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RELATO HISTÓRICO: LA NOCHE TRISTE

La noche triste es la derrota sufrida por los soldados españoles de Hernán Cortes y sus
aliados a manos del ejército mexica entre el 30 de junio y la noche del 1 de julio de
1520 en las afueras de Tenochtitlan, hoy Ciudad de México.

LA ENTRADA DE CORTÉS EN TENOCHTITLAN

El día 8 de noviembre de 1519, Cortés y su ejército entraron en la capital del imperio


mexica, Tenochtitlan. Fue recibido por Moctezuma II y su nobleza mexica. Después del
recibimiento, Hernán Cortés fue hospedado en el palacio de Axayácatl, situado en el
centro de la isla ciudad, posteriormente Cortés volvió a ese lugar su

cuartel.

PRISIÓN DE MOCTEZUMA Y MATANZA DEL TEMPLO MAYOR

Durante la ausencia de Hernán Cortés, Pedro de Alvarado quedo al mando y dirigió un


ataque preventivo pues pensó que los mexicas preparaban una rebelión en contra de los
españoles, algo que fue incorrecto ya que los mexicas celebraban a Toxcatl. La masacre
se dio el 22 de mayo con la eliminación de decenas de mujeres y niños, que despertaron
el odio visceral del imperio mexica. La matanza del Templo Mayor fue la chispa de la
rebelión. Esta comenzaba poco después de que Cortés regresó y tratará de calmar los
ánimos, solicitándole a

Moctezuma salir a calmar a su población. La población pensó que Moctezuma estaba del
lado de los españoles, por lo que comenzaron a arrojarle piedras y flechas que lo hirieron
mortalmente. Moctezuma murió días después y los mexicas eligieron a un nuevo rey,
Cuitláhuac.

LA NOCHE TRISTE

Tras una semana de combates, los españoles y sus aliados indígenas, cercados en el
palacio de Axayácatl ya casi sin alimentos, decidieron huir llevando consigo el tesoro de
Moctezuma, en la medianoche del 30 de junio de 1520. Cortés dio la señal de partida y
bajo la orden de silencio, escaparon en canoas por el lago, sin embargo fueron vistos por
una anciana mexica que había salido a tomar agua en un cántaro advirtió la huida de los
españoles y avisó a los guerreros mexicas. Pronto empezó a sonar el tambor en el templo
del Huitzilopochtli y los españoles se vieron rodeados por miles de furiosos guerreros.
En cuestión de minutos la laguna estaba llena de canoas repletas de nativos armados de
lanzas y flechas. Quienes no fueron masacrados murieron ahogados en los canales,
debido a que no quisieron deshacerse de la joyas y el oro que cargaban, muchos
arrastrados por la armadura de acero y barras de oro murieron. Las perdidas españolas
fueron considerables, en la huida se perdió la mitad de la tropa española (450
españoles), aliados (4000), el 90 % del tesoro saqueado se perdió en el lago.

Tras esa noche, Hernán Cortés con la Malinche a su lado, se sentó bajo un gran árbol
de ahuehuete en Popotla y lloró por la perdida de sus hombres y la mayor parte de las
riquezas que había robado. El trayecto de los conquistadores españoles continuó de
Tlacopan (Tacuba) hacia Otumba, donde tuvieron que confrontarse nuevamente con los
guerreros mexicas en el que derrotaron decisivamente a los mexicas y termino con la
muerte de su capitán. Finalmente pudieron llegar al territorio aliado de Tlaxcala donde
Cortés trazo el asedio de Tenochtitlan y la eventual destrucción del Imperio Azteca el
13 de agosto de 1521.

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