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Nuevos Evangelizadores para La Nueva Evangelizacion Jose H. Prado Flores PDF
Nuevos Evangelizadores para La Nueva Evangelizacion Jose H. Prado Flores PDF
mi buen amigo, José H. Prado Flores, con quien hemos compartido la misión
evangelizadora en varios campos y diversas formas.
Para que eso llegue a ser realidad, el evangelizador debe: Bajar al Jordán para
tener la experiencia personal del amor incondicional de Dios, caer en
Damasco mediante un encuentro personal con Jesús resucitado, subir al
Aposento Alto para recibir la dynamis del Espíritu, y caminar a Emaús para
que arda su corazón con el fuego de la Palabra. Encontrarán páginas llenas de
pistas muy concretas para que esa conversión se haga realidad.
Con lógica y experiencia nos muestra cómo el Primer Anuncio debe ser el
inicio del camino de la fe y un verdadero Anuncio; y después, y siempre
después, viene la catequesis.
Doy gracias a Dios por estas páginas escritas por un evangelizador enamorado
de Jesucristo y de su Palabra que lleva cuarenta años proclamando la Buena
Nueva y formando evangelizadores para la misión de la Iglesia.
Que el Espíritu unja estas páginas para que toquen los corazones y vivamos
una renovación en el campo de la evangelización kerygmática.
Así, con mis apuntes en mano, fui siguiendo cuidadosamente cada paso, con
la lógica y pedagogía que supuse requerían los selectos participantes:
Hay muchos evangelizadores en potencia, que aguardan con ansia que les
“anunciemos la Palabra” (2Tim 4,2a), para ponerse en pie; seguir, vivir y
predicar el Evangelio de la salvación, pero no como simples repetidores de
una lección aprendida, sino como testigos que han tenido un encuentro
personal con Jesús resucitado.
Es lógico que el vino nuevo se coloque en odres nuevos. Pero lo que cuesta
trabajo es renunciar a los odres viejos; en nuestro caso, los hábitos
anquilosados, actos de piedad y artículos religiosos que no coinciden con el
Evangelio.
Mientras no tiremos la vaquita al barranco, vamos a seguir con panela, queso
y dulce de leche. Lo malo de la vaca es acostumbrarnos a ella, y ya no
vislumbrar nuevas perspectivas. Lo triste es contentarnos con mantequilla y
nata; perdiendo la ilusión y la creatividad para romper barreras e incursionar
por nuevos derroteros.
Si hacemos lo mismo que antes y de la misma manera, llegaremos
exactamente al mismo nivel que hemos alcanzado. Si queremos abrir nuevos
horizontes, hay que perder algo para ganar más. Sí, hay que empujar algunas
vacas al desfiladero. Esto parece escandaloso, y creo que lo es. Pero el
primero que tiró vacas al desfiladero, fue el mismo Jesús:
- La circuncisión ya no es vigente,
sino la fe que actúa por la caridad
II
NUEVOS
EVANGELIZADORES
PARA LA NUEVA
EVANGELIZACIÓN
Ya hemos delineado el perfil de la Nueva Evangelización, ahora
vamos a considerar el principio fundamental: No puede haber Nueva
Evangelización sin nuevos evangelizadores. Por eso, delinearemos las cuatro
características esenciales del nuevo evangelizador, las cuales van antes y
primero que todo lo demás.
D. CAMINAR Y CORRER
Apenas embarazada por el poder del Espíritu Santo y con la Palabra encarnada
en su corazón, lo primero que María hace, es σπουδῆς - spoudés:
“apresurarse” para llevar a Jesús, tanto a Isabel como a Juan Bautista.
Un evangelizado que ha abierto las puertas del corazón corre para dar
testimonio de lo que le ha acontecido y lo hace con prisa, porque el amor de
Cristo la apremia (2Cor 5,14).
María estaba tan llena de gozo del Espíritu que en cuanto saluda a su prima
Isabel, Juan Bautista salta de alegría en el vientre de su madre.
La carta de identidad de un evangelizador no es cargar con la cruz del dolor y
sufrimiento. El cristianismo no es la religión de la cruz, sino la religión del
poder de la cruz que se manifiesta en la contagiosa alegría de haber
encontrado el tesoro escondido.
(1) ἐώρακα - heóraka es un tiempo perfecto del verbo “horao”, cuya acción
en el pasado se continúa en el presente y se proyecta hasta el futuro. Los
demás pueden percibir el brillo en la mirada y la sonrisa indeleble de
quien ha encontrado el tesoro escondido.
