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Tema 6: La economía argentina

En el siglo XVIII, Inglaterra había logrado, gracias a su proceso de expansión, apropiarse de una gran cantidad de
territorios. Esto dio lugar a descubrimientos e inventos que perfeccionaron los métodos productivos (telar mecánico,
máquina de vapor) y generaron una producción en serie cada vez más abundante  primera etapa de la Rev.
Industrial. El avance en los medios de transporte estrecha las distancias y reduce los cotos finales. Inglaterra se vuelve
la primera potencia económica y militar del mundo. Su población aumento, lo que dio lugar a elevar el índice de
productividad. Este periodo se caracteriza por la búsqueda de fuentes proveedoras y de colocar sus manufacturas.

Bs As, al poseer el puerto, era la receptora de las mayores ventajas.

En 1826 se introducen los primeros ovinos de raza merina con el fin de insertar la producción dentro de los
requerimientos de las potencias económicas más poderosas de la época.

A partir de 1859, con la incorporación de Bs As a la Confederación, nuestro país se presenta como una pieza
homogénea del aceitado drenaje librecambista. Ese esquema librecambista es presentado desde 1860 hasta 1930 y
convierte a la libertad individual en el eje para buscar el lucro, siendo este el factor más eficaz para el logro del
crecimiento económico. Se elimina todo tipo de interferencias del Estado que es considerado un mal necesario pero
que debe arrinconarse a aquellas funciones que los individuos le deleguen. La división del trabajo requiere la
eliminación de toda traba a la circulación internacional de la riqueza.

Los que marchaban a la vanguardia por la Revolución Industrial se auto adjudicaron el carácter de “mejor dotados”
para producir manufacturas de alto valor agregado. En cambio, aquellos que poseían condiciones para la producción
primaria fueron constreñidos a generar tales bienes para cubrir las necesidades no solo propias, sino especialmente
de los primeros. Así, los países industrializados lograron realizar grandes diferencias a su favor.

En la segunda mitad del siglo XIX se produce la 2GM, por lo que los países que no participaban de la misma debían
cumplir el rol de eslabones aceitados en la cadena de intereses que movía a los países centrales. Es por ello que
Argentina configura una economía hacia afuera (asumiendo la demanda un rol secundario, consagrando la libertad de
comercio y abriendo el país a productos externos) para atender a la demanda de los países más desarrollados.

Entre 1860 y 1880 se crean normas que prohíben la expropiación de las propiedades privadas; se produce una
dependencia externa en materia de combustible; y, se comienza una política de colonización.

La unificación política permitió la transferencia de la aduana a la esfera federal. Gran Bretaña realizó inversiones
destinadas a la extensión del ferrocarril. Incorporación del sistema de congelado. La conquista del desierto significó
una ampliación del espacio productivo. La economía nacional se adecuó a las necesidades de la economía inglesa.

Entre 1880 y 1900 se creó el primer frigorífico y la explotación agrícola comenzó un sostenido desarrollo. Este periodo
se caracteriza por una desenfrenada especulación en la compra de tierras, ya que la posesión de las mismas convierte
a los propietarios en dueños de importantes fortunas. El balance comercial refleja saldos negativos. La estrecha
vinculación con el exterior y el escaso peso del mercado interno genero la primera crisis en 1890. Disminución de
exportaciones, descenso de los ingresos tributarios, renovación de la deuda externa  todo esto fue por la
dependencia de las economías centrales. La crisis de la industria textil francesa produjo una retracción en las
exportaciones de lanas argentinas. Argentina era el primer proveedor de productos primarios de Reino Unido.

1900-1902 fue el periodo conocido como la “edad de oro de la industria frigorífica”.

Entre 1900 y 1914 la red ferroviaria se volvió la vía de comunicación obligada y el factor principal de la supervaloración
de las tierras. Se introdujeron las técnicas del enfriado. 1911 primera guerra de las carnes. 1913 segunda guerra de las
carnes. Disminuyeron las posibilidades de crecimiento de la población rural porque la falta de acceso a la tierra redujo
la capacidad del campo para absorber las corrientes migratorias del exterior.
Entre 1914 y 1920 fue el estallido del conflicto mundial. Se interrumpieron los embarques de carnes pero el gobierno
de Reino Unido las reinicio y sumó a Francia; esto hizo que os precios subieran durante 1915 y 1916 pero luego
comenzaron a perder cotización. Reducción de las importaciones  balance comercial y de pagos fueron positivos.
Expansión interna de la actividad transformadora tendiente a suplir la ausencia de manufactura extranjera. Recorte
en los gastos públicos. Interrupción en la inversión extranjera. 1927 tercera guerra de carnes. Como la mitad de las
producciones e colocaba en el exterior, la expansión dependía de la receptividad de los mercados compradores.

