de organización105.

6. Emergencia y cambio de instituciones informales

Las instituciones informales emergen y cambian espontáneamente por causa de


accidentes, errores o innovaciones conscientes (experimentación) de agentes
individuales106 en el marco de procesos históricos en los que van apareciendo soluciones
convencionales a problemas de coordinación social. Las instituciones informales son
“moldeadas por el impacto acumulado de muchos individuos interactuando entre ellos
sobre largos períodos de tiempo”107:

“... a medida que una interacción se repite una y otra vez por parte de
muchos individuos diferentes, una manera particular de resolver la
interacción gana ventaja por azar. Esto le da gran prominencia, lo que
significa que más personas oyen de ella, lo que conduce a que más
personas la usen, y así sucesivamente. Se crea un bucle de
retroalimentación. Eventualmente una manera de hacer las cosas desplaza
a otras, no porque sea inherentemente mejor, sino porque circunstancias
históricas le dieron una ventaja temprana que le permitió adelantar a las
demás.”108

¿Es compatible esta dinámica de la emergencia y el cambio de las instituciones


informales con una explicación en términos de diseño? North (1990a), citando a Robert
Sugden109, dice que las reglas informales son aquellas que “nunca han sido
conscientemente diseñadas y que está en el interés de todos mantener”110. Aunque se
pueda identificar a un individuo particular como aquel que causó el accidente, cometió el

105
North 1990a: 40.
106
Mantzavinos 2001: 101 – 130.
107
Young 1998: 3 (Traducción P.A.).
108
Young 1996: 106 (Traducción P.A.).
109
El texto citado por North es: Sugden, Robert (1986): The Economics of Rights, Co-operation,
and Welfare; Oxford: Blackwell.
110
North 1990a: 41 (Traducción P.A.).

40
error o produjo una innovación consciente de una regla informal, el proceso mediante el
cual ese acto se convierte en institución desdibuja su intencionalidad:

“... Catalina de Medici puso de moda en Francia el uso del tenedor en la


cena. Los jugadores mayores obviamente importan en el desarrollo de
instituciones sociales y económicas, pero esto no implica que los
jugadores menores no importan. Las acciones de los jugadores mayores
saltan a la vista y son fáciles de identificar; las pequeñas variaciones en el
comportamiento individual son más sutiles y difíciles de identificar, pero
en últimas pueden ser más importantes para el desarrollo de algunos tipos
de instituciones. Más aun, sospechamos que los actores influyentes
usualmente se llevan el crédito por cosas que estaban a punto de pasar en
todo caso.”111

El hecho de que una regla informal sirva para resolver un problema recurrente de
coordinación no implica que esa regla haya sido conscientemente creada para resolver ese
problema.

Por lo tanto, en la medida en que el proceso de emergencia y cambio de


instituciones informales ocurre por azar (errores, accidentes, experimentos), está guiado
por mecanismos de transmisión cultural y se asienta sobre precedentes históricos112:

Hipótesis II: Aun cuando tras toda institución informal hay (o puede haber)
intenciones y decisiones individuales, dadas las características del proceso de su
selección social, ninguna institución informal puede ser completamente explicada en
términos de diseño.

Esta es la posición con la que se ha identificado la tradición de la teoría social que


se puede rastrear hasta los filósofos sociales escoceses del siglo XVIII, según los cuales
las estructuras sociales emergen espontáneamente en procesos evolutivos: “Mandeville –
Hume- Smith – Ferguson”113.

111
Young 1998: 145 (Traducción P.A.).
112
North 1990a: 37, Young 1998: 3, Mantzavinos 2001: 104.
113
Mantzavinos 2001: 90.

41
III. CONCLUSIONES

“Mais qu'est-ce que nature? Pourquoi la coutume n'est-elle pas naturelle?


J'ai grand-peur que cette nature ne soit elle-même qu'une première coutume,
comme la coutume est une seconde nature.”
Blaise Pascal, Pensées114

La argumentación precedente ha arrojado dos conclusiones que se han presentado


a manera de hipótesis sobre el valor positivo, explicativo, del concepto de diseño
institucional:

Hipótesis I: ninguna institución formal puede ser completamente explicada en términos


de diseño.
Hipótesis II: ninguna institución informal puede ser completamente explicada en
términos de diseño.

No es el propósito de este trabajo desarrollar una investigación empírica para


falsearlas. Sin embargo, a un nivel puramente conceptual –dentro de los linderos de la
nueva economía política- se ha demostrado la plausibilidad de ambas proposiciones
hipotéticas.

