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86, 2009
Santiago Díaz Cafferata, El derecho de acceso a la información pública..., ps. 151-185
Abstract: The right of access to public information is a key element in the re-
publican system of government. This work deals with the features and treatment
given to this right in comparative law and in regional systems of human rights
protection. Then, the author analyzes how this right has been received within the
Argentine legal framework and judicial decisions, highlighting the existence of
certain legal loopholes which, in many cases, have not been correctly solved by
judges. Finally, after this comprehensive analysis, the author proposes the exist-
ence of adequate regulations and highlights the need of having one single homo-
geneous legal framework covering this right in every single aspect, in compliance
with international and constitutional obligations.
I. INTRODUCCIÓN
1
ROMERO, César E., Derecho constitucional, t. I, Zavalía, Buenos Aires, 1975, ps. 64 y ss.
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2
BASTERRA, Marcela I., El derecho fundamental de acceso a la información pública,
LexisNexis, Buenos Aires, 2006, p. 10.
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3
MARTÍNEZ PAZ, Fernando, Introducción al derecho, Depalma, Buenos Aires, 2004, p. 301.
4
VILLANUEVA, Ernesto, Derecho de acceso a la información pública en Latinoamérica,
UNAM, México DF, 2003, ps. XXVII y ss.
5
LAVALLE COBO, Dolores - ROVERE, Marta. B. - SCHMIDT-LIERMANN, Cornelia, “Derecho
y acceso a la información en Argentina”, Fundación Konrad Adenauer (2002), en el sitio
www.kas.org.ar, ps. 47 y ss.
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6
SARTORI, Giovanni, ¿Qué es la democracia?, Taurus, Buenos Aires, 2003, p. 193.
7
SARTORI, Giovanni, ¿Qué es la democracia?, cit., ps. 175 y ss.
8
En contra de la visión de Sartori, armando que la democracia no es un modo de
elección de gobernantes sino toda una concepción del hombre y una forma de vida, véase,
entre otros: FAYT, Carlos S., Historia del pensamiento político: La democracia, Plus Ultra,
Buenos Aires, 1974, p. 13.
9
ROMERO, César E., Derecho constitucional, cit., p. 166.
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10
SEGOVIA, Juan F., “La República de Aristóteles a El Federalista”, en Los derechos del
hombre y la idea republicana, Instituto Argentino de Estudios Constitucionales y Políticos
(ed.), Depalma, Mendoza, 1994, p. 114.
11
BOBBIO, Norberto - MATTEUCCI, Nicola - PASQUINO, Gianfranco, Diccionario de
Política, 7a ed. en español, Siglo XXI, México DF, 1994, p. 1391.
12
ROMERO, César E., Derecho constitucional, cit., p. 166.
13
ROMERO, César E., Derecho constitucional, cit., p. 170.
14
ZARINI, Helio J., Derecho constitucional, Astrea, Buenos Aires, 1992, p. 291.
15
ZARINI, Helio J., Derecho constitucional, cit., p. 291.
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16
Corte Sup., Fallos 322:2139.
17
Corte Sup., Fallos 316:1633.
18
LAVALLE COBO, Dolores - ROVERE, Marta - SCHMIDT-LIERMANN, Cornelia, “Derecho...”,
cit., p. 10.
19
Parafraseando a VILLANUEVA, Ernesto, Derecho..., cit., ps. XXXIII y ss.
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da por los ciudadanos (apartado II. 8), ellas siempre tiene como motivo el
contenido de dichos datos y no el modo en que están almacenados.
No es ésta una solución universal en este tipo de legislaciones, ya que
algunas contienen limitaciones que terminan impidiendo el ejercicio del
derecho de acceso a la información pública. Valga como ejemplo que tanto
el art. 2°, ley 8803, de la provincia de Córdoba como el art. 2°, ley 104, de
la Ciudad de Buenos Aires, establecen por igual el acceso a “cualquier tipo
de documento que sirva de base a un acto administrativo”, lo cual puede
dar lugar a interpretaciones que excluyan el acceso a numerosos datos,
estadísticas o registros que obren en poder de la administración, que no
necesariamente sirvan de base a un acto administrativo 20, tal como efecti-
vamente ha ocurrido en la jurisprudencia 21.
