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Identidad, adaptación cultural y trabajo en una localidad del altiplano potosino

Para esta tesis que aborda el tema de la identidad como un fenómeno que permite
apropiar normas de comportamiento para tratar con el medio ambiente y con quienes lo
habitan, el concepto de olvido se vuelve fundamental, ya que éste implica un cambio de
instituciones sociales que resultan en formas específicas de tratar con lo natural y la
sociedad.

Para que suceda el olvido antes debieron suceder experiencias o hechos, dentro de las
instituciones de una sociedad, que formaran parte de los recuerdos personales y sociales.
Shotter dice que el recuerdo es la expresión de “nuestras experiencias [que] sirven,
primordialmente, no para representar la naturaleza de dichas experiencias en sí mismas,
sino para representarlas de tal forma que constituyan y mantengan una u otra modalidad
del orden social” (1990: 140-141); es decir, la acumulación de experiencias (memoria) sirve
para hacer un ordenamiento del mundo social y con ello el individuo puede explicarse a sí
mismo dentro de él y a su sociedad, podríamos decir que los recuerdos son la interiorización
de las instituciones conforme se conviven con ellas.

Sería el olvido, la sustitución de una o varias instituciones sociales (acumuladas en la


memoria) de una comunidad específica como la lengua, el trabajo, entre otras; Padden
(1990: 190-202) hace referencia a que el olvido en grupos sociales es la perdida de algo
(institución1), donde expone que esto se da a partir de la ruptura de las nuevas
generaciones, donde ellos hacen una sustitución de instituciones sociales por otras
predominantes; sin embargo a pesar de que se cambien estas, algunas de estas

1
El concepto institución se retoma para este texto de Cornelius Castoriadis, debido a que lo concibe más allá
de las definiciones economistas, estructuralistas o funcionalistas, y permite explicar que la institución son
todos esas formas de manifestación de una sociedad. Castoriadis dice que la institución debe entenderse
como las normas, valores, lenguaje, instrumentos, procedimientos y métodos para tratar con las cosas y hacer
con las cosas (1986) y esto es resultado del desbordamiento constante de lo social-histórico, René Lourau
(2008) añade a lo anterior que la institución es el proceso mediante el cual nacen fuerzas sociales instituyentes
que, a menudo, terminan por constituir formas sociales codificadas, fijadas e instituidas jurídicamente (p. 75)
y además escribe que la institución es el resultado de las fuerzas históricas; formada por tres momentos
universalidad-instituido, particularidad-instituyente y singularidad-institucionalización (p. 80) que estarán
moviéndose constantemente para conformar la institución de la sociedad.
instituciones forman parte de los recuerdos que ayudan a explicar momentos en la historia
de la comunidad misma.

Uno de los fenómeno que se interpretaron en Sta. Rita del Rucio y del cual parte la idea
general de esta tesis, es que las nuevas generaciones de habitantes en la localidad expresan
no conocer el proceso de tallado de ixtle, se dicen ajenos al mismo y no se consideran
tallanderos; sin embargo, la memoria colectiva sobre el tema de la tallandería no se ha
perdido, sólo se ha adaptado por diversos factores (entre los que está el proceso histórico,
la migración, el trabajo y el cambio de la ecología) debido a que permiten un ordenamiento
social y el ser tallandero se ha usado menos como un referente de identidad, pero sigue
presente en el imaginario2 tanto de jóvenes como adultos debido a que explica su origen y
sigue permitiendo una diferenciación en su universo social donde en la actualidad para
muchos habitantes los tallanderos representan a la clase más marginada en la localidad.

Es por ello que el titulo Cuando se olvidan las plantas: el caso de los tallanderos de Sta.
Rita del Rucio, puede ser un referente para explicar el hecho, donde miembros de la
localidad expresan desconocer el tallado, pero sigue presente al menos en el discurso. Ya
que en los habitantes implica la nostalgia de los viejos y el desconocimiento consciente de
los jóvenes sobre el tallado de ixtle.

Para conocer el proceso de formación de identidad y las repercusiones que puede tener
en el poblado de Sta. Rita del Rucio el dejar los referentes identitarios locales por otros, es
importante conocer su propia historia (memoria) y cómo se ha dado el cambio de
actividades realizadas en la misma (olvido) y con ello interpretar sí estos cambios implican
una nueva apropiación del espacio geográfico.

2
Castoriadis distingue varios tipos de imaginario, el imaginario radical, el imaginario efectivo y el imaginario
social. Para él imaginario es una representación de símbolos resultado de una realidad social histórica y
concebido dentro de un conjunto de instituciones específicas que conforman a una sociedad. Para esta tesis
se usara la palabra imaginario como referencia al imaginario efectivo o imaginario central de una cultura, ya
que éste se da a partir de la relación entre la función de las instituciones y el orden social (Revisar en
Castoriadis 1997 y 2008).
Identidad
Para Hegel identidad es “la unidad de la consciencia consigo misma” (1985: 108) y
Abbagnano añade que la consciencia no es más que la esencia del individuo (su propia
existencia) y escribe que identidad es “la unidad de la esencia consigo misma” (1986: 641).
Podría decirse que la identidad es una imagen (representación) que un individuo tiene de sí
mismo y de su contexto, en su consciente y subconsciente. También se podría decir que, la
identidad es la consciencia (conocimiento) y autoconsciencia3(conocimiento de sí) donde se
engendra la imagen del individuo social, pues el sujeto se explica a sí mismo y a su contexto
(a partir de la experiencia sensible y la reflexión) conforme interioriza un conjunto de
instituciones sociales que le permiten sobrevivir en una sociedad específica.

Pero ese conocimiento del individuo de sí mismo y de lo que lo rodea, es el resultado en


suma de dos realidades, una realidad individual en la que el sujeto se conoce a sí mismo y
adquiere su personalidad a partir de su historia particular y habilidades personales y una
realidad más amplia, es decir social, que es determinada por una historia compartida,
conjunto de conductas, creencias, actividades y espacios geográficos definidos por la
sociedad que el sujeto apropia a lo largo de su vida.

Es en el proceso de formación de los sujetos (arriba mencionado), donde la identidad se


desarrolla y se transforma según se adquieren nuevas experiencias (con otras instituciones).
Erik Erikson4 escribe que el proceso de formación del individuo “es la intrincada relación
entre el desarrollo interno (cognoscitivo y emocional) y un medio ambiente estimulante y
alentador, de manera que…el individuo [pueda] relacionarse con un espacio vital cada vez
mayor en personas e instituciones, y…la disposición de [estas]…para hacerle partícipe de
una preocupación cultural presente”. (Erikson, 1972: 60-61).

3
Revisar en Hegel (1985) Fenomenología del espíritu. Fondo de Cultura Económica, México pp. 63-139
4
Se retoma el trabajo de Erik H. Erickson debido a que explica que la identidad se construye a partir de la
interacción del individuo con la sociedad, es decir la socialización, y también porque explica que hay una
mutualidad entre un individuo y otros, que estarán moldeando la personalidad de los sujetos en sociedad e
introduce el termino de crisis de identidad que marca las rupturas en el desarrollo del sujeto social, sin
embargo no se asumen las etapas del ciclo vital del individuo como únicas y correctas.
Para Erikson la identidad es un proceso de construcción de individuos a través de las
relaciones que se establecen a niveles personales y sociales. En su libro Sociedad y
Adolescencia (1972), explica que la socialización permite aprender normas de
comportamiento que dejaran a un individuo desenvolverse correctamente y sobrevivir en
su sociedad y territorio.

El comienzo de este aprendizaje inicia desde el nacimiento, pues al infante se le


introduce en una serie de instituciones como la lengua y familia y conforme crece es
involucrado en diversas actividades sociales que le permitirán interiorizar el territorio, la
escuela, la religión, el estado, entre otras.

Gilberto Giménez entiende por identidad “la representación que tienen los agentes
(individuos o grupos) de su posición en el espacio social y de sus relaciones con otros
agentes que ocupan la misma posición o posiciones diferenciadas en el mismo espacio”
(1995:42), es decir es un conjunto de elementos culturales interiorizados, los cuales
permiten la reproducción social y una apropiación del territorio; respecto a éste último
escribe que “es el espacio apropiado, ocupado y dominado por un grupo social en vista de
asegurar su reproducción y satisfacer sus necesidades vitales” (Giménez, 2007: 11). Y agrega
que la “apropiación del espacio…, puede generar un sentimiento de pertenencia que
adquiera la forma de una relación de esencia afectiva con el territorio. En este caso…se
convierte en un espacio de identidad” (2007:12).

Para Giménez la identidad es la amalgama de significados y hábitos dados por una cultura
y apropiados por el sujeto; además, expone que la identidad genera una distinción de un
individuo o grupo con otros y escribe; “no basta que las personas se perciban como
distintas…también tienen que ser percibidas y reconocidas como tales…toda identidad
requiere…del reconocimiento social para que exista” (Giménez 1997: 3).

Con lo anterior podemos ver que la identidad es el conjunto de elementos o instituciones


sociales que los sujetos han interiorizado a lo largo de su vida y reproducen, además, les
permite distinguirse de otros ya que es la manifestación social de una cultura, Giménez
entiende que la cultura es “la dimensión simbólico-expresiva de todas las practicas
institucionales” (1995: 41). Sin embargo, Erikson expone que la identidad no está definida,
si no que se estará reconstruyendo por el resto de la vida adulta del individuo a partir de la
socialización con nuevas instituciones sociales conforme se amplían los horizontes
geográficos y culturales.

