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Hendrix quemó su

guitarra: el vibráfono y la
marimba.
Jose Luis Santiago.

Hace ya unos meses os dijimos que a veces sentíamos cierto cansancio musical, sobre todo respecto
al pop-rock, porque teníamos la sensación de que todo nos sonaba más o menos parecido. Y lo
achacábamos, en parte, a la escasa variedad instrumental, o dicho de otra manera, a la casi
omnipresencia de la formación guitarra, bajo y batería en prácticamente toda la música pop-rock
contemporánea. Tiene cierta lógica: todo suena igual, porque los instrumentos que suenan son los
mismos. Con esa excusa abrimos una serie de artículos, que hoy continuamos, a la caza de
instrumentos no habituales en la música contemporánea.

Uno de los aparatos musicales que suele caer en manos de un niño suele ser un xilófono. Tiene
sentido, es sencillo y primitivo: con algún tipo de baqueta o maza golpeas una pieza que vibra y se
produce un sonido de una nota determinada si está afinado. Teniendo en cuenta la complejidad de
otros muchos instrumentos a la hora de ser tocados, parece claro que para un niño puede ser un
primer y fácil contacto con la música, más allá de que evidentemente no vaya a ser capaz de tocar
una canción.

Aunque el xilófono ha sido usado en la música contemporánea, es más habitual la presencia de dos
variantes de la familia de los idiófonos como son el vibráfono y la marimba. No nos atrevemos a
decir que el peculiar sonido de ambos no mezcle bien con el rock, pero está claro que su presencia
en el género ha sido muy escasa. Vamos a empezar por la que probablemente es la canción más
famosa con marimbas en la historia del rock, a cargo de los Rolling Stones.

Fue Brian Jones el que tocó el instrumento en esta canción buscando nuevos colores y texturas ya
que sentía cierto cansancio de las guitarras (mira por donde). Y precisamente esto es lo que aporta
el peculiar sonido del instrumento a la canción, una textura sonora diferente y probablemente
potencia ese groove vacilón, casi funky, que tiene la canción.

Vamos a recurrir a otros clásicos para la primera muestra del vibráfono. La diferencia fundamental
con la marimba es que las teclas de esta son de madera y las del vibráfono de aluminio, lo que
aumenta el sostenimiento del sonido y de las vibraciones, que en el caso de la marimba son más
cortas y secas. Para comprobarlo, vamos con esta “Crying song” de Pink Floyd y empezamos a entrar
en terrenos en los que este instrumento ha encontrado mejor acomodo y difusión.
Una capacidad indudable del vibráfono es la de crear ambientes y atmósferas, así que no debe
sorprendernos que Pink Floyd (maestros en estas lides) acabasen recurriendo a él. Esta “Crying
song” tiene una aire flotante, levitativo y relajante que se debe en gran parte a las vibraciones
sonoras del instrumento. Probablemente dentro del rock ha sido el progresivo, el sinfónico y la
psicodelia donde el instrumento ha tenido algo más de presencia. Aunque también es cierto que sus
cualidades y sus timbres en muchas ocasiones han sido creados (con sus limitaciones) por los
teclados, muchos más versátiles. Una de las bandas de progresivo que más lo ha utilizado y en todas
sus formas y variantes son los anglo-franceses Gong.

Luego volvemos al rock, pero ya que Gong se movió en terrenos próximos al jazz en algunos de sus
discos, debemos detenernos en el género en el que el instrumento ha tenido más presencia y
protagonismo y vamos a dejaros con algunas canciones de los grandes vibrafonistas del género y de
la historia. Además, ya va siendo hora de que veamos cómo se toca.

El primero de ellos es Milt Jackson, que nos demuestra que el vibráfono tiene ciertas similitudes con
el piano, y para que lo comprobemos, versiona el “Round Midnight” de Thelonius Monk.

Después de escuchar este tema y los anteriores, no se puede decir que el instrumento no tenga una
cierta capacidad hipnótica, que luego fue explotada al máximo por uno de nuestros siguientes
músicos al que más tarde iremos. El otro gran clásico del vibráfono, es Lionel Hampton, que ya un
tanto mayor y con su orquesta, nos demuestra que el vibráfono también se puede utilizar para tocar
melodías más rítmicas y juguetonas. O ritmos latinos y tropicales como en el caso del “Soul Sauce”
de Carl Tjaider.

