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ECONOMÍA EN SALUD

UNIDAD 2. EL CONSUMIDOR DE SERVICIOS EN SALUD

INTRODUCCIÓN ............................................................................................... 3
1. TEORÍA DEL CONSUMIDOR ..................................................................... 4
1.1 LA FUNCION DE UTILIDAD ..................................................................... 6
1.2 PREFERENCIA E INDIFERENCIA ......................................................... 10
1.3 PREFERENCIAS Y RESTRICCIONES............................................... 18
1.3.1 Efecto Renta .................................................................................... 21
1.3.2 Efecto del cambio de precios ........................................................ 22
1.4 ÓPTIMO DEL CONSUMIDOR ................................................................ 23
2. RELACIÓN ECONOMÍA - SALUD .............................................................. 24
LA DEMANDA POR SERVICIOS DE SALUD EN COLOMBIA..................... 29
BIBLIOGRAFÍA Y RECURSOS DIGITALES .................................................... 32
INTRODUCCIÓN

En esta segunda unidad, se hace referencia al análisis del “consumidor”, desde


el punto de vista económico, para luego pasar a un análisis más completo del
“consumidor de servicios de salud”.

En esa medida, se inicia explicando los conceptos de “función de utilidad,


preferencia e indiferencia”, para proceder luego a abordar un tema trascendental
desde el punto de vista de la economía de la salud, dado que seguramente más
adelante permitirá entender las dificultades en la prestación y el acceso a los
servicios de salud; este tema es la “restricción presupuestal”.

En la última parte de la unidad, se hablará del “óptimo del consumidor” y se hará


un recorrido a la coyuntura de la demanda por servicios de salud en Colombia.

El curso está diseñado de manera tal que el estudiante debe ir revisando el


material interactivo y realizando diferentes actividades, a medida que avanza en
el estudio de los temas, pero teniendo en cuenta que dada la naturaleza de la
ciencia económica, los conceptos aprendidos se tendrán que seguir aplicando
en los temas subsiguientes. Para eso, durante el proceso de lectura del material,
aparecerán unas pruebas de autoevaluación, en donde el estudiante podrá ir
midiendo el nivel de comprensión respecto al tema.

Las actividades calificables se detallan en el cronograma del curso. La invitación


es para asumir el estudio y el desarrollo de las actividades, con el mayor
entusiasmo desde el principio, cumpliendo fielmente con el cronograma
establecido. Recuerde que el grado de efectividad en el proceso de aprendizaje,
depende en gran porcentaje de usted mismo, de su disciplina y determinación
para lograr los objetivos.

Conocimientos previos requeridos

Para iniciar el curso, es importante que el estudiante conozca sobre algunos


aspectos como Sistema General de Seguridad Social, Costos en Salud y Gestión
Pública.

De manera específica, se asume que el estudiante maneja conceptos


relacionados con el objeto y el método de la economía, el funcionamiento general
del sistema económico, la lógica de análisis de la oferta y la demanda, así como
también, la clasificación y el funcionamiento de los mercados.

Competencias

Al finalizar el estudio de la unidad 2, el estudiante estará en capacidad de:


 Explicar la función de utilidad como elemento del análisis microeconómico
 Aplicar en su argumentación los conceptos de preferencia e indiferencia por
un bien o un servicio.
 Identificar la relación existente entre las restricciones y las preferencias.
 Exponer el concepto de “Óptimo del consumidor”.
 Explicar la coyuntura actual de la Demanda por servicios de salud en
Colombia.

1. TEORÍA DEL CONSUMIDOR

Para abordar este aspecto de la Teoría del Consumidor, es necesario revisar


primero algunos aspectos generales que se aplicarán luego al análisis. En
primer lugar, se deben conocer las premisas básicas del comportamiento del
consumidor, y en segundo lugar, la clasificación de los satisfactores.

Sobre las premisas básicas en el comportamiento de un consumidor (entendido


este como aquel individuo que potencialmente demandará algún bien o servicio
dentro de la gama de posibilidades que le ofrece el mercado), se puede decir lo
siguiente:

Las premisas básicas en el comportamiento del consumidor, tienen en cuenta


que el individuo tratará de tomar las mejores decisiones a su alcance, para
obtener el máximo de satisfacción posible, en relación con el consumo de esos
bienes y/o servicios. Esas premisas básicas en el comportamiento del
consumidor, se pueden resumir de la siguiente manera:

Necesidades Ilimitadas:

Las necesidades del consumidor, siempre serán ilimitadas,


(supervivencia, comunicación, conocimiento, imitación, deseo de
sobresalir, de progresar etc.)

Deseo de Satisfacción:

El consumidor siempre deseará satisfacer el mayor número de


necesidades posible.

Limitantes del Consumidor:

El consumidor debe enfrentar unas “limitantes” a la hora de elegir: precio


de los bienes, gustos y preferencias, poder adquisitivo, información
insuficiente sobre características de los satisfactores, etc.

Distribución Racional de Recursos:

Dada la limitación en los recursos, el consumidor los distribuye de manera


racional. (Intenta tomar la mejor decisión posible dentro de su
conocimiento y posibilidades).
Dado que los bienes o servicios permiten satisfacer las necesidades, es común
referirse a ellos como “satisfactores”. Como se observa en el siguiente esquema,
los satisfactores (bienes y servicios) se clasifican en “intermedios” y “finales”, y
particularmente, los bienes finales pueden ser de “consumo” y de “capital”.

Autor: Jhon Franco 2015

Los bienes intermedios deben entenderse como aquellos objetos tangibles que
han de servir para la producción de otro bien. En otras palabras, los bienes
intermedios pueden considerarse materias primas.

Por su parte, los bienes finales de consumo, se entienden como aquellos


objetos tangibles, cuyo propósito principal, es satisfacer las necesidades de las
personas. Por ejemplo, alimentos, prendas de vestir, accesorios, obras de arte,
muebles, etc.

Y en el caso de los bienes finales de capital, son aquellos bienes tangibles,


cuyo propósito es apoyar el proceso de producción de otros bienes, pero que no
se incorporan físicamente a ellos, por ejemplo la maquinaria, la herramienta, los
equipos de cómputo, etc.

En el caso de los servicios, se entienden como aquellas actividades que


permiten satisfacer alguna necesidad, sin entregar un objeto tangible al
consumidor. Por ejemplo, cirugías, masajes, asesorías, educación, etc.

De la misma manera, los servicios intermedios, son los que contribuyen o


forman parte del proceso de producción de bienes y otros servicios, por ejemplo,
el servicio de seguridad en una institución bancaria, el servicio de luz en un aula
de colegio, el servicio de transporte que brindan los hoteles a sus huéspedes
hacia el aeropuerto.

Por último, los servicios finales, que son aquellos destinados a cubrir de
manera directa las necesidades de los individuos, por ejemplo, una consulta
psicológica, una carrera de taxi, una asesoría legal, etc.
1.1 LA FUNCION DE UTILIDAD

Dado que el mercado ofrece una amplia gama de bienes y servicios que permiten
satisfacer las necesidades de los consumidores, en mayor o menor medida, es
necesario incorporar en el análisis el concepto de “Utilidad”.

