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OFICIO DIVINO

V. Dios mío, ven en mi auxilio


R. Señor, date prisa en socorrernos. Gloria al
Padre, al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era, en
un principio por los siglos de los siglos. Aleluya
HIMNO (cantado)
A dos coros:
Señor, Dios eterno, alegres te cantamos,
a ti nuestra alabanza,
a ti, Padre del cielo, te aclama la creación.

Postrados ante ti, los ángeles te adoran


y cantan sin cesar:

Santo, santo, santo es el Señor,


Dios del universo;
llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.

A ti, Señor, te alaba el coro celestial de los


apóstoles,
la multitud de los profetas te enaltece,
y el ejército glorioso de los mártires te aclama.

A ti la Iglesia santa,
con júbilo te adora y canta tu grandeza:

- 32 -
Padre, infinitamente santo,
Hijo eterno, unigénito de Dios,
Santo Espíritu de amor y de consuelo.

Oh Cristo, tú eres el Rey de la gloria,


tú el Hijo y Palabra del Padre,
tú el Rey de toda la creación.

Tú, para salvar al hombre,


tomaste la condición de esclavo
en el seno de una virgen.

Tú destruiste la muerte
y abriste a los creyentes las puertas de la
gloria.
Tú vives ahora,
inmortal y glorioso, en el reino del Padre

Tú vendrás algún día,


como juez universal.

Muéstrate, pues, amigo y defensor


de los hombres que salvaste.

Y recíbelos por siempre allá en tu reino,


con tus santos elegidos.

- 33 -
Salva a tu pueblo, Señor,
y bendice a tu heredad.
Sé su pastor, y guíalos por siempre.

Día tras día te bendeciremos


y alabaremos tu nombre por siempre jamás:
Dígnate, Señor,
guardarnos de pecado en este día.

Ten piedad de nosotros, Señor,


ten piedad de nosotros.

Que tu misericordia, Señor, venga sobre


nosotros, como lo esperamos de ti.

A ti, Señor me acojo,


no quede yo nunca defraudado.

SALMODIA

Lector
Ant. 1 Bendito eres, Señor, en la bóveda del
cielo.
Salmo I03
Himno al Dios creador

- 34 -
Monición.
El tema de este bellísimo himno es la
obra de Dios en la creación. El poema presenta
una semejanza notable con un himno egipcio
al dios Sol, proveniente del siglo XIV a. C.
Más evidente aún es su relación con el primer
capítulo del Génesis. Se describe al universo
visible como una realidad desbordante de
movimiento y de vida, que refleja, hasta en los
detalles más ínfimos. el poder y la sabiduría del
Creador.

A dos coros.
Bendice, alma mía, al Señor:
¡Dios mío, qué grande eres!
Te vistes de belleza y majestad,
la luz te envuelve como un manto.

Extiendes los cielos como una tienda,


construyes tu morada sobre las aguas;
las nubes te sirven de carroza,
avanzas en las olas del viento;
los vientos te sirven de mensajeros;
el fuego llameante, de ministro.

Asentaste la tierra sobre sus cimientos,


y no vacilará jamás;
la cubriste con el manto del océano,
Y las aguas se posaron sobre las montañas;
- 35 -
pero a tu bramido huyeron,
al fragor de tu trueno se precipitaron,
mientras subían los montes y bajaban
los valles:
cada mal al puesto asignado.
Trazaste una frontera que no traspasarán,
y no volverán a cubrir la tierra.

De los manantiales sacas los ríos,


para que fluyan entre los montes;
en ellos beben las fieras de los campos,
el asno salvaje apaga su sed;
junto a ellos habitan las aves del cielo,
y entre las frondas se oye su canto.

Desde tu morada riegas los montes,


y la tierra se sacia de tu acción fecunda;
haces brotar hierba para los ganados,
y forraje para los que sirven al hombre.