En lo que resta de este escrito, (capítulo 7) se presentan los trazos generales de


una estructura conceptual evolucionista que permitiría construir una explicación causal
del origen y el cambio de las instituciones sociales como alternativa a las explicaciones
de diseño, y (capítulo 8) se presentan algunas consideraciones en torno al valor normativo
del concepto de diseño institucional, basadas en el análisis que se ha desarrollado.

114
Pascal, Blaise (1670): Pensées; fragments n° 92 et 93 de l'éd. Brunschvicg, Garnier-
Flammarion, 1976: 77 – 78. [Versión consultada en inglés: Oxford World’s Classics, 1995: 39.]
“¿Pero qué es naturaleza? ¿Por qué no es natural la costumbre? Mucho me temo que esta
naturaleza no sea sino una primera costumbre, así como la costumbre es una segunda naturaleza.”
(Traducción P.A.)

42
7. La evolución de las instituciones sociales humanas

La alternativa naturalista a las explicaciones de diseño es la de evolución por


selección natural:

“Estamos enteramente acostumbrados a la idea de que la elegancia


compleja es un indicador de un diseño premeditado, construido. Esta es
probablemente la razón más poderosa para la creencia, mantenida por la
vasta mayoría de las personas que han vivido, en alguna deidad
sobrenatural. Tomó un gran salto de la imaginación para que Darwin o
Wallace vieran que, contrariamente a cualquier intuición, hay otra manera
y, una vez se haya entendido, una manera mucho más plausible, para que
surja el ‘diseño’ complejo a partir de la simplicidad primigenia.”115

En general, una explicación evolucionista establece que el cambio en una


característica de una clase de individuos es producto de alguna variación aleatoria de esa
característica en un individuo; al permitir que éste se adapte mejor al ambiente en que su
clase de individuos se desenvuelve, la nueva característica predomina en el tiempo y se
convierte en una característica de esa clase de individuos. La acumulación de múltiples
variaciones de características en el tiempo determina la aparición de nuevas clases de
individuos, con conjuntos de características totalmente distintos a las de sus predecesores.
Este proceso marginal e incremental de desaparición de viejas características y
aparición de nuevas características en las diferentes clases de individuos y, en el largo
plazo, de desaparición de viejas clases de individuos y aparición de nuevas clases de
individuos, opera mediante cuatro mecanismos: reproducción, recombinación,
mutación y selección116.

Existen dos tipos de aproximaciones evolucionistas al origen y el cambio


institucional. El primero es analógico: toma prestado el concepto de evolución natural
(particularmente biológica) para explicar el cambio institucional. El segundo establece un
continuo entre la evolución natural (particularmente biológica) del ser humano y el origen

115
Dawkins 1986: xii (Traducción P.A.).
116
Holland 1975/1992: 89 – 111, 1995: 65 – 80, Kauffman 1995: 180 – 183, 2000: 16 – 20; ver
también Axelrod 1997: 18 – 20.

43
y el cambio de sus instituciones sociales. A continuación se presenta una breve
descripción de ambos tipos de teorías117, y se argumenta en favor de la utilidad de
investigar su complementariedad118.

A. Evolución como analogía en la explicación del cambio institucional

Las instituciones formales e informales hacen parte de la cultura de las sociedades


humanas119. Ésta puede ser definida como la transmisión (reproducción) de
conocimientos, valores, normas, leyes y demás factores que influyen sobre el
comportamiento humano, de una generación a otra mediante procesos de aprendizaje e
imitación120: “la transmisión cultural es análoga a la transmisión genética en que, aunque
es básicamente conservadora, puede dar lugar a una forma de evolución”121.

Según North (1990a), el proceso de cambio institucional es “sendero-


dependiente”122, en el sentido en que (1) ocurre mediante ajustes marginales y (2) es
incremental. La propiedad de retornos crecientes de los arreglos institucionales123 y la
existencia de mercados (políticos y económicos) imperfectos124 hacen que el cambio
institucional sea costoso125. En consecuencia, todo cambio institucional opera mediante

117
No es la intención de este trabajo hacer un análisis detallado del concepto de evolución
institucional, sólo presentarlo como una alternativa a las explicaciones en términos de diseño.
118
Respecto a la “hipótesis de continuidad” en ontología económica, ver Witt 2004.
119
“La transmisión cultural no es única al ser humano”: Dawkins 1976/1989: 189 (Traducción
P.A.).
120
North 1990a: 37, basado en Boyd, R. y Richerson, P.J. (1985): Culture and the Evolutionary
Process; Chicago: University of Chicago Press.
121
Dawkins 1976/1989: 189 (Traducción P.A.).
122
“Path dependence”, North 1990a: 93 – 94.
123
Los retornos a escala equivalen a “la rata a la que cambia el producto a medida que las
cantidades de todos los insumos varían. Si, por ejemplo, los insumos se multiplican por un valor
de 2 y el producto se incrementa por el mismo múltiplo, existen retornos constantes a escala. Si el
producto se incrementa por un factor menor que 2 prevalecen retornos a escala decrecientes, y si
se incrementa por un factor mayor que 2 prevalecen retornos a escala crecientes”: Pearce, David
W. (ed.) 1992): The MIT Dictionary of Modern Economics; Cambridge, MA: The MIT Press,
Fourth Edition (Traducción P.A.). En el caso de los retornos crecientes a los arreglos
institucionales, la variación en el insumo corresponde a un nuevo arreglo institucional.
124
Es decir, con costos de transacción mayores que 0.
125
North 1990a: 95.