III
QUÉ ES EL KERYGMA
APOSTÓLICO
En estos últimos años, la Iglesia está redescubriendo, creo que por estudio, la
importancia del Kerygma o Primer Anuncio. Sin embargo, lo que todavía no
recupera es mostrar con hechos que el Anuncio Kerygmático es el primer
paso, y que la Catequesis sólo viene después. La inercia de cinco siglos la
hace caminar con el freno de mano puesto. Aún no se atreve a dar el paso
profético, ya que tomar conciencia del corazón del Evangelio implicaría una
Reforma radical donde aparecerían las pléyades de los contra reformistas.
Nuestro reto es levantar esta luz del Anuncio Kerygmático para que ilumine a
los de la casa y al mundo entero. No podemos vivir como pobres con tal
riqueza dentro de nosotros mismos.
a. Murió en la Cruz
Pedro responsabiliza a los judíos, especialmente a los sumos sacerdotes
y magistrados del pueblo, de la muerte de Jesús, pero ésta se lleva a
cabo por manos de los romanos: Pilato. Así, tanto judíos como gentiles, somos
causa de su muerte. Pero en última instancia, a Jesús no lo matan, sino que él
se entrega voluntariamente (Jn 10,18; Jn 13,1). Por eso, San Pablo usa la
forma verbal ἀπέθανεν - apéthanen, que en griego es un aoristo (pasado) de
voz activa (1Cor 15,3): él murió; no fue matado.
El Espíritu Santo corona la obra evangelizadora. Por eso, cuando Pablo llegó a
Éfeso, preguntó si habían cumplido el objetivo de la Proclamación del
Evangelio: Recibir el Espíritu Santo (Hech 19,2).
El Kerygma culmina con la efusión de Espíritu Santo que Jesús llama
atrevidamente “bautismo en el Espíritu Santo” (Hech 1,5), porque se trata de
una inmersión para estar plenamente llenos del Espíritu de la Promesa que nos
hace nacer de nuevo y actualiza los méritos de la Pascua Redentora. 2
Algunas personas podrían objetar que ya recibieron el Espíritu Santo tanto en
el bautismo como en la confirmación. Esto es tan cierto como que aconteció
sin una previa evangelización que implique una libre y consciente adhesión a
Jesucristo como Salvador y Señor. Además, valdría la pena preguntar si el
Espíritu se recibe únicamente una o dos veces en la vida, o cada vez que se
necesite.
IV GRAN COMISIÓN,
GRAN OMISIÓN
Cuando Jesús presenta esta parábola, nos pregunta: “¿Qué les parece?”. No se
trata de saber lo que pensamos, ni de elaborar un esquema doctrinal; ni
tampoco de una crítica histórica literal; sino de que tomemos postura frente a
ésta como a otras situaciones análogas, donde hasta podríamos ser parte del
escenario.
En este tema consideraremos los tres mandamientos de Jesús, especialmente
“El Gran Mandamiento”, que es más conocido como “La Gran Comisión”;
comisión de proclamar la Buena Nueva, sin añadiduras ni supresiones, pero
que por desgracia se ha transformado en “La Gran Omisión”. Sin embargo,
descubriremos que la razón por la que nosotros no evangelizamos; es porque
no estamos evangelizados.
El objetivo de este tema es transformar el problema en desafío para recuperar
el valor y la riqueza del Kerygma, superando las causas o excusas por las que
no evangelizamos.
Pero, por desgracia, pocos saben cuál es “El Gran Mandamiento” o Gran
Comisión, que es el testamento de Jesús resucitado. Antes de ascender a los
cielos, se dirigió solemnemente a los suyos. Rodeado con el esplendor de su
victoria sobre la muerte, aseveró con plena soberanía: Me ha sido dado todo
poder en el cielo y en la tierra (Mt 28,18).
Nunca una orden había sido introducida con tanta autoridad. Entonces, añadió
sin concesiones:
Vayan por todo el mundo
y proclamen la Buena Nueva a toda la creación;
y hagan discípulos míos a todas las gentes:
Mc 16,15; Mt 28,19a.
La materia del juicio final será si cumplimos o no con las llamadas “obras de
misericordia” de Mateo 25,35-36. Sin embargo, me parece que los aspectos
que enumerará el juez soberano, se pueden aplicar con mayor razón al campo
de la evangelización: Si por negar un vaso de agua se nos dictará sentencia
eterna, ¿qué nos sucederá si no ofrecimos la fuente de Agua Viva; la que salta
hasta la vida eterna? Si por no alimentar al hambriento se nos lanzará al fuego
que no se extingue, ¿qué sucederá a quien no comparta el Pan de Vida de la
Palabra que es viva y eficaz? Si por no vestir al desnudo se nos apartará lejos
de la presencia del Rey, ¿qué acontecerá a quien no haya revestido de Cristo a
los desnudos por el pecado? Si por no visitar a los presos se nos encadenará
por toda la eternidad, ¿qué destino tendrán quienes no liberaron de sus
ataduras de maldad a los encarcelados? Quien no haya acogido a un forastero,
no será recibido en las moradas celestiales, pero ¿qué le sucederá a quien no
haya mostrado el camino a la patria definitiva?
