- ¿A qué te refieres con eso? - Tu explícame ya que tú has hecho la pregunta, lee Juan 3:3 - “3. Respondió Jesús y le dijo: En verdad te digo que quien no naciere de arriba no podrá entrar en el reino de Dios” -Entonces, ¿cuál es la respuesta, ¿cómo naces de nuevo? - Dejando a Jesús entrar en tú corazón y pidiéndole que sea tu Señor y Salvador personal. - Bueno, ahora estoy en un dilema aquí, tengo que decidir si creo en tu definición o en la de Jesús. Por favor hable tú Biblia otra vez, siempre haces lo mismo, escoges un párrafo lo lees y cierras, tienes que leer todo dentro del contexto. - “4. Díjole Nicodemo: ¿Cómo puede el hombre nacer siendo viejo? ¿Acaso puede entrar de nuevo en el seno de su madre y volver a nacer? 5. Respondió Jesús: En verdad, en verdad te digo que quien no naciere del agua y del Espíritu no puede entrar en el reino de los cielos.” - Jesús dice que uno nace de nuevo por agua y espíritu, y tú dices que es dejándolo entrar en mi corazón. Busca en toda la Biblia “Pregúntale a Jesús en tú corazón” ¡No está ahí! “Señor y Salvador personal” ¡No está ahí! Dos frases que no son bíblicas, son tradiciones baptistas. Esas palabras no se encuentran en ninguna parte hasta el Revival americano de hace unos 200 años. Así que ahora, Jesús dijo que naces de nuevo con agua y espíritu, me pregunto que significará eso. Hagamos un poco de estudio bíblico. Dios es un poco aburrido en algunas maneras, porque siempre hace las cosas del mismo modo, las hace bien la primera vez así que las hace bien todas las veces ¿Y cómo comienza nuevas cosas? Siempre empieza nuevas cosas con agua y espíritu. Empecemos por el inicio, los dos primeros versos de la Biblia: “1. Al principio creó Dios los cielos y la tierra. 2. La tierra estaba confusa y vacía, y las tinieblas cubrían el haz del abismo, pero el espíritu de Dios se cernía sobre la superficie de las aguas.” En los primeros dos versos de la Biblia, agua y espíritu, y así empieza la primera creación de Dios, aquí estamos nosotros. Ahora va a empezar algo nuevo, los judíos llamaban a Noé, el segundo Adán, porque la tierra se había llenado de tanto pecado, que Dios tuvo que eliminarla y empezar de nuevo, así que él es el nuevo Adán en la mente de los judíos. Llega la inundación y se lleva todo, y lo único que queda es Noé, con su arca, sus animales y su familia, y entonces cuando termina, ¿qué está flotando por encima del arca? Con una rama de olivo en su pico, ¡una paloma! ¿Qué representa una paloma? El espíritu santo de Dios. Así que Noé va a través de las aguas y encima hay una paloma que representa el espíritu santo, y esto no lo estoy inventando, porque San Pedro, en su primera encíclica papal, Pedro 1 3:18-21 que dice “18. Porque también Cristo murió una vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios. Murió en la carne, pero volvió a la vida por el Espíritu 19. y en él fue a pregonar a los espíritus que estaban en la prisión, 20. incrédulos en otro tiempo, cuando en los días de Noé los esperaba la paciencia de Dios, mientras se fabricaba el arca, en la cual pocos, esto es, ocho personas, se salvaron por el agua. 21. a ésta corresponde ahora el bautismo que os salva y que no consiste en quitar la suciedad del cuerpo, sino en pedir a Dios una buena conciencia por medio de la Resurrección de Jesucristo” Así que el baptismo nos salva, ese verso no estaba en mi Biblia cuando era protestante. Así que agua y espíritu, entonces hay una nueva creación y Dios empieza nuevamente. Ahora, hay otro nuevo comienzo. Los hijos de Israel están en las tierras de Egipto bajo persecución del faraón. El faraón representa al diablo, Egipto representa el mundo, y la esclavitud representa el pecado. Los tres enemigos de todo cristiano: El diablo, el mundo, y el pecado. Dios los recibe, los lleva a través del mar rojo, ¡pasan a través del agua! ¿ y qué hay encima de ellos dirigiendo su camino? Una columna de fuego por la noche y una columna de nubes por el día. El espíritu santo de Dios sobre el agua. Dios la salva de Egipto, ¿y qué es lo nuevo que comienza? La nación de Israel. Cada vez que Dios empieza algo es por medio de agua y espíritu. Y en Ezequiel 36:25-27 nos dice cómo la nueva alianza va a lucir: “25. Os rociaré con agua pura y quedareis purificados; de todas vuestras impurezas y de todas vuestras basuras os purificare 26. Y os daré un corazón nuevo, infundiré en vosotros un espíritu nuevo, quitaré de vuestra carne el corazón de piedra y os daré un corazón de carne. 