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Dólar o

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o
Venezuela)
Por
Daniel Arias Alfonzo
-
y el dólar en

noviembre 22, 2019

Con la sorpresa y estupor causado por las declaraciones de Nicolás Maduro sobre el papel
beneficioso del dólar en la economía nacional, realizadas ante un más sorprendido
periodista José Vicente Rangel, se hace absolutamente indispensable adaptarlas a las
necesidades del pueblo venezolano. Por tal razón, recordando los viejos lemas
revolucionarios de patria o muerte, revolución o muerte, victoria o muerte, ahora el nuevo
eslogan nacional podría ser dólar o muerte.
Esta reflexión arranca con el cumplimiento del artículo 91 de la Constitución de República
Bolivariana de Venezuela de 1999, que establece que el salario mínimo debe alcanzar para
la satisfacción de las necesidades básicas del trabajador y su familia, lo que en palabras
concretas implicaría un salario mínimo redondeado de aproximadamente 200 dólares
mensuales para iniciar a partir de allí con toda una escala de sueldos, bonificaciones,
prestaciones sociales que permitan rescatar la función social del trabajo como medio para la
dignificación de dicha actividad, tal y como se considera en todas las sociedades normales
del mundo.

En el mundo de la educación, donde tanto se maltrata al docente a pesar de sus inmensos


sacrificios, muy diferente fuera su realidad si se actualizara su salario a 250
dólares (Docente I), 400 dólares (Docente II), 600 dólares (Docente III), 1.000 dólares
(Docente IV), 1.200 dólares (Docente V) y 1.500 dólares (Docente VI) con el añadido de
que las demás cláusulas económicas estarían ajustadas a servicios en dólares de la misma
manera que los servicios legales odontológicos, administrativos, de transporte, sanitarios,
entre otros están calculados en base a un precio en dólares.

En el mundo de las universidades, los profesores dejarían de irse del país si se realizara un
ajuste digno de los sueldos en dólares, de manera tal que si se actualizara su salario a 400
dólares (Instructor), 700 dólares (Asistente), 1.000 dólares (Agregado), 1.500 dólares
(Asociados) y 2.000 dólares (Titular), veríamos una recuperación muy agresiva de la
calidad de vida de los profesionales universitarios dedicados a la docencia.

Sería muy largo describir escalas para cada una de las profesiones establecidas en gremios,
así como honorarios profesionales en cada uno de los servicios en el corto espacio de este
artículo de opinión, pero lo cierto es que la mano invisible del mercado de la que hablaba
Adams Smith ya cumplió su labor de fijar el precio en dólares de todos los bienes y
servicios en el ámbito nacional, desde perros calientes y tequeños de vendedores callejeros
hasta operaciones en clínicas privadas, sin dejar de mencionar que cualquier tipo de
instrumento mecánico o electrónico, así como artículos de madera o incluso telas y zapatos
o útiles escolares, en fin cualquier producto que el lector tenga a bien en imaginar, puede
encontrar su precio en divisa extranjera sin la menor complicación a lo largo y ancho de
toda Venezuela.
En todo el sector privado venezolano ya es una realidad concreta y cotidiana el predominio
del dólar sobre el bolívar y muchos trabajadores desde albañiles, secretarias, vendedoras,
gerentes, vigilantes prefieren recibir su quincena o semana en divisa estadounidense lo cual
ha generado la creación de dos países absolutamente diferentes dentro del mismo territorio
nacional. El país de los que se manejan con dólares y el país de los que no se manejan con
dólares.

El país de los que no tienen dólares es un país verdaderamente infernal, donde las personas
han perdido 15 o 20 kilos de peso corporal, donde sus familiares entran y mueren en los
hospitales en lapsos muy breves por falta de medicinas e insumos; es un país donde ir al
mercado se convierte en un ejercicio de tortura psicológica que recuerda los ejercicios de
autoflagelación que tenían los monjes medievales para castigarse por sus pecados y malos
pensamientos. En este mundo los automóviles se llenan de telarañas y óxidos en los
estacionamientos de sus casas y apartamentos, mientras que las casas se van deteriorando de
manera paulatina ante la imposibilidad de realizar cualquier tipo de reparación o
mantenimiento preventivo cuyo costo en dólares dejaría sin comer al grupo familiar durante
un lapso de tiempo.

En Venezuela, la partida de 5 millones de venezolanos hacia el exterior ha permitido la


canalización de una autopista financiera en la que circulan millones de dólares fruto de su
trabajo y dedicación hacia sus familiares y amigos, lo que ha salvado la economía nacional
y a la misma sociedad. No se equivoca Nicolás Maduro al decir que Dios bendiga al dólar,
ya que sin estas remesas, el país estuviera en medio de una hambruna espantosa que no
tuviera comparación excepto con las tragedias del África subsahariana, por lo cual no es
exagerado pensar en las palabras de un economista y constituyentista revolucionario de gran
despliegue mediático que enfatizaba que dos tercios de la economía venezolana están en el
sector privado y solo un tercio queda en el sector público.

