Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Carreras Musicales
Mendoza, 2019
RESUMEN
El silencio como metáfora en la obra Hojas de otoño, égloga para solo de flauta de Cirilo
Vila
El trabajo asume la palabra “interpretación” en sentido amplio, indagando los significados que
nuestra subjetividad de intérpretes alcance a develar a cerca de la obra, más allá de convertir
su partitura en música. Se propone interpretar la metáfora del silencio en la obra a través de
tres dimensiones: musical, artística y político – social. Se inicia corroborando que, entre los
antecedentes existentes, no obran trabajos académicos que desarrollen abordajes analíticos e
interpretación de la obra objeto de estudio, lo que convierte esta investigación en un trabajo
original. En el cuerpo del trabajo se brindan conceptos y enfoques teóricos que nos permiten
desarrollar los niveles interpretativos a los que arribamos en el capítulo final. Tales son: ideas
provenientes de algunas corrientes internacionales del Siglo XX vinculadas a los materiales
sonoros (incluido el silencio) que conforman el lenguaje de la obra y metodologías empleadas
en los abordajes analíticos musicales e interdisciplinares, de las que deviene el análisis de los
signos realizado, así como un acercamiento al análisis crítico del discurso. En el devenir de la
tesina se ofrece información relevante del contexto en el que nació la obra en estudio, la
dictadura chilena, con el objeto de configurar parte de la trama discursiva social y política, de
la que Hojas de otoño forma parte. A partir de la aplicación de las propuestas metodológicas
seleccionadas, se logra acceder a las tres dimensiones propuestas inicialmente. Se concluye en
la configuración de múltiples metáforas, entre las que se incluye la metáfora del silencio, que
ostenta nuestro título e hipótesis, por lo que ésta se ve corroborada y excedida.
RESUMO
O silêncio como metáfora na obra de Hojas de otoño, égloga para solo de flauta de Cirilo
Vila
2
obra em três dimensões: musical, artística e político-social. Para tanto, inicia-se constatando
que não há trabalhos acadêmicos, entre os antecedentes existentes, que desenvolvam
abordagens analíticas e interpretação da obra objeto deste estudo, o que converte esta pesquisa
num estudo original. No corpo do trabalho, são oferecidos conceitos e enfoques teóricos que
nos permitem desenvolver os níveis interpretativos debatidos no capítulo final. Entre esses
conceitos, figuram ideias provenientes de algumas correntes internacionais do século XX
vinculadas aos materiais sonoros (incluído o silêncio) que constituem a linguagem da obra;
metodologias empregadas nas abordagens analíticas musicais e interdisciplinares, das quais
provém a análise realizada dos símbolos; assim como uma aproximação da análise crítica do
discurso. No avançar da dissertação, são oferecidas informações relevantes sobre o contexto
em que a obra em estudo nasceu: a ditadura chilena. Isso para configurar parte da trama
discursiva, social e política da qual faz parte “Hojas de otoño”. A partir da aplicação das
propostas metodológicas selecionadas, se alcançaram as três dimensões propostas
inicialmente e se conclui na configuração de múltiplas metáforas, entre as quais a metáfora do
silêncio está incluída – conforme apontam o título e a hipótese deste trabalho –, posto que a
metáfora do silêncio é confirmada e excedida.
ABSTRACT
The silence as a metaphor in the piece Hojas de Otoño egloga para solo de flauta by
Cirilo Vila.
This paper approaches the word interpretation in its broadest sense, searching for meanings
that we as interpreters may develop beyond simply decoding the score into music. Its purpose
is to understand the metaphor about silence through three different aspects (or dimensions):
musical, artistic and social-political.
Firstly, we make sure that there are not previous research papers on this piece that have
analyzed it technically and/or musically, thus making it an original research.
Secondly, the body of the work provides concepts and theories that give us the tools in order
to develop the interpretative levels found in the final chapter. Such concepts are ideas taken
from international music currents of the 20th century linked to sounding material (including
silence) which becomes the language of the piece. Employed methods of the different music
3
and multidisciplinary analytical approaches led into an analysis of notation (signs) as well as
an approach to a critical analysis of the discourse.
Thirdly, the peak of the paper offers relevant information about the context in which the work
was conceived, the Chilean dictatorship. The purpose of it is to contextualize socially and
politically the trama to which "Hojas de Otoño" belongs. By applying the selected methods
we can analyze the three different aspects mentioned above.
Finally, the paper sets up multiple metaphors, among which is the one about silence, topic that
holds the paper's title and hypothesis, thus proving it.
4
INDICE
RESUMEN ........................................................................................................................... 2
Introducción ........................................................................................................................ 11
CAPITULO I..................................................................................................................... 13
5
3.3 Técnicas Extendidas, el Nuevo Virtuosismo Instrumental. .......................................... 40
3.3.1 Técnicas utilizadas. .............................................................................................. 40
3.4 Análisis de núcleos y motivos ..................................................................................... 43
3.4.1 Núcleo generador principal................................................................................... 43
3.4.2 Núcleo dos. .......................................................................................................... 44
3.4.3 Núcleo tres. .......................................................................................................... 44
3.4.4 Núcleo cuatro. ..................................................................................................... 45
3.5 Forma global .............................................................................................................. 45
3.5.1 Parte 1 .................................................................................................................. 47
3.5.2 Parte 2 .................................................................................................................. 49
3.5.3 Parte 3 .................................................................................................................. 50
3.5.4 Parte 4 .................................................................................................................. 52
3.6 Gráfico de segmentaciones ........................................................................................... 55
CAPÍTULO IV .................................................................................................................. 57
Bibliografía ......................................................................................................................... 74
6
Anexo II Análisis de micromodos ....................................................................................... 82
7
In memoriam
Cirilo Vila
(1937-2015)
8
AGRADECIMIENTOS
9
Tabla de ilustraciones
10
Introducción
11
En el Capítulo II describiremos aspectos relevantes del contexto (lugar y época) en
el momento en que nació Hojas de otoño, así como de la vida de su autor, Cirilo Vila, en
torno a su actividad musical, con el objeto de acercarnos a la trama discursiva de la cual
nuestra obra forma parte.
El Capítulo III constituye el espacio donde se intentará analizar el material musical,
en busca de esquemas y modelos objetivos en los que podamos basarnos para configurar
signos, cuyos significados, que pertenecen al universo creado entre autor e intérprete,
puedan ser luego planteados e interpretados.
En síntesis, los Capítulos II y III brindarán los insumos que nos acerquen a los
niveles interpretativos que se desarrollarán en el Capítulo IV. En este espacio final, tendrá
lugar la interpretación de la dimensión artística y la construcción de nuestra interpretación
respecto de la dimensión social y política de esta música.
12
CAPITULO I
13
¿Qué elementos en común poseen la música de Hojas de otoño con las hojas, con el otoño,
con la flauta y su ejecutante, con su autor y el espacio –tiempo en el que nace la obra?
14
Con el propósito de interpretar, en sentido amplio, Hojas de Otoño de Cirilo Vila,
partiremos del análisis de la obra con sus particularidades, vinculando su estética musical
con el contexto. Utilizaremos, inicialmente, orientaciones metodológicas creadas por el
Maestro Francisco Kröpfl, sistematizadas por la Magíster María Inés García para la cátedra
de Análisis y Morfología Musical de la Universidad Nacional de Cuyo (UNCuyo),
complementando con los escritos del maestro compositor Mario Lavista. Estas
indagaciones nos permitirán dar cuenta de los aspectos formales y sintácticos, así como
construir un modelo sintético que explique su estructura y sistema. Dada la relevancia que
asume el silencio en nuestra hipótesis, indagaremos, de modo general en el presente
Capítulo, los conceptos de sonido, ruido y silencio que se gestaron en algunos movimientos
artísticos entre finales del siglo XIX y principios del siglo XX, desde donde observaremos
las teorías expuestas por algunos contemporáneos cuyas estéticas contextualizan la de
Cirilo Vila.