27. Infundiré mi espíritu en vosotros y haré que os conduzcáis según mis preceptos y observéis y practiquéis mis normas” Así es cómo la nueva alianza va a lucir como agua y espíritu. Entonces llega Jesús. Y Juan el Baptista están en los bosques predicando y Jesús llega y le dice que le bautice, baja al agua y el espíritu baja también, agua y espíritu. Entonces Jesús sube hasta Jerusalén, toda Jerusalén se dice que bajó para ver a Juan. Todos sabían de qué trataba esto, Jesús había entrado en el agua y el espíritu había bajado. Entonces justo después de esos Nicodemo se acerca a Jesús y le pregunta qué debe hacer para nacer de nuevo, y Jesús le responde que a menos que un hombre nazca de agua y espíritu, no verá el reino de Dios. ¿Por qué uno como protestante evangélico no vio esto, como se lo perdió? No te sientas tan mal porque Nicodemo también se lo perdió, y en el libro de Juan, Nicodemo no era un maestro de Israel, era “El” maestro de Israel, así que no te sientas tan mal por no haberlo visto. El punto es que cuando hablamos sobre “Nacer de Nuevo” tenemos que preguntar qué significa y cómo pasó. Y cuándo alguien habla de ella desde un punto de vista no bíblico o una tradición bautista, debemos conocer nuestra fe lo suficientemente bien como para decir, espera, saquemos la Biblia y demos un vistazo. En Tito 3:5-6 Pablo dice: “5. él nos salvó, no por obras de justicia que hubiésemos hecho nosotros, sino según su misericordia, por medio del baño de regeneración y de renovación del Espíritu Santo 6. Que derramó sobre nosotros con largueza por medio de Jesucristo nuestro Salvador” Y si eso no es suficiente, el día de Pentecostés llega y se va a predicar un gran sermón. (Y se comenta sobre las reuniones de iglesias baptistas o pentecostales, en la que hay como un Revival y dicen cosas como: “¡El espíritu santo está bajando esta noche! ¡Y veremos a Jesús llegar en el altar y recibiremos a Cristo!” Y hay música en el fondo, y todos cantan y rezan y todos van a nacer de nuevo. Entonces vas y aceptas a Jesús como tu Señor y Salvador personal, y eso es todo, te has unido a una buena Iglesia bíblica y estas dentro) Pero la primera reunión con el espíritu santo fue en Jerusalén, y el espíritu bajo y se formó un fuego en la habitación superior, y Pedro salió a predicar, a contarles a todos acerca de Jesús, y las personas decían qué debemos hacer, y Pedro les dice, miren tienen que aceptar a Jesús como su Señor y Salvador personal y pedirle que entre en sus corazones, miren está ahí en Hechos 2. La última parte es ironía lo que dice en Hechos 2:37-39 es: “37. Al oír esto, dijeron con el corazón compungido a Pedro y a los demás apóstoles: «¿Qué debemos hacer hermanos?» 38. Pedro les contestó: «Convertíos y que cada uno de vosotros se haga bautizar en el nombre de Jesucristo, para remisión de vuestros pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo 39. pues la Promesa es para vosotros y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos, para cuanto llame el Señor Dios nuestro»” Y entonces está este tipo radical judío matando cristianos, llamado Saúl de Tarso, quien es derribado en su camino a Damasco, es derribado al piso y escucha una voz, y la voz dice «¿Por qué me persigues?» y entre tanto 14 kilómetros bajando por el valle de ese camino alguien golpea la puerta de este pobre hombre llamado Ananías, había huido de Jerusalén para escapar de la persecución y preocuparse de sus propios asuntos, y hay un golpe en su puerta y responde y es Jesús, y le pregunta «¿Qué quieres señor?», y Jesús le responde «Quiero que vayas a hablar con este hombre, Saúl de Tarso, quiero que lo pongas manos en él», y Ananías dice «Él viene para poner manos en mí ¿y tú quieres que yo ponga manos en el él?», «Ve a rezar por él». Entonces él va hasta donde está Saúl, ciego, y le dice: «Saúl, tienes que aceptar a Jesús como tu Señor y …» ¡No! No dijo aquello. Dijo por qué esperar, levántate, y bautízate y lava tus pecados. Esto no suena muy bautista para mí, de hecho, suena bastante católico. Es así como la Biblia enseña un modo de nacer de nuevo, que solo se cambió hace unos cientos de años atrás.