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Pedagogía, lenguajes y poder

La raza y la lengua como capital en las


escuelas: una propuesta sociológica para
las reformas en educación lingüística*
Allan Luke**
Traducido por: Claudia Díaz Mosquera***

Resumen
La raza y la lengua como capital en las escuelas: una propuesta sociológica
para las reformas en educación lingüística
Race and Language as an Asset in School:
A Sociological Approach to Reform in Language Teaching

Este texto hace un acercamiento sociológico al análisis de la raza y la lengua en la formación de programas de
educación en idiomas. Este enfoque usa los modelos de Bourdieu de habitus y campo social, los cuales enmarcan
la raza y la lengua como elementos variables en el cambio educativo y pedagógico, que están, a la vez, sujetos al
agenciamiento de profesores y estudiantes. El enfoque sugiere que una política de educación en lenguas para la
justicia social puede concentrarse no sólo en el cambio y el desarrollo del sujeto humano, sino también en el cambio
sistemático de los campos sociales del currículo.

Abstract

A sociological approach is put forward for the analysis of race and language in the development of Language
Teaching programs. Such an approach uses Pierre Bordieu's concepts of habitus and social fields, within which race
and language are framed as changing elements in the education and pedagogical shift, and are —at the same
time— subject to teachers and students' agency. This approach suggests that language education policy needs to
focus not only on the change and development of every individual, but also on a systematical change in the social
fields of the curriculum.

Résumé

Ce texte fait une approche sociologique à l'analyse de la race et la langue dans la formation de programmes d'éducation
en langues. Cette approche utilise les modèles de Bourdieu d'habitus et champ social lesquels encadrent la race et
la langue comme des éléments variables dans le changement éducatif et pédagogique, qui sont á la fois soumis à
l'agencement de professeurs et des étudiants. L'approche suggère qu'une politique d'éducation en langues pour la
justice sociale peut non seulement se concentrer sur le changement et le développement du sujet humain, mais
aussi dans le changement systématique des champs sociaux du programme scolaire.

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* Este capítulo se presentó originalmente para: Ryuko Kubot y Angel Lin, eds., Race, Culture and Identities in Second
Language Education, Londres, Routledge, en prensa, 2008. Gracias a Carmen Luke, James Ladwig, Aileen Moreton-
Robinson, Courtney Cazden, Nancy Hornberger y a Victor Hart por la discusión alrededor de estas ideas; a Juan
Carlos Guerra y Claudia Diaz por su apoyo.
** Docente de educación para la literacidad, de sociología y de currículo en Queensland University of Technology.
Fue el Diputado del Director General de la Educación para Queensland y ha informado los gobiernos de Australia
del Sur, Ontario, Hong Kong, Singapur, Nueva Zelanda y Kiribati.
E-mail: a2.luke@qut.edu.au
***Magíster en TESOL, Fresno Pacific University; docente de la Escuela de Idiomas y miembro del Grupo de Investi-
gación Pedagogía y Didáctica de las Lenguas Extranjeras, de la Universidad de Antioquia.
E-mail: arcanosaba@gmail.com

Revista Educación y Pedagogía, vol. XX, núm. 51, Mayo - Agosto de 2008 25
La raza y la lengua como capital en las escuelas...

Palabras clave

Educación en idiomas, Pierre Bordieu, sociología, racismo, política educativa en lenguas


Language teaching, Pierre Bordieu, Sociology, Racism, language education policy

Las relaciones sociales de fuerza más brutales son a la vez relaciones simbólicas.
Y los actos de sumisión y obediencia son actos cognitivos que como tal incluyen
estructuras cognitivas, formas de categorías de percepción y principios de visión
y división. Los agentes sociales construyen el mundo social a través de estructu-
ras cognitivas que pueden aplicarse a todas las cosas del mundo y en particular
a las estructuras sociales… Las estructuras cognitivas son formas construidas
históricamente… lo que significa que podemos rastrear su génesis social.
Pierre Bourdieu (1998b: 53)

El problema educativo

as estructuras narrativas con respecto Aunque conocemos su color y sus fuentes en

L a la raza, el poder y la posición de elo-


cución se han escrito desde las márge-
nes del poder, desde posiciones de diáspora
producidas por historias de desplazamiento,
nuestros tiempos, en nuestros lugares e histo-
rias, no es exclusivo de ninguna clase o color
dominante, en particular de hombres patriar-
cas. Inclusive, en este siglo y en este momen-
migración y marginalización cultural y económi- to, no sólo están los blancos contra los negros
ca. Sin embargo, es tarea diferente documen- o de piel oscura, sino amarillo contra blanco,
tar la experiencia de la violencia física y simbó- negro contra negro y así sucesivamente. El ra-
lica del racismo, como lo han hecho durante cismo no parece conocer los vínculos sociales
siglos las comunidades nativas, los afroameri- o geográficos que operan en Estados e ideolo-
canos, los emigrantes en todos los países, los gías políticas y económicas, dentro de comu-
judíos y los pueblos de color poscoloniales. nidades culturales heterogéneas, así como a
Desde los tratados de W. E. B Dubois, hasta la través de ellas. Pero como un acto crudo de
narrativa de escritores como James Baldwin y poder, el racismo esta históricamente conecta-
Franz Fanon, Sally Morgan y Amitav Ghosh, do con la afirmación del poder de las clases y
vemos el tema recurrente de una violencia las élites culturales, del patriarcado sobre
desenfrenada y deliberada, sistemática pero “otros” en el margen. Las mujeres han sido par-
gratuita, que abarca pueblos, lugares y tiem- tícipes, y de hecho, la discriminación cotidia-
pos incomparables. Inclusive, donde se ha su- na sobre la base de la raza y la lengua ocurre
primido de los archivos y las historias oficia- dentro de comunidades marginadas y en diás-
les, la experiencia del racismo representada en pora. Existen algunas excepciones, pero no
la tradición oral y la música, las historias y las todos los actos o momentos de racismo tienen
memorias, la literatura y el cine, la poesía y el un efecto material y físico de igual magnitud,
arte es visceral y fea. No es un discurso fingi- e históricamente la posición de control para la
do o de corrección política, sino material y declaración sistemática y a gran escala del ra-
fenomenológicamente real para quienes la han cismo reside en los hombres de la clase domi-
vivido, ya que permanece en el cuerpo, en la nante en el poder.
memoria y en el comportamiento. Para los que
no han tenido la experiencia, a menudo va más Para comprender el racismo se requiere que
allá de su comprensión. no lo veamos simplemente como una forma

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particular de la maldad humana existente, producción de equidad e inequidad en la


producto del fascismo y la psicopatología pa- educación. En la investigación cuantitativa clá-
triarcal, inclusive cuando realmente se puede sica, los análisis de factor y regresión demuestran
comprobar como tal. Para fragmentarlo y que estas variables tienen efectos diferencia-
prohibirlo, para disuadirlo y prevenirlo, debe- les y, a la vez, combinatorios, sobre la produc-
mos ver el racismo como una práctica de po- ción de resultados de logros educativos con-
der, como un ejercicio de la acción y el juicio vencionales (Organisation for Economic
humanos, un acto de “discriminación” —con Cooperation and Development —OECD—,
todo lo vulgar, lo irracional y racionalizado— 2005). Podemos iniciar acciones que permiten
dentro de campos sociales donde el capital, el establecer claramente un enfoque educativo
valor y la riqueza son evaluados e intercambia- antirracista y lingüísticamente justo desde esta
dos. Mediante dicho análisis podemos aumen- evidencia empírica tan fuerte que señala que
tar nuestros esfuerzos en la educación para la raza, la clase, el género y la lengua cuentan.
cambiar las mentes y los corazones —algo por Pero la manera como cuentan, y los mecanis-
lo que las personas de color han luchado en mos del racismo, el sexismo y las prácticas edu-
sociedades dominadas por blancos—, con in- cativas de exclusión de la lengua requieren un
tentos por alterar esos campos sociales, para escrutinio teórico más cercano.
criticar y cambiar las estructuras instituciona-
les, las categorías y las taxonomías, y las tec- Las instituciones educativas están socialmen-
nologías prácticas que las sustentan. Esto te condicionadas, mediadas y estructuradas
requiere que develemos sus estructuras y expe- por su ubicación dentro de una economía po-
riencias. Así, podemos situar y comprender los lítica, una ideología secular o no secular, una
límites y la parcialidad de cualquier enfoque o historia cultural y un lugar. Además, están es-
intervención educativa en particular, en vez tructuradas y mediadas por los sujetos huma-
de gastar nuestras energías y recursos luchan- nos, de manera idiosincrática y excéntrica. Las
do por la estrategia “correcta”, o abandonar, prácticas de racismo y marginalización tienen
frustrados, unos enfoques pedagógicos y una lógica coherente y particular en su ejecu-
curriculares específicos, porque parecieron no ción: un esquema explicativo, unas taxono-
funcionar en contextos sociales y culturales mías, procedimientos de operación, inclusive
particulares. Las respuestas estratégicas a los “ciencias” que explican por qué, cómo y con
fenómenos no sincrónicos que son sociológi- qué fin los miembros de tribus, comunidades
ca y culturalmente complejos (McCarthy, 1997) y etnias se consideran como menos que “hu-
deben ser, por definición, en muchos niveles manos”, en comparación con una versión no-
y simultáneas. minativa no intervenida de “hombre”. Así mis-
mo, están caracterizadas por grados de
Durante más de tres décadas, aquellos educa- volatilidad e imprevisibilidad: los seres huma-
dores comprometidos con la educación para nos tratan de reparar, manipular, desviar y
la equidad y la justicia social han usado “la arruinar las reglas en intercambios cara a cara.
raza” “la etnia”, “la clase” y “el género” como
las variables para explicar la producción y la Lo que sigue son términos teóricos generales
reproducción inequitativa del conocimiento, para describir los nexos de raza y lengua, cla-
las habilidades y la disposición. Los capítulos se, género y sexualidad en el habitus.1 Usando
en este volumen destacan el papel de la len- el modelo de Pierre Bourdieu (1990) de habi-
gua como una variable fundamental en la tus, campos sociales y capital, mi meta es

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1 El habitus es un conjunto de recursos y representaciones, algunos adquiridos por voluntad propia, otros históricos
y genealógicos, y por características genéticas (p. ej. el color de la piel, el fenotipo, la apariencia física). Las repre-
sentaciones y los recursos se reúnen para constituir el capital propio que una persona lleva a las instituciones
educativas, a los campos sociales.