44
ajustes marginales a reglas preexistentes126. Esto hace que la transformación de las
instituciones sea esencialmente incremental, lo cual determina una historia sendero-
dependiente del cambio institucional: el pasado restringe el conjunto de oportunidad con
base en el cual se toman una multiplicidad de pequeñas decisiones que, acumuladamente
y de forma indirecta, accidental o involuntaria moldean el futuro127.

Así, y con base en lo expuesto en las secciones II.5. y II.6. respecto a los
mecanismos de cambio institucional (selección política y selección social), se entiende
que:

1. El cambio institucional formal se lleva a cabo mediante procesos de ensayo y error


organizacional128 (análogos a los procesos naturales de mutación y recombinación)129,
motivados por la percepción de variaciones en los precios relativos y en los gustos de las
personas, por parte de emprendedores con suficiente poder de negociación para desatar
procesos de selección política de reglas formales130.

2. El cambio en las reglas informales ocurre cuando “un cambio en las reglas formales o
su protección resulta en una situación de desequilibrio, porque lo que constituye un
contexto estable en teoría de decisiones es el paquete completo de restricciones formales
e informales y de aspectos de protección... Un cambio en cualquier restricción
institucional altera los costos de transacción y da lugar a esfuerzos para evolucionar
nuevas convenciones o normas... Un equilibrio informal evoluciona gradualmente tras un
cambio en las reglas formales”131. El cambio institucional informal evoluciona mediante
procesos de selección social de reglas convencionales a partir de accidentes, errores o

126
North 1990a: 89 – 91, 96 – 100.
127
North 1990a: 104.
128
North 1990a: 81.
129
“Estos conceptos biológicos también tienen análogos cualitativos en el ámbito de la evolución
cultural. La mutación corresponde a el ensayo espontáneo de nuevos comportamientos. La
recombinación de pensamientos y estrategias complejos es una fuente de novedad en la cultura.”:
Skyrms 1996: x, (Traducción P.A.).
130
North 1990a: 79, 86.
131
North 1990a: 87 – 88 (Traducción P.A.).

45
innovaciones conscientes (experimentación) de agentes individuales132; es decir, también
mediante procesos análogos a la mutación y la recombinación133.

B. Selección natural y el origen de las instituciones sociales

La explicación del cambio institucional mediante el uso analógico de los


conceptos de la evolución natural deja como incógnita la cuestión del origen de las
instituciones sociales humanas. Las investigaciones recientes134 en torno a dicha pregunta
buscan establecer la historia natural de la evolución de las capacidades y las necesidades
de los humanos (y de otras especies) para actuar de acuerdo a reglas de comportamiento.

En este sentido, los estudios en torno a la evolución de la cognición y la


conciencia, las emociones, el altruismo, la moralidad, la comunicación y el lenguaje135
han comenzado a llamar la atención de los científicos, teóricos y filósofos sociales136.

Por ejemplo, para Mantzavinos, North y Shariq (2004), “una comprensión más
profunda de la emergencia de las instituciones, sus propiedades de trabajo, y sus efectos
sobre los resultados políticos y económicos debe comenzar por un análisis de los
procesos cognitivos”137 que moldean el aprendizaje individual y colectivo del ser
humano. Las personas actúan en, y sobre, el mundo con base en modelos mentales138 de
la realidad. El aprendizaje consiste de los procesos de modificación (y almacenaje) de
modelos mentales con base en la retroalimentación ambiental que se obtiene tratando de

132
Mantzavinos 2001: 101 – 130.
133
La unidad cultural que sirve de analogía de los genes, como unidades de transmisión de
información, recibe el nombre de “meme”, ver Dawkins 1976/1989: 189 – 201.
134
Por ejemplo, ver Runciman 2001.
135
Ver, respectivamente, Gärdenfors 2003, Evans y Cruse 2004, Sober y Wilson 1998, Ridley
1996, Jenkins 2000.
136
Para una revisión reciente de la literatura relevante y una (nueva) teoría sobre las conexiones
entre biología y política, ver Alford y Hibbing 2004.
137
Mantzavinos, North y Shariq 2004: 75 (Traducción P.A.), ver también Mantzavinos 2001: 3 –
82, North 2005: 5 – 8.
138
“Un modelo mental puede ser mejor entendido como la predicción final que hace la mente o la
expectativa que tiene respecto a el ambiente antes de obtener retroalimentación de éste”:
Mantzavinos, North y Shariq 2004: 76 (Traducción P.A.).

