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El acceso al agua en localidades rurales de la Huasteca

Potosina, México: entre la abundancia hídrica


y la “escasez” financiera estatal

Germán Santacruz De León1 y Santacruz De León Eugenio Eliseo2

Resumen
El objetivo de este ensayo es demostrar que, a pesar de la riqueza hídrica en la
Huasteca Potosina, existen localidades, sobre todo rurales, que no tienen acceso al
agua en cantidad y calidad adecuada. Para ello se realizaron encuestas y recorridos
de campo, en cuatro comunidades de la Huasteca Potosina, a través de las cuales
se muestra que la riqueza hídrica de dicha región no se traduce en el cumplimiento
del elemental acceso al agua en calidad y cantidad suficiente en dichas comuni-
dades. Por otro lado, a partir de datos de calidad del agua se muestra que ella está
contaminada con metales pesados y coliformes fecales en niveles que superan las
normas mexicanas de salud, lo que pone en riesgo a los habitantes de las mismas
y devela la permisividad gubernamental. Se concluye que la supuesta escasez de
recursos financieros es usada para argumentar la inaccesibilidad al agua y que ello
genera las condiciones para el despojo y privatización del acceso al vital líquido.

Palabras clave: Escasez, coliformes fecales, manantiales, metales pesados, pri-


vatización.

1
Profesor-Investigador del Programa “Agua y Sociedad” El Colegio de San Luis, A.C. gsantacruz@colsan.edu.mx
2
Profesor-Investigador del Área de Ciencias Sociales del Departamento de Preparatoria Agrícola de la Universidad
Autónoma Chapingo, integrante del Grupo de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias Ambientales (GIICA) del
CIESTAAM, línea de investigación: Agricultura y Cambio Climático Global. eesantacruz@gmail.com.

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economía

Access to water in the rural locations Huasteca Potosina,


Mexico: between abundance water and “scarcity”
financial state.
The aim of this essay is to demonstrate that, despite the water wealth in the Huas-
teca Potosina, there are localities, especially rural, with no access to water in
adequate quantity and quality. To do surveys and field trips were conducted in four
communities in the Huasteca Potosina, through which it is shown that the water
wealth of this region does not result in compliance with the basic access to water
quality and quantity sufficient for such communities. On the other hand, from data
of water quality it shows that she is polluted with heavy metals and fecal coliform
levels above Mexican health standards, which threatens the inhabitants thereof,
and reveals the government’s permissiveness. It is concluded that the alleged lack
of financial resources is used to argue inaccessibility to water and this creates the
conditions for the plunder and privatization of access to water rights.

Key words: Fecal coliforms, heavy metals, privatization, scarcity, well

Introducción
El acceso al agua, en cantidad y calidad suficiente, es considerado cada vez más como
un derecho humano de primer orden. A pesar de ello, actualmente 1,400 millones de
personas carecen de instalaciones necesarias para abastecerse de agua. De manera
que abrir la llave y ver cómo sale el agua puede ser considerado como un milagro
por millones de ciudadanos en el planeta (Gallego, 2002). La pregunta que no pocos
autores se hacen es si ¿la carencia de agua de suficiente calidad es la próxima crisis?
Para algunos la crisis del agua se relaciona con la llamada escasez del agua; para
otros, se relaciona con una carencia de acceso al recurso (Patrick, 1994; Rijsberman
y Scott, 2005). Es indudable, que el discurso de la crisis del agua, al igual que el
de escasez de agua, se emplea para establecer políticas públicas tendientes, sobre
todo, a la privatización de los servicios relacionados con el uso del vital líquido,
fundamentalmente el acceso al agua de calidad potable. En contraste, otra perspec-
tiva sostiene que el acceso al agua es un derecho fundamental del ser humano, por
lo que dicho acceso debe ser gratuito (Le Marchand, 2003), considerando que los
activos naturales no se deben proporcionan a los agentes mediante un mecanismo
de mercado ya que tienen un carácter de bien público (Amigues et al., 1995). Por
otro lado, existe disparidad, así lo muestran las cifras oficiales a nivel mundial, entre