Él saca pan de los campos,


y vino que le alegra el corazón;
y aceite que da brillo a su rostro,
y alimento que le da fuerzas.

Se llenan de savia los árboles del Señor,


los cedros del Líbano que él plantó:
- 36 -
allí anidan los pájaros,
en su cima pone casa la cigüeña.
Los riscos son para las cabras,
las peñas son madriguera de erizos.

Hiciste la luna con sus fases,


el sol conoce su ocaso.
Pones las tinieblas y viene la noche,
y rondan las fieras de la selva;
los cachorros rugen por la presa,
reclamando a Dios su comida.

Cuando brilla el sol, se retiran,


y se tumban en sus guaridas;
el hombre sale a sus faenas,
a su labranza hasta el atardecer.

Cuántas son tus obras, Señor,


y todas las hiciste con sabiduría;
la tierra está llena de tus criaturas.

Ahí está el mar: ancho y dilatado,


en él bullen, sin número,
animales pequeños y grandes.

Todos ellos aguardan


a que les eches comida a su tiempo:

- 37 -
se la echas, y la atrapan;
abres tu mano, y se sacian de bienes;

escondes tu rostro, y se espantan;


les retiras el aliento, y expiran
y vuelven a ser polvo;
Envías tu aliento, y los creas,
y repueblas la faz de la tierra.

Gloria a Dios para siempre,


goce el Señor con tus obras,
cuando él mira la tierra, ella tiembla;
cuando toca los montes, humean.

Cantaré al Señor,
tocaré para mi Dios mientras exista:
que le sea agradable mi poema,
y yo me alegraré con el Señor.

Que se acaben los pecadores en la tierra,


que los malvados no existan más.
¡Bendice, alma mía, al Señor!

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.


Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén

- 38 -
Todos
Ant.1. Bendito eres, Señor, en la bóveda del
cielo.

Lector.
Ant. 2. Aclamad al Señor, tierra entera.

Salmo 65

Himno para un sacrificio de acción de acacias

Monición.
En este canto de acción de gracias, la
comunidad expresa su ferviente alabanza y
reconocimiento al Señor por todos los beneficios
recibidos, de sus manos. La primera parte insiste
en la bondad de Dios, que escucha desde su
Templo las oraciones de los fieles y se muestra
siempre dispuesto a perdonarlos. La segunda
evoca el poder creador del Señor y sus obras
admirables en la naturaleza y en la historia, con
acentos marcadamente universalistas.

A dos coros.

Aclama al Señor, tierra entera;


tocad en honor de su nombre,
cantad himnos a su gloria.
- 39 -
Que se postre ante ti la tierra entera;
que toquen en tu honor,
que toquen para tu nombre.

Venid a ver las obras de Dios,


sus temibles proezas en favor de los
hombres:
transformó el mar en tierra firme,
a pie atravesaron el río.

Alegrémonos con Dios,


que con su poder gobierna eternamente;
sus ojos vigilan a las naciones,
para que no se subleven los rebeldes.

Bendecid, pueblos, a nuestro Dios,


haced resonar sus alabanzas,
porque él nos ha devuelto la vida
y no dejó que tropezaran nuestros pies.

Oh Dios, nos pusiste a prueba,


nos refinaste como refinan la plata;
nos empujaste a la trampa,
nos echaste a cuestas un fardo:

Sobre nuestro cuello cabalgaban,


pasamos por fuego y por agua,
pero nos has dado respiro.
- 40 -
Entraré en tu casa con víctimas,
para cumplirte mis votos:
los que pronunciaron mis labios
y prometió mi boca en el peligro.

Te ofreceré víctimas cebadas,


te quemaré carneros,
inmolaré bueyes y cabras.

Fieles de Dios, venid a escuchar,


os contaré lo que ha hecho conmigo:
a él gritó mi boca
y lo ensalzó mi lengua.

