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El Departamento de Apoyo Nutricional Cumple Sus Objetivos Mediante Las Siguientes
El Departamento de Apoyo Nutricional Cumple Sus Objetivos Mediante Las Siguientes
actividades:
Valoración nutricional a pacientes hospitalizados. Se realiza una evaluación
global objetiva a todos los pacientes hospitalizados para detectar oportunamente
el estado nutricional de cada uno de ellos y asignar un plan alimenticio
adecuado para su alta hospitalaria.
_ Interconsulta a pacientes hospitalizados solicitada por el médico adscrito.
_ Consulta externa de nutrición. Se valora a cada paciente que acude a la consulta
y se le indica la dieta adecuada conforme a su patología.
_ Revisión de dietas indicadas a cada paciente hospitalizado. Se verifica que
la dieta indicada a cada paciente concuerde con su patología y cubra su requerimiento
calórico.
Una buena nutrición y el mantenimiento de la misma son cuestiones básicas para
la salud.
Complicaciones metabólicas
A corto plazo:
_ Déficit de nutrientes.
_ Exceso de nutrientes.
_ Peroxidación lipídica.
_ Relacionadas con errores en la preparación o en su conservación.
A largo plazo:
_ Complicaciones óseas.
_ Complicaciones hepatobiliares.
_ Complicaciones renales.
_ Déficit de nutrientes.
Complicaciones metabólicas
_ Hiperglucemia.
_ Cese de la infusión.
_ Liberación lenta de la insulina y respuesta disminuida de los tejidos. Inmadurez
enzimática, velocidad de infusión rápida y concentración elevada de
glucosa.
_ Convulsiones, daño cerebral.
_ Diuresis osmótica, deshidratación, riesgo de hemorragia intracraneal.
_ Hipercapnia, hiperosmolaridad e hígado graso.
_ Glucosurias y glucemias diarias.
_ R/ con las proteínas.
_ Tasas de nitrógeno ureico y creatinina elevadas.
_ Excesiva ingesta de N2.
_ Falta de fluidos.
_ Sobrecarga osmolar.
_ Función renal.
_ Aminograma.
_ Balance nitrogenado.
_ R/ con los lípidos.
_ Hiperlipidemia.
_ Hiperbilirrubinemia.
_ Cambios en la función pulmonar.
_ Oxidación de los lípidos.
_ Inmadurez hepática.
_ Recién nacido con síndrome de dificultad respiratoria.
_ Exposición a la luz.
_ Riesgo de kernicterus.
_ Disminuye los niveles de PO2.
_ Hidroperóxidos tóxicos para el recién nacido.
_ Gasometrías.
_ Función hepática.
_ Triglicéridos, colesterol.
_ R/ con las vitaminas y los oligoelementos.
_ Excesivas pérdidas por diarrea, vómitos, heridas, secreciones.
_ R/ con los electrólitos.
_ Hiponatremia.
_ Hiponatremia.
_ Hipercalcemia.
_ Hipocalcemia.
_ Hipercalcemia.
_ Escasa ingestión de sodio.
_ Pérdida excesiva de agua, ingesta inadecuada de sodio.
_ Ingesta escasa de potasio.
_ Escaso aporte, mayores pérdidas.
_ Acidosis, falla renal.
_ Consumo escaso de calcio o vitamina D.
_ Exceso vitamina D, ingestión inadecuada de fósforo.
_ Debilidad, hipertensión arterial, oliguria, elevación de la frecuencia cardiaca,
convulsiones.
_ Edema, hipertensión arterial, sed, convulsiones.
_ Distensión abdominal, alcalosis, trastorno ECG.
_ Debilidad, parestesias, arritmias.
_ Tetania, raquitismo, convulsiones.
_ Falla renal, íleo paralítico, arritmias, calcificación ectópica.
_ Controles del equilibrio ácido–base y bioquímica (Na, K, Cl, Ca, Mg, P).
_ R/ con la NPT prolongada.
_ Trastornos hepáticos.
_ NPT prolongada (> 6 semanas), inmadurez hepática, ausencia de estímulo
enteral, infecciones de repetición.
_ Exceso de hidratos de carbono.
_ Colestasis, cirrosis hepática, falla hepático.
_ Evitar la sobrealimentación.
