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“PASADOS PRESENTES”: DEBATES POR LAS

MEMORIAS EN EL ARTE PÚBLICO


EN AMÉRICA LATINA
PASADOS PRESENTES: DEBATES POR LAS
MEMORIAS EN EL ARTE PÚBLICO
EN AMÉRICA LATINA

Teresa Espantoso Rodríguez


Carmen Cecilia Muñoz Burbano
Carlos Mario Recio
Carolina Vanegas Carrasco
EDITORES

13 al 15 de octubre de 2015
Cali - Colombia

GEAP - Latinoamérica
(Universidad de Buenos Aires)

Departamento de Historia,
(Universidad del Valle)
con el apoyo del
Archivo Histórico de Cali
(Secretaría de Cultura y Turismo de Cali)
Grupo de Estudios sobre Arte Público en Latinoamérica
(GEAP-Latinoamérica)
Coordinadora: Teresa Espantoso Rodríguez
Co-coordinadora: Carolina Vanegas Carrasco
© GEAP-Latinoamérica, Universidad de Buenos Aires
Departamento de Historia, Universidad del Valle
IV Seminario Internacional sobre Arte Público en Latinoamérica
Pasados presentes: debates por las memorias en el arte público en América Latina
ISBN (versión impresa): 978-958-765-204-8
ISBN (versión digital): 978-958-765-205-5
Los autores son responsables del contenido de sus trabajos, así como
también de la autoría de las imágenes adjuntas en sus ponencias.
Composición, diseño de portada e impresión: unidad de Artes Gráfica Facultad
de Humanidades, Universidad del Valle
Revisión de textos: Teresa Espantoso Rodríguez, María Laura González, Aline
Miklos, Carmen Cecilia Muñoz Burbano, Diana Ribas, Carolina
Vanegas Carrasco.
Esta publicación se ha realizado con el aporte financiero
de la Universidad del Valle
Imagen de portada
Gabriel Posada, Magdalenas por el Cauca, 2010, pintura de Rosa Elena
(Matriarca de Trujillo, Valle del Cauca). Fotógrafo: Rodrigo Grajales
Santiago de Cali, octubre 2015
Comité organizador
Teresa Espantoso Rodríguez
(GEAP-Latinoamérica, Universidad de Buenos Aires)
Carmen Cecilia Muñoz Burbano
(Departamento de Historia, Universidad del Valle,
Grupo de investigación Nación Cultura Memoria)
Carlos Mario Recio
(Archivo Histórico de Cali- Secretaría de Cultura y Turismo
de Cali, Departamento de Historia, Universidad del Valle)
Carolina Vanegas Carrasco
(IIPC-TAREA/UNSAM, GEAP-Latinoamérica,
Universidad de Buenos Aires)
Comité científico
Cecilia Belej, Gloria Cortes, Raúl E. Piccioni, Silvia Dolinko,
Marcela Drien, Teresa Espantoso Rodríguez, Patricia Favre,
Cesar Floriano dos Santos, Sylvia Furegatti, María Amalia
García, María Laura González, Viviana Usubiaga, Ángela
Grando, José Cirillo, Paulo Knauss, Marcelo Magadán, Elio
Martucelli Casanova, Juan Moreno Blanco, Carmen Cecilia
Muñoz Burbano, Isabel Plante, Diana Ribas, Alfonso Ru-
bio Hernández, Joëlle Ruchonnel, Ignacio Szmulewicz, Luis
Eduardo Texeira, Ana Torres, Carolina Vanegas Carrasco.

Aval académico
Instituto de Teoría e Historia del Arte “Julio E. Payró”,
Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos
Aires, Argentina; Departamento de Historia, Universidad
del Valle, Cali, Colombia; Instituto de Investigaciones
sobre el Patrimonio Cultural (IIPC-TAREA), Universidad
Nacional de San Martín, Argentina; Centro de Estudios del
Patrimonio, Universidad Adolfo Ibáñez, Chile; Laboratorio
de História Oral e Imagem, Programa de pós-graduação em
História da Universidade Federal Fluminense, Brasil.
ÍNDICE

