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Reseña
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Posconflicto y reconciliación
Andrea Quintana Arias
05-09-2019
Las transiciones de la guerra a la paz tienen como objetivo la dejar atrás un conflicto armado
y reconstruir el tejido social tarea que se vuelve difícil cuando se trata de buscar un equilibrio
entre las exigencias de justicia y paz, es decir, entre “los derechos de las víctimas del conflicto
y las condiciones impuestas por los actores armados para desmovilizarse” (Uprimny, 2006,
p. 20). La normatividad internacional hace presión en que se debe individualizar y sancionar
a los responsables de crímenes atroces, pues el enjuiciamiento penalmente normalmente da
un sentimiento de satisfacción entre las víctimas, pero esta “imposición de sanciones de ese
tipo en todos los casos puede obstaculizar e incluso llevar al fracaso un acuerdo de paz (…)
ningún actor armado estaría dispuesto a participar en un acuerdo de paz que no representara
ningún atractivo para él” (Uprimny, 2006, p. 20).
La justicia transicional se caracteriza por ser un mecanismo rápido en la medida en
que intenta fortalecer la democracia y promover la reconciliación. Por lo que, a corto plazo,
“puede resultar necesario flexibilizar, aunque no anular, ciertos requerimientos de justicia en
pro de la consecución de la paz” (Uprimny, 2006, p. 20). No obstante, a largo plazo “una paz
democrática durable y verdadera se edifica en forma más sólida sobre la aplicación de justicia
a los crímenes ocurridos” (Uprimny, 2006, p. 20). Las distintas estrategias de justicia
transicional implican necesariamente un sacrificio de alguna de las posiciones para poder
negociar y alcanzar una paz. Cabe mencionar que, en cada país hace frente a los abusos
masivos de los derechos humanos de manera distinta por lo que se debe tener en cuenta los
marcos jurídicos y políticos que operan en cada país. A esto se le suma que, las relaciones
entre los actores involucrados son distintas y las posibilidades de compromiso son diversa,
por ende, según Uprimny (2006) cada sociedad debe diseñar su propia fórmula para enfrentar
los problemas de verdad, reparación y justicia.
El tercer modelo lo nombra perdones “responsabilizantes” este tiene que ver con el
“establecimiento de una comisión de verdad, la exigencia de la confesión total de crímenes
atroces, la previsión de ciertas reparaciones, y el otorgamiento de perdones individuales y
condicionaos para algunos crímenes” (Uprimny, 2006, p.23). En este modelo se intenta
logras un equilibrio entre justicia y perdón para hacer posible la transición y la reconciliación.
Uprimny (2006) considera que este modelo es el que está más acorde con los principios
democráticos y los derechos de las víctimas, así mismo, es el modelo que más se adecua al
contexto colombiano.
El cuarto modelo lo denomina transiciones “punitivas” en el cual argumenta que solo
por medio del castigo a los responsables es posible es posible fundar un nuevo orden
democrático fundado en el respeto de los derechos humanos. Este modelo no es aplicable
para el caso colombiano porque “se requiere la existencia de condiciones políticas y jurídicas
que están completamente ausentes en el país” (Uprimny, 2006, p. 26). Además, para aplicar
este modelo se necesita que una de las partes involucradas en el conflicto triunfe militarmente
e instaure tribunales para juzgar los crímenes cometidos.
Tipos de transición de acuerdo al proceso de elaboración
Distingue cuatro tipos de transición. El primer modelo es justicia impuesta que es
prácticamente la imposición de justicia por parte de un soberano o por la parte victoriosa en
un conflicto. En el caso colombiano, es muy poco probable que una de las partes del conflicto
armado pueda en algún momento triunfar y someter a los demás.
El segundo modelo es autoamnistías donde “los victimarios se otorgan a sí mismo
amnistías como condición para permitir la transición” (Uprimny, 2006, p. 33). Este modelo
al igual que el anterior resulta inviable para el caso colombiano, pues es problemático
imponer la amnistía total de crímenes imperdonables, otra situación problemática, es que no
hay participación alguna de los sectores de la sociedad haciéndolo así éticamente inviable
este modelo.
El tercer modelo es perdones recíprocos donde a partir de un acuerdo logrado los
actores se conceden perdón recíprocamente esto a cambio de ser ellos perdonados. Siendo
esta una transición que excluye toda forma de participación de las víctimas y de la sociedad
civil. Para Colombia este modelo resulta problemático porque no incluye a todas las partes
involucradas en el conflicto.
El cuarto modelo es transiciones democráticas legitimadas acá es posible la
transición a través de la negociación entre los actores armados e incluso se habla de
discusiones más amplias que incluyen formas de consulta a la ciudadanía. Este modelo es el
que más se adecua al caso colombiano porque se garantiza que el orden social y político “sea
durable y no tenga gérmenes futuros de violencia” (Uprimny, 2006, p.36). Pues, cuando la
sociedad participa en el diseño de la justicia transicional se garantiza la legitimidad del
proceso. Este tipo de transiciones suelen obtener gran apoyo de órganos internacionales de
derechos humanos.
Importancia del contexto para la Justicia Transicional
Según Uprimny (2006) en materia de justicia transicional los contextos son muy importantes,
en la medida en que existen circunstancias que favorecen mayores logros para los derechos
de las víctimas, mientras que esos reclamos pueden ser más difíciles de realizar en otras
Facultad de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales
Posconflicto y reconciliación
Andrea Quintana Arias
05-09-2019
Referencias
- La Silla Vacía (2016). Bibliografía de Rodrigo Uprimny Yepes. Recuperado de:
https://lasillavacia.com/quienesquien/perfilquien/rodrigo-uprimny-yepes
- Uprimny, R. (2006) “Las enseñanzas del análisis comparado: procesos transicionales,
formas de justicia transicional y el caso colombiano”, en: ¿Justicia transicional sin
transición?, Dejusticia, Bogotá, pp. 17-44