A partir de tales análisis podremos observar aspectos que reúnen más de una
disciplina artística, discursos sonoros, gestuales y visuales que configuran otros niveles de
significación y nos permitirán ubicar la obra en campos estéticos particulares surgidos en
el Siglo XX, prestando atención a las corrientes musicales de la época y, especialmente, los
enunciados con respecto al silencio. Tales reflexiones nos llevarán, desde la dimensión de
interpretación sonora, hasta el nivel o dimensión de interpretación artística, momento en el
que serán necesarios los marcos teóricos propuestos por Tadeusz Kowzan (1992), que
aunque provenientes de las Artes Dramáticas, pueden resultar eficientes para reflexionar
sobre la obra en cuestión, ya que la gestualidad del intérprete puede ser relevante.
Trascendiendo de la obra artística, y en relación con su contexto de creación,
estableceremos una relación entre el contexto histórico del compositor y su obra, momento
en que observaremos aspectos vinculados a expresiones políticas y sociales,
acontecimientos y pensamientos con los que explicaremos la época y lugar en el que
emerge y transcurre la obra. De este modo, nos proponemos abordar la dimensión política y
social de Hojas de otoño.
El propósito de la presente tesina no sólo se centra en la puesta en valor de la obra y
su autor, sino en brindar un enfoque amplio que permita pensar la música y la
interpretación musical, más allá de una disciplina en sí misma, dentro de un campo
15
interdisciplinar que colabore en interpretar signos, que tales como sonidos, ruidos y
silencios, gestos y quietud, nos ayuden a configurar nuevas miradas para comprender y
disfrutar del arte contemporáneo, imposible de concebir lejos de sus profundos contenidos
y connotaciones políticas y sociales, como emergente de su propio contexto.
16
Los registros en soporte audio- visual que disponemos están en YouTube. El
primero, realizado por Valentina Galaz 1 en contexto del Homenaje a Cirilo Vila en la
Universidad en Nebraska, EEUU; proyecto financiado por los Fondos del Ministerio de
Cultura en el año 2015. Y el segundo, de Wilson Padilla 2 en el XVI Festival de música
contemporánea de la Universidad de Chile en 2016, autofinanciado por las entidades de la
misma Universidad.
Con respecto a los escritos y publicaciones en revistas sobre la obra, enunciaremos
primeramente las palabras del maestro, dichas en una entrevista para la radio Beethoven:
Le tengo mucho cariño a mis obras para canto y piano, como “El Fugitivo”, “Oda
a la Esperanza” sobre texto de Neruda, el tango “Tan Solo Sombras” (...) y “Hojas
de Otoño’ para flauta sola”. (Vila, 2013)
Sin embargo, años antes escribe sobre la obra (a modo de comentario del disco
Vila/Schoenberg que será mencionado a lo largo de este escrito) el compositor Chileno -
ex alumno del maestro- Alejandro Guarello (2004):
Karina Fischer es la encargada de dar vida a Hojas de Otoño (Égloga para solo de
flauta) de 1984 que Cirilo Vila compuso, continuando con su actitud de escribir
desde lo simple y para un instrumento solo, facilitando su interpretación sin recurrir
a grupos o agrupaciones instrumentales que, por ese entonces, hacían difícil su
presentación en concierto. Además, la acción solicitada al intérprete en concierto
(dejar caer las cuatro hojas que constituyen la partitura cuando se termina de leer
cada una de ellas) revela cierta ironía esperanzadora luego del inicio de las protestas
masivas en 1983 que abrían posibilidades ciertas de cambio en la realidad nacional.
En cuando a la música misma, Hojas de Otoño refleja la tendencia de Cirilo Vila
hacia una redacción sonora más ligada a la tradición de la frase y del motivo
musical. (Pág. 43- 44)
1
https://www.youtube.com/watch?v=6p9SbR49Q3I
2
https://www.youtube.com/watch?v=Th8ureIOtbc&t=2s
17
Con excepción de los comentarios sobre Poema y Hojas de otoño, donde se
entregan ciertos antecedentes formales, se trata de datos generales -y muy
significativos en algunos casos- en torno al contexto de composición de las obras.
(pág. 122)
Cada uno de estos antecedentes nos proporciona información valiosa para tomar en
cuenta datos con respecto a la forma en que se ha profundizado en el lenguaje de la misma.
Logramos evidenciar que, si bien es cierto que existen ciertos abordajes musicales,
no dejan de ser solo comentarios u observaciones. Por lo cual, consideramos que no existen
antecedentes similares a la presente tesina, que pretende profundizar en los niveles de
análisis pertinentes, según las metodologías apropiadas y dentro de los conocimientos
adquiridos, tanto en el desarrollo de una licenciatura en instrumento académica, como en el
proceso de realización de esta tesina.
Nos proponemos indagar el panorama musical pertinente que, suponemos, dados sus
recorridos académicos y artísticos, se situaría como parte del contexto conceptual sobre el
que nuestro compositor asienta su estética, por lo que nos ayudaría, no sólo a comprenderla,
sino a indagar los materiales constructivos de su obra.
Ferruccio Busoni (1866-1924) publica en 1907 un documento bajo el título “Entwurf einer
neuen Ästhetik der Tonkunst” que en su traducción al español sería “Boceto de una nueva
estética para la música”.
18
Este nuevo enfoque, totalmente vanguardista, ubica al ruido como un material a ser
considerado e incorporado al ejercicio compositivo, fundamentado en la importancia de
añadir nuevos timbres. Su influencia alcanzó a Edgard Varése, Kurt Weill y Otto Luenning
(García, 2014, idea no textual)
Hacia 1909, en Italia, se publica el “Manifiesto futurista”, escrito por Filippo
Tommaso Marinetti (1876-1944), que se fundamenta y contextualiza en el nacimiento de
los sonidos de la maquinaria incorporada por la industrialización. El Futurismo,
movimiento que dio impulso a la creación de este manifiesto, representó la esencia de la
realidad que debían enfrentar los artistas en su época, porque “todo lo que existe está
compuesto esencialmente de vibraciones de distintas intensidades en la materia primaria,
el éter” (García P. , 2014) el cual según Patricia García describe, ostentaba claros
propósitos:
Si bien es cierto que este movimiento sufrió oscilaciones entre la música y las
ciencias, persistió, y no fue hasta 1913, cuando Luigi Russolo escribe “L’arte dei rumori”,
donde considera al ruido como un nuevo material para la creación musical, no sin antes
haberse dedicado con rigor científico a la investigación en la física de la luz, ondas, sonido,
acústica, magnetismo, espiritualismo y metafísica. (García P., 2014 cita no textual).
Posteriormente, el compositor argentino Marcelo Toledo nos muestra, con una
mirada actual, algunos conceptos que refieren a los inicios de la aplicación de este nuevo
fenómeno en su publicación acerca del ruido:
19
1.2.2 Segunda escuela de Viena.
Esta nueva forma de organización de las alturas “rechaza las relaciones básicas
entre los grados de la escala diatónica” (Paz, 1971), y así se le brindó autonomía a los
doce sonidos de la escala cromática.
Por otro lado el serialismo integral, gracias a Olivier Messiaen pretende organizar
matemáticamente los parámetros de altura, intensidad, duración y timbre, que según explica
Ulrich Michels (1982):
3
En consecuencia a la ruptura de la tonalidad del siglo XIX con compositores como Wagner y Liszt.
20
«equivalencia de todos los elementos de una composición» (Stockhausen). El
modelo adoptado es el pensamiento serialista de Webern. (pág.553)
21
En contraste y complemento a todo este acontecer musical, surge la música aleatoria
(del latín Alea: dado, azar), la cual el escritor italiano Umberto Eco (1992) describe como
una autonomía que se le concede al compositor en su proceso de creación. Hacemos una
reinterpretación de su concepto de “actos de libertad consciente” donde le damos
protagonismo y valor al interprete, y por ende ‘recrea’ la obra, ya que consideramos
necesario que el músico tenga identidad y pueda tomar decisiones con una postura musical,
artística y política. Continuando con el concepto de lo aleatorio “Se presenta una poética de
la obra de arte que carece de resultado necesario o previsible, en la cual la libertad del
intérprete juega como elemento de esa discontinuidad” (Urtubey, 2007) además
complementa: “(…) esa libertad ubica la aleatoriedad en las antípodas del serialismo
integral” (pag. 343). Nos encontramos en un punto contrario, donde los parámetros se
escriben o improvisan de acuerdo a, por ejemplo, el lanzamiento de un dado.