He aquí cinco excusas o causas que se esconden atrás de nuestra gran omisión
de evangelizar:
- Diagnóstico
Hay gente que parece un simple operario que labora en la viña de forma
mecánica y rutinaria; sin entusiasmo. Depende de horarios de trabajo y
durante sus vacaciones apaga la llama del celo por el Evangelio. Por eso,
sucumbe ante dificultades y cualquier excusa es suficiente para mirar atrás y
abandonar el arado.
En el fondo, esta persona no se siente llamada ni enviada. No ha escuchado la
irresistible voz del divino sembrador que le ha dicho: “Ven y sígueme”.
Tampoco tiene el respaldo de que se le haya confiado una misión ineludible.
Este miedo proviene de suponer que sólo contamos con nuestras limitadas
fuerzas, en vez de depender de Aquél que resucitó a Jesús de entre los
muertos. El miedo paralizante es síntoma de que todavía no creemos en la
resurrección de Jesús, ni todavía experimentamos su victoria. Por lo tanto, aún
no estamos evangelizados. En cambio, si creemos que Jesús está vivo hoy,
siempre existe una esperanza.
- ORACIÓN
Señor Jesús, tú me has enviado
para proclamar tu Palabra
y ser testigo de tu resurrección.
Me has equipado como embajador
con el poder de tu Espíritu Santo;
pero Señor, te ofrezco el fruto de mi trabajo.
Desisto del éxito inmediato en tu viña,
y me abandono sin condiciones.
Te entrego el poder, el honor
y la gloria, a ti, Señor;
y renuncio a ser exaltado
y glorificado por los demás.
Mi única recompensa es trabajar por ti, en tu viña;
lo demás es añadidura.
Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra,
por tu plan que supera al mío.
No entiendo, pero te firmo el cheque en blanco.
Puedes hacer lo que quieras.
Tu sabiduría supera la mía.
“El amor de Cristo que llena nuestros corazones nos impulsa a evangelizar”
(Porta Fidei 7).
Si no hablamos a tiempo y a destiempo de Jesús ni de su Evangelio, es porque
ellos no ocupan el núcleo de nuestro sistema de vida, sino que permanecen
como planetas o satélites.
Nuestro corazón siempre guarda algo dentro. Nunca está vacío. De alguien
estamos enamorados: de alguna persona, de nosotros mismos, del poder, de un
título jerárquico, de nuestros carismas, del dinero o los bienes materiales, lo
cual es muy frecuente.
Cuando no estamos enamorados de Jesús caemos en la idolatría y fabricamos
becerros de oro, producto de nuestras manos. Sin embargo, lo peor no es la
idolatría, sino la autolatría, donde nos consideramos dioses a nosotros
mismos. Sólo anunciamos a Jesús si estamos enamorados de él.
Cuando María Magdalena va al sepulcro, su pregunta muestra el
gran amor que profesa por su Maestro:
¿Dónde han puesto el cuerpo de “MI” Señor?:
Jn 20,13.
Siente que él le pertenece, es suyo; por la simple razón de que
ella le pertenece a él. La pertenencia completa nunca puede ser
unilateral. Es mutua.
Una vez que el Buen Pastor la llama por su nombre, ella corre
rápidamente al cenáculo para derramar su corazón: “He visto al
Señor” (Jn 20,18).
F. CUÁNDO NO EVANGELIZAMOS
El primer color que brilla en una persona evangelizada, es que está tan llena
del amor de Dios, que lo derrama. Quien no se siente amado, aún no está
evangelizado; y, por lo tanto, no debería evangelizar.
- Logoterapia con la Palabra de Dios
Si nuestra realidad es que no hemos experimentado en nuestra vida ser
amados de tal forma que Dios nos ha enviado a su Hijo único, el cual ha dado
la prueba máxima del amor, la vida por sus amigos. Debemos leer
continuamente los siguientes textos:
He aquí que días vienen - oráculo de YHWH
en que yo pactaré con la casa de Israel,
y con la casa de Judá, una nueva alianza:
Esta será la alianza que yo pacte
con la casa de Israel,
después de aquellos días - oráculo de YHWH -: pondré mi
Ley en su interior
y sobre sus corazones la escribiré,
y yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo:
Jer 31,31-33.