Consideramos que es buena la técnica del art. 5° del Reglamento del
acceso a la información pública para el Poder Ejecutivo nacional (Anexo
VII del dec. 1172/2003), que establece: “Se considera información a los
efectos del presente, toda constancia en documentos escritos, fotográcos,
grabaciones, soporte magnético, digital o en cualquier otro formato y que
haya sido creada u obtenida por los sujetos mencionados en el art. 2º o que
obre en su poder o bajo su control, o cuya producción haya sido nanciada
total o parcialmente por el erario público, o que sirva de base para una de-
cisión de naturaleza administrativa, incluyendo las actas de las reuniones
ociales”.
Finalmente, hemos de decir que el criterio para armar qué informa-
ción es pública (y, por ende, qué no es información privada) consiste en
identicar a ésta con la que haga a los asuntos de la comunidad conside-
rada como un todo, y no con cada uno de sus ciudadanos individualmente
considerados.
20
SCHEIBLER, Guillermo M., “Luces y sombras del acceso a la información en la Ciudad
de Buenos Aires”, LL, Suplemento Administrativo del 16/12/2005, p. 64.
21
Vale como ejemplo un caso en que un grupo de productores rurales solicitó informes
sobre estudios y medidas que debían concretarse a n de evitar o mitigar inundaciones
en el sur de la provincia de Córdoba. Su pedido fue rechazado por cuanto este grupo de
productores no había suministrado dato alguno que permitiera sostener que la información
solicitada “hubiera servido de base a un acto administrativo ya dictado, ni invocado razón
suciente alguna de la cual pudiera inferirse que ello ocurriría en un futuro inmediato”
(“Prascor - Productores Rurales Autoconvocados del Sur de Córdoba- Amparo por mora”,
sentencia 101 de la C. 1a Cont. Adm. Córdoba, resuelto el 9/10/2003, citado por CÁCERES,
María Virginia, “El acceso a la información pública: una garantía para la vigencia del prin-
cipio republicano de gobierno. Su efectiva protección jurisprudencial: ‘La Voz del Interior
SA v. Ente Regulador de los Servicios Públicos (ERSEP) - Amparo’”, Foro de Córdoba,
Suplemento de Derecho Administrativo y Constitucional, año VI, nro. 17, 2005, p. 52).
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C. Nac. Apel. Cont. Adm. Fed., 29/9/2004, RAP 325 (2005), ps. 113/123.
22
C. Nac. Apel. Cont. Adm. Fed., 27/2/2004, RAP 312 (2004), ps. 57/64.
23
24
Sup. Trib. Just., Chubut, 12/9/1995, ED, 165-303/304, 1996.
25
Corte Sup., Fallos 316:1623.
26
Corte Sup., Fallos 316:1633.
27
Al respecto, remitimos a los principios sentados por la Corte Suprema en el caso “La
Buenos Aires Cía. de Seguros SA v. Petroquímica Bahía Blanca SA”, Fallos 311:750.
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28
RODRÍGUEZ VILLAFAÑE, Miguel J., “El acceso a la información pública en Argentina”,
Derecho Comparado de la Información, nro. 2, 2003, p. 127.
29
VILLANUEVA, Ernesto, Derecho..., cit., p. LIX.
30
BLANTON, Thomas S., “La experiencia de Estados Unidos con respecto a la Ley de
Libertad de Información: activismo del Congreso, liderazgo de los medios de comunicación
y política burocrática”, Derecho Comparado de la Información, nro. 2, 2003, p. 20.
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31
Acordada Corte Sup., 1/2004, publicada en Fallos 327:1351.
32
Constitución de la Ciudad de Buenos Aires, art. 132: “…Todo acto de contenido
patrimonial de monto relevante es registrado en una base de datos, bajo pena de nulidad. Se
asegura el acceso libre y gratuito a la misma”.
33
SCHEIBLER, Guillermo M., “Luces y sombras...”, cit., ps. 59 y ss.
34
ABRAMOVICH, Víctor - COURTIS, Christian, “El acceso a la información como dere-
cho”, en www.abogadosvoluntarios.net.
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8. Excepciones
El reconocer al derecho de acceso a la información pública como un
derecho de base constitucional no signica atribuir a éste un carácter abso-
luto. Como todo derecho, su ejercicio puede ser reglamentado. Así, se esta-
blecerán limitaciones que provendrán de la colisión del derecho de acceso
a la información pública con el derecho de algún otro ciudadano (como el
derecho a la intimidad) o con algún otro interés público que deba ser res-
guardado (como la seguridad nacional).