En la década del ’30 termina la expansión hacia afuera y comienza una expansión hacia adentro.

1939-1945 desarrollo manufacturero argentino ya que las fuerzas económicas dominantes comenzaron a formular un
modelo alternativo de sustitución de importaciones que impuso la integración horizontal y limitada del sector
secundario que supone una fuerte dependencia en cuanto a la provisión de insumos estratégicos, maquinas y
herramientas.

Era de esperar que en el periodo entre 1930 y 1939 Argentina fuera de los países que más sufriera debido a la gran
dependencia que se vería afectada por la Gran Depresión. Golpeó la actividad ganadera. 1933 Pacto Roca-Runcimann.
Desde allí la agricultura no recuperara nunca su situación precedente y vuelve a imponerse el sector ganadero.

1940-1944 economía energética. La falta de una marina mercante nacional constituyo un serio obstáculo para
mantener expeditas las fuentes de aprovisionamiento y la utilización de buques de países beligerantes establecidos
en puertos argentinos.

Durante los años de la guerra en el sector industrial y agropecuario se observó una sobreutilización de los equipos y
maquinarias que encarecen notablemente los costos. Las exportaciones de lino y cereales decrecieron, bajaron los
precios de la producción agropecuaria y se deterioraron los términos de intercambio. El único sector dinámico fue el
manufacturero. Las reservas monetarias crecieron.

Entre 1948 y 1950 se produjo una inmigración seleccionada. Se produce una notable sustitución de importaciones que
acentuó la economía hacia afuera. Los propósitos de contener la onda inflacionaria dieron como resultado un
incremento en el índice del nivel general de precios. En 1949 el consumo total y el PBI bajaron, el sector manufacturero
aumento su producción, surgió una desocupación estructural y se incrementó el índice de nivel del costo de vida.

Entre 1963 y 1969 se presentaron tasas negativas en la evolución del PBI, del consumo total y la inversión bruta,
cayeron las importaciones y el ritmo de actividad interna. Se revirtió el signo de la cuenta corriente que durante todo
este periodo fue positivo, se elevó el nivel del salario real y se logró una descompresión en la economía interna.

En el periodo de 1966 a 1972 se retomó la implementación de un programa de estabilidad monetaria, se produjeron


sucesivas devaluaciones compensadas y se optó por el “shock”. La liberalización del régimen cambiario facilitó la
reconversión del aparato productivo, con tendencia a una mayor concentración del mismo y eliminación de las PyMEs,
consideradas ineficientes. Aumento de las reservas del BCRA. Acentuamiento de la concentración. Redistribución
regresiva. Se logro contener la onda inflacionaria. El sector externo de la cuenta corriente y la balanza comercial
presentan resultados negativos. El deterioro de los precios internacionales produjo devaluaciones. La expansión de
oriento hacia el financiamiento del sector público, mientras se compre el crédito afectado a la actividad privada.

1973-1975: se aumentaron las exportaciones, lo cual dio lugar a un reforzamiento de las reservas en divisas; pero estas
se fueron agotando y, en 1975, la cuenta corriente y la balanza comercial presentaron saldos negativos. Plan trienal
énfasis en el ahorro y la inversión interna.

En 1975 vuelve a aplicarse la terapia de “shock” para contener las presiones inflacionarias, esto produjo devaluaciones
e intentos de mantener ajustes salariales, dando lugar a una distorsión en todos los ámbitos de la economía
(disminución PBI, recaudación tributaria baja, incremento del gasto público, reducción de la inversión pública a niveles
mínimos). Todo esto produjo una desastrosa culminación de este proceso.
La dictadura militar: El golpe del 24 de marzo de 1976 comenzó una reestructuración económico-social de las más
significativas y traumáticas para nuestro país. Incluso en la actualidad una parte no ha sido revertida. Se desplazo el
modelo sustitutivo de importaciones, vigente desde el ´30 por un modelo financiero y de ajuste estructural. Marcada
desigualdad entre los trabajadores y los sectores populares y los grupos económicos nacionales y extranjeros (posición
de privilegio)

Objetivos centrales: Se buscó transformar de un modo radical la estructura socioeconómica y redefinir el papel del
Estado en la captación y orientación de los recursos y restringir el poder de negociación que tenían los trabajadores.
El proyecto militar, denominado “revancha clasista” fue impuesto mediante el disciplinamiento represivo de los
sectores populares. Se expresa con los 30mil desaparecidos, presos políticos, los CCD, la intervención de sindicatos,
etc.