La prueba de que Dios nos ama es que Cristo,
siendo nosotros todavía pecadores,
murió por nosotros:
Rom 5,8.
Tanto amó Dios al mundo
que dio a su Hijo único,
para que todo el que crea en él, no perezca,
sino que tenga vida eterna: Jn 3,16.
- Oración
Señor, envíame una nueva efusión de tu Espíritu
que me revele que eres Abbá, papá.
Necesito esa luz sobrenatural
que me muestre la verdad completa sobre Jesús,
tu Hijo amado; para que me apasione por él;
y anunciar su Evangelio sea mi delicia y alegría.
Quiero experimentar tu amor, personal,
incondicional y gratuito,
para ser testigo en este mundo.
2º. Cuando nos falta Espíritu Santo
- Diagnóstico
Cuando comparamos nuestra evangelización con la de la Iglesia primitiva,
encontramos una gran diferencia con aquellos hombres ungidos por el Espíritu
Santo:
Los Apóstoles daban testimonio de la resurrección del
Señor con gran poder: Hech 4,33a.
Una buena terapia sería recitar y orar todos los días, la secuencia del Espíritu
Santo, que resume su ser y su quehacer.
- Oración
Ven, Espíritu Santo,
y envía desde el cielo un rayo de tu luz.
Ven, Padre de los pobres,
ven a darnos tus dones, ven a darnos tu luz.
Consolador lleno de bondad,
dulce huésped del alma,
suave alivio para el hombre.
Descanso en el trabajo, templanza en las pasiones,
alegría en nuestro llanto.
Penetra con tu santa luz
en lo más íntimo del corazón de tus fieles.
Sin tu ayuda divina
no hay nada en el hombre, nada que sea inocente.
Lava nuestras manchas,
riega nuestra aridez, cura nuestras heridas.
Suaviza nuestra dureza,
enciende nuestra frialdad, corrige nuestros desvíos.
Concede a tus fieles, que en ti confían,
tus siete sagrados dones.
Premia nuestra virtud,
salva nuestras almas, danos la eterna alegría.
¡Amén. Aleluya!
Para ello, hay que tener un amor mayor por Jesucristo que por nuestras redes.
A algunas personas les importa más su embarcación o su comunidad, que los
peces. Hay que reconocer que para una pesca milagrosa necesitamos otros
compañeros de campaña. La pesca milagrosa no depende de nuestras redes ni
de nuestra barca, sino si pedimos ayuda a otros compañeros.
- Oración
Dios Trino y Uno,
que eres y vives en comunidad de amor,
te pido la gracia de una comunidad
donde vivamos tu amor,
unidos por un solo Espíritu,
un solo Dios y un solo Señor;
con una misión que nos apasione y nos motive:
¡Que venga tu Reino a este mundo!
Que la Iglesia sea la gran comunidad
de comunidades,
donde viva el amor y que tenga la humildad
para reconocer que la gran pesca
no depende de nuestra barca,
sino de la unión con otros pescadores.
Señor, dame la sabiduría para aceptar
que la pesca milagrosa depende de la otra barca.
Y al final, que me alegre,
porque las redes de la otra barca, rebozan de peces.
Sin envidias ni competencia, Señor,
porque los peces son tuyos, amado Señor Jesús.
Leer los seis discursos kerygmáticos del libro de los Hechos de los Apóstoles:
Hech 2,14-29; 3,12-26; 4,8-12; 5,29-32 y 10,34-43; Hech 13,16-41.
SIETE PROBLEMAS
V
DEL KERYGMA
Un día, el viejo asno de un aldeano se cayó en un pozo seco. El
animal lloró amargamente, mientras el campesino procuraba mil
formas para rescatarlo, hasta que se dio por vencido. Agotado y
cansado, se consoló a sí mismo, pensando: El burro ya está viejo,
el pozo se ha secado y necesito taparlo de todas formas. Así que
no vale la pena intentar sacar este asno del pozo.
Invitó a sus vecinos para que vinieran a ayudarle. Cada uno tomó
una pala y empezaron a tirar tierra al pozo.
El animal se dio cuenta de que estaba a punto de ser enterrado
en vida y rebuznó, despidiéndose de este mundo cruel.
Luego, para sorpresa de todos, se aquietó.
El campesino miró al fondo del pozo y se sorprendió de lo que
miraba: El sabio jumento se sacudía la tierra que le caía en su
lomo y daba un paso encima de ella.
Muy pronto, el animal llegó hasta la boca del pozo, pasó por
encima del brocal y salió trotando.