Presentación 11
Teresa Espantoso Rodríguez, Carmen Cecilia Muñoz,
Carlos Mario Recio y Carolina Vanegas Carrasco.
Arte público y activismo político 15
Em nome do nome. O uso de nomes próprios na arte
pública memorialística
Edina De Marco (Brasil) 17
La Estela de Luz en el imaginario capitalino de la Ciudad
de México
Ma. del Pilar Aja Pérez (México) 29
Imágenes de la Memoria. La representación de los
desaparecidos y el caso del Rancho Urutau de la
ciudad de Ensenada provincia de Buenos Aires, Argentina
Melina Jean Jean (Argentina) 45
O corpo do artista leva a arte à rua: as performances e o ativismo
político de Paulo Bruscky em plena ditadura militar
Almerinda da Silva Lopes (Brasil) 61
Bordando por la paz y la memoria: Acciones colaborativas
en espacios públicos en el contexto de la “guerra contra
el narcotráfico” en México
Katia Olalde Rico (México) 77
Prácticas artísticas comunitarias 91
El imaginario colectivo en ruinas
William Paats (Paraguay) 93
Dança ocupa a cidade: reflexões a partir do bicho caçador
Verusya Santos Correia (Brasil) 105
Memorias de la clase trabajadora
Arte comunitario sobre la ex fábrica grafa
Carmen Pereyra (Argentina) 121
Sobre a dimensão pública das artes visuais a partir
da espacialidade em Hélio Oiticica
Miguel Gally (Brasil) 137
AGIT P.O.V. (Petit Objet de Vélo) Taller-performance móvil
en el espacio urbano
Mariángela Aponte Núñez (Colombia) 147
Tepito existe porque resiste: memoria, identidad barrial
y resistencia en dos proyectos de teatro de intervención social
Valeria Alejandra Espitia Ducoing (México) 161
Apuntes sobre “fuera y dentro del arte contemporáneo:
comunidad y territorio en las prácticas colaborativas
de Valparaíso
Carol Illanes (Chile) 177
Simultaneidades afetivas. O Coletivo Geodésica Itinerante
no Museu Victor Meirelles
José Luiz Kinceler, Paulo Renato Viegas Damé, Tatiana Rosa
dos Santos, Leonardo Lima da Silva, Lucas Sielski Kinceler 191
Micropolítica da arte pública: Pimp My Carroça
e a remodelagem da realidade
Gabriela Ribeiro Alves dos Santos (Brasil) 209
Arte público y memoria histórica 219
“La alfombra roja-acciones urbanas” cuatro versiones
de un imaginario alternativo
Carlos Sosa (Paraguay) 221
DeMemoria1: el arte público como ars memoriae contemporáneo
José Luis Chacón (Venezuela) 235
El simulacro del pasado colonial. La recuperación
de las plazas de armas en la Habana y en Manila
Ninel Valderrama (México) 249
O busto de José Martí em La Habana: apropriações contemporâ-
neas do escultórico
Hamlet Fernández Díaz y Renato Palumbo Dória (Cuba / Brasil) 265
Plan de conservación preventiva para los monumentos
en espacio público: caso de la ciudad de Bogotá, Colombia
Paula Matiz (Colombia) 273
Del yeso al bronce. Una mirada sobre la obra del escultor
Oliva Navarro
Raúl Piccioni (Argentina) 283
Brasilia: un problema ético en la rememoración
Fernando Esteban Reynoso Acosta (Brasil) 297
El Monumento a Carabobo como discurso de la memoria
Ana Teresa Rodríguez de Riera (Venezuela) 305
Los museos memoriales en el siglo XXI: entre el arte
público transitorio y el reconocimiento
Bissy Perea y Danilo Duarte (Colombia) 321
O Monumento aos Mortos da Segunda Guerra Mundial:
presença e paradoxos de um monumento contra o apagamento
Luiz Sérgio de Oliveira (Brasil) 337
La utilización de los monumentos patrimoniales como soporte
de la creación artística contemporánea en Cuba
Samuel Hernández Dominicis (Cuba) 351
Qual é o papel do monumento dentro da simbologia
contemporânea?
Giovanna Zimmerman (Brasil) 365
Arte callejero 381
Crónicas del Street Art en la Ciudad de México:
de vandalismo a arte legítimo
Lourdes Alarcón Martínez (México) 383
Las pintas, los hablantes de la lucha clandestina
nicaragüense (1977-1979)
Belén Amador Rodríguez y Johanna Gabriela Cisneros Palacios
(España / Ecuador) 391
Pizarras urbanas
Deisy Carolina Sarria Chávez (Colombia) 403
Arte urbana no meio rural: a linguagem do grafite
na região central do Brasil
Alessandra Mello Simões Paiva (Brasil) 419
Cartografías urbanas como arte público 429
Cartografías contextuales
Fernando Falconí (Ecuador) 431
Visiones Sedantes: a cidade enquadrada pela arte
Marilia Solfa y Fábio Lopes de Sousa Santos (Brasil) 441
Mapa crítico sobre los posibles espacios que las prácticas
artísticas generan en la ciudad de México
Adriana Cadena Roa (México) 455
Cartografias de re-existencia e de resistência da favelas
cariocas: zonas hibridas de afeto entre o coletivo circulo na
mangueira e o projeto morrinho
Isabela Frade y Alexandre Guimarães (Brasil) 467
¿Espacio, recepción, estructura? Algunas reflexiones
situadas acerca de lo público en el arte vinculado
a la memoria ferroviaria
Diana Ribas (Argentina) 481
Arte público en Tucumán. Registro de intervenciones urbanas
Silvia Leonor Agüero y Margarita Ponce de León (Argentina) 497
A cidade que nos antecede. Breve análise o Parque da Luz
em São Paulo e suas formas de ativação pela arte pública
Sylvia Furegatti (Brasil) 509
Zona fronteriza: práticas in(ter)disciplinares no centro histórico de Lima
Paola Lopes Zamariola (Brasil) 523
BORDANDO POR LA PAZ Y LA MEMORIA: ACCIONES
COLABORATIVAS EN ESPACIOS PÚBLICOS EN EL CONTEXTO
DE LA “GUERRA CONTRA EL NARCOTRÁFICO” EN MÉXICO
Katia Olalde Rico
Facultad de Filosofía y Letras.
Universidad Nacional Autónoma de México

