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1. Introducción
La comprensión lectora goza actualmente del estatus de destreza que debe ser entre-
nada como tal y no solo ser usada como pretexto para introducir un tema, o trabajar un
aspecto funcional, gramatical o pragmático de la lengua. Tanto para un fin como para el
otro, la lectura es, sin lugar a dudas, una de las bases del aprendizaje de una lengua.
A nuestros alumnos les aconsejamos que lean fuera del aula, para ello disponen princi-
palmente de lecturas graduadas, revistas, periódicos y literatura. A este tipo de lecturas
no controladas no solemos prestarles demasiada atención en clase, bastante tenemos
con llegar al final del temario, pero podemos ayudarles a que aprovechen mejor ese
tiempo que les dedican sin que por ello dejen de disfrutar del placer de leer.
En el presente artículo se define, en primer lugar, el término lectura para pasar después
a tratar sus tipos y modelos. A continuación, se enumeran y explican los factores que
influyen en la lectura, luego, como consideramos que son importantes para el objetivo de
este escrito, se presenta una selección de estrategias de lectura. En el último apartado se
trata el tema específico de los textos en la prensa y se propone un cuestionario para los
alumnos con el fin de optimizar la lectura no controlada.
Sin embargo, muchas veces no puede hablarse de una comprensión total o falta total de
comprensión. La mayoría de las veces es una comprensión parcial, determinada por las
limitaciones del lector o por los mismos objetivos y expectativas que éste se haya pro-
puesto. Y esto es lo que les suele pasar a los estudiantes de ELE, aunque todos estamos
de acuerdo en que la lectura supone un rico y variado input lingüístico y pragmático que
favorece la asimilación de aspectos nociofuncionales, gramaticales, culturales y discursi-
vos de la lengua objeto de estudio.
Ahora bien, dependiendo del objetivo de nuestra lectura, necesitaremos entender el texto
en mayor o menor profundidad. Por eso existe una clasificación de tipos y modelos de
lectura que pasamos a mostrar brevemente.
4. Modelos de lectura
Son tres los modelos de lectura que se distinguen. Dos son unidireccionales, el modelo
“bottom-up” o de procesamiento ascendente, el “top-down” o de procesamiento descen-
dente y el tercero que es bidireccional y se llama el modelo interactivo o teoría de los es-
quemas.
El modelo de procesamiento ascendente defiende que la lectura es un proceso que
parte de la descodificación de las unidades lingüísticas individuales más pequeñas a las
más grandes. Es decir, de los fonemas a los grafemas, de estos a las palabras y así hasta
llegar a elementos de rango superior como la frase, el párrafo y el texto. De esta manera
se considera que si el lector es capaz de entender las palabras, automáticamente enten-
derá el texto. En este modelo la comprensión lectora se entiende como un proceso guia-
do exclusivamente por el contenido explícito y los aspectos formales presentes en el
texto. Sin embargo, sucede con frecuencia que sabemos descifrar cada una de las pala-
bras que componen el texto y, sin embargo, no somos capaces de comprender su sen-
tido.
El modelo de procesamiento descendente se basa en la elaboración de predicciones
sobre el texto basándose en el conocimiento de mundo del lector, así al leer, éste confir-
ma o refuta sus predicciones.
La diferencia entre estos dos primeros modelos estriba en que en el primer caso el
camino se centra en el texto, en el segundo en el lector; en el primero se dificulta la
aprehensión global del texto –el significado de un texto no es el de cada uno de sus com-
ponentes-, y en el segundo, el texto está a merced de la interpretación subjetiva de cada
lector.
El tercer modelo, al que vamos a dedicar mayor espacio, es el llamado modelo inte-
ractivo (Teoría de los esquemas). Kant afirmó que las informaciones nuevas, los concep-
tos nuevos, las ideas nuevas, solo tendrán significado si se pueden relacionar con algo
que el individuo ya conoce (citado en Carrell, P (ed.) 1988:73, traducción del inglés pro-
pia). En esto se basa la teoría de los esquemas.