La identidad del tallandero


Para conocer la identidad de un grupo, es necesario conocer la cultura de la cual son
parte y los referentes sociales que conforman su universo social como organización social,
trabajo, etc., esto debido a que si se asume en palabras de Giménez que “la cultura es la
materia con la cual los actores sociales constituyen su identidad colectiva” (Giménez,
1994:173), una identidad socialmente instituida como podría ser el tallandero, se formará
a partir de los procesos históricos adaptativos que la comunidad ha tenido con el medio
ambiente y a con los contextos sociales.

Pero el individuo que realiza la actividad del tallado de ixtle, también es agricultor,
ganadero, asalariado, entre otras y al respecto Camou y Pérez (2011) escriben en “Micro
Historia de un Campesinado Tenaz. Los recolectores y cultivadores del desierto: guayule,
ixtle y candelilla”, que el campesinado es una transición de identidades que además son
acumulativas, pues han pasado de campesinos a obreros, albañiles y ejidatarios,
reconfigurándose en su propio esquema social y esto ayuda al desarrollo y manutención
básica del campesino.

Ellos describen una relación entre la identidad y la posibilidad de satisfacción de


necesidades en la unidad doméstica a través del trabajo y escriben que “la identidad
campesina y el abanico de actividades adecuadas a su medio ambiente y sus posibilidades,
resulta la condición sobre la cual los individuos se arriesgan a ensayar otras opciones de
trabajo” (2011: 15).

Asumiendo lo anterior con lo que expone Giménez de que la cultura, que también son
las formas de trabajo, es resultado de “un proceso activo y complejo históricamente situado
y resultante de conflictos y luchas” (1994: 173), podemos decir que cada institución que
forma parte de la identidad, es efecto de las actividades de cada sociedad a través de la
historia, y el tallandero en la localidad de Sta. Rita del Rucio es resultado de un proceso
complejo de lucha por la tierra y las formas de aprovechamiento del medio ambiente para
logar la manutención familiar.

En la localidad al ser mencionado la palabra “tallandero”, ésta siempre sirve para hacer
hincapié a un contexto económico y se explican las causas por las que se ha tenido que
recurrir al tallado de ixtle a lo largo de su propia historia individual y social. Además de
narrar las causas del porque se talla, también sirve como una dicotomía entre pobreza y
trabajo del imaginario local que permite a los habitantes ubicarse dentro de su universo
social y reconocen con ello las instituciones sociales de las cuales forman parte:

Don Aurelio dijo: cuando fuimos tallanderos fueron momentos difíciles… contó,
que cuando era más de antes fueron pobres y tuvieron que tallar lechuguilla porque
no había de otra (Extracto de Diario de Campo 2013).

En el fragmento de entrevista anterior se puede observar como el tallandero es


relacionado con pobreza reafirmando la institución social de la pobreza o marginalidad,
pues esta implica normas de comportamiento, formas de hacer específicas y formas de
relacionarse con el medio ambiente que permiten la subsistencia de los individuos.

Durante varias décadas del siglo XX, la actividad que permitió satisfacer las necesidades
básicas de muchas familias fue el tallado de lechuguilla (la cual será descrita en el capítulo
4 y con mayor detalle en el 5) y los habitantes a partir del ejercicio del tallado generaron
una idea sobre su propia condición social y les permitió identificarse como diferentes de los
terratenientes, ganaderos, políticos y demás actores sociales, y fue en ese contexto donde
se autodenominaron tallanderos.

Cuando los habitantes de la localidad se asumen como tallanderos, no sólo hacen


mención a una exclusión social o marginación5, sino que también representa un conjunto
de elementos, como el conocimiento sobre la planta (usos como el medicinal, de limpieza

5
Revisar en A. Lomnitz, Larissa (1975) Como sobreviven los marginados. Siglo XXI Editores, México pp. 15-30
y cordelería), la distribución geográfica de la misma, trabajo e historia. Y todos estos
elementos han sido heredados de generación a generación.

En la estancia en campo durante las diversas entrevistas y pláticas con algunos


ejidatarios, además del conocimiento práctico (tallado) que han adquirido sobre la planta
también han aprendido a clasificarla (otorgan taxonomías propias) y con ello expresan
poseer un conocimiento extenso y detallado sobre el territorio. Pues al momento de
clasificar a la planta, también se conoce el lugar dónde está localizada la mejor calidad de
la misma; es precisamente este conocimiento sobre el espacio y como expone Giménez se
genera un arraigo con el terruño.

En las entrevistas, se preguntó sobre lo que desean para su futuro y todos mencionaron
el deseo de morir y ser sepultados en Sta. Rita del Rucio, explicando que es debido a que en
la localidad siempre tuvieron lo necesario para sobrevivir a pesar de los conflictos que
mantuvieron por años (revisar Historia en capítulo 4) y aunado a que fueron ellos mismos
los que construyeron lo que hoy es el ejido.

Pero además la imagen del tallandero no sólo está asociada a la idea de marginación,
pobreza y trabajo; también se usa como elemento subversivo, debido a que identifica a
aquellos miembros de la localidad que iniciaron los trámites para la dotación y restitución
de tierras en la década de 1930, enfrentándose a los apoderados de las tierras locales.
Además, implica recordar a los individuos que por diversas motivaciones han recurrido al
tallado de ixtle para la manutención familiar y que a través de diversos esfuerzos lograron
el reconocimiento de su derecho sobre la tierra como en el siguiente comentario:

Don Joaquín dijo, aquí siempre hemos sido tallanderos… mi papa a pesar de que
fue hijo adoptivo de Ignacio Cuellar (terrateniente local), él nunca quiso aprovecharse
de los que menos tenían… él le dijo (a su papa) que sólo quería un pedacito de tierra
para sembrar maíz y poder llevar sus chivas… aprendió del tallado y se hizo muy
bueno y de ahí nos mantuvo a todos mis hermanos y a mí. (Extracto de entrevista
2013)
Con este tipo de transmisión de experiencias de generación a generación, se ha logrado
que la identidad del tallandero sobreviva, pues es “la vivencia común de experiencias,
visiones e historia” (León 2007: 350), las que conforman la imagen que un sujeto tiene de
sí mismo y que se manifiesta a través del lenguaje. En comentarios como el de Don Joaquín,
se hace visible un espacio de identidad, ya que existe una apropiación del territorio ligado
con el trabajo y su propia autoconsciencia como sociedad.

Sin embargo, para los jóvenes el tallandero es algo diferente, para ellos la actividad no
es una opción viable para su subsistencia, debido a que han encontrado en los trabajos
asalariados una forma más sencilla que permita la satisfacción de necesidades y en ellos el
tallado se ha vuelto un referente para describir una condición económica y social, la cual no
desean compartir con sus padres y abuelos. Esto puede observarse en los discursos de
jóvenes, así como se ejemplifica en el siguiente extracto de entrevista.

Paco tiene 19 años y vive la mayor parte del año en Monterrey… dijo, yo sé de la
tallandería, pero no quiero hacerlo, prefiero ser albañil o cualquier otra cosa. Me
gusta vivir en Sta. Rita, tengo mi buen caballo y vivo bien, pero eso del tallado es para
los que no tienen nada, yo por eso me fui a Monterrey a trabajar y estudiar, para no
tener que hacer eso como los viejos, ahora eso sólo lo hacen los que no tienen de
otra porque no hay dinero. (Extracto de diario de campo 2013)

Pero pese a que los jóvenes no se asuman como tallanderos, sus referentes sobre la
tallandería permiten identificar los elementos que conforman dicha identidad. Entre las
características que la población expresa está el conocimiento de la planta y el territorio
donde crece, la condición de campesino-agricultor, la condición de pobreza y el trabajo
pesado al cual se tiene que recurrir para ganar algunos pesos con la venta del ixtle.

El trabajo como referente identitario y formador de clase


El trabajo entendido como la realización de diversas actividades que permiten la
subsistencia de los sujetos en sociedad; a lo largo de la historia se han especializado a partir
de la acumulación de conocimientos sobre el mismo trabajo. Y es en la especialización que
el trabajo divide y permite “la formación de diversos sectores entre los individuos…La
posición que ocupan entre sí estos diferentes sectores se halla condicionada por el modo
de aplicar el trabajo…Y las mismas relaciones se revelan, al desarrollarse el trato [entre
ellos]” (Marx 1980:7)

En la formación de esos grupos diferenciados (tallanderos, ganaderos, agricultores,


terratenientes, etc.), es decir a partir del acceso a los modos de producción, existe una
formación de identidad de clase o grupo. Pues hay una representación interiorizada de su
posición en su sociedad específica, que se reproduce constantemente a partir de la
realización del trabajo y que permitirá la subsistencia del individuo. Es decir existe un
feedback entre la realización de los trabajos, la formación de la identidad y la clase social.