Primeras políticas económicas (Martínez de hoz):

1- congelamiento salarial por tres meses


2- supresión del control de precios –llevo a la inflación-
3- evaluación cambiaria

La reestructuración económica y social tuvo un gran impacto sobre los sectores productivos. El núcleo central del
proceso ahora era la especulación financiera y la salida de capitales al exterior y no la vinculación de la producción
Industrial y el Estado como era antes.

Estricto control sobre el Estado, que posibilitara un avance en múltiples direcciones: recomposición del
disciplinamiento de la clase trabajadora y los empresarios de menores dimensiones, la redistribución regresiva del
ingreso, la modificación de la estructura productiva y la reversión de la dinámica sustitutiva.

La estrategia de agresión al sector manufacturero: Se alteró radicalmente los tipos de cambio que en el marco del
modelo sustitutivo tendían a favorecer a los bienes industriales para reasignar recursos favorables a los sectores que
contaban con ventajas comparativas, en particular, el agropecuario.

La forma que presentó la apertura de la economía emerge como otra de las importantes agresiones a la actividad
fabril, se agudizaron las diferencias entre empresas oligopólicas respecto de las pequeñas y medianas industrias que
resultaron desfavorecidas.

Al mismo tiempo se dictaron leyes que perjudicaban a la industria nacional, como x ejemplo: una que implicó la
desregularización del accionar de las empresas de capital extranjero, es decir, estas empresas tenían el mismo derecho
respecto de las nacionales. En 1977, se dictan las leyes de promoción industrial, que fomentaban las inversiones
extranjeras en el país.

Ese mismo año se implementó una de las políticas que mayor impacto negativo tuvo sobre la sociedad: la reforma
financiera. Con esta, el sector financiero comenzó a desempeñar un papel hegemónico en la absorción y reasignación
de recursos.

Aspectos centrales de la reforma: la liberación de la tasa de interés de la asignación de crédito, la garantía estatal de
los depósitos y la eliminación de restricciones cambiarias al movimiento de capitales con el exterior.

Efectos que conciernen al sector industrial:

1- encarecimiento del crédito p/todas las actividades manufactureras.


2- el creciente desplazamiento de la inversión.

Se adoptó la llamada “tablita”, la cual preanunciaba una futura devaluación del tipo de cambio. De forma tal que los
precios internos convergiesen con los internacionales. (Vigente hasta 1981)
También se dictó una resolución mediante la que se anunciaba un cronograma de reducciones arancelarias, que
sumado al abaratamiento de las importaciones y la supresión de los aranceles para los insumos no producidos en el
país tendieron a dinamizar el proceso de apertura de la economía sin que se produjera la convergencia de precios y la
desaceleración de la inflación.

Todas estas políticas implementadas dieron como resultado, una contracción por demás de significativa en el sector
industrial. Se cerraron más de 20 mil fábricas, el producto bruto cayó al igual que la ocupación, entre otros.

Golpe al mercado laboral y a la clase trabajadora industrial: En el ámbito industrial se produjo una contracción del
salario real que superó el 30%, logrando así la fijación de un nuevo “piso de equilibrio”, es decir, una baja bastante
importante del salario de los trabajadores industriales que quebró el patrón de acumulación consolidado en la
sustitución de importaciones.

Aunque la cantidad de obreros ocupados se redujo más de una tercera parte y bajaron los sueldos, la productividad
promedio de la mano de obra creció.

Fenomenal transferencia desde los asalariados a los capitalistas. El capital industrial se apropió de la totalidad de los
recursos generados por la mano de obra así como de las pérdidas de ingreso de los asalariados del sector.

Cambios en la estructura de precios relativos y desempeño industrial: Se da una dinámica transferencia de recursos
entre los distintos agentes y sectores económicos que favoreció a aquellos en situación de adaptarse a los lineamientos
y efectos de la política económica.