Los Apóstoles daban testimonio
de la resurrección de Jesús con gran poder:
Hech 4,33.
La Palabra crecía y se multiplicaba:
Hech 12,24.
Así como la tierra que se tiraba sobre el burro sirvió para que pudiera salir del
pozo, así también, gracias al alto precio que hemos tenido que pagar, estamos
reaccionando para colocar la lámpara sobre el candelabro. Polvo y tierra que
cubren al Kerygma nos van a servir, como al burro de la historia, para
establecer la plataforma que nos haga salir, porque la luz no se puede esconder
dentro de un pozo, sino que debe brillar en lo alto, a fin de que ilumine a los
de dentro y a los de afuera de la casa.
Hay personas que suponen que gracias a sus prácticas de piedad o atuendos
religiosos no precisan del Kerygma.
La parábola de la oveja perdida nos relata la historia de una
oveja que se escapa del rebaño y va hacía un desierto en donde
no hay caminos, y pierde la capacidad de regresar (Lc 15,4-7).
Sin embargo, la parábola de la moneda perdida es más trágica,
pues la moneda de la mujer se extravía en la casa; sí, en su
misma casa (Lc 15,8-10).
En la casa de Dios también se pierde la gente.
Es factible estar consagrados al servicio del Señor como un
funcionario, pero sin una relación personal con el Él.
Una cosa es conocer a Dios de oídas, como Job (Job 42,5); y otra es recibir el
Evangelio por revelación de Jesucristo, como Pablo de Tarso (Gal 1,12). Es
posible estar en las cosas santas, los ritos litúrgicos y hasta tocar con las
manos los misterios de nuestra fe, pero no ser capturado ni seducido por el
exagerado amor divino.
Este peligro de suponer haber sido permeado por el Kerygma prolifera en
personas religiosas y cultas, pues imaginan que la Buena Nueva de Jesús está
incluida en sus prácticas religiosas, aunque algunas veces éstas carezcan de
sustento bíblico. Otros piensan que sus conocimientos teológicos ya han
cumplido y superado los objetivos del Primer Anuncio. Sin embargo, el caso
de Samuel nos demuestra que no es automático.
Allí está la clave: Que Dios tenga misericordia y nos revele a su Hijo.
Desde los siete años, yo procuraba alcanzar a Dios y trataba de
servirlo. En mi juventud, llevé una vida religiosa muy esmerada,
con estudios de teología y Biblia. Hasta impartía cursos de
Sagradas Escrituras y lenguas bíblicas. Pero conocía al Señor
Jesús sólo por lo que mis maestros me habían enseñado; por lo
que yo leía o estudiaba, pero nunca había tenido un encuentro
personal con El Resucitado. Sabía citas y textos bíblicos de
memoria, hasta en griego, pero el Agua Viva de la Palabra no
había permeado mi corazón. Yo no había experimentado que el
Espíritu Santo revela la verdad completa y da testimonio de
Jesús.
Viví muchos años suponiendo vivir lo que no vivía. Pero como
desconocía lo que me faltaba, no tenía idea de qué se trataba.
c. Resumen
Nada suple ni supera la Buena Nueva del Kerygma, porque el Evangelio es
una persona, Jesús, único y suficiente Salvador. No basta trabajar en la viña;
hay que conocer al Viñador.
2º PROBLEMA:
NO VALORAR LA FUERZA INTRÍNSECA
DE LA PREDICACIÓN
Y SATURARLA CON CATEQUESIS
a. Problema
εὐδόκησεν ὁ ϑεοις διαι τῆς µωρίας τοῦ κηρύγµατος σῶσαι τουις
πιστεύοντας
A Dios le pareció bien salvar a los creyentes
mediante la necedad (locura)
de la Proclamación (del Kerygma):
1Cor 1,21b.
No negamos que el Kerygma tiene una apariencia tan sencilla (μωρία - moría)
que los sabios catalogarían de simplista, así como ciertos teólogos pueden
considerarlo incompleto. Como su esencia no radica en tesis teológicas ni
disertaciones filosóficas, sino que se reduce a la presentación de una Persona
que viene a salvar; muchos caen en la tentación de “completar y mejorar
doctrinalmente” el Kerygma con catecismo y teología. Si esta sabia actitud
tuviera razón, se debería también aplicar a la predicación de Jesús, hecha con
parábolas y curaciones.
Ya desde hace veinte siglos, San Pablo reporta que a los eruditos griegos les
parecía demasiado pobre la Predicación Apostólica y exigían σοφία - sofía:
sabiduría de parte de los predicadores:
Los griegos buscan sabiduría:
1Cor 1,22b.