El concepto de esquema se puede definir como una estructura abstracta de conoci-
miento.
En este modelo, tan importante es el texto como el conocimiento previo del lector, ya
que la lectura presupone un proceso de interacción o de influencia mutua entre el texto y
el lector. Así el lector se enfrenta al texto de manera activa, ya que éste le creará
expectativas y él realizará hipótesis de sentido. El proceso interactivo solicita por parte
del lector el estar interactuando con el texto, recordemos que la lectura no es una
destreza pasiva, y en este modelo, el lector echa mano de todos sus conocimientos.
Para ilustrar esta teoría, presentamos el modelo interactivo de comprensión lectora
(lectores no nativos) basado en el de Cassany (1994:203):
TEXTO LECTOR
SOBRECARGA
Procesos inferiores de percepción y COGNITIVA
descodificación de grafemas
MEMORIA A CORTO
Procesos superiores de extracción y asignación de PLAZO (MCP)
significado: Objetivos de lectura> formulación de
hipótesis>
verificación
CONTROL
(estrategias metacognitivas)
MEMORIA A LARGO PLAZO (MLP)
REPRESENTACIÓN MENTAL DEL Conocimiento previo (esquemas
SIGNIFICADO DEL TEXTO de contenido z esquemas
formales)
Como conclusión respecto a la utilidad de estos tres modelos, diremos que es el lector el
que tiene que ser capaz de usar los tres enfoques según le ayuden a entender mejor el
texto. Así necesitaremos poner en funcionamiento tres tipos de conocimiento: el lingüís-
tico (gramática, vocabulario, grafía), el sociocultural (costumbres asociadas a determina-
dos contextos o personas), del mundo y del tema (lo que uno espera ver en determinado
espacio, por ejemplo, una esquela, una instancia, críticas de cine, etc.).
6. Estrategias de lectura
Las estrategias de lectura intentan aumentar la eficacia lectora, sin embargo su uso es
difícil de cuantificar, amén de que existen muchas presentaciones y divisiones de las
mismas, por lo que es imposible abarcarlas todas aquí. Así que seleccionamos las si-
guientes, que consideramos claras, prácticas y rigurosas.
Antes de leer podemos ayudarnos de las estrategias de prelectura. Para empezar, tras
leer el título activaremos nuestros conocimientos previos sobre el tema. Seguidamente,
es conveniente leer la introducción o entradilla e identificar los temas claves que van a
ser discutidos. Damos un salto al texto y nos vamos, si lo hay, al párrafo en el que se
presenta la conclusión y lo leemos detenidamente. Ahora es el momento de echar un
vistazo al texto, leemos la primera frase de cada uno de los párrafos que forman el cuer-
po del texto para ver las ideas que se mencionan. En caso de que busquemos info.-
mación específica, leemos detenidamente partes del texto.
Una vez dentro del texto, seleccionaremos las informaciones esenciales, contrastándolas
con nuestros esquemas.
Un tema que preocupa mucho a los alumnos es el del vocabulario desconocido. Todos
tenemos la experiencia de haber entregado a los alumnos un texto para leer y a los dos
segundos, cual coreografía sincronizada, los bailarines-alumnos extienden la mano en
busca del diccionario-salvador. Personalmente obligo a mis alumnos a leer el texto por
primera vez sin diccionario, así tendrán que hacer hipótesis sobre el sentido de las pala-
bras desconocidas. Soy consciente de la dificultad de esta estrategia, ya que como lecto-
ra de LE, a veces también me cuesta obrar como predico, pero el esfuerzo vale la pena.
Tengamos en cuenta que la memoria a corto plazo no almacena más de siete unidades
de sentido, y si la interrumpimos para buscar una palabra, lo más probable es que se
borre lo almacenado y tengamos que releer las últimas frases.