La política cambiaria y la redundancia en los niveles de protección arancelaria moderaron el impacto de la apertura
comercial inicial sobre una parte considerable de las actividades fabriles, hasta que comenzó a reducirse esa protección
y llegó a revertirse ligeramente.

Así quedaron configuradas nuevas formas de acumulación reproducción ampliada del capital: una acelerada fuga de
capitales y un crecimiento exponencial del endeudamiento externo (público y privado).

Podría decirse entonces que durante la gestión de Martínez de Hoz los precios relativos de la economía registraron
cambios que produjeron alteraciones en el desempeño de los distintos sectores y, en todos, estuvieron asociados a las
cambiantes políticas desplegadas. La relación capital-trabajo se tornó permanente.

Hacia una creciente oligopolización industrial: La gestión de la dictadura fue un componente determinante de las
transformaciones sectoriales y estructurales que favoreció un proceso de oligopolización de la industria
manufacturera. Los estratos más concentrados mostraron una mayor capacidad de adaptación a distintos escenarios,
tanto en años expansivos (1975-1979) en los que crecieron más que el agregado sectorial, como en situaciones críticas
(1979-1981), en la que decrecieron menos que los estratos más “competitivos”.

Tal nivel de asociación entre desempeño fabril y grado de concentración de la producción permite inferir que los
mercados oligopólicos contaron con una capacidad de defensa superior ante la agresión de las políticas económicas
sobre la industria.

Cambios en el perfil del comercio exterior manufacturero: La apertura importadora, las modificaciones inducidas en
el tipo de cambio real de las importaciones y las exportaciones industriales produjeron cambios sustantivos en el
comercio exterior de productos industriales.

En efecto al amparo de la inicial apertura de la economía y a la asunción del enfoque monetario de la balanza de
pagos, las compras de manufacturas en el exterior abandonaron cierta correspondencia entre su propia evolución y el
nivel de actividad de la economía en general, y del sector fabril en particular, en otras palabras las importaciones se
triplicaron y el PBI decayó.
En el marco del proyecto político que llevaron adelante los militares se produjo el avance hacia una estructura fabril
especializada en ramas de las primeras etapas del procesamiento manufacturero, dedicadas a la elaboración de
commodities de escaso dinamismo en el mercado mundial.

La reestructuración regresiva del aparato industrial y la desindustrialización verificadas durante la etapa formativa del
“modelo financiero y de ajuste estructural” constituyó el hincapié para el creciente atraso que afectó a las Argentina
en relación a los países desarrollados así como con varios países de la periferia. Tendencia que se profundizaría con la
globalización.

Consolidación de los grupos económicos: Entre 1776 y 1983 las empresas de la elite pertenecientes a grupos
económicos de capital nacional y extranjero incrementaron en forma significativa su participación relativa en las ventas
totales. La contracara de esta expansión fue la retracción experimentada por las compañías estatales. Este retroceso
puede explicarse por la caída en la cantidad de empresas.

La consolidación de las estructuras conglomeradas del capital como las “ganadoras” del proceso dictatorial se ve
reafirmada al considerar las transformaciones registradas en el interior de la producción industrial. Al respecto se debe
tener en cuenta que algunas de las grandes firmas se constituyeron en importantes importadoras de bienes sustitutos
lo que les permitió consolidar su poder oligopólico.

El fenómeno más trascendente durante la dictadura militar es la reconfiguración de la estructura de poder económico
en torno a los grandes grupos económicos nacionales y extranjeros en el interior de la industria. De allí en más estos
grupos económicos pasarían a detentar una enorme capacidad para definir y condicionar la trayectoria de la economía
nacional y la orientación del funcionamiento estatal.

Puede afirmarse que además de perjudicar a los trabajadores entre los empresarios particularmente los pequeños y
medianos hubo sectores fuertemente afectados por la crisis, mientras que otros se vieron beneficiados con esta: se
trata de las firmas oligopólicas.

Este proceso se consolidó como resultado de la “financiarización” y la internalización de gran parte del excedente
apropiado por los capitales, así como de la pronunciada centralización económica que tuvo lugar y la orientación
asumidas desde el aparato estatal.