Pierre Bourdieu escribe que “lo que existe no son clases sociales… sino más bien un
espacio social en el verdadero sentido del término, si admitimos…que la propiedad
fundamental de un espacio es la recíproca externalidad de los objetos que encierra” (2000:
105), es decir lo que existe es la relación que se mantiene con el medio ambiente y la
sociedad en aras de la supervivencia de un grupo, pero este grupo que también podemos
definir como clase tienen formas específicas de relacionarse con el medio ambiente,
generando en consecuencia una cultura especifica que permite explicar el mayor número
posible de diferencias observadas entre los individuos y Bourdieu añade:

El mundo social puede ser concebido como un espacio multidimensional que


puede ser construido empíricamente descubriendo los principales factores de
diferenciación que dan razón de las diferencias observadas en un determinado
universo social, en otras palabras, descubriendo los poderes o formas de capital que
son o pueden llegar a ser eficientes…De donde resulta que la estructura de este
espacio viene dada por la distribución de las diversas formas de capital. (2000: 105-
106)

Si bien Bourdieu expone que una clase social o grupo social se puede definir a partir de
los hechos observables, es decir de sus relaciones; los referentes o información aportados
por la población de estudio son de suma importancia para describir los elementos
subjetivos que permiten denominar a un grupo o clase social como tal, pues son estas
percepciones individuales las que permiten conocer cómo se apropia una identidad y en
relación a este trabajo afirmar que existen los tallanderos de Sta. Rita del Rucio, pues al
describir su propia historia y organización interna, donde ellos se explican a sí mismos
(consciencia) y les permite diferenciarse de otros grupos (identidad) podemos conocer el
conjunto de elementos que forman parte de la identidad del tallandero y entenderlo no
sólo como una forma de trabajo adecuada al medio natural para la subsistencia familiar.

Retomando la idea de proceso socialización de Erickson, en donde los individuos a partir


de la inmersión a diversas actividades sociales como puede ser el trabajo, interiorizar su
condición social y las diversas instituciones que conforman su sociedad, las cuales se suman
a los referentes de su identidad individual y colectiva. Se puede decir que el trabajo como
institución social en sus múltiples manifestaciones ayuda a organizar el universo social en
clases o grupos que permiten la generación de diferencias, en las cuales los sujetos se
identifican unos a otros, no en el extremo marxista de burgueses y proletariado, pero si
desde un ordenamiento de las diferencias (a partir del capital económico, cultural, social y
simbólico) y que los distingue como grupo particular.

En el caso del tallandero los elementos que lo identifican y diferencian de otros como los
ganaderos, políticos, entre otros son pobreza, marginación, sin derecho a la tierra y el
trabajo al cual pueden acceder por estas condiciones es el tallado de ixtle. El trabajo como
elemento de identidad podría verse como toda actividad realizable dentro de una cultura
definida y un territorio para la supervivencia, pero también en la reproducción de una
actividad el sujeto interioriza elementos de su condición social que le permiten
diferenciarse de los otros.

Sí bien Marx explica que el trabajo es “un gasto de fuerza humana, es decir, un desgaste
del organismo del hombre, sin relación con la forma particular en que se ha gastado esa
fuerza” (2009:6), el trabajo también se vuelve un modo de ordenamiento del mundo, pues
conforme se reproduce este, se legitiman las instituciones imperantes. Holloway escribe
respecto al trabajo tomando como eje a Marx, y dice que este último hace una
diferenciación sobre el trabajo, primero retoma el trabajo alineado donde dice que este es
cuando la persona que efectúa el trabajo es ajeno a su producto y en consecuencia “el
trabajador produce al amo” (2011:100), en otras palabras el resultado final del trabajo no
le pertenece al individuo que lo realiza y reproduce y reafirma un sistema capitalista.

Pero también Holloway plantea el trabajo útil, que es el trabajo para la satisfacción de
una necesidad, y el trabajo abstracto, este último refiere a la producción de mercancías
(productos de trabajo para intercambio) y estas solo representan cuantitativamente la
posibilidad de satisfacción de necesidades. Holloway escribe que en el trabajo abstracto
hay una enajenación del sujeto con su trabajo y solo lo reproduce para adquirir bienes a
través del intercambio, escribiendo que se pasa de la alienación a la abstracción, pero para
él, éste último nos enfrenta a una cuestión central, que es la relación de un trabajo con
otras actividades, generando una idea de cohesión social a partir del intercambio
(2011:105) y esto reproduce una idea de orden del mundo imperante es decir se reafirman
las instituciones que conforman el universo social.

Lo anterior lo que logra es posicionar a los trabajadores en simples productores en una


cadena de consumo, que dependiendo su producto serán remunerados sin importar el
tiempo social necesario para producir su producto, lo cual genera rupturas o crisis que
determinan la permanencia de un trabajo o su desaparición.

La actividad del tallado de ixtle, es el resultado de una acumulación de experiencias no


sólo mecánico-motriz sino también sociales, pues representa momentos específicos de la
conformación de una sociedad e identifica momentos y situaciones como la condición de
exclusión en la cual ejidatarios de Sta. Rita del Rucio han estado inmersos por muchos años.

El valor del trabajo abstracto del tallandero


Cada sociedad a lo largo de su historia ha otorgado un valor a los trabajos que se
desarrollan en ella, con esto la sociedad jerarquiza a cada uno de ellos en relación a su
utilidad, tiempo de ejecución y remuneración; Marx expone que el valor es “el tiempo
socialmente necesario para producirlo” (2009:6); es decir, la suma de todos los procesos
que lo acompañan como el aprendizaje para efectuar la actividad y el propio tiempo que se
utiliza para su realización e intercambio.
Pero como menciona Holloway, un trabajo al ser abstracto como el caso de la tallandería,
pierde elementos como la idea de trabajo digno6 y con ello repercuten en el trabajador para
que este se enajené de su propia actividad, pues al reproducirla de forma cuasi mecánica
sólo para su intercambio económico, al dejar de ser una fuente económica para la
subsistencia familiar se abandona con mayor facilidad pues no representa socialmente un
elemento sustancial de su cultura o identidad.

El tallado de ixtle en Sta. Rita del Rucio, desde el inicio de s. XX al ser mal remunerado
por los acaparadores7 fue perdiendo su preponderancia en las actividades locales; en el
informe realizado por el Ing. Elías Castro Q. de la Comisión Agraria Local para la dotación y
restitución de tierras en el año de 1930, escribe: “la fuente principal de vida es la talla de
lechuguilla, llegando a tallar de 6 a 12 kilogramos por día” (Archivo de Restitución de tierras
para el ejido de Sta. Rita del Rucio, 1930: 38), pero al paso del tiempo en la localidad, la
sociedad se reorganizo en su propio esquema de posibilidades de trabajo y las personas
fueron realizando con menos frecuencia el tallado, siendo en la actualidad sólo un habitante
quien talla Lechuguilla constantemente.

En la localidad el trabajo del tallado de ixtle, según algunos habitantes, no era


remunerado de forma equitativa (algunos individuos llegaban a ganar más centavos por kilo
que otros) a causa de diversos motivos entre los que destacaba el parentesco que se
mantenía con las familias acaparadoras, esto entre otras variantes como la migración,
dieron pauta a que la tallandería quedara inmersa en un esquema de valor abstracto
(recordemos a Holloway) y además se le adjudicaron atribuciones que no tenían que ver
con los económicos pero si con la clase social como el de marginación y pobreza; y aquellos
atributos que algunos habitantes le atañían como la igualdad (referido en el comentario de
Don Joaquín), la persistencia (visible en historias de vida) y la dignidad que habían adquirido

6
Esta idea se plantea a partir de las charlas con los habitantes de Sta. Rita del Rucio de la tercera edad, debido
a que al mencionar la tallandería hacen alusión que era la única forma de sobrevivir sin tener que deberle algo
a los apoderados de las tierras.
7
Afirmación realizada a partir de diversas entrevistas realizadas con la población y la información presentada
en esta tesis en los capítulos de Contexto histórico y Cuando fuimos tallanderos.
como campesinos de la región, fueron cambiando hasta denominar a la actividad como
negativa y marginal.

Durante el tiempo en que la tallandería formó parte de las actividades principales de la


localidad, en su propio proceso histórico (revisar en capítulo 4) el comercio del ixtle en la
localidad fue adaptándose, cuando la demanda de éste bajo como resultado de la
disminución del mercado frente a las fibras sintéticas y el valor de cambio no correspondía
a lo que la comunidad demandaba por su esfuerzo, para muchas personas la actividad
comenzó a ser innecesaria pues existía la posibilidad de realizar otros trabajos,
principalmente asalariados fuera de la comunidad y el tallado de ixtle comenzó a ser
abandonado.

Conforme fue menos necesaria la realización de la tallandería, pues no otorgaba un


ingreso monetario suficiente para la satisfacción de necesidades, la población restructuró
la prioridad de las actividades locales (esquemas de situación social-laboral de Sta. Rita del
Rucio, capitulo 4), para la década de 1980 cuando aumentó la emigración y esta pasó de
temporal a permanente, el tallado fue perdiendo su importancia en relación a otras
actividades como el trabajo asalariado en las ciudades, que en principio aseguraban la
reproducción social.

Kottak expone que, podemos entender al trabajo como un medio de producción que
permite a una sociedad satisfacer sus necesidades (Kottak 1994:174) y Martínez Saldaña
dice que además es “…un sistema basado en el aprovechamiento del medio ambiente
mediante la utilización de la mano de obra…y la relación al éxito de sus adaptaciones”
(Martínez 1987:397), diríamos que el trabajo del tallado de ixtle es una actividad regulada
por la capacidad de satisfacción de necesidades sociales e individuales y clasificada en un
esquema de valores heredados, que sirven para crear referentes identitarios, pues implica
una serie de premisas que forman parte de la imagen del tallandero.