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El acceso al agua…

el abastecimiento de agua a las zonas rurales versus las urbanas. En las primeras la
cobertura es del 78% y en las segundas es de 96 % (OMS-UNICEF, 2010)
En América Latina y el Caribe el acceso al agua potable sigue siendo un pro-
blema importante. En ese sentido, en los primeros años del siglo XXI se decía que
cerca del 70% de su población contaba con agua entubada (Banco Mundial, 1997;
PNUMA, 2000). Para la segunda década del siglo XXI, las cifras reconocidas por
agencias internacionales indican que cuenta con una población de 588 millones de
habitantes (CEPAL, 2010), el 20 % de los cuales no tiene acceso a agua potable a
través de una red de suministro y el 8 % carece de agua potable (Anónimo, 2012).
En adición a lo anterior, se menciona que la calidad del agua que se suministra a
los hogares latinoamericanos es “baja”, lo que se suma a la falta de regularidad
en el servicio durante los 7 días de la semana y las 24 horas del día (Anónimo,
2012). Con respecto al abastecimiento a las zonas rurales, las cifras muestran que
en 1990 la región latinoamericana tenía una cobertura de 63% y para el 2008 se
incrementó a 80%.
En México, al igual que otros países de la región latinoamericana, el derecho
humano al agua se ha elevado a rango constitucional, ese derecho está establecido
en el artículo 4° de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. La
Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), que es una dependencia del gobier-
no mexicano, considera que la cobertura de agua potable incluye a las personas
que tienen agua entubada dentro de la vivienda; fuera de la vivienda, pero dentro
del terreno; de la llave pública; o bien de otra vivienda. Además sostiene que los
habitantes con cobertura no necesariamente disponen de agua con calidad para
consumo humano; considerando lo anterior ese organismo público indica que en
el año 2010 el 90.9 % de la población mexicana tenía cobertura de agua potable
(CONAGUA, 2012a). Para las zonas rurales se pasó de 64% de cobertura en 1990
a 87% en 2008 (Carrasco, 2011).
La inversión pública en México para el abastecimiento de agua entubada en
el 2009 fue de 10,375 millones de pesos (1USD equivale a 12.5 pesos mexicanos
aproximadamente), en el 2010 disminuyó a 9,159 millones de pesos (CONAGUA,
2012b). Otras cifras indican que México requiere de 3,000 millones de dólares
anuales para revertir el rezago en la infraestructura de agua potable y saneamiento
(Carabias y Landa 2005), compárese esta cifra con los 6,287 millones de dólares
que invirtió el gobierno mexicano en asuntos de defensa en 2012 (RESDAL, 2012).
Esto permite concluir que el dinero de las tributaciones de los mexicanos no está
siendo usado para la solución de problemas prioritarios. Entonces, ¿escasea el
agua o escasea la inversión pública en el sector agua potable?

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Para justificar la carencia de agua en las zonas rurales mexicana, aunque también
algunos de esos argumentos se emplean para las áreas urbanas que padecen de lo
mismo, se dice que ello se debe a la falta de gobernabilidad, a la migración que afecta
la sostenibilidad financiera y que ello, sumado a la alta dispersión de las localidades
rurales, encarece la provisión del servicio; otra causa es la falta de transparencia y efi-
ciencia en su ejecución y la existencia de prácticas no éticas (Carrasco, 2011), es decir
la corrupción. Los argumentos anteriores se suman a la introducción de tecnologías
inapropiadas. En algunos casos el discurso político alcanza para decir que la inacce-
sibilidad de agua potable en las localidades rurales tiene sus causas en la naturaleza,
es decir, como ocurre sobre todo en las zonas áridas, que el agua es insuficiente y
que la naturaleza es la culpable de ello; sin embargo, lo que no se indica de manera
clara y categórica es que el Estado poco invierte para revertir la carencia del líquido.
El Estado mexicano favorece básicamente dos mecanismos para “revertir” o
“solucionar” la carencia de agua en las localidades rurales; por un lado, impulsa,
más por la presión de la sociedad civil, reformas constitucionales en materia de
agua y, aunque no lo cumpla, permite la inclusión del derecho humano al agua en
las leyes nacionales. Pero, por otro lado impulsa la introducción del capital privado,
so pretexto de la búsqueda de transparencia y la eficiencia, mediante mecanismos
de mercado, para la prestación del servicio. Sin embargo, ese discurso, hoy muy
en boga, no es tan actual, desde los años 1970 se decía que la escasez del agua
sería cada vez más familiar a un público que tradicionalmente ha percibido al agua
como un recurso infinito y libre de las fuerzas económicas del mercado; empero, se
decía, que el conocimiento puede ser el catalizador para que el agua se vea como
un recurso y se modifiquen los patrones de asignación y uso del mismo. Se pre-
guntaba entonces ¿qué cambios se requerían para un uso más racional y eficiente
de las limitadas fuentes de agua? A esto se respondía diciendo que con una mejor
planeación y mejores instituciones, así como con una mejor asignación y uso efi-
ciente se podría resolver esta problemática, además de que era necesario confiar en
los principios económicos de los costos de oportunidad, mecanismos de precios y
las fuerzas del mercado para la asignación del agua (Berry, 1977). Hoy en el ámbito
gubernamental mexicano se sigue sosteniendo que la incursión del capital privado
permitiría financiar los sistemas de distribución y saneamiento en los países pobres,
por lo que se impulsan políticas de privatización del servicio público de agua potable.
Considerando lo anterior, los objetivos de este ensayo son demostrar que, a
pesar de la riqueza hídrica en la Huasteca Potosina, existen localidades, sobre todo
rurales, que no tienen acceso al agua en cantidad y calidad adecuada; y, que ello
se debe, entre otras cosas, fundamentalmente a la “escasez financiera” guberna-

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El acceso al agua…

mental, enmascarada en el discurso de que “no hay agua y de ello es culpable la


naturaleza” o “de la notable dispersión de las localidades rurales”, que se refleja
en la falta de inversión pública.