Si hubiera tenido yo mala intención,


el Señor no me habría escuchado;
pero Dios me escuchó,
y atendió a mi voz suplicante.

Bendito sea Dios, que no rechazó mi


súplica ni me retiró su favor.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.


Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén

Todos
Ant.2 Aclamad al Señor, tierra entera.
- 41 -
Lector.
Ant.3. Creaturas todas del Señor, bendecid al
Señor.

Cántico Dan 3, 57-88.56

Toda la creación alabe al Señor. Toda


la creación pertenece a Dios y le permanece
sujeta; mientras el hombre sin Dios sólo
mira a apropiárselos. Con sencillez y gratitud
reportamos a Él cuanto existe.

A dos coros

Creaturas todas del Señor, bendecid al Señor;


ensalzadlo con himnos por los siglos.

Ángeles del Señor, bendecid al Señor;


cielos, bendecid al Señor.

Aguas del espacio bendecid al Señor;


ejércitos del Señor, bendecid al Señor.

Sol y luna, bendecid al Señor;


astros del cielo, bendecid al Señor.

Lluvia y rocío, bendecid al Señor;


vientos todos, bendecid al Señor.
- 42 -
Fuego y calor, bendecid al Señor;
fríos y heladas, bendecid al Señor.

Rocíos y nevadas, bendecid al Señor;


témpanos y hielos, bendecid al Señor.

Escarchas y nieves, bendecid al Señor;


noche y día, bendecid al Señor.

Luz y tinieblas, bendecid al Señor;


rayos y nubes, bendecid al Señor.

Bendiga la tierra al Señor;


ensálcelo con himnos por los siglos.

Montes y cumbres, bendecid al Señor;


cuanto germina en la tierra, bendecid al Señor.

Manantiales, bendecid al Señor;


mares y ríos, bendecid al Señor.

Cetáceos y peces, bendecid al Señor;


aves del cielo, bendecid al Señor.

Fieras y ganados, bendecid al Señor;


ensalzadlo con himnos por los siglos.

- 43 -
Hijos de los hombres, bendecid al Señor;
bendiga Israel al Señor.

Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;


siervos del Señor, bendecid al Señor.

Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;


santos y humildes de corazón,
bendecid al Señor.

Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor;


ensalzadlo con himnos por los siglos.

Bendigamos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,


ensalcémoslo con himnos por los siglos.

Bendito el señor en la bóveda del cielo,


alabado y glorioso y ensalzado por los siglos.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.


Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén

Todos
Ant. 3. Creaturas todas del Señor, bendecid al
Señor.

- 44 -
1 Corintios 11, 23-26

Porque yo recibí del Señor lo que os


transmití: que el Señor Jesús, la noche en que
era entregado, tomó pan, dando gracias, lo
partió y dijo: «Éste es mi cuerpo que se entrega
por vosotros; haced esto en memoria mía.»
Asimismo, tomó el cáliz después de cenar,
diciendo: «Esta copa es la nueva Alianza en mi
sangre. Cuantas veces la bebiereis, hacedlo en
memoria mía.» Pues cada vez que comáis este pan
y bebáis de este cáliz, anunciáis la muerte del
Señor, hasta que venga.
Palabra de Dios.

RESPONSORIO
Jn 6,48-52

R. Yo soy el pan de vida; vuestros


padres comieron el maná en el desierto
y murieron; *éste es el pan que baja del
cielo para que quien lo coma no muera.

V. Yo soy el pan vivo bajado del cielo; todo


el que coma de este pan vivirá eternamente.

R. Este es el pan que baja del cielo para que


quien lo coma no muera.
- 45 -
Ant. Cuando estaban cenando, Jesús tomó pan,
rezó la bendición, lo partió y lo dio a sus
discípulos.

Cántico de María.
ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR
Lc 1, 46-55

A dos coros

Proclama mi alma la grandeza del Señor,


se alegra mi espíritu en Dios, mi
salvador;
porque ha mirado la humillación de su
esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las


generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras
grandes por mí;
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.