Por eso sale rápidamente de Atenas afectado tal vez con una profunda
depresión que él mismo describe: débil, tímido y tembloroso (1Cor 2,3).
Algunos, sobre todo por la preocupación de la sana doctrina, piensan que el
Kerygma debe ser completado. Por eso, mucha gente erudita y con títulos
académicos que no ha experimentado el poder intrínseco de El Evangelio,
trata de mejorar la Buena Nueva con elementos doctrinales o hasta cancela
aspectos esenciales.
Por otro lado, añadiendo tantos temas doctrinales o aspectos del Dogma
Católico, causamos una indigestión mental. Tratar de insertar toda la doctrina
de la fe en el Anuncio Kerygmático, resulta antipedagógico; pues, se diluye la
fuerza intrínseca del Evangelio. Entonces, la estrella del Kerygma queda
reducida al siguiente dibujo:
Los gálatas habían sido evangelizados con gran poder, con signos, prodigios y
milagros. Pero muy pronto, seducidos por los cristianos judaizantes, vuelven a
la Ley como medio de salvación. Entonces, Pablo reacciona con fuerza y les
reta con claridad:
¡Estúpidos gálatas!
¿Quién los fascinó a ustedes, a cuyos ojos
fue presentado Jesucristo crucificado?
Quiero saber de ustedes una sola cosa,
¿recibieron el Espíritu por las obras de la ley
o por la fe en la Predicación?
Me maravillo de que abandonando
al que los llamó por la gracia de Cristo,
se pasen tan pronto a otro evangelio.
No que haya otro,
sino que hay algunos que los perturban
y quieren deformar el Evangelio de Cristo.
Pero aun cuando nosotros mismos
o un ángel del cielo les anunciara
un Evangelio distinto
del que les hemos anunciado,
¡sea anatema!
Como lo tenemos dicho, también ahora lo repito,
si alguno les anuncia un Evangelio distinto
del que han recibido, ¡sea anatema!:
Gal 3,1-2; 1,6-9.
En la Iglesia Católica todavía tenemos tanto camino por delante para valorar
la Palabra revelada.
Por los frutos se conoce el árbol. Si la Iglesia católica convoca multitudes que
se someten al Señorío de Jesús y transforma su vida para ser factor de
instauración del Reino de Dios, debemos continuar con nuestros esquemas
pastorales que están dando fruto abundante y permanente. Pero si nuestra
estrategia pastoral no fructifica al ciento por uno, entonces la solución es muy
sencilla: echar la red del otro lado. Si nuestros argumentos teológicos o
disertaciones doctrinales no han logrado superar el relativismo, hay que
predicar el Kerygma puro, apostando a su poder intrínseco que es capaz de
tocar los corazones más duros.
3ER PROBLEMA:
SUPONER QUE EL KERYGMA
ES PROTESTANTE, Y CATOLIZARLO
CON SACRAMENTOS Y DEVOCIONES
a. Problema
¿Cuántas personas piden hoy el bautismo de forma libre y consiente? ¿No será
por falta de El Anuncio?
En contrapeso de la supuesta pertenencia protestante del Kerygma, se valoran
más algunas revelaciones privadas o devociones sin identidad evangélica. En
algunas ocasiones hasta se compite con el papel de Jesucristo como único
mediador entre Dios y los hombres (1Tim 2,5). Por desgracia, para no pocas
personas, estas devociones se han convertido en el color que los identifica
como católicos. ¿No sería ya oportuno una denuncia profética de lo que en
algunos casos aborda la frontera de la idolatría?
c. Resumen
El Kerygma no es protestante, sino apostólico. Si nuestra Iglesia es apostólica
debe recuperar la Predicación original de la Iglesia primitiva.
4º PROBLEMA:
HACER CATEQUESIS DEL KERYGMA
a. Problema
Ya vimos que la Proclamación de la Buena Nueva de Jesús es tan sencilla, que
se cae en la tentación de mejorarla con elementos catequéticos y hasta con
devociones poco bíblicas.
Sin embargo, existe otro peligro más sutil: Transformar el grito de la Buena
Noticia, en una lección de catequesis o teología. No se evangeliza, sino que se
hace reflexión teórica sobre la Predicación Kerygmática. El Primer Anuncio
se convierte en una elocuente aula de instrucción doctrinal.