INTRODUCCIÓN
Desde diciembre de 2006 la violencia precipitada por la llamada
“guerra contra el narcotráfico”1 en México ha dejado un saldo
aproximado de 160,000 personas asesinadas y 30,000 desaparecidas
(Sicilia, 2015). En respuesta a esta situación varios grupos de
ciudadanos han implementado estrategias orientadas a propiciar
que los conteos de muertos y desaparecidos sean aprehendidos como
pérdidas de vidas humanas insustituibles y no como cifras abstractas.
Las primeras estrategias desarrolladas con este propósito (al
menos, las que la autora del presente escrito ha conseguido rastrear2)
surgieron durante el segundo semestre de 2010 —ante el shock
generado por el descubrimiento de los cadáveres de setenta y dos
migrantes latinoamericanos en San Fernando Tamaulipas al norte de
México—, sin embargo, la necesidad de reconocer la dimensión de
1
Se denomina “guerra contra el narcotráfico en México” al proceso de
descomposición social, desorganización del Estado y recrudecimiento de la
violencia, precipitado por la la “estrategia de seguridad” que el ex-presidente de
México Felipe Calderón Hinojosa emprendió al inicio de su periodo en diciembre
de 2006. Dicha estrategia consistió en desplegar efectivos militares en diferentes
regiones del país para realizar labores policiales tales como: control de retenes
en carreteras, registro de personas, cateo de propiedades, arresto y detención de
presuntos delincuentes en bases militares con y sin la presencia de autoridades
civiles (Cf. Amnistía Internacional, 2009: 6, nota 4). La implementación de
estas medidas desbordó la brutalidad de la violencia en México incrementando
notablemente la vulnerabilidad de la población civil, pero también evidenciando la
incapacidad de las autoridades y su colusión con las bandas de crimen organizado.$
2
Me refiero concretamente a la plataforma de periodismo ciudadano Nuestra
Aparente Rendición (NAR), al conteo-nombramiento de muertos Menos Días
Aquí (MDA) y al altar virtual 72migrantes.com/.
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IV Seminario Internacional sobre Arte Público en Latinoamérica. Pasados ...

la crisis y sus consecuencias llegó a la agenda pública hasta el año


siguiente, a raíz del asesinato de Juan Francisco Sicilia, hijo del poeta
y periodista mexicano Javier Sicilia Zardain.
Tras el descubrimiento del cadáver de Juan Francisco el 28 de
marzo de 2011, Sicilia emitió un pronunciamiento ante los medios de
comunicación donde además de exigir la investigación del caso y la
aprehensión los culpables, exhortó a la ciudadanía a salir a las calles
para exigir justicia. El 2 de abril Sicilia reiteró su llamado a través de
su “Carta abierta a políticos y criminales” donde escribió lo siguiente:

“Las redes ciudadanas de Morelos están convocando a una marcha


nacional el miércoles 6 de abril que saldrá a las 5:00 PM del
monumento de la Paloma de la Paz para llegar hasta el Palacio de
Gobierno, exigiendo justicia y paz. Si los ciudadanos no nos unimos a
ella y la reproducimos constantemente en todas las ciudades, en todos
los municipios o delegaciones del país, si no somos capaces de eso
para obligarlos a ustedes, “señores” políticos, a gobernar con justicia
y dignidad, y a ustedes, “señores” criminales, a retornar a sus códigos
de honor y a limitar su salvajismo, la espiral de violencia que han
generando nos llevará a un camino de horror sin retorno” (Sicilia,
2011).

Las palabras de Sicilia tuvieron eco en distintos lugares del país, lo


cual propició el surgimiento del Movimiento por la Paz con Justicia
y Dignidad, pero también, incentivó la realización de una serie de
movilizaciones coordinadas alrededor del mundo durante el resto del
año.
La iniciativa Bordando por la paz y la memoria. Una víctima,
un pañuelo es una de las estrategias desarrolladas en respuesta a
los llamados de Sicilia. A mediados de 2011 un grupo de artistas,
investigadores y ciudadanos —quienes más tarde asumirían el
nombre de colectivo Fuentes Rojas— comenzó a reunirse en el Jardín
Centenario en Coyoacán, al sur de la ciudad de México, para convocar
a los transeúntes a bordar junto con ellos casos de homicidio con
hilos de color rojo sobre pañuelos de tela. El listado de casos fue
recuperado de una acción previa convocada desde París, durante la
cual se enviaron a la presidencia de la república cientos de sobres
vacíos que llevaban escrito como remitente el nombre o las señas
particulares de una persona asesinada. La información anotada en
cada uno de los sobres provenía a su vez, de un conteo-nombramiento

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O corpo do artista leva a arte à rua: as performances e o ativismo político ...