46
solucionar problemas. Así, “el aprendizaje es un proceso evolutivo de ensayo y error”139
que, a medida que se estabiliza, produce creencias comunicables que, a su vez, van
convirtiéndose en soluciones compartidas a problemas comunes –modelos mentales
compartidos- sujetos a procesos de evolución cultural140. En este sentido, “las
instituciones son soluciones compartidas a problemas recurrentes de interacción social”,
es decir: modelos mentales compartidos, anclados en la mente de los individuos141.

La evolución cultural por selección política y social de las instituciones está de


esta manera anclada en la evolución por selección natural de la cognición; especialmente,
en la evolución de la capacidad para actuar con base en modelos mentales de solución de
problemas de interacción social. Por ejemplo, la neurociencia ha vinculado la capacidad
humana de seguir reglas con una región del cerebro llamada la corteza prefrontal. Esta
región del cerebro está asociada con las actividades de planeación, toma de decisiones y
fantaseo, y con las funciones de autodeterminación y autocontrol, todas necesarias para
poder actuar de acuerdo a reglas sociales142. Esta asociación ha sido frecuentemente
ejemplificada con el caso de Phineas Gage, un obrero de construcción que recibió una
lesión que afectó ciertas partes de su corteza cerebral. Tras el accidente, Gage, quien se
había caracterizado por un comportamiento social convencional, se tornó una persona en
extremo antisocial.
Figura 5: Lesión de Phineas Gage

139
Mantzavinos, North y Sahriq 2004: 76 (Traducción P.A.).
140
Mantzavinos, North y Sahriq 2004: 76 – 77 (Traducción P.A.).
141
“Sólo porque las instituciones están ancladas en las mentes de las personas es que son
comportamentalmente relevantes”: Mantzavinos, North y Shariq 2004: 77 (Traducción P.A.).
142
Damasio 1994: 45 – 46, Carter 1998: 25 – 27, Gärdenfors 2003: 50

47
Este caso vincula claramente la evolución natural anatómico-fisiológica del ser
humano con la evolución de las reglas de interacción social porque muestra una conexión
entre las capacidades requeridas para actuar de acuerdo a reglas, y el funcionamiento del
cerebro. Sin embargo, es preciso no olvidar que “el cerebro requiere no sólo del cuerpo
sino también del mundo que lo rodea para ser capaz de funcionar. Hay muchas áreas en
las que la frontera entre los órganos sensoriales y el mundo circundante se nubla...
pensamos con nuestras señales de tránsito, nuestros calendarios y calculadoras de
bolsillo. No se puede dibujar una clara línea divisoria entre el pensamiento que se realiza
en la cabeza y aquél que ocurre por fuera. La conciencia rezuma hacia el mundo”143. Se
puede pensar entonces, desde este punto de vista, en la importancia de una agenda de
investigación sobre la evolución genética/epigenética144 de las instituciones sociales
humanas y de las capacidades fisiológico-anatómicas necesarias para hacer uso de
ellas145.

8. El valor normativo del concepto de diseño institucional

Si no se puede, ni es necesario, explicar el origen y el cambio de las instituciones


sociales humanas en términos de diseño, entonces, ¿cuál es el valor normativo,
orientador, del concepto de diseño institucional?

Goodin (1996), por ejemplo, propone la idea de “diseño institucional indirecto”:

“En el más estricto de los sentidos, la evolución puede proceder por su


propio curso, en buena medida independientemente de los organismos
sujetos a ella. Pero especialmente en escenarios sociales, los criterios de
éxito en la lucha por la supervivencia –las cosas que el análogo de la
‘selección natural’ selecciona en un escenario social, las cosas que

143
Gärdenfors 2003: 16 (Traducción P.A.).
144
Epigenético: “cómo el programa genético se desenvuelve en el mundo físico, lo cual puede
incluir toda una serie de factores, como el antecedente genético, las leyes de la física, el ambiente
social, etc.”: Jenkins 2000: 230 (Traducción P.A.).
145
Por ejemplo, ver Diamond 1997.

