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EL ARBOL, ENEMIGO DEL HOMBRE

Por sus hojas caducas que en cierta estación del año caen abundantes en las zonas urbanas y en
las poblaciones rurales también, el árbol es desdeñado, hasta que es derribado con saña,
cercenado sus ramas, mutilado su tallo: Válido no fueron sus años transcurridos para crecer,
tampoco su antigüedad; y menos el ejemplo de aquellos ancestros que preservaron la gama de
especies, porque vieron en la forestación mayúsculas ventajas y por ello, la amaron y la
fomentaron sin imaginar que muchos de sus descendientes harían lo contrario.

El árbol aunque utilizado como símbolo de vida en muchas culturas; de la crueldad devastadora
del hombre no ha escapado. Este sin piedad, convertido en el enemigo del bosque y de la selva,
ha destruido extensiones cuantiosas; y por muchos años, ignoraron la reforestación sin pensar en
el futuro de las generaciones.

Por el crecimiento urbano, el cambio de uso de suelo en la ciudades y en los poblados inmersos en
bosques y selvas, se pierden cada año 150 mil hectáreas forestales en el país, según la Comisión la
Comisión Nacional Forestal, que admite que no sea ha podido detener la deforestación aunque se
ha reducido en un 50 por ciento desde el año 2000 a la fecha.

Hay esfuerzos dirigidos a la reforestación y cada año desde el 1990, se destina un presupuesto
federal para la reforestación; sin embargo, el programa de siembra de árboles no tiene el éxito
deseado, porque de los millones plantados, miles mueren lamentablemente por falta de cuidado,
sequía, o plaga.

“El Día Internacional del Árbol”, el 28 de junio “, no es motivo de celebración, porque todavía
siguen activos los taladores clandestinos, continúa la devastación de selva por quemas
irresponsables, y el incontenible avance de la mancha urbana. No hay mucha consciencia del daño
ocasionado al medio ambiente con el corte de los árboles, que aparentemente no tiene ningún
efecto colateral.

Quien tiene arboles; no cabe duda, es un afortunado, porque éstos aportan grandes beneficios
entre los cuales está disminuir el exceso de dióxido de carbono, un gas con un aumento
considerable en las últimas décadas, y que afecta el cambio climático.

El árbol atrapa mediante sus hojas y tallo, los gases contaminantes como el óxido de nitrógeno,
amoniaco, dióxido de azufre y ozono; y son tan necesarios porque cada ser humano necesitan 8
árboles para garantizar la suficiencia de su oxigeno.

El árbol es una necesidad para todas las civilizaciones porque disminuyen el calor, refrescan la
ciudad y poblaciones, y también proporcionan sombra; y aún más, disminuyen la evaporación del
agua en tiempo de sequía, y actúan como una esponja que filtra el agua pluvial o con la que se
riega, y la utiliza para alimentar el suministro de agua subterránea.
No cabe duda que Dios fue sabio al crear el árbol que también tiene la función de evitar la erosión
del suelo, y los árboles reducen la exposición a los rayos UV-B aproximadamente en un 50 por
ciento, y con ello evita la proliferación del cáncer de piel.

Muchas variedades con sus hojas y tallos proporcionan opciones medicinales para el ser humano
y para los animales, y a su tiempo frutos para alimentar a la familia; pero su inigualable sombra da
esparcimiento para el relajamiento de quienes escapan de las zonas urbanas . Tán pródigo son que
hasta las estaciones del año, y constituyen el hogar de la vida silvestre.

Atraído por el árbol, un cantautor, Alberto Cortez, escribió de su vivencia infantil al sembrar
juntamente con su madre un árbol:

Mi Madre y yo lo plantamos en el límite del patio,


Donde termina la casa.
Fue mi Padre quién lo trajo
Yo tenía cinco años
Y el apenas una rama.

Al llegar la primavera
Cultivamos bien la tierra
Y lo cubrimos de agua
Con trocitos de madera
Hicimos una barrera para que no se dañara.

Mi árbol brotó, mi infancia pasó

Hoy bajo su sombra que tanto creció

Tenemos recuerdos, mi árbol y yo.

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