_ Tasas adecuadas de dextrosa.
Índice [ocultar]
1 La leche
2 Yogur
3 El pescado
4 Brócoli
5 Naranjas
6 Las verduras verdes
7 Nueces y semillas
8 Frijoles
9 Cereales
10 Productos de origen animal
Puedes ayudar al cuerpo a sanar los huesos rotos con el consumo de cantidades
adecuadas de proteínas, calcio, antioxidantes y vitamina D y K. El cuerpo necesita
proteínas y calcio para construir y reparar los huesos. Para absorber el calcio
correctamente, necesitas una ingesta adecuada de vitamina D. Para ayudar al cuerpo a
hacer uso de la proteína, es necesario consumir suficiente vitamina K.
La leche
La leche es muy beneficiosa para los huesos, especialmente si necesitas un proceso de
curación. La leche es una buena fuente de calcio, vitamina D y proteína. La Dra. Susana
Brown publicó un articulo que destacaba la importancia de la proteína y la vitamina D
en la velocidad de curación del las fracturas óseas. Además la leche tiene otras
vitaminas que se necesitan para reparar los huesos rotos.
Yogur
Un yogur sin grasa tiene alrededor de 415mg de calcio por servicio. Este alimento alto
en calcio ayudará a la formación de huesos y construir la formación de callos en toda la
zona de la fractura. Esto es necesario para ayudar a fortalecer el hueso después de una
fractura. El calcio no sólo es importante como método preventivo, ya que también es
importante en el desarrollo de los huesos. Los aminoácidos que se encuentran en el
yogur, como la lisina y la glutamina, aumentan la absorción de calcio, lo que aumenta la
masa ósea.
El pescado
El atún, el salmón y las sardinas son pescados buenos para aumentar la curación del
hueso. Estos tres pescados tienen una buena cantidad de vitamina D que es responsable
para permitir la absorción de calcio. Una buena recomendación es combinar la ingesta
de vitamina D con la de calcio para tener los mejores resultados.
Brócoli
El brócoli está lleno de vitamina C y vitamina K. La vitamina K es necesaria para fijar
el calcio a los huesos, así como la preservación del calcio. La vitamina K se une con
otros minerales para ayudar a formar la masa ósea. La vitamina K puede acelerar la
curación de un hueso roto, ya que está involucrado en el proceso de mineralización de
los huesos.
Naranjas
Beber zumo de naranja puede acelerar el proceso de curación de los huesos, y
proporcionan nutrientes uenos para la zona de la fractura. El zumo de naranja contiene
vitamina C, un antioxidante importante que sintetiza correctamente el colágeno y ayuda
a la curación. Este zumo de naranja pueden tener más de 300mg de calcio para ayudar
en el proceso de formación ósea. La vitamina C, actúa como un agente anti-
inflamatorio, reduce el dolor así como fomentan el crecimiento de masa de los huesos.
Nueces y semillas
Las nueces y las semillas como la almendras, avellanas, nueces de Brasil, semillas de
girasol, semillas de sésamo y pistachos son ricos en calcio, magnesio y fósforo. Los
frutos secos y las semillas también pueden proporcionar dosis de vitaminas A y C.
Frijoles
Los garbanzos y frijoles negros y pinto contienen abundante calcio y fósforo. Si tu
cuerpo tolera la soja, puedes probar productos de soja como el tofu, para aumentar la
ingesta de calcio.
Cereales
El amaranto, quinoa y el arroz integral contienen calcio, magnesio y fósforo. Además el
mijo, la cebada, el trigo y el centeno contienen dosis de vitamina A, beneficiosa para la
absorción de calcio y así tener unos huesos fuertes.
mar 2015
Todos los
deportistas tienen claro que para recuperarse de una lesión se debe recurrir a
tratamientos médicos y fisioterapéuticos, además de someterse a un programa de
rehabilitación. Abordar el aspecto emocional, en según qué casos, también adquiere una
gran importancia.
Pero hay un aspecto que también es importante y que casi siempre se pasa por alto: el de
la nutrición.
Es lógico, porque al margen de unas cuantas generalidades, hasta hace escasos años
apenas teníamos conocimiento de cómo podía interferir la alimentación y ciertos
nutrientes en el proceso de recuperación de una lesión.