Principales legados de la dictadura militar: Dados los objetivos estratégicos perseguidos por los militares, no solo
resulta decisivo que la reestructuración económica con eje en la desindustrialización se verificara en el marco de una
crisis, una significativa redefinición de los liderazgos empresariales y una drástica alteración de la relación
trabajocapital. También era imprescindible redefinir el perfil estructural de la industria manufacturera doméstica,
debía ser así por la supuesta “ineficiencia” de numerosas ramas fabriles respecto del mercado del mercado
internacional y por las condiciones sociales y el tipo de alianzas políticas a las que daba lugar la existencia de un sector
manufacturero dinámico, el que a pesar de sus limitaciones logró amortiguar los tradicionales “cuellos de botella” del
sector externo.

Para los ochenta era posible trazar un mapa de ganadores y perdedores, el cual era resultado de los profundos cambios
producidos en la economía y la sociedad argentinos por efecto de las medidas políticas aplicadas entre 1976 y 1983.

Principales herencias:

- nuevo esquema de funcionamiento del capitalismo doméstico.


-un agudo proceso de desindustrialización y reestructuración regresiva del aparato fabril.
-un poder económico fuertemente concentrado y centralizado.
-un entramado de pequeñas y medianas empresas sumamente debilitado en términos estructurales. -una
clase trabajadora que se encontraba sumergida en la desocupación, la precarización laboral, la fragmentación,
los bajos salarios y una muy reducida participación en el ingreso nacional.
La convertibilidad como fase superior de la política: Con la asunción al gobierno de Menem se puso en marcha un
programa de reformas estructurales de los más drásticos e intensos de los aplicados en la región. Tuvo inicio con la
sanción de las Leyes de Reforma del Estado y de Emergencia Económica (agosto y septiembre del 89). Las cuales
desempeñaron un papel decisivo en la recomposición y reordenamiento del poder económico.

Se debe resaltar también: la eliminación de varios mecanismos regulatorios, la liberalización del mercado cambiario y
los flujos de divisas internacionales, así como del régimen de inversiones extranjeras, la supresión del control de
precios, el debilitamiento del Estado, la apertura de la economía y la desregularización del mercado. Entre las
disposiciones de las leyes se establece la intervención de las empresas públicas, la situación de emergencia de los
servicios públicos, los criterios que sustentarían las transferencias de los activos estatales, la eliminación de subsidios,
etc. Sin embargo, la consolidación de los intereses económicos neoliberales se produjo en 1991 con la sanción de la
Ley de convertibilidad.

Argumento: la actividad manufacturera presenta un alto grado de ineficiencia por lo que se deben aplicar medidas que
promuevan el libre funcionamiento de las fuerzas del mercado para garantizar el crecimiento del país y su inserción
en el mercado mundial. Con todo esto se generarían más empleos, mejores condiciones laborales, mayores salarios,
etc.

Políticas aplicadas: privatización de casi todas las empresas estatales, apertura de la economía a los flujos
internacionales, desregulación de múltiples mercados. En el sector fabril, como en todas las políticas tuvieron efecto
propulsor en la desindustrialización y concentración y centralización del capital.

Todos estos factores condicionaron la capacidad de respuesta de un número considerable de empresas, en particular
las de menor tamaño. Esta tendencia se vio potenciada por la existencia de sistema aduanero permeable y porque los
mecanismos de protección fueron aplicados con discrecionalidad contribuyendo a la concentración económica.

Las fallas del mercado, radican en el intervencionismo del Estado ya que según los neoliberales genera imperfecciones.
Solución: desregulación del mercado. Esto traería el bienestar general.

Una crisis sin precedentes: A partir de 1998 se inició una crisis que repercutió sobre el conjunto de la economía
argentina y en particular sobre la industria, lo que derivó en el abandono de del régimen convertible a comienzos de
2002. En Argentina, el prolongado y sostenido proceso de desindustrialización se asocia a la desarticulación productiva
y la reestructuración regresiva del aparato manufacturero iniciadas en los 70. En efecto durante el período tendió a
consolidarse una estructura manufacturera asociada a la explotación de ventajas comparativas naturales y/o
institucionales de privilegio, así como a la fabricación de ciertos commodities industriales.

La recesión económica e industrial que comenzó en 1998 se explica por dos factores:

1- la crisis rusa, del sudeste asiático y la economía brasileña, las devaluaciones competitivas aplicadas en muchos
países, etc. (factor exógeno)
2- la falta de implementación de un ajuste “serio” en la economía nacional. (Factor endógeno)

Una visión de largo plazo del perfil industrial a mediados de los noventa: La continuidad y la profundización del
proceso de desindustrialización de la economía argentina provocaron una marcada reconfiguración estructural del
sector fabril. En el ámbito de las plantas de mayor envergadura es donde se manifestaron las caídas más significativas
en la ocupación.