Hace poco conocí un manual del Primer Anuncio elaborado por una
Conferencia Episcopal. El libro se llamaba: “Queremos ver a Jesús”, pero era
más bien una disertación fría sobre el Kerygma, que una Proclamación de la
Buena Noticia de que ya fuimos salvados gratuitamente y podemos vivir
como salvados, gracias a la muerte y resurrección de Jesús, el Mesías. Atacaba
más a Lutero, que presentar a Jesús. No se presentaba la Buena Noticia;
simplemente se analizaba la doctrina de los diferentes puntos de El Anuncio.
c. Resumen
Es tan peligroso invertir el orden pedagógico del Kerygma antes de la
Catequesis, como impartir un Kerygma catequético, porque es engañoso. Sería
como una higuera que sólo tiene follaje pero carece de frutos.
5º PROBLEMA:
SER IMPARTIDO POR CATEQUISTAS
O MAESTROS QUE NO SON TESTIGOS
a. Problema
Por lo tanto, el Kerygma sólo debe ser proclamado por quienes han tenido “un
tipo de aparición” de Jesús vivo. Los maestros enseñan, el testigo contagia su
experiencia, mostrando que lo que le ha sucedido a él, puede acontecer a todos
los que lo escuchan.
Si Jesús se apareció a quienes irían a predicar el Evangelio, esto significa que
son testigos que han tenido un encuentro personal con El Resucitado, más que
con un volumen de catecismo; y no porque la doctrina no sea buena, sino
simplemente porque no es su momento.
No basta ser reportero que trasmite con exactitud lo que los corresponsales le
informaron. Hay que ser testigos que confiesen: “Me sedujiste, Señor; y me
dejé seducir, porque me amaste tanto que enviaste a tu Hijo, no para
condenarme por mis pecados, sino para salvarme”*.
San Pablo distingue diversos ministerios en la Iglesia:
c. Resumen
El evangelizador tiene su campo y momento de trabajo. Ni el evangelizador
debe invadir la obra del maestro que enseña, ni menos el maestro o catequista
ha de enseñar y transmitir doctrina durante el Kerygma.
6º PROBLEMA:
CARECER DE COMUNIDAD QUE
RESPALDE Y ACOJA AL EVANGELIZADO
b. Problema
Cuando no poseemos los medios para que aquellos que han nacido de nuevo
crezcan hasta la estatura de Cristo, entonces en el mejor de los casos, ellos
emigran a otros grupos religiosos, como evangélicos, protestantes o
pentecostales; pues no encuentran en nuestras parroquias la ayuda y medios
para crecer y perseverar. Es como si llegaran las aves del cielo a llevarse lo
que nosotros habíamos sembrado.
Pero lo peor es cuando los recién evangelizados regresan a su vida del hombre
viejo, porque nosotros no tenemos nada más que ofrecerles. Es como si los
abrojos y espinos ahogaran la semilla que ha fecundado.
Algunas veces hasta se puede hacer la pregunta: ¿Vale la pena evangelizar a
quienes después han de volver a la vida de antes o se integran a otras iglesias
cristianas en búsqueda de alimento? ¿Estamos sembrando nuevos cristianos
que van a ser cosechados por otras iglesias evangélicas? ¿Nosotros cargamos
con el peso y la fatiga de llevar la semilla y ellos vuelven contentos trayendo
las gavillas?
b. Pista de solución y desafíos pastorales
Para que la pesca no se pierda, necesitamos las redes que acojan al recién
evangelizado para que tenga un clima favorable para su crecimiento.
Un convertido exige alimento sólido, basado en la Palabra de Dios. Precisa
caminar por el mismo camino con otras personas que vivan las mismas
esperanzas y tengan los mismos obstáculos, para ayudarse mutuamente a
perseverar, porque si es verdad que Jesús ya pagó por nuestros pecados, es
también cierto que sólo el que persevere hasta el fin, ese es el que se ha de
salvar (Mt 10,22b). Se trata de comunidades evangelizadas y comunidades
evangelizadoras al mismo tiempo:
- Comunidades evangelizadas
La esencia de estas comunidades es que quienes las integran sean discípulos
que tratan de vivir juntos y unidos el Evangelio en todas las dimensiones de la
vida humana.
En estas comunidades cristianas se encuentra el alimento de la Catequesis
para crecer en la fe, pero no como fría doctrina desencarnada, sino una
Catequesis kerygmática; es decir, donde la enseñanza se aplica a la vida y no
sólo con un contenido dogmático. No basta iluminar la mente con la sana
doctrina, sino formar a la persona para que continúe su crecimiento.
Se trata de comunidades donde la Palabra de Dios es el centro de la vida y el
apostolado, más que cualquier devoción o espiritualidad. Verdaderas
comunidades cristianas que acojan al neo-evangelizado. Comunidades que
tengan un solo corazón y una sola alma, donde se pueda mostrar que el amor
de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que
nos ha sido dado y el mundo pueda exclamar: “Miren cómo se aman”.