48
contribuyen a la longevidad de cualquier institución dada y de las
probabilidades de que sus sucesores sobrevivan en el futuro distante- esas
son las cosas que pueden y deberían ser sujetas a elección social
consciente... En la medida en que el mundo social está sujeto a presiones
evolutivas, quizás queramos aplicar principios de diseño para reconfigurar
los criterios de selección y las estructuras sociales de recompensa de
acuerdo con los cuales algunas innovaciones tienen éxito y otras no... Los
resultados pueden ser el producto de accidentes, pero las ratas de
accidentalidad pueden ser alteradas intencionalmente. Los resultados
pueden ser el producto de fuerzas evolutivas, pero los mecanismos de
selección que guían la evolución pueden ser intencionalmente alterados...
De ahí que la afirmación de que el mundo social le deja poco alcance al
cambio intencional y al diseño directo en realidad expande más que
contrae el alcance de las teorías del diseño indirecto – es decir,
propiamente institucional.”146

En una dirección diferente, la propuesta del presente escrito es que una mayor
profundización en la comprensión y una mejor difusión del conocimiento de las
características, los mecanismos y las dinámicas naturales y artificiales de selección social
y política de reglas sociales puede ayudar a desarrollar procesos más realistas y efectivos
de intervención institucional147.

La economía política contemporánea es un andamiaje conceptual sólido148 con


base en el cual se están desarrollando investigaciones empíricas que comienzan a arrojar
elementos de una explicación completa del origen y el cambio de las instituciones
sociales humanas149. La intervención en los procesos de selección política y social de
reglas sociales, requiere antención en, y entrenamiento para utilizar, los avances recientes

146
Goodin 1996: 29 – 30 (traducción P.A.). Para un ejemplo de la identificación de mecanismos
que producen accidentes y resultados no intencionales en la acción humana intencional, ver Elster
1993.
147
El concepto de intervención institucional es preferido al de diseño institucional por algunos
autores por razones similares a las expuestas en este trabajo; por ejemplo, ver Pettit 1996: 55.
148
Incluso, para algunos autores la economía política se ha convertido (o se está convirtiendo) en
“una plataforma para la unificación y mayor desarrollo de las ciencias sociales”: Mantzavinos
2001: 257.
149
Por ejemplo, ver Alston, Eggertsson y North 1996, Castro Caldas y Coelho 1999.

49
en el conocimiento de los procesos políticos y sociales de selección que afectan la forma
y la estabilidad de los arreglos institucionales que se busca moldear.150

Tal conocimiento no sólo hace que las intervenciones institucionales sean más
realistas, en el sentido de que los “diseñadores” entienden mejor el alcance y los límites
151
de sus “creaciones” . El conocimiento de la naturaleza y las dinámicas de las
instituciones también ofrece elementos para la experimentación e innovación
institucional. Éstos pueden ser estudiados con precisión e introducidos tanto en la agenda
pública de discusión y aprobación política de reglas sociales formales152, como en el
discurso público que hace parte del proceso de selección social de las reglas
informales153. (Desatar este tipo de procesos de experimentación e innovación
institucional basados en las razones dadas por análisis rigurosos de la realidad social
exige, pero también puede contribuir a propiciar, la evolución de una democracia (cada
vez más) deliberativa: una democracia en la que haya lugar, no sólo a una mayor cantidad
de niveles de autoridad y participación en los procesos de toma de decisiones, sino
además a niveles de participación de mejor calidad, en los cuales primen en mayor
medida las razones que las pasiones154. Por la misma razón, es preciso explorar maneras
de propiciar la evolución de una ciudadanía más reflexiva155, para lo cual se hace

150
En este sentido, siguiendo a Herbert Simon (1969/1996: 134 – 135, 166 – 167), se defiende la
utilidad de incorporar la teoría de decisiones y la economía política en los currículos de las
ciencias de lo artificial, como la arquitectura, las ingenierías, el diseño industrial, la
administración, el diseño de políticas públicas, etc. En Colombia, la teoría de decisiones y la
economía política apenas se están comenzando a incluir en los currículos de ciencia política.
151
Aunque claramente algunos de los más veteranos adquieren un poderoso saber-hacer intuitivo,
por ejemplo ver Riker 1986.
152
Un ejemplo interesante lo ofrecen algunos casos exitosos de construcción de infraestructura
urbana. La adopción formal de ciertas reglas de diseño de infraestructura que especifican
características físicas de las obras contribuyen a generar instituciones informales de civilidad. Tal
parece ser el caso del sistema de transporte masivo Transmilenio en Bogotá y de la eliminación
de señales de tránsito en algunas ciudades del mundo, ver McNichol 2004.
153
Un ejemplo interesante es el la alcaldía de Antanas Mockus en Bogotá, la cual ha sido descrita
por algunos analistas como un caso de intervención institucional a partir de las creencias
(conversación personal sobre las impresiones de Jon Elster durante una de sus visitas a Bogotá).
Aproximaciones teóricas a la intervención y discusión sobre creencias y preferencias como diseño
institucional indirecto se pueden encontrar en Goodin 1992, 1996, 2003, Goodin y Brennan 2001.
154
Para una colección de diversas visiones sobre la democracia deliberativa, ver Bohman y Rehg
1997.
155
Ver Goodin 2003.