Se entiende la “Utilidad”, como la capacidad (alta o baja) de un bien para


satisfacer una necesidad. Es decir, una medida subjetiva de la manera en que
un bien puede cumplir con su cometido de satisfacer una necesidad de un
individuo. Por ejemplo, una bicicleta puede servir como medio de transporte, pero
el nivel de utilidad que puede proveer al individuo es subjetivo, en la medida que
algunos individuos preferirían transportarse en un vehículo, por ejemplo,
mientras que a otros les parecerá mejor transportarse en bicicleta, pues logran
desplazarse, y a la vez ejercitarse.

En ese orden de ideas, para algunos, transportarse en bicicleta, les reportará


mayor nivel de utilidad, y para quienes prefieren el vehículo, el tener que
transportarse en bicicleta, si bien les reporta algún grado de utilidad (al fin y al
cabo les permite desplazarse), ese nivel de utilidad es menor que el que
percibirían si pudieran acceder a transportarse en un vehículo.

Es importante entonces entender, que al ser la utilidad un concepto “Subjetivo”,


no se puede medir fácilmente de manera estandarizada. Sin embargo, para
efectos del análisis microeconómico, se hace un ejercicio numérico (análisis de
utilidad cardinal), bajo la lógica que cualquier individuo asignaría una puntuación
mayor a un alto grado de utilidad, y una puntuación más baja un menor grado de
utilidad.

Fuente: Freepik.com

Para explicar mejor el concepto de utilidad, se puede pensar en un


individuo que lleva horas sin comer, por lo que tiene mucha hambre,
y por supuesto, desea satisfacer esa necesidad. Obviamente,
cualquier alimento al que pueda acceder, cumplirá con el objetivo
de saciar su hambre; sin embargo, sería preferible para el individuo,
si además pudiera acceder a un alimento que fuera de su agrado.
Por lo tanto, si pudiera escoger entre una gama de posibilidades,
(digamos dos opciones para efectos prácticos del análisis), entre
una pequeña porción de pan y una hamburguesa, es posible que
el individuo “valore” más la hamburguesa que la pequeña porción
de pan.
Fuente: Freepik.com

En este orden de ideas, la hamburguesa proporcionaría un nivel


más alto de utilidad para el individuo, respecto a la porción de pan.
Pero vale la pena analizar otro aspecto: si al individuo le ofrecen
una segunda hamburguesa ¿le proveerá el mismo nivel de utilidad
que la primera? Es posible que no; es decir, aunque tuviera la
capacidad para comer una segunda hamburguesa, el nivel de
utilidad que esta le proporcionaría al individuo, sería menor
respecto al a primera, pues es lógico que el individuo no sienta la
misma hambre que sentía antes de comer la primera hamburguesa.

Fuente: Freepik.com

En conclusión, para el individuo, es preferible comer dos


hamburguesas que comer únicamente una (suponiendo que le
gustan las hamburguesas), y bajo esa misma lógica, será preferible
consumir tres hamburguesas, que consumir únicamente dos, etc.
Ese es el concepto de Utilidad Total, es decir, la suma total de los
niveles de satisfacción que produce el consumo de un bien o
servicio. Sin embargo, se debe tener en cuenta que aunque la
segunda hamburguesa le genera al individuo algún grado adicional
de satisfacción que la primera, ese nivel adicional de satisfacción,
es menor que el generado por la primera. A esto último se le
conoce como Utilidad Marginal, es decir, que la Utilidad Marginal
(el incremento en la Utilidad Total) de la segunda hamburguesa, es
inferior a la Utilidad Marginal de la primera, y bajo el mismo análisis,
la Utilidad Marginal de la tercera, será inferior que la de la segunda
y así sucesivamente.
Fuente: Freepik.com

A continuación gráficamente la forma de la Función de Utilidad Total y Utilidad


Marginal.

Mientras que la función de Utilidad Marginal, tiene una pendiente negativa que
la hace disminuir hasta llegar a cero. Cuando la Utilidad Marginal es igual a cero,
quiere decir que el consumo de una unidad adicional del bien o servicio, no
provee ningún grado adicional de satisfacción a la Utilidad Total percibida por el
consumidor.

Grafica 1. Función de Utilidad Total y Marginal

Observe que la Función de Utilidad Total, inicia con una pendiente positiva,
altamente inclinada, que va disminuyendo paulatinamente, hasta que llega a su
punto máximo.

Autor: Jhon Franco 2015

Al comer su primera hamburguesa, el individuo percibe un alto grado de


satisfacción, que es representado por la pendiente inclinada de la gráfica.

Con el incremento en el consumo de hamburguesas, el nivel de


satisfacción que estas proveen, es cada vez menor, lo que es
representado por la pendiente menos inclinada de la gráfica.
Al comer siete hamburguesas, el individuo deja de percibir satisfacción.
Llega a su punto de saturación.

Autor: Jhon Franco 2015

Al comer su primera hamburguesa, el individuo percibe el mayor grado


de satisfacción. La utilidad marginal está en su punto máximo.

Con el incremento en el consumo de hamburguesas, el nivel de


satisfacción que estas proveen, es cada vez menor; por lo tanto, la
Utilidad Marginal de cada consumo adicional, es cada vez más pequeña.

La última hamburguesa consumida, no provee ningún grado de


satisfacción al consumidor. La Utilidad Marginal es cero, y en este mismo
punto, la Utilidad Total llega al punto de saturación.

Respecto al Punto de Saturación (García Fonseca, 2007, pág. 142), dice que “La
utilidad que proporcionan los satisfactores que cubren necesidades simples,
encuentra un límite o punto de saturación temporal bien definido”.

En el ejemplo de las hamburguesas, vemos que cubre una necesidad simple


(comer para saciar el hambre), y por tanto, se define fácilmente el punto de
saturación, luego de siete hamburguesas.

A manera de ejemplo para la gráfica, suponga que un individuo que gusta de las
hamburguesas, y por tanto, estará muy satisfecho de cenar en la noche con una
de ellas. Sin embargo, si a la noche siguiente, lo único que encuentra para cenar
es nuevamente una hamburguesa, su grado de satisfacción será menor que el
de la noche anterior. Si la tercera noche nuevamente come hamburguesa, su
grado de satisfacción será menor que el de la segunda noche, y mucho menor
que el de la primera noche y así sucesivamente, hasta que llegará un punto en
que seguramente el individuo se canse de comer hamburguesas y no sea capaz
de volver a comer una (al menos por algún tiempo).

Este fenómeno se conoce como el “punto de saturación”, es decir, el punto en


que ya el consumo de un bien no produce satisfacción al individuo, es decir, su
utilidad marginal en ese momento es cero, y la utilidad total llega al máximo
posible.

La función de la utilidad:

Sobre la función de utilidad García Fonseca (2007), afirma:

“La utilidad que proporcionan los satisfactores que cubren necesidades


complejas, tienen su límite o punto de saturación menos definido. Por
ejemplo, cuando “el deseo de sobresalir” de una persona es grande, los
satisfactores que cubren esa necesidad, serán cada vez más sofisticados
y en mayor cantidad, de tal forma que la utilidad que proporcione cada
uno de ellos, será pequeña y tenderá a ser cada vez menor”.

Por ejemplo, en el caso de las “necesidades” por servicios de salud de las


personas, es evidente que tales necesidades son complejas, y por lo tanto, los
satisfactores (servicios) que pueden cubrirlas, son generalmente muy
sofisticados, como en el caso de una consulta médica especializada, un
procedimiento quirúrgico, o un tratamiento terapéutico para el tratamiento de
algún dolor específico. En casos como este, aunque el punto de saturación no
se pueda definir fácilmente, el principio general de utilidad total y marginal, sigue
aplicando.