Así mismo, en su relación con las corrientes de la época (bajo la influencia del
budismo zen y la filosofía india), escribía antes de estos dichos, su paradigmática e icónica
obra 4’33’’. La obra insonora que revolucionó a la audiencia en 1952, consiste en el
silencio mantenido durante este intervalo de tiempo, de forma cronometrada. Entre tanto, el
acontecer de estos tres movimientos, es interesante reflexionar acerca del tema estético,
llevándonos a la búsqueda más profunda de significados. Ir más allá de un accionar directo.
No parece ser suficiente la idea que nos lleva a pensar solo en la ausencia de sonido
o la incomodidad del silencio prolongado e inesperado. No es conveniente basarnos en una
linealidad en la interpretación de los hechos y banalizar una obra que fue significativa para
sus contemporáneos y que trasciende hasta nuestros días. Por esto son importantes sus
22
discursos, ya que de esta forma, después de experimentar durante mucho tiempo con el
silencio, J. Cage nos traza un camino para interpretar sus ideas:
Donde quiera que estemos lo que escuchamos es más que nada ruido. No podemos
ignorarlo, nos perturba. Cuando lo escuchamos, lo encontramos fascinante. El
sonido de un camión a 50 millas por hora. La estática entre estaciones. Lluvia.
Queremos capturar y controlar estos sonidos y usarlos no como sonidos de efecto,
sino como instrumentos musicales.” 5 (Cage, 1958, p. 3)
23
cualquier atisbo de interioridad” (pág.2). Es por estos procesos, que se irá revalorizando el
silencio como un significante. Le Breton (1997) lo explica del siguiente modo:
Silencio y palabra no son contrarios, ambos son activos y significantes, y sin su
unión no existe el discurso. El silencio no es un resto, una escoria por podar, un
vacío por llenar, por mucho que la modernidad, en su deseo de plenitud, no
escatime esfuerzos para intentar erradicarlos e instaurar un definitivo continuo
sonoro (pág. 7)
Sin embargo, debemos tener en cuenta que Agawu nos está hablando del contexto
de la música tonal decimonónica.
David Le Breton nos guía en la definición de la palabra “silencio” (1997)
expresando:
El latín distingue dos formas de silencio: tacere es un verbo activo, cuyo sujeto es
una persona, que significa interrupción o ausencia de palabra, silere es un verbo
intransitivo, que no sólo se aplica al hombre sino también a la naturaleza, a los
objetos, a los animales, y que expresa la tranquilidad, una presencia apacible que
ningún ruido irrumpe” (pág. 13)
Podemos deducir, entonces, que la expresión utilizada en las partituras como tacet,
provenga de ese silencio activo al que se refiere Le Breton.
Para expresarlo con (Eco, 1962) “Cada siglo,[en] el modo de estructurar las formas
del arte refleja el modo como la ciencia o, sin más, la cultura de la época ven la realidad'
(pág.89), por lo tanto, el silencio del siglo XIX, no es el mismo que el del siglo XX, así lo
demuestra John Cage con 4’33’’, como decíamos anteriormente, con la obra que logró
cuestionar la existencia del silencio y rompió paradigmas que trascendieron del plano
musical.
24
1.4 Marcos teóricos para interpretar Hojas de otoño
En este apartado se explicarán las bases teóricas sobre las cuales se fundamentarán
las interpretaciones posteriores.
25
transformados en artificiales (por ejemplo el relámpago en una obra dramática). (pág.164,
idea no textual)
Consideramos relevante explayarnos en los conceptos de Kowzan acerca de dos
sistemas de signos en particular: la música y los gestos, ya que este trabajo de investigación
tratará de establecer el vínculo entre éstos. La función semiológica de la música ampliada
por aspectos gestuales que devienen de lo teatral, es indudable en la mayoría de los casos.
Cuando las diferentes expresiones artísticas confluyen, el papel de las palabras y los gestos,
los movimientos del intérprete, los objetos (atril, instrumento, partitura) y la luz, adquieren
un papel especial que consiste desarrollar signos de diferentes sistemas o incluso
reemplazarlos: tal es el caso de un gesto afectivo en el rostro de un intérprete que puede
reemplazar muchas palabras o los sonidos descendentes en una melodía que pueden
significar, entre otras situaciones, la caída de las hojas. Todos estos signos pueden evocar
sentimientos, tiempos, ambientes, situaciones, lugares o épocas, acciones u otros aspectos
que se integran a un universo artístico creado por el autor y re creado por el intérprete.
De los trece sistemas de signos que propone Kowzan como significativos para el
análisis semiológico, debemos detenernos en explicar aquellos que forman parte del grupo
de contenidos auditivos (palabra, tono, música y sonido), observando también los signos
del segundo grupo relacionado con contenidos visuales, que tengan pertinencia con la obra
bajo análisis (gesto, movimientos del intérprete, objetos escénicos, iluminación)
La palabra es significativa porque denota en forma directa uno o más significados
que se encuentran en el plano semántico. El sonido, como signo se relaciona con todo
aquello que suena en una obra y no es, necesariamente música en su definición tradicional.
El sonido puede ser producido por los intérpretes: sus pasos, suspiros, aquellos que resulten
de acciones (entrechoques u otras) con la escenografía, el piso u otros objetos escénicos,
palmas, percusión corporal, sonidos producidos con la voz, etc.
Dentro del universo de la palabra “sonido” se integrarían lo que denominamos
efectos sonoros y ruidos. En todos los casos, los signos que interesan en relación a lo
significativo para la construcción de una obra artística, son los producidos con
intencionalidad, pues siendo ruidos o sonidos naturales o artificiales en la vida, son
reproducidos artificialmente para los fines del espectáculo y forman el sistema de efectos
sonoros.
26
La palabra música, tal como la define el etnomusicólogo John Blacking (1973),
integra todos los “sonidos humanamente organizados”, tengan éstos altura determinada o
no, lo cual permitiría integrar al concepto música, los “ruidos”. La diferencia que establece
Kowzan resulta interesante para clasificar como sonido a todo aquello (de altura
determinada o indeterminada) que producen los actores o el técnico, incluyendo los efectos
sonoros, los que se integrarían a la música.
Los signos que estarían integrados al sistema visual son, entre otros: los gestos,
movimientos escénicos del intérprete, la escenografía y la iluminación. Tales signos han
sido seleccionados por su pertinencia para un intérprete musical.
Los gestos son signos: cualquier movimiento o actitud de las manos, los brazos, las
piernas, la cabeza o el cuerpo entero de los intérpretes que se realiza con el objeto de
comunicar algo. Kowzan integra los movimientos escénicos del actor y sus
desplazamientos en el espacio. Estos pueden ser los espacios ocupados en relación a otros
actores, al público y a los objetos escenográficos. Su planteo incluye el análisis de los
ritmos de tales movimientos, analizando sus velocidades significativas, que para nosotros,
músicos, serían los tempi de los gestos y movimientos. Sobre los objetos escénicos,
propone analizar su significado en la construcción del universo artístico del actor,
indicándonos que tales objetos pueden existir o no. Esto resulta diferente cuando el objeto
es tangible o el actor le da existencia mediante su gestualidad, pero no existe
materialmente. Según nuestro entender, y saliendo del sentido que le atribuye Kowzan, el
permitirnos “actuar” en un espacio simbólico invisible, realizar gestos y producir música
que construye un universo no tangible, constituye un nivel metafórico, cuya presencia en la
música es habitual. Por último, otro signo propuesto por Kowzan es la iluminación, en tanto
que la luz sobre el espacio escénico, sobre el intérprete o sobre cualquier objeto que se
desea iluminar tiene la intención de expresar y, en sí misma, puede tener un valor
significativo. La luz puede delimitar el espacio escénico, intensificar o atenuar el valor de
algún objeto o persona, en síntesis, puede resultar un medio expresivo con capacidad de
significar, a nuestro criterio, también en la música interpretada en vivo.
27
1.5 Análisis crítico - político del discurso
28
CAPITULO II
Esta investigación busca, entre otros aspectos, dar valor a la huella que dejó Cirilo
Vila (1937-2015) en el panorama musical chileno a través de una de su obra: Hojas de
Otoño para flauta sola. Para lograr este objetivo, resultará necesario dar cuenta de la
historia de vida del autor y su incidencia en un contexto específico, un país latinoamericano
cuya historia social y política permitieron que surgiera un arte capaz de expresar
conflictividades, identidades y subjetividades que dan cuenta de una cultura particular.