50
necesario, en primera instancia, hallar maneras de incorporar los avances conceptuales de
la economía política en los currículos de educación cívica.)

El concepto de diseño institucional –la idea de creación intencional de reglas de


comportamiento individual en situaciones de interacción social- está atado a una idea de
fundamental importancia en las ciencias sociales. Hayek ha dicho que la pregunta sobre
“cómo extender el alcance de nuestra utilización de recursos más allá del alcance del
control de una sola mente; y, por lo tanto, cómo prescindir de la necesidad de control
consciente y cómo proveer alicientes que hagan que los individuos hagan las cosas
deseables sin que nadie tenga que decirles qué hacer... es el problema teórico central de
toda ciencia social”156. La solución evolucionista a este problema indica hacia la
importancia de reconocer que los procesos de selección de reglas sociales son naturales,
históricos y políticos y que el margen de maniobra intencional –de diseño- es bastante
limitado en la búsqueda del control consciente de la sociedad, así como del control social
de la conciencia157.

156
Hayek 1945: 88.
157
La visión evolucionista ha sido asociada exclusivamente a posiciones de derecha. Respecto a
este error y las posibilidades políticas de su reconocimiento y superación, ver Singer 1999.

51
EPÍLOGO: UN CONCEPTO INSTITUCIONAL DE DISEÑO

Las conclusiones a las que ha llegado este trabajo se basan en un concepto


simplificado de “diseño”, en la medida en que la definición ideal de diseño como
“creación o transformación intencional” no admite el carácter colectivo, político, social,
de cualquier proyecto real de diseño. Como solución, se podría definir de entrada al
diseño en general como una empresa colectiva, sujeta a los procesos de selección política
y social a los cuales está sujeto el diseño institucional. En tal caso, habría que defender la
idea de una intención colectiva, si se quisiera preservar el elemento intencional en la
definición de diseño158.

Otra opción sería reconocer que el concepto general de diseño es un ideal al cual
el ser humano apenas si puede aproximarse, y que sólo se pueden lograr grados de
cercanía entre la intención de un participante en el proceso de diseño y el producto final.
En este caso, no habría necesidad de defender la idea de una intención colectiva, pues
implicaría reconocer que ningún proceso concreto de diseño traduce efectivamente una
intención en el objeto finalmente materializado, puesto que todo proceso de diseño está
sujeto a procesos de selección política y social. En este sentido, todo proceso de diseño
requiere de una organización institucional.

Esta variación en la definición de “diseño” es plausible incluso en los casos de


diseño de obras distintivamente personales: como por ejemplo una sinfonía de Beethoven,
una construcción de Lloyd Wright, una tetera de Starck o un poema de Neruda. Esta
identificación personal con el objeto de diseño ha sido descrita como una característica
cada vez más frecuente del carácter auto-consciente del diseño en la modernidad159. Pero
es innegable que cualquier artista, músico, arquitecto, diseñador u hombre de letras es tan
sólo un actor protagónico en un proceso de creación que incluye determinantemente a
mecenas, compradores, usuarios, lectores, editores, etc. Bajo reflexión, además, se hace

158
Para discusiones en torno a la idea de “intenciones colectivas”, ver Pettit 1993/1996 y Schmitt
2003.
159
Alexander 1964: 57.

52
menos claro que la modernidad del diseño implique necesariamente una creciente
individualidad; sólo es preciso pensar en los procesos de diseño de piezas de jazz
(mediante improvisación colectiva) o de canciones de música popular (donde en general
prima el grupo: p.ej. Los Beatles). Así mismo, es claro que el diseño de estructuras
modernas y de objetos utilitarios requiere de una creciente colaboración interdisciplinar:
requiere del concurso de ingenieros de materiales, ingenieros de sistemas, ingenieros
eléctricos y mecánicos, sociólogos, sicólogos, mercadistas, publicistas, etc. Lo mismo
ocurre en el diseño de políticas públicas.160

Podría decirse que el ideal del diseño, como proceso de traducción de intenciones
a creaciones, puede fallar incluso a nivel individual. Algunos autores han propuesto
modelar los mecanismos que dan lugar a las diferentes variantes de la irracionalidad
humana161 –la incapacidad de traducir intenciones en acciones- en términos similares a
los utilizados para describir los mecanismos de la irracionalidad social162.