En la medida en que haya una norma que regule el derecho de acceso a
la información pública, ésta deberá establecer taxativamente las excepciones
que se impongan, y las que habrán de interpretarse de forma restrictiva.
En caso de laguna normativa, no sólo debe reconocerse el derecho de
raigambre constitucional, sino también la existencia de las excepciones, a
aplicarse analógicamente de otros ordenamientos jurídicos.
Si bien las excepciones que reconocen las distintas normas sobre in-
formación pública suelen variar en ciertos aspectos, consideramos válido
tomar las propuestas por la Ley Modelo de la OEA, que coinciden, a gran-
des rasgos, con las que encontramos en el derecho comparado. Éstas son:
1. Cuando se trate de información expresamente clasicada como se-
creta según la legislación nacional o cuando pueda afectar las relaciones
internacionales del país.
2. Cuando, por vía legal, se proteja de manera especial algún tipo de
información por razones de seguridad interna, de defensa del país o de po-
lítica exterior, o bien se establezca un procedimiento diferente al previsto
en la presente ley.
3. Cuando se trate de información que pudiera afectar el funciona-
miento del sistema bancario o nanciero.
4. Cuando se trate de secretos comerciales, industriales, cientícos o
técnicos propiedad de terceros o del Estado, o de información industrial,
comercial reservada o condencial de terceros que la Administración hu-
biera recibido en razón de un trámite o gestión instada para obtener algún
permiso, autorización o cualquier otro trámite y hubiera sido entregada con
ese único n, y cuya revelación pueda causar perjuicios económicos.
5. Cuando se trate de informaciones cuyo conocimiento pueda lesio-
nar el principio de igualdad entre los oferentes, o información denida en
los pliegos de condiciones como de acceso condencial, en los términos de
la legislación nacional sobre contratación administrativa y disposiciones
complementarias.
6. Cuando se trate de información referida a consejos, recomenda-
ciones u opiniones producidas como parte del proceso deliberativo y con-
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sultivo previo a la toma de una decisión de gobierno. Una vez que la de-
cisión gubernamental ha sido tomada, esta excepción especíca cesa si
la Administración opta por hacer referencia, en forma expresa, a dichos
consejos, recomendaciones u opiniones.
7. Cuando la entrega prematura de información pueda afectar el éxito
de una medida de carácter público.
8. Cuando la entrega de dicha información pueda comprometer la es-
trategia procesal preparada por la Administración en el trámite de una cau-
sa judicial o el deber de sigilo que debe guardar el abogado o procurador
judicial respecto de los intereses de su representación 35.
1. El derecho comparado
El primer antecedente de derecho de acceso a la información pública
se da en Suecia en 1766, cuando el partido de oposición ganó la mayoría
en el Parlamento y se dedicó a buscar información sobre las actividades del
régimen anterior 36. Ese mismo año, se aprobó la Real Ordenanza sobre
Libertad de Prensa, con carácter constitucional, que en su art. 1° establece:
“En interés de un libre intercambio de opiniones y de una información cla-
ra sobre los diferentes aspectos de la realidad, todo ciudadano sueco tendrá
libre acceso a los documentos ociales” 37.
Por otro lado, en 1789 se dicta en Francia la Declaración de los
Derechos del Hombre y del Ciudadano, que en su art. 14 expresa: “Los
ciudadanos tienen el derecho de comprobar, por sí mismos o a través de
sus representantes, la necesidad de la contribución pública, de aceptarla
libremente, de vigilar su empleo y de determinar su prorrata, su base, su
recaudación y su duración” 38.
Algunos autores ven en la Primera Enmienda a la Constitución de los
Estados Unidos una primera aproximación al derecho de acceso a la infor-
35
OFICINA DE COOPERACIÓN JURÍDICA DE LA OEA - DEPARTAMENTO DE ASUNTOS JURÍDICOS
INTERNACIONALES, “Ley Modelo de Acceso a la Información Administrativa para la Preven-
ción de la Corrupción”, en www.oas.org/juridico.
36
BLANTON, Thomas S., “La experiencia...”, cit., 30, p. 12.
37
BRUNO DOS SANTOS, Marcelo A. - FERNÁNDEZ LAMELA, Pablo M. - LÓPEZ OLVERA,
Miguel A., “La participación pública y el acceso a la información: herramientas para mejorar
la calidad institucional. Comentarios al decreto 1172/ 2003”, RAP 2004-315-105.
38
BASTERRA, Marcela I., El derecho..., cit., p. 281.