2.1.2 El autor
Cirilo Vila nace el 7 de Octubre de 1937 en Santiago de Chile. Con 7 años comienza
su formación musical en el Conservatorio Nacional de la Universidad de Chile, la cual
finaliza en 1958 con el título de Licenciado en Interpretación Musical con mención en
Piano, siendo destacado con la distinción máxima a los 22 años. En 1957 es galardonado
con el premio Orrego Carvallo, al ser reconocido como el mejor alumno del año.
Su formación como compositor comienza con Alfonso Letelier entre los años 1954-
1958 y en 1960-1961 con Gustavo Becerra. Ambos compositores chilenos, con una gran
trayectoria musical.
A partir del año 1962, Cirilo Vila comienza su etapa de estudios en Europa gracias a
diferentes becas. La primera de ellas gracias al gobierno Italiano, con la cual estudia
dirección orquestal con Franco Ferrara en el Conservatorio Santa Cecilia, durante un año.
Posteriormente, en París, en la ‘Ecole Normale de Musique’ con Pierre Dervaux, y entre
1964-1969 en clases particulares de Análisis con Oliver Messiaen y de composición con
Max Deutsch. En esta etapa final, decide retornar a Chile.
29
2.1.3 Golpe de estado, dictadura.
La convicción era que desde el arte y con el arte –verdadera reserva moral del humanismo–
era posible “hacer algo”; callada y modestamente, por cierto, como se siembran las
semillas, pero sabiendo que en el ejercicio de la inteligencia, la sensibilidad y la
imaginación creadora –armas de paz, ciertamente– y en la formación rigurosa del oficio,
más temprano que tarde fructifica, sobre sólidas raíces, la libertad del espíritu (Vila, Cirilo,
1999, pág. 24).
Y así, en medio de esa oscura y macabra época en Chile, Cirilo Vila formó,
conformó y consolidó las agrupaciones que serán mencionadas a continuación:
En el año 1984 la fuerza del taller 666 se dispersó, era de esperarse, pues la
represión ya llevaba 11 años instalada en el país, sin luces de un retorno a la democracia.
Cirilo, quién en su labor como formador seguía entregando conocimientos, también
31
continuaba su tarea como pianista, solista, acompañante y de música de cámara. Ese año de
la disolución del taller, es invitado a formar parte del ensamble como pianista.
Inventamos el Ensemble Bartók Chile, que no habría sido posible concebir sin tu
participación (Gerardo Gandini). En cierto modo fuiste tú el padre del conjunto,
como que Alicia Terzián fue su madre. (pág. 127)
Una vez conformado el grupo, Cirilo Vila ingresa como pianista en el año 1984,
cumpliendo un rol fundamental en este nuevo ensamble. La eximia cantante Carmen Luisa
Letelier comenta en una entrevista de la RMC:
El repertorio que abarca el ensamble va desde Haydn y Mozart, hasta los lenguajes
vanguardistas, siendo el único en preservar tal identidad durante 30 años en Chile hasta
hoy.
32
Dada su formación de quinteto, sus posibilidades de agrupación son diversas, por lo
que han estrenado cientos de obras de compositores chilenos y latinoamericanos.
33
Gracias a la seriedad del trabajo de cada uno de los grandes exponentes que se
vincularon a la Agrupación Anacrusa, al compromiso y resistencia política frente a los
hechos, se realizaron tres importantes festivales, autos gestionados, autos dirigidos y
totalmente exitosos.
• El primero se realizó en 1985, y convocó a todos los compositores Chilenos
radicados en el país y el extranjero. El evento tuvo una duración de 5 días y citó
a 22 creadores. Se realizaron 3 conciertos y la asistencia total fue de 1500
personas.
• El segundo se realizó en 1987, tuvo una duración de 6 días y se convocaba a
todos los compositores latinoamericanos del cono sur. Contó con la presencia de
42 compositores, los cuales realizaron ponencias, conferencias, talleres y
conciertos que contaban con 600 personas de público en cada noche (3.600 en
total aprox.).
• Ya el tercer festival realizado en 1989, tuvo una duración de 10 días, y la
convocatoria reunió a compositores de todo Latinoamérica, congregando así a 61
compositores, con un público total de 4550 personas.
Las expectativas de realización fueron notoriamente superadas conforme se
realizaba cada festival, el material fonográfico recopilado en casetes para cada concierto,
evidencian la preocupación por la trascendencia histórica de aquellos encuentros.
En la conclusión publicada en la Revista Musical Chilena, como cierre al último
festival realizado de la agrupación, Eduardo Cáceres expresa lo siguiente:
Desde que nuestra Agrupación se fundó, está en permanente cambio y crisis […]
finalmente la crisis revela cambio, y si las circunstancias se perfilan en otra
dirección, sabremos orientar nuestros pasos en pos de una nueva perspectiva.
Nuestro quehacer no depende del gobierno anterior o del actual, sino de las
necesidades de las personas de nuestro entorno, coro y reflexión colectiva.
Cualesquiera que sean las autoridades correspondientes, y no den cabida como es
debido al arte de hoy (y no sólo al de museo), recibirán de nuestra parte una
oposición decidida (1990, pág. 91)
34
2.2.1 Publicaciones.
35
agota solamente en el instrumento, sino que el instrumento es un medio para producir todo
un pensamiento, un mundo de ideas”.
Como ya habíamos mencionado, la década del 70’ comienza auspiciosa, la
continuación y crecimiento de “La Nueva Canción Chilena” y la fértil atmósfera creativa
que se propagaba por todo el país era alentadora.
Resulta de suma relevancia destacar el compromiso que Cirilo Vila tuvo durante
toda su vida y quehacer musical, y en especial en épocas donde las circunstancias eran
adversas, desfavorables y hostiles. Sin duda, un referente musical y humanista, de quien
esperamos se continúe con su legado.
36
CAPÍTULO III
Se analizará la obra Hojas de Otoño para flauta sola, compuesta en 1984. Estos
análisis propenderán a reflexionar sobre la construcción de discursos sonoros, gestuales y
visuales.
Entendemos por análisis formal, aquel que es aplicado a nivel macro de la obra.
Tomando en cuenta segmentaciones grandes, y definiendo a estas mismas como ‘partes’.
37
Según Douglas Green (1964: 73) mencionado en el documento publicado on-line
por Maria Emilia Greco (2019)
El análisis de la forma en la música responde a la división del todo en partes y la
exploración de la relación de estas partes entre ellas y con el todo. Para Kühn
(1992: 17), el acto de dar forma a la música implica transformar una serie de notas
en tipos de manifestaciones inteligibles, crear relaciones entre partes o hacer que se
enfrenten. Dar forma apunta a una relación y una coherencia tanto de los detalles
como del conjunto.
Ambos autores señalan que en la importancia del oyente, que realiza una
construcción de la forma de una pieza. Consideran que tanto para los/as
compositores como para los/as intérpretes es importante que los/as oyentes
relacionen los diversos momentos y sigan expectantes una cierta dirección. (Greco,
2019)
2. De acuerdo al número de partes: primarias, binarias y ternarias. Estas son las más
usuales pero pueden haber obras que tengan más segmentaciones.
Según esto podemos decir que en su forma, a nivel macro, es simple, ya que
analizaremos solo un nivel de forma. Sin embargo, el silencio generado por la caída de las
hojas de la partitura (cada vez que cada una de ellas es tocada en su totalidad) nos lleva a
decidir que la obra tiene 4 partes (forma cuaternaria). Consideramos esto, de gran
importancia, ya que la clasificación de partes es solo para las formas compuestas (según la
metodología empleada) y hemos definido la pieza con forma simple.
Es evidente, entonces, la natural contradicción que a veces supone el analizar una
obra musical bajo ciertos parámetros estructuradores. Estos mismos, a su vez, nos llevan a
38
probar la importancia que tiene descubrir, a través del análisis, los rasgos distintivos
propios de la obra. En este caso, el silencio y su función formal y metafórica.