de muertos iniciado el año anterior, a raíz del descubrimiento de los


setenta y dos cadáveres en San Fernando.
En el transcurso del año y medio siguiente el entusiasmo generado
por la iniciativa propició la conformación de alrededor de veinte
células de bordado en México y otro par de decenas en el extranjero3.
Entre los voluntarios que las conformaron había artistas, periodistas,
miembros de organizaciones civiles, familiares de víctimas y personas
que, sin haber experimentado la violencia de manera cercana, se
sintieron conmovidos por la tragedia. Esta pluralidad entre los
participantes ocasionó que la estrategia tomara rumbos diferentes
y se planteara distintos objetivos. En relación a este último punto
cabe señalar que entiendo el término “estrategia” como un conjunto
de procedimientos, de actividades y de técnicas orientadas hacia un
efecto previamente visualizado que no obstante, se encuentra sujeto
a variaciones y desenvolvimientos impredecibles. Ejemplo de lo
anterior es la decisión tomada por un par de grupos de familiares
de desaparecidos en los estados de Coahuila y Nuevo León al norte
de México4, quienes optaron por bordar los pañuelos dedicados a
sus seres queridos en color verde para simbolizar la esperanza de
encontrarlos con vida.
En el presente escrito me concentro en los pañuelos de autoría
colectiva realizados en las sesiones públicas de bordado que el
colectivo Fuentes Rojas organizó en el Jardín Centenario en Coyoacán
al sur de la ciudad de México, durante el segundo semestre de 2011 y
el transcurso de 2012.
Ofrecer temporalmente lo que hacemos con los ojos y las manos
La iniciativa Bordando por la paz y la memoria. Una víctima un
pañuelo se planteó como una estrategia que buscaba socializar y
compartir una manera particular de hacer las cosas5. Se trataba de
convertir los parques y plazas públicas en talleres abiertos a todo
3
Dentro de estos grupos destaca el colectivo Bordamos por la Paz Guadalajara por
su amplio poder de convocatoria, su cohesión interna, su capacidad de gestión y
la colaboración establecida con células de bordado localizadas en otras ciudades
y países.
4
Me refiero a Fuerzas Unidas por Nuestros Desaparecidos en Coahuila (FUUNDEC)
y a Fuerzas Unidas por Nuestros Desaparecidos en Nuevo León (FUNDENL).
5
Al menos hasta mayo de 2015 el colectivo Fuentes Rojas había mantenido de
manera ininterrumpida sus jornadas de bordado semanales en Coyoacán. En este
escrito hablo en pasado porque me refiero a las circunstancias específicas que se
vivían en México durante el segundo semestre de 2011 y el transcurso de 2012,
esto es, durante los últimos 18 meses del periodo presidencial de Felipe Calderón.

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IV Seminario Internacional sobre Arte Público en Latinoamérica. Pasados ...

aquel interesado en contribuir. Para participar no hacía falta llegar


preparado ni ser un experto en bordado. Los materiales estaban
ahí, listos para usarse. Los textos eran escritos en computadora e
impresos en hojas bond, de manera que para transferirlos al a tela
sólo hacía falta repasar las letras con pluma o lápiz (ver imagen 1). El
que la hebra se enredara al reverso del pañuelo o la tela fuera cosida
en vez de bordada eran aspectos que carecían de importancia. Lo
relevante era hacerlo, aunque fuera sólo por un momento, pues no era
indispensable comprometerse con el bordado hasta el final.

Imagen 1: Pañuelos del Colectivo


Fuentes Rojas en proceso, Fotografía: Katia Olalde, 2013.
Muchos de los pañuelos pasaron de unas manos a otras, de
unas puntadas a otras de un tipo de hilo a otro... Muchos de ellos
estaban “mal bordados”, llenos de nudos y de saltos al reverso6
(ver imagen 2) pero eso, lejos de restarles importancia implicaba,
por parte de los voluntarios, esfuerzo, interés y tiempo invertidos
en hacer algo nuevo; en comprometerse de manera transitoria con
una labor desconocida; estar dispuestos a mostrar la propia torpeza
6
Una muestra del dominio técnico del bordado es la precisión y limpieza del diseño
en la parte trasera de la tela. El diseño se aprecia con igual nitidez, sin nudos ni
hilos que atraviesen de una sección a otra.

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O corpo do artista leva a arte à rua: as performances e o ativismo político ...

ante personas que ni siquiera conocían; a pincharse los dedos y a


quemarse los ojos tratando de ensartar las agujas. Se trataba también
de un involucramiento transitorio que no conducía a la adquisición
del pañuelo. Los voluntarios colaboraban con el bordado pero no se
lo llevaban.