El detalle radica en que ese sector público compuesto de 24 gobernaciones, 335 Alcaldías,
35 ministerios y más de 1.300 empresas, instituciones y fundaciones autónomas y
nacionales, estadales y municipales están esencia absolutamente quebradas en términos
financieros, llegando incluso al caso de que en la misma Pdvsa existen dudas muy
fundamentadas sobre si la misma no está en una crisis financiera de gran peligro para su
futuro. Este sector concentra aproximadamente a 3 millones de trabajadores que ganan en
bolívares con unas escalas que arrancan con un sueldo mínimo de 5 dólares mensuales y
que con muchos beneficios es dudoso pensar que aumenten a niveles mas allá de los 100
dólares mensuales que serían en la actualidad la mitad de un salario mínimo y necesario
para pagar la cesta básica.

A este inmenso sector de la población hay que sumarle los 4 millones de pensionados que
tienen además de sus necesidades alimentarias, un requerimiento de medicinas propios de la
tercera edad que, sin duda, superan con mucho el apoyo actual de la pensión establecida.

Entramos, entonces, en una población de aproximadamente 7 millones y medio de


venezolanos que sufren totalmente los rigores y carencias de unos sueldos y bonificaciones
absolutamente alejados de la realidad producto del divorcio existente entre el mundo
dolarizado y el mundo no dolarizado en que vive un sector u otro de la sociedad venezolana.

Nicolás Maduro tiene el desafío de crear una nómina en dólares para 7 millones de personas
que, de acuerdo con la propuesta del año 2018 de Francisco Rodríguez de 50 dólares
mensuales implicaría 350 millones de dólares y que de llevarse al artículo 91 de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela implicaría 1.400 millones de
dólares mensuales o lo que es lo mismo 16.800 millones de dólares al año, lo que haría
posible el rescate integral de la población venezolana del sector público y con ello de un
inmenso sector de la sociedad venezolana.

Tal esfuerzo solo es posible si se realizan aquellos paquetes de medidas económicas de 80 a


100 millardos de dólares que plantean algunos expertos internacionales, en los que se
inviertan de 60 a 80 millardos de dólares en la reconstrucción de la economía nacional y al
menos 20 millardos de dólares en gastos sociales no retornables en salud y alimentación, a
objeto de mantener la paz social y lograr así la recuperación de los indicadores sanitarios a
niveles de países en desarrollo y no en estado de calamidad.

Indudablemente, tal posibilidad se hace imposible en el estado de conflictividad política en


el que se manejan las instituciones y la sociedad venezolana, por lo cual se hace
indispensable un golpe de timón que implique un cambio total de las políticas establecidas
en el país desde 1999 y que el día domingo 17 de noviembre, vieron luz en el programa de
entrevista de José Vicente Rangel ante la perplejidad de toda la opinión pública nacional
que cayó, como el muy famoso personaje de historietas Condorito, ¡Plop!
A estas alturas es difícil saber que irá a decir Nicolás Maduro en los próximos días, mas lo
cierto es que ya nada debe sorprender a la opinión pública nacional.

Popular En La Comunidad

Dólar o muerte (Nicolás


Maduro y el dólar en
Venezuela)
Por
Daniel Arias Alfonzo
-
noviembre 22, 2019

Con la sorpresa y estupor causado por las declaraciones de Nicolás Maduro sobre el papel
beneficioso del dólar en la economía nacional, realizadas ante un más sorprendido
periodista José Vicente Rangel, se hace absolutamente indispensable adaptarlas a las
necesidades del pueblo venezolano. Por tal razón, recordando los viejos lemas
revolucionarios de patria o muerte, revolución o muerte, victoria o muerte, ahora el nuevo
eslogan nacional podría ser dólar o muerte.

Esta reflexión arranca con el cumplimiento del artículo 91 de la Constitución de República


Bolivariana de Venezuela de 1999, que establece que el salario mínimo debe alcanzar para
la satisfacción de las necesidades básicas del trabajador y su familia, lo que en palabras
concretas implicaría un salario mínimo redondeado de aproximadamente 200 dólares
mensuales para iniciar a partir de allí con toda una escala de sueldos, bonificaciones,
prestaciones sociales que permitan rescatar la función social del trabajo como medio para la
dignificación de dicha actividad, tal y como se considera en todas las sociedades normales
del mundo.
En el mundo de la educación, donde tanto se maltrata al docente a pesar de sus inmensos
sacrificios, muy diferente fuera su realidad si se actualizara su salario a 250
dólares (Docente I), 400 dólares (Docente II), 600 dólares (Docente III), 1.000 dólares
(Docente IV), 1.200 dólares (Docente V) y 1.500 dólares (Docente VI) con el añadido de
que las demás cláusulas económicas estarían ajustadas a servicios en dólares de la misma
manera que los servicios legales odontológicos, administrativos, de transporte, sanitarios,
entre otros están calculados en base a un precio en dólares.