Con respecto al tercer criterio de clasificación formal (mencionado en la página
anterior) es importante aclarar que la obra es atonal, de acuerdo a su sistema de
organización de alturas; razón por la cual no podrá analizarse conforme a estas
categorizaciones. En consecuencia, ya que no posee movimiento armónico tonal, se realizó
un análisis de micromodos, utilizando también para ello la metodología de Francisco
Kröpfel, sistematizada por María Inés García para la cátedra de Análisis de la Música del
Siglo XX (II). Y hemos observado que el micromodo estructurante es re, mib, lab el cual se
corresponde al micromodo menor 5 (m5) por estar constituido por un semitono y una cuarta
justa (ver ANEXO II). Sin embargo, no hemos profundizado en los aspectos del análisis
atonal en cuanto a sus particularidades (dirección de intervalos, jerarquía de las
disonancias, cadenas de resoluciones y sus respectivos tratamientos armónicos), ya que
supera los conocimientos adquiridos en la carrera cursada.
Ya que esta terminología está asociada a la música tonal, tendremos que aplicar una
diferente y utilizar la organización de segmentos del discurso en niveles de jerarquía de
mayor o menor dimensión.
39
Por esto, primeramente estableceremos que en esta pieza, las respiraciones escritas
serán nuestra referencia para determinar los seccionamientos de menor dimensión. También
lo serán las articulaciones por separación, por medio de los silencios de negra. Así también
observaremos las modificaciones del timbre a través de las técnicas extendidas.
Las técnicas extendidas utilizadas en esta obra son el frulatto o Flatterzunge, los
sonidos eólicos y el ruido de llaves:
40
• frullato o Flatterzunge pertenece a las técnicas más utilizadas en la nueva
música y a causa de su gran divulgación ha conseguido la categoría de
‘elemento técnico clásico de la nueva música’ por excelencia. Se pueden
distinguir dos tipos de frulatto: el glotal (laringe) y el que se consigue haciendo
vibrar la punta de la lengua. En ambos casos no sucede más que, con un
movimiento adicional en la parte interior de la boca o con la laringe, el aire que
se exhala se interrumpe. (Levine, 2005, pág. 16)
41
Ejemplo de la obra de estudio:
Ejemplo de notación de sonidos eólicos en la obra para flauta sola de Heinz Holliger:
6
Obra en la que por primera vez se utilizó una grafía específica para un sonido percusivo en la flauta, por lo
cual se la considera una pieza paradigmática que rompe con los cánones establecidos de la época.
42
Ilustración 6, HOLLIGER, H. : “ (t)air(e)” (1980-1983)
Definiremos aquí que núcleo generador principal es el primer núcleo, y que esta
categorización surgió debido a la búsqueda de estructuraciones mínimas que generaran
elaboraciones posteriores. La diferenciación de motivo, se debe a que creemos, es la
conformación rítmico-melódica con mayor presencia y elaboración en toda la obra.
Consideramos que esta célula deriva del primer núcleo generador y su elaboración, que
ambos constituyen el primer segmento de la obra. Su organización de intervalos comienza
con las primeras tres notas del núcleo generador, las cuales son re, mib y lab. Estas a su vez
constituyen el micromodo menor 5.
Este núcleo está constituido por dos células rítmico - melódicas similares. La primera,
tiene comienzo tético, con final suspensivo en un campo rítmico no uniforme. A nivel
melódico presenta una acciacatura en formato de arpegio desplegado, expone un acento en
su primera nota. La resolución de este adorno es sobre la nota sol, con staccato. La segunda
célula reitera de forma literal en el segundo tiempo sobre la misma nota, pero en este caso
con un acento dinámico marcado sobre el sol y no sobre el adorno. En el aspecto rítmico,
44
mantiene el intervalo de tiempo sobre la nota. El adorno, a nivel melódico, está constituido
por una cuarta disminuida y luego una cuarta justa, en forma de arpegio desplegado, y
escrito como acciacatura .
Hojas de otoño es una pieza de cuatro partes. Lo concebimos de esta forma por la
segmentación debida al silencio que se produce al terminar de tocar cada hoja de la
partitura, las cuales, el compositor sugiere dejar caer una a una. Las cuatro partes están, a
su vez, unidas por la elaboración de núcleos pequeños que se integran unos a otros, dando
lugar a la continuidad y fluidez de la obra.
El comienzo de cada parte (primer compás respectivo) posee un carácter diferente;
la primera, comienza con un pianíssimo en una nota grave (re) y un regulador que lleva a
un matiz más fuerte, desde el cual retorna al pianíssimo, articulado con una acciacatura, un
gesto pequeño de llamado de atención, discreto 7.
7
Definición de la RAE: adj. Moderado, sin exceso.
45
Ilustración 11, VILA, C.: ”Hojas de otoño” (1984) compás 1
La tercera parte comienza con el único fortíssimo en toda la pieza con la indicación
de “sub.!” (Sic), por lo cual, como intérpretes, entendemos posee un carácter más enérgico.
Nos ubica en lo que consideramos el clímax de la obra dado que la densidad cronométrica
del compás es la de mayor elaboración, la cual, proveniente del núcleo principal, amplía
sustancialmente a este.
46
Finalmente, llegamos a la cuarta parte, en cuyo comienzo vemos nuevamente un
silencio. La nota inicial se encuentra acentuada, pero con un regulador hacia un pianíssimo
(pp), el cual debe mantenerse en cuanto el movimiento melódico es ascendente.
De esta manera apreciamos que cada uno de estos fragmentos melódicos, proviene
del silencio de la caída de las hojas.
El siguiente gráfico nos muestra cómo la intensidad del comienzo de cada página
debe ser tomada en cuenta para la interpretación, ya que su relación dinámica refuerza la
idea de considerar el clímax de la obra en el comienzo de la tercera página y por
consiguiente, observamos también la relación musical que hay entre las partes “a pesar” del
silencio.
Hemos agregado, a este gráfico, el ppp del último compás de esta pieza, para
evidenciar las relaciones de intensidad en la continuidad de la obra.
pp mp ff pp ppp
Ilustración 15 regulador general de los matices abarcados en los comienzos de cada hoja (primer compás
respectivo) y el compás final.
3.5.1 Parte 1
47
El primero se encuentra constituido por los compases 1 y 2, los cuales,
consideramos, están relacionados entre sí como núcleo generador principal y su elaboración
inmediata.
Ilustración 16, VILA, C.: ”Hojas de otoño” (1984) compás 1 y 2. Primer segmento. Parte 1.
Ilustración 17, VILA, C.: ”Hojas de otoño” (1984) compás 3, 4 y 5. Segundo segmento. Parte 1
48
Ilustración 18, VILA, C.: ”Hojas de otoño” (1984) compás 5, 6 y 7. Tercer segmento. Parte 1.
3.5.2 Parte 2
Ilustración 19, VILA, C.: ”Hojas de otoño” (1984) compás 7 y 8. Primer segmento. Parte 2.
Ilustración 20, VILA, C.: ”Hojas de otoño” (1984) compás 9-13. Continuación de primer segmento. Parte 2.
49
constituyendo así una elaboración desde la transformación tímbrica utilizando los sonidos
eólicos, el frulatto y el sonido de las llaves. El silencio sugiere una pausa para el intérprete
antes de dejar caer la segunda hoja.
Ilustración 21, VILA, C.: ”Hojas de otoño” (1984) compás 14-18. Segundo segmento. Parte 2.
3.5.3 Parte 3
50
Ilustración 22, VILA, C.: ”Hojas de otoño” (1984) compás 19-22. Primer segmento. Parte 3.
Ilustración 23, VILA, C.: ”Hojas de otoño” (1984) compás 23. Segundo segmento. Parte 3.
Ilustración 24, VILA, C.: ”Hojas de otoño” (1984) compás 27. Continuación segundo segmento. Parte 3.
51
Podemos verificar que la tercera segmentación que proponemos, cierra la tercera
parte. El rango dinámico mezzo piano con la elaboración del segundo núcleo cierra de
manera conclusiva la misma. Con un silencio de blanca escrito hacia el final del segmento,
nos propone una pausa antes de la caída de la hoja.
Ilustración 25, VILA, C.: ”Hojas de otoño” (1984) compás 28-30. Tercer segmento. Parte 3.
3.5.4 Parte 4
52
Ilustración 26, VILA, C.: “Hojas de otoño” (1984) compás 31y 32. Primer segmento. Parte 4.