Imagen 2: Reverso de pañuelo del Colectivo


Fuentes Rojas, Fotografía: Katia Olalde, 2012.
Atribuir importancia al proceso por encima del resultado final
era importante porque implicaba concentrarse en la acción misma,
realizada en tiempo presente, en lugar de orientarse hacia la meta
o ganancia de “hacerlo bien” o “hacerlo mejor que los demás”.
Estar dispuesto a dejar el pañuelo sin terminar para que alguien más
lo retomara, sobre todo si uno ya había encontrado la manera de
bordar “satisfactoriamente bien”, significaba además una forma
de desapego. Es decir, estar dispuesto a dejar que alguien más se
hiciera cargo del pañuelo sin suponer, de antemano, que lo echaría a
perder. No pretendo decir con esto que todos los involucrados hayan
experimentado su participación en el bordado de esta manera, sin
duda, algunos habrán dejado el pañuelo incompleto porque tenían
prisa, se aburrieron o desesperaron. Lo que intento subrayar es que
en términos de logística, estas jornadas planteaban una forma de

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IV Seminario Internacional sobre Arte Público en Latinoamérica. Pasados ...

interacción con las cosas y con los modos de hacer las cosas, que
desfasaban la inercia de nuestra relación cotidiana con los objetos
y con lo que hacemos. Normalmente estamos orientados por metas,
cuyo gozo se pospone para un momento posterior; solemos estar
presionados por nociones de productividad y de competencia que nos
hacen ver a los demás como rivales; nuestra sensación de propiedad
sobre las cosas está ligada al interés que mostramos por ellas. Aquí
sin embargo, la relación con la actividad realizada y con los objetos
intervenidos, planteaba otras formas de estar y de transcurrir en el
mundo distintos al trabajo asalariado, la adquisición e intercambio de
propiedades y la circulación de mercancías. En los pañuelos de autoría
colectiva (ver imagen 3) la confluencia de varias manos se observa en
el cambio de puntada, la trayectoria seguida para completar el texto
y finalmente en los nombres escritos en el borde inferior. Al tratarse
solamente de los nombres propios, sabemos que bordó una Celia, una
Marcela o un Oscar, pero no quiénes son en específico.

Imagen 3: Bordado de autoría múltiple del Colectivo


Fuentes Rojas (detalle), Fotografía: Katia Olalde, 2014.
De acuerdo con Jan Verwoert, la empatía está estrechamente
vinculada a lo que hacemos con los ojos y las manos: la manera en que
concentramos nuestra mirada cuando estamos atentos o apartamos

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O corpo do artista leva a arte à rua: as performances e o ativismo político ...

la vista cuando nos distraemos; el contacto que a través de las manos


establecemos o evitamos, al igual que los gestos que con ellas hacemos
(Verwoert, 2013).
Verwoert advierte que una empatía exacerbada, es decir, una
identificación excesiva con los sentimientos ajenos, puede hacernos
sucumbir ante el dolor y las emociones no resueltas que otras
personas nos transmiten. A través de un análisis de lo que él denomina
“economías de transferencia”, Verwoert sugiere que una manera de
regular adecuadamente “el grado de implicación emocional [en] el
sufrimiento ajeno” (Bermejo, 2011) consiste en no entregarse por
completo al otro, sino ofrecerle solamente los ojos y las manos.
Desde mi punto de vista, lo que queda plasmado en los pañuelos de
autoría colectiva es justamente eso: Un involucramiento transitorio
en el que los participantes ofrecieron temporalmente sus ojos y
sus manos sin entregarse por completo a la iniciativa, es decir, sin
renunciar a sus vidas para consagrarse por entero a ella y sin dejarse
abatir por el horror y el sufrimiento. Durante esos breves periodos
de tiempo los voluntarios dirigieron sus miradas a los homicidios y
contribuyeron, por medio de una labor manual, a que las narraciones
de éstos tomaran una nueva forma sensible que puede ser vista y
tocada. En este sentido, los pañuelos de autoría colectiva dan cuenta
de un obsequio que oculta su identidad en el anonimato o bien, en la
indeterminación de los nombres propios.

DAR FORMA A OBJETOS, ASUNTOS Y PROBLEMÁTICAS COMUNES


Ante el exceso de fotografías de cadáveres, miembros amputados
y fosas clandestinas los grupos de bordadores se han rehusado a
representar el horror en imágenes; en su lugar, han optado por
convocar la atención del público a través de la lectura, la escritura
y la intervención manual de objetos que pueden ser vistos, tocados,
agrupados, trasladados y exhibidos. Durante estas interacciones con
“formas sensibles” —susceptibles de ser percibidas a través de los
sentidos— los conteos de muertos y desaparecidos adquieren un
carácter más asequible, inteligible y procesable. Propongo entender
la estrategia implementada por la iniciativa Bordando por la paz
y la memoria como “estéticamente convocante”7 porque involucra
actividades que privilegian la esfera de la percepción sensorial y
7
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IV Seminario Internacional sobre Arte Público en Latinoamérica. Pasados ...

que además, movilizan los afectos a través de rutas que exceden la


racionalidad discursiva.
Esta “estrategia estéticamente convocante” forma parte de un
esfuerzo más amplio, emprendido por diferentes sectores de la
sociedad civil organizada8 —familiares de víctimas, defensores de
derechos humanos, periodistas y voluntarios—. Dicho esfuerzo está
dirigido a posibilitar la aprehensión de las pérdidas implicadas en
los asesinatos y las desapariciones forzadas —recluidas en ámbito
familiar por considerárseles “privadas” — así como a la puesta en
forma su dimensión pública.
Judith Butler entiende la aprehensión como una forma de
conocimiento “asociada con el sentir y el percibir, pero de una manera
que no es siempre —o todavía no— [reconocimiento]” (Butler, 2010:
18 y 20). De acuerdo con Butler, aunque las normas del reconocimiento
existentes facilitan lo que podemos aprehender,

“[...] sería un error afirmar que estamos completamente limitados por


[ellas] [...] La aprehensión puede [involucrar] el marcar, [el] registrar
o [el] reconocer sin [cognición plena] [...] Podemos aprehender, por
ejemplo, que algo no es reconocido por el reconocimiento [y] esa
aprehensión puede [de hecho] convertirse en la base de una crítica
[a] las [...] normas de reconocibilidad que preparan el camino al
reconocimiento” (Butler, 2010: 18 y 20).