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mación pública 39, pero consideramos que no fue ésa la voluntad expresa de
quienes introdujeron la Enmienda, aparentemente limitada a la libertad
de prensa y de expresión.
De todos modos, si bien estos antecedentes son valiosos, su inuencia
en el resto del mundo puede ser calicada de baja, ya que no afectaron
otros ordenamientos jurídicos.
El renacimiento y la expansión de la gura comienza en 1966, al dic-
tarse en los EE.UU. la Freedom of Information Act (Ley de Libertad de la
Información), que fue posteriormente reformada en 1974 para reforzar sus
instrumentos procesales y, más recientemente, para incorporar los asuntos
concernientes a la información electrónica. De allí, el derecho de acceso a
la información pública se expande primero a Europa y al resto de Norte-
américa. Así, Grecia, Portugal y España, que dictan sus Constituciones en
la década de 1970, al salir de sus respectivas dictaduras, incluyen disposi-
ciones constitucionales referentes a la materia. A su vez, Francia y Canadá
dictan distintas leyes a comienzos de la década de 1980.
Posteriormente, podemos observar la recepción de la gura en nume-
rosos países del resto del planeta. Sin perjuicio de los países en los que hay
reglamentaciones legales, encontramos la consagración constitucional ex-
presa de este derecho en Albania, Bélgica, Bielorrusia, Chechenia, Eritrea,
Eslovaquia, Eslovenia, Estonia, Filipinas, Finlandia, Francia, Kazajistán,
Lituania, Malawi, Mongolia, República Checa, Rumania, Rusia, Sudáfrica,
Suecia, Tailandia, Turkmenistán, Uganda y Uzbekistán 40.
39
O´BRIEN, David, M., El derecho del público a la información. La Suprema Corte de
los EE.UU. y la Primera Enmienda Constitucional, Publigracs, México, 1983.
40
VILLANUEVA, Ernesto, Derecho..., cit., ps. XXXVI y ss.
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parables por naturaleza 41. Como veremos seguidamente, hay quienes con-
sideran que la consagración del “derecho a la información” implica la del
derecho de acceso a la información pública (v.gr., la Corte Interamericana
de Derechos Humanos), y quienes consideran que la consagración del pri-
mero no implica necesariamente la del segundo (v.gr., la Corte Europea de
Derechos Humanos).
41
BASTERRA, Marcela I., El derecho..., cit., p. 11.
42
MÉNDEZ, Luis M. - PALAZZI, Pablo A., “Un caso de derecho de acceso a la informa-
ción pública”, ED, 180-432, 1999.
43
Sentencia del 19/9/2006, publicada en www.corteidh.or.cr.
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44
Sentencias del 5/2/2001; 2/7/2004 y 31/8/2004, publicadas en www.corteidh.or.cr.
45
Opinión consultiva del 13/11/1985, publicada en www.corteidh.or.cr/opiniones.cfm.
46
Sentencias del 26/3/1987 y 19/2/1998, publicadas en www.echr.coe.int/echr.
47
Véanse los párrs. 74 del caso “Leander v. Sweden” y 53 de “Guerra and others v.
Italy”, www.echr.coe.int/echr.
48
Párr. 34 de “Guerra and others v. Italy”, www.echr.coe.int/echr.
49
Programa de la Organización de las Naciones Unidas para promover el desarrollo
sostenible en áreas relacionadas con el medio ambiente, cuyo término ocial es “Programa
21”, y que culminó con la Cumbre de Río.
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2. Normas constitucionales
Respecto de las normas constitucionales podemos observar que las
dictadas en 1853 son las que dan fundamento a nuestra armación de que
el derecho de acceso a la información pública se deriva directamente del
sistema republicano de gobierno, mientras que las incorporadas en la refor-
ma de 1994 establecen casos particulares de acceso a la información.
El art. 1° de la Constitución Nacional indica que “la Nación Argentina
adopta para su gobierno la forma representativa republicana federal, según
50
CAFFERATA, Néstor A., “Contenido del derecho-deber de información ambiental”, JA
2003-IV-356 y ss.
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3. Normas infraconstitucionales
A nivel infraconstitucional, encontramos diversas referencias al ac-
ceso a la información pública. A nivel legal, podemos citar el art. 268 del
Código de Minería; el art. 2°, inc. c) de la ley 19.549; el art. 60 de la ley
24.052; el art. 8° de la ley 25.152; los arts. 2° y 10 de la ley 25.188; los
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El dec. 1172/2003 indica que “el presente se dicta en uso de las facul-
tades conferidas por los arts. 99, incs. 1° y 2° de la Constitución Nacional”.