La riqueza hídrica de la huasteca potosina


La Huasteca Potosina comprende 20 municipios y abarca una extensión de 10,971
km2 (Figura 1); se ubica en las tierras bajas de algunos ríos tributarios del río
Pánuco (Moctezuma, Tampaón, Pujal, Valles, Mesillas, El Salto y Gallinas), muy
próxima a las costas del Golfo de México.

Figura 1. Municipios de la Huasteca Potosina.

Fuente: Elaboración propia con información de INEGI.

La Huasteca Potosina presenta precipitaciones pluviales que van de 1,000 a


1,200 mm anuales en las partes bajas, en las zonas altas alcanzan los 3,000 mm
anuales; con valores medios de 1,200 a 2,000 mm anuales, las mismas son regis-
tradas en diferentes estaciones meteorológicas (Figura 2).

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Figura 2. Localización espacial de las estaciones meteorológicas consideradas en este ensayo.

Fuente: Elaboración propia con información de INEGI.

El comportamiento interanual de la precipitación pluvial muestra que entre los


meses de noviembre a marzo (Gráfica 1) se presentan, de manera natural, condi-
ciones de estiaje, lo que provoca una considerable reducción de los escurrimientos
superficiales, que por otro lado, como se verá adelante, no puede considerarse
como la causa de la falta de agua en las localidades huastecas.

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Gráfica 1. Comportamiento de la precipitación (mm) media mensual en las estaciones


meteorológicas “El Salto” (22.6° L.N y 99.43° L.W. 405 msnm), “El Pujal” (21.85° L.N y 98.93°
L.W. 43 msnm), “Tamuín” (22.01° L.N. y 98.01° L.W. 22 msnm), “Tlamaya” (21.3° L.N. y 99.0°
L.W. 720 msnm) y “Tamapatz” (21.5° L.N. y 99.11° L.W. 725 msnm).

Fuente: Elaboración propia con base en información del Extractor Rápido de Información Climática III.

Tales precipitaciones logran generar escurrimientos superficiales y, con ello,


corrientes superficiales permanentes tales como el río Gallinas, el río Valles, el
río Tampaón y el río Moctezuma, entre otros, que son tributarios del río Pánuco
(Figura 3). El río Gallinas drena una cuenca de aproximadamente 800 km2, nace
a una elevación de 1,350 metros sobre el nivel medio del mar y a 22 kilómetros
al sur-oriente de la Ciudad del Maíz, San Luis Potosí, en el confluye el río Ta-
masopo. El río Valles, que capta las aportaciones hídricas de aproximadamente
3,200 km2 de la parte norte de la Huasteca Potosina, nace a 8 kilómetros al sureste
de Tula, Tamaulipas y a una elevación de 1,600 metros sobre el nivel medio del
mar, allí se le conoce como el río El Salto, sigue un curso sur-sureste, antes de
la caída El Salto sus aguas son derivadas y aprovechadas para la generación de
energía eléctrica en la planta “Camilo Arriaga”. Siguiendo su curso el río El Salto
atraviesa la sierra “La Colmena” y debido a ello se forma un conjunto de cascadas
denominadas “Micos”; aguas abajo de estas cascadas el río recibe, por su margen
izquierda, las aportaciones de los ríos Mesillas y Puerco. Los escurrimientos de
estas corrientes son medidos en la estación hidrométrica “Santa Rosa”, en la cual

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se han registrado caudales mínimos de 2.53 m3⋅s-1 y máximos de 479 m3⋅s-1. Esta
corriente ya con el nombre de río Valles confluye al río Tampaón por la margen
izquierda, en las proximidades de la localidad El Pujal. Las aguas del río Mesillas
son retenidas en la presa La Lajilla, que tiene una capacidad de almacenamiento
de aproximadamente 40 millones de metros cúbicos (40 Mm3).

Figura 3. Cuerpos de agua de la Huasteca Potosina y estación hidrométrica “Las Adjuntas”.

Fuente: Elaboración propia con información de INEGI.