Ilustración 27, VILA, C.: ”Hojas de otoño” (1984) compás 33-36. Segundo segmento. Parte 4.
53
Ilustración 28, VILA, C.: ”Hojas de otoño” (1984) compás 37-39. Tercer segmento. Parte 4.
54
3.6 Gráfico de segmentaciones
Ilustración 29, Segmentación VILA, C.: ”Hojas de otoño” (1984) Primera y Segunda parte.
55
Ilustración 30, Segmentación VILA, C.: ”Hojas de otoño” (1984) Tercera y Cuarta parte.
56
CAPÍTULO IV
57
La metáfora supone comparación; así, una palabra tomada en sentido metafórico
pierde su significación propia y toma otra nueva porque subyace a una
concordancia (por semejanza) entre los sentidos propios de esa palabra y lo que se
compara (pág. 37)
Para esto, requeriremos comparar los diferentes significados que podrían tener los
silencios de nuestra obra. En primer lugar, la implicancia del título en la interpretación
literal de la caída de las hojas, y luego la aplicación ubicada en un contexto social donde
observaremos la dimensión política y como ésta afecta a la interpretación del silencio.
Teniendo en cuenta está connotación metafórica del silencio y la propuesta de
análisis de signos de Kowzan (1992) explicados en el Capítulo I del presente trabajo,
reflexionaremos sobre el universo sonoro de Hojas de otoño. Recordemos que el autor
propone trece sistemas de signos para favorecer una investigación semiológica.
Partiendo de nuestro análisis preliminar, en el que damos cuenta de la
interdisciplinariedad de la obra, utilizaremos los sistemas que tienen pertinencia con dos
grupos de signos: auditivos y visuales.
Si nos centramos en la partitura, como mapa conceptual que nos propone el autor,
de los signos pertenecientes al primer grupo, signos auditivos, deberemos tener en cuenta la
palabra, la música y el sonido. Del segundo grupo de signos, visuales, tienen pertinencia
con la obra en estudio: el movimiento escénico y la interactuación del intérprete con los
objetos escénicos (en este caso las hojas de papel, la partitura). Esta, en nuestro caso
deviene en un espacio polisémico, ya que no solo significa la cristalización de signos en
soporte papel con el objeto de ser convertidos en música por el intérprete, sino que
significan también una metáfora de las Hojas de otoño.
Cabe agregar que quedaría abierto al intérprete el uso, en su performance, de signos
tales como el decorado teatral, el traje, el maquillaje, la iluminación y otros aspectos que
podrían utilizarse para enriquecer diversos significados en la obra.
4.4 Signos auditivos:
4.4.1 La palabra
El análisis de la palabra que propone Kowzan, refiere a dos tipos de signos que toda
palabra contiene: el tono (sonido de la palabra dicha) y la semántica. El primero es
58
considerado auditivo porque el autor lo relaciona con la palabra expresada por el intérprete.
En nuestro caso uniremos lo que Kowzan define como tono de la palabra (intensidad,
timbre, altura) a la música.
La semántica, en cambio, refiere al significado, a aquello que expresa cada palabra.
En nuestro caso las palabras no son dichas, son metafóricas, ya que están escritas en la
partitura, pero su significado resulta sumamente relevante porque se expresa con cada nota
que toca el o la flautista y con los signos visuales, silenciosos, que analizaremos
posteriormente.
59
el piso. La montaña, ya en el mes de mayo comienza a revestirse de nieve. Ahí es cuando
sabemos que el frío se ha instalado en la ciudad, los árboles ya prácticamente empiezan a
perder todas sus hojas, la lluvia enriquece el paisaje, las hojas están mojadas en el piso,
deshaciéndose. Para junio no hay hojas, los árboles (con hojas caducas) ya se han
desprendido de ellas, y el frío de la montaña, con la lluvia, nos hace prever el cambio de
estación.
Tal como sucede con los múltiples colores que adquieren las hojas en otoño, Cirilo
Vila utiliza, musicalmente, el total cromático, creando así una metáfora sonora que incluye
las “estructuras interválicas mínimas” (tal como denomina Kröpfel a los micromodos,
recurso compositivo explicado en Capítulo II).
En tal sentido, Vila nos sitúa en un espacio abierto, bucólico, en una visión
idealizada de la vida y con el instrumento que tradicionalmente se asigna a los pastores, la
flauta.
Por otro lado, observamos en el universo simbólico creado por el autor, la constante
“viento”: viento del otoño como estación ventosa, viento que hace caer las hojas y las
traslada recorriendo diversas trayectorias en el espacio, viento indispensable para generar el
sonido de la flauta. El intérprete ocasiona el viento. Es entonces que podemos dar cuenta de
la flauta, produciendo sonidos que configuran frases irregulares y sonidos eólicos, como
metáfora del viento.
A este grupo de signos Kowzan integra el ruido y todo sonido que se produzca en
escena.
60
La flautista entra, sus pasos en el escenario serán suficientes para que en el ambiente
se genere paulatinamente el silencio, el cual todo intérprete busca y espera antes de
comenzar.
En la primera parte de la obra, nos encontraremos con dinámicas muy sutiles, giros
melódicos que abarcan principalmente el registro grave de la flauta. El comienzo, como un
susurro, dicho libremente, iniciando en un pianíssimo, queriendo alzar la voz pero que se
disipa y vuelve a su punto de inicio, pianíssimo. Este ir y venir en los rangos dinámicos, las
respiraciones escritas (las cuales estimamos pueden ir acompañadas por un gesto corporal)
nos llevan a un forte hacia el final de la página, en un sutil gesto de querer alzar
nuevamente la voz, ya que éste va acompañado de un diminuendo inmediato.
Cae la primera hoja, protagoniza (producto del azar) el sonido de la hoja al caer, los
ruidos de la sala y del viento. El “acto de libertad consciente” tal como lo enuncia
Umberto Eco (citado en Capítulo I) permite al intérprete intervenir en la composición, a la
vez que propone un “grado de aleatoriedad” que termina de configurar, junto al sonido de
la flauta y a las “ráfagas” de dinámica (intensidades sonoras), la metáfora del viento.
Silencio
En la segunda parte, el gesto musical es más constante, la llamada de atención con
el frulatto nos indica que algo nuevo se presenta, sin embargo, el sonido se vuelve a
desvanecer en un diminuendo, en un motivo descendente. Los motivos son insistentes,
como queriendo decir algo, pero se desvanecen en un piano. Hay alternancias con forte -
piano como golpes de sonido inesperados, hasta que el sonido del aire interviene y sabemos
(como intérpretes) que este gesto no puede pasar desapercibido, tiene que escucharse y
verse. La alternancia de sonidos eólicos y frulatto, nos dicen que ha comenzado el proceso
de transformación. Vuelve a caer una hoja, la segunda.
Silencio.
La tercera parte comienza con el ff sub.! (Sic.). Entendemos este gesto como un
grito, pues este volumen se mantiene durante 3 compases, algo que sucede únicamente en
esta parte de la obra. Tempo! (sic.) es la indicación que nos devuelve a nuestro lugar, una
orden que no debemos desestimar, su rango dinámico es pianíssimo, un llamado a obedecer
con la voz baja, porque lo gritado ya quedó atrás. La indicación de Tempo! vuelve a
aparecer en la misma hoja, pero ahora el giro melódico es descendente, el matiz vuelve a
61
ser sutil, pianissimo, susurrando, haciendo una pausa antes de dejar caer la próxima hoja; la
tercera. Los motivos musicales con gestos descendentes, anticipan la permanente caída de
las hojas. Todo cae en esta metáfora del otoño.
Silencio.
La última parte nos deja entrever que el discurso se está desvaneciendo, los
materiales sonoros se están agotando, la insistencia sobre el pianíssimo en diminuendo es
evidente. Y así, una voz cansada, susurrando con el frulatto, retrocediendo en su
movimiento, volviendo, disipándose, muriendo hasta el pianisisimo, nos lleva a la caída de
la última hoja (la cuarta) y el último gran silencio de la sala.
4.5.1 El movimiento
8
Las frases mencionadas en este párrafo de Cage, Arroyave, Eco y Le Breton, han sido expuestas y
debidamente citadas en el Capítulo I de la presente tesina. Quisimos, en este espacio, no seccionar el párrafo
nuevamente para conseguir la idea completa.