Para profundizar en el estudio de este tema, se recomienda el siguiente video:

Videos de Apoyo:

La Utilidad Total y Marginal. Econociendo.

La Utilidad vs Utilidad Marginal

1.2 PREFERENCIA E INDIFERENCIA

Recuerde que una de las limitantes del consumidor, son los gustos y las
preferencias. El concepto de preferencia e indiferencia, surge a partir de la
función de utilidad que representa el nivel de satisfacción que un bien o servicio
le presta a un consumidor en un momento determinado, y dado que este puede
escoger entre una gama de posibilidades que le brinda el mercado, algunos
bienes pueden ser “preferibles” en un momento dado, y el consumo de otros
bienes, puede ser “indiferente”, es decir, que al consumidor le de igual, en otras
palabras, le genere la misma satisfacción, consumir uno u otro bien.

(García Fonseca, 2007, pág. 149), respecto al concepto de preferencia, explica


que: “La preferencia se define como la tendencia o gusto del consumidor, por
elegir un satisfactor, en razón a los atributos reales o ficticios apreciados por él”.

En el análisis de la preferencia, se reconoce la existencia de tres leyes o


“axiomas” a saber:
Axioma de comparación: Cuando el consumidor se enfrenta a la elección entre
dos bienes por ejemplo (Agua, Gaseosa) fruto de la comparación que se haga
entre ellos puede llevar a tres posibles resultados:

 Que el Agua sea preferible a la gaseosa


 Que la gaseosa sea preferible a el agua
 Que no haya predilección por ninguno de los dos bienes (que sean
indiferentes)

Axioma de transitividad: Cuando el consumidor elige entre una cesta de bienes


(A, B, C) puede establecerse un orden de preferencia así:

 Si A se prefiere por encima de B y B se prefiere por encima de C,


entonces, A se prefiere por encima de C.
 Igualmente, si A es indiferente respecto a B y B es indiferente respecto a
C, entonces, A es indiferente respecto a C.

Axioma de insaciabilidad: Ya que las necesidades son ilimitadas, el


consumidor no podrá satisfacerlas todas aunque tenga acceso a muchos bienes,
pero en conclusión, un mayor consumo, es preferible que un menor consumo.
Por ejemplo, un consumidor prefiere ir a cine 2 veces por semana, que solamente
ir una vez por semana, y preferiría ir 3 veces por semana, que solamente 2, si
su ingreso se lo permite.

Un aspecto que puede hacer preferible o indiferente a un bien, o a una cesta de


bienes (combinación de consumo de dos o más bienes), es la facilidad que éste
tenga para ser reemplazado, o sustituido. En este sentido, los bienes se pueden
clasificar como Similares, sustitutos o complementarios:

Bienes similares: son los que el consumidor considera le pueden brindar el


mismo nivel de utilidad, puesto que satisfacen la misma necesidad, y por lo tanto,
los percibe como “iguales”. Por ejemplo: el acetaminofén y el ibuprofeno (en la
mayoría de casos), el Dolex gripa y el Pax Gripa, el lava loza líquido o el lava
loza en barra, etc.
Bienes sustitutos: son los que pueden brindarle al consumidor un nivel de
satisfacción cercano a lo deseado, sin cubrir completamente sus expectativas;
es decir, no reportan el mismo grado de utilidad que el bien inicialmente
considerado por el consumidor, pero son aceptados por este.

Complementarios: son los que el individuo opta por unir junto a la adquisición
de otros para consumirlos de manera paralela, y lograr así satisfacer su
necesidad, aun cuando cada uno pueda representar un nivel de utilidad por
separado. Por ejemplo: el café y la leche, el pan y el chocolate, el bocadillo y el
queso, la jeringa y la penicilina, etc.

¿Qué se entiende por el concepto de indiferencia?

(García Fonseca, 2007, pág. 151), respecto al concepto de indiferencia, explica


que:

“… es un artificio lógico, empleado para explicar las preferencias del


consumidor. Se basa en considerar que distintas combinaciones de
satisfactores, le proporcionan al consumidor la misma utilidad.

… La complejidad de la vida diaria, provoca en los consumidores, deseos


de adquirir una gran cantidad de bienes y servicios. De hecho, cada
consumidor adquiere una gran cantidad y variedad de ellos. Si se
ordenaran las preferencias del consumidor para cada bien o servicio que
deseara adquirir, podría representarse como un conjunto de vectores que
parten de un punto de origen o cero, cada vector con su escala de orden…
pero con ese laberinto de vectores, no es posible demostrar en forma
gráfica el comportamiento del consumidor; sin embargo, puede explicarse
utilizando solo dos vectores… ”.

Para el análisis de preferencia e indiferencia, se comienza con una situación, lo


más sencilla posible, en la que toda la gama de posibilidades, se reduce a una
combinación de consumo de solamente dos bienes; es decir, se hace
abstracción de la realidad, y se trabaja bajo el supuesto que el consumidor
solamente pudiera consumir dos bienes o servicios. Esta es la base para
entender la racionalidad básica del consumidor, y poder así, más adelante,
enfrentarse a un análisis más complejo, que incluya decisiones de consumo con
muchos bienes.

La representación gráfica de las decisiones de preferencia e indiferencia, utiliza


uno de los cuadrantes del plano cartesiano, para explicar todas las
combinaciones posibles. En la gráfica siguiente, se observa que el individuo
toma decisiones de consumo, mediante diversas combinaciones, que le proveen
el mismo nivel de utilidad (satisfacción), es decir, son combinaciones indiferentes
para el consumidor.

A manera de ejemplo, piense en el caso de un individuo que debe decidir entre


el consumo de pan o galletas. En la gráfica se observa que para el individuo es
indiferente consumir pan o galletas, o una combinación de ambos, entonces los
puntos a, b, c, d, e, f, g, h, i representan combinaciones de consumo indiferentes
para el individuo, por lo que se puede decir, que la línea azul es una
representación gráfica de la “indiferencia” por las galletas y/o el pan.

Gráfica 2. Indiferencia de una cesta de bienes

Autor: Jhon Franco 2015

En el punto “a” se representa la situación en la que el individuo solamente come


galletas, y no consume pan.

El punto “b” representa la situación en que el individuo renuncia al consumo de


una unidad de galletas, y opta por consumir en reemplazo, una unidad de pan;
esta cesta de bienes se podría expresar como (7,1), es decir, siete galletas, un
pan. Sin embargo, el nivel de utilidad (satisfacción) que experimenta el individuo
con esta combinación de bienes, es el mismo que en el caso representado por
“a”. Sucede lo mismo con los puntos c (6,2), d (5,3), e (4,4), f (3,5), g (2,6), y h
(1,7).

En el punto “i” se representa la situación en que el individuo consume solamente


pan, y no consume galletas; y nuevamente el nivel de satisfacción es el mismo.

En conclusión, cualquier combinación de consumo que se ubique sobre la línea


azul, le reportará el mismo nivel de satisfacción al individuo.

Por otra parte, cualquier combinación de consumo que esté por debajo de la
línea azul, representará una cesta de bienes que provee un nivel de satisfacción
inferior, (punto “j”), ya que la combinación (3,3) representa un consumo inferior
a cualquiera que se ubique en la línea de indiferencia. Análogamente, cualquier
combinación de consumo que se ubique por encima de la línea azul,
representará un mayor nivel de satisfacción para el individuo.