Después de recibir las aportaciones del río Gallinas y del río Valles, el río Tam-
paón sigue se curso en dirección oeste-este y antes de confluir con el río Moctezuma,
se le suman por la margen izquierda el río Choy; esta corriente nace en la Sierra
El Abra Tanchipa a 11 kilómetros al oriente de Tamuín, tiene un curso irregular
y drena una cuenca de aproximadamente 12 km2, su caudal máximo y mínimo
registrado es de 171.4 m3⋅s y 1.193 m3⋅s, respectivamente. Por la margen derecha
recibe las aportaciones del río Coy, que corre de suroeste a noroeste atravesando
el municipio de Tanlajas, su cuenca es pequeña, nace a 6 km al sur de Aquismón
y sus escurrimientos se alimentan en gran medida de manantiales.

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En la zona conocida como Las Adjuntas, muy próxima a los límites de San Luis
Potosí con Veracruz, confluyen el río Tampaón y el Moctezuma para dar origen al
río Pánuco. El Moctezuma se origina en la cuenca de México, recibe por la margen
derecha, muy cerca de Matlapa, las aportaciones del río Amajac, que aguas arriba
recoge los escurrimiento del río Claro, una vez unidas estas corrientes atraviesan
Matlapa y Tamazunchale, posteriormente corre hacia al norte sobre los límites de
Axtla y Tampacán, aguas abajo de estos recibe, por la margen izquierda, los escu-
rrimientos del río Axtla, posteriormente sigue su curso hacia el noreste y antes de
unirse al Tampaón recibe las aguas del río Tempoal, que proviene de Veracruz. De
acuerdo a cifras oficiales el río Moctezuma presenta caudales máximos y mínimos
de 5,560 m3⋅s-1 y 13.5 m3⋅s-1, respectivamente.
Los principales afluentes del río Moctezuma en el estado de San Luis Potosí
son los ríos Amajac y Axtla. Este último en su parte inicial recibe el nombre de
río Tancuilín, nace en la Sierra Madre Oriental, drena una superficie de 321 km2
de topografía accidentada, por la margen izquierda se le une el río Huichihuayán
y posteriormente recibe el nombre de río Axtla, el cual confluye al río Moctezuma
aguas abajo de la localidad Alfredo M. Terrazas.
El río Pánuco drena los escurrimientos de un área de aproximadamente 61,063
km , los mismos son registrados en la estación hidrométrica “Las Adjuntas”, ellos
2

dan una idea, en conjunto con los cuerpos de agua descritos aquí, de la notable
riqueza hídrica de la huasteca potosina, la cual, como se verá adelante, ya es motivo
de estudios para el trasvase de agua a zonas remotas y, como consecuencia, y por
ello actualmente es motivo de disputas. El caudal máximo maximorum registrado
en “Las Adjuntas” es de 11,205.1 m3⋅s-1, el mínimo minimorum es 17.3 m3⋅s-1 y el
medio es 398.7 m3⋅s-1 (Gráfica 2).

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Gráfica 2. Comportamiento de los caudales (m3⋅s-1) en la estación hidrométrica “Las


Adjuntas” (21° 57’L.N y 98° 33’ L.W.), periodo 1956-2006.

Fuente: Elaboración propia con base en Banco Nacional de Datos de Aguas Superficiales

Entre la abundancia hídrica y la escasez financiera en la huasteca potosina


La abundancia hídrica descrita antes permitiría, teóricamente, suministrar agua,
cuando menos en la cantidad necesaria, a todos los habitantes de la huasteca
potosina, que, de acuerdo al Censo de Población y Vivienda 2010 realizado por
el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), eran 718,692. Si, de
manera gruesa, se divide el volumen de escurrimiento medio de agua registrado
en la estación “Las Adjuntas” entre la población anterior, se tendrían disponibi-
lidades hídricas de 17,493.8 m3⋅hab-1⋅año-1; a modo de comparación, se afirma
que un país enfrenta graves riesgos si dispone menos de 1,000 m3 de agua por
habitante por año, que presenta tensión hídrica si dispone entre 1,000 y 1,700 m3
por habitante por año (Hinrichsen et al. 1998). Este valor numérico se formuló
basándose en un índice de las necesidades de agua dulce per cápita. En particu-
lar, se estimó que una persona requería mínimamente 100 litros por día para uso
doméstico, y de 5 a 20 veces para usos agrícolas e industriales (Falkenmark y
Widstrand, 1992; Gardner y Engleman, 1997; Hinrichsen et al. 1998). Cuando
el agua anual disponible por persona es inferior a 500 metros cúbicos, su vida
se ve gravemente comprometida (Bifani, 1997; Davis y Hirji, 2005; Fischer y
Heilig, 1997; Shiva, 2003).