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situar “raza” y “lengua” como formas de capi- escolaridad comunitaria, la pedagogía cultural-
tal traído al escenario cultural y social contin- mente apropiada, la literacidad crítica y la pe-
gente de las escuelas y los salones de clase. dagogía radical— todas constituyen estrategias
históricamente legitimas y razonables. De he-
“La raza” y “la lengua”, como formas de capi- cho, cada una tiende a enfocarse en un elemen-
tal, nunca tienen valor absoluto, universal o to específico y mayor de lo que puede ser una
garantizado, ya sea generativo o peyorativo. práctica más amplia, más comprensiva, histó-
Estas son fundamentales, pero no mutuamente ricamente durable y de una lógica inflexible.
excluyentes o determinantes; son elementos Es el caso particular de esas sociedades mo-
que pueden leerse e interpretarse del habitus dernas y entidades corporativas que demues-
traído a los campos sociales de las institucio- tran la capacidad de evolucionar de forma
nes educativas. De hecho, las instituciones diacrónica, tolerando, de manera represiva, la
deben ser racistas. Esto se puede afirmar diversidad y la diferencia, para mantener el
mediante la exclusión abierta al acceso a la privilegio y el poder de clase y de las élites de
educación, la intimidación entre pares, una pe- género, de raza y de lengua. Por lo menos de-
dagogía autoritaria, un contenido curricular bemos comprender cuáles aspectos y cuáles
hegemónico, los intercambios de exclusión elementos del problema podemos alterar, con
cara a cara en los salones de clase, la rotula- cuáles enfoques pedagógicos, de qué modo
ción y la categorización, la legislación de una cada una de estas estrategias educativas es
monocultura lingüística, y así sucesivamente. necesariamente parcial y contingente —inclu-
Conocemos muy bien cómo el racismo se cons- sive, a medida que reconocemos los umbrales
truye dentro del discurso y las estructuras y los límites de las intervenciones educativas
institucionales de las escuelas, las universida- en sociedades y comunidades cuyas econo-
des y otros sistemas educativos, y que es legi- mías e instituciones practican el racismo y la
timado en las interacciones cara a cara. discriminación lingüística con relativa impu-
nidad.
Mi propia perspectiva es que las relaciones de
raza, género y clase —y sus representaciones
semióticas y decodificaciones en la práctica cul- La raza y la lengua en los campos sociales
tural y la forma lingüística— son configuracio-
nes contingentes sociológicamente estructu- Con el fin de analizar la lógica de la discrimi-
radas. En las instituciones educativas, los su- nación educativa sobre la base de la raza y la
jetos humanos con autoridad asignan distin- lengua, es necesario que comencemos por re-
ciones y, mediante la pedagogía, el currículo y conocer que “la raza”, en sí misma, es una cons-
la evaluación, establecen condiciones para la trucción eurocéntrica que ha evolucionado
transformación del capital en valor. Esto im- históricamente como un término y una cate-
plica el ejercicio del reconocimiento y el no re- goría para demostrar, de forma científica, la
conocimiento, la categorización y la discrimi- superioridad de las culturas angloeuropeas en
nación, “formas de categorías de percepción, el contexto del colonialismo, la esclavitud y el
principios de visión y división”, en palabras genocidio (cf. Darder y Torres, 2004). Esto no
de Bourdieu (1998b: 53). quiere decir que otras sociedades no hayan
tenido una nomenclatura comparable para
Mi punto aquí es que el abanico de perspecti- nombrar y deshonrar “otras” etnias y fenoti-
vas adoptadas durante las últimas cuatro dé- pos, como lo demuestra la historia de Kam
cadas —incluyendo (pero no limitándolo a) la Louie (2002) con respecto a las construcciones
educación por compensación, la educación de los chinos sobre la masculinidad occiden-
progresista, el revisionismo curricular, la peda- tal. También podemos comenzar con el reco-
gogía antirracista, la educación bilingüe, la nocimiento del derecho universal a la lengua

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de la propia comunidad (Hymes, 1996), a pe- Bourdieu, 1998b). Estos constituyen lógicas de
sar del alistamiento histórico de la ciencia y la prácticas, guías y categorías para la acción, el
ideología política para reclamar la superiori- agenciamiento2 y las decisiones cotidianas. Se
dad intrínseca de una lengua sobre otra, de debe considerar “la raza”, “el género” y “la len-
nuevo al servicio del colonialismo (Pennycook, gua” en estos términos, no sólo como recursos
2007). La destrucción y la profanación siste- que los sujetos humanos traen para compartir
mática de comunidades lingüísticas han sido en campos sociales, sino también como distin-
tanto un medio como un artefacto de la domi- ciones categóricas aplicadas sistemáticamente
nación histórica y contemporánea, la margina- por sujetos humanos en la construcción y la
lización y la exclusión (Phillipson, 2008). asignación de valor en intercambios cotidia-
nos. Sencillamente, a los sujetos humanos se
Sin embargo, nótese el término “discrimina- les asignan razas, géneros y clases en taxono-
ción” en la primera oración del párrafo an- mías de discurso por otros sujetos humanos
terior, al igual que en la terminología común que las despliegan, de manera consciente y
sobre discriminación racial, de género o lin- deliberada. Las prácticas que racializan —es
güística. La discriminación implica juicio y eva- decir, usan una distinción categórica para asig-
luación, o el ejercicio del “gusto”. El análisis nar un valor arbitrario al habitus (cf. Omi,
de Bourdieu (2007) de la sociedad francesa va 1994)— son asumidas tanto por los objetos del
más allá de las definiciones de clase estructura- poder (p. ej. los estudiantes, los aprendices,
listas y clásicas, en términos de nivel y rol so- el “otro” racial) como por aquellos que ejercen el
cioeconómico; eleva el análisis marxista clási- poder de forma relacional (p. e. los docentes,
co de clase como indicativo de relaciones de los administradores, los ancianos de la comu-
tenencia y control sobre los medios de produc- nidad), aunque obviamente no con la misma
ción. Aunque Bourdieu no descarta estos fuerza institucional equivalente.
medios de producción, él apunta a las compe-
tencias propias de los sujetos humanos como El habitus propio se mueve a través de la par-
productos de la clase social, específicamente ticipación en campos sociales que se sobrepo-
en la adquisición y el ejercicio de sus gustos. nen (la escuela y el salón de clase, el grupo de
Los juicios con respecto al estilo lingüístico y la comunidad, la iglesia y la mezquita, las ban-
cultural son parte de los gustos que constitu- das callejeras, el lugar de trabajo, la universi-
yen la disposición de la propia clase. dad, el lenguaje de la escuela, la corporación).
La escuela constituye un campo social y un
En el trabajo de campo inicial de Bourdieu mercado lingüístico (Mey, 1986) donde la sufi-
(1977) con el kabyle, la distinción y la clase es- ciencia previa, la fluidez, el acento y la varia-
tán indexados en la afinidad y el estilo (i. e. la ción dialectal, y de hecho el color, la afinidad y
culinaria, las prácticas en el lugar de habita- la afiliación étnica y “la raza”, deben hacerse
ción y en sistemas de intercambio de valor en valer de diferentes maneras. El habitus con-
la vida cotidiana de la familia y la comunidad). siste en “raza” y “lengua”, pero éstos nunca
El habitus se asume en mucha de la literatura son independientes. El habitus también com-
sobre educación para referirse al propio capital prende una mezcla combinatoria compleja de
cultural adquirido y la disposición sociocultu- recursos durables e incorporados, que inclu-
ral total (Albright y Luke, 2007). Pero implica yen el género, la afinidad, la orientación sexual,
también esquemas culturales, categorizaciones el conocimiento y la habilidad, junto con los
estructuradas y guiones (Holland y Cole, 1995; recursos adquiridos que incluyen credencia-

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2 El agenciamiento se refiere a la capacidad para la acción autónoma y autodeterminante en el contexto de las fuerzas
de la estructura social e ideológica.

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les y artefactos, redes sociales y afiliaciones, descubrimiento clínico, las planillas de diag-
riqueza convertible, afiliación religiosa, entre nóstico, los regímenes de evaluación y de exá-
otras. menes estandarizados, los sistemas de idonei-
dad, las políticas de apoyo económico y las
Al interior de cualquier campo social dado, guías administrativas les dan, a los maestros y
estas formas de capital son evaluadas por otros, a los administradores, diversos grados de au-
quienes poseen el poder simbólico de estable- tonomía local y flexibilidad en el juicio. Éstas
cer (y posiblemente negociar) los términos de son condiciones contextuales que habilitan y
intercambio. De esta forma, el campo y sus restringen el ejercicio de discriminación esque-
agentes autorizados establecen las reglas para mática por aquellos que tienen autoridad.3 En
la comprensión, la valoración, el intercambio términos de raza y lengua, esto puede impli-
y la transformación del capital. En la escuela, car tanto el “reconocimiento” como la “falta
esto puede llevar a la aceptación o a la exclu- de reconocimiento” de los recursos culturales
sión, mayor acceso a bienes lingüísticos, ma- y lingüísticos traídos al campo (Bourdieu y Pa-
yor capacitación, promoción o degradación, a sseron, 1990: 31), repleta de asunciones, presu-
niveles de participación, etc. El reconocimien- posiciones y estereotipos sobre cuáles recursos
to y la evaluación del capital del estudiante es culturales y lingüísticos particulares habilitan
lo que hacen los maestros, tanto de manera y deshabilitan.
deliberada, a través de la observación diagnós-
tica desarrollista, como menos abiertamente, Raza y etnicidad, género, clase, preferencia
mediante asunciones tácitas sobre las capaci- sexual y lengua constituyen elementos clave,
dades lingüísticas de los estudiantes, sobre la aunque no exhaustivos, del capital cultural
base de otras formas visibles de capital, o asu- propio. Como tal, están reconocidos o poco
miendo que el nivel de fluidez en una lengua reconocidos diferencialmente, e intercambia-
determinada capacita o no el acceso para el dos por valor en los campos sociales múltiples
desarrollo de otra lengua objeto. Los maestros y sobrepuestos que las personas atraviesan.
leen e interpretan las disposiciones corpora- Las reglas de intercambio dentro de los cam-
les (Luke, 1992). pos son rígidas y flexibles, durables o transito-
rias en varios niveles. Cada instancia de
Esta valoración —un proceso nuevo de reco- la asignación de valor en cualquier campo so-
nocimiento simbólico de capital— es realiza- cial de la comunidad o de la institución, tiene
da por otros sujetos humanos que están en el potencial para romper reglas y producir es-
posiciones de autoridad (p. ej. maestros, em- quemas , a lo que Bourdieu (1998a) se refiere
pleadores, burócratas, jefes). Aquí la distinción como una “toma de postura” de agenciamiento
y el juicio pueden ser el fondo o el primer plano frente a fuerzas estructurales del “posiciona-
de la “lengua” y “la raza”, como categorías de miento”. Y hay momentos potenciales de
discurso fundamentales o claves en el juicio. agenciamiento no sólo para la persona cuyo
Esto depende de los grados de flexibilidad de capital se somete al intercambio, sino también
las reglas de intercambio del campo social en para aquellos en posiciones de poder que afir-
cuestión, y el agenciamiento relativo y los es- man y regulan las reglas para éste. Es decir,
quemas anticipatorios disponibles, que pue- al resistir, rehacer, recombinar y representar el
den ser idiosincráticos, declarados por aque- propio capital, un individuo puede intentar al-
llos con autoridad. Las reglas de la escuela, el terar los patrones y las prácticas de juicio en

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3 Esto no aplica exclusivamente a la afirmación del racismo o la marginalización lingüística por y a través de sistemas
de reglas. El agenciamiento relativo de la discriminación y el gusto puede ser afirmado por un maestro racista,
escudándose bajo el radar jurídico legal de las leyes oficiales antidiscriminatorias, o puede reposar en las manos de
un maestro antirracista que no hace caso o subvierte las reglas racistas institucionales.

