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TUTELA

http://biblioteca.ucn.edu.co/repositorio/ModulosComunes/Constitucion-
Politica/Unidad1-2.html

El sustento constitucional y legal de la acción de tutela, o sea las normas


constitucionales y legales en las cuales se encuentra amparada y fundamentada la
acción de tutela son: el artículo 86 de la Constitución Política de Colombia, el Decreto
2591 de 1991 reglamentario de la tutela, Decreto 306 de 1991, la resolución 669 de
2000 de la defensoría del pueblo, el Decreto 404 de 2001, la abundante jurisprudencia
de la corte constitucional, las sentencias de los jueces y magistrados de la República
y los tratados internacionales sobre derechos humanos ratificados por Colombia

¿Qué es un derecho fundamental? Es aquel derecho inherente a la naturaleza


humana, pertenecen al hombre por el solo hechos de ser persona, son anteriores y
superiores al Estado y este tiene que respetarlos, también son llamados derechos
humanos, “conjunto de normas que hacen referencia a los atributos del hombre, que le
son propios y que pueden ejercer donde quiera que se encuentre, sin distinción de
razas, sexos, religión, origen, ni medio. Son inherentes a su naturaleza y condición,
adquiridos por el solo hecho de nacer y vivir. La Constitución se refirió a la persona,
por lo que no hizo diferencia entre personas naturales y jurídicas, motivo por el cual
surge la pregunta si esta acción también esta consagrada para las personas jurídicas?
Al parecer sí y seria para proteger derechos fundamentales procesales.

Como los derechos fundamentales son inherentes, inalienables y esenciales a la


persona humana, debemos precisar que lo inherentes es algo intrínseco a un sujeto, lo
inalienable es aquello que no puede ser enajenado, transferido ni cedido y que lo
esencial es aquello por lo cual un ser es lo que es, o lo permanente e invariable de un
ser. De modo que por una parte de los derechos fundamentales no puede ser
despojada ninguna persona, ni los puede ceder ni transferir, pues son intrínsecos al
ser mismo del hombre, y por cuanto son, para él, lo permanente e invariable y, por la
otra, corresponden a la dignidad de la persona, lo que significa que, siendo ella una
finalidad en sí misma, merece protección del Estado en todos sus derechos
esenciales, con independencia de que estén o no consagrados en norma jurídica
expresa (un derecho fundamental que no este consagrado en una norma igualmente
tiene que ser protegido); lo anterior se fundamenta y sustenta cuando se dice que “la
enumeración de los derechos en la Constitución no puede entenderse como negación
de otros inherentes a la persona humana y que no están expresamente consagrados
en ella”

Entre otros los siguientes son derecho fundamentales tutelables (se mencionan con el
artículo de la Constitución Política (C.N.) que los consagra y un ejemplo de sentencias
relevantes en el tema:
A la vida, Art. 11 C.N. sentencia T-981 año 2001

A la integridad personal, Art. 12 sentencia T 258 año 2001

A la libertad Art. 13 sentencia C 221 año 1994

A la igualdad Art. 13 sentencia T 269 año 2001

A la no discriminación Art. 13 sentencia T 1042 año 2001

A la personalidad jurídica Art. 14, 32 sentencia T 641 año 2001

A la intimidad Art. 15, 32 sentencia T 094 año 2000

Al libre desarrollo de la personalidad Art. 16 sentencia T 1011 año 2001

A la honra Art. 21 sentencia T 634 año 2000

A la libre circulación Art. 24 sentencia T 483 año 1999

A la paz Art. 22 sentencia T 789 año 2001

Al buen nombre Art. 15 sentencia T 634 año 2001

Al derecho de petición Art. 23 sentencia T 213 año 2001

Al trabajo Art. 25 sentencia T 611 año 2001

Al debido proceso Art. 29,31,32,34,35 sentencia T 003 año 2001

De asilo Art. 36

De reunión Art. 37 sentencia T 981 año 2000

De asociación Art. 38 sentencia T 497 año 2000

De asociación sindical Art. 39 sentencia T 258 año 2001

De derechos políticos Art. 40 sentencia T 637 año 2001

De los niños Art. 44 sentencia T 108 año 2001

Al domicilio Art. 32 sentencia T 095 año 1997

Al habeas corpus Art. 30 sentencia T 334 año 2000

Al habeas data Art. 15 sentencia T 003 año 2000

A la libertad de conciencia Art. 18 sentencia T 877 año 1999

A la libertad de creencias Art. 18 sentencia T 568 año 1999

A la libertad de cultos Art. 19 sentencia T 1321 año 2000

A la libertad de escoger profesión u oficio Art. 26 sentencia T 119 año 2001


A la libertad de Enseñanza Art. 27 sentencia T 162 año 1999

A la libertad de expresión Art. 20 sentencia T 634 año 2001

A la información Art. 20 sentencia T 634 año 2001

A la buena fe Art. 33 sentencia T 191 año 2001

A la familia Art. 42 sentencia T 188 año 2000

De huelga Art. 56 sentencia T 471 año 2001

¿Cuáles son los principios básicos que rigen la acción de tutela?