Las Curvas de Indiferencia

Para finalizar, es conveniente percatarse que el hecho de que sea indiferente el


reemplazo de una unidad de pan, por una unidad de galletas, implica que para
el consumidor, estos bienes son sustitutos perfectos. Pero en el caso en que los
bienes objeto de combinación, no sean considerados por el individuo como
sustitutos perfectos, la gráfica de indiferencia que generalmente se obtiene, No
es una recta, sino una curva, ya que para renunciar al consumo de una unidad
del bien X, el individuo espera compensarla con más de una unidad del bien Y.

A continuación se presenta la descripción que hacen diferentes autores sobre la


curva de indiferencia:

 García Fonseca
 Aguado Franco & Hamoudi

(García Fonseca, 2007, pág. 158), explica lo siguiente sobre las Curvas de
Indiferencia:

“Una Curva de Indiferencia, representa las distintas combinaciones entre


bienes sustitutos que proporcionan al consumidor, un mismo nivel de
satisfacción… A lo largo de una Curva de Indiferencia, la utilidad es
siempre la misma; por tanto, la Curva de Indiferencia, es solo un artificio
analítico para representar en forma gráfica, los gustos o preferencias del
consumidor”.

Por su parte (Aguado Franco & Hamoudi, 2014, pág. 50), dicen lo siguiente:

“Una Curva de Indiferencia, es el conjunto de todas las combinaciones de


bienes, entre las que el consumidor se muestra indiferente; pues le
proporcionan el mismo nivel de utilidad – bienestar - . Para poder
analizarlo más fácilmente – pudiéndolas así dibujar en el plano, solemos
realizar el estudio de las Curvas de Indiferencia, referidas únicamente a
dos bienes, que se representan en los ejes de abscisas y ordenadas,
aunque las conclusiones que se obtienen, son extensibles a un número
tan alto de bienes, como deseemos; pues en la realidad, las elecciones
las realizamos entre un número casi infinito de bienes…

Una característica fundamental de las Curvas de Indiferencia, es que


cuanto más alejada del eje de coordenadas esté una Curva de
Indiferencia, más utilidad representa. Esto es así, siempre que se cumpla
el principio de insaciabilidad; pues en puntos más alejados, el individuo
gozará del consumo de más de al menos uno – o de los dos – de los
bienes representados en los ejes”.

Para que las Curvas de Indiferencia cumplan con su función, como herramientas
de análisis para la elección del consumidor, es conveniente observar
detenidamente los siguientes aspectos:

Ya que la pendiente representa la variación (aumento o disminución) en


el consumo del bien Y, que es reemplazada por una variación en el
consumo del bien X, las curvas de indiferencia tienen pendiente negativa,
pues de lo contrario, las elecciones de consumo, no serían indiferentes
para el consumidor.

Gráfica 3. Forma de la Pendiente de una Curva de Indiferencia

Autor: Jhon Franco 2015

Observe que en la gráfica 3, la combinación de consumo del punto A (y2,x2), es


superior a la combinación de consumo del punto B (y1,x1), y por lo tanto, esta
curva con pendiente positiva, NO representa una relación de indiferencia.

Las Curvas de Indiferencia, no se cortan debido al axioma de


Transitividad, pues si se cortaran, este axioma no se cumpliría. Observe
la siguiente gráfica:

Gráfica 4. Las Curvas de Indiferencia no se cortan

Autor: Jhon Franco 2015

El punto A y el punto B, hacen parte de la misma Curva de Indiferencia (verde),


es decir que reportan el mismo nivel de utilidad. Así mismo, el punto B y el punto
C, también hacen parte de la misma Curva de Indiferencia (morada), por lo que
se concluye que reportan el mismo nivel de utilidad al consumidor. Según el
principio de transitividad si A = B (curva verde), y B = C (curva morada), entonces
A debería ser igual a C, pero como se observa, esto no se cumple, porque A y C
se encuentran en Curvas de Indiferencia Distintas.

Otra forma de analizarlo, es recordando que para el individuo siempre será


preferible ubicarse en la Curva de Indiferencia que se encuentre más a la
derecha, y en ese sentido, a la izquierda del punto B, sería preferible la curva
morada, pero a la derecha del punto B, sería preferible la curva Verde. De esta
manera, se perdería la lógica de las Curvas de Indiferencia, y por tanto, se
concluye nuevamente, que estas no se pueden cortar.

Las Curvas de Indiferencia son convexas al origen; pues así se logra


representar el hecho de que para obtener más cantidad de uno de los
bienes, se debe renunciar a cierta cantidad de consumo del otro bien. En
la gráfica se demuestra, que si las Curvas de Indiferencia no fueran
convexas al origen, (es decir, si fueran cóncavas), el individuo cuyo
consumo inicial se ubicaba en el punto A (x1,y1), podría pasar al punto B,
(x2,y2), aumentando su nivel de consumo, tanto del bien “X” como del bien
“Y”.

En otras palabras, podría aumentar el nivel de consumo del bien X, sin


necesidad de disminuir su consumo del bien Y, lo cual como se ha
explicado, no es posible, por cuanto eso solamente se lograría si el
consumidor se ubica en una nueva Curva de Indiferencia, que represente
un mayor nivel de satisfacción.

Gráfica 5. Las Curvas de Indiferencia, convexas al origen

Autor: Jhon Franco 2015

Sobre el Mapa de Indiferencia, se puede decir que se refiere a la sucesión


infinita de Curvas de Indiferencia, que se pueda imaginar sobre el plano,
aun cuando no se puedan ver explícitamente, de tal manera que siempre
habrá una Curva de Indiferencia superior, que represente un mayor nivel
de utilidad, al realmente obtenido por el consumidor. Como lo explica
(García Fonseca, 2007).

“…en el axioma de insaciabilidad, se explicó que el consumidor prefiere


más que menos. Gráficamente, esto puede representarse trazando
Curvas de Indiferencia, cada vez más altas, de tal manera que todas las
posibles combinaciones de x e y de la curva superior, sean mayores que
las de la curva inferior”.

Gráfica 6. El Mapa de Indiferencia

Autor: Jhon Franco 2015

Para entender mejor la relación marginal de sustitución, observe cómo


en la siguiente gráfica, en el tramo AB, se muestra que si un individuo
desea obtener una unidad adicional del bien X, debe sacrificar una alta
proporción del bien Y (segmento a), es decir, que la relación marginal de
sustitución de X por Y en este tramo, es muy alta. La interpretación es
que el individuo valora altamente el bien “X”, y por eso está dispuesto a
sacrificar una alta cantidad del bien Y por conseguir, una unidad adicional
de X (aumenta su consumo de 2 a 3 unidades).

Sobre la Relación marginal de sustitución (Aguado Franco & Hamoudi,


2014, pág. 54), dicen que:

“En una Curva de Indiferencia, la pendiente nos indica, a qué tasa está
dispuesto un consumidor a intercambiar un bien por otro. La pendiente no
es constante, por lo general, a lo largo de la Curva de Indiferencia. Al
valor absoluto de la pendiente de una Curva de Indiferencia, se le llama
relación marginal de sustitución, y nos indica la cantidad del bien
representado en ordenadas, a la que está dispuesto a renunciar un
consumidor, para obtener una unidad adicional del bien representado en
el eje de abscisas.
La relación marginal de sustitución, desciende conforme nos desplazamos
hacia abajo a lo largo de una Curva de Indiferencia, por lo que, por lo
general, las Curvas de Indiferencia, son convexas respecto del
origen. Esto es así, porque cuantas menos unidades de un bien tenemos,
más valor les damos – más utilidad nos proporcionan, – y por tanto, más
unidades de otros nos tienen que dar para renunciar a una de ellas”.