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un campo social. Rehusar la participación o inmigrantes y aprendices de una segunda


evidenciar condescendencia son opciones im- lengua, sobre la la prioridad de las estrategias, la
portantes. Sin embargo, de igual manera, para adjudicación de recursos, y la estrategia y
aquellos que emiten juicios a cambio —maes- la lucha política compartidas. Todo esto refle-
tros, administradores, consejeros, psicólogos, ja diferencias profundas en las historias y las
jueces, hombres de negocios, los ancianos de experiencias de opresión y dominación, aun
la comunidad— existe el potencial de alterar, cuando las comunidades han sufrido a manos
cambiar y romper las convenciones y los siste- de élites comunes y fácilmente identificables
mas de intercambio. y están buscando establecer coaliciones socia-
les inclusivas.

Esencialismo, multiplicidad, habitus El diálogo continúa entre las comunidades


lingüística y racialmente marginadas. Pero el
En educación, una teoría importante sobre disenso puede crear el escenario para la clási-
raza y lengua, en las décadas del ochenta y ca situación de “divide y vencerás”, donde la
del noventa, ha sido dominada tanto por los valiosa solidaridad política y el potencial estra-
escritores afroamericanos y de las minorías tégico se pierden por la inhabilidad de llegar
lingüísticas y culturales en Estados Unidos, e a un acuerdo sobre un frente común con respecto
internacionalmente, por los escritos de auto- a lo que debe hacerse. Esto tiene mayores
res poscoloniales que escriben ya sea como complicaciones, debido a asuntos de ecosos-
migrantes o como intelectuales en antiguos tenibilidad, que señalan que cualquier argu-
estados coloniales (p. ej. Fine et al., 2004). Es mento sobre la educación para la justicia so-
de resaltar que el Subaltern Group4 y en la cial puede enfocarse a lograr una mejor y más
escritura afroamericana y latina reciente, las equitativa división de los deshechos del capi-
conexiones entre raza, género y clase se resal- talismo corporativo ecológicamente voraz e
tan como una explicación tripartita de las ca- infinitamente expansivo. La justicia redistribu-
tegorías contemporáneas de marginalización tiva (Fraser, 1997) no puede asociarse a la dis-
(Spivak, 2006). Con el aumento del enfoque tribución más equitativa de los recursos y los
histórico en los derechos de gays y lesbianas, valores adquiridos de manera inequitativa y
y el emerger concomitante de la teoría queer,5 destructiva. Y dada nuestra comprensión re-
la preferencia sexual ha engrosado estas cate- lativamente reciente de los efectos del comple-
gorías (p. ej. Kumishiro, 2001). Existen jerar- jo tira y afloje local de las corrientes globales,
quías de miseria en contienda y potencialmen- las ganancias de una comunidad marginali-
te divisorias, presentadas por comunidades zada en algún lugar pueden traducirse, de for-
marginadas históricamente, donde cada una ma inmediata, en una pérdida catastrófica en
afirma sus derechos educativos, lingüísticos y, algún otro lado.
por supuesto, humanos. Se han dado discu-
siones entre y al interior de las comunidades Sin embargo, los intentos por forjar nuevas
indígenas, las feministas, los antirracistas blan- coaliciones en contra del poder ponen en ries-
cos, los activistas contra la pobreza, los educa- go el rango jerárquico de los reclamos sobre
dores socialistas radicales; entre los afroame- quién ha sido el más agredido, oponiéndose a
ricanos e hispanos; entre y al interior de los argumentos esencialistas sobre la explotación

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4 El Grupo Subaltern, teóricos sociales y escritores del subcontinente indio y la diáspora, trajo elementos claves del
marxismo, la teoría feminista, los estudios poscoloniales y el análisis postestructuralista para trabajar con los asun-
tos de marginalización, textualidad y subjetividad (Spivak, 2006).
5 Uno de los campos de los estudios de género que se enfoca en la discusión y el análisis de la naturaleza social de los
actos y las identidades sexuales [N. de la T.].

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La raza y la lengua como capital en las escuelas...

original —una victimología comparada—. La Estas nociones de multiplicidad y de híbrido con-


asunción subyacente es que las jerarquías de forman nuestras comprensiones tradicionales
opresión pueden formar la base de priorida- de raza y racismo, que se derivan del trabajo de
des de emancipación. Pero la complejidad del más de un siglo que ha sido testigo de la escla-
racismo contemporáneo y la opresión opera vitud, el genocidio y el lingüicidio deliberado
transversalmente y en categorías combinatorias, y brutal. Estos fenómenos históricos se esta-
es decir, la diferencia dentro de la diferencia blecieron en dos creencias esencialistas: 1) que
(C. Luke y A. Luke, 1999). La heterogeneidad existían isomorfismos inexpugnables, fenotípi-
y la multiplicidad son objetos de poder de ma- cos, genéticos y estructurales entre raza, y su
nera tan frecuente como puede ser la identifi- propio “valor”, virtudes y características hu-
cación individual. La fuerza del racismo debe manas intrínsecas; y 2) que la raza, la cultura,
ejercerse con distinciones categoriales sutiles la identidad, la afiliación y la nación pueden
y matizadas, y con cualidades, de modo tan reunirse por el Estado, en correspondencia
frecuente que pueda privar de valor y recono- singular y homologa (Hall, 1993). Este esencia-
cimiento a todos los miembros de una comu- lismo se ha usado como una tecnología del
nidad o de una historia particular (Matsuda et discurso para masificar, gobernar y, en ciertas
al., 1993). instancias, erradicar comunidades y culturas
completas. Al mismo tiempo, el esencialismo
En las dos ultimas décadas, las feministas po- ha sido reclamado, en intentos desafiantes,
sestructuralistas proporcionaron el modelo de para reafirmar la solidaridad cultural y lingüís-
“la subjetividad múltiple” para explicar las tica por los grupos de personas amenazados
mezclas combinatorias de identidad, afiliación frente al poder racista.
y disposición que los sujetos humanos desa-
rrollan. Los teóricos poscoloniales hablan de Las identidades diferenciales de individuos y
subjetividad “hibrida”, de identidades fu- grupos se construyen en y a través del discurso.
sionadas y heterogéneas, que abarcan las Las nociones pedagógicas y del multicultu-
experiencias vívidas de la cultura y la lengua ralismo crítico sobre la voz se refieren a aquellas
residual y emergente, colonial y poscolonial, historias, memorias y experiencias reprimidas
nativa y no nativa ( p. ej.Ang, 2000). Ésta es de personas marginalizadas y en diáspora. La
una proposición antiesencialista, contra la no- noción de heteroglosia se deriva no sólo de
ción de que las personas tienen identidades Bakhtin (1982), sino también de las conceptua-
singulares y definitivas, o recursos con carac- lizaciones iniciales de Voloshinov (2007) sobre
terísticas esenciales, generalizables y específi- cada acto de habla e intercambio dialógico que
cas de una población. El concepto de subjetivi- invoca y da la voz a intercambios y luchas de
dad múltiple sugiere que las personas están clase previos e intertextuales.
posicionadas de manera simultánea y diferen-
cial por el discurso y la práctica, y que la iden- Y es la dialéctica sociológica de agencia / es-
tidad es una amalgama de características dife- tructura, de la interpolación de la lengua y el
rentes (Norton, 2000). En un trabajo más re- discurso y su poder relativo para imponer dis-
ciente sobre identidad social, el argumento ha ciplina y poder sobre los sujetos humanos, así
sido que nosotros estratégicamente desple- como contra las capacidades de los sujetos
gamos diversos seres. Y en la explicación de humanos para resistir, ejercer y establecer dis-
nuevas culturas, se ha discutido que las per- ciplina y poder, que se mueve en el entrama-
sonas estratégicamente recogen y develan di- do de estos diferentes conceptos de posicio-
ferentes versiones del ser, desde los recursos dis- namiento. Este potencial para romper la regla
cursivos, semióticos y representacionales y la elaboración de esquemas del agenciamien-
disponibles (Gee, 2000). to incluye no sólo aquellos objetos de poder

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Pedagogía, lenguajes y poder