Sin embargo, actualmente los estudios han constatado que poniendo en marcha ciertas
medidas nutricionales se puede favorecer el proceso de curación.
Algunas estrategias nutricionales de las que hablaré en este post* adquieren más o
menos importancia en función del tipo de lesión, gravedad de la misma, tiempo de
recuperación y grado de inmovilización requerido.
Por ejemplo, ante una micro-rotura fibrilar en un músculo isquiotibial el deportista, pese
a tener que dejar de hacer algunas actividades, puede seguir estando más o menos
activo. Evidentemente, no podrá correr a un ritmo elevado, durante una par de semanas,
pero sí podrá hacer bicicleta estática, elíptica, nadar, realizar ejercicios de musculación,
entre otras cosas. Algo parecido ocurre si se sufre una tendinopatía. Se debe cambiar la
actividad, pero no ‘parar’.
Ante este tipo de lesiones -que permiten mantenerse activo- es poco probable que el
atleta engorde o aumente su porcentaje de grasa corporal y, además, siguiendo un buen
plan de rehabilitación, tampoco existe demasiado riesgo de que pierda masa muscular.
En cambio, ante una fractura ósea, una operación de ligamentos cruzados o ante una
enfermedad que obligue a permanecer en la cama -por poner unos ejemplos- el
deportista se verá obligado a pasar un periodo más o menos largo de inmovilización y
una vez superada esta fase, su actividad seguirá siendo limitada durante una temporada.
Por ello, en estos supuestos, si no se interviene nutricionalmente lo más probable es que
el deportista gane grasa corporal, a la vez que pierde masa muscular y funcionalidad por
la ausencia de los estímulos causados por el entrenamiento.
El lateral del Bayern de Múnich, David Alaba, recién operado de menisco
Debemos tener en cuenta que solamente con una inmovilización de más de 5 días ya se
produce una pérdida de fuerza, además de una atrofia muscular. Eso ocurre porque ante
la falta de estímulos musculares, aumenta rápidamente la degradación de proteínas
musculares, a la vez que disminuye su síntesis, tanto basal como tras la ingesta de
alimentos. Por tanto, se pierde masa muscular, fuerza y también funcionalidad. Algo
parecido ocurre con la sarcopenia (Wall et al., 2013).
En un solo día de inmovilización, se pueden llegar a perder hasta 150 gramos de masa
muscular, lo que equivale a perder un kilo en una semana (Wall & van Loon,
2013).¡Cuántas veces hemos visto a personas que tras un periodo de inmovilización se
quedan con la pierna como un palillo!
En siete días también fácilmente se puede ganar un kilo de grasa corporal. Una ganancia
que no es baladí.
MEDIDAS NUTRICIONALES
Ante esta situación, ante todo hay que evitar que el deportista engorde debido a la
inactividad (o menor actividad física). Evidentemente, si está ‘parado’ o más inactivo
gastará menos energía (menos calorías) y si sigue comiendo igual que antes de la lesión
e ingiere las mismas calorías, engordará.
Aquí la estrategia es clara y conocida: comer menos de lo habitual para reducir el aporte
energético de la dieta del deportista lesionado.
Algunas medidas a adoptar son: eliminar los alimentos y productos que aportan
azúcares libres** (dulces en general, bollería, zumos envasados, refrescos, alimentos
preparados…); reducir el consumo de grasas, especialmente las saturadas; menguar
también la ingesta de hidratos de carbono, especialmente los refinados (pasta, arroz
blanco, pan blanco, cereales, patatas) y si se consumen que sean integrales. Hay que
tener en cuenta que si el deportista está inactivo sus requerimientos de hidratos de
carbono serán menores.
En segundo lugar, y muy importante, hay que procurar que mientras el deportista está
inmovilizado y/o inactivo su organismo mantenga la formación (síntesis) de proteínas
musculares que como he comentado anteriormente se reduce durante la inactividad.
El objetivo es evitar que no pierda masa muscular o que pierda el mínimo posible, a la
vez que regenerar el tejido dañado por la lesión.
2.- Incrementando la ingesta de proteínas de alta calidad biológica, que son las que
tienen más cantidad de un aminoácido llamado ‘leucina’, que ayuda a frenar la
destrucción de proteínas que está habiendo a causa de la inactividad, a la vez que
favorece la formación de nuevas fibras muscular. Es decir, tiene un efecto anabólico.