Por otra parte, para el caso del tramo CD, si el individuo desea obtener una
unidad adicional del bien X, la proporción que debe sacrificar respecto al bien
“Y”, es comparativamente más pequeña (segmento b). La interpretación es que
en este nivel de consumo (6 unidades), el individuo ya no valora demasiado el
consumo adicional del bien X, y por lo tanto, para obtener una unidad adicional,
no está dispuesto a sacrificar demasiada cantidad del bien “Y”; es decir, que la
tasa marginal de sustitución de X por Y, es demasiado pequeña para este nivel
de consumo.

Gráfica 7. La Relación Marginal de Sustitución

Autor: Jhon Franco 2015

Para profundizar en el estudio de este tema, se recomienda el siguiente video:

Video de apoyo

Utilidad y curvas de indiferencia. Investidator. (2015)

1.3 PREFERENCIAS Y RESTRICCIONES

Si inicialmente se piensa en los gustos y las preferencias, como la única


limitación determinante para la toma de decisiones de consumo, es decir,
suponiendo que las demás limitantes (precio, calidad, capacidad de compra,
etc.), son constantes, o no significativas, podemos considerar lo siguiente:

En una canasta de dos bienes, el consumidor puede optar por gastar todos sus
recursos (dinero) en el consumo de un bien (bien X), o gastarlo todo en el
consumo del otro (bien Y), o una tercera opción es optar por el consumo
combinado de los dos bienes (X,Y). Bajo esa premisa, dada la condición finita
de los recursos disponibles para compra, (y el concepto de tasa marginal de
sustitución), el aumento en el consumo del bien X, forzará una disminución en el
consumo del bien Y y/o viceversa.

Ejemplo:

Para entender mejor este concepto, vamos a valernos nuevamente del ejemplo
hipotético del consumidor de “hamburguesas”.

Si el ingreso disponible que el individuo destinará al consumo es de $500, y el


precio de las hamburguesas en el mercado es de $50, se determina con facilidad,
que el máximo número de hamburguesas, que podría adquirir serían 10. Sin
embargo, puesto que en esa circunstancia gastaría totalmente su ingreso,
consumiendo únicamente hamburguesas, es posible que el individuo considere
si en realidad desea esa cantidad de hamburguesas, o tal vez prefiera consumir
un poco menos, y quedarse con algo de dinero en el bolsillo.

En este caso, el satisfactor X, sería el dinero disponible en el Bolsillo, y el


satisfactor Y, sería el número de hamburguesas consumidas; entonces, las
posibilidades que tiene el consumidor, son las siguientes:

 Consumir 10 hamburguesas y quedarse sin dinero en el bolsillo


 No consumir hamburguesas, y quedarse con $500 en el bolsillo.
 Hacer una combinación de consumo que le permita adquirir cierto número
de hamburguesas, y quedarse con cierta cantidad de dinero en el bolsillo.

La siguiente gráfica, representa la situación:

En el punto a, el individuo consume 10 hamburguesas y se queda sin dinero en


el bolsillo; en el punto f, el individuo se queda con todo su dinero, pero No
consume hamburguesas, y los punto b, c, d, e, representan alternativas de
consumo combinado (cesta de bienes), en las que el individuo consume
hamburguesas, pero también se queda con algo de dinero en el bolsillo.

En este caso, el hecho que la gráfica obtenida sea una línea recta, nos indica
que para el consumidor, los bienes objeto de análisis, son “satisfactores
semejantes”, es decir, que la tasa marginal de sustitución de XY, se mantiene
constante. De no ser así, si la tasa marginal de sustitución cambiara, a medida
que se presenten cambios en el consumo, se obtendría una curva (y no una
recta) de indiferencia. A esta recta de indiferencia, se le conoce como la “línea
de restricción presupuestal”, dado que indica las combinaciones máximas que
puede adquirir el individuo, de acuerdo al presupuesto disponible.
Gráfica 8. Línea de Restricción

Autor: Jhon Franco 2015


El análisis anterior, permite entender, que una cosa es la combinación de
posibilidades que el consumidor estaría dispuesto a adquirir, y otra muy
diferente, la combinación de posibilidades que el consumidor estaría en
capacidad de adquirir. De ahí surge la diferencia entre la Curva de Indiferencia
(lo que el individuo desearía adquirir), y la línea de restricción presupuestal, (lo
que el individuo puede realmente adquirir). Es decir, que una de las principales
restricciones para el consumo, es el presupuesto, por lo que las decisiones de
consumo serán diferentes para personas con alto presupuesto, respecto a
aquellas con baja disposición de presupuesto.

Por otra parte, se deben tener en cuenta las preferencias. Al respecto (García
Fonseca, 2007, pág. 171), clasifica los satisfactores en relación, con el poder
adquisitivo del consumidor, y manifiesta lo siguiente:

“El poder adquisitivo del consumidor, es la capacidad de compra de que


dispone en un momento determinado. Puede obtenerse mediante dinero
en efectivo y/o cualquier activo financiero de fácil conversión a dinero. En
relación con el poder adquisitivo del consumidor, los satisfactores pueden
clasificarse en: inferiores, normales y superiores.

 Satisfactor inferior. Aquel que el consumidor considera que está por debajo
de su estatus social. Obtenerlo, sería casi como degradarse.

 Satisfactor normal. Aquel que el consumidor considera que está a su


alcance económico y que forma parte de su nivel de vida.

 Satisfactor superior. Aquel que el consumidor considera que está por arriba
de su poder adquisitivo. Obtenerlo, sería darse un lujo”.

Ejemplo en los servicios de salud

Por ejemplo, en el caso de los “servicios de salud”, como satisfactor de la


necesidad “buenas condiciones de salud”, el individuo lo puede concebir como
un bien normal, o como un bien superior. Veamos:

Si el individuo tiene un empleo formal y cotiza al Sistema General de Seguridad


Social, el acceso a los servicios de una EPS, pueden considerarse como algo
“normal”. Pero, si el individuo no tiene empleo, y por tanto, no tiene posibilidades
de cotizar al Sistema de Seguridad Social como empleado, el acceso a los
servicios de salud de una EPS, puede percibirse como un bien superior (de lujo),
pues para acceder a ellos, tendría que cotizar como independiente (lo que sería
mucho más costoso para él).

Por otro lado, para un empleado con el salario mínimo, acceder a un seguro de
medicina prepagada, se concibe como un bien de “lujo” (superior), mientras que
para una persona con un salario comparativamente alto, acceder a un seguro de
medicina prepagada, se puede considerar un bien “normal”, y acceder al servicio
de la EPS, se podría considerar como un bien “inferior”.

1.3.1 Efecto Renta

Si los precios de los bienes (satisfactores), objeto de análisis, se mantienen


constantes, pero el ingreso del consumidor cambia por algún motivo (aumenta o
disminuye), es lógico que sus posibilidades de consumo se modifiquen en la
misma medida, y por tanto, la línea de restricción presupuestal cambie (se
desplace hacia la derecha o hacia la izquierda).