racializados, sino también el agenciamiento de cepto de habitus ofrece, por un lado, un medio
aquellos que, como los maestros, asumen una para describir la tensión entre los múltiples
posición de autoridad epistemológica, autori- posicionamientos y las identidades, y por otro,
zación oficial y autoritarismo potencial en es- una base inicial de afiliación, cultura, género
tos campos sociales. y sexualidad, sin recurrir a aseveraciones
esencialistas a priori sobre “todos los latinos”,
Aunque la mayor parte del trabajo sobre cam- “todas las mujeres”, “todos los chinos”, “todos
pos sociales se hace mediante el discurso, los aborígenes” y así sucesivamente.
el mundo no es sólo una construcción de dis-
curso. El discurso es, entre otras cosas, hacer Mientras el habitus puede ser múltiple y con
visible esas “estructuras cognitivas, formas de superposiciones, los elementos no fueron es-
categorías de percepción, principios de visión cogidos por nosotros y permanecen de mane-
y división” (Bourdieu, 1988b: 53; cf. Van Dijk, ra durable en nuestras vidas. Si somos negros
1993). Y no todos los discursos tienen efectos en una cultura dominada por blancos o ama-
significativos o equivalentes sobre el ser de rillos, si somos mujeres en un sistema patriar-
las especies, sobre los sujetos humanos, sobre las cal, si somos jóvenes que hablamos dialectos
condiciones materiales y, de hecho, sobre nues- y con acentos que no son estándares, esa es-
tras capacidades para generar más discurso tructura del habitus es durable. Como asegu-
(Luke, 2004). Algunos discursos matan a la ran los etnometodólogos, el habitus debe ser
gente, les quitan su trabajo; otros, los humi- interpretado a través del discurso y, por tanto,
llan; otros, los marginalizan y los avergüen- hecho y rehecho en la conversación cotidiana
zan. Algunos modos y puestas en escena de (McHoul, 2001). Sin embargo, permanece
differance marcan una diferencia en la vida como una presencia semiótica que está mate-
de las personas; otros simplemente no impor- rializada con anterioridad al y dentro del
tan. De esta manera, la observación posestruc- intercambio de discurso, que no puede ser
turalista omnipresente de que podemos dar omitido o desmontado. Podemos esconderlo
cuenta por completo del mundo a través del de forma deliberada, alterarlo, rediseñarlo
discurso, o más bien, del significado que está y adornarlo por grados, pero si debe o está he-
parcial y continuamente pospuesto (en el dis- cho para ser tenido en cuenta o no, no aparece
curso), es, en el peor de los casos, convincente simplemente o se desaparece tan fácilmente
y, en el mejor, parcial. Es particularmente de como podría hacerlo un vestido, un documen-
poca ayuda para aquellos quienes encuentran to oficial o inclusive el acento y el gesto paralin-
que algunas de sus características fenotípicas, güístico. Y sin importar qué tantas capas de
su género o su sexualidad, su lengua y acento capital institucional, material, social y eco-
no son escogidos ni completamente maleables nómico adquirimos o desarrollamos, los ele-
a través de las categorías discursivas. Y en el mentos de habitus están omnipresentes.
mejor de los casos, es un pie de página para
aquellos que son los objetos del discurso y la Esto no implica tomar una postura cultural
violencia física que los trivializa, los margina y esencialista o de determinismo genético, o asu-
los hace avergonzar. mir que los discursos y las prácticas de la so-
cialización primaria no pueden ser maleables
Además, el concepto mismo de subjetividades y tomar nuevas formas en la socialización cul-
múltiples también tiene sus dificultades: ofre- tural y lingüística temprana. Pero todo el dis-
ce un sujeto humano que se pliega una y otra curso se sobrepone y las construcciones en el
vez sobre sí mismo de manera longitudinal, a mundo no “deshacen” el hecho social de ser
través del discurso y las inscripciones prácti- blanco en una cultura donde el amarillo es la
cas, sin una base inicial. Por el contrario, el con- norma común, o ser negro en una cultura pre-

Revista Educación y Pedagogía, vol. XX, núm. 51, Mayo - Agosto de 2008 33
La raza y la lengua como capital en las escuelas...

dominantemente blanca, o ser de género fe- ferente a medida que un campo social cam-
menino en las instituciones dominadas por lo bia). Como también lo es el hecho biosocial de
masculino. No hay ninguna comunidad cul- que nuestros cuerpos y la capacidad lingüís-
tural o formación social sin discriminación y tica de esos cuerpos tienen características
valor jerárquico, sin una indexación de una irrevocables que permanecen, a pesar de la
norma no manifiesta (típicamente patriarcal) cantidad de discursos o diseños estilísticos que
y otra evidente. sobrepongamos sobre esos cuerpos. La asun-
ción posmoderna de que el sujeto humano es
Las formas significativas de capital pueden completamente maleable, que la cara y el cuer-
adquirirse más tarde en la vida: las prácticas po pueden arreglarse para asumir una identi-
culturales y las disciplinas se presentan una y dad creada, se encuentra con el problema de
otra vez; las lenguas pueden aprenderse, los la durabilidad de los esquemas internos pro-
acentos, alterarse; pueden dominarse los có- pios. El cuerpo, de hecho, recuerda. Somos de
digos institucionales y las complejidades de las muchas maneras, el producto de las afiliacio-
disciplinas; los esquemas y los guiones, adqui- nes y la sangre. Y nuestra producción cultural
rirse y elaborarse; las credenciales, ganarse; el y lingüística, mucha de la cual es física tanto
gusto puede modificarse; pero aquellas dispo- en la ejecución como en la apariencia exterior,
siciones encarnadas que permanecen son las se da por lo menos hasta que las instituciones
de los recuerdos culturales, experienciales e formales de la escuela, el Estado, la corpora-
históricos. Las maneras como pueden modu- ción y la religión empiecen su trabajo de re-
larse, suspenderse o ejecutarse, como come- formar longitudinalmente ese desempeño.
diantes en campos de intercambio y de juegos
de lenguaje (C. Luke y A. Luke, 1998), marcan Pero esto no es para hablar de una determina-
nuestra acción de agenciamiento; pero ocurren ción fija a través de las afiliaciones, la biología
en el contexto de posicionamientos estructu- o la socialización inicial; es simplemente para
rales dentro del campo, vía clasificaciones reconocer que existen principios fundamen-
taxonómicas y jerárquicas de valor asignado tales, encarnados, situados y generados lin-
(modificado e posiblemente ignorado) por la güística y culturalmente, sobre los cuales es-
convención y por la clase dirigente, la autori- tán basados todos los aprendizajes subsecuen-
dad patriarcal (o por sustitutos que actúan en tes, la adquisición y el desarrollo lingüístico,
nombre de esa autoridad) dentro del campo. la literacidad y la competencia textual, y que,
además, se construyen y se relacionan de ma-
El valor es dependiente del campo: la raza, el nera reflexiva y longitudinal. Las categorías
género y la lengua, así como otras formas de epistemológicas derivadas de la lengua y un
capital, las “leen” los participantes en el cam- sentido intuitivo de la función léxico-sintáctica
po. Se le asignará un valor diferente al habitus de la lengua materna propia y las prácticas
a través del intercambio de discurso en cam- culturales asociadas, permanecen, sin embar-
pos sociales específicos, y subcampos al inte- go, modificadas y aumentadas.6 Pero esto, la
rior de instituciones, comunidades, familias y superposición y la disposición moldeada y
sociedades. A este respecto, el valor asignado moldeante que cada uno de nosotros lleva a
al habitus es un artefacto de discriminación en un campo determinado, no precluye rehacien-
el discurso (y podría asignarse de manera di- do deliberadamente el habitus o la acción

__________________________________________________
6 Siguiendo el argumento psicoanalítico feminista de que la experiencia paleosimbólica previa a la entrada al len-
guaje permanece en el cuerpo y en la memoria (Kristeva, 1983), yo argumentaría que “la manera de nombrar
inicial” y las funciones tienen un prominencia desarrollista y longitudinal.

34 Revista Educación y Pedagogía, vol. XX, núm. 51, Mayo - Agosto de 2008
Pedagogía, lenguajes y poder

agentiva dentro de campos sociales particula- discurso y esa lengua por sí mismos son pro-
res, “tomando posturas” con antelación y en ducidos por sujetos, por agentes humanos con
respuesta al “posicionamiento” que ocurre me- capital incorporado y durable, aumentado por,
diante las distinciones estructurales y las cate- y en muchos casos, reescrito por otras formas
gorías de discurso que constituyen las reglas de capital adquirido y transformado —proce-
de intercambio dentro de los campos (Bour- so de valoración e intercambio presente en las
dieu, 1998a: 15). estructuras de los campos sociales.

Una comprensión de la relación entre raza y


etnia, lengua y discurso requiere que nos en- El problema práctico replanteado desde
frentemos con asuntos de multiplicidad y una perspectiva sociológica
durabilidad al mismo tiempo, sin recurrir al
esencialismo y al determinismo. La premisa Durante las últimas cuatro décadas, se ha iden-
aquí es que, aunque deban valorarse y esta- tificado una evidencia empírica y convincen-
blecerse de manera diferencial en diversos te, tanto cuantitativa como cualitativa, que los
campos sociales, los sujetos humanos llevan sistemas escolares de las mayorías en Estados
combinaciones complejas (e idiosincráticas) Unidos, Canadá, Australia, Nueva Zelanda, el
sobre el género y la sexualidad, la disposición Reino Unido y muchos Estados europeos,
de clase, el color y la raza, la afiliación étnica y sistemáticamente discriminan a niños perte-
la identidad, y la competencia lingüística a los necientes a poblaciones “diferentes” en lo ra-
campos sociales. La raza es sólo un elemento. cial y lo lingüístico. Las explicaciones históri-
La lengua es sólo un elemento. Diferentes cam- cas con respecto al compromiso diferencial, la
pos sociales, que a menudo se sobreponen y participación, los logros y los productos varían,
no son discretos, tienen un lugar en las con- incluyendo: el “déficit” lingüístico y cultural,
venciones y las reglas de intercambio que va- los recursos de literacidad limitada en el hogar,
lora diferencialmente estas formas de capital. el contenido curricular excluyente y alienan-
La raza podría contar en este campo particu- te, la clasificación temprana, el apoyo financie-
lar, en esta economía política particular y en ro desigual para las escuelas, los docentes de
este milieu cultural / institucional. Pero podría baja calidad, los prejuicios personales en el
combinarse como un criterio de valor por otra salón de clase, y más recientemente, los desór-
forma de capital materializado, valorado en el denes neurosicológicos inducidos socialmente.
campo social, es decir, género y títulos.7 Todas estas explicaciones se mantienen en
juego en la investigación y en las políticas
Por tanto, lo que somos y la manera como pre- actuales.
sentamos agentivamente los diferentes ele-
mentos de nuestra propia disposición en un Las respuestas en el ámbito educativo varían.
campo social (un salón de clase, una sala de El legado de los estudios culturales tanto de la
reuniones, un lugar de trabajo, una mezquita Escuela de Frankfurt como de la de Birmin-
o una iglesia), implican el discurso en el senti- gham se ha enfocado en el racismo y la discri-
do más amplio. Las categorías en sí mismas y minación lingüística como formaciones ideo-
“la manera como nombramos”, con las que nos lógicas dominantes, en una crítica a los me-
presentamos y que son valoradas, tienen his- dios de comunicación corporativos y a los
torias en el discurso y en la lengua. Pero ese currículos, y en un llamado a una crítica revi-

__________________________________________________
7 Considérese, por ejemplo, en un artículo reciente de The Economist (“Nearer to overcoming”, s. n. a., 2008) el estu-
dio que encontró que las mujeres afroamericanas con títulos de posgrado ganan sustancialmente más que su con-
traparte blanca, mientras que aquellos sin títulos ganan menos.

