Está en la página 1de 7

Gobernanza, confianza, y cultura del riesgo o de lo desgobernante

Cuando presenté el resumen de esta comunicación a la organización


escribí: “En el lema de este congreso se combinan dos tradiciones. Una, la
articulada en torno a las tópicas "gobernanza" y "cultura del riesgo".
Tópicas y subyacentes problemáticas de reciente irrupción en las
tradiciones académicas de la sociología, politología, etc. Otra, la tradición
articulada en torno a la tópica de la confianza y su consiguiente y
subyacente problemática.”

Por tanto, la estructura básica de este texto está constituida por tres
partes. En la primera realizaré una aproximación y breve recorrido por las
tópicas "gobernanza" y "cultura del riesgo", y su temáticas, problemáticas.
En la segunda lo haré en torno a la tópica de la “confianza” y su temática,
problemática. Para acabar con un esbozo de lo que pretendo exponer con la
expresión “lo desgobernante” y qué pretendo tematizar, problematizar.

I
"Gobernanza" y "Cultura del riesgo"
Imaginemos a una persona cualquiera que viendo el lema de este
congreso se plantease saber más. Seguramente empezaría por ir a la web y
escribir, por ejemplo, el término “gobernanza”. El primer resultado, casi
seguro, sería un enlace con una página de Wikipedia; y al abrirla podría
leer:
“El término gobernanza viene utilizándose desde la década de 1990
para designar la eficacia, calidad y buena orientación de la intervención
del Estado, que proporciona a éste buena parte de su legitimidad en lo que
a veces se define como una "nueva forma de gobernar" en la globalización
del mundo posterior a la caída del muro de Berlín (1989).”1
Ahora bien, ¿qué aportaría una aproximación más académica? Para
empezar tomemos un libro “Gobernanza y gestión pública” de Luís F.
Aguilar en el que, en relación al concepto de gobernanza podemos leer:
“El concepto de gobernación/gobernanza es distintivamente un
concepto poscrisis (..) algo impensable en el momento de auge del Estado
social, cuando la gobernación (..) estaba en manos de (..) gobiernos
soberanos dotados de autonomía decisoria (..)”2

1 .- Fuente - https://es.wikipedia.org/wiki/Gobernanza

2 .- Villanueva Aguilar, Luís F.; Gobernanza y gestión pública; Ed. Fondo de Cultura Económica,
México 2013 5ª reimpresión. La cita está tomada del comienzo del cpt. 4º
Veamos, seguidamente, otro artículo, en este caso: “Gobernar en
Gobernanza” de Jan Kooiman.

En él podemos leer:
“Desde hace unos años, el concepto de gobernanza se ha convertido
en un término que se ha popularizado en numerosos ámbitos de las
ciencias sociales. Aparentemente, este concepto es necesario, aunque
tampoco se puede negar que se ha puesto de moda.(..) esta ponencia
amplía la perspectiva en el sentido de que observa a la gobernanza como
un fenómeno social, que cuenta con la participación de gobernantes tanto
públicos como privados. Mientras sus roles pueden variar entre niveles
sociales y de un sector a otro, la esencia del argumento es que la
gobernanza de las sociedades modernas es una combinación de todo tipo
de actividades y estructuras de gobierno,(..) El gobierno interactivo o
sociopolítico será considerado como los acuerdos con los que tanto los
actores públicos como los privados persiguen solventar problemas sociales
o crear oportunidades sociales, preocuparse por las instituciones sociales
en las que estas actividades de gobierno tienen lugar y formular los
principios de acuerdo con los que estas actividades se llevan a cabo. El
término gobernanza denota ideas conceptuales o teóricas sobre este tipo
de actividades de gobierno.”3