Veamos la situación gráficamente, con el mismo ejemplo del consumo de


hamburguesas:

Suponga que el precio de la hamburguesa sigue siendo de $10, pero el ingreso


disponible del individuo para consumo, es ahora de $600, (aumento de la renta),
se puede establecer con facilidad, que el máximo número de hamburguesas que
podría adquirir ahora, sería 12. (Por el efecto de aumento en la renta).

Gráfica 9. Efecto Renta en la línea de Restricción

Autor: Jhon Franco 2015

Observe que la línea de restricción se desplazó hacia arriba (hacia la derecha),


y ahora va desde Y12 hasta X600, lo que representa que el individuo puede
acceder a una mejor combinación de consumo de hamburguesas, dado que
dispone de más recursos.
Análogamente, si la cantidad de recursos disponibles del consumidor
disminuyera, por ejemplo de $500 a $400, se puede concluir que la línea de
restricción presupuestal, se desplazaría hacia abajo (hacia la izquierda) de la
línea original, dado que el máximo de hamburguesas que podría adquirir el
consumidor, sería 8 (si el precio de las hamburguesas se mantiene constante).

1.3.2 Efecto del cambio de precios

Procede ahora analizar, qué sucede con las posibilidades de elección del
consumidor, si su ingreso se mantiene constante, pero se presentan cambios en
el precio del bien (o canasta de bienes) objeto de análisis.

Suponga que por ejemplo las hamburguesas suben de precio, y ahora pasan a
valer $62,5, mientras que el ingreso del consumidor continúa siendo de $500.
Veamos gráficamente, cómo se transformaría la línea de restricción
presupuestal:

Gráfica 10. Efecto Precio en la línea de Restricción

Autor: Jhon Franco 2015

Observe que la línea de restricción presupuestal se vuelve menos inclinada, es


decir, disminuye su pendiente, para reflejar el hecho que ahora el consumidor
puede adquirir menos hamburguesas, dado el incremento en el precio de $50 a
$62,5. Es decir, esta línea de restricción, muestra que el individuo debe disminuir
sus expectativas de consumo, dada la pérdida de su poder adquisitivo.

Para finalizar, vale la pena aclarar, que el mismo análisis se puede hacer en el
caso de las combinaciones de consumo de dos o más bienes (canasta de
bienes), cuando por ejemplo, un individuo decide gastar todo su presupuesto en
el consumo de dos bienes diferentes, deberá decidir las múltiples combinaciones
de consumo que le permiten agotar su presupuesto, y que por tanto, le brindarían
el mismo nivel de satisfacción.

Para reforzar el estudio de la restricción presupuestaria, se recomienda el


siguiente video:
Video de apoyo
Restricción presupuestaria. Serna, J. (2014)

1.4 ÓPTIMO DEL CONSUMIDOR

¿Qué es el óptimo del consumidor?

Se conoce como óptimo del consumidor, aquel punto de encuentro entre la curva
de indiferencia más alta (lo que el individuo desea), y la línea de restricción
presupuestal, (lo que el individuo está en capacidad real de adquirir).

Dado que en el Mapa de Indiferencia, las múltiples Curvas de Indiferencia se


cruzaran con la línea de restricción presupuestal, en más de un punto, se
entiende el óptimo del consumidor, como aquella situación en que la línea de
restricción presupuestal, toca tangencialmente (en un solo punto) a la Curva de
Indiferencia más alta posible.

(García Fonseca, 2007, pág. 185), lo expresa de la siguiente manera:

“A la situación en que el consumidor distribuye su dinero de la mejor


manera posible, eligiendo aquel conjunto de satisfactores que le
proporcionen la mayor utilidad en un periodo determinado, se le denomina
óptimo del consumidor.
Al efectuar la mejor elección, el consumidor está realizando un acto
económico racional, considerando todo el conjunto de restricciones
mencionadas y algunas más que pudieran estar fuera de este análisis.
Si se limitara el estudio a dos dimensiones, la elección racional del
consumidor, puede analizarse considerando exclusivamente los gustos o
preferencias del consumidor y su poder adquisitivo”.

Veamos gráficamente, cómo se representa esta situación:

Gráfica 11. Punto Óptimo del consumidor

Autor: Jhon Franco 2015


Observe que la Curva de Indiferencia verde corta la línea de restricción
presupuestal en dos punto (b y d), sin embargo, ninguna de esas dos
combinaciones de consumo, representan el mayor grado de utilidad que puede
alcanzar el consumidor, por cuanto este podría alcanzar un mayor nivel de
satisfacción, mediante una combinación de consumo que se ubique en una
Curva de Indiferencia superior (más a la derecha). En otras palabras, la elección
de consumo representada en los puntos b y d, no son decisiones racionales, por
cuanto con esos mismos recursos, el individuo podría obtener un mayor grado
de satisfacción.

En la Curva de Indiferencia azul (que provee un mayor grado de utilidad al


consumidor, dado que está más a la derecha de la curva verde, se tiene el punto
C, que hace contacto con la línea de restricción presupuestal, y por tanto, está
al alcance del consumidor, dado el presupuesto disponible. Como se observa,
este punto simboliza el mayor grado de satisfacción que está en posibilidad de
alcanzar el consumidor, es decir, el punto C, simboliza el punto “óptimo del
consumidor”.

Por su parte, la Curva de Indiferencia naranja, simboliza posibles combinaciones


de consumo, que podrían brindar mayor nivel de satisfacción al individuo, pero
todas ellas están fuera de su alcance, porque no son accesibles con el
presupuesto disponible; por eso la Curva de Indiferencia, no toca la recta
presupuestal.

Para reforzar el estudio de los temas de la unidad, se recomienda el siguiente


video:

Video de apoyo:

La teoría del consumidor enfoque ordinal. www.auladeeconomia.com (2014)

2. RELACIÓN ECONOMÍA - SALUD

La evolución de la ciencia económica, ha dado paso a la aparición de disciplinas


aplicadas, como por ejemplo, la llamada “Economía Social”. Esta disciplina se
ocupa específicamente de estudiar los problemas económicos relacionados con
el bienestar social, es decir, condiciones de acceso y calidad en educación, salud
y vivienda, etc.

Uno de los agentes económicos de esta disciplina, es el sector empresarial social


de la salud, que gracias a los adelantos científicos de las últimas décadas, ha
logrado la implementación y uso de tecnologías altamente productivas para el
logro de su misión. Una empresa social, se entiende como aquella que busca
cumplir su misión “social”, de manera eficiente, es decir, sin dejar de lado la
posibilidad de ser exitosa financieramente, logrando la obtención de utilidades
que le permitan ampliar su cobertura o mejorar la calidad de los bienes y/o
servicios sociales que presta, por el hecho de que nunca se distribuyen los
excedentes entre quienes aportan el capital inicial.
Ver Planteamiento sobre Empresa social (Cruz, 2011)

Sobre el sector Empresarial Social (Cruz, 2011, pág. 390), plantea lo siguiente:

“Pretende desarrollar actividades eficientes, sinérgicas, eficaces y


equitativas en una sociedad a la que sirven. El empresariado social se
relaciona con el sector de la empresa privada, a través de reglas de juego
definidas. Estas últimas están asociadas con las políticas y con los
marcos legales vigentes en cada país y en cada sociedad. Un ejemplo de
esto son los Sistemas de Seguridad Social. También se incluyen entre las
empresas sociales, los sectores de la sociedad civil, interesados en el
desarrollo y humano y social.