Cabe destacar dos cuestiones: la primera, que a mediados de los noventa un amplio grupo de ramas mostraba una
escasa significación dentro del espectro fabril local (madera). Y la segunda, es que una proporción considerable de la
producción industrial de la Argentina se asentaba sobre el aprovechamiento de ventajas comparativas fijas y
desaprovechaba la potenciación de generar un mayor valor agregado local.
Durante este período la producción industrial provenía de mercados altamente concentrados, lo que generó mayores
márgenes brutos de rentabilidad o una distribución más regresiva.

Servicios Públicos privatizados vs industrias manufactureras: Las modificaciones en la estructura de precios relativos
de la economía local, se caracterizaron por presentar una tendencia anti-industrial que implico, diferentes
comportamientos en el interior de la propia actividad fabril.

En la década de los noventa los precios industriales se deterioraron con respecto a los servicios, en especial con los
privatizados y los financieros. Esto se explica por el fuerte incremento de los precios de los distintos servicios y el
elevado nivel de la tasa de interés. Por otra parte también el leve aumento en los precios de un gran número de
productos fabriles. Esta reconfiguración de la estructura de precios impacto negativamente sobre la industria
manufacturera.

Todos estos factores combinados constituyeron las causas de la aguda crisis que atravesó el sector industrial baja la
vigencia del régimen de convertibilidad por lo que sumados a la privatizaciones llevaron a la pérdida de competitividad
de gran parte del tejido industrial.

Deterioro y precarización laboral de los trabajadores industriales: Los obreros sufrieron un deterioro en sus
condiciones de trabajo y reproducción. La industria local registró una elasticidad empleo-producción, es decir, que
por cada punto que crecía la producción el empleo decaía más del 2%.

Puede concluirse que desde 1991-1998 se verifico en el ámbito manufacturero “ganancias de competitividad “ en
tanto se asentaron sobre importantes caídas en la ocupación y en los salarios, con aumentos en productividad
asociados a un creciente explotación de los obreros.

La gran masa de desocupados desempeño un rol determinante en el deterioro de las condiciones de trabajo, reducción
de las remuneraciones fabriles y la creciente apropiación del excedente por parte de los capitalistas. Y la especulación
financiera se convirtió en uno de los ejes estructuradores del proceso de acumulación de capital de las grandes firmas
empresariales en el ámbito manufacturero.

La apertura importadora: impactos sobre el comercio exterior industrial: La política de apertura al exterior asumió
un papel protagónico en el programa neoliberal de corto y largo plazo. Produjo una alteración radical en el contexto
operativo de la mayoría de los agrupamientos manufactureros, que se vio agravado por el abaratamiento del tipo de
cambio real de las importaciones. No obstante, también generó otros tipos de efectos que quedaron circunscriptos a
algunas de las principales empresas de diversas industrias. En efecto, el aprovechamiento pleno de su poder
oligopólico les posibilitaron comercializar su propia producción.

En contraposición se evidenció la mayor intensidad de la desprotección comercial (la de bienes de capital) agravada
por la usual recurrencia a la eximición de aranceles p/su importación en el intento de inducir la formación de capital.
Este comportamiento de las importaciones de bienes de capital indica la dependencia tecnológica y el carácter
incompleto de la estructura manufacturera que se consolidó en la Argentina por el neoliberalismo.

En términos generales, durante los noventa el perfil de las ventas al exterior continuó profundizando rasgos que se
remontaban al proceso dictatorial como la reprimarización, aprovechamientos de ventajas comparativas, limitada
generación de puestos de trabajo, entre otros.

Concentración, extranjerización y crisis de las pymes: Uno de los rasgos centrales que caracterizó el desempeño global
de los oligopolios industriales líderes fue su capacidad para crecer muy por encima del conjunto del sector. Se da la
existencia de pautas de comportamientos diferenciales entre los diversos segmentos.