Y, para acabar, un último artículo: “El concepto y el análisis de la


gobernabilidad” de Joan Oriol Prats:
“La génesis del análisis sobre gobernabilidad Siguiendo a Prats
(2001), es posible distinguir cuatro grandes raíces que forjan el concepto
de gobernabilidad, a saber: (1) los trabajos encargados por la Comisión
Trilateral desde los 70; (2) la aplicación del concepto al entendimiento de
los procesos de transición a la democracia; (3) su uso por los organismos
internacionales; y (4) su utilización en la explicación de la construcción
europea.
Los primeros orígenes del concepto de gobernabilidad cabe
situarlos en la obra de Crozier, Hungtinton y Watanuki (1975), donde se
plantea la necesidad de superar el desajuste entre unas demandas sociales

3 .- Título original: Kooiman, Jan, «Governing as Governance», ponencia presentada en la Conferencia


Internacional Gobernanza, Democracia y Bienestar Social, organizada en Barcelona en noviembre de
2003 por el Institut Internacional de Governabilitat de Catalunya; op. Cit, pág. 57 y 58
en expansión y la crisis financiera y de eficiencia del sector público que
caracterizó los 70. La obra que, a modo de informe, pretendía dejar
patentes los desafíos de las instituciones públicas ante la cada vez más
evidente crisis del Estado del Bienestar, coincidió con la crisis fiscal de los
Estados y el surgimiento de una nueva forma de comprender la economía y
la política (que se tradujo en un giro de la política económica hacia
formas más reguladoras de intervención pública en la economía).
Un segundo uso del término gobernabilidad surge para designar la
consolidación de las democracias en transición. Autores como Guillermo
O'Donnell (1979) o Adam Przeworski (1988) consideraron por
gobernabilidad, "aquel estado de un país que, por un lado, evitaba la
regresión autoritaria y, por otro, permitía avanzar, expandir y aprovechar
las oportunidades sociales, económicas y políticas. Así pues, implícito a la
gobernabilidad estaba la mejora del desempeño económico-social
reforzado y generador de la mejora de lo político" (Prats, 2002: 106).
Un tercera corriente ha sido las agencias internacionales como
sinónimo de "governance" (o gobernanza - como recientemente ha
propuesto y ha aceptado traducirlo la Unión Europea y la Real Academia
de la Lengua Española respectivamente). Quizás la utilización más
explícita del concepto ha sido la realizada por el Banco Mundial y el
PNUD, quienes durante mucho tiempo han utilizado el término de
gobernabilidad para referirse a:
• El proceso y las reglas mediante los cuales los gobiernos son
elegidos, mantenidos, responsabilizados y reemplazados;
• La capacidad de los gobiernos para gestionar los recursos de
manera eficiente y formular, implementar y reforzar políticas y
regulaciones; y
• El respeto de los ciudadanos y del Estado a las instituciones que
gobiernan las interacciones socio-económicas entre ellos.”4

En consecuencia, ya sea de modo informal, ya de modo académico el


término aparece refiriendo una tópica de expresiones que buscan tematizar,
problematizar las dinámicas sociales y políticas que acontecen a lo largo de
las décadas de los 60, 70 y 80. Es decir, aquello que desencadenó:
 en los EE.UU: la crisis de los años 60 con el
movimiento de los derechos civiles, el nacimiento del

4 .- Artículo publicado en la revista Instituciones y Desarrollo del Instituto de Gobernabilidad de


Cataluña, 2003.
movimiento afroamericano, y el pacifismo; y en los años 70 la
crisis institucional que supuso la administración Nixon
 en Europa:en los años 60 Mayo del 68, y la primavera
de Praga; en los 70 el terrorismo y las respuestas estatales
 Además, la crisis económica que desencadenó la crisis
del petróleo en la década de los 70
 Etc.

Este cúmulo de acontecimientos cuestionó y fracturó el horizonte


teórico y práctico que desde la posguerra había actuando de como marco de
referencia para las prácticas políticas y las luchas ideológicas. Situación
que ha pretendido ser abordada de esta tradición académica.
Ahora bien, notemos que lo acontecido fracturó el marco
preexistente en la medida que resultó im_previsible, es decir, no estaba
dado ni en el ámbito de posibles, previsibles. En esa medida, afrontar el
estado de cosas imperante a partir de dicha irrupción dis_ruptiva impone a
las instituciones_suetos_prácticas-discursivas-teórico-prácticas dos
opciones: o bien abordarlo desde la imprevisibilidad en que aconteció, o
bien tematizarlo_problematizarlo desde la producción de un nuevo marco;
que es lo que aconteció y en cuyo marco estamos insertos.