En uso de las facultades conferidas por el art. 99, inc. 1°, el Poder Ejecutivo
puede dictar decretos autónomos; esto es, reglamentos sobre materias no
reguladas por ley, y reservadas a la Administración 51. Por su parte, en uso
de las facultades conferidas por el art. 99, inc. 2°, el Poder Ejecutivo debe
dictar decretos reglamentarios, los que reglamentan las leyes que dicta el
Congreso. Ahora bien, dado que el dec. 1172/2003 no reglamenta ley al-
guna, debemos descartar (no obstante lo que éste diga) que se trate de un
decreto reglamentario y concluir que es sólo un decreto autónomo.
Los decretos autónomos, a su vez, sólo pueden regir el funcionamien-
to interno de la administración, pero no pueden limitar los derechos de los
particulares ni imponerles obligaciones, ya que el art. 14 de la Constitución
Nacional establece claramente que la regulación y restricción de los dere-
chos individuales sólo puede efectuarse por medio de leyes 52.
En concreto, dado que el dec. 1172/2003 es autónomo, es sumamente
discutible que el “Reglamento General del Acceso a la Información Pública
para el Poder Ejecutivo Nacional”, sea aplicable a “empresas privadas a
quienes se les hayan otorgado mediante permiso, licencia o cualquier otra
forma contractual, la prestación de un servicio público o la explotación de
un bien del dominio público”, tal como se expresa en su art. 2°.
Otro aspecto que destaca de la norma es que, dada su naturaleza de
decreto autónomo, regla sólo el ámbito interno de la Administración y, por
ello, no es aplicable al ejercicio de la función administrativa de los poderes
Judicial y Legislativo.
Finalmente, respecto del acceso libre y gratuito, vía Internet, a la edi-
ción diaria de la totalidad de las secciones del Boletín Ocial durante el
día de su publicación, hemos de manifestar que no hay motivos para que el
acceso sea restringido al número correspondiente a esa fecha, ni para que
no se puedan consultar ediciones anteriores.
51
BIDART CAMPOS, Germán J., Tratado elemental de derecho constitucional argentino,
t. II, Ediar, Buenos Aires, 2000, p. 309.
52
GORDILLO, Agustín A., Tratado de derecho administrativo, t. I, Fundación de Derecho
Administrativo, Buenos Aires, 2000, p. VII-61.
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5. El derecho a la información
El derecho a la información, tal como lo conceptuáramos en el apart.
III. 2, empezó a ser reconocido por la Corte ya en el año 1963 53, y lue-
go fue así reiterado en numerosas causas, de entre las que podemos citar
a “Campillay”, “Costa” y “Vago” 54. Y, si bien la doctrina especializada
suele interpretar el derecho de acceso a la información pública como una
derivación del derecho a la información, tal como lo describiéramos, lo
cierto es que la Corte no ha dado aún ese paso en forma expresa.
7. El caso “Urteaga”
En “Urteaga, Facundo Raúl v. Estado nacional” 56, Facundo Raúl
Urteaga inició una acción de hábeas data en contra del Estado nacional y
sus organismos de seguridad con el objeto de obtener la información que
existiera respecto de su hermano Benito José Urteaga, supuestamente abati-
do en el año 1976; la cual fue rechazada tanto en primera como en segunda
instancia. Ello por cuanto dicha acción, según el art. 43 de la Constitución
Nacional, sólo puede ser interpuesta para conocer datos referidos a la perso-
na que la interpone, lo que, en este caso, se vería desvirtuada su nalidad.
En el voto de mayoría (suscripto por los Dres. Nazareno y Moliné
O’ Connor), los Dres. Petracchi y Vázquez sostienen que en este caso debe
aceptarse la legitimación de quien es hermano del supuesto fallecido para
la acción de hábeas data (consid. 13, del voto de mayoría, cons. 16, del
voto del Dr. Petracchi y consid. 9º, del voto del Dr. Vázquez). Por su parte,
tanto el voto concurrente de los Dres. Belluscio y López, como el voto
del Dr. Bossert, indican que no procede la vía del hábeas data, pero que,
no obstante ello, el actor tiene derecho a conocer la suerte de su hermano,
precisamente por su calidad de tal (consids. 6º y 8º, del voto concurrente
de los Dres. Belluscio y López, y consids. 7º, 17, 20 y 22, del voto del Dr.