En lo que se refiere a la salud, como un servicio público, el querer de la


constituyente del 91, fue permitir el acceso de todas las personas al
mismo, con el fin de garantizar la promoción, protección y recuperación
de este derecho. Para ello, se deberá reglamentar la prestación del
servicio de salud (por personas privadas) y las competencias (a cargo de
los distintos órdenes: nacional, de las entidades territoriales y de los
particulares); igualmente, deberá velarse porque este servicio se preste
de manera descentralizadas y participativa, respetando los niveles de
complejidad y de resolución de las diversas situaciones de la salud.

En la actualidad, se intenta contener la ofensiva meramente económica,


tratando de lograr un enfoque más equilibrado entre las dimensiones
económicas y sociales del desarrollo. El gran influjo del enfoque
económico, que también apareció en la postguerra, cuando se tuvo gran
confianza en el papel impulsor de la acumulación de capital físico, se
alerta nuevamente para evitar la desigualdad social. Se plantea la
urgencia de un desafío en el enfoque económico y social, para buscar
superar la desigualdad, el desempleo, el subempleo y la pobreza, en
escenarios caracterizados por crisis económicas persistentes, rápidos y
profundos cambios tecnológicos, una creciente urbanización y migración,
y un rápido crecimiento de la población en edades avanzadas“.

Desde el punto de vista económico, entendiendo el desarrollo de la sociedad,


como aquel estado en que los individuos alcanzan el “bienestar”, se habla de dos
corrientes ideológicas, respecto a cómo llegar a él, es decir, se conciben dos
“estilos de desarrollo”, sobre la manera en que la sociedad asigna los recursos
materiales y humanos, para resolver los interrogantes económicos “qué, cómo y
para quién producir”.

Una de esas corrientes, es la que apoya el libre mercado (capitalismo), en la que


la oferta y la demanda determinan el precio de los bienes y servicios, y los
dueños del capital, asignan sus recursos (invierten) en alguna actividad
productiva, con el ánimo de obtener una recompensa monetaria (ganancia).

La otra corriente ideológica, se basa en un modelo de economía centralizada


(socialismo), en la que la autoridad central (Gobierno), decide unilateralmente
sobre aspectos como el precio de los bienes y la asignación de recursos, a una
u otra actividad productiva. Es decir, se restringe la libertad de los individuos,
sobre la propiedad privada y las decisiones de inversión.

De estos dos pensamientos, surge una tercera vertiente, que vendría siendo un
híbrido y se conoce como el modelo de “Economía Mixta”, en el que se da paso
tanto al libre mercado, como la intervención del Estado en determinados
momentos, para cubrir las fallas que de este (el mercado) puedan surgir.

Dadas estas tres visiones, y las características heterogéneas de nuestra región,


a pesar de tener una historia común, vemos que en América Latina, se
interpretan de diferente manera las situaciones económicas entre unos países y
otros. Por tanto, desde esa perspectiva, se conciben diferentes maneras de
abordar el problema social.

La Economía de la Salud, se ocupa de analizar tres aspectos básicos:

 La estructura de los mercados y la forma en que estos operan.

 Las características particulares de la demanda por servicios de salud,


dado que en este caso es el médico el que toma las decisiones.

 Los determinantes de la oferta de servicios de salud, y las condiciones


de retribución, por gastos médicos, medicamentos, etc.

Como complemento al tema, (Cruz, 2011, pág. 388), plantea lo siguiente:

“En economía se han desarrollado dos herramientas básicas y un


conjunto de criterios con los cuales se analizan los asuntos de eficiencia
y redistribución.

La primera herramienta, es el análisis marginal, el cual es la razón


fundamental para la optimización de los problemas. Esta técnica sirve
para determinar la más eficiente localización de recursos médicos y no
médicos, para lograr un objetivo, dado el estatus de la salud de la
población.

La segunda herramienta, es el análisis de la oferta y la demanda, para


predecir los efectos de un cambio en la demanda por un servicio, o en su
costo de producción sobre el precio, y la cantidad de aquel servicio. Los
análisis de oferta y demanda, hacen posible entender las razones para el
rápido incremento en los precios y gastos del cuidado médico.

Las dos herramientas: a) análisis marginal (técnicas de optimización) y b)


análisis de oferta y demanda, (predictores de nuevas situaciones de
equilibrio), están interrelacionadas. El análisis de la demanda está
basado en la premisa según la cual, la ubicación de sus recursos, los
consumidores tratan de maximizar su satisfacción subjetiva, con las
restricciones del presupuesto. Con la escogencia en el cómo localizar los
recursos escasos (ingresos y tiempo) entre los diferentes bienes y
servicios, dados sus precios, el consumidor está intentando optimizar. Si
los ingresos del consumidor o los precios cambian, se causará un cambio
en la demanda para estos servicios.

Similarmente, el suministro de un servicio, según el cual los productores


intentan maximizar los beneficios y los sujetos con las restricciones
generales del presupuesto, han minimizado los costos entre el uso de
diferentes productos que tienen diferentes precios, se producirá un
cambio. En resumen, los cambios en algún aspecto futuro, en el
presupuesto restringido de los consumidores y productores, causan
también cambios en la demanda y oferta de los diversos servicios.

Implícitamente, el uso de las herramientas analíticas, es un conjunto de


criterios para evaluar el bienestar económico; este criterio de bienestar,
es usado para determinar si alguien lo hace mejor o peor, como resultado
de una acción particular o política. La redistribución ocurre cuando un
grupo de beneficiados no son iguales en sus costos”.

El origen al estudio de la Economía de la Salud, surge a partir de la preocupación


de los países por el aumento sostenido en el nivel de gasto destinado a servicios
sanitarios, sin que se lograse una mejora sustancial en el nivel de salud de la
población. Es decir, que por un lado, los gobiernos han tenido que destinar cada
vez más recursos a temas de salud, pero los objetivos que se buscaban con esa
mayor inversión, no se venían cumpliendo de la manera esperada.

Por otra parte, le llevó algún tiempo a la sociedad, entender que los mercados
de bienes y servicios en relación con la salud, no tienen un funcionamiento
convencional, dada su estructura, el entorno, el papel del gobierno, la cobertura
y el acceso a la información. Por ejemplo, aunque la salud es considerada un
bien público, al permitir el acceso de capital privado en las empresas sociales,
de cierta manera los servicios de salud, se pueden llegar a considerar bienes
privados, y por tanto, quien no tenga capacidad de pago, puede ser excluido del
acceso a ese servicio.

Se genera por lo anterior, una segregación entre quienes tienen capacidad para
acceder a servicios de salud, (hospitales y clínicas privadas, consultorios de
especialistas privados, medicamentos de marca, laboratorios, etc.), y quienes no
tienen esa capacidad, que deben recurrir a los servicios que les provee el Estado,
(hospitales públicos, medicamentos genéricos, demora en la asignación de citas
médicas por alta congestión del servicio, etc.).