Un ejemplo de este modo de actuación sería el artículo “Gobernanza


en salud pública: hacia un marco analítico” de Marc Hufty5.
Especialmente, para lo que busco esbozar, a partir del apartado <<Las
normas>>. Si bien, no es este el lugar para un estudio y análisis más
detallado, si hacer notar que el utillaje conceptual mantiene la tradición
eidetizante y reificadora propia del proyecto moderno que estaba a la base
del marco teórico precedente.
Es decir, pretende abordar la situación acudiendo a un esquema
conceptual no binario, más complejo, dinámico, etc. pero que se sostiene
sobre una reducción de la realidad a un conjunto de elementos discretos,
entre los que establece, afirmando que encuentra, halla, una estructura de
relaciones no lineales, etc. cuyo resultado es dotar al técnico o a la oficina
de turno de un utillaje desde el que implementar acciones, etc. apropiadas y
satisfactorias.

5 .- Localizado en http://www.scielosp.org/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0124-
00642010000700004
Ahora pasemos al tópico “Cultura de riesgo”. Procuraré mantener la
estructura expositiva previa. Partiré, pues, en primer lugar, de nuevo, de
una aproximación cotidiana, de hombre de la calle.
En este caso el resultado posible hallado en wikipedia sería
https://es.wikipedia.org/wiki/Ulrich_Beck, donde podría leer:
“Fase de desarrollo de la sociedad moderna donde los riesgos sociales,
políticos, económicos e industriales tienden cada vez más a escapar a las
instituciones de control y protección de la sociedad industria”

O bien: https://en.wikipedia.org/wiki/Cultural_Theory_of_risk, donde


podría leer:
“consists of a conceptual framework and an associated body of empirical
studies that seek to explain societal conflict over risk. Whereas other
theories of risk perception stress economic and cognitive influences,
Cultural Theory asserts that structures of social organization endow
individuals with perceptions that reinforce those structures in competition
against alternative ones”

Si buscáramos, ahora, una aproximación más académica los resultados de


nuestra búsqueda no llevarían, por ejemplo, al Journal of Risk Research6 o
a la obra de Asa Boholm7

Ambas aproximaciónes, nos muestran diversas tematización,


problematización del topos “riesgo”. Aproximaciones que suelen operar en
la tradición del constructivismo social. De modo que tienden a encarar lo
que están queriendo exponer desde la prelación del agente humano, y su
agencia. Ahora bien, tal reducción óntica plantea un interrogante, la
pregunta por lo agenciado. Hay ahí, ontológicamente y gnoseológicamente
la cuestión, la pregunta ¿cabe plantearse prelación alguna?, o ¿la prelación
del ente humano es la más pertinente?

6 .- Fuente en la web http://www.tandfonline.com/toc/rjrr20/current Acerca de la sociedad, cultura del

riesgo pueden visitar http://www.sra.org/ http://www.sraeurope.org

7 .- Algunas obras de Asa Boholm, por ejemplo, Anthropology and Risk (Earthscan Risk in Society), o
The cultural nature of risk: Can there be an anthropology of uncertainty?
Pensemos que afrontar el riesgo, es encarar la posibilidad de una ruptura en
o de nuestra eutaxia8, en o de nuestro orden sociocultural. Y en esa medida,
en tal momento, situación la dominante parece ser la acción de aquello que
estaba siendo considerado como perteneciente a lo agenciado por la
agencia humana, y sin embargo opera como inagenciable.