Los principios rectores de la acción de tutela, como mecanismo de defensa de los


derechos fundamentales e individuales son:

Principio de publicidad: que consiste en que el trámite procedimental previsto


para desarrollar la acción, no está sujeto a reserva alguna, esto implica que su
desarrollo está al alcance de cualquier persona. Lo anterior quiere decir que
cualquier persona, sin demostrar interés alguno, puede intervenir en dicho
procedimiento. Solo podrán interactuar, el directamente afectado con la
supuesta vulneración o amenaza del derecho fundamental, así como aquellos
que demuestren algún interés legitimo en él y, el defensor del pueblo o el
personero; cualquier persona distinta a las nombradas podrá enterarse o
informarse de su contenido.

Principio de prevalencia del derecho sustancial: alude específicamente a que el


juez deberá tener en cuenta que la finalidad ultima del procedimiento es la
efectividad del derecho sustancial de las partes.

Según esto, el juez está obligado a aplicar el procedimiento y a respetar el


debido proceso, pero no puede llegar a preferir la aplicación de la norma
procesal sacrificando un derecho. Si se encontrare en la única alternativa de
optar entre una norma procesal o defender un derecho, deberá inclinarse por
los segundo. Por eso se dice que la acción de tutela debe verse mas como un
instrumento de justicia que como un mecanismo técnico jurídico.

Principio de economía: esta específicamente referido a la economía procesal,


es decir, que el desarrollo procedimental de la acción debe estar desprovisto
de formulismos y formalidades, como ocurre con los procedimientos comunes.
Debe ser evitada toda actuación o exigencia que tienda a dilatar o enredar la
definición del trámite.

Principio de celeridad: este principio manda que el trámite debe ser un


procedimiento preferente, sumario, económico, acelerado. El juez no puede
tomarse todo el tiempo que desee porque su obligación, so pena de sanciones,
es resolver en un término máximo de diez (10) días, contados a partir de la
fecha de la solicitud.

Principio de eficacia: todos los anteriores principios conducen a lograr la


eficacia de la acción de tutela. El juez deberá dirigir toda su actuación a la
protección real y efectiva del derecho constitucional fundamental violado o
amenazado, objeto constitucional último para la cual fue creado el mecanismo.
¿Dónde se encuentran contenidos los principios que rigen la acción de tutela?

Los principios rectores de la acción de tutela se encuentran consagrados en el Artículo


3º del Decreto 2591 de 1991, estatuto normativo que desarrollo la acción de tutela
prevista en el artículo 86 de la Constitución Política de 1991.

Tutela contra particulares

La condición de particulares para los efectos de la acción de tutela, es predicable no


solo de las personas naturales, sino también de las personas jurídicas, como lo son las
sociedades, los sindicatos y las asociaciones entre otros. Particulares serán entonces,
las personas naturales o jurídicas que no ostenten la calidad de públicas.

La Constitución de 1991 estableció que la acción de tutela es procedente contra


particulares encargados de la prestación de un servicio público, o cuando con su
actuar se afecte grave y directamente el interés colectivo o cuando el solicitante se
encuentre en Estado de subordinación o indefensión.

¿Qué consecuencias trae el incumplimiento de una sentencia de tutela?

Si el particular incumple con lo ordenado en una sentencia de tutela, se puede


promover en su contra el incidente de desacato.

Conforme lo ha dispuesto el Decreto reglamentario de la acción de tutela, esta no


procede contra conductas legítimas de un particular, esto es, cuando el mismo cumple
con las normas legales. Cuando se instaura una acción de tutela en contra de otro
particular con el único fin de ocasionarle perjuicios, el afectado podrá iniciar una acción
ante la jurisdicción civil con el fin de que se le reconozcan los perjuicios que se le
ocasionaron con la interposición de la tutela. Adicionalmente, ello puede dar lugar a
responsabilidad disciplinaria cuando en ella intervenga un abogado.

Si en desarrollo de la actuación se emplean documentos o testigos falsos, podrá


iniciarse la acción penal a que haya lugar dentro de la cual igualmente pueden
reclamarse los perjuicios respectivos.

La Corte Constitucional ha señalado que el artículo 67 de la Constitución consagra la


educación como un derecho de la persona y como un servicio publico que tiene una
función social. La educación se orienta al acceso, al conocimiento, a la ciencia, a la
técnica y a los demás bienes y valores de la cultura.