Revista Educación y Pedagogía, vol. XX, núm. 51, Mayo - Agosto de 2008 35
La raza y la lengua como capital en las escuelas...

sionista del currículo y la enseñanza dominan- estudios interculturales). Cada uno tiene un
te, como una exclusión sistemática del conoci- enfoque diferente en el habitus y su potencial
miento, de la competencia, de la lengua y las para el agenciamiento en el ámbito escolar, re-
aproximaciones al aprendizaje de las minorías. saltando la revisión de:
Los escritores afroamericanos, latinos y asiáti-
co-americanos han hecho un llamado para la — El habitus del estudiante: una redefinición
recuperación sistemática de la voz en la histo- del habitus del estudiante antes y en los
ria, la literatura, el arte, y la representación de encuentros iniciales con el campo.
la realidad económica y social cotidiana (p. ej. — El lenguaje del campo: un cambio o un au-
Nieto et al., 2007). El legado de los modelos mento de la lingua franca dominante del
posestructuralistas feministas se ha enfocado campo escolar.
en los silencios y las exclusiones en los salones
de clase y en el currículo. El punto focal en el — La regulación del campo: cambio sistemático
discurso ha conducido a un análisis más deta- de códigos de interacción de la escuela,
llado de los patrones de exclusión y discrimi- como un espacio de intercambio para al-
nación, que se hacen cara a cara, de los hablan- bergar el de los diversos aprendices.
tes; del ejercicio de formas de discriminación — El conocimiento en el campo: inclusión siste-
en el salón de clase, y la representación y valo- mática del conocimiento de la escuela al-
ración diferencial de formas lingüísticas y tex- ternativo y revisionista, como un cambio
tuales, del conocimiento y la experiencia (p. ej. en el “valor” y el discurso del campo.
Luke et al., 1995). La respuesta ha sido apoyar
— La discriminación en los campos sociales: un
modos más inclusivos de pedagogía, que va- análisis explícito de las reglas racistas y
rían desde modelos dialógicos y enfoques crí- sexistas arraigadas en la clase, y otras dis-
ticos a la lengua y al texto (Norton y Toohey, criminatorias del reglamento de los cam-
2004), hasta formas de pedagogía cultural- pos de la escuela y otras instituciones.
mente adecuadas (Ladson-Billings, 2005).
— El habitus del maestro: una modificación del
La respuesta educativa, por tanto, se centra en habitus del maestro, que presenta esque-
las políticas de reconocimiento, y hace un lla- mas nuevos para la “discriminación” del
mado hacia un cambio general en el discurso habitus del estudiante y de su capacidad
de la escuela, para abrir el espacio a diversas en cualquiera de los enfoques pedagógi-
formas de conocimiento y de patrones de cos y curriculares mencionados antes.
interacción cultural. Esto implica: 1) dar voz e
incluir los textos censurados, los discursos y En lo que sigue, propongo comentarios breves
las historias en la representación curricular; 2) sobre cada familia de enfoques, tratándolos
un compromiso inclusivo y propositivo con como estrategias institucionales que intentan
diversas lengua y discursos (educación bilin- alterar o cambiar las relaciones de intercam-
güe; enseñanza crítica del inglés como segun- bio y valor dentro de los campos de la escuela.
da lengua; estudio crítico de la lengua “extran- Mi propósito aquí es develar sus asunciones
jera”); 3) la expansión del conocimiento de la sobre el habitus, el capital y el campo, más que
escuela, con el fin de incluir campos intelec- en ver si son apropiados o efectivos para la
tuales y epistemologías de nativos, tradiciona- educación en cualquier escuela, salón de cla-
les y de inmigrantes; 4) alterar los patrones se, comunidad o sistema.
culturales de interacción (pedagogía cultural-
mente adecuada); y 5) un compromiso explí- El habitus del estudiante
cito con los temas relacionados con el racismo
y todas las formas de discriminación (educa- La redefinición de las características del ha-
ción antirracista, educación ciudadana, bitus del estudiante implica, como en aquellos

36 Revista Educación y Pedagogía, vol. XX, núm. 51, Mayo - Agosto de 2008
Pedagogía, lenguajes y poder

modelos de educación por compensación, la los estudiantes debe modificarse sistemática-


introducción temprana y completa del cono- mente al comienzo, para permitirles desarro-
cimiento lingüístico y cultural, y la práctica que llar formas dominantes del capital cultural,
se ve como un requisito para el éxito escolar, como está definido en los sistemas existentes
en el marco de la escuela para las mayorías. del currículo, la pedagogía y la evaluación. Las
Esto varía desde los programas de interven- reglas de intercambio y valor en el campo so-
ción temprana en preescolar que se centran en cial de la escuela y el salón de clase están por
la introducción de un conocimiento lingüísti- fuera de la crítica.
co dominante, el conocimiento de la lengua
impresa, la familiarización con patrones de El lenguaje del campo
interacción de la escuela y la cultura dominan-
te. Los programas antiguos para la niñez tem- La educación bilingüe cambia la lingua franca
prana (p. ej. Headstart) intentan remediar “la de la pedagogía y el currículo, variando lo que
carencia” o el “déficit” del estudiante, gene- cuenta en el mercado lingüístico de la escuela.
ralmente interpretado como cognitivo, lingüís- En contraste con modelos compensatorios, ésta
tico o cultural. comienza con un reconocimiento explícito del
habitus lingüístico preexistente del estudian-
Una asunción similar se encuentra en aque- te, porque tiene valor en su hogar, en la comu-
llas filosofías humanistas y progresistas de la nidad cultural y, de hecho, en otros campos
niñez temprana, que promueven aproximacio- sociales relacionados. Los enfoques varían des-
nes culturales dominantes de clase media al de los programas bilingües de transición, los
“juego” y a las relaciones sociales, como una programas continuados de lenguas, hasta in-
norma común para el desarrollo psicosocial. tentos de educación en “doble vía”, que se
Los modelos de déficit aparecen de manera enfocan específicamente en el intercambio bi-
significativa en los debates sobre la literacidad lingüe y la comprensión intercultural. Los en-
temprana. Muchos simpatizantes de la instruc- foques varían en la medida en que reconocen
ción directa en reglas fono-ortográficas para y garantizan el valor del intercambio en la com-
los niños considerados minorías o para los petencia lingüística preexistente diferente al
aprendices de una segunda lengua, trabajan medio de enseñanza.
desde la asunción de que el habitus del estu-
diante debe alterarse sistemáticamente a tra- A pesar de que estos enfoques bilingües se ale-
vés de una intervención temprana, para que jan del modelo del déficit del habitus, todavía
se ajuste a las prácticas de la escritura de la mantienen diferentes asunciones sobre la ne-
escuela (A. Luke y C. Luke, 2001). cesidad de alterar las reglas de valor en el cam-
po social. Los programas bilingües de transi-
La enseñanza temprana y sistemática del in- ción reconocen el valor cultural y desarrollista
glés como segunda lengua inclusive intenta de la lengua materna, pero asumen que el pro-
posibilitar la transición al inglés (u otro idio- pósito de la educación bilingüe es preparar al
ma dominante) de enseñanza. Esto está usual- estudiante para el medio de enseñanza en in-
mente fundamentado en la asunción de que glés y la vida social. Al igual que en los mode-
el marco de enseñanza y la clasificacion y el los compensatorios, el criterio dominante de
contenido de los conocimientos inscritos en la valor en el campo sigue siendo el inglés, aun-
cultura dominante es valida y que, con algu- que con un reconocimiento de la necesidad de
nos ajustes transitorios en cuanto a la lengua un apoyo educativo que asegure el acceso y el
de enseñanza, éstos pueden permanecer sin uso de la lengua dominante.
modificaciones. Los propósitos ideológicos
variables, aparte de las asunciones comparti- Los enfoques “aditivos” o de mantenimiento
das por estos modelos, son que el habitus de de la lengua están sustentados en la asunción

Revista Educación y Pedagogía, vol. XX, núm. 51, Mayo - Agosto de 2008 37
La raza y la lengua como capital en las escuelas...

de que la lengua materna requiere apoyo Aquí el enfoque está en modificar el intercam-
desde la enseñanza y el reconocimiento edu- bio interaccional social y sociolingüístico, para
cativo, para prevenir la pérdida de la lengua y articular mejor esas prácticas culturales y esos
un cambio a la segunda lengua dominante. Es patrones de interacción que traen a la escuela.
decir, reconoce el valor del habitus lingüístico El enfoque está en cambiar las reglas de inter-
existente como un fin en sí mismo, más que cambio al interior del campo, para tener un
como un medio para la segunda lengua, y para espacio para la diversidad del habitus del es-
experiencias educativas asociadas a la cultura tudiante.
dominante. Esto puede implicar un reconoci-
miento más fuerte del potencial de la lengua En algunas instancias, su propósito es la tran-
materna, para usarlo en áreas del conocimien- sición más efectiva hacia los resultados del
currículo dominante, como el uso de patrones
to al interior del campo de la escuela. De esta
culturalmente apropiados en la enseñanza de
manera, los modelos aditivos tienen el poten-
la lectura (p. ej. Au y Mason, 1983). Donde éste
cial de alterar las reglas del campo, siempre y
es el caso, como en la educación bilingüe, el re-
cuando la lengua materna se explore como conocimiento de la diferencia en el habitus del
un medio para alterar los discursos de la esco- estudiante se ve como un medio hacia los lo-
laridad. gros convencionales determinados por las
reglas existentes del campo. En otros casos, im-
La educación bilingüe y bicultural en doble vía, plica un intento por expandir y alterar el co-
característica de algunos contextos nativos en nocimiento cultural que es validado como el
Australia y Nueva Zelanda, reclama un esta- que cuenta en el campo, al centrarse en la in-
blecimiento recíproco de las condiciones para corporación del conocimiento y las prácticas
el intercambio, con la valoración y la conmu- de los aprendices y sus comunidades.
tación de múltiples prácticas y artefactos lin-
güísticos y culturales (p. ej. Malcolm et al., 1999; El conocimiento en el campo
cf. McNaughton, 2002). Como en Hornberger
(2002), con los modelos de la educación bilin- Esto conlleva una alteración en las estructuras
güe y bicultural, hay una tentativa de modificar y el conocimiento valorado en el campo social
las reglas del reconocimiento del habitus, los de la escuela y el salón de clase. El currículo
implica una tradición selectiva del conocimien-
marcos de interacción que guían los intercam-
to (Apple, 1990), es decir, un conjunto canó-
bios, los contenidos del conocimiento domi- nico de selecciones culturales, sociales y polí-
nante y las estructuras del currículo. ticas de lo que será valorado en el campo, esto
es, de lo que es, por lo menos en teoría, un
La regulación del campo rango infinito de campos sociales y disciplinas
posibles, textos y discursos, conocimientos y
Un enfoque correlativo es cambiar las reglas mundos posibles.
de intercambio en el salón de clase, modifican-
do las estructuras de acción pedagógica y cómo El trabajo sobre multiculturalismo crítico,
el conocimiento se define por la interacción, teoría crítica sobre la raza, teoría queer y la teo-
mediante el uso del turno, y las estructuras de ría feminista enfatizan la necesidad de un
intercambio, la nominación y selección del currículo más inclusivo, que incorpore las
voces, las historias, las memorias y las expe-
tema, la afiliación y las relaciones entre la edad,
riencias, los géneros culturales, las formas
la autoridad y la posición. Algunos modelos
estéticas y las modalidades de expresión de
de pedagogía culturalmente adecuada se cen- aquellos quienes han sido marginalizados
tran en la organización espacial y en la paralin- de la escolaridad dominante, y de manera más
güística (p. ej. “la cara”, el contacto visual, el general, de los sistemas dominantes de repre-
gesto). sentación cultural.