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El acceso al agua…

Las cifras mencionados son valores promedio ya que quienes viven en países
pobres disponen de 10 litros de agua al día por persona; en el otro extremo, los
que viven en países desarrollados disponen de 250 litros al día por habitante
(Gallego, 2002). Por ejemplo, en los Estados Unidos los individuos utilizan, en
promedio, entre 400 y 700 litros por día para usos domésticos, comparado con un
promedio de 30 a 50 litros por cabeza utilizada en Senegal (Davis y Hirji, 2005).
En adición a lo anterior, se sostiene que el uso anual de agua en Estados Unidos
es de 1,677 m3⋅hab-1 (Postel y Wolf, 2001), cantidad que confirma la inequidad
en el acceso al agua cuando se compara con el valor de Nigeria (46 m3⋅hab-1), o
el de Etiopía (50 m3⋅hab-1), el de Bolivia (210 m3⋅hab-1) y, finalmente, con el de
México (812 m3⋅hab-1⋅año-1).
La cifra de 17,493.8 m3/hab/año mostraría que todo es miel sobre hojuelas,
cuando menos en términos de cantidad, en relación con el acceso al agua en las
localidades rurales de la Huasteca Potosina; sin embargo, como se muestra aquí,
la realidad es otra. De manera que en el mejor de los casos existen localidades
con sistemas de abasto de agua, pero ella es suministrada por “tandeo” y regu-
larmente el agua que sale de la llave es de baja calidad, por lo que se ven en la
“necesidad” de comprar agua embotellada. En el otro extremo están lo que no
tienen agua entubada dentro de la vivienda y tienen que desplazarse a diversos
cuerpos de agua para abastecerse del líquido y cubrir medianamente sus nece-
sidades hídricas.
Para documentar lo anterior en lo que sigue se expone el caso de cuatro loca-
lidades asentadas en la huasteca potosina. Laguna del Mante, es una población
mestiza localizada en el municipio de Ciudad Valles; Las Palmas también es una
población mestiza localizada en el municipio de Tamuín; en las dos localidades
restantes los habitantes son hablantes de la lengua Teének, una de ellas, Pokchich,
se localiza en el municipio de San Antonio, su nombre significa “árbol grueso”; la
cuarta denomina El May, cuyo significado es “Piedra Caliza” (Avila, 2006), per-
tenece al municipio de Tanlajas, la distribución espacial de las cuatro localidades
puede verse en la Figura 4.

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Figura 4. Distribución espacial de las localidades estudiadas.

Fuente: Elaboración propia con información de INEGI.

La localidad Laguna del Mante ha experimentado un incremento de 292 habitantes


entre 1990 y el 2010, en contraste Las Palmas ha visto reducida su población, en
ese mismo periodo, en 1,178 habitantes. Las localidades indígenas El May y Pok-
chich han incrementado su población, aunque no de manera significativa (Gráfica
3). En relación con el acceso al “agua dentro de la vivienda”, puede verse que
en las localidades Laguna del Mante y Las Palmas existían 172 y 182 viviendas,
respectivamente, que no contaban con agua; en el caso de El May y Pokchic las
viviendas bajo esa condición ascendían a 21 y 15, respectivamente (INEGI, 2010).
Esa condición se ha venido arrastrando, cuando menos, desde la década de los
años 1990 (Gráfica 4).

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El acceso al agua…

Gráfica 3. Comportamiento del número de habitantes en las localidades señaladas.

Fuente: Elaboración propia con base en los Censos de Población y Vivienda, 1990, 2000 y 2010.
INEGI.

Gráfica 4. Número de viviendas con las características señaladas


en las localidades estudiadas.

Fuente: Elaboración propia con base en los Censos de Población y Vivienda, 1990, 2000 y 2010.
INEGI.

