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La actitud de los distintos partidos varió según la suerte de los combates, que el
Vikzhel no había logrado detener. Las corrientes más conservadoras de los partidos
Socialrevolucionario (PSR) y Menchevique se mostraron al comienzo intransigentes y
partidarias de deshacer las consecuencias de la Revolución de Octubre en la mesa de
negociaciones, posibilidad favorecida por la pujanza de la fracción bolchevique
dispuesta al acuerdo y la adversa situación militar gubernamental. Petrogrado se
encontraba amenazada por las fuerzas reunidas por Kérenski y Moscú estaba aún en
disputa. Por otro lado, facciones de los tres partidos abogaban con vehemencia por
la formación de la coalición.
Tras varias sesiones, las partes alcanzaron un principio de acuerdo que, sin
embargo, acabó rechazando la mayoría del comité central bolchevique, nuevamente
bajo el control de la fracción leninista, opuesta a las concesiones a las
corrientes conservadoras de las otras formaciones. La victoria bolchevique en
Moscú, el aplastamiento del levantamiento de los cadetes en la capital y el fracaso
de la ofensiva de Kérenski contra Petrogrado endurecieron la posición bolchevique
al tiempo que moderaron las exigencias de sus adversarios socialistas. Lenin, con
el apoyo fundamental de Trotski y el respaldo cada vez mayor del comité central
bolchevique, exigió una serie de condiciones para continuar las conversaciones
inaceptables para la otra parte, que respondió con las suyas propias, rechazadas a
su vez por el Gobierno. Los esfuerzos de los bolcheviques moderados por alcanzar un
acuerdo intermedio, que no incluyera todas las condiciones aprobadas por su comité
central, llevó a Lenin a tratar de imponerles la disciplina del partido y a
retarlos a tomar el control. Los moderados, en respuesta, dimitieron de sus puestos
en el Gobierno y en el comité central, lo que no sirvió para moderar la posición de
aquel. Tras varios días, el rechazo de las condiciones de la oposición por parte de
la fracción leninista y la renuencia de la mayoría de la oposición a aceptar las de
los bolcheviques condujeron al fracaso de las negociaciones. Semanas después, sin
embargo, los socialrevolucionarios de izquierda, escindidos ya del PSR, entraron en
el Gobierno.
Tres días más tarde, comenzaron los enfrentamientos entre partidarios y opositores
del nuevo Gobierno en Moscú, al comienzo desfavorables a los primeros.4 Los
combates en los alrededores de Petrogrado tampoco habían cesado.20 La situación del
nuevo Gobierno era precaria,14 sin controlar aún Moscú y asediado en Petrogrado,
donde el 29 de octubrejul./ 11 de noviembregreg. se produjo el amotinamiento junker
y al que se acercaban las tropas reunidas por Kérenski.7