Él hace proezas con su brazo:


dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos,

- 46 -
Y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo,


acordándose de su misericordia
como lo había prometido a nuestros
padres
en favor de Abraham y su
descendencia por siempre.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.


Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén

Todos
Ant. Cuando estaban cenando, Jesús tomó pan,
rezó la bendición, lo partió y lo dio a sus
discípulos.

PRECES

Lector
Adoremos a nuestro Salvador, que
en la última Cena, la noche misma en que iba a
ser entregado, confió a su Iglesia la
celebración perenne del memorial de su
.
- 47 -
muerte y resurrección; oremos, diciendo:
R. Santifica, Señor, al pueblo que redimiste con
tu sangre.

Redentor nuestro, concédenos que por la


penitencia nos unamos más plenamente a tu
pasión, para que consigamos la gloria de la
resurrección.
R. Santifica, Señor, al pueblo que redimiste con
tu sangre.

Concédenos la protección de tu Madre, consuelo


de los afligidos, para poder nosotros consolar a
los que están atribulados, mediante el consuelo
con que tú nos consuelas.
R. Santifica, Señor, al pueblo que redimiste con
tu sangre.

Haz que tus fieles participen en tu pasión


mediante los sufrimientos de su vida, para que se
manifiesten a los hombres los frutos de la
salvación.
R. Santifica, Señor, al pueblo que redimiste con
tu sangre.

Tú que te humillaste, haciéndote obediente hasta


la muerte y una muerte de cruz, concede a
.
- 48 -
tus fieles obediencia y paciencia.
R. Santifica, Señor, al pueblo que redimiste con
tu sangre.

Se pueden añadir algunas intenciones libres.

Haz que los difuntos sean transformados a


semejanza de tu cuerpo glorioso, y a nosotros
concédenos también que un día participemos de
su felicidad.
R. Santifica, Señor, al pueblo que redimiste con
tu sangre.

Unidos fraternalmente, acudamos ahora al Padre


de todos:

Padre nuestro...

ORACIÓN

Dios nuestro, que, para tu mayor gloria


y para la salvación del género humano, has
constituido a Jesucristo como sumo y eterno
sacerdote, haz que el pueblo que Él conquistó
con su sangre reciba plenamente, al participar
del memorial de su pasión, los tesoros que
dimanan de su muerte y resurrección. Por
nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y
- 49 -
reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y
es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

CONCLUSIÓN

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal


y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.

- 50 -
ACTO DE DESAGRAVIO
(Nocturno Homenaje del P. Llopart, S.J.)

Al sonar en el reloj la media de cada hora de


guardia, excepto enla última, se reza lo siguiente
por el jefe del primer coro.

En Vigilias Solemnes el Acto de Desargavio se


reza al terminar el Te Deum.

Todos de rodillas.

Todos:
Jesús Salvador de los hombres, cubiertos de
confusión nuestros rostros, nos prosternamos en
tu presencia eucarística, con nuestros corazones
llenos de pena y dolor por las ingratitudes de la
humanidad pecadora, pero con infinita
misericordia, permites que unamos este día
nuestros gemidos a los tuyos, nuestras lágrimas a
las que brotaron por nuestra causa de tus ojos en
el monte de los Olivos; a la sangre que
amorosamente derramaste en la cruz. Sagrado
Corazón de Jesús, te rogamos por los que no
ruegan, te bendecimos por los que te maldicen,
te adoramos por los que no te adoran; y con toda
la energía de nuestras almas, deseamos

- 51 -
bendecirte y alabarte en todos los instantes de
este día y en todos los sagrarios de la tierra y
con los valiosos afectos de tu amante Corazón.
Suba, Señor, hasta Ti, el doloroso grito de
expiación y arrepentimiento sincero de nuestros
contritos corazones.