Este concepto institucional de diseño llamaría la atención sobre la importancia de


incorporar las teorías de la economía política en cualquier teoría y en todo proyecto de
diseño.

160
Ver Anexo 1.
161
Una teoría de la evolución de tal tipo de mecanismos sicológicos se encuentra en Ainslie 2001.
162
Por ejemplo, ver Steedman y Krause 1985.

53
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63
ANEXO 1

Esta es la entrevista realizada a varias personas involucradas en procesos de diseño, y una


selección de las respuestas obtenidas.

***

Hola, estoy haciendo una tesis de filosofía sobre el concepto de diseño institucional y
quisiera explorar el concepto de “diseño” con diseñadores provenientes de varias
disciplinas y que trabajan en diversos campos (diseño de joyas, muebles, campañas
publicitarias, estrategias de comunicación y mercadeo, de políticas públicas,
metodologías, proyectos, investigaciones y programas académicos, menús, objetos de
decoración, libros, piezas musicales, productos industriales, artesanales, gráficos o
financieros, de concursos y juegos, de ropa, de entretenimiento, de espacios
arquitectónicos, normas legales, contratos, organizaciones, etc.). Las preguntas son
abiertas, puede responder lo que quiera, como quiera y tan largo o corto como quiera. Si
conoce otras personas a las que pueda interesarles responder este cuestionario, por favor
reenvíeles este mensaje. Para responder, solamente escriba su respuesta debajo de cada
pregunta y reenvíe el mensaje a abitbol@well.com. Muchas gracias.

1. Qué tipos de cosas diseña ud.?

• “Diseño joyas y las produzco, pero mentalmente siempre diseño objetos, ropa,
muebles y escenas –ambientes de un cuento, o de una canción.”
• “Yo diseño proyectos y piezas de arte.”
• “Piezas publicitarias. Ficción literaria.”
• “Estructuras jurídicas.”
• “Programas académicos.”
• “Políticas públicas.”
• “Software.”
• “Políticas administrativas y de financiamiento para un Centro de
Investigaciones. Así mismo, he diseñado estrategías de donaciones para entidades
sin ánimo de lucro.”
• “Yo diseño cosas, diseño procesos y diseño contextos desde medios muy
variados: Gráfica, Texto, Fotomontajes, Multimedia, Bandas Sonoras, Pintura,
Grabado Textil, Interfases de Navegación, Redes de Información y Ambientes de
Conocimiento.”

2. Para ud. qué es “diseño” o “diseñar”?

• “Para mí, diseñar es re-crear. El acto de diseñar lo pienso y siento como un acto
de creación, a partir de diversos tipos de elementos ya existentes, en materia y en

64
ideas (de ahí el prefijo "re"). El resultado es una nueva propuesta, en su conjunto
(ya sea objeto, proyecto, idea).”
• “Preparar y disponer de una manera especial (creativa en mi caso) las palabras y/o
las imágenes y/o los elementos que traducen las ideas que me propongo
comunicar a fin de obtener una reacción o una respuesta dada.”
• “Crear.”
• “Es el proceso de construcción de objetos a partir de lo existente para producir lo
deseable (civilización).”
• “Para mi diseñar es concebir y concebir es comprender, crear, formar conceptos y
también sentir pasión. Un diseño es una creación comprensible y amable
(querible, deseable, seductora). La política es el arte de construir acuerdos y
mover voluntades en torno al un objetivo común, de tal modo que un diseño de
política pública es una creación comprensible, convincente, seductora,
movilizadora y útil para que la gente gane bien-estar.”
• “Inventar mejores formas de hacer algo.”
• “Diseñar es transformar un material, un proceso o una situación de acuerdo a un
deseo, una experiencia, una visión o una necesidad.”

3. Para ud. qué es un buen diseño?

• “El que guía convenientemente a los destinatarios para comprender a cabalidad la


propuesta, promoviendo y facilitando, además, su respuesta. Según la naturaleza
del producto, la respuesta puede ser una acción, una opinión o una emoción.”
• “Aquel que cumple con las expectativas para las cuales se creó y a veces más que
esas.”
• “Un buen diseño debe satisfacer plenamente las necesidades prácticas, lógicas,
estéticas y simbólicas del usuario final y debe ser consistente con los
requerimientos del entorno humano, social, cultural y natural en el que será
utilizado. Debe ser útil, deseable, sostenible, amigable y viable.”

4. Qué factores influyen o interfieren en el tránsito entre sus diseños y el producto


final?