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Pedagogía, lenguajes y poder

Esta aproximación revisionista al currículo está El habitus del maestro


fundada en los principios de la justicia de re-
validación (Fraser, 1997), que señala que la eli- Existe un interés constante y fuerte, en el
minación de representaciones erróneas de las desarrollo profesional de los maestros, sobre
historias y las culturas de las comunidades y el desarrollo de aquellos que son capaces de
su reconocimiento en el conocimiento oficial reconocer y capitalizar la diversidad lingüísti-
tendrá el efecto de alterar las reglas de valor ca y cultural. Hay suficientes investigaciones
en la escuela. En este orden de ideas, esto im- que demuestran cómo los modelos culturales
plica tanto la inclusión de las voces de las mi- deficitarios que impliquen una “falta de reco-
norías en la escuela, y puede extenderse a la nocimiento” del habitus del estudiante contri-
crítica de las formaciones convencionales del buyen a la desigualdad en la educación (Com-
conocimiento y la ideología, las epistemologías ber y Kamler, 2004).
y las disciplinas, las culturas y las prácticas que
actualmente están hechas para que sean teni- El habitus del maestro, como se ha discutido,
das en cuenta. implica una disposición y un sentido cultural
incorporado, unos esquemas sobresalientes y
La discriminación en los campos sociales unos guiones para leer y comprometerse con
el habitus del estudiante. Los intentos por cam-
La pedagogía crítica, los enfoques a la literaci- biar el habitus del maestro ocurren en cursos de
dad crítica y la educación antirracista ofrecen entrenamiento de maestros y programas
variadas aproximaciones pedagógicas. Ellas de desarrollo profesional especializado: estos
comparten una perspectiva sobre la elabora- van desde programas antirracista y antisexis-
ción de las reglas del campo de la escuela, y de tas, hasta entrenamiento en las herramientas
aquellos otros campos sociales significativos (la de diagnóstico desarrollista que “reconocen”
política y el Estado, los lugares de trabajo, las la diversidad, para comprometerse con mu-
organizaciones comunitarias y religiosas), ob- chas de las estrategias pedagógicas y curricu-
jetos de análisis crítico. lares mencionadas antes (Luke y Goldstein,
2006). La asunción que se presenta aquí es que
En términos sociológicos, estas aproximacio- los maestros pueden formarse para “tomar una
nes pedagógicas son esfuerzos adicionales postura” en los campos sociales, de maneras
para “volver objeto la objetificación”8 (Ladwig, justas y equitativas, usando su discriminación
1996: 46), haciendo transparente las reglas inclusive en esos campos que tienen historias
de reconocimiento, discriminación e intercam- y estructuras que se fundamentan en la falta
bio en instituciones dominantes. Estos inten- de reconocimiento e intercambios inequita-
tos por “leer el mundo” (Freire, 1987) pueden tivos del capital cultural de los estudiantes.
implicar, por ejemplo, trabajar con estudian-
tes para identificar de qué manera procede la
discriminación racial o lingüística, dónde y Un marco sociológico para la reforma in-
para los intereses de quién (Milovich et al., tegral de la educación lingüística en la
2001), o comprometerse con un análisis crítico escuela
de las reglas de intercambio y valor en los cam-
pos sociales del trabajo, los medios de comu- Podemos dejar de lado las discusiones, sin sen-
nicación, la vida ciudadana y en comunidad tido, en la administración, las cortes y los me-
(Luke, 2000). dios de comunicación, sobre si esto o aquello

__________________________________________________
8 La objetificación es la desmitificación de las explicaciones científicas e institucionales y de las justificaciones para
sistemas de reglas.

Revista Educación y Pedagogía, vol. XX, núm. 51, Mayo - Agosto de 2008 39
La raza y la lengua como capital en las escuelas...

constituye el racismo, una disculpa o el geno- los campos sociales no puede verse como
cidio (Luke, 1997; cf. Moreton-Robinson, 2004). directamente “causada” por su nivel de habi-
Existe evidencia abrumadora —científica, ex- lidad, conocimiento o títulos académicos. Está
perimental, histórica y narrativa— de que la sujeto, más bien, a los sistemas de objetifica-
escuela moderna es una tecnología institucio- ción y a las reglas de intercambio de otros
nal sofisticada para la reproducción social, la campos. A este respecto, la asunción de que el
estratificación del conocimiento y los recursos “inglés” o “los géneros” o las “reglas fono-orto-
discursivos, la riqueza y el capital, el poder y gráficas” o “la literacidad crítica” inviste a los
la fuerza, a lo largo de la línea difusa de la raza estudiantes con un “poder” durable, transpor-
y el género, la clase social y la cultura. table y universalmente valido es falsa (Luke,
1996), ya que el poder siempre depende de si
Pero el consenso moral entre los miembros de las estructuras y las autoridades de los cam-
los grupos minoritarios lingüísticos y cultura- pos sociales establecen las condiciones, don-
les, quienes han tenido la experiencia del ra- de éstas puedan ser reconocidas y usadas para
cismo y el sexismo, no comienza a resolver los propósitos lucrativos.
temas complejos sobre la estrategia educativa.
Es demasiado fácil para nosotros llegar a acuer- Además, los gobiernos y el sector privado han
dos sobre la necesidad de aproximaciones jus- demostrado una debilidad notoria por propor-
tas y equitativas a la escolaridad y a la educa-
cionar condiciones comunitarias para la dis-
ción lingüística. Es inclusive más fácil acoger
ponibilidad poco coordinada y disfuncional.
las amplias metas equitativas sobre “empode-
En las comunidades Aboriginal y Torres Strait
ramiento” y “justicia social” para aquellas co-
Islander, pueblos indígenas de Australia, esto
munidades y grupos de estudiantes que han
ha implicado históricamente la explotación
sido marginados en la educación. Sin embar-
esporádica e indiscriminada de los recursos:
go, la vía hacia la reforma educativa ha estado
una política de salud pide hospitales y enfer-
llena de altibajos, desviaciones y calles sin
meras este año, una presión por la reforma
salida y, al mismo tiempo, encontramos, con
frecuencia, los vehículos abandonados de política sobre las reglas fono-ortográficas en
aquellos educadores que nos han precedido. otro, un modelo nuevo de fuerza pública en una
También hallamos otros viajantes, quienes década, una subvención para el empleo en la
creen, y con frecuencia con muchas razones y comunidad y empleos para el sector privado
evidencias, que su mapa individual y su viaje en la próxima (Luke et al., 2002). Mientras todo
son los únicos viables. Nuestros propios enfo- esto podría tener valor en sí mismo, se inhabili-
ques y soluciones ante los retos de una educa- tan comunidades enteras para convertir y mo-
ción equitativa se fundamentan en análisis de vilizar conocimiento y habilidades adquiridas
los problemas descriptivos y diferentes. en la escuela, sin condiciones de vida saluda-
ble, un lugar para habitar adecuado, relacio-
He ofrecido un mapa cauteloso y posible del nes que construyan comunidad, un trabajo
terreno sociológico. La primera lección es so- productivo y significativo. En los asentamien-
bre los límites de la escuela como un campo tos urbanos en Estados Unidos, los llamados a
social. Los estudiantes viven y se mueven en una reforma educativa con frecuencia se asien-
una variedad de instituciones sociales, eco- tan en contextos donde las mismas autorida-
nómicas y comunitarias, antes, durante y des- des estatales y los simpatizantes comerciales
pués de su escolaridad formal. Muchas de han fallado en poner en marcha un desarrollo
estas áreas se mantienen como excluyentes y económico viable, donde el capital social de la
discriminatorias, deteniendo el uso y la expan- comunidad es objeto de falta de inversión
sión de su capital educativo adquirido. A este constante, y donde la licencia política está
respecto, la movilidad de los estudiantes en prohibida.

40 Revista Educación y Pedagogía, vol. XX, núm. 51, Mayo - Agosto de 2008
Pedagogía, lenguajes y poder

La política lingüística en la educación y su práctica munidades, religiones, el Estado y otras insti-


necesitan, por tanto, asentarse como una división tuciones clave. De manera ideal en las socie-
de una política económica y social más amplia basa- dades democráticas, la responsabilidad de la
da en la comunidad. escuela, que de algún modo está en cuarente-
na en efecto y en fuerza, es posibilitar el cam-
Dicho esto, las escuelas pueden marcar la di- bio enriquecedor y agentivo, justo y claro de
ferencia. Siguiendo a Bourdieu, he sostenido este habitus, en uno que permita un camino
que podemos comenzar desde una compren- significativo, enriquecedor y agentivo a las cul-
sión de cómo “la raza” y “la lengua” —y el gé- turas representadas en esa comunidad, a la
nero, la orientación sexual y la diferencia en participación cívica, al trabajo productivo y
general— están hechas para ser tenidas significativo. A pesar de los intentos por cam-
en cuenta en los campos sociales de la escuela biar esta misión histórica de un modelo de mer-
y la sociedad. El habitus es una amalgama com- cado exageradamente sobresimplificado, y
pleja de disposiciones recibidas y adquiridas, frente a una proliferación continuada de
tejidos una y otra vez , de maneras que con- instituciones y estructuras con un racismo pa-
vierten las afirmaciones unitarias y esencia- tente, además de ser injustas en los aspectos
listas sobre “raza”, “género” y “clase social” en económicos y sociales, la escuela permanece
fenómenos autosuficientes y universales, en el como un medio para el restablecimiento, la
mejor de los casos, confiables, y en el peor, equidad y el cambio.
confusos. La manera como el habitus del estu-
diante no recibe reconocimiento y valoración, Aunque los intentos para redireccionar las con-
es intercambiado y potencialmente transfor- diciones actuales estén forzadas por los
mado, es socialmente dependiente, es decir, contextos de las políticas y las cadencias loca-
depende de las normas estructuradas y lizadas de la reforma educativa, estos ocurren
estructurantes de intercambio en el campo, paso a paso: los intentos de los maestros por
y del agenciamiento relativo y el ejercicio de innovar y cambiar reciben el escepticismo de
darse cuenta del poder de aquellos de quie- otros; los directores, desde ese cargo, sólo pue-
nes depende, en el campo, la autoridad hu- den apoyar o financiar un único enfoque; los
mana. departamentos del Estado, comprometidos
con la reforma, están, con frecuencia, frustra-
Como maestros, maestros de maestros, admi- dos por los límites de su propia capacidad bu-
nistradores, diseñadores de currículo, burócratas rocrática en el desarrollo y la implementación
educativos e intelectuales públicos, tenemos a de programas; los regímenes de financiación de
nuestro alcance las posibilidades de estable- políticas a menudo apuntan a grupos especí-
cer reglas justas y equitativas, y procedimien- ficos de estudiantes por una sola categoría de
tos para el reconocimiento basado en la evi- habitus. Un modelo sociológico nos provee un
dencia del capital de los estudiantes, y para umbral para definir los límites de la catego-
establecer condiciones posibles, a través del rización basadas solamente en la raza y la
currículo, la pedagogía y la evaluación, para lengua y en las estrategias de financiación y
la óptima valoración, intercambio y conversión determinación. Dada la complejidad y la mul-
de aquellas formas complejas de capital, en un tiplicidad del habitus, las categorizaciones úni-
modelo normativo de nuevos sujetos huma- cas de estudiantes para efectos de financiación,
nos: sujetos transculturales y multilingües, “tratamiento”, “remediación” e intervención
quienes permanecen arraigados y comprome- pueden dejar de reconocer las fuentes de ex-
tidos con sus comunidades y sus culturas. clusión, y direccionar, de manera equivocada,
recursos valiosos.
Los niños desarrollan una suma total de dis-
posiciones durante su vida, de campos socia- Las lecturas contradeterministas de Bourdieu
les no sincrónicos y múltiples, de familias, co- hechas por aquellos quienes están en el