Trabajo abstracto y adaptación cultural


Camou y Pérez exponen diversas formas de sobrevivencia en zonas rurales al norte del
país a mediados de siglo XX y hacen una constante referencia al proceso de cambio de
actividades como resultado del contexto social y la necesidad de la población para
reorganizar sus propios trabajos locales, de tal forma que permitieran la manutención
familiar.

Es en el nuevo orden de actividades, donde se genera una jerarquización de las


actividades para la subsistencia, y aunque describen que La tallandería… era la manera más
rápida de ganar unos centavos y comer (Camou, 2011: 135), el tallado era la última opción
de trabajo para la población, debido a que esta actividad no le permitía al campesino
generar el excedente necesario para satisfacer con mayor facilidad sus necesidades. Para
ellos, las familias dedicadas exclusivamente al tallado; formaban parte del estrato más bajo
de la sociedad campesina y además estaban destinadas a sobrevivir exclusivamente del ixtle
a consecuencia de que no había las condiciones familiares (falta de hijos o padres)
necesarios para abarcar otro tipo de actividades.

A partir de lo que ellos observaron a mediados del siglo pasado, podemos hacer una
referencia de lo sucedido en Sta. Rita del Rucio entre las décadas de 1930 y 1960, donde las
familias que se vieron marginadas por la baja remuneración económica por el ixtle, la
incapacidad de mantener sus cultivos íntegros y las pocas posibilidades de desarrollo, les
impulsaron a emigrar e incluso a establecerse fuera de la localidad, donde el caso más
significativo fue la formación de la localidad de El Jaujal (anexo actual al ejido de Sta. Rita
del Rucio), e impulsando a la población para la búsqueda de integración a trabajos
asalariados.

La emigración de retorno fue uno de los fenómenos sociales locales que incentivó un
cambio interno en Sta. Rita del Rucio, principalmente en la importancia de las actividades
laborales locales, que se fueron dejando a un lado frente a las que se podían obtener en el
exterior. Si bien en las entrevistas con la población durante las estancias en campo se
constató en los relatos que muchos de los habitantes que salían para buscar trabajo
asalariado no regresaban a la localidad, los que hacían el retorno estaban “cambiados”,
pues ya no veían las cosas de la misma manera.
En la localidad hay miembros que han regresado después de obtener experiencias
laborales fuera de la localidad; pero en estos habitantes, eran y son visibles diferencias
significativas que los distinguen con el resto de la población, en principio debido al proceso
de aculturación8 en los lugares destino a los cuales se vieron expuestos. La población había
cambiado principalmente sus referentes de consumo y sus posibilidades de trabajo eran
distintas a la población que no ha o había experimentado la emigración. Conforme se dio la
interacción de ambas poblaciones migrantes y no migrante, hubo un intercambio de
experiencias que han motivado a los más jóvenes a emigrar, como se expone en el siguiente
fragmento de entrevista.

José hijo de Don José, platicó como Enrique, otro joven de la localidad que emigró
a Matehuala para entrar a protección civil, le contó todas las cosas que había
aprendido y vivido mientras estudiaba para ser rescatista. Y cuando viene de visita a
Sta. Rita le trae obsequios y le muestra fotos. José dice que ver todo lo que se hace
afuera lo motivan para querer estudiar lo mismo y cuando termine la secundaria él
también se ira para ser igual que Enrique (extracto de diario de campo 2013)

En los cuadros de situación laboral-social de Sta. Rita del Rucio (Esquemas situación
social-laboral, capitulo 4) puede observarse que conforme la migración de retorno se volvió
más importante respecto a las actividades locales (principalmente agrícolas), empezó a ser
visible el cambio de referentes laborales y en el caso de la tallandería implicó, la pérdida o
el dejar de lado (olvido) los usos que se le daban a la planta de lechuguilla, pues gracias a
las experiencias migratorias se habían introducido a la localidad una serie de productos

8
Aguirre Beltrán (1957) dice que el termino aculturación refiere al contacto de culturas y que “el mecanismo
en la transmisión cultural y las resultantes de las influencias reciprocas, originadas por el contacto de una
cultura altamente industrializada con otras tecnológicamente sencillas, fueron los focos de interés que
propiciaron los estudios de aculturación” (1957: 13) y la escuela americana culturalista define el término
como “aquellos fenómenos que resultan cuando grupos de individuos de culturas diferentes entran en
contacto, continuo y de primera mano, con cambios subsecuentes en los patrones culturales originales de uno
o de ambos grupos” (1957: 14) y Fábregas Puig (2012) aúna al tema que “la cultura dominante tiende a
imponer sus rasgos que, a la larga, hegemonizaran el proceso de aculturación…[y] terminara imponiendo un
mestizaje ampliamente dominado por la cultura colonizadora…[además] dentro de la teoría de
aculturación…no se prevé la aceptación de la pluralidad cultural” es decir se rechazan las prácticas de las
culturas no dominantes (2012: 1-2)
industrializados que sustituyeron a los locales y además mantenían costos accesibles para
la población y posteriormente comenzó una comercialización constante de estos por
algunos de los habitantes que habían emigrado.

Fue ese intercambio de productos y experiencias, que -a mi interpretación- incentivaron


la última etapa de situación social-laboral de la localidad (Esquemas situación social-laboral
4 y 5, capitulo 4) que inicia en la década de 1990 y sigue vigente hasta la actualidad, donde
la emigración se consolida como migración permanente y el tallado de lechuguilla sólo se
efectúa en momentos de emergencia y sólo se talla para la venta de ixtle por kilo y los usos
de limpieza, medicinal y cordelería se han dejado de practicar al menos en la población
joven (aún hay algunos ejidatarios de tercera edad que siguen elaborando cordelería de
cuatro y ocho hilos para uso doméstico, y sólo existe uno con la herramienta necesaria para
elaborar reatas de lazar).

El cambio de referentes laborales provocado por la migración de retorno y el intercambio


de experiencias entre la población joven que ha migrado con la que no, han coadyuvado a
la reconfiguración de la población donde en la actualidad y con base en la pirámide
poblacional del IMSS (2014) de la localidad, es visible la preponderancia de la población
adulta mayor; en gran medida debido a que los jóvenes no ven en la localidad la posibilidad
de desarrollo personal y deciden aventurarse en las ciudades urbanas para la búsqueda de
empleo y en algunos casos educación media superior, lo cual se ha traducido en que el
tallado dejó de practicarse por la población menor de 50 años de edad pues no es ya un
referente laboral y se ha roto el ciclo de transmisión de conocimiento debido a que la
mayoría de los menores de 22 años de edad9 no conocen el proceso de tallado de ixtle.

Crisis del ixtle: ambiente y sociedad


La migración para muchos habitantes de la localidad se convirtió en una solución efectiva
que permitía satisfacer las necesidades individuales y además lograr la manutención
familiar. Pero más allá de la desaparición de los tallanderos por el cambio de actividades
laborales de agrícolas a asalariadas, implicó una nueva apropiación del medio ambiente,

9
Estimado a partir de las entrevistas con diversos miembros de la localidad
donde los individuos dejaron de aprovechar su medio natural pues ya no representa una
fuente económica para ellos.

Núñez (2011), en su tesis de maestría “Hombres del Cerro y el Bajío: Ixtleros candelilleros
de Ramos Arizpe, Coahuila y Mina, Nuevo León”, menciona que en su investigación observó
una disminución del tallado, describiendo entre las muchas causas probables que él
identifica, el aumento de la comercialización de productos sintéticos, pues al ser más
baratos que el ixtle la actividad del tallado comenzó a ser menos redituable hasta
convertirse en una actividad complementaria y escribe que la realidad ixtlera-candelillera
es la misma en los ejidos donde todavía se realiza, además prevé al lector de que hay
localidades donde estas ya no se realizan.

Explica en reiteradas ocasiones que las familias que antes eran exclusivamente
tallanderas, comenzaron a adentrarse en otras actividades laborales que les permitieran la
satisfacción de sus necesidades. Y escribe que el sujeto dedicado al tallado de fibras
naturales… [Es decir] la extracción [de ixtle,] satisface una necesidad familiar o personal y
la plusvalía ’no existe’” (Núñez, 2011: 36), dejando claro que no hay un interés o posibilidad
para generar un excedente y es preferible la realización de otras actividades.

Lo que Núñez –a mi parecer- describe es una situación similar a la vivida en Sta. Rita del
Rucio en las décadas posteriores a 1970, donde al no lograr la subsistencia familiar a través
de la compra-venta del ixtle, en donde los acaparadores locales al mantener un control
respecto a la demanda de la fibra (en la actualidad el principal acaparador es Sedesol,
manejando precios de compra de $10 pesos a $16 pesos por kilo de fibra, pagando la mitad
en moneda nacional y la otra mitad en mercancía de la canasta básica) fueron propiciando
que el tallado de ixtle haya dejado de producirse en algunas localidades a causa de que no
es una fuente económica para la subsistencia de las familias y Núñez escribe que “donde se
ha dejado de tallar ha ocurrido un cambio paradigmático relativo a raíces económicas,
sociales y hasta políticas que han debilitado a esta cultura del trabajo” (Núñez, 2011: 118)
es decir ha provocado un cambio sustancial en la organización interna e identidad de cada
comunidad.
Larissa A. Lomnitz dice que un territorio en todas sus características constituye un
ecosistema “es decir, un sistema global de recursos y condiciones de vida para todos sus
habitantes”. (Lomnitz 1975: 29) que logran mantener en equilibrio una sociedad, pero
cuando este no puede asegurar la sobrevivencia de un grupo de individuos, estos buscaran
en otro nicho ecológico satisfacer sus necesidades, abandonando el anterior.

