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Rom.

5,5
y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido
derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue
dado.
Rom. 9, 16
Así que no depende del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que
tiene misericordia.
Mt. 18,3
y dijo: De cierto os digo, que si no os volvéis y os hacéis como niños,
no entraréis en el reino de los cielos.

Mc. 2, 15
Aconteció que estando Jesús a la mesa en casa de él, muchos
publicanos y pecadores estaban también a la mesa juntamente con
Jesús y sus discípulos; porque había muchos que le habían seguido.

1 Cor 6, 1-11

6 ¿Osa alguno de vosotros, cuando tiene algo contra otro, ir a juicio


delante de los injustos, y no delante de los santos?
2¿O no sabéis que los santos han de juzgar al mundo? Y si el mundo
ha de ser juzgado por vosotros, ¿sois indignos de juzgar cosas muy
pequeñas?
3¿O no sabéis que hemos de juzgar a los ángeles? ¿Cuánto más las
cosas de esta vida?
4Si, pues, tenéis juicios sobre cosas de esta vida, ¿ponéis para juzgar
a los que son de menor estima en la iglesia?
5Para avergonzaros lo digo. ¿Pues qué, no hay entre vosotros sabio,
ni aun uno, que pueda juzgar entre sus hermanos,
6 sino que el hermano con el hermano pleitea en juicio, y esto ante
los incrédulos?
7Así que, por cierto es ya una falta en vosotros que tengáis pleitos
entre vosotros mismos. ¿Por qué no sufrís más bien el agravio? ¿Por
qué no sufrís más bien el ser defraudados?
8Pero vosotros cometéis el agravio, y defraudáis, y esto a los
hermanos.
9¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No
erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los
afeminados, ni los que se echan con varones,
10 ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes,
ni los estafadores, heredarán el reino de Dios.
11Y esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido
santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús,
y por el Espíritu de nuestro Dios.

1 Cor 8, 1- 13

8 En cuanto a lo sacrificado a los ídolos, sabemos que todos tenemos


conocimiento. El conocimiento envanece, pero el amor edifica.
2Y si alguno se imagina que sabe algo, aún no sabe nada como debe
saberlo.
3 Pero si alguno ama a Dios, es conocido por él.
4Acerca, pues, de las viandas que se sacrifican a los ídolos, sabemos
que un ídolo nada es en el mundo, y que no hay más que un Dios.
5Pues aunque haya algunos que se llamen dioses, sea en el cielo, o
en la tierra (como hay muchos dioses y muchos señores),
6para nosotros, sin embargo, sólo hay un Dios, el Padre, del cual
proceden todas las cosas, y nosotros somos para él; y un Señor,
Jesucristo, por medio del cual son todas las cosas, y nosotros por
medio de él.
7 Pero no en todos hay este conocimiento; porque algunos,
habituados hasta aquí a los ídolos, comen como sacrificado a ídolos, y
su conciencia, siendo débil, se contamina.
8Si bien la vianda no nos hace más aceptos ante Dios; pues ni
porque comamos, seremos más, ni porque no comamos, seremos
menos.
9Pero mirad que esta libertad vuestra no venga a ser tropezadero
para los débiles.
10Porque si alguno te ve a ti, que tienes conocimiento, sentado a la
mesa en un lugar de ídolos, la conciencia de aquel que es débil, ¿no
será estimulada a comer de lo sacrificado a los ídolos?
11Y por el conocimiento tuyo, se perderá el hermano débil por quien
Cristo murió.
12De esta manera, pues, pecando contra los hermanos e hiriendo su
débil conciencia, contra Cristo pecáis.
13Por lo cual, si la comida le es a mi hermano ocasión de caer, no
comeré carne jamás, para no poner tropiezo a mi hermano.

1 Cor 12, 12 – 31
12Porque así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero
todos los miembros del cuerpo, siendo muchos, son un solo cuerpo,
así también Cristo.
13Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo,
sean judíos o griegos, sean esclavos o libres; y a todos se nos dio a
beber de un mismo Espíritu.
14 Además, el cuerpo no es un solo miembro, sino muchos.
15Si dijere el pie: Porque no soy mano, no soy del cuerpo, ¿por eso
no será del cuerpo?
16Y si dijere la oreja: Porque no soy ojo, no soy del cuerpo, ¿por eso
no será del cuerpo?
17 Si todo el cuerpo fuese ojo, ¿dónde estaría el oído? Si todo fuese
oído, ¿dónde estaría el olfato?
18Mas ahora Dios ha colocado los miembros cada uno de ellos en el
cuerpo, como él quiso.
19 Porque si todos fueran un solo miembro, ¿dónde estaría el cuerpo?
20 Pero ahora son muchos los miembros, pero el cuerpo es uno solo.
21Ni el ojo puede decir a la mano: No te necesito, ni tampoco la
cabeza a los pies: No tengo necesidad de vosotros.
22 Antes bien los miembros del cuerpo que parecen más débiles, son
los más necesarios;
23y a aquellos del cuerpo que nos parecen menos dignos, a éstos
vestimos más dignamente; y los que en nosotros son menos
decorosos, se tratan con más decoro.
24 Porque los que en nosotros son más decorosos, no tienen
necesidad; pero Dios ordenó el cuerpo, dando más abundante honor
al que le faltaba,
25para que no haya desavenencia en el cuerpo, sino que los
miembros todos se preocupen los unos por los otros.
26 De manera que si un miembro padece, todos los miembros se
duelen con él, y si un miembro recibe honra, todos los miembros con
él se gozan.
27Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo, y miembros cada uno en
particular.
28 Y a unos puso Dios en la iglesia, primeramente apóstoles, luego
profetas, lo tercero maestros, luego los que hacen milagros, después
los que sanan, los que ayudan, los que administran, los que tienen
don de lenguas.
29¿Son todos apóstoles? ¿son todos profetas? ¿todos maestros?
¿hacen todos milagros?
30 ¿Tienen todos dones de sanidad? ¿hablan todos lenguas?
¿interpretan todos?
31Procurad, pues, los dones mejores. Mas yo os muestro un camino
aun más excelente.

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