El último gran virtuoso del vibráfono es Gary Burton. Aún nos lo podemos encontrar recorriendo los
escenarios en muchas ocasiones formando dúo con el gran Chick Corea al piano. Atentos a este
brutal “Armando’s Rumba” en el que se ponen ambos a jugar con el instrumento con sentido del
humor y con un despliegue y un dominio musical de otro nivel en el que poco a poco se va
construyendo la canción.

Volvamos al rock. Parece claro que cuando un músico o una banda deciden meter la marimba o el
vibráfono en sus canciones, especialmente un músico de rock, seguramente podamos poner entre
sus cualidades la inquietud, las ganas de probar nuevos sonidos y texturas, la voluntad de no sonar
siempre de la misma manera y todos los adjetivos que tengan que ver con no repetir un mismo
patrón y un mismo sonido de manera permanente. Y eso es lo que sucede con nuestros tres
siguientes protagonistas. El primero de ellos es el único que ha tenido de manera permanente en
su banda en determinados periodos de su carrera a una marimbista/vibrafonista. Ella se llama Ruth
Underwood y estuvo en The Mothers of Invention con Frank Zappa. Como todos los músicos que
han formado parte de las bandas de Zappa, una virtuosa y dominadora absoluta del instrumento
como podéis ver en este directo.

Lo convencional nunca fue con Zappa. Y tampoco con nuestro siguiente invitado (silencio y
reverencia), Tom Waits. Tras su época más pianística, folky y crooner, Tom realizó una triología de
discos monumental en la que decidió que quería cambiar las cosas y sonar diferente:
Sworfishtrombones, Rain Dogs y Frank’s Wild Years. Ahí es nada, la santísima trinidad. En esa
búsqueda de atmósferas, texturas y sonidos diferentes echó mano de diferentes instrumentos,
entre los que también se encontraba la marimba, en alguno de sus temas. Por ejemplo en este “Clap
Hands” dando un toque tribal y contribuyendo a la creación de una atmósfera entre los misterioso
y lo ponzoñoso. Como vemos, no solo fue una cuestión de los discos, sino que también se la llevo
de gira.

Por último, en esta triología de inconformistas culos inquietos musicales vamos con una banda algo
más contemporánea pero a la que eso de las atmósferas y cierto grado de experimentación sonora
se le daba bastante bien. Lo llamaron post-rock por llamarlo de alguna manera. Hablamos de
Tortoise, que tuvieron el vibráfono bastante presente de manera continuada en su música.

El origen de la marimba y posteriormente del vibráfono está en instrumentos precursores africanos


que llegaron a América por la vía de los esclavos y se fueron desarrollando y configurando allí. Eso
nos sirve como excusa para que aparezca nuestro vibrafonista preferido. Aquí tenemos al etíope
Mulatu Astatke haciendo su “gran éxito”, el “Yekermo Sew”, que sonaba de manera insistente e
hipnótica en la estupenda peli de Jim Jarmusch “Broken Flowers”. Y ya que estamos por el
continente os dejamos con otro de sus músicos más importantes, que aunque es fundamentalmente
conocido como saxofonista, también toco el vibráfono y la marimba en numerosas ocasiones. Se
trata de camerunés Manu Dibango.

Continuamos con dos bandas más a las que siempre les gusta dar ciertos toques personales y
distintivos a su música. The Cure recurren al vibráfono o xilófono (no sabemos) para darle un
toquecito pequeño pero definitorio a su “Close To Me”. Y The Withe Stripes, única banda que ha
aparecido en los dos artículos de esta serie, decide sin embargo ceder prácticamente todo el
protagonismo a la marimba en este “The Nurse”.

Por último, nos salimos por la tangente y vamos con una composición para dos marimbas y dos
vibráfonos del compositor estadounidense, pionero del minimalismo, Steve Reich. Al lado de esto,
muchas de los temas anteriores son un juego de niños. Una demostración completa y profunda de
las posibilidades sonoras de ambos instrumentos.

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