Revista Educación y Pedagogía, vol. XX, núm. 51, Mayo - Agosto de 2008 41
La raza y la lengua como capital en las escuelas...

poder, los que están comprometidos con el po- — Reconocería y evaluaría, de manera justa y co-
sicionamiento estructural, también tienen a- rrecta, el capital cultural que los estudiantes
genciamiento: el agenciamiento para inte- traen a la escuela. Esto implicaría una com-
rrumpir los intercambios jerárquicos de valor, prensión mucho más detallada y un
el agenciamiento para hacer “casos excepcio- compromiso con el habitus del estudian-
nales”, el agenciamiento para estar aferrado a te, comenzando con unos procedimientos
la norma en varios grados. Las posibilidades diagnósticos desarrollistas sistemáticos
agentivas para asumir una postura al interior y cara a cara, que evaluarían la competen-
de un campo social pueden ejercerse no sólo cia del estudiante en las lenguas de su
por el objeto del poder racializado, los que re- comunidad. También implicaría compro-
sisten, sino por aquellos con poder. Ya sea que meterse con sus “fondos de conocimien-
esta demostración sea evidente —como en el to” (Moll et al., 1992) y los repertorios de
perdón benigno y soberano y la excepción— práctica adquiridos en comunidad (Mc-
o encubierto —a través de una transgresión Naughton, 2002). El propósito sería iden-
sutil de la norma—, es una afirmación cotidia- tificar y validar los guiones culturales y los
na de agenciamiento. Pero para masificar esquemas, las habilidades, los conocimien-
el poder —inclusive en la clase dominante, el tos y las prácticas, con el fin de establecer
poder patriarcal— como absoluto y que nun- las condiciones óptimas para la transfor-
mación y el cambio de éstos, en una ver-
ca se infringe, ignora las contingencias propias
sión enriquecida y modificada sustancial-
de la norma y la ley moderna. Éstas son, por
mente del conocimiento derivado de la
definición, no literales, sino siempre interpre-
escuela. Esto es, un “enfoque basado en la
tativas. De esta manera, a diferencia de los sis-
evidencia”, fundamentado sociológica-
temas de intercambio habituales de trueque y
mente, con principios y sensible cultural
donación, las instituciones modernistas tienen
y lingüísticamente, reemplazaría al pen-
un rango de capacidades para no ser racistas,
samiento deficitario (Darling-Hammond y
sexistas, ni discriminatorias. Ellas tienen una
Bransford, 2005).
fundamentación legal y jurídica, que ganaron,
a través de la legislación, por excepción y exen- — Cambiaría la lingua franca del campo escolar:
ción. El resultado puede ser interpretado como dependiendo de la comunidad y de las
sustantivo o simbólico. El simple hecho es que aspiraciones de los estudiantes, proveería
los maestros y los directores, los consejeros un programa equilibrado de inglés como
y los asesores clínicos tienen, todos los días, la segunda lengua o programas bilingües
capacidad de alterar los campos de intercambio. para personas en transición de ser bilin-
gües para enriquecer su inglés (o la compe-
¿Cómo sería entonces un enfoque holístico tencia lingüística en cualquier otro idioma
para estudiar la escuela desde la equidad y la dominante), de manera que no conduz-
justicia social para los estudiantes de minorías can directamente a una pérdida de la
lingüísticas y culturales? Existen una serie de lengua.
implicaciones prácticas del modelo de Bour-
dieu para el currículo y la pedagogía, la eva- — Cambiaría las normas de interacción en el cam-
luación y los temas de responsabilidad aca- po de la escuela: esto implicaría que los
démica en las escuelas. Mi propio punto de maestros desarrollaran estrategias peda-
vista es que la escuela operaría desde una lógi- gógicas que complementen y reflejen las
ca sociológica de práctica, interviniendo para prácticas comunitarias y culturales del es-
cambiar el campo en los diferentes puntos de tudiante, de intercambio y donación, para-
presión estructural que he descrito en este lingüísticas y gestuales, y del uso del
capítulo. turno. Una pedagogía culturalmente apro-

42 Revista Educación y Pedagogía, vol. XX, núm. 51, Mayo - Agosto de 2008
Pedagogía, lenguajes y poder

piada tendría un rango amplio de reper- operan como campos sociales, con crite-
torios pedagógicos que incluirían la didác- rios particulares de acceso, reglas de valor
tica tradicional, las pedagogías críticas y y de intercambio.
constructivistas, a medida que éstas se
ajustan a la adquisición y la práctica de di- — Reconstruiría el habitus del maestro: como
ferentes clases de niveles de conocimien- Freire (2005) lo discute, el maestro puede
to (Luke, 2007). convertirse en un aprendiz del habitus del
estudiante, la cultura de la comunidad y
— Revisaría el currículo: esto implicaría la in- la lengua de la comunidad. Pero esto no
clusión tanto de la comunidad como del es para minimizar o desestabilizar el papel
sector dominante, y conocimientos y cam- significativo —en la experiencia mejo-
pos del currículo dominante. Las voces de rada— del maestro, en la capacidad diag-
las minorías, las historias y las visiones del nóstica desarrollista fundada socialmen-
mundo serían también incluidas. Habría te, el uso de datos de evaluación, cono-
un compromiso directo, pero analítico, con cimiento de campo, la transición de la L1
nuevos medios de comunicación y formas (lengua materna) a la L2 (lengua adicio-
culturales. Una aproximación crítica al nal), y el repertorio pedagógico asociado.
currículo y a la pedagogía permitiría, a los Como autoridades epistémicas estableci-
estudiantes, comparar y contrastar estos das y aprendices con más experiencia en
conocimientos para la evaluación y el aná- el campo social de la escuela, los maestros
lisis. Pero dicha posición crítica no supon- necesitan la discriminación basada en la
dría un descarte ideológico o ad hoc del evidencia sobre el aprendizaje del estu-
requisito de conocimiento cultural y cien- diante, en contraposición con el folclore
tífico para la participación en la educación de la sala de profesores, la sabiduría reci-
y la economía dominante (Young, 2008), y bida y las asunciones de sentido común
se articularía a un dominio de las tecnolo- sobre las capacidades de determinados
gías dominantes del discurso y la inscrip- grupos de lengua y de comunidades. Los
ción (Escobar et al., 1994). enfoques mencionados anteriormente
requerirían un conocimiento técnico pro-
— Criticaría los campos sociales: el componen- fesional enriquecido y una experiencia
te crítico del programa comprometería a profesional, que no puede mantenerse
los estudiantes con un análisis más amplio sólo con un principio fundamentado en
de cómo los campos sociales discriminan, la justicia y la equidad.
sus reglas de intercambio, e históricamente
a quién han incluido y excluido. El propósi- Una de las dificultades de la investigación en
to sería poner a disposición de los estudian- educación lingüística ha sido su tendencia a
tes, de manera transparente, las tecnologías priorizar una forma de capital como “la que
de discriminación, que ellos enfrentarían marca una una diferencia”, cuando, de hecho,
para nombrarlas y analizarlas. En los es- siempre están organizadas in situ (en un cam-
tudios de literacidad crítica, por ejemplo, po social definible) y como parte de una amal-
esto implica una comprensión de cómo gama superior (una colección de habitus de
trabajan los textos en instituciones socia- diferentes modelos de capital). Cómo están
les específicas, es decir, cómo un informe estos simbólicamente valorados y cómo se
periodístico esta construido por conven- transforman en la práctica cotidiana, depende
ciones léxico-gramáticas propias, por en gran medida de las reglas y las prácticas
autores particulares en la historia, con in- de intercambio en las escuelas y los salones de
tenciones y audiencias determinadas. En clase. Es necesario un enfoque multiestratégico
las ciencias, implicaría un análisis de cómo y combinado.

Revista Educación y Pedagogía, vol. XX, núm. 51, Mayo - Agosto de 2008 43
La raza y la lengua como capital en las escuelas...