62
fundamental que cada gesto realizado sea pensado en pos de la música y el fraseo. Para
algunas personas esto será más natural, otros necesitarán incorporarlo de forma más
consciente. Pero finalmente, en ambos casos, es posible realizarlo en un “acto de libertad
consciente” al que nos llama Eco (1962), el cual hemos mencionado en el Capítulo I del
presente trabajo. En esta obra, creemos fundamental que el discurso del cuerpo, tenga co-
relación con el discurso musical.
Cirilo no pide una “forma” de dejar caer las hojas, nos dice: siempre con la idea de
que depende del gusto y voluntad del intérprete, nada es forzado. Consiste en tocar una
hoja y dejarla caer, haciendo lo mismo con cada una de las cuatro que forman la obra.
(Vila, 2005). Por lo que cada gesto realizado ayudará en la expresión teatral de la misma.
Levantar la primera hoja lo más alto que se pueda, seguir con la mirada la hoja, “ver el
otoño” en cada caída, para volver a tomar la flauta y dejar que el sonido vuelva a adquirir
relevancia. La segunda caída de hoja no puede ser predecible, alternar con el otro brazo,
hacer un gesto con el hombro, esperar la caída y retomar el sonido. La tercera hoja podría
levantarse hasta la altura del atril, dejando que esta quizás se aproxime al público. El
retorno a esta parte es enérgica, y del cuerpo se desprende una gestualidad más histriónica
que permite que se prolongue el ff. Cada vez que se retorna al pp, el gesto se vuelve más
íntimo, más pequeño. Y en la caída de la hoja final, ya habiendo agotado todos los recursos,
el gesto corporal es cada vez más pequeño, la hoja podría arrastrarse desde el atril, en un
gesto de agotamiento del todo que acompañe al agotamiento de los materiales sonoros,
enfatizado por la actitud introspectiva del intérprete. El gesto del intérprete es un signo que
aparece como correlato del agotamiento de los materiales en la función musical liquidativa
y del diminuendo hasta el pp, fin del sonido. Este gesto configura la metáfora del otoño, de
la estación que convirtió el verdor (signo de vida) a los ocres, fin de la vida, muerte de las
hojas.
La reincorporación física de la flautista sugiere que la obra ha finalizado, los
aplausos se escuchan en la sala, el gesto de agradecimiento de quien interpreta acompañado
por la salida del escenario.
63
4.5.2 Interactuación del intérprete con los objetos escénicos
La principal dificultad que se presenta al dejar caer las hojas, es el retomar el tocar.
En escena siempre sucederán cosas espontáneas, de la creación misma que permite el re-
crear una obra en cada concierto. Pero sin duda, hay que tener en cuenta que si se deja pasar
mucho tiempo entre la caída de la hoja y el tomar la flauta nuevamente, se pierde tensión.
Por lo expresado, resulta conveniente, en la medida que la hoja va cayendo, reincorporarse
con la flauta en un movimiento muy cuidadoso, siguiendo el ritmo de la hoja que va
cayendo.
El atril siempre será una especie de pared entre el intérprete y la audiencia. Por eso
es muy importante el gesto de levantar la cabeza al tocar y no esconderse detrás del atril.
Una vez terminada la obra, las hojas quedan sobre el escenario, donde el viento les
dejó caer. Recorrer con la mirada esas hojas antes de reincorporase, podría complementar el
gesto final.
Sobre el efecto de la caída de las hojas en el público, citaremos a Cirilo Vila quién
nos aclara el plano visual sobre el cual se actúa:
En esta obra estaba la idea de introducir un elemento de tipo teatral, pero eso queda
a voluntad del intérprete en un concierto en vivo. […] una especie de acción
musical, siempre con la idea de que depende del gusto y voluntad del intérprete,
nada es forzado. Consiste en tocar una hoja y dejarla caer, haciendo lo mismo con
cada una de las cuatro que forman la obra. Así al final están las cuatro hojas en el
suelo. Si se hace, debe ser muy visible para el público. (Vila, 2005)
Resulta relevante concluir nuestro análisis de los signos, permitiéndonos pensar que
los gestos del intérprete y su interactuación con los objetos escénicos (que existen) los
cuales, como explicamos abren su significación, tal como lo hace la música, a otros niveles
de existencia simbólica, terminan de configurar las metáforas: del otoño, de las hojas, del
viento y del silencio, creando a partir de la música, siempre un ánimo descendente.
64
que pertenecen a distintos paradigmas. Tales signos se configuran en un plano presencial y
“real” pero refieren, metafóricamente, a un universo ausente, sin embargo en ese plano
ausente se comportan de modo similar.
Ellos son:
4.6.1 Signos en el plano “real” o presente
a) Sonidos múltiples de la flauta (emisiones comunes o tradicionales y
extendidas) producidos por el aire del flautista.
b) Los núcleos musicales (a los que nos referimos en el análisis del Capítulo
III) que pertenecen al paradigma “música”, son unidades variables cuyo
comportamiento es la manifestación sonora de motivos con variaciones a
través de la obra.
c) Las hojas de la partitura son unidades pertenecientes al paradigma de
materiales visibles y tangibles (como el papel) cuyo comportamiento es
diferente, ya que la trayectoria de sus caídas son azarosas y dependen del
viento.
d) Los silencios cuya existencia musical se analizó como separación
estructural, que además da lugar al protagonismo de la gestualidad del
intérprete (quien, a su vez, configura signos gestuales). Signos en un primer
plano ausente
65
d) El silencio, a diferencia de los demás signos, no tiene un sentido tan literal,
debido a que es absolutamente polisémico, de allí su enorme potencia.
Puede ser, en un primer plano, metáfora del viento que cesa, de la reflexión
del intérprete o de la intranquilidad de la audiencia cuando la flauta deja de
sonar.
66
En 1975 el gobierno publica un documento bajo el título “Política cultural del
gobierno de Chile”. En él se dejan sentadas las bases sobre las prioridades del “ser
nacional”:
Si se quiere propiciar una auténtica política cultural, es preciso antes que nada
perfilar lo más nítidamente posible al estilo de vida que, estando más acorde con la
idiosincrasia misma chilena, conduzca al deber ser nacional. (Pinochet, 1975, pág.
19)
Durante los primeros años de gobierno militar son numerosas las ocasiones que
encontró el general Pinochet para dirigirse a la prensa. En muchas de ellas alababa
el papel jugado en la lucha con la Unidad Popular por la “prensa verdadera”,
baluarte de la chilenidad y “defensora de la patria contra el marxismo” pag 19
67
En este contexto, todos los artistas se vieron obligados a reformular y re plantearse
las formas de expresión, tanto colectivas como individuales. La resistencia pasó a ser la
forma de convivir con el medio que los apresaba. Ruiz-Godoy (2011) nos orienta acerca del
significado de esta palabra:
La resistencia es la fuerza que sale al encuentro del poder, a la fijación de
estrategias en relaciones de dominación, a la reducción de los espacios de libertad
en el deseo de dirigir las conductas de los otros. Es la capacidad de todo sujeto de
reaccionar, de manera presente o virtual, de oponer una fuerza en sentido contrario
a la acción que se ejerce sobre él. (pag.34)
68
Con el ensamble Bartók existió la posibilidad de estrenar obras que eran
consideradas icónicas para la época, pero además, obras latinoamericanas escritas
especialmente para el ensamble. La ocasional dirección y participación de Gerardo Gandini
en el mismo (luego de haber inspirado a conformar la agrupación), propició por ejemplo, el
estreno en Chile de la obra Tres Piezas en forma de Pera de Eric Satie para piano a cuatro
manos, en donde él y Vila fueron partícipes.
De acuerdo a las publicaciones en la Revista Musical Chilena, que recaba
detalladamente lo que fue cada encuentro organizado por la Agrupación Anacrusa, se hacen
evidentes las palabras elocuentes y profundas del maestro en los foros de discusión público
que allí se organizaban. La continuación de un trabajo desde lo multidisciplinar, los aportes
de altísimo valor provenientes de compositores y teóricos latinoamericanos como: Luis
Szarán (Paraguay), Coriún Aharonián (Uruguay), Alicia Terzían, Oscar Bazán y Francisco
Kröpfl (Argentina) han puesto en relieve estos encuentros.