El lector activo se implica en el texto anticipando contenidos, porque así acelera la cons-
trucción del sentido y su memorización.
Y finalmente, mencionaremos la inferencia como estrategia fundamental de la lectura.
Inferir significa construir lo no dicho por el texto (implícito) a partir de lo dicho (explícito)
y de los conocimientos previos (Denyer). Cuantas más inferencias hagamos, más com-
pleta será la lectura.
Una revista nos ofrece lengua viva, contacto con la cultura meta, información actual del
país, es, por tanto, una fuente de motivación para los alumnos porque sienten la cercanía
de la lengua.
Si aconsejamos a nuestros alumnos leer prensa en lengua extranjera, es evidente que lo
hacemos con la intención de que aprendan y que, a la vez, disfruten. El objetivo es, por
lo tanto, optimizar la lectura no controlada para mejorar su nivel.
Lógicamente cuanto más alto es el nivel del alumno, más lee como en su lengua ma-
terna, por lo que deja de lado muchos aspectos lingüísticos que no domina pero que no
impiden la comprensión más o menos exigente del texto. El alumno no se fija consciente-
mente en el escrito, es normal, pero si queremos que aprovechen mejor la lectura, pro-
pongo pedirles que frenen un poco la velocidad, que se fijen más en el texto que leen. En
la práctica observo que a menudo, cuando leen en voz alta algún pequeño texto ya sea
propio o de otra fuente, tienden a cometer errores que no están en el texto, por ejemplo
cambiar una preposición, la desinencia de un verbo o leer “es” en lugar del escrito “está”.
No olvidemos que es el cerebro el que lee, y éste trabaja también por su cuenta.
Veamos ahora cómo están enfocados los textos en la prensa. Las revistas y periódicos
tienden a dar una cobertura muy fragmentada de un área. Normalmente sólo se concen-
tran en las partes más interesantes, impactantes o atractivas del tema. A menudo igno-
ran información menos interesante que puede ser esencial para entender totalmente una
noticia.
En cuanto a la distribución de la información en los artículos, se puede apreciar que en
los artículos sobre noticias, lo más importante está presentada al principio y a medida
que avanza el texto aparece la que es cada vez menos relevante.
En los artículos de opinión se presenta un punto de vista, por ello la información más
importante está contenida en la introducción y en la reseña del artículo, abarcando lo del
centro argumentos de apoyo.
Finalmente, en un artículo documental la información más importante está en el cuerpo
del texto.
El conocimiento consciente de estas estructuras por parte de los alumnos, les facilitará la
comprensión del texto.
8. Conclusión
Llegar a hacer de nuestros alumnos lectores competentes es una tarea en la que pode-
mos influir si aprovechamos las herramientas de las que disponemos.
Conseguir que un alumno llegue a comprender el texto con más profundidad, que se
plantee la importancia relativa de la información, que se acerque activamente a él apro-
vechando su conocimiento global, haciendo inferencias, deduciendo significados y recu-
rriendo a estrategias le ayudará y nos facilitará un aprendizaje más efectivo, autónomo y
motivador.
Y como dice el refrán, hechos son amores y no buenas razones, así, aunque este texto no
esté escrito para usted en lengua extranjera, le pregunto, lector, si después de leer el
título de este artículo se detuvo un momento para reactivar sus conocimientos del tema,
si realizó hipótesis sobre el contenido, si infirió significados, en fin, si ha sido un lector
competente.
9. Referencias bibliográficas
Acquaroni Muñoz, Rosana (2004), “La comprensión lectora” en Vademécum para la for-
mación de profesores, Madrid, Sgel, pp.943-966.
Aebersold, J.A.; Field, M.L. (1997) From reader to reading teacher. Cambridge,
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Denyer, M. L de leer serie Tareas. Barcelona, Difusión.
Mendoza, A.; López Valero A.; Martos, E. (1996) Didáctica de la lengua para la enseñan-
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