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La captura de imágenes.
En el lugar donde se coloca la película en una cámara analógica, una cámara digital
tiene un receptor sensible a la luz llamado CCD, CMD o Cmos.
Generalmente, el CCD, consistente en una matriz reticular de cientos de miles de
células fotosensibles microscópicas (fotodiodos). A cada
fotodiodo le corresponde un píxel, por lo que cuantos
más fotodiodos tenga el CCD, mejor será la calidad
obtenida con la cámara, siendo valores habituales en las
cámaras actuales 128.000 (320 x 400 píxeles de
resolución) en las de gama baja, 4.200.000 (2.024 x
2.024 píxeles) en las de gama media y más de 6.000.000
en las profesionales de gama alta. Esta cantidad indica
cuantos millones de píxeles se utilizan para registrar la escena, suele definirse en
megapixeles.
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El píxel
Tratado miles de veces en incontables espacios dedicados a la fotografía digital,
es el elemento más pequeño que forma la imagen. Sólo conociendo su naturaleza,
características y funcionamiento es posible entender todos y cada uno de los pasos
de este proceso fotográfico, desde la captura de la imagen, hasta su salida y previa
edición.
Podemos definir el píxel (del inglés “picture element”, es decir, "elemento de
la imagen") es la menor unidad en la que se descompone una imagen digital, ya sea
una fotografía, un fotograma de vídeo o un gráfico. Para hacerse una idea visual de
su naturaleza, la comparación con los mosaicos formados por pequeñas piedras de
colores que conforman una imagen es siempre un ejemplo muy recurrente.
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esto es, el número de píxeles que conforman ese mosaico, por el tamaño de cada
uno de ellos y la segunda característica que define un píxel es su profundidad de
brillo, más conocido como profundidad de color. Para ver cómo influye este valor
en la información que contiene cada píxel y cuál es su importancia en la imagen
digital es necesario entender primero cómo se forma la imagen digital.
La formación de la imagen
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El sensor es una matriz formada por pequeños fotodiodos de silicio; un material
sensible a la luz. En lugar de generar una imagen latente como ocurría con la
película, en el sensor digital la luz incidente produce una determinada carga
eléctrica proporcional a su nivel de intensidad en cada uno de estos fotosensores.
El silicio reacciona ante la luz generando una carga eléctrica. El ADC se encarga de
digitalizar esta señal.
Esta primera fase del proceso se denominada muestreo, pero para poder hablar de
imagen digital es necesario convertir esta señal eléctrica -analógica- en un código
binario. De esta tarea se encarga el ADC, el conversor analógico- digital. A partir
de la información eléctrica, a cada píxel se le otorga un valor formado por ceros y
unos que luego será interpretado como un color determinado en cada uno de los
canales RGB de la imagen. La imagen obtenida con una cámara digital consta
generalmente de millones de píxeles ordenados en líneas y columnas.
Así, un ADC de 1 bit, sólo podría asignar dos valores: 0 ó 1, presencia de luz o
ausencia de ella. Un ADC de 8 bits genera valores de 8 cifras, por lo que
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combinando ceros y unos podemos obtener un total de 256 resultados. 256 valores
que equivalen a la cantidad de grises que el ojo humano es capaz de distinguir en
una imagen.
Pese a ello, es cierto que hay cámaras y escáneres que trabajan a 32 bits por canal.
Mediante esta información extra contenida en cada píxel se consigue una imagen
que resuelve mejor las zonas más complejas (sombras, áreas quemadas) y que
permitirá obtener mejores resultados sobre todo a la hora de interpolar.
Las imagenes capturadas en formato digital son las equivalentes a los fotogramas
expuestos. Pueden almacenarse en el microprocesador interno de la cámara, pero
más corrientemente se almacenan en tarjetas de memoria reutilizables.
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Las tarjetas de memoria son el sistema principal utilizado para almacenar las
fotografías de nuestras cámaras digitales; a pesar de los intentos de potenciar
sistemas de discos magnéticos u ópticos, siguen siendo el medio más popular, con
diferencia, para dicha función.
¿El porqué? Su pequeño tamaño y peso, la capacidad de poderlas reutilizar una vez
descargadas, la resistencia a golpes y otros agentes externos, la facilidad de uso
(no se puede comparar lo sencillo que es insertarla en la ranura de una cámara, ni
con las tradicionales películas), y la caída constante de sus precios, que han
logrado que capacidades de almacenamiento antes solo al alcance de los
profesionales sean ahora asequibles a todos los usuarios. Sin duda, la tarjeta de
memoria es el primer accesorio que un comprador de cámara digital debe adquirir.
Tradicionalmente se entregaban con las cámaras digitales de aficionados, tarjetas
de serie de poca capacidad, actualmente los fabricantes incorporan en la mayoría
de sus modelos de aficionado memoria interna y ninguna tarjeta de memoria. En
todos estos casos, nos vemos obligados a comprar una tarjeta adicional de una
capacidad aceptable.
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La descarga de imágenes puede ser:
Análisis comparativo.
Las ventajas principales de la fotografía digital son:
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