Las estimaciones de Cabrera (1969) para la década 1960 eran de cuatro a seis kilos por
persona, teniendo Sta. Rita del Rucio una población estimada de 500 habitantes. Si bien el
tallado pasó a ser una actividad complementaria después de 1975, no sólo fue a causa del
bajo precio de compra-venta y los problemas por el derecho a la tierra a los cuales se
enfrentaron, también se generó una huella ecológica en las proximidades del ejido que
obligaron una nueva búsqueda de zonas para la explotación de la planta. El estimado de
producción de ixtle entre las décadas de 1930 a 1960 es de 5,913 toneladas cortando un
estimado de cogollos de 39,420 toneladas10.

Con la deforestación de la planta cambió la dinámica con el medio ambiente, pues como
expone Lezama “las actividades son el resultado de la naturaleza en relación con lo humano,
un producto de su intervención, resultado último del impacto de la acción del hombre sobre
el medio natural pero al mismo tiempo movimiento de vuelta, acción de la naturaleza sobre
la vida social” (Lezama, 2010: 24-25). Es decir implicó mayor esfuerzo físico para la
recolección de la cantidad de fibra necesaria para seguir generando el ingreso económico
para la manutención de la unidad familiar.

Al entender lo ambiental como acontecimiento histórico, hecho social y natural ligado


estrechamente a una época, con una mirada, una forma de entender y sobre todo, de
percibir (2010: 25) nos da cuenta del proceso de repetición de una actividad y permite
imaginar los alcances que tuvo en el espacio definido.

10
El estimado de producción fue obtenido con la suma de las medias de producción por individuo de la década
de 1930 y 1960, divididos entre las cuatro décadas y multiplicadas por los 135 individuos censados por el
ingeniero de la Comisión Agraria Local, a los que describe como mayores de 16 años. Y el estimado de
recolección de cogollos fue sacado por la multiplicación de la cantidad promedio que se obtiene de fibra seca
por kilo de cogollo que la SAGARPA (2009) expone.
Reygadas (2002) dice que “al trabajar, los sujetos producen, reproducen y se apropian
de significados [instituciones]…Las tradiciones culturales de los agentes…se entrelazan y
confrontan con las concepciones del mundo y con los sistemas de valores” (2002: 116). Es
decir, con la práctica constante de una actividad como la tallandería, en la localidad se
generaron elementos que fueron apropiados por los sujetos (como la condición social, la
pobreza, etc.) permitiendo llamarse a sí mismos tallanderos.

Pero al romper con el ciclo del trabajo del tallado, se sustituyeron instituciones (olvido)
de los referentes sociales locales y se adoptaron otras como el trabajo asalariado y los
atributos que se les adjudicaron a las personas que tallaban ixtle también se modificaron.
La idea de trabajo digno se cambió por la idea de trabajo marginal, además el conocimiento
del espacio natural dejo de ser relevante para las nuevas generaciones, pues era asociado
a la tallandería y poco a poco los más jóvenes dejaron de aprender sobre su espacio natural
y su aprovechamiento potencial, como es la rotación de zonas para talla o la corta de puntas
de las pencas de la lechuguilla para la generación de una fibra más dura, esto en lo que
expone Giménez cambió la apropiación del territorio y con ello la identidad.

Se puede entender que el medio ambiente es la intrincada relación entre lo social y el


medio natural que, conforme se reconfigura esta relación a partir de fenómenos como la
deforestación de los recursos naturales o la sobrepoblación, lo social y lo natural se
trastocan mutuamente visibilizando diversos fenómenos, causados principalmente por las
acciones humanas como es la acelerada desertificación, el vaciamiento de localidades
rurales, los cambios en las identidades y estos indudablemente se traducen en una nueva
forma de apropiación del espacio.

Las instituciones en la identidad


Hasta este punto se ha tratado de demostrar que la identidad de un grupo social o clase
sólo es visible en la reproducción de los elementos que la componen (instituciones); es
decir, en la cultura propia. Debido a que la repetición de actividades e ideas, se interiorizan
elementos que ordenan la realidad y dan sentido a las acciones de los sujetos y crean en
ellos un imaginario efectivo (consciente y subconsciente), que les permite identificarse
como únicos y diferentes del resto de la población a partir de símbolos y objetos de la
cultura material, que además le permiten a un grupo identificarse como distinto de los
otros.

Al inicio de este capítulo, se pretendió en forma de ensayo mostrar como diversos


autores explican desde diversas perspectivas al proceso de conformación de una identidad,
siendo complementarias. De Giménez se retomó la idea que la identidad es la apropiación
de la cultura y los espacios geográficos, donde un grupo asegura su reproducción y de
Erickson, se retomó el proceso de conformación e interiorización de esas instituciones para
asegurar la supervivencia de los individuos, siendo en la interiorización de las diversas
instituciones donde se configura la identidad.

Para esta tesis los aportes de Castoriadis sobre las instituciones han sido un bastión
importante, debido a que él hace una crítica a la forma en como se ha venido entendiendo
a la instituciones, partiendo desde el aspecto económico-funcional. Él hace un
cuestionamiento a Malinowski y Radcliffe-Brown; del primero menciona que su idea de que
en todo tipo de civilización, cada costumbre, cada objeto material, cada idea y cada creencia
cumple una función vital (2013:184) y del segundo hace alusión a la definición de institución
en la que escribe que “es un sistema establecido o reconocido socialmente de normas o
pautas de conducta referentes a determinado aspecto de la vida social” (Radcliffe-Brown
1982:189).

Para Castoriadis esas definiciones de institución son causalista o finalista (Castoriadis,


2013: 186), él insiste que la institución en esas definiciones sólo cumple una función y
retoma de Malinowski que, “la función significa siempre la satisfacción de una necesidad”
(Malinowski en Castoriadis 2013: 186) y Castoriadis cuestiona ¿Cuáles son las necesidades
y dónde surgen? Si la “sociedad inventa y define para sí tanto nuevos modos de responder
a sus necesidades como nuevas necesidades” (2013:186).

El autor muestra que las instituciones están ligadas a lo simbólico11, ya que el mundo
social-histórico está indisolublemente tejido con símbolos que permiten ordenar y explicar

11
El texto continúa: “las instituciones no se reducen a lo simbólico, pero no pueden existir más que en lo
simbólico, son imposibles sin un simbólico en segundo grado y constituyen cada una su red simbólica. Una
la realidad social. Castoriadis, deja claro que la sociedad constituye su simbolismo, pero no
en total libertad; si no que se adhiere a lo natural y a lo histórico, es decir a lo que ya estaba
ahí, y la institución funciona como una red simbólica, socialmente sancionada, en la que se
combinan, en proporción y relación variables, un componente funcional y un componente
imaginario (p. 211).

Y es en las significaciones del imaginario efectivo, que la sociedad debe definir su


identidad, su articulación, el mundo, sus relaciones con él y con los objetos que contiene,
sus necesidades y deseos (p. 236-37); es entonces que en la producción de productos y
mercancías de cada grupo social, donde se encuentra y redefine su propia identidad.

La identidad no solo es la respuesta a las preguntas ¿Qué somos? ¿Qué hacemos? y ¿Por
qué estamos aquí?, sino que puede entenderse en la manifestación de un conjunto de
conductas reproducidas en la cotidianidad, de las cuales depende la supervivencia de una
sociedad y además han sido heredadas por una historia compartida e instituida y una
específica forma de apropiación del medio ambiente.

Tres dimensiones de la identidad social


Con fundamento a lo expuesto en las páginas precedentes, se plantea para el análisis de
esta tesis que la socialización con las diversas instituciones sociales que forman parte de la
identidad, se da en tres momentos conforme el individuo aumenta su relación con su
contexto social, a los cuales llamaré dimensiones, mimas que son simultáneas y
dependientes unas de otras, las cuales una vez aglutinadas en la identidad del sujeto
permiten establecer una relación específica con el medio ambiente y con el resto de la
población.

Las tres dimensiones pueden ser identificadas como identidad individual-afectiva,


identidad dinámica-productiva e identidad ideológica-nacional/regional, en estas

organización dada de la economía, un sistema de derecho, un poder instituido, una religión, existen
socialmente como sistemas simbólicos sancionados. Consisten en ligar a símbolos a unos significados y en
hacerlos vales como tales, es decir hacer este vínculo más o menos forzado para la sociedad o el grupo
considerado… El mismo trabajo… aunque eminentemente real para su sujeto y en sus resultados, es, claro
está, constantemente recorrido por unas operaciones simbólicas (en el pensamiento del que trabaja, en las
instrucciones que recibe, etc.). Y se convierte en símbolo él mismo...” (2013: 187)
dimensiones podemos de cierta forma cifrar (Esquema 9 interacción de las dimensiones de
identidad) las instituciones que conforman la identidad de la sociedad de Sta. Rita del Rucio
y con ello intentar ordenar los procesos de cambio en la misma y desde ahí, intentar explicar
cómo podría relacionarse la identidad con los procesos de reproducción social.