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economía

De acuerdo con los resultados de encuestas y trabajo de campo realizados en


las localidades anteriores puede señalarse que los habitantes de Laguna del Mante,
se abastecen de agua mediante una red de tuberías cuya fuente de suministro es la
presa La Lajilla. El 95 % de los encuestados en dicha localidad manifestó contar
con agua entubada al interior de su domicilio; sin embargo, el 100% indica que el
agua no es adecuada para beber y, por ello, el 86 % compra agua embotellada. En
tal sentido, el 75% manifiesta que existe problemas de contaminación del agua en
su localidad, la cual asocian con el uso de agroquímicos por parte de una empresa
agrícola productora de limones o con la presencia de turistas que se bañan y arro-
jan basura en la presa. Por otro lado, el 48% sostiene que el agua que les llega a
sus viviendas por la red de tuberías no es suficiente para cubrir sus necesidades
domésticas. En relación con lo anterior, el 75% manifiesta que hace uso del agua
de lluvia para algunas necesidades domésticas; sin embargo, 63% indica que no
se realizan acciones comunes para cuidar y aprovechar más el agua.
En la localidad Las Palmas, las viviendas son abastecidas mediante una red de
tuberías que conduce agua del río Coy. A pesar de ello el 34.7 % de las viviendas
no contaban con agua entubada. En ese sentido, el 21% de los encuestados ma-
nifestó no contar con agua entubada, algunos de los cuales respondieron “me la
pasa un vecino y nos turnamos para pagar”. En relación con lo anterior, el 79% de
los encuestados indicaron que el agua que les llega por la tubería no es apta para
beber y, por ello, el 76% compra agua embotellada para cocinar y beber. El 60%
señaló que el agua que llega a sus viviendas no es suficiente para satisfacer sus
necesidades básicas. El 88% respondió que el agua de lluvia es aprovechada en
cuando menos una de las actividades que se realizan en la vivienda.
En relación con la percepción de la calidad del agua que llega a las viviendas,
el 63% de los encuestados sostiene que existen problemas de contaminación del
agua en su localidad; la mayoría de los cuales, coinciden en señalar que el origen
de dicha contaminación, está en los desechos generados por una cementera perte-
neciente a Cementos Mexicanos (CEMEX) y por una termoeléctrica operada por
la Comisión Federal de Electricidad (CFE). En relación con lo anterior, se pudo
constatar que en Las Palmas existen conflictos entre sus habitantes y la empresa
cementera que ya han alcanzado los tribunales mexicanos.
Las localidades El May y Pokchich, a pesar de ser relativamente pequeñas,
todavía contaban, en el 2010, con viviendas que carecían de agua entubada. En
buena medida los habitantes de estas localidades se abastecen mediante el acarreo
manual de agua de diversas fuentes de agua subterránea, toda vez que consideran
que las fuentes superficiales pero también las subterráneas, en la época de estiaje,

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El acceso al agua…

no son suficientes. Los habitantes de El May señalan que el agua que se les llega
mediante una red de tuberías y que es extraída del río Coy, no es adecuada para
consumo humano, de manera que hacen uso de una noria. La localidad de Pokchich
se abastece mediante la extracción de agua de un manantial, que la perciben como
no adecuada para su uso doméstico (Figura 5).

Figura 5. Sistemas de abasto de agua en las localidades El May y Pokchich.

Los datos de calidad de agua de diversas muestras colectadas en diferentes cuer-


pos de agua de Pokchich y El May (Cuadro 1), confirman en buena medida la
percepción de la población.

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Cuadro 1. Valores de calidad de agua en cuerpos de agua de las localidades Pokchich y El


May. 2008. La composición química está en mg/l.

Pokchich El May
NOM-127-
Parámetro Noria "El Noria "Don Noria Tubería SSA1-1994
Manantial El Zapote
Arroyo" Tomas" pública río Coy

pH 6.35 6.58 6.6 9.69 6.55 7.03


Temperatura 26.5 24.4 25 25 30.6
CE 815 703 859 820 -31
OD (%) 47.6 69.2 1 49 41 93
NO3 0.51 Duda 0.229 0 0 0.195
NH4 0.2964 0.234 0.4836 0.1248 0.0936 0.312 0.5
NO2 0.33 0.35 0.18 0.28 0.32 0.31 0.05
Cl 5.4 5.7 5.3 12.6 8.9 3.8 250
F 0.09 0 0.23 0.18 0.25 0.51 1.5
SO4 27 29 4 34 28 700 400
SAAM 0 0 1.8 1 1.3 6.9 0.5
PO4 0.82 0.48 0.54 0.79 0.52 0.45
Cu 0.14 0.45 0.26 0.13 0.24 0.95 2
Fe 0 0 0 0 0.2 0.19 0.3
Pb 0 0 0.1 0.1 0 0.1 0.025
Zn 0 0 0 0 0 0.43 5
Cd 0.05 0 0.83 0.26 0.13 2 0.005
Coliformes Incontabl Ausenc 2 UFC /100
Incontable Incontable Incontables Incontable
totales e ia ml

Fuente: Ramos y Santacruz, 2008.