En el mundo de las universidades, los profesores dejarían de irse del país si se realizara un
ajuste digno de los sueldos en dólares, de manera tal que si se actualizara su salario a 400
dólares (Instructor), 700 dólares (Asistente), 1.000 dólares (Agregado), 1.500 dólares
(Asociados) y 2.000 dólares (Titular), veríamos una recuperación muy agresiva de la
calidad de vida de los profesionales universitarios dedicados a la docencia.

Sería muy largo describir escalas para cada una de las profesiones establecidas en gremios,
así como honorarios profesionales en cada uno de los servicios en el corto espacio de este
artículo de opinión, pero lo cierto es que la mano invisible del mercado de la que hablaba
Adams Smith ya cumplió su labor de fijar el precio en dólares de todos los bienes y
servicios en el ámbito nacional, desde perros calientes y tequeños de vendedores callejeros
hasta operaciones en clínicas privadas, sin dejar de mencionar que cualquier tipo de
instrumento mecánico o electrónico, así como artículos de madera o incluso telas y zapatos
o útiles escolares, en fin cualquier producto que el lector tenga a bien en imaginar, puede
encontrar su precio en divisa extranjera sin la menor complicación a lo largo y ancho de
toda Venezuela.

En todo el sector privado venezolano ya es una realidad concreta y cotidiana el predominio


del dólar sobre el bolívar y muchos trabajadores desde albañiles, secretarias, vendedoras,
gerentes, vigilantes prefieren recibir su quincena o semana en divisa estadounidense lo cual
ha generado la creación de dos países absolutamente diferentes dentro del mismo territorio
nacional. El país de los que se manejan con dólares y el país de los que no se manejan con
dólares.

El país de los que no tienen dólares es un país verdaderamente infernal, donde las personas
han perdido 15 o 20 kilos de peso corporal, donde sus familiares entran y mueren en los
hospitales en lapsos muy breves por falta de medicinas e insumos; es un país donde ir al
mercado se convierte en un ejercicio de tortura psicológica que recuerda los ejercicios de
autoflagelación que tenían los monjes medievales para castigarse por sus pecados y malos
pensamientos. En este mundo los automóviles se llenan de telarañas y óxidos en los
estacionamientos de sus casas y apartamentos, mientras que las casas se van deteriorando de
manera paulatina ante la imposibilidad de realizar cualquier tipo de reparación o
mantenimiento preventivo cuyo costo en dólares dejaría sin comer al grupo familiar durante
un lapso de tiempo.

En Venezuela, la partida de 5 millones de venezolanos hacia el exterior ha permitido la


canalización de una autopista financiera en la que circulan millones de dólares fruto de su
trabajo y dedicación hacia sus familiares y amigos, lo que ha salvado la economía nacional
y a la misma sociedad. No se equivoca Nicolás Maduro al decir que Dios bendiga al dólar,
ya que sin estas remesas, el país estuviera en medio de una hambruna espantosa que no
tuviera comparación excepto con las tragedias del África subsahariana, por lo cual no es
exagerado pensar en las palabras de un economista y constituyentista revolucionario de gran
despliegue mediático que enfatizaba que dos tercios de la economía venezolana están en el
sector privado y solo un tercio queda en el sector público.

El detalle radica en que ese sector público compuesto de 24 gobernaciones, 335 Alcaldías,
35 ministerios y más de 1.300 empresas, instituciones y fundaciones autónomas y
nacionales, estadales y municipales están esencia absolutamente quebradas en términos
financieros, llegando incluso al caso de que en la misma Pdvsa existen dudas muy
fundamentadas sobre si la misma no está en una crisis financiera de gran peligro para su
futuro. Este sector concentra aproximadamente a 3 millones de trabajadores que ganan en
bolívares con unas escalas que arrancan con un sueldo mínimo de 5 dólares mensuales y
que con muchos beneficios es dudoso pensar que aumenten a niveles mas allá de los 100
dólares mensuales que serían en la actualidad la mitad de un salario mínimo y necesario
para pagar la cesta básica.

A este inmenso sector de la población hay que sumarle los 4 millones de pensionados que
tienen además de sus necesidades alimentarias, un requerimiento de medicinas propios de la
tercera edad que, sin duda, superan con mucho el apoyo actual de la pensión establecida.

