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Universidad de las Artes

Nombre: Abel Cano Carriel


Fecha: 14 de noviembre del 2019
Materia: Literatura y nuevas tecnologías
William Burroughs y la erradicación del virus
Lo que este autor incendiario propone en “La Revolución Electrónica”, es la interpretación
del lenguaje como un virus, uno altamente contagioso y que se adaptó a nosotros en el mismo
proceso evolutivo que nos puso en el mapa. Esto lo usa para explicar como es que nosotros
somos capaces del habla, pero no otros animales que están mucho más cercanos a nosotros,
debido a que desarrollamos formas para poder comunicarnos usando la boca. El virus se
adaptó a nosotros. El virus nos utiliza como medio para esparcirse. Todo esto partiendo de la
premisa del terrible caso Watergate, (en donde se utilizaron grabaciones) donde el ex
presidente Nixon estaba involucrado, uno de los escándalos más controversiales de la historia
norteamericana.

Se explica en detalle la capacidad que tienen los animales para comunicarse. Sin embargo,
se recalca el hecho de que es el ser humano el único capaz de poder escribir lo que quiere
comunicar por medio de la palabra escrita. Es un axioma, lo que se termina definir como la
capacidad innata de TODOS los seres humanos para escribir y comunicarse de esa manera.
Esto parte del hecho que, el ser humano, en un intento por explicar su origen, explica que
antes que todo era el verbo, la palabra, y la palabra es Dios, definiendo como una habilidad
otorgada por este, lo que claramente nos separa de los animales.

Pero aquello no nos ha protegido de su uso indebido. El virus había estado inoculado dentro
del texto escrito, pero en los últimos tiempos se ha reactivado, por medio de la palabra, y su
esparcimiento global se debe en gran medida a la corrupción de los medios de comunicación
que generan líneas de pensamiento acorde a una ideología preconstruida. La capacidad que
estos medios tienen para estimular ideas a las masas es extremadamente peligrosa, de ahí la
gravedad de haber catalogado esta capacidad del habla como un virus mortal (una vez más
debemos tener presente el incidente Watergate, aunque también debemos pensar en eventos
como la guerra de Vietnam, o la propia Guerra Fría, cuya primicia era, justamente, la
desinformación masiva y el control de la verdad por medio de acciones ocultas, por parte de
dos potencias mundiales). Otra cosa que debemos tener en cuenta es que este virus también
es capaz de reproducirse por medio de imágenes, que tienen la capacidad de volverse virales
y de generar desinformación con la misma facilidad que la palabra.

Continuando con esa línea de pensamiento, podemos entender al virus como el concepto.
Como lo que ha sido establecido. El autor nos propone formas para evitar la propagación de
este virus. Una forma para evitar que dicho concepto nos devore. Una técnica revolucionaria
que se conoce como “cut-up”, que consiste en la destrucción y reconstrucción del lenguaje
al tomar varios pedazos de un texto y reacomodarlos para que digan algo completamente
diferente, sin añadir nada más. Debemos entender que esta idea rompería por completo el
paradigma del lenguaje y la comunicación como la conocemos, al enfocarnos en lo coloquial
y lo cotidiano, en un intento por romper con el sistema y con lo establecido.

A continuación, el autor nos propone salir a las calles con una grabadora o una cámara y
registrar todo tipo de conversaciones, dándole prioridad a las que se refieren a la política y a
lo sexual, y luego aplicarles técnicas de cut-up, y de este modo reivindicar la palabra para
utilizar en contra de los medios que la han vuelto corrupta. Sin embargo, los experimentos
llevados a cabo por el autor, donde tomó grabaciones que había realizado, colocándolas en
lugares específicos de la ciudad, dieron resultados sorprendentes donde pudo darse cuenta,
que no es necesario siquiera editar las grabaciones para que estas tuvieran una reacción
significativa. El autor menciona varios ejemplos de este ejercicio, poniendo énfasis en la
importancia que debemos darle a lo sexual, incitándonos a reproducirlo en un plano público,
divulgarlo, utilizando todo tipo de técnicas como la caja de hierro magnetizado. Que
tengamos la capacidad de jugar con nuestros orgasmos es una habilidad que debe
aprovecharse para utilizarla en contra de un sistema que se basa en el control por medio de
una moral construida a partir de valores inventados en pos a una sociedad subyugada.

Esto se debe a que las grabaciones expuestas en un contexto público, sobre sonidos
cotidianos, conversaciones e incluso, los transformados discursos por medio del cut-up, salen
ya del paradigma clásico de la difusión de la palabra. No estamos acostumbrados a ello fuera
de un contexto informativo o de publicidad, lo cual nos ha mostrado susceptibles al más
mínimo mensaje. Podemos provocar confusión, ira, desconcierto, e incluso, podemos
provocar que ocurran eventos dentro de una situación controlada, como nos muestra el autor
al poner sonidos de una sirena de bomberos y, un rato después, un carro de bomberos pasó
por el lugar (seguramente alertado por el sonido que se estaba reproduciendo, buscando algún
fuego que no existía).

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