Los valores encontrados se compararon con los máximos establecidos en la


NOM-127-SSA1-1994 que establece la calidad que debe tener el agua para uso y
consumo humano; es verdaderamente preocupante la presencia de nitritos (NO2) y
coliformes totales en todas las fuentes, con excepción del río Coy, de donde extraen
agua los habitantes de El May y Pokchich. Sin embargo, es también preocupante
la presencia de metales como Plomo (Pb) y Cadmio (Cd), estos dos metales apa-
recen en el agua proveniente del río Coy; de ese río se abastecen otras localidades

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El acceso al agua…

lo que agrava aún más la problemática. De acuerdo con la Organización Mundial


de la Salud (OMS), el cadmio es causa de afectaciones renales; el plomo puede
provocar anemia y lesiones en el sistema nervioso, los niños son especialmente
vulnerables a los efectos neurotóxicos de ese metal.
Lo expuesto hasta ahora muestra, por un lado, que existe abundancia hídrica
en la huasteca potosina, sin embargo existen localidades, como las aquí descritas,
cuyas viviendas carecen de agua en su interior. Por otro lado, los que tienen acceso
al agua entubada manifiestan que no la consumen porque no es adecuada para su
ingesta, lo que se confirma en buena medida con la presencia de contaminantes
en los cuerpos de agua de los cuales se abastece la población.
A pesar de lo anterior, las agencias gubernamentales de los tres órdenes de gobier-
no, han impulsado, dicen que para revertir el desabasto de agua, mecanismos (de baja
inversión) enfocados en la cantidad de agua pero no en la regularidad del abasto y
mucho menos en la calidad. De manera que en algunos casos, gestionados incluso por
organizaciones de asistencia social, se ha desarrollado infraestructura (ecotecnologías)
para la captación de agua de lluvia y no sistemas formales de abasto, como los que
aspiraría tener cualquier población rural del planeta; eso es otra muestra de la inequidad
imperante, es decir a los pobres se les impone mecanismos para “ahorrar” agua, para que
la misma, una vez potabilizada se le entregue, con la regularidad requerida, a las zonas
urbanas, en las que, a decir de los gobernantes, se genera la mayor riqueza económica.
Para sustanciar lo anterior, puede verse que en el Programa Hidráulico de San
Luis Potosí 2000-2025 (CONAGUA, 2000), se enuncia que en 1995 el 60 % de
las viviendas de la localidad de El May contaban con agua entubada, pero solo se
invertirían 129 mil pesos mexicanos en el 2003 para el alcantarillado (aproxima-
damente 10 mil dólares norteamericanos). Para el 2010, en esa localidad, el 30 %
de sus viviendas carecían de agua entubada. Los datos anteriores contrastan con
lo reportado por el INEGI para el año 2000, toda vez que para este año, el 100
% de las viviendas carecían de agua entubada (véase Gráfica 4). Para el caso de
Pokchich, que en 1995 contaba con 49 viviendas, solo el 18 % de ellas contaba
con agua entubada, razón por la cual se presupuestaron 350 mil pesos mexicanos
(aproximadamente 27 mil dólares norteamericanos) para revertir esa carencia; sin
embargo, en dicho Programa no se aclara el año de ejecución de las obras de abasto,
de manera que en el año 2000 y en el 2010, el 56.8 y el 22 %, respectivamente, de
sus viviendas carecían de agua entubada. En similares condiciones se encuentran
las localidades mestizas de Laguna del Mante y Las Palmas.
En adición a lo anterior, en el Programa de Inversiones en Infraestructura
Hidráulica Municipal 2000-2025 (CONAGUA, 2000a), para el municipio de

análisis del medio rural 111


economía

Tanlajas, al interior del cual se localiza El May y para el municipio de San An-
tonio, en el cual se localiza Pokchich, se argumenta que los rezagos en materia
de abasto de agua entubada en los mismos, se abatirían en un lapso de 35 años,
sobre todo considerando el ritmo y la distribución de las inversiones (ese periodo
se comienza a contar del año 2000). En ese mismo programa se señala que para
cubrir las necesidades de infraestructura de agua (aunque también incluye el al-
cantarillado) en todo el municipio de Tanlajas se requería invertir 15.1 millones
de pesos mexicanos (aproximadamente 1.16 millones de dólares norteamerica-
nos), de los cuales el municipio tenía que aportar 796 mil pesos mexicanos por
año entre el 2000 y el 2005. En el caso de San Antonio se requería una inversión
de 16.6 millones de pesos mexicanos (incluyendo el alcantarillado) para en un
lapso de 5 años (del 2000 al 2005) poder avanzar de 26.6 al 35.3% de cobertura
de agua entubada.
En el Programa de Inversiones en Infraestructura Hidráulica se enuncia que
las causas del bajo porcentaje de acceso a una red de agua entubada son la alta
dispersión de las comunidades lo que dificulta el abastecimiento, lo reducido que
resultan los recursos a invertir en relación con los requerimientos de las locali-
dades rurales; que de los recursos asignados, una parte considerable se destina a
la rehabilitación y mantenimiento de los sistemas existentes y además que no se
tiene una programación sistematizada de las obras requeridas, lo que restringe
la aplicación de recursos (CONAGUA, 2000b). Para contrarrestar lo anterior se
propone, en el citado programa de inversiones, la instalación de hidrantes públicos
con agua desinfectada para localidades entre 19 y 499 habitantes; poner tomas
domiciliares a localidades con población entre 500 a 2,500 habitantes; construir
tanques de almacenamiento y construcción de bordos, rehabilitación de fugas en
las redes de distribución e impulsar sistemas regionales para hacer eficiente la
infraestructura.