Entramos, entonces, en una población de aproximadamente 7 millones y medio de


venezolanos que sufren totalmente los rigores y carencias de unos sueldos y bonificaciones
absolutamente alejados de la realidad producto del divorcio existente entre el mundo
dolarizado y el mundo no dolarizado en que vive un sector u otro de la sociedad venezolana.

Nicolás Maduro tiene el desafío de crear una nómina en dólares para 7 millones de personas
que, de acuerdo con la propuesta del año 2018 de Francisco Rodríguez de 50 dólares
mensuales implicaría 350 millones de dólares y que de llevarse al artículo 91 de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela implicaría 1.400 millones de
dólares mensuales o lo que es lo mismo 16.800 millones de dólares al año, lo que haría
posible el rescate integral de la población venezolana del sector público y con ello de un
inmenso sector de la sociedad venezolana.

Tal esfuerzo solo es posible si se realizan aquellos paquetes de medidas económicas de 80 a


100 millardos de dólares que plantean algunos expertos internacionales, en los que se
inviertan de 60 a 80 millardos de dólares en la reconstrucción de la economía nacional y al
menos 20 millardos de dólares en gastos sociales no retornables en salud y alimentación, a
objeto de mantener la paz social y lograr así la recuperación de los indicadores sanitarios a
niveles de países en desarrollo y no en estado de calamidad.

Indudablemente, tal posibilidad se hace imposible en el estado de conflictividad política en


el que se manejan las instituciones y la sociedad venezolana, por lo cual se hace
indispensable un golpe de timón que implique un cambio total de las políticas establecidas
en el país desde 1999 y que el día domingo 17 de noviembre, vieron luz en el programa de
entrevista de José Vicente Rangel ante la perplejidad de toda la opinión pública nacional
que cayó, como el muy famoso personaje de historietas Condorito, ¡Plop!

A estas alturas es difícil saber que irá a decir Nicolás Maduro en los próximos días, mas lo
cierto es que ya nada debe sorprender a la opinión pública nacional.

Popular En La Comunidad

España: El intercambio de petróleo por


comida y medicinas beneficiará a todos
los trabajadores venezolanos
Por
Periodico_Admin
-
octubre 23, 2019
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El diputado principal de la Asamblea Nacional por el estado Delta Amacuro e


integrante de la fracción parlamentaria Cambiemos, José Antonio España,
afirmó que el intercambio de petróleo por comida y medicinas beneficiará a
todos los trabajadores venezolanos por igual.

“Ayer avanzamos en la Mesa de Diálogo Nacional con la creación de una mesa


técnica económica integrada por 8 comisiones. Entre las cuales está la comisión
para el intercambio de Petróleo por comida, medicinas y servicios públicos, lo
que significa que nuestro petróleo traerá al pueblo de Venezuela más
oportunidades en el área de alimentación y salud”, aseguró.

El diputado del estado Delta Amacuro recordó que los debates en la Asamblea
Nacional deben ser para llegar a acuerdos y soluciones que beneficien a todos
los venezolanos y no para generar más confrontación política. También enfatizó
que el parlamento lo conforman todas las fracciones políticas y por eso todas
deben ser tomadas en cuenta.

“Algunos grupos extremistas de la oposición le dicen a la Mesa de diálogo


Nacional, de manera despectiva “La mesita”, pues yo les digo, esa mesita cómo
ustedes la llaman ha traído resultados, La invitación es a que se unan y aporten
también. Toda la narrativa que se escucha desde el Gobierno y la oposición es
solo para querer tener la razón. Todos sabemos que las sanciones y los
bloqueos afecta a los venezolanos, por eso hay que discutirlo abiertamente.
Cuando abordemos todos los temas, estaremos un paso adelante a favor de los
trabajadores de Venezuela”.

Señaló que los venezolanos están atentos y evaluando todo lo que pasa con los
acuerdos que se están realizando en la Casa Amarilla y a la ruta acordada por
la directiva de la Asamblea Nacional, para ver que funciona y que no al país.

Finalmente, José Antonio España indicó “Rectificar, dialogar y entendernos es


importante. Más del 70% de los venezolanos quiere reconciliación, acuerdo y
diálogo. ¿Por qué es imposible crear una comisión general, que logre que la
Asamblea Nacional produzca resultados en los próximos meses? Todos
debemos dar pasos, así como el PSUV retomó sus curules en la Asamblea
Nacional, debemos dar pasos también hacia la escogencia de un nuevo CNE.
Hagamos acuerdos donde podamos votar todos, que esté redactado de manera
que no se ofenda, ni excluya a nadie”.

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