La ingestión de 3 gramos de leucina, sea aislada o contenida en proteínas, es capaz de
activar la síntesis de proteínas musculares.
Los alimentos que nos aportan proteínas de alta calidad biológica son: todo tipo de
carnes (pollo, conejo, pavo, ternera…); pescados, tanto blancos como azules (las grasas
del pescado nos aportan ácidos Omega 3 que también son interesantes porque bajan la
inflamación); huevos y lácteos.
La recomendación es realizar de 4 a 6
comidas al día, separadas por un intervalo de 3 a 4 horas y que éstas aporten den 20 a 35
gramos de proteínas de alta calidad biológica, de los cuales 3 gramos sean de leucina.
Podemos obtener estos requerimientos comiendo por ejemplo: 140 gramos de pollo,
pavo o ternera; o 170 gramos de pescado.
Omega 3: Solo por su efecto antiinflamatorio estos ácidos grasos deben estar presentes
en la dieta de un deportista, y con más razón si está lesionado. La ingestión de 3 a 4
gramos al día de ácidos grasos Omega 3 (podemos encontrarlos en un filete de 200
gramos de salmón) puede actuar sinérgicamente con la leucina, aumentando la síntesis
de proteínas
Por el contrario, se deben evitar las grasas saturadas (embutidos, carnes grasas, quesos,
mantequilla, patés…) y las grasas ‘trans’ (margarinas, alimentos procesados, bollería
industrial) y no abusar de los Omega 6 (aceite de girasol, maíz, soja).
Vitamina D: Es muy importante garantizar los niveles adecuados de esta vitamina para
garantizar una buena calcificación ósea y la síntesis de proteínas musculares. La
vitamina D parece ejercer una función en la capacidad regenerativa de los músculos y
mantenimiento de la fuerza.
La principal fuente de vitamina D son los
rayos solares. Si es posible, tomar un rato el sol es una buena medida para un deportista
lesionado, pero hay que tener en cuenta que las cremas protectoras dificultan su síntesis.
Puede resultar difícil obtener suficiente vitamina D solo de los alimentos. Por ello,
algunas personas posiblemente necesiten tomarla en forma de suplemento.
Vitaminas grupo B. Las obtenemos comiendo carnes de todo tipo, pescado, huevos,
legumbres, verduras hortalizas, legumbres, cereales integrales tenemos garantizado el
aporte de este grupo de vitaminas. La B6 (piridoxina), concretamente, contribuye al
metabolismo de las proteínas y de los glóbulos rojos, factores básicos importantes para
la recuperación de lesiones musculares, tal es el caso de una rotura fibrilar.
Consumiendo frutas y verduras tenemos garantizado su aporte. Entre los alimentos más
ricos en esta vitamina tenemos: fresones, naranjas, mandarinas, kiwis, perejil y en
general todo tipo de frutas, verduras y hortalizas.
El nutricionista deportivo debe valorar si la dieta basta por sí sola para cubrir las
necesidades nutricionales del paciente o si es necesario recurrir a algún suplemento.
MIENTRAS SE DUERME
Tomar, antes de acostarse, un alimento que contenga proteínas de digestión lenta, como
puede ser la caseína, permite tener estimulada la síntesis proteica durante el sueño. Es
una práctica común entre los culturistas.
Alimento más ricos en caseína son el queso, requesón, cuajada, yogur… pero también
existen suplementos formulados para tal fin.
VUELTA A LA ACCIÓN
Ejemplo: Un bocadito de pan integral (100 gramos) con pechuga de pavo (80 gramos) y
un yogur desnatado.
** Las azúcares libres son los añadidos a los alimentos por los fabricantes, los
cocineros o los propios consumidores, así como los azúcares presentes de forma
natural en la miel, los jarabes, los jugos de fruta y los concentrados de jugo de fruta.
No lo son los que se encuentran en las frutas y las verduras enteras frescas.
Referencias
– Sport Science Exange (2014) Vol. 27, Nº 132, 1-5. INJURY PREVENTION AND
NUTRITION IN FOOTBALL. Daniel Medina, Antonia Lizarraga and Franchek
Drobnic