En cuanto a la poca libertad que existía en la época para expresar a través de las
artes, valoramos el trabajo realizado en clandestinidad en el Taller 666, el cual se diferencia
y distingue de la conformación del Ensamble Bartók y la Agrupación Anacrusa por contar
con espacios de gran convocatoria y valoración por el medio. El compromiso y resistencia
política de cada uno de los integrantes en cada uno de estos espacios, conformado y
organizado esencialmente por músicos, reflejan una actitud digna de ser reconocida en este
trabajo.
Llegados a este punto, retomamos la obra Hojas de otoño, haciendo mención del
disco Vila/Schoenberg (2005) en donde Guillermo Lavado, Karina Fischer y Luis Alberto
Latorre dan vida a una serie de obras de estos dos compositores. Aquí nos encontramos con
la caratula del CD en formato de libro, donde hallaremos un profundo análisis de las obras
de Schoenberg y las propias palabras de Cirilo Vila con respecto a sus obras en el contexto
que le corresponde. En relación a esto, rescatamos para esta instancia, sus dichos:
Yo siempre he tenido la idea de que a uno le toca vivir un cierto momento histórico,
entonces en función de ese momento -aunque no sea lo que uno quisiera, pero le
tocó- uno asume su realidad. Pensaba, por ejemplo, en todo este divorcio de la
música y el público. Pensaba que a uno le correspondía asumir, como si fuera casi
un nuevo punto de partida, establecer los vínculos y -como ha sido siempre en las
artes- partir de propuestas relativamente simples que de a poco se van haciendo más
complejas, más sofisticadas.
69
Dictadura, fuerzas represivas y nuevas formas de decir, son las palabras que
describen parcialmente el contexto de nuestra obra, la trama institucional, los discursos
donde ella (en tanto discurso artístico) pertenece. Las instancias para expresarse eran
acotadas. Muchos artistas ya habían salido del país o no tuvieron otra opción que
mantenerse en silencio para resguardar sus vidas y las de sus familias. Por eso el contexto
de esta obra, con esta forma de transmitir un mensaje poético, teatral y musical lo que se
estaba viviendo, lo consideramos de suma relevancia.
Por otro lado, es también un ejemplo de cómo el artista se replantea su rol social en
medio de una crisis. Si bien Cirilo tuvo la fortuna de no ser expulsado, no fue hasta 1987
que tuvo algún tipo de situación de riesgo en la universidad de Chile. Lugar donde fue
defendido por los propios alumnos, realizando manifestaciones y paralizaciones, para evitar
su salida de esa casa de estudios. Así lo relata Rolando Cori en la Revista Musical Chilena
(2005):
Posteriormente, toda la situación que se vivió con la Asociación de Académicos de
la Universidad de Chile cuando llego Jose Luis Federici [Rector de la Universidad
de Chile,1986-1987], Cirilo Vila levantó la voz. Siempre su figura como músico ha
estado ligada a los procesos políticos y durante esa época corrió el riesgo de ser
expulsado, como casi ocurrió el 87. Nos tomamos la Facultad de Artes porque a
Cirilo se le estaba echando. (pág. 45)
Entendemos, a través de la siguiente cita, que el lenguaje de C. Vila tiene que ver
con su propia forma de convivir y coexistir en su contexto:
La viví como una posibilidad de instalar una nueva perspectiva en la creación, de
encontrar la manera de decir las cosas que quería decir pero de un modo quizás no
tan directo, lo que obliga a otra elaboración. (pág.12)
70
¿Podremos llegar a decir que esas hojas de otoño, secas, son reflejo de una sociedad
ya cansada de tanta anulación y que ese gran silencio entre páginas es el fiel reflejo de la
represión misma de la dictadura? La que encubría, mataba. ¿Es eso comprobable a través
del lenguaje musical? Tal vez, podemos expresar que la nuestra, como toda interpretación,
no es un discurso con pretensiones de verdad, sino que admite múltiples interpretaciones
por tratarse de una lectura condicionada por un enfoque determinado y nuestro
posicionamiento. A pesar de ello, creemos que la interpretación musical puede abrirse a un
sentido amplio, en el cual cada intérprete pueda dar cuenta de su mirada particular,
excediendo el significado tradicional de la palabra interpretación que refiere únicamente a
convertir una partitura en música. El sentido que tiene explicar la propia interpretación
encierra la idea de re significar la obra, re crearla en cada una de sus interpretaciones.
En tal contexto, nos recuerda Bravo, el arte buscó “con sus particularidades y
lenguajes” correr los “márgenes de lo decible y lo visible”, en nuestro caso lo ampliaríamos
hacia el campo de lo audible, para enfrentar el plan sistemático de represión. Así explica
Bravo la experiencia que se denominó “Siluetazo”: “Fue así que prácticas políticas en
71
diálogo con propuestas estéticas fueron ampliando las posibilidades de representación,
discusión y asimilación del genocidio”.
Del mismo modo sucedió en el ámbito chileno donde surgieron múltiples prácticas
artísticas innovadoras capaces de expresar, a veces sin palabras, los silenciamientos y
acallamientos. Resulta relevante pensar que estas formas de denuncia y expresión quedaron
materializadas a través de cuadros, partituras y otros emergentes artísticos que configuran
tramas discursivas de resistencia.
La imposibilidad de dar sepultura a los seres queridos, resultó uno de los pilares
sobre los que la dictadura estructuró la reorganización de relaciones sociales en
términos de incertidumbre, terror y borramiento identitario. (Bravo, 2015, pág. 72)
72
Conclusiones
73
Bibliografía
Barrientos Garrido, I. (2005). El Profesor Cirilo Vila Castro. Revista Musical Chilena, 68-
69.
Becerra- Schmidt, G. (2005). Algunas reflexiones motivadas por Cirilo Vila Castro. Revista
Musical Chilena, 52-53.
Breton, D. L. (1958). Du silence (Lengua española 2001 y 2006 ed.). (A. Temes, Trad.)
Paris: Métailié.
Cáceres, E. (2005). Algunas consideraciones sobre la obra musical creativa de Cirilo Vila.
Revista Musical Chilena, 25-32.
Cage, J. (1958). Silencio. In M. Pedraza (Ed.), Conferencias y escritos de John Cafe. Nueva
York: Ardora.
Carrasco Pirard, E. (2005). Recordando a Cirilo Vila. Revista Musical Chilena, 63-65.
Cordero, C., Carrasco, F., & Vila, C. (1999). Taller 666, Una Academia de Arte y Cultura.
Resonancias(5), 20-25.
Cori, R. (2005). Cirilo Vila: formar en el rigor hacia la libertad del compromiso. Revista
Musical Chilena, 42-51.
74
De Ferrari Zaldivar, C. (2016). A la escucha de un acontecimiento. MERIDIONAL Revista
Chilena de Estudios Latinoamericanos, 191-202.
Grandela del Rio, J. (2005). Cirilo Vila Castro: Pianista. Revista Musical Chilena, 33-41.
Munizaga, G., De La Maza, G., & Ochsenius, C. (1983). El discurso público de Pinochet,
un análisis semiológico. Buenos Aires: Consejo Latinoamericano de Ciencias
Sociales.
75
Nyman, M. (1974). Experimental Musica, Cage and Beyond. New York: Cambridge,
University Press.
Salinas, H. (2005). Cirilo en la Escuela Musical Vespertina. Revista Musical Chilena, 66-
67.
Toledo, M. (2006). Mapa del ruido en la música del siglo XX. hORIZONTE, 1(1), 40-53.
Torres Alvarado, R. (2005). Catálogo de las obras musicales de Cirilo Vila Castro. Revista
Musical Chilen, 18-24.
Valene, G. (2013). Gerardo Gandini, mi amigo murió. Revista Musical Chilena, 127-128.
Vila, C. (Compositor). (2005). Vila/ Schoenberg. [G. Lavado, K. Fischer, & L. A. Latorre,
Intérpretes] Santiago, Chile.
76
Vila, Cirilo. (Noviembre de 1999). Taller 666. Una academia de arte y cultura.
Resonancias, 3(25), 20-25.
77
Anexo I Partitura completa de Hojas de Otoño
78
Partitura, Hoja 2
79
Partitura, Hoja 3
80
Partitura, Hoja 4
81
Anexo II Análisis de micromodos
82
83
84
85