Al posicionar a cada institución social en una dimensión específica, se podría interpretar


en dónde se están generando los cambios o rupturas, que provocan el vaciamiento de la
localidad y la perdida de actividades locales. Cabe mencionar que lo social-histórico y el
medio ambiente no están dentro de alguna de las dimensiones de identidad, pues
precisamente es en estos donde las instituciones se crean y la identidad se moldea. Estos
los podemos ubicar como el universo social de cada sociedad y las instituciones son las
formas en que cada grupo muestra a sus integrantes la forma de satisfacer sus necesidades.

Identidad individual-afectiva

Sin cuestionar las etapas de formación de la personalidad del individuo, donde


podríamos citar a Freud, Piaget o Erickson, la identidad individual-afectiva son todos los
aspectos personales únicos que cada individuo desarrolla a lo largo de su vida y además
donde se establece las relaciones filiales con un grupo de personas específicas.

En esta dimensión se introducen en el individuo instituciones como la lengua, la salud en


su forma más práctica (que alimentos consumir, normas de higiene, limpieza), la
reciprocidad, el respeto, el trabajo necesario para la supervivencia de la unidad doméstica,
entre otros aspectos necesarios para que el sujeto mantenga una relación adecuada con el
resto de la familia y puedan sobrevivir como grupo.

Identidad dinámica-productiva

Esta sería una segunda dimensión, donde se da la interacción del sujeto con la sociedad;
esta dimensión se da fuera de la familia propiamente, ya que los sujetos interactúan con
otros individuos de diferentes unidades domesticas pares (del mismo universo social)
donde comparten actividades en espacios definidos como el aprendizaje de hechos o
actividades específicas y la realización de trabajos.
Aquí los sujetos desarrollan al máximo sus habilidades adquiridas en el primer nivel y
generan un arraigo con un espacio mayor que permite la subsistencia de una sociedad. En
esta dimensión se genera la identidad con el terruño, con un grupo específico y se podría
dar la autoconciencia de clase y se producen las estructuras estructurantes12 ya que esta
dimensión permite la acumulación de capital. A partir del desarrollo de esta dimensión de
la identidad el sujeto apropia su realidad y algunos aspectos de lo social-históricos dados
por su universo social como podría ser la idea de clase, la idea de marginación y se genera
un ordenamiento del mundo a partir de cómo se logra satisfacer las necesidades familiares
e individuales.

Pueden avistarse en esta dimensión todas las instituciones productivas, donde el trabajo
y el proceso de aprendizaje de la educación de una sociedad son ejes primordiales, es aquí
donde se ubican la tallandería y la emigración. El desarrollo de esta dimensión es de suma
importancia para que el sujeto decida que elementos de su identidad mantiene o desecha,
pudiendo adoptar otras instituciones de otros universos sociales, aquí se legitiman las
creencias, se generan las actividades productivas de una sociedad, se produce un
conocimiento práctico sobre las cosas y se reproducen los valores aportados por la sociedad
al sujeto.

Identidad ideológica-nacional/regional

Esta dimensión de identidad, es algo más abstracto e intangible, aquí los sujetos tratan
de generar alguna explicación de su existencia, aparecen historias sobre el origen
primigenio y además aquí está el ideal de sujeto de cada sociedad, es decir se marca hacia
donde tienen que encaminarse los esfuerzos individuales para ser un miembro de una
sociedad.

12
Pierre Bourdieu dice que “el habitus es un principio generador y unificador que retraduce las características
intrínsecas y relacionales de una posesión con un estilo de vida unitario, es decir, un conjunto unitario de
elección de personas, de bienes y de prácticas. Al igual que las posiciones de las cuales ellos son producto (los
individuos de una sociedad), los habitus están diferenciados, pero también son diferenciantes… son
estructuras estructurantes, esquemas clasificatorios, principios de clasificación, principios de visión y división,
de gustos, diferentes. Producen diferencias, operan distinciones entre lo que es bueno o lo que es malo…,
entre lo que es distinguido y lo que es vulgar” (2011: 31-2).
Aquí se ubican propiamente todas las instituciones sociales heterónomas y el sujeto las
asumirá conforme se realiza su socialización con el resto de su comunidad, sin embargo,
cada sujeto que las interioriza puede cuestionarlas de diversas maneras. Este nivel puede
conformarse por aquellos elementos identitarios que le permiten al sujeto definirse como
parte de un universo social especifico distinto del resto de universos, como por ejemplo la
idea de ser mexicano, potosino y santariciense.

1.- Ident. Dinámica-Productiva


2.- Ident. Individual-Afectiva
3.- Ident. Ideológica-Nacional/regional
Esquema 1 Interacción de las Dimensiones de Identidad

Interacción de dimensiones de identidad

Las dimensiones de identidad no suponen una identidad múltiple o fragmentada, sino


que son el conjunto de instituciones interiorizadas en los sujetos conforme la relación de
estos con su grupo social (familia, grupo, sociedad, nación), engloban las normas que cada
institución ejerce sobre una sociedad específica y, según la sociedad, estas determinan una
forma diferente de interacción con el medio ambiente. Retomando el imaginario efectivo o
central de una cultura que menciona Castoriadis, diríamos que cada dimensión engloba los
vínculos que existen propiamente entre la institución y la realidad social, que son las formas
en que el individuo ejerce la norma.
Sin embargo, cada dimensión no tiene un límite específico de instituciones debido a que
muchas sociedades conviven con otras y se ven obligados los individuos a generan
préstamos culturales (Roy Wagner), que serán adoptados por una de las tres dimensiones
y esto puede provocar cambios en el resto de ellas. Un ejemplo seria cuando un ciudadano
de Sta. Rita del Rucio migra hacia Estados Unidos, su identidad no cambia de inmediato,
debido a que en las tres dimensiones imperan todavía instituciones de la sociedad
santariciense, pero al estar un tiempo prolongado en Estados Unidos tiene que aprender
normas sociales para sobrevivir y adopta paulatinamente estas nuevas instituciones (leyes,
religión, trabajos, etc.) y sus referentes poco a poco son sustituidos; pero durante este
proceso de sustitución, las instituciones de ambas sociedades siguen presentes en la
dimensión de identidad13.

Lo que suponen los préstamos culturales, es una forma eficaz de asegurar la


reproducción social de un individuo. Pero estos intercambios que suponen una mejora en

Esquema 2 Componentes Generales de la Identidad

13
En esta situación podemos mencionar a la identidad de Chicanos, que es un grupo social que se encuentra
en proceso de adopción de la identidad estadounidense pero sigue teniendo alusiones a su identidad
mexicana, Rodríguez (2001) menciona que “los símbolos que los chicanos adoptaron estaban asociados con
México y sus momentos revolucionarios” (p. 51), pero como ella misma menciona el ser chicano es una forma
de apropiación del espacio social y satisface necesidades diferentes, pues para algunos es una forma de
apropiación de las instituciones americanas, sin embargo el chicano al final es una identidad transitoria entre
el mexicano y el americano.
la interacción con el medio ambiente que satisface las carestías de la comunidad, son
generados a partir de los parámetros de la cultura dominante; debido a que ésta es la que
instituye cuales deben ser las necesidades sociales de los sujetos como el uso de ciertas
modas y mercancías, con este cambio las instituciones de cada sociedad se trastocan pues
serán depuradas aquellas que no permitan esta nueva forma de reproducción social.

Es en esta sustitución de instituciones (recordemos que esto es el olvido) donde la


identidad del sujeto crea sincretismos, debido a que retoma elementos eficaces de ambos
universos sociales que le permitirán asegurar su reproducción y generará algo distintivo y
único que lo diferenciará ante los demás como lo es la identidad chicana (Rodríguez, 2001)
o en el caso de Sta. Rita del Rucio los cholos14 que son jóvenes que migran por temporadas
fijas a Monterrey o Estados Unidos y se distinguen en su vestimenta y expresiones
corporales existiendo diferencias claras con los jóvenes que no han emigrado hacia esos
destinos como el uso de tatuajes o gorras y jersey de equipos de base bol o baloncesto.

La identidad establece una relación entre lo natural, lo individual (personalidad) y lo


social (instituciones) y, la forma en cómo se manifiesta y se vuelve observable es a través
de la cultura material (Esquema 10) en la que podríamos englobar el consumo de
mercancías, herramientas, uso de símbolos (banderas, grafitis, colores, etc.), entre otros;
que los identifica como únicos. Algunos ejemplos de esta relación en Sta. Rita del Rucio son:

Don Aurelio dijo los jóvenes (cholos) como el esposo de Elsa, Marcelo y Mike no
hacen nada, solo están ahí, sentados viendo quien entra y sale de aquí, buscan pleito,
consumen drogas, andan con ropas flojas, ellos ya no saben de los lugares donde hay
lechuguilla, ni siquiera donde hay plantas como la árnica, ellos sólo saben de juegos

14
García Peña (2009) escribe que los cholos son jóvenes que usan una vestimenta distintiva como “las camisas
de futbol americano, los bermudas anchos y tenis blancos… gorras de L.A. sobre cabezas rapadas” (p. 60), y
aclara que ella observa que se diferencian “de otros varones, [porque] han materializado y simbolizado una
apropiación diferencial de sus cuerpos, con la cual han encarnado ciertas paradojas que marcan importantes
rupturas en los diversos ordenes sociales en los que participan… buscando distinguirse de sus padres, abuelos
e, incluso de otros varones de su misma edad” (p. 63) y son “catalogados como echados a perder” o jóvenes
sin nada que hacer.
y pleitos, son tranquilos porque si no, así les fuera con sus papas y además ya hay uno
en la cárcel (Entrevista 2013, Sta. Rita del Rucio).