Tomando en cuenta el período 1991-2001 se comprueba que las empresas nacionales revelaron una pérdida de
gravitación por demás significativa. En contraposición se registro un incremento en la presencia y la incidencia de los
oligopolios extranjeros.
Dentro de este patrón global se pueden reconocer dos fases:

1- (1991-1995) la concentración de la producción fabril reconoció un notable incremento en la participación en


las ventas de la elite fabril de las asociaciones así como de las firmas integrantes de grupos económicos locales.
2- (1995-2001) se alteró la dinámica previa, se dio la extraordinaria centralización y desnacionalización del gran
capital manufacturero, en esta etapa tuvo lugar una de las mayores alteraciones en la propiedad del capital
industrial de la historia argentina contemporánea.
La sistemática disminución en la cantidad de firmas y su gravitación en la facturación global por parte de los grupos
económicos locales se debe a que ciertos conglomerados nacionales se desprendieron de numerosas firmas
industriales de su propiedad para cederlas a compañías o grupos económicos extranjeros.

El proceso de extranjerización estuvo caracterizado por diversas medidas de promoción y aliento a la inversión
extranjera. Como: la puesta en práctica de políticas tipo horizontal, la decisión gubernamental de consolidar el
MERCOSUR, la vigencia de ciertos incentivos de carácter institucional y la sobrevaluación de la moneda doméstica en
el esquema de convertibilidad.

El éxito o fracasos de los distintos tipos de firmas industriales dependió de los contextos macroeconómicos en los que
tuvieron que desenvolverse. Podría decirse que las políticas de ajuste no fueron ni uniformes ni neutrales en términos
de sus impactos sobre los distintos tipos de empresas que conforman el espectro industrial argentino.

Puede afirmarse que la última dictadura militar y los gobiernos democráticos hasta 2001 redefinieron en forma radical
la fisonomía y el funcionamiento del capitalismo argentino. Es indudable que este proceso perjudicó en especial a la
industria, pero no de la misma manera a los distintos actores y ramas que formaban parte del entramado
manufacturero local.

En consecuencia, la Argentina ingresó al siglo XXI con un sector fabril con un alto grado reprimarización y concentración
económica de la producción y centralización del capital, un notable deterioro en la situación de los trabajadores y las
pymes.

La industria en la pos convertibilidad: Argentina atravesaba una de las crisis más profundas y prolongadas de su
historia, que se reflejaba en casi 4 años de recesión consecutivos, intensa centralización de capitales, dramáticos
niveles de pobreza, desocupación y subocupación, déficit fiscal insostenible y fuga de capitales, entre otros.

Este cuadro se veía agravado por las disputas respecto a la forma en la cual se debía aplicar la solución de la crisis
Terminal de la convertibilidad (unos impulsaban la dolarización y otros la salida devaluatoria). Se trataba de una puja
entre dos fracciones del poder económico que habían sido favorecidas por la liberalización comercial y financiera, el
desmantelamiento del Estado, la desindustrialización, etc. Y que procuraban que fuera la otra fracción la que asumiera
lo restante. Sin embargo ambas posturas coincidían en que cualquiera que fuera la solución la caída de los ingresos de
los trabajadores y de los sectores populares debía constituirse.

Unas de las características de la pos convertibilidad es que la principal política hacia el sector manufacturero ha sido
el sostenimiento de una moneda nacional devaluada por lo que desde 2002 no ha existido en el país una estrategia
de desarrollo productivo en general ni industrial en particular.

Afianzamiento de la estructura productiva: Una vez transcurrido el crítico 2002, fueron sentándose las bases para el
surgimiento de nuevos senderos en la economía. A partir de allí y hasta 2007 la economía en general y la industria en
particular revelaron un acelerado ritmo de crecimiento que permitió revertir el proceso de desindustrialización.

La industrialización de recursos naturales, productos químicos, la siderurgia, la producción de aluminio y la armadura


automotriz se consolidaron como los rubros centrales del sector industrial, a favor de crecientes exportaciones, con
bajos salarios a escala internacional y en condiciones externas propicias.

En la pos convertibilidad se experimentó un proceso de reindustrialización.


Reactivación y destino de la producción industrial: A comienzos del año 2002 con la ruptura del régimen de
convertibilidad devino: una fuerte devaluación de la moneda local, deterioro de los salarios reales y elevada
desocupación de la capacidad productiva fabril. Estas sentaron las bases para las ventas al exterior de commodities
(agroindustriales).

Gran importancia del mercado externo: como componente decisivo para la recuperación manufacturera. También se
da una recuperación de la actividad fabril orientada a atender las demandad locales, asumiendo un papel secundario
frente a las ventas al exterior. La reactivación industrial tuvo en el sector externo su sustento esencial y
determinante gracias a la elaboración de los commodities.