El reconocimiento de la educación, es propio del Estado pues gracias a el, la persona


adquiere conocimientos que le permiten un mejor desarrollo dentro de la comunidad y
se afirma su dignidad como persona. Si bien la educación debe ser prestada en
principio por el Estado, nada se opone a que sea ofrecida también por particulares. En
desarrollo de la prestación de la educación, los establecimientos particulares deben
respetar los derechos fundamentales de sus alumnos, como lo son la dignidad y el
libre desarrollo de la personalidad, eventos en los cuales la corte constitucional ha
reconocido la procedencia de la acción de tutela. De igual manera, se ha señalado que
los establecimientos educativos no pueden negar el acceso a los planteles o la
presentación de evaluaciones cuando los alumnos no se encuentren al día en los
pagos con el centro educativo.

Al igual que en el caso de la educación, los particulares pueden prestar servicios de


salud, caso en el cual asumen una inmensa responsabilidad, y deberán brindar a los
usuarios del servicio la mejor atención posible, en aras de garantizar los derechos de
estos a la vid y a la integridad personal.

El servicio de salud que prestan los particulares debe ser continuo, y no debe
discriminar a los usuarios ni siquiera cuando estos se encuentren en mora para con la
institución.

De igual manera, cuando se ha formulado por parte del medico tratante una cirugía, o
el suministro de medicamentos, se debe dar cumplimiento a ello, sin que sea licito
negarse a realizarla debido a dificultades en el centro de salud.

¿Cuándo procede la tutela en contra de los encargados de la prestación


de servicios públicos domiciliarios?

Si bien los servicios públicos domiciliarios tradicionalmente fueron prestados


directamente por el Estado, la Constitución de 1991 permitió que los mismos fueran
prestados directamente por particulares. En este caso, el particular obra como si fuera
una autoridad, y debe buscar la satisfacción de las necesidades básicas de la
población.

Sin embargo, el ejercicio de la acción de tutela en este evento, sigue las mismas
reglas y principios que la rigen. Estos es, para que proceda la tutela, la persona no
debe contar con otro mecanismo de defensa judicial, o cuando cuente con otro
mecanismo se debe constara la existencia de un perjuicio irremediable.

Los servicios públicos domiciliarios se encuentren regulados, y existen procedimientos


al interior de la entidades para corregir las anomalías en al prestación de los mismos
por lo cual, la tutela procede cuando nos e cuente con otro mecanismo o cuando se
esté en prenuncia de un perjuicio irremediable y, una afectación a un derecho
fundamental.

¿Cuándo procede la tutela contra una organización privada?

Cuando el solicitante tenga una relación de subordinación o indefensión con tal


organización.

En este caso, para que proceda la acción de tutela el accionante debe encontrase en
situación de indefensión o de subordinación, respecto a la entidad. Se ha definido la
subordinación, como la condición de una persona sujeta a otra o dependiente de ella.
Es el ejemplo de los trabajadores respecto de su empleador, están subordinados a
éste.

Por su parte la indefensión se produce cuando una persona, sin culpa de su parte, no
ha podido defenderse o defender sus derechos conforme a las leyes que reglamentan
sus ejercicio, la Corte Constitucional ha señalado que el Estado de indefensión se
analiza tendiendo en cuenta las circunstancias del caso concreto, de las personas
involucradas y de los hechos relevantes (condiciones económicas, sociales, culturales,
antecedentes personales etc.).

En el Estado de indefensión, la persona ofendida por la acción u omisión del particular,


se encuentra inerme o desamparada, es decir, sin medios físicos o jurídicos de
defensa o con medios y elementos insuficientes para resistir o repeler la agresión o la
amenaza de vulneración, a su derecho fundamental.

El artículo 17 de la Constitución, establece la prohibición de la esclavitud, la


servidumbre y la trata de seres humanos en todas sus formas así que cuando un
particular someta a otro a estas situaciones, procede la acción de tutela para proteger
sus derechos constitucionales fundamentales.

¿Cuándo procede la tutela para el particular que actúa en ejercicio de


funciones públicas?

Los particulares, en determinados eventos, se encuentran facultados para cumplir


funciones públicas, sin que abandonen por ello su condición de particulares. Sucede
así por ejemplo con las Cámaras de Comercio, que son organizaciones privadas pero
que cumplen con funciones públicas sin que dejen por ello de ser particulares.

En estos eventos, cuando en desarrollo de funciones públicas desconocen derechos


fundamentales procede la acción de tutela para proteger al particular afectado.

Las tutelas contra particulares se pueden interponer ante cualquier juez de la


República.

¿Existe algún término de caducidad o prescripción para interponer la acción de


tutela?

De acuerdo con la Constitución Política y el Decreto 2591, toda persona puede intentar
la acción de tutela “en todo momento y lugar”, es decir que no existe una limitación en
el tiempo para su ejercicio. Para ello todos los días y horas son hábiles para presentar
esta acción.

La acción de tutela contra los medios masivos de comunicación social sólo es


procedente, cuando el afectado no disponga de otro medio de defensa judicial, salvo
que se utilice como un mecanismo transitorio para evitar un perjuicio irremediable.

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