- Comunidades evangelizadoras
El recién convertido necesita una comunidad evangelizadora que comparta la
misión de anunciar la Buena Nueva de la salvación en Cristo Jesús. Al
proclamar el Evangelio, se tiene la motivación para crecer hasta la estatura de
Cristo Jesús.
Estas comunidades evangelizadoras tienen variedad de ministerios para que
cada uno encuentre su lugar en el Cuerpo de Cristo, formando una
construcción bien trabada y unida, la casa de Dios, que es la Iglesia, columna
y fundamento de la verdad.
c. Resumen
Anunciar el Kerygma sin estar respaldados por una comunidad, evangelizada
y evangelizadora que acoja al neo-evangelizado y le proporcione los medios
de crecimiento y perseverancia, es muy riesgoso. Hay qué actuar con una
paternidad responsable en la que no conviene traer hijos al mundo de la fe de
forma irresponsable, sino sólo aquellos que podemos ayudar a madurar y
llegar a vivir como Cuerpo de Cristo.
Jesús nos advierte que cuando vayamos a construir una torre, antes calculemos
el presupuesto necesario para terminarla:
¿Quién de ustedes,
que quiere edificar una torre,
no se sienta primero a calcular los gastos,
y ver si tiene para acabarla?
No sea que, habiendo puesto los cimientos
y no pudiendo terminar, todos los que lo vean
se pongan a burlarse de él, diciendo:
“Éste comenzó a edificar y no pudo terminar:
Lc 14,28-30.
7º PROBLEMA:
ÚNICO PROBLEMA SIN SOLUCIÓN:
NO ANUNCIARLO
Con este presupuesto voy a desentonar con quienes aseguran que todos
tenemos el derecho y la obligación de evangelizar, porque en nuestro
bautismo nos identificamos con Cristo profeta y luego en la confirmación
recibimos el Espíritu Santo para ser testigos.
El principal problema pastoral en la Iglesia no es que no se evangelice, no;
sino que evangelizan personas que no están evangelizadas. Por eso, me atrevo
a aplicar el grito paulino: “Ay de mí si no evangelizara”, en “Ay de aquél que
evangelice sin antes estar evangelizado” porque no sólo está reduciendo la
Buena Nueva a propaganda, sino que pone en juego la credibilidad de la
Iglesia.
Por eso, en vez de motivarlos a evangelizar, pido: Si su corazón aún no arde
como el de los discípulos en su camino a Emaús, por favor, no evangelicen,
porque las personas van a quedar vacunadas para recibir el Mensaje de un
verdadero testigo. Si no han tenido un encuentro personal con Jesús
resucitado, mejor dejen las barcas en la orilla y abandonen las redes, porque
no es el tiempo de ustedes para proclamar la Buena Nueva todavía.
Quien no haya vivido su Damasco y sólo conozca las verdades de la fe por
estudio académico, es preferible que no evangelice porque no trasmitirá vida,
sino doctrina; que es buena, sí, con la condición que sea impartida después del
Anuncio Kerygmático.
Para evangelizar, se precisa antes tanto un Damasco como un Pentecostés
personal, que nos hagan experimentar el poder del Espíritu que da testimonio
de Jesús resucitado.
Cuando presentamos la moral cristiana sin Cristo, caemos en el moralismo.
Cuando celebramos la liturgia antes de haber experimentado lo que
conmemoramos, se transforma en ritualismo. Cuando presentamos la doctrina
de la fe a quienes no han nacido de nuevo, es lavado de cerebro o
dogmatismo.
Quien no haya experimentado antes en carne propia que la Predicación o
Kerygma es “fuerza de Dios para la salvación de todo el que cree”, es mejor
que no evangelice, porque únicamente los convencidos convencen y sólo los
motivados, motivan.
Sólo si estamos convencidos por experiencia, vamos a ser testigos que
convencen. Sólo los motivados motivan.
Andrés era discípulo de Juan Bautista, pero nunca intentó ni logró que su
hermano Simón siguiera los pasos del agreste predicador del Jordán.
¿Andrés nunca lo invitó? ¿No lo convenció? Pero en cuanto encontró al
alegre mensajero de Buenas Noticias, inmediatamente fue a buscar a su
hermano y lo trajo a Jesús (Jn 1,40-42). Estaba convencido.
La recomendación del Apóstol para ver cada uno cómo está construyendo,
sigue siendo vigente, pues se debe construir sobre la roca que se llama Jesús.
Primero es lo primero: el trabajo del evangelizador que debe ser continuado
después, pero sólo hasta después, por el catequista o maestro. Son dos
momentos sucesivos y complementarios.