Familia, escuela y medios frente a la desaparición de la autoridad de los mayores.
¿Qué tienen en común fenómenos actuales como las adolescencias eternas, los alumnos que saben más que sus docentes, o que los padres que ya no conciben el esfuerzo por sus hijos como una virtud socialmente reconocida?
Vivimos un tiempo en que los adultos queremos parecer jóvenes y los más chicos no quieren crecer. Un tiempo de cambios tan vertiginosos que hacen que temamos ser obsoletos, inservibles.
Familia, escuela y medios frente a la desaparición de la autoridad de los mayores.
¿Qué tienen en común fenómenos actuales como las adolescencias eternas, los alumnos que saben más que sus docentes, o que los padres que ya no conciben el esfuerzo por sus hijos como una virtud socialmente reconocida?
Vivimos un tiempo en que los adultos queremos parecer jóvenes y los más chicos no quieren crecer. Un tiempo de cambios tan vertiginosos que hacen que temamos ser obsoletos, inservibles.
Familia, escuela y medios frente a la desaparición de la autoridad de los mayores.
¿Qué tienen en común fenómenos actuales como las adolescencias eternas, los alumnos que saben más que sus docentes, o que los padres que ya no conciben el esfuerzo por sus hijos como una virtud socialmente reconocida?
Vivimos un tiempo en que los adultos queremos parecer jóvenes y los más chicos no quieren crecer. Un tiempo de cambios tan vertiginosos que hacen que temamos ser obsoletos, inservibles.