• “Los accidentes y aquello que no estaba planeado, como por ej. descubrir una
armonía o una empatía entre dos elementos y no haberlo previsto.”
• “La cultura, la religión, el idioma, mi estado de ánimo y el público que tendrá
relación/interacción con mi producto final.”
• “Si se trata de un proyecto, en el tránsito entre su diseño y el producto final,
algunos de los factores que influyen o interfieren son los siguientes: conocimiento
o ideas de otras personas; ideas "propias" que introducen "ajustes"; cambios en las
condiciones o supuestos sobre los cuales se hizo el diseño. Creo que se podría
resumir, en nueva información. Si se trata de un objeto o pieza de arte, la
interferencia entre el diseño y el producto final está dado por la sensibilidad a la

65
hora de realizar este último. La sensibilidad podría ser también catalogada como
nueva información.”
• “El factor humano.”
• “La comunicación con los demás, el esteticismo extremo, escribir, el cansancio.”
• “El poder. Por eso un buen diseño de política pública tiene que conmover el
poder. Cuando el poder está concentrado y fijo, debe inestabilizarlo, descentrarlo
y democratizarlo.”
• “El grado de empatía posible con los asociados o los clientes, y el nivel de
resonancia deseable con la audiencia.”

5. Diseñar es para ud. una actividad solitaria o involucra un alto componente de


interacción con otras personas?

• “Incluye ambos aspectos. Una diseñadora no es más que una antena. Recibe
información de todas partes, de todo el mundo. Esta es la acción colectiva en el
diseño y luego viene el momento de soledad en el que la diseñadora filtra, mezcla,
y muy según su sensibilidad produce algo que parece hecho por ella.”
• “Por lo general hay un trabajo inicial individual, pero luego dependiendo de la
magnitud del proyecto involucra la interacción con otras personas. En los
proyectos más complejos el diseño se hace a través de un proceso de lluvia de
ideas y discusión de posibilidades.”
• “Con otras personas.”
• “Es un ejercicio dialéctico: diseñar un modelo básico, debatirlo y escuchar críticas
y propuestas alternativas, ajustar el diseño, debatirlo de nuevo… Hay, por tanto,
unos ratos en solitario, muchos compartidos con un buen colega y muchos más
abiertos a la crítica y la opinión de muchos terceros.”
• “Depende del tipo y de la fase de diseño. En mi caso hay procesos de creación de
naturaleza solitaria durante los cuales se explora un problema desde una óptica
intuitiva, teórica o metafísica, a veces corriendo ciertos riesgos. Y asimismo hay
varias áreas y fases del diseño en las que me resulta fundamental la participación
de otros para lograr el ambiente de análisis, de criticismo creativo, lluvia de ideas,
complementación, relacionamiento.”

6. Quiere ud. agregar algo?

• “Todo el mundo esta en capacidad de diseñar algo...”


• “Me interesa saber que luces arroja su investigación acerca de los siguientes
fenómenos en la práctica del diseño en Colombia: ¿Por qué se da tan mal el
brainstorming como recurso de diseño? ¿Por qué parece haber más enlatados,
plagios y fusiladas que procesos auténticos de diseño?”

66
ANEXO 2: DEFINICIONES

Definición I: Diseñar es crear o transformar algo con una intención.

Definición II: Las instituciones son reglas de comportamiento individual en situaciones


de interacción estratégica.

Definición III: Diseño institucional es la creación o la transformación intencional de


reglas de comportamiento individual en situaciones de interacción estratégica.

Definición IV: La intención de un agente es una descripción de la relación causal entre


sus razones (deseos, creencias e interpretaciones) y sus acciones.

Definición V: Condición de Racionalidad de una acción: R* es comparable y transitivo.

Definición VI: La decisión es un proceso en que el agente intenta satisfacer el valor


decisional de sus acciones.

Definición VII: El proceso de diseño es un proceso de decisión en el que un agente (el


diseñador) busca satisfacer el valor decisional de sus acciones.

Definición VIII: Las instituciones formales son las reglas (de comportamiento individual
en situaciones de interacción estratégica) que operan como soluciones contractuales a
problemas de cooperación.

Definición IX: Las instituciones informales son las reglas (de comportamiento individual
en situaciones de interacción estratégica) que operan como soluciones convencionales a
problemas de coordinación.

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“Work in philosophy is –as work in architecture frequently is- actually more of a //kind
of// work on oneself. On one’s own conception. On the way one sees things. (And what
one demands of them)...

... A philosophical question is similar to one about the constitution of a particular


society.”

Ludwig Wittgenstein: “Philosophy”; Philosophical Occasions 1912 – 1951.

68

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