Don Jacinto dijo que el comisario ejidal ya no es tallandero, que no sabe cuáles son
los límites de la localidad, pues aunque conozca del tallado, el vivió muchos años
fuera de la localidad. Es flojo, siempre pide prestado y tiene mañas que aprendió
afuera, siempre se pone borracho y sus hijos no tienen educación. Para él lo
importante es el tener dinero, yo por eso no les presto porque no pagan, el apenas
conoce los lugares importantes porque su papa se los contó y los puede encontrar
con un mapa, pero ya no conoce de lo que se puede hacer aquí (Extracto de diario de
campo 2013).

Don Jorge platicó que los tallanderos de verdad, como él y don Aurelio conocen
bien la localidad, donde se da la mayor cantidad de yerba y cuando tenían ganado ahí
lo llevaban, saben cuáles son los límites de la localidad y donde está el primer bordo
que lo delimitó, ellos saben de trabajo y respeto, además todavía se acuerdan de que
plantas pueden usarse para remedios caseros (Extracto de diario de campo 2014).

Alejandra nieta de don Aurelio platicó que se fue cuando cumplió 15 años, ya tiene
una década viviendo en Matehuala. Dice que ella tiene muchos recuerdos bonitos de
la localidad porque aún vivía en ese entonces su mama, pero cuando viene de visita
lo único que hace es ayudar a sus abuelos, ella ya no sabe dónde buscar los huevos
para el desayuno, no se hace sin una estufa de gas, y pues para ella lo único que
recuerda son a las personas, algunas historias, pero ya no conoce todo el ejido y
cuenta que para todos los jóvenes que migraron a Matehuala como ella, es igual.
Todos se conocen y siempre coinciden que ya no tienen nada en la localidad (Extracto
de diario de campo 2014).

El caso de la identidad del tallandero


El elemento que compone la identidad del tallandero está ubicado en la dimensión de la
identidad dinámica-productiva, pero también está vinculada con las otras dimensiones,
pues como se describirá en los siguientes capítulos, el tallandero implica una organización
específica y en muchas familias permitió la emigración de retorno, también está en la
dimensión ideológica debido a que engloba ideas sobre el origen de la localidad, ya que a
sujetos identificados como tales se les adjudica la lucha por la posesión de la tierra ejidal.

Durante el proceso de convivencia de los tallanderos con otras instituciones sociales


fuera de su localidad, fueron modificando algunas de sus normas de comportamiento y
relación con el medio ambiente. Durante el proceso de emigración (cuadros de situación
laboral-social de Sta. Rita capítulo 4) la realización del trabajo de tallado de ixtle se fue
modificando paulatinamente, a tal punto que la tallandería comenzó a dejar de practicarse,
perdiendo primero sus usos domésticos hasta terminar en sólo el tallado de ixtle para su
venta por kilo en situación de emergencia económica.

La emigración como elemento de cambio

Cuando la emigración de retorno pasó a formar parte de los trabajos primarios de los
habitantes de Santa Rita del Rucio, se comenzaron a generar rupturas en la forma en cómo
los habitantes se veían así mismos, algunos de los que emigraron en la primera etapa
migratoria después de 1950 y aún viven en la localidad, han expresado que el haber salido
a trabajar, les permitió ver que podían vivir sin ser acosados y despojados de sus bienes por
las familias de terratenientes. Pero también implicó dejar de realizar sus actividades
agrícolas, el trabajo en la localidad necesario para la agricultura de autoconsumo era
abandonado y sólo cuando había varios miembros en la familia o se ahorraba lo suficiente
con los salarios conseguidos en las ciudades para pagar a otros habitantes, se realizaba el
cuidado de las milpas.

Con el cambio del trabajo a partir de la emigración de retorno, muchos de los


conocimientos aplicados de la planta de lechuguilla, comenzaron a dejar de transmitirse a
las generaciones más jóvenes y aunque estas sabían del proceso de tallado, ya no conocían
el uso potencial de la planta. Ya que les ha parecido más fácil recibir un sueldo y comprar
los productos industriales que satisfacen las mismas necesidades que la lechuguilla proveía,
como los jabones, el medicamento y la cordelería de plástico.
Así la tallandería, fue perdiendo importancia en la dimensión dinámica-productiva y para
cuando la emigración pasó de retorno a permanente y la cantidad de personas que salían
fue mayor, la localidad tuvo cambios sustanciales; pues el tallado de ixtle que se había
mantenido como la fuente principal de ingreso económico familiar dentro de la localidad,
comenzó a desaparecer e implicó una nueva forma de apropiación del espacio geográfico.

Al ir tomando mayor importancia la emigración de retorno o permanente frente a las


actividades locales, la dinámica social dentro del ejido cambió, en los esquemas 4, 5 y 6 de
situación social-laboral de Sta. Rita (capitulo 4), podemos ver que al incrementar la
emigración, la actividad de tallado de lechuguilla fue perdiendo elementos que la
componían (usos potenciales) y si lo relacionamos también con la perdida de arraigo,
podemos ver que las personas que comenzaron a salir de la localidad fueron cada vez más.

Si bien, en los esquemas antes mencionados se resalta una reconfiguración de los


trabajos locales y la pérdida de la tallandería, en el esquema 7 podemos hacer una mayor
relación con otros elementos, además que la información de ese periodo es mayor (1990-
2013), vemos que la emigración aumentó a tal punto que no ha logrado ser compensado el
vaciamiento (tabla 1 y 2) y algunos individuos entrevistados en edades entre 28 y 43 años
de edad, mencionan que no conocían nada sobre la agricultura y los trabajos locales debido
a que crecían fuera de la localidad y fue hasta que regresaron y se establecieron que se
vieron en la necesidad de ir aprendiendo sobre estos, un ejemplo es el siguiente extracto
de entrevista.

Javier, tengo dos hijos y mi esposa es más joven por lo que me ayuda mucho, yo
crecí con una hermana que vivía en Monterrey para poder estudiar, sólo venía a ver
a mis papas durante las vacaciones y cuando lo hacia lo único en lo que podía ayudar
era cuidando la milpa y algunas veces las chivitas de mi papa, pero no sabía nada de
como sembrar y cosechar, cuando cumplí quince años me vine por tiempos más
largos para ir aprendiendo de mi papa todo lo que el sabia, pero no podía estar
siempre aquí, fue cuando el falleció que me vine y tuve que aprender todo, hasta
hacer adobes para hacer mi casita. Pero me ha gustado mucho la agricultura y ahora
se de todo y no me pienso ir (Extracto de entrevista 2014).

El esquema siete, permite proponer que al ser sustituida una institución generadora
identidad local por otra (de una cultura diferente), la idea de arraigo con el terruño, la idea
de clase, la relación con el medio ambiente y la reproducción de otras actividades propias
de la cultura local, se trastocan generando una identidad nueva con elementos de ambos
universos sociales.

Así muchos de los habitantes que siguen viviendo en la localidad se asumen como
santariciences pero no tallanderos, además este cambio ha implicado que los sujetos no
apropien su territorio como sus predecesores y el aprovechamiento potencial de sus
recursos naturales no sea el mismo. Esto se visibiliza en el orden de importancia de las
actividades locales ya que las agrícolas están en el nivel más bajo. Posibilitando incluso que
el ingreso monetario de programas de gobierno sustituya al trabajo local y se encuentre
actualmente como un eje primordial para la reproducción familiar.

Identidad a través de la cultura material

El principio de identidad es dado por el reconocimiento del objeto-sujeto, sin embargo, Commented [‫ارتورو‬1]: Explicar, me parece buena opción a
pie de nota que es el principio de identidad.
ese reconocimiento no es del objeto en sí, más bien, refiere a las instituciones sociales que
componen al objeto-sujeto, por ejemplo un mexicano no es el humano en sí, es todos esos
elementos sociales que lo componen (símbolos, historia, etc.) y que lo distinguen del resto
de sujetos de otros universos sociales.

Puede entenderse que el conjunto de normas y prácticas sociales reproducidas en la


cultura material son parte de la identidad, y el individuo las apropia para ser reconocido
como sujeto, debido a que en lo natural siempre será un homo-sapiens. Jaques Derrida15,

15
Derrida, inicia su ensayo Sobre el Nombre (2011) con una advertencia en el cual comienza con un
cuestionamiento sobre el nombre. Escribe “el nombre: ¿a qué llamamos así? ¿qué escuchamos bajo el nombre
de <<nombre>>? ¿y qué pasa cuando damos un nombre? ¿qué damos entonces? No ofrecemos una cosa, no
entregamos nada, sucede algo que equivale a dar… lo que no tenemos ¿qué pasa cuando damos un
sobrenombre, renombrando donde, justamente, el nombre viene a faltar?... ¿qué es un SobreNombre, lo que
vale más que el nombre, pero también lo que ocupa el lugar del nombre? (pp. 9-12) y parte de estos
dice que el nombre es la verdad sobre las cosas y el sobrenombre, viene siendo una
manifestación de las ideas que tenemos sobre las cosas. Seria así que, mexicano y tallandero
no son la verdad del objeto natural, son en realidad la manifestación social del sujeto y su
forma de apropiación de lo natural.