Propiciar la aprehensión de las pérdidas implicadas tanto en los


asesinatos como las desapariciones forzadas e impulsar la puesta
en forma de su dimensión pública tienen entonces como propósito,
fisurar las normas de reconocibilidad imperantes que han excluido a
estas pérdidas de la luz pública, así como generar nuevos esquemas de
inteligibilidad —entendidos por Butler como los “esquemas histórico
general[es] que establece[n] ámbitos de lo cognoscible” (Butler,
2010: 20-21)— que condicionen y produzcan nuevas normas de
reconocibilidad más igualitarias e incluyentes. En última instancia, la
relevancia de la lucha emprendida por distintos sectores de la sociedad
8
Entiendo por sociedad civil a todas las personas no involucradas directamente en
los órganos de gobierno, en los partidos políticos o en algún organismo que tenga
incidencia directa en las políticas públicas. Por sociedad civil organizada entenderé
a aquellos grupos de personas que se asocian a partir de objetivos comunes y
definidos y que tienen, entre sus propósitos, colocar temas en la agenda pública
y/o incidir en la conducción del Estado.

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O corpo do artista leva a arte à rua: as performances e o ativismo político ...

civil organizada, en la cual ésta y otras estrategias estéticamente


convocantes participan, implica no solamente poner en evidencia el
hecho de que las normas en curso asignan reconocimiento de manera
diferencial, sino también plantear la necesidad de dirigir nuestra
atención hacia “los esquemas de inteligibilidad [que] condicionan y
producen [las propias] normas de reconocibilidad” (Butler, 2010: 20-
21).
Ahora bien, Butler propone la noción de marco para pensar en los
esquemas que delimitan aquello que somos capaces de aprehender
como vida humana (Butler, 2010: 16-17). Al igual que la lente de una
cámara, los marcos “encuadran” realizando inclusiones y exclusiones
que diferencian entre lo que podemos aprehender de lo que nos
resulta inaprehensible. Estos encuadres toman forma a través de
operaciones de poder, ligadas a condiciones normativas e históricas
de reconocibilidad, que determinan cuáles son las vidas que pueden
aparecer como propiamente humanas y valiosas:

“[...] una vida concreta no puede aprehenderse como dañada o perdida


si antes no es aprehendida como viva. Si ciertas vidas no se califican
como vidas o, desde el principio, no son concebibles como vidas dentro
de ciertos marcos epistemológicos, tales vidas nunca se considerarán
vividas ni perdidas en el sentido pleno de ambas palabras. [...] los marcos
mediante los cuales aprehendemos o no conseguimos aprehender, las
vidas de los demás como perdidas o dañadas (susceptibles de perderse
o de dañarse) están políticamente saturados. Son ambas, de por sí,
operaciones de poder. No deciden unilateralmente las condiciones
de aparición, pero su propósito es, claramente, delimitar la esfera de
aparición como tal” (Butler, 2010: 13-14).

Hannah Arendt plantea que sólo es posible aparecer —i.e. ser


percibido a través de los sentidos— cuando hay un receptor capaz
de percibir, reconocer y manifestar reacciones ante aquello que se
le presenta (Arendt, 1984: 31), por lo tanto, “aparecer” significa
invariablemente “aparecer para otro (u otros)” (Butler, 2012). De
acuerdo con Arendt la “aparición” siempre es “pública” porque está
ligada a “la condición humana de la pluralidad”, es decir, al hecho
de que los hombres viven juntos y a que comparten entre sí una serie
de objetos, asuntos y relaciones que ella denomina “mundo común”.
Durante la “aparición pública” el mundo adquiere un sentido de
realidad del cual carece en aislamiento, porque permite a los hombres
verificar que aquello que se les manifiesta también es percibido por

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IV Seminario Internacional sobre Arte Público en Latinoamérica. Pasados ...

