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El ciclo d

el carbono
El carbono es uno de los principales elementos constituyentes de la
materia viva, siendo la base de la estructura de la materia orgánica
(glúcidos, lípidos, proteínas, ácidos nucleicos).

El carbono se encuentra distintos depósitos en la naturaleza:

 En la atmósfera, formando CO2.


 En los seres vivos, siendo el constituyente fundamental de la
materia orgánica.
 En los océanos, disuelto en el agua de los océanos y en los seres
vivos.
 En las rocas carbonatadas, como por ejemplo, las calizas.
 En los combustibles fósiles como el petróleo, el carbón y el gas
natural.
 En el interior de la Tierra (manto y corteza).

Se puede resumir el ciclo del carbono en estos pasos:

 Los organismos productores, terrestres y acuáticos, captan el


carbono en forma de CO2 de la atmósfera y, mediante
la fotosíntesis, lo incorporan a moléculas orgánicas.
 Los organismos consumidores incorporan el carbono mediante la
alimentación.
 Los organismos productores, consumidores y descomponedores,
por la respiración celular, oxidan las moléculas orgánicas para
obtener energía, liberando CO2 a la atmósfera.
 Algunos restos orgánicos son enterrados con los sedimentos y
pueden transformarse en rocas carbonatadas (esqueletos y
conchas) o en carbón y petróleo (restos orgánicos).
 El carbono puede almacenarse en forma de combustibles fósiles
durante muchos años pero, si el hombre los quema para obtener
energía, o se producen incendios forestales, o se
producen erupciones volcánicas, este carbono que estaba
retenido en la geosfera pasará a la atmósfera, contribuyendo a
la contaminación atmosférica.

Ciclo del carbono


El ciclo del carbono es un ciclo biogeoquímico por el cual el carbono se intercambia
entre la biosfera, la litosfera, la hidrosfera y la atmósfera de la Tierra. Los
conocimientos sobre esta circulación de carbono posibilitan apreciar la intervención
humana en el clima y sus efectos sobre el cambio climático.

El carbono (C) es el cuarto elemento más abundante en el Universo, después del


hidrógeno, el helio y el oxígeno (O). Es el pilar de la vida que conocemos. Existen
básicamente dos formas de carbono: orgánica (presente en los organismos vivos y
muertos, y en los descompuestos) y otra inorgánica (presente en las rocas).

En el planeta Tierra, el carbono circula a través de los océanos, de la atmósfera


y de la superficie y el interior terrestre, en un gran ciclo biogeoquímico. Este
ciclo puede ser dividido en dos: el ciclo lento o geológico y el ciclo rápido o
biológico.

El ciclo biológico del carbono es relativamente rápido: se estima que la renovación del
carbono atmosférico ocurre cada 20 años. En ausencia de la influencia antropogénica
(causada por el hombre), Este ciclo desempeña un papel importante en los flujos de
carbono entre los diversos depósitos, a través de los procesos de fotosíntesis y
respiración. Mediante la fotosíntesis, las plantas absorben la energía solar y el CO2 de la
atmósfera, produciendo oxígeno e hidratos de carbono (azúcares como la glucosa), que
sirven de base para el crecimiento de las plantas.

El ciclo geológico del carbono


La ruta geológica del ciclo del carbono es mucho más lenta que la ruta biológica
que acabamos de describir. De hecho, el carbono usualmente tarda millones de
años en recorrer la ruta geológica. El carbono puede quedar almacenado
durante largos periodos de tiempo en la atmósfera, en los cuerpos de agua
líquida —océanos en su mayoría— en los sedimentos oceánicos, en el suelo, en
las rocas, en los combustibles fósiles y en el interior de la Tierra.
Suele considerarse que este ciclo está constituido por cuatro reservorios
principales de carbono interconectados por rutas de intercambio. Los reservorios
son la atmósfera, la biosfera terrestre (que, por lo general, incluye sistemas de
agua dulce y material orgánico no vivo, como el carbono del suelo), los océanos
(que incluyen el carbono inorgánico disuelto, los organismos marítimos y la
materia no viva), y los sedimentos (que incluyen los combustibles fósiles). Los
movimientos anuales de carbono entre reservorios ocurren debido a varios
procesos químicos, físicos, geológicos y biológicos. El océano contiene el fondo
activo más grande de carbono cerca de la superficie de la Tierra, pero la parte
del océano profundo no se intercambia rápidamente con la atmósfera.

El balance global es el equilibrio entre intercambios (ingresos y pérdidas) de


carbono entre los reservorios o entre una ruta del ciclo específica (por ejemplo,
atmósfera - biosfera). Un examen del balance de carbono de un fondo o
reservorio puede proporcionar información sobre si funcionan como una fuente o
un almacén para el dióxido de carbono.

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