La identidad como fenómeno (E. Husserl) se da a través de la cultura material, pues son Commented [‫ارتورو‬2]: Se vuelve a definir la identidad y no
queda claro cual de todas las definiciones es mas
estos elementos heredados por la cultura (revisar wagner) que podemos observar y importante o si las veo todas como parte de lo mismo

distinguir a un grupo en específico; además, los sujetos que los reproducen deciden cuales
son más útiles o no para su subsistencia manteniéndolas o abandonándolas. Y la
condensación de instituciones (símbolos, lo social histórico) que se reproducen en la cultura
material, está dadas por el imaginario efectivo y lo social-histórico y son determinadas por
ellos. Por ello la única forma de conocerla es a través de la descripción de lo observable y
partir de ello para conocer los elementos determinados por lo histórico que permiten la
conformación de una identidad especifica como la de los tallanderos de Sta. Rita del Rucio.

Conclusión 1. El tallandero como fenómeno social

¿qué signifcaba ser tallandero? Hay que profundizar mas en eso y qué actividades ya
no se hacen y que valores se perdieron o surgieron a raíz de la perdida de la identidad del
tallander, es decir, que valores o ideas se asocian con la tallandería?, el arraigo es uno?,
hay que aclarar bien los elementos y hay que explicitarlos., creo esto podría ir tambien en
el primer capitulo, ya que ahí si se explica que veo como identidad del tallandero y los
valores que creo forman parte del universo social.

cuestionamientos para plantear el cómo y porque llamamos a las cosas, sin nombrar lo sustancial y
nombramos a través de ellos lo esencial.
La identidad es, todos los elementos que se reproducen en una sociedad; como la forma
en cómo se preparan los alimentos, el tipo de agricultura, las herramientas que se usan, los
trabajos a los cuales se acceden y la organización interna de un grupo; pero también, hay
elementos de ésta que no son observables como los valores (respeto, lucha, esfuerzo) o las
propias utopías a las cuales una sociedad aspira.

La emigración como elemento de cambio en la actividad del tallado, permitió interpretar


a través de la historia oral y en la reproducción de las actividades actuales16, como las ideas
de las personas de sí mismas, sus actividades y su relación con el medio ambiente han
cambiado conforme la interacción con el resto del mundo incrementa. Commented [‫ارتورو‬3]: Mariana comenta que este párrafo
se lee raro

En principio la búsqueda de trabajo fuera de la localidad, fue una forma efectiva que los
santariciences optaron para satisfacer sus necesidades vitales y asegurar su reproducción
social; sin embargo, el paulatino ejercicio de la emigración de retorno por estancias cada
vez más largas y en la actualidad la emigración sin retorno, lograron que las personas
pudieran obtener un ingreso monetario mayor al que ofrecía la localidad y conforme las
generaciones más jóvenes se fueron introduciendo a esa lógica distinta a la local e
incrementaron su interacción con los puntos destino, iniciaron un cuestionamiento de su
realidad en Sta. Rita del Rucio, generando en consecuencia que las instituciones17 que
conforman su identidad se vieran trastocadas por otras y muchos de los individuos que han
pasado por esta etapa, deciden en muchos de los casos no regresar a Sta. Rita.

Lo anterior es evidente en los diversos comentarios donde ellos (los que salen), hacen Commented [‫ارتورو‬4]: Mariana dice que sería bueno
leerse estos comentarios tendría que ponerse uno o algunos
una diferenciación con sus antecesores o pares que aún viven en la localidad18. Son estos de los comentarios, pero tienen que ir en anexos

cuestionamientos de su realidad, donde se generan rupturas con la heteronomía local y se


genera algo nuevo, es decir una identidad distinta, que ha comenzado a dejar de lado los
aspectos históricos locales asumiendo otros (de la cultura dominante) y con ello han

16
Revisar en contexto monográfico
17
Castoriadis (2013) escribe que la “institución de la sociedad es institución del hacer social y del
representar/decir social” y ambos aspectos forman parte de una dimensión identitario-conjuntista, que se
manifiesta en el legein y en el teukhein (p. 558)
18
Comentario de Paco revisar pagina Jr capitulo uno
desapareciendo paulatinamente actividades locales, propiamente rurales, como lo es la
tallandería.

El caso de los tallanderos de Sta. Rita del Rucio, muestra cómo con la perdida de una
identidad, también cambia el arraigo con la tierra y las actividades productivas locales se
trastocan, dejándose de practicar algunas de ellas.

Identidad ¿se pierde o se transforma?


La identidad ha sido descrita hasta este punto como los elementos y formas de
identificación de una persona o grupo, también como la apropiación de un espacio que
permita la reproducción social de una comunidad, además de la repetición de instituciones
sociales y la forma en como los sujetos se relación con el medio ambiente. Todos estos son
componentes de la identidad y se pueden expresar con las particularidades de cada
sociedad como los tallanderos, los santariciences, los potosinos, los mexicanos, etc.

Sin embargo, la apropiación de un espacio definido y la reproducción de las instituciones


sociales de cada grupo distingue a toda identidad, pues aunque se compartan elementos
en común con otros grupos sociales hay diferencias claras; por ejemplo, no es lo mismo un
tallandero de San Carlos que un tallandero del Jaujal, porque no comparten la misma
historia local y tampoco las mismas instituciones sociales. Pero si podemos hablar de una
identidad más general?

Los tallanderos de Santa Rita del Rucio, como se ha descrito a lo largo del texto, muestran
elementos de su propio universo social que están relacionados con la existencia de una
cultura material heredada. Las familias de los tallanderos, poseen en sus hogares la
herramienta necesaria para efectuar la actividad y aunque en muchos casos esta es parte
de los objetos históricos, aún hay referentes que permiten que la identidad no desaparezca
de su universo social específico.

La cultura material y la historia, tienen un efecto importante en la persistencia de una


identidad social, pues mientras estos sigan existiendo no podrá desaparecer del todo una
identidad. En esta tesis también se suponen diversas etapas para la desaparición de una
identidad. La primera etapa sería el olvido (Revisar en capítulo 1), aquí los individuos
sustituyen sus instituciones de identidad por otras de una cultura dominante con la cual
interactúan. Commented [‫ارتورو‬5]: Retomar conceptos sobre el olvido,
no queda claro y ejemplificar con el caso del tallandero

Una segunda etapa, sería la pérdida de la reproducción de la cultura material, es decir, Commented [‫ارتورو‬6]: Explicar porque hago la separación
de esta etapa a la primera que parecieran lo mismo, hay
las personas dejan de efectuar actividades específicas referentes a su identidad, en el caso que explicar a detalle porque veo esta etapa

de tallado primero fueron los usos domésticos de la lechuguilla y después el propio tallado.
La tercera etapa seria la eliminación del ciclo de transferencia de información histórica
respecto a dicha identidad (instituciones sociales que la componen), aquí las nuevas
generaciones de una sociedad desconocen parcial o totalmente las instituciones que
formaron parte de esa identidad, como la relación con el medio ambiente, el trabajo, la
organización familiar, etc.

Y una cuarta y última etapa, sucede cuando hay una eliminación de toda información y
cultura material del universo social. Es decir, es cuando ya no existe ningún referente social
a las instituciones que componían una identidad y tampoco existen restos de la cultura
material dentro del universo social de un grupo.

Mientras no se hayan completado esas cuatro etapas, seguirá existiendo la identidad. En


el caso de Sta. Rita hay en los discursos de los habitantes en etapa de vejez, una nostalgia
por lo que pareciese un ideal imaginario de lo que ha sido el tallandero en la localidad y les
hace seguir recordando cuales son los elementos que lo configuran y, aunque no transmiten
todos los componentes de la identidad, se sigue haciendo alusión a esa etapa en algunas de
las charlas que se mantienen entre habitantes; esto se confirma en las charlas de los jóvenes
donde reconocen al tallandero y niegan la posibilidad de ser como ellos, pues no consideran
que sea una forma efectiva de sobrevivir y satisfacer sus necesidades que ahora tienen más
elementos en común con identidades de las ciudades.

Los tallanderos actualmente existen como aquellos hombres que a pesar de que en la
localidad no existían las condiciones mínimas para que todos los sujetos se desarrollen de
forma equitativa, pudieron conseguir a partir de su esfuerzo sobrevivir de forma digna. Es
decir los elementos de esta institución social ahora se reproducen en la dimensión
ideológica-nacional/regional, pues permiten una explicación histórica de sus procesos
sociales a lo largo del tiempo y justificar el por qué algunos habitantes han abandonado el
territorio santariciense.

la identidad, sirve no solo como una imagen o representación del sujeto de sí mismo y su Commented [te_jodo887]: Es mejor eliminar inicios
rolleros
posición en el mundo, también sirve como elemento de apropiación del espacio natural y
es generadora de utopías que permiten a los sujetos que las poseen, buscar un mejor
desarrollo personal y social a partir de sus propios referentes, sin embargo, cuando las
culturas conviven con otras que podrían denominarse dominantes, estarán
constantemente generando prestamos culturales, que depuraran instituciones sociales de
los sujetos receptores. Pero mientras se sigan teniendo alusiones a la primera identidad
(instituciones sociales) en algún lugar de su universo social (historia, cultura material, etc.)
se podrán retomar aspectos que para ellos sean significativos y que les permitan una
nueva apropiación de su espacio social y natural, tomando lo más útil de ambos universos. Commented [‫ارتورو‬8]: Mariana pregunta si esto les
permite sobrevivir a un contexto regional-nacional e
internacional que pretende dejarlos al margen?

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