Comentarios finales
Las medidas para revertir el rezago en el acceso al agua potable en la Huasteca
Potosina parecen ser sólo buenas intenciones y contrasta con los 2 millones 473
mil dólares (aproximadamente 32 millones de pesos mexicanos) destinados para
los estudios previos (Manifestación de Impacto Ambiental), que “avalan” el tras-
vase de agua de esta región, para incrementar los volúmenes de agua que se le
suministran a la ciudad de Monterrey (Figura 6).

112 textual
El acceso al agua…

Figura 6. Punto de extracción del proyecto “Monterrey VI, Acueducto


Tampaón-Cierro Prieto”.

Fuente: Elaboración propia con información de Google earth.

Contrasta sobre manera con lo que se plantea invertir en la infraestructura hidráu-


lica para dotar agua a esa zona metropolitana mediante el proyecto “Monterrey
VI, Acueducto Tampaón-Cierro Prieto”. Cuyo principal objetivo es asegurar el
abastecimiento de agua a la zona conurbada de Monterrey en los próximos 30
años, cuya población, de acuerdo con el censo de población y vivienda de 2010,
ronda los 4.2 millones de habitantes.
Para ello se plantea un acueducto que conducirá agua desde el río Pánuco y que
manejará en su primera etapa 5,000 litros por segundo, aunque ha sido diseñado
para conducir 6,000 litros por segundo, tendrá una longitud aproximada de 386
km y deberá vencer un desnivel de 275 metros (Servicio de Agua y Drenaje de

análisis del medio rural 113


economía

Monterrey, 2011a). La inversión requerida para la ejecución de dicha obra asciende


a 13’643, 628 787.00 (Trece mil seiscientos cuarenta y tres millones seiscientos
veintiocho mil setecientos ochenta y siete pesos 00/100 M.N., no incluye el IVA) y
que, al tipo de cambio del 2011, corresponden a 1’023,789 173 dólares norteame-
ricanos, de los cuales el Gobierno Federal mexicano aportará el 42%, el Servicio
de Agua y Drenaje de Monterrey aportará el 3% y el restante 55% será financiado
con inversión privada mediante capital de riesgo y créditos (Servicio de Agua y
Drenaje de Monterrey, 2011b).
Los montos anteriores, que se invertirán en los dos años que se llevaría la
construcción la obra de trasvase, contrastan, valga la insistencia, con lo que se
tenía presupuestado invertir para dotar de agua a las localidades rurales de todo
el estado de San Luis Potosí, cuyo monto es de 202.57 millones de pesos en el
periodo comprendido del 2008 al 2013 (CONAGUA, 2000). En un documento
oficial del gobierno mexicano se enuncia que para dotar de agua entubada a 387
mil habitantes de 36 municipios potosinos, incluidos los 20 de la huasteca potosina,
en el periodo comprendido de 2012 a 2030, se requerirán 1’326 millones de pesos
mexicanos (CONAGUA, 2012), es decir la treceava parte de lo que se invertirá
en el acueducto Monterrey VI.
Finalmente lo que se muestra aquí es que las dificultades financieras y biofísicas
(como los desniveles topográficos entre el punto de extracción y de abasto que
requieren de potentes equipos de bombeo y, por ello, de altos niveles de consumo
energético) pueden ser sorteadas, pero ello depende de quién sea el interesado
y de su poder político y económico. Sin duda que a estas decisiones políticas y
económicas para trasvasar agua de la huasteca potosina a la ciudad de Monterrey,
se han opuesto diversos sectores sociales mexicanos, desde diputados, alcaldes y
la sociedad civil.3

3
Véase: http://www.amanecerhuasteco.com/index.php?option=com_content&view=article&id=914:no-al-proyecto-
monterrey-vi-se-llevara-el-vital-liquido-&catid=37:inicio&Itemid=54
http://www.agua.org.mx/h2o/index.php?option=com_content&view=article&id=26787:alcaldesa-de-tampico-pide-a-
diputados-rechazar-acueducto-monterrey-vi&catid=1268:cuenca-del-panuco&Itemid=110
http://agua.org.mx/h2o/index.php?option=com_content&view=article&id=26802:sacan-vuelta-a-monterrey-
vi&catid=61:noticias-nacionales&Itemid=300054

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