Bossert).
La solución que entendemos correcta es la que resulta del voto del Dr.
Fayt que, en el consid. 11, reconoce la existencia del derecho de acceso a
la información pública de un modo similar a como lo hemos caracterizado
en el cap. II de este trabajo: esto es, como un derecho a la información
sobre los asuntos públicos, con base en los arts. 14 y 32 de la Constitución
Nacional, el cual es un derecho inherente al sistema republicano y a la pu-
blicidad de los actos de gobierno y, por lo tanto, independiente y anterior a
la incorporación constitucional del hábeas data.
Por otro lado, en el consid. 10 se explica muy didácticamente en qué
consiste el hábeas data y niega su aplicación a este caso, precisando que
esta gura “protege la identidad personal y garantiza que el interesado —él
y sólo él— tome conocimiento de los datos a él referidos y de su nalidad,
56
Corte Sup., 15/10/1998, Fallos 321:2767.
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8. La legitimación en la jurisprudencia
Un elemento que pretendemos resaltar es el concerniente al sujeto
activo que tiene derecho a solicitar información. En varios fallos de la
Cámara Federal de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo se acep-
ta la existencia del derecho de acceso a la información pública, pero pare-
ciera que éste no estuviera en cabeza de cualquier ciudadano sino sólo de
las asociaciones que tienen por objeto el estudio de la conducta guberna-
mental, o las personas que se dedican a ello.
Así, en la causa “Tiscornia, Sofía y otro v. EN” 57 se acepta la legitima-
ción de los actores, Sofía Tiscornia, por su propio derecho, y Emilio Fermín
Mignone, en su carácter de representante del Centro de Estudios Legales y
Sociales (CELS), por cuanto este último tiene como propósito realizar in-
vestigaciones y estudios en el ámbito de las relaciones entre el derecho y la
sociedad dirigidos a la defensa de la dignidad de la persona humana, y se ha
corroborado que “el requerimiento de información (...) se halla vinculado a
la actividad que desarrollan los solicitantes relacionada a la investigación
cientíca y a la defensa de los derechos humanos” (consid. IV).
En la causa “Colegio Público de Abogados de la Capital Federal v.
EN” 58 se admitió la participación de esa entidad por cuanto ésta pretendía
acceder a un proyecto de ley que podía alterar la participación que tienen
los abogados en el Tribunal Fiscal de la Nación, y “el interés de la corpo-
ración actora en punto a la información contenida en el expediente por el
cual tramita el premencionado proyecto halla suciente fundamento en las
competencias que a dicho ente público no estatal se han asignado legisla-
tivamente” (consid. VII).
57
C. Nac. Cont. Adm. Fed., sala 3a, 17/12/1997, ED 180-427/431, 1999.
58
C. Nac. Cont. Adm. Fed., 27/2/2004, RAP 2004-312-57/64.
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63
C. Nac. Cont. Adm. Fed., sala 3a, 27/5/2005, www.laleyonline.com.ar.
64
ABRAMOVICH, Víctor - COURTIS, Christian, “El acceso...”, cit.
65
Corte Sup., Fallos 315:1503.
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66
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10. Sanciones
Para asegurar el cumplimiento de las obligaciones que se imponen
a la Administración Pública y a determinados sujetos privados, es conve-
niente prever sanciones para quienes las incumplan.
Para el caso de incumplimientos de la Administración, se suelen jar
sanciones administrativas a título personal para el funcionario responsable.
Para las personas jurídicas privadas, obligadas a brindar información sobre
la base de una relación con el Estado (concesión, licencia, subsidio u otro),
más allá de la eventual imposición de multas, es posible la estipulación de
sanciones en el marco de su relación con el Estado.
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VILLANUEVA, Ernesto, Derecho..., cit., ps. LXIV y ss.
Lecciones y Ensayos, nro. 86, 2009
Santiago Díaz Cafferata, El derecho de acceso a la información pública..., ps. 151-185
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RODRÍGUEZ VILLAFAÑE, Miguel J., “La información pública en América. Acceso y nor-
mativa requerida”, Revista del Foro, nro. 2 (Colegio de Abogados de Lima), 2006, p. 267.
184 Lecciones y Ensayos, nro. 86, 2009
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NINO, Carlos S., Un país al margen de la ley, Ariel, Buenos Aires, 2005.