He desarrollado hasta el momento un marco facilitan potencialmente la transformación y


para lo que se debe tener en cuenta en un sa- la renovación del capital en valor, una expe-
lón de clase, un currículo y una escuela. La riencia, y de hecho, unas prácticas culturales
responsabilidad de la escuela es establecer re- y una sabiduría que no existían antes para ese
glas claras y equitativas de intercambio, que individuo y esa comunidad.
permitan al estudiante transformar su capital
cultural existente en un “valor” educativo ad-
quirido, que es conocimiento y habilidad (ca- A modo de conclusión
pital materializado), artefactos educativos y
culturales y presentaciones (capital material) Tan teórico como pueda ser este capítulo, real-
y títulos (capital institucional). Éste es el reto mente comenzó como una reflexión autobio-
para todos los maestros y los sistemas. Cuan- gráfica sobre la raza; pero por las razones de
do estos intercambios son irregulares, arbitra- siempre, fue más difícil que “hacer una teo-
rios y poco claros, la evidencia se encuentra ría”. Posiblemente lo haré en otro momento,
en aquellos quienes han obtenido títulos sin pero existe una perspectiva en construcción
un trabajo demostrado, aquellos cuyos arte- aquí.
factos aparentemente exceden su competen-
cia y habilidad adquirida, y aquellos cuyas Ésta ha sido una reflexión sociológica sobre la
habilidades evidentes y conocimiento no se raza y el poder, escrita desde mi experiencia
transforma en valor. Un salón de clase equita- de estos, como un hombre chino, ubicado en
tivo y justo establecería espacios y contextos una clase, percibido como perteneciente a dife-
claros, efectivos y que ofrezcan posibilidades, rentes razas, y ahora académico de clase media
patrones interaccionales y prácticas para el que trabaja en una sociedad dominada por
cambio y el intercambio de capital. blancos. Ésta no es una historia arquetípica del
hombre ulterior de la minoría en sociedades
Las escuelas son, por definición, campos dominadas por blancos ni una narrativa modelo
sociales dinámicos, pero claramente circunscri- de la minoría. He vivido en muchos mundos
tos. Como tal, están limitados en su capacidad en mi vida, marcados por relaciones históricas
para “preservar” las lenguas y las culturas. combinadas y diferenciales de raza, género,
Aunque sea su meta, no es su misión histórica clase y ubicación: en Australia, Asia, Canadá y
el sólo reconocimiento y la aceptación del Estados Unidos, nunca siendo el mismo, sino
habitus del estudiante. El simple hecho de cambiante en posición, con un valor diferencial
ajustar y hacer más relevantes las escuelas a atribuido a mi subjetividad: asiático, estadouni-
las comunidades y al habitus puede ser dense, chino-americano, asiático-americano,
autodestructivo (Luke y Carrington, 2002). La canadiense, canadiense asiático, australiano,
enseñanza y el aprendizaje siempre están re- chino Han, cantonés, hombre heterosexual,
lacionados con expandir el desarrollo y el po- estudiante pobre, buen estudiante, burócrata
tencial humano, con llevar a los estudiantes mayor, clase dominante, clase media, con títu-
de lo conocido a lo nuevo, con elaborar y ex- lo de doctorado, hablante de inglés con acen-
tender los esquemas y los guiones culturales, to estadounidense. Ésta es tanto una posición
construir y crear conocimiento nuevo, nuevas privilegiada como sarcástica de ver y vivir el
prácticas culturales e implementaciones nove- poder desde dos perspectivas: tanto en sus
dosas de lo ya existente. A este respecto, el momentos amables y productivos, y con su
reconocimiento fundado del habitus del estu- fuerza centralista, negativa y destructiva, como
diante, la validación e inclusión de la comuni- en calidad de un objeto racializado del poder
dad y el conocimiento de la minoría, el uso de y un sujeto dominante poco evidente con un
los fondos de conocimiento de la comunidad poder asertivo, tanto como espectador y como
y la experiencia no son fines en sí mismos. Ellos participante.

44 Revista Educación y Pedagogía, vol. XX, núm. 51, Mayo - Agosto de 2008
Pedagogía, lenguajes y poder

El racismo es un acto de poder, una forma de torio que traje a este campo, con fallas, pero lo
violencia simbólica y física. He vivido y escri- suficientemente bueno para ser admitido, es-
to sobre la raza como una posición, como una taba mezclado y sólo me permitía tener acce-
alteridad, como “el otro”, como objeto de po- so a ser capaz de ver y comprender algunos
der, violencia y exclusión. Muchos de nosotros elementos de su lógica de práctica. Yo hablaba
que hemos hecho nuestras trayectorias labo- inglés, pero no mandarín; por tanto, mi senti-
rando con lenguas y educación, con la ense- do del campo en el que trabajaba era, clara y
ñanza del inglés a hablantes de otras lenguas necesariamente, limitado. Yo entendía una ter-
—TESOL—, la literacidad y los campos rela- cera parte de lo que veía y oía. Sin embargo,
cionados, hemos trabajado como minorías ésta fue una experiencia de “paso” en óptica,
visibles. Frente a los hechos sociales de la punto de vista y contexto materializado del
reproducción cultural, económica y social en margen al centro (y viceversa).
la educación, nos hemos hecho “a un lado”,
con varias estrategias e inversiones políticas, Esto me dejó como un sujeto cosmopolita de
con “el otro”, ya sea que hayamos sido nom- pedigrí mixto, unas veces muy sabio sobre la
brados por el mismo color y diferencia, o no. variedad de las diferencias (la mía y la de otros)
Pero hacerse a un lado trae consigo una ópti- que están en juego en la vida cotidiana y en el
ca, una mirada desde las historias del colonia- trabajo académico y profesional, y muchas
lismo, lo patriarcal y la dominación a las que veces, muy ingenuo y confundido. Yo no soy,
decidimos oponernos y redireccionarlas. Gran como me lo presentó un académico raciona-
parte de nuestra labor sobre estas experiencias lista blanco, mayor hace muchos años, tan
cotidianas, la maquinaria institucional, el dis- múltiple como para estar simplemente confun-
curso y el trabajo material por las que las insti- dido. En ese tiempo, le expliqué que las múlti-
tuciones sociales y las formaciones “excluyen” ples personalidades e identidades que mane-
a aquellos diferentes, ha sido una premisa en jamos no son un problema, a no ser que este-
una teorización unidimensional del racismo, mos absolutamente casados con una unidad
el sexismo y otras formas de ceguera de exclu- esencialista del ser, la posición y los hechos.
sión, de perspectiva y de categorización erra- Era su problema, no mío. Más tarde me di
da. Ésta es la ironía histórica: hemos compren- cuenta de que la comprensión que tenía de sí
dido el racismo desde una posición de sujetos mismo como un hombre racional en una cul-
racializados visibles, no desde el punto de vis- tura dominante blanca no tenía ningún pro-
ta de los racistas, que no están visibles. Aquí blema: no tenía que pensarlo dos veces.
es donde la literatura nos falla cuando sólo nos
ofrece estereotipos de racistas, ya que no es- Y no soy ingenuo o lo suficientemente invisi-
toy seguro de que el poder masculino blanco ble para creerle o parafrasear a otro hombre
en las sociedades dominadas por blancos ten- blanco, un colega racionalista crítico, por haber
ga la capacidad de comprenderse a sí mismo. aprendido sobre “el bien universal en todas
las personas” a través de estas experiencias de
Para mí, esto cambió sustancialmente, en pri- “paso”. Después de haber visto el poder y el
mer lugar, cuando me trasladé por varios años racismo desde ambos lados —como objeto y
a un mundo de vida, una economía política, como sujeto— esa virtud universal es, en el
un contexto institucional y a un sistema de mejor de los casos, evasiva. Me he sentado en
intercambio cultural y lingüístico donde fui salas de reuniones y salas de profesores, algu-
admitido en un centro, donde yo no era racial- nas veces en silencio y, por tanto, con compli-
mente otro, sino un sujeto perteneciente a la cidad, a pesar de mis racionalizaciones estra-
raza dominante, el hombre normativo no visi- tégicas. No es tan frecuente que cuando hablo
ble a los que se refieren los teóricos del género o actúo en nombre de otros, haya enfatizado
y la posición de los blancos. El capital combina- y al mismo tiempo gastado y renunciado al

Revista Educación y Pedagogía, vol. XX, núm. 51, Mayo - Agosto de 2008 45
La raza y la lengua como capital en las escuelas...

poder de los que participan desde dentro y a gración donde mi familia y yo hemos sido
la credibilidad. Esto ocurre en aquellas cultu- objeto del racismo y el sexismo. Ha sido ense-
ras donde guardar las apariencias es vital y ñándole por igual a estudiantes que son racis-
en esas culturas eso implica valorar “estar al tas, y a algunos que me ofendieron verbalmen-
frente”. te fuera de la escuela. Las pruebas más fuertes
de mi propio trabajo como burócrata del
Ver el racismo, el sexismo, la clase social y la gobierno y como administrador en la univer-
discriminación lingüística desde el lugar estra- sidad, fueron a hacer parte de un cuerpo cor-
tégico de aquellos que ejercen el poder en con- porativo y colegiado que estaba asumiendo en
tra de otros es desconcertante. Sin embargo, la “otredad” a personas de color y diferentes.
era mi habitus “defectuoso”, no completamen-
te adecuado cultural y lingüísticamente para
dar normas, pero admitido en virtud de la raza, Referencias bibliográficas
el capital institucional y cultural, que me per-
mitió ver el racismo y lo patriarcal en acción. Albright, J. y A. Luke, 2007, Pierre Bourdieu and
Podría retirarme, como ocurrió, oír mis propias Literacy Education, Malwah, Lawrence Erlbaum.
palabras y las de los otros, hacer eco alrededor
de la mesa. Como Bourdieu (1990) anota, donde Ang, I., 2000, On not speaking Chinese, Londres,
el habitus concuerda de manera óptima con Routledge.
los sistemas de valor y las reglas de intercam-
Apple, M. W., 1990, Ideology and Curriculum, 2.a ed.,
bio, la legitimidad de estos sistemas y reglas
Nueva York, Routledge.
parece sin tacha, natural y sin problema. Y para
muchos participantes, no es de ninguna ma- Au, K. H., y J. M. Mason, 1983, “Cultural congruence
nera “racismo” o “sexismo”. Es simplemente in classroom participation structures: Achieving a
la manera como se hacen las cosas. balance of rights”, Discourse Processes, vol. 6,
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Estas experiencias me preocupaban y pertur-
baban continuamente mi propia comprensión Bakhtin, M., 1982, The Dialogic Imagination, tradu-
de la raza y la lengua, la diferencia y la diver- cido por V. Liapunov y K. Brostrom, Austin, Uni-
sidad. Cada una de nuestras vidas racializadas versity of Texas Press.
y asociadas al género es un continuo trabajo
Bourdieu, P., 1977, Outline of a Theory of Practice, tra-
en progreso. Pero existe el agenciamiento tan- ducido por R. Nice, UK, Cambridge University
to en la manera como respondemos al racis- Press.
mo, como en la forma en que aquellos con
autoridad en los campos sociales lo establecen _, 1990, The Logic of Practice, traducido por R. Nice,
o escogen no establecerlo. Así como necesita- UK, Polity Press.
mos continuar el trabajo crítico sobre el lugar
en el que el racismo y el sexismo se establecen, _, 1998a, State Nobility, traducido por R. Nice,
sobre quién, desde quién, cómo y con qué fin, Oxford, Polity Press.
necesitamos asistir a las instancias donde no
_, 1998b, Practical Reason, traducido por R. Johnson,
están permitidos, están fracturados y efectiva-
Palo Alto, CA, Stanford University Press.
mente detenidos. Para hacer eso, también re-
querimos tener en cuenta al “otro”, sin impor- _, 2007, Distinction, traducido por R. Nice, Cam-
tar qué tan confusa y difícil sea esa tarea. La bridge, MA, Harvard University Press.
prueba más grande de mi propio compromiso
con la justicia social como maestro no ha sido Bourdieu, P. y J. C. Passeron, 1990, Reproduction in
enseñándoles a los “oprimidos” o sobre los education, Society and Culture, 2.a ed., Beverley Hills,
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Original recibido: marzo 2008


Aceptado: mayo 2008

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los autores.

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