Jefe del primer coro:

V. Por nuestros pecados, por los de nuestros


padres, hermanos y amigos, por los del mundo
entero.
R. Perdón, Señor, perdón.
V. Señor, perdona todos los sacrilegios
eucarísticos.
R. Perdón, Señor, perdón.
V. Señor, perdona todas las comuniones
indignamente recibidas.
R. Perdón, Señor, perdón.
V. Señor, perdona todas las profanaciones al
Santísimo Sacramento del altar.
R. Perdón, Señor, perdón.
V. Señor, perdona todas las irreverencias en la,
Iglesia.
R. Perdón, Señor, perdón.
V. Señor, perdona todas las profanaciones,
desprecios y abandono de los sagrarios.
R. Perdón, Señor, perdón.
- 52 -
V. Señor, perdona a todos los que han abandonado
la Iglesia.
R. Perdón, Señor, perdón.
V. Señor, perdona todo desprecio de los objetos
sagrados.
R. Perdón, Señor, perdón.
V. Señor, perdona a todos los que pasaron a las
filas de tus enemigos.
R. Perdón, Señor, perdón.
Señor, perdona todos los pecados del ateísmo.
R. Perdón, Señor, perdón.
V. Señor, perdona todos los insultos a tu santo
nombre.
R. Perdón, Señor, perdón.
V. Señor. perdona toda la frialdad e indiferencia
contra tu amor de redentor.
R. Perdón, Señor, perdón.
V. Señor, perdona todas las irreverencias y
calumnias contra el Santo Padre.
R. Perdón, Señor, perdón.
V. Señor, perdona todo desprecio de los obispos y
sacerdotes.
R. Perdón, Señor, perdón.
V. Señor, perdona todo desprecio hacia la
santidad de la familia.
R. Perdón, Señor, perdón.
V. Señor, perdona todo desprecio a la vida
humana. R. Perdón, Señor, perdón.
- 53 -
TRISAGIO
A LA SANTÍSIMA TRINIDAD

(De rodillas)

Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo,


te amamos, te adoramos y te entregamos nuestro
ser. Voluntariamente y por amor te sacrificamos
cuanto somos y tenemos para tu mayor gloria y
nos abandonamos a tu voluntad divina.

Al Padre

Padre, acuérdate que somos tus hijos y ten piedad


de nosotros. Envuélvenos en tu mirada de ternura
paternal y danos la virtud de la fe.

Padre nuestro. Gloria. Y tres veces:

V/ Santo, Santo, Santo, Señor Dios de los


Ejércitos, llenos están los cielos y la tierra de tu
gloria.

R/ Gloria al Padre, gloria al Hijo, gloria al Espíritu


Santo.

- 54 -
Al Hijo

Oh Jesús, sé siempre nuestra esperanza en las


luchas, en las tempestades, en las tentaciones.

Padre nuestro. Gloria. Y tres reces:

V/ Santo, Santo, Santo, Señor Dios de los


Ejércitos, llenos están los cielos y la tierra de tu
gloria.

R/ Gloria al Padre, gloria al Hijo, gloria al Espíritu


Santo.

Al Espíritu Santo

Oh Espíritu Santo, fuente de luz y de amor, danos


la caridad que todo lo ilumina, lo transforma y
diviniza; danos ese fuego que enardece el corazón
y lo hace capaz de los más grandes sacrificios.

Padre nuestro. Gloria. Y tres veces:

V/ Santo, Santo, Santo, Señor Dios de los


Ejércitos, llenos están los cielos y la tierra de tu
gloria.
R/ Gloria al Padre, gloria al Hijo, gloria al Espíritu
Santo.
- 55 -
A María

Virgen Santa, nuestra Madre y Reina, hoy que


la Iglesia entona con más fervor las alabanzas
de la Santísima Trinidad, alcánzanos la gracia
de que la fe, la esperanza y el amor inunden
nuestros corazones. Amén

- 56 -

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