quienes les rodean. De igual manera, la “aparición pública” confiere


a los hombres certeza de su propia realidad, pues les permite saberse
reconocidos como parte del mundo y de la pluralidad de hombres
que tienen a ese mundo en común. “[L]a realidad del mundo [nos dice
Arendt] está garantizada por la presencia de otros, por su aparición
ante todos; [...] cualquier cosa que carece de esta aparición viene
y pasa como un sueño, íntima y exclusivamente nuestro pero sin
realidad” (Arendt, 2005: 225).
Además de dotar al mundo y a quienes lo habitan de un sentido
de realidad, la “aparición pública” permite que aquello que aparece
sobreviva al paso de las generaciones. El “mundo común” —sostiene
Arendt—, “estaba allí antes de que naciéramos” y continuará después
de nuestra muerte; nos emparenta “con nuestros contemporáneos,
[pero] también con quienes estuvieron antes de nosotros y con los que
vendrán después. La publicidad [del ámbito público (public realm)] es
lo que puede absorber y hacer brillar a través de los siglos cualquier
cosa que los hombres quieran salvar de la ruina del tiempo” (Arendt,
2005: 75), porque solamente lo que ha aparecido consigue sobrevivir
el paso de las generaciones.
El “mundo común” que Arendt plantea no es idéntico al espacio
físico que delimita el movimiento de los hombres y es condición
de la vida orgánica, por el contrario, se relaciona “con los objetos
fabricados por las manos del hombre, así como con los asuntos de
quienes habitan juntos en el mundo hecho por el hombre” (Arendt,
2005: 73). Al igual que una mesa, entorno a la cual los hombres se
reúnen sin caer unos sobre otros, el “mundo común” —como lo que
se encuentra en medio— permite a los hombres reconocerse como
interesados por un mismo conjunto de objetos y de asuntos que se
construyen y adquieren realidad desde una pluralidad de posiciones
(Arendt, 2005: 73).
La administración a cargo del ex-presidente de México Felipe
Calderón Hinojosa, promovió hasta el último día de su sexenio9 la
idea de que, a pesar de los “tropiezos” y de los “daños colaterales”,
estábamos participando en la construcción de un país mejor. El gobierno
del actual presidente Enrique Peña Nieto10 se ha mantenido en una

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O corpo do artista leva a arte à rua: as performances e o ativismo político ...

línea de discurso muy similar. En ambos casos, lejos de reconocer las


consecuencias catastróficas, tanto de las acciones emprendidas como
de las omisiones cometidas, el Estado ha concebido y comunicado el
proceso de crisis que México atraviesa como un proyecto constructivo
cuyos beneficios arribarán tarde o temprano.
Frente a una forma de orden que se rehúsa a reconocer la magnitud
y el valor de lo perdido la operatividad pública y política esta
estrategia estéticamente convocante consiste en la impugnación que,
en colaboración con la sociedad civil organizada, realiza a “los marcos
mediante los cuales aprehendemos [...] las vidas de los demás como
perdidas o dañadas” (Butler, 2010: 13-14) inaugurando “espacios de
aparición” (Arendt, 2005: 225) donde los asesinatos y las desapariciones
forzadas son presentados como pérdidas de vidas humanas ante una
pluralidad que, en el mejor de los casos, las aprehende en cuanto tales,
constata que esas vidas humanas ahora ausentes han existido y sobre
todo, da cuenta de lo que ha ocurrido con ellas o en su defecto, subraya
la necesidad de conocer lo que les sucedió.
En estos “espacios de aparición”, que solo cobran existencia
durante el periodo de tiempo en que la actividad es realizada
de manera conjunta (Arendt, 2005: 225) —esto es, mientras los
voluntarios permanecen reunidos bordando en la plaza pública y
muestran a los transeúntes la serie de pañuelos que ya han bordado
en jornadas anteriores— las pérdidas implicadas en los asesinatos
y las desapariciones forzadas “aparecen-como-comunes” ante la
pluralidad de voluntarios que participa en la acción y, posiblemente
también ante algunos de los transeúntes que los observan.
En párrafos anteriores escribí el adjetivo “privadas” entre comillas
para señalar que la dicotomía entre lo público y lo privado es uno de
los criterios a partir de los cuales se excluyen las pérdidas implicadas
en los asesinatos y las desapariciones forzadas, bajo el argumento de
que se trata de asuntos que carecen de relevancia para la sociedad
mexicana en su conjunto y para la comunidad internacional en
general. Enuncio estas pérdidas “privadas” en plural porque la
falta del ser querido —ya sea por muerte o desaparición forzada—
conlleva otras pérdidas que van más allá de la experiencia mental
y física del dolor. Me refiero, por ejemplo, a la vulnerabilidad a la
que quedan expuestos los familiares cuando se convierten en objeto
de amenazas; al abandono de sus viviendas cuando son obligados a
desplazarse; a la inestabilidad económica y patrimonial que padecen
ante la imposibilidad —dada la carencia del acta de defunción— de