II
“Confianza”
Simplificando. Cabe decir, a mi entender, que hay – como mínimo -
dos aproximaciones, a lo que quepa querer problematizar al usar este lema.
Una, prolonga prosigue la tradición eidética, cosificante; sería la asociada
al uso de este término en el ámbito de la teoría de probabilidades,
estadística, etc.
La otra, presenta una trayectoria más amplia, tanto en el tiempo,
como en el espacio. Me refiero a la que cabe conectar con las reflexiones
que Aristóteles expone al estabilizar el tópos “phronesis” y en la academia
media y en Ciceron los topoi: lo probable, plausible, verosímil. Líneas de
reflexión que ante la limitación de lo eidético afrontan el factum de lo que
no deja de acontecer imponiendo la necesidad de dar respuesta a la cuestión
de ¿cómo afrontarlo, manejarlo, etc.?

Sea de forma más eidética: en su formulación matemática, o menos


eidética: en su formulación discursiva, el caso es que ambas buscan saturar,
suturar mínimamente o lo más posible el acontecer dis_ruptivo, que
i(r)_rumpe, rompe el orden vigente, la eutaxia en la que estamos instalados.

III
“Lo desgobernante”
Empecemos concluyendo el recorrido previo. El lema del presente
congreso recoge tres topoi que en nuestro días tratan de saturar los efectos
disruptivos que sobre el marco prexistente suscitaron acontecimientos no
previsibles en dicho marco prexistente.
Para ello tratan de desarrollar herramientas, modos operatorios que
permitan evitar las limitaciones precedentes.

Llegados a este punto es cuando acudo a la expresión “lo


desgobernante”. Y paso, en primer lugar, a precisar el sentido en que la uso.

8 .- Para el sentido del término consúltese http://www.filosofia.org/filomat/df563.htm o


http://symploke.trujaman.org/Eutaxia
El término “lo” lo uso en su forma 9 de pronombre neutro, mas no en
sentido personal si no impersonal, en tanto que aparece escrito como huella
de algo innombrable, al estilo – errado en último término - del noúmeno
kantiano, la voluntad de Schopenhauer, o de lo que no cabe hablar, y toca
callar. “Desgobernante”10, es decir, construyo a partir del verbo gobernar un
participio activo o de presente11 que es usado como adjetivo del pronombre.

Con esta construcción: lo desgobernante pretendo tematizar,


problematizar aquel acontecer que en tanto que inevitable, es también
imprevisible, llegando a pensarse – antes de que acontezca – que es
imposible. Y, sin embargo, está teniendo lugar, lo que i(r)_rumpe, rompe lo
vigente e impone, sí o sí, otro modo de pro_seguir.
Así mismo, en tal sentido resulta in_eidetizable, in_cosificable. Lo
que no significa que no quepa incrementar el registro eidético y cósico, eso
seguro que sí. Mas en la medida en que tales operaciones tienen lugar, en
esa misma medida no evitaremos acontezca dis_ruptivamente otro
desgobernante acontecer; es decir, parafraseando a Dante12: Dejad, a partir
de aquí, toda esperanza. Gracias.

9 .- Fuente http://dle.rae.es/?w=diccionario Voz “lo” - Del lat. illum, illam, illud, acus. de ille, illa,
illud 'aquel'. Neutro lo. Forma átona de él.1. pron. person. 3.ª pers. m., f. y n

10 .- Fuente http://dle.rae.es/?w=diccionario Voz “desgobernar” - De des- y gobernar.


1. tr. Deshacer, perturbar y confundir el buen orden del gobierno.
2. tr. Desencajar, dislocar, descoyuntar los huesos.

11 .- Fuente http://dle.rae.es/?w=diccionario Voz “participio” - participio de presente


1. m. Gram. Forma verbal procedente del participio de presente latino, conterminación en -nte, que en esp
añol se ha integrado casi por completo en la clasede los adjetivos o en la de los sustantivos.

12 .- En el canto III de la Divina Comedia su autor Dante Alighieri, situaba esta frase lapidaria en la
puerta de entrada al Infierno. Fuente - http://www.soymimarca.com/dejad-los-que-aqui-entrais-toda-
esperanza/

También podría gustarte