El desempeño industrial desde la perspectiva del comercio exterior: En la pos convertibilidad la elite empresarial
fabril, registro abultados superávits comerciales, mientras que el resto de la industria opero con desbalances muy
acentuados y crecientes.

Este incremento se debió a dos causas: 1) bajos costos salariales a escala mundial, ventajas comparativas asociadas a
la dotación de recursos naturales, es decir, un escenario internacional favorable. 2) vinculada al desenvolvimiento de
las exportaciones, en la aceleración del proceso de concentración económica.

Ganancias extraordinarias de los capitales oligopólicos: La producción generada en el ámbito manufacturero local se
expandió muy fuertemente. Esto genero un impacto positivo en la creación de puestos laborales. Se dio un incremento
en la productividad de la mano de obra, a partir de esta alza de productividad tuvo lugar un importante aumento en
el margen bruto de explotación; significa que los capitalistas del sector se apropiaron de una proporción creciente del
excedente generado en la industria.

En síntesis, quedan en evidencia la regresividad de la dinámica manufacturera desde el abandono de la convertibilidad


hasta Néstor Kirchner. Vinculada con una baja de salarios obreros y una fenomenal recomposición de las ganancias
empresariales.

Concentración económica y extranjerización del capital: “Modelo financiero y de ajuste estructural”: concentración
y centralización del capital. Los factores que llevaron a la concentración de la económica en la industria son:

1- la creciente inserción exportadora


2- integración a unidades económicas complejas que cuentan con (opciones en materia productiva, tecnología,
comercial y financiera)
3- variadas posibilidades para captar excedentes de manera diferencial, etc.

Se produjo una sostenida extranjerización de la cúpula industrial. Buena parte de esas transferencias de capital hacia
inversores extranjeros tuvo como actor central a compañías o holdings brasileños.
Bajo el gobierno de Néstor Kirchner se implementó un régimen promocional tendiente a favorecer a grandes industrias
exportadoras que contaban con incentivos “de mercados” más que suficientes.
La promoción industrial desplegada en los últimos años propicio la consolidación oligopólica de determinados grandes
agentes locales y la profundización del proceso de concentración de la economía y centralización del capital en el país,
que se vio potenciado por la inclinación del accionar del estado en el campo de la política hacia las pymes. Por ejemplo
Techint junto con Acindar conforman el duopolio que caracteriza a la producción siderúrgica del país. Fate la principal
firma del oligopólico mercado de los neumáticos. Entre otras como automotriz (Peugeot).
Se puede concluir que entre el fin del régimen de caja de conversión y el año 2007, este periodo estuvo caracterizado
por una importante expansión fabril acompañada con una concentración de la economía, lo cual refleja el carácter
heterogéneo de la dinámica sectorial. Se trata entonces, de una nueva línea de continuidad en el “modelo financiero
y de ajuste estructural”.
La industria argentina en la pos convertibilidad: el balance preliminar
La crisis final del régimen convertible y “la salida devaluatoria” fue un punto de quiebre histórico de la hegemonía de
la especulación financiera. Se trató de una exageración simplista donde las burbujas financieras a escala mundial
descansan en el desplazamiento insostenible de la economía real.

La profunda crisis económica en el 2002 fue regresiva y heterogénea. Con una acelerada tendencia a la concentración
y centralización del capital, con eje en una extranjerización el aparato manufacturero doméstico. Esta crisis, demando
un crecimiento elevado sostenido e interrumpido en el periodo 2003-2005.

El crecimiento fabril se focalizo en un grupo acotado de ramas que no suponen una ruptura con el patrón de
especialización legado de largos años de neoliberalismo. La rama elaboradora de maquinaria y equipos y otras
industrias complejas, se vio sistemática y permanentemente agredida por políticas simplistas y cortoplacistas,
mediante la recurrente promoción a la importación de bienes de capital y rubros afines.

A partir de 2003 la capacidad de acumulación del capital por parte del empresariado industrial alcanzo niveles
extraordinarios. Para ello contaron con el aporte de recursos estatales.
La consolidación de dos de los principales legados críticos del “modelos financiero y de ajuste estructural” a) una
estructura fabril desarticulada y trunca y b) una fuerte redistribución de ingresos en detrimento de los trabajadores.

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