87
IV Seminario Internacional sobre Arte Público en Latinoamérica. Pasados ...

reclamar herencias, cobrar seguros, tramitar pensiones, enajenar


propiedades y disponer de los ahorros de sus familiares ausentes
resguardados en cuentas bancarias o bien, ante la pérdida del empleo
como consecuencia de los traslados y el tiempo invertidos en dar
seguimiento a sus investigaciones.
La dimensión pública de estas pérdidas “privadas” supone la puesta
en forma de problemas y asuntos que rebasan la intimidad de la vida
familiar y las relaciones amistosas. En el mejor de los casos implica
preguntarse en primera persona: ¿Qué significa habitar o transitar
un país en el que los asesinatos y las desapariciones forzadas suman
decenas de miles; donde los espacios públicos se han convertido en
escenario de enfrentamientos, intimidaciones, exposición pública
de cadáveres y fragmentos de restos humanos? ¿Por qué en algunas
regiones de México las personas corren más peligro que en otras?
¿Qué condiciones colocan a ciertos sectores de la población en
situaciones de mayor vulnerabilidad? ¿Por qué algunas muertes
suscitan pena e indignación, mientras que otras pasan desapercibidas
o incluso se celebran? ¿Cómo y a partir de qué criterios se establecen
estas diferencias?
En este sentido, la ruta propuesta por la iniciativa Bordando por la
paz y la memoria difiere de la trayectoria planteada por la campaña En
los zapatos del otro cuya consigna fue: “Yo lucho para que lo que me
pasó a mí no te pase a ti” 11. En el caso de los bordados el interés en lo
acontecido no proviene de la sensación de vulnerabilidad provocada
por la idea de que “a cualquiera de nosotros podría pasarnos lo
mismo”, sino de un cuestionamiento que deposita el énfasis en nuestra
interdependencia con personas a quienes no conocemos y con quienes
no tenemos (e incluso podemos no querer tener) nada que ver. La
pregunta que se plantea aquí no es entonces “¿me sucederá lo mismo
que a ellos?”, sino “¿qué significa formar parte de una sociedad (o
si se quiere, de un mundo) en el estas cosas suceden sin que haya
consecuencias?”.
11
A finales de 2011 el colectivo El grito más fuerte, integrado por personalidades
mexicanas de teatro, televisión y cine aprovechó el halo de importancia e interés
que recubre a las celebridades para lanzar una campaña titulada En los zapatos
del otro. En los videos realizados, diferentes actores prestaron su notoriedad
pública a los familiares de las víctimas, narrando en primera persona sus historias.
La premisa de estos ejercicios fue que la atracción generada por las celebridades,
propiciaría el interés de la opinión pública en las experiencias y las dificultades
enfrentadas por los allegados de las víctimas.

88
O corpo do artista leva a arte à rua: as performances e o ativismo político ...

Al poner énfasis en la precariedad (precariousness) de la vida como


una condición compartida e interdependiente, esta estrategia moviliza
el deseo de apartheid característico de un mundo rebalcanizado. De
acuerdo con Achille Mbembe los atentados del once de septiembre
de 2001 propiciaron la normalización de un conjunto de prácticas
que abrogan explícita e indirectamente algunas garantías jurídicas
fundamentales. Bajo este estado de excepción, lo que impera en las
sociedad contemporáneas es el deseo de apartheid, esto es, el anhelo
de vivir solamente entre aquellos que se consideran semejantes y de
conformar una comunidad sin desconocidos (Kodjo-Grandvaux,
2014).
Los miembros de Fuerzas Unidas por Nuestros Desaparecidos en
Nuevo León comenzaron a bordar durante sus reuniones de trabajo
realizadas frente al Palacio Municipal de Monterrey en una época en
la que salir a la calle implicaba un riesgo real y tangible. Durante el
periodo comprendido entre 2010 y 2012, Nuevo León experimentó
una escalada de violencia que provocó el repliegue de la vida pública.
Bajo estas circunstancias, congregarse en la calle y permanecer ahí
para realizar una acción de manera conjunta, constituyó un acto de
valentía que contrarrestó el ocultamiento motivado por el miedo.

CONCLUSIÓN
Los recuerdos absolutamente privados perecen cuando aquellos
que los detentan mueren u olvidan, por lo tanto, sólo aquellos que han
sido compartidos poseen la capacidad de vincularnos con las personas
que estuvieron en el mundo antes de nosotros y con las que vendrán
después. Los bordados dan forma sensible a descripciones, imágenes y
narraciones breves que nos hablan de quienes han sido o de lo que ha
acontecido. En este sentido, constituyen objetos que nos hacen sentir,
pensar y quizás también hablar de lo ocurrido. Su permanencia y
exhibición pública recurrente, al igual que la circulación —sobre todo
en Internet— de los registros fotográficos y escritos de las jornadas
de bordado, de los eventos y de las movilizaciones públicas en las que
los pañuelos participan, ponen de manifiesto la continuidad de un
interés compartido en mantener abierta la discusión sobre la crisis
precipitada por la “guerra contra el narcotráfico” y en particular,
sobre las condiciones a satisfacer para asegurar: (i) el esclarecimiento
de los crímenes; (ii) la condena de los responsables; (iii) la búsqueda
de los desaparecidos, la determinación de su paradero, así como la

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IV Seminario Internacional sobre Arte Público en Latinoamérica. Pasados ...

identificación de los restos encontrados y (iv) la implementación de


políticas públicas orientadas a atender a los afectados y a prevenir la
recurrencia de estos crímenes.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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de derechos humanos a manos del ejército, Madrid, Editorial
Amnistía Internacional, índice: AMR 41/058/2009, noviembre 2009,
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Butler, Judith (2010), Marcos de guerra. Las vidas lloradas, Buenos Aires,
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Kodjo-Grandvaux, Séverine (2014), “Achille Mbembe: Les sociétés
contemporaines rêvent d’apartheid”, en: Jeune Afrique. Toute
l’actualité africaine en continu, Francia, 9 de diciembre de 2013, http://
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