Surge así un contrasentido entre lo que promulga la economía de mercado y la


salud como bien público, pues al ser un bien público, todos los individuos deben
tener acceso sin restricción, y bajo las mismas condiciones (eso sería un sistema
equitativo), entonces, no existiría razón para que unos paguen y otros no. Por
otra parte, asegurar la producción de bienes y servicios de salud de alta calidad,
se requiere contar con una fuente de financiación estable como incentivo al
empresario, es decir, se requiere que el consumidor tenga “capacidad de pago”
efectiva. Cuando no todos los individuos tienen capacidad de pago, el Estado
debe intervenir para subsidiar el acceso a esos servicios. Entonces, la gran
pregunta que ha surgido a los gobernantes es ¿cómo lograr un sistema eficiente,
autosostenible y equitativo? Esa pregunta ha llevado al debate entre “Eficiencia
y Equidad”, o “Mercado vs Estado”.

Al respecto (Cruz, 2011, pág. 389), plantea lo siguiente:

“Otro conjunto de decisiones que deben ser aplicadas en un Sistema de


Salud, es la selección de un mejor método para producir una cantidad de
servicios médicos de calidad, que deben ser dados por los proveedores. Los
servicios médicos pueden ser previstos en varios escenarios institucionales,
tanto como un hospital, instalaciones fuera del hospital o en una oficina
médica. En estos escenarios, varían las condiciones del personal de la salud.

Cuando los proveedores tienen incentivos para minimizar sus costos, ellos
usarán varias estrategias, de acuerdo a los costos relativos y la
productividad. Los proveedores generalmente buscan una eficiencia técnica,
que se puede lograr de la combinación de diferentes productos usados, que
serán producidos en máxima cantidad en los servicios médicos. Pero no solo
debe haber eficiencia técnica, sino eficiencia económica.

Para tal propósito, se ha logrado usar estándares en recurso humano,


tecnológico y de servicios, relacionándolos con la población que
potencialmente demandará servicios. Estos estándares en algunos casos,
son resultado de la práctica o de estudios especializados.

Otro conjunto de decisiones que deben ser construidas en el Gobierno de un


sistema médico, es el de la redistribución a los servicios a ofrecer. … Es casi
imposible suministrar todos los servicios demandados a precio cero, y
similarmente los precios y los ingresos limitados del consumidor, restringen
la demanda por los servicios. Generalmente, cada país define sus políticas
de acuerdo a los modelos de protección social vigente.

En la actualidad, es común presentar argumentos críticos relacionados con


la aplicabilidad de los modelos de mercado en el estudio de los servicios
médicos, principalmente por la importancia que el modelo centrado en el
hombre de fuerte renacimiento, le da al tema de los derechos; por las
limitaciones que la asimetría de la información generan; por los problemas
de transparencia financiera a superar, para evitar fenómenos de descreme
de mercado o la absorción de importantes recursos económicos, en agentes
intermediarios de la relación oferta y demanda, o por la exigencia intrínseca,
que temas relacionados con la educación y salud tiene, para moverse en
marcos regulatorios, claros y estables, y por los requerimientos que los
modelos de mercado exigen de tener una cultura, que en el caso de la salud,
obtiene beneficios cuando prima el enfoque de la salud y no de la
enfermedad.

No obstante, estos argumentos no pretenden disminuir la importancia que la


economía tiene para el desarrollo eficiente y equitativo de los Sistemas y
Servicios de Salud. Tratan de buscar caminos para desarrollar una
sostenibilidad financiera y la aplicación racional de los recursos, así como de
generar esquemas regulatorios, que aseguren que los procesos mercantiles
no regulados, traigan efectos no deseados. Además, pretenden que no solo
los fundamentos económicos tengan valores, sino que los derivados de las
ciencias de la Salud, los aporten con igual importancia.

La salud debe concebirse en una dimensión integral, con profundos y serios


aportes nacidos de otras áreas, como: la educación, la generación de
ingresos, el entorno ambiental, el hábitat, y los contextos culturales,
económicos, sociales y políticos”.

LA DEMANDA POR SERVICIOS DE SALUD EN COLOMBIA

El modelo actual del Sistema de Salud en Colombia, funciona bajo la orientación


de un enfoque de “mercado”, donde las EPS (Entidades Promotoras de Salud),
captan recursos de sus afiliados para financiar la operación del sistema, que
consiste en proveer los servicios de salud a través de sus IPS (Instituciones
Prestadoras de Servicios de Salud). Los afiliados a este sistema, son personas
que cuentan con un vínculo laboral y cotizan de manera compartida con su
empleador, o también, pueden ser personas independientes que cotizan de
manera voluntaria y pagan el 100% de su cotización. Este sistema se conoce
como Régimen Contributivo.

Otra posibilidad es que la persona no tenga vínculo laboral, o tenga un vínculo


laboral informal, y por tanto, no cotizan al Sistema de Seguridad Social, por lo
que no se vincula al sistema mediante el Régimen contributivo. Ahí es donde el
Estado Colombiano interviene en el mercado, y vincula a estas personas dadas
unas condiciones particulares, (o al menos a una parte de ellas), a través de un
sistema conocido como el “Régimen Subsidiado”. Existen entones EPS públicas,
que cuentan con afiliados del régimen subsidiado, quienes no realizan ningún
tipo de aporte en términos de financiación, por lo que la financiación para la
operación y la producción de los servicios de salud por parte de las IPS públicas,
corren por cuenta del Estado Colombiano.

Por lo tanto, vemos que si el país en su mayoría tuviera unas condiciones de


empleo formal y estable, el Sistema de Salud, tendría unas mejores garantías de
funcionamiento. Pero dada la alta informalidad de empleo, y el alto desempleo,
la carga que debe soportar el régimen subsidiado, es demasiado alta para la
capacidad de financiación de que dispone el Estado.

Lo anterior, ha permitido que dada la interacción inevitable entre la red de EPS


e IPS públicas y privadas, en muchas partes del país, se presenten dificultades
en la prestación del servicio y en el pago oportuno de los servicios prestados
entre ellas. Esa disparidad en cuanto a tiempos y movimientos entre
instituciones públicas y privadas, aunado a externalidades como la Burocracia y
la Corrupción, han llevado a que el sistema en Colombia (como en otros países),
haya entrado en la crisis por la que atraviesa actualmente.
Al respecto (Cruz, 2011, pág. 386), plantea que:

Sin embargo, esta tendencia no es solo propia para Colombia, sino también
para muchos países movidos en el contexto de la globalización, que han
llevado después de cerca de dos décadas, y a través de estudios serios,
contenidos en el informe de la Organización Mundial de la salud, sobre: “la
salud del mundo 2008”, a identificar tres tendencias particularmente
preocupantes:

Los sistemas de salud están demasiado centrados en una oferta


restringida de atención curativa especializada.

Los sistemas de salud que, por aplicar un mando de control a la lucha


contra las enfermedades, se han centrado en resultados a corto plazo,
han provocado una fragmentación de la prestación de servicios.

Los sistemas de salud que basan la gobernanza en la no intervención,


han permitido que prospere la atención de carácter comercial no
regulada.

Ante esta realidad proponen que la atención primaria en salud, es más


necesaria que nunca. Sin embargo, es pertinente desde la óptica y la
economía del cuidado de la salud, examinar algunos aspectos relevantes,
relacionados con lo siguiente:

 Los gastos en personal para los servicios médicos en Estados Unidos,


han crecido más rápidamente que los de otros bienes y servicios de la
economía. De treinta y cinco billones de dólares en 1965, se han
incrementado a 1.4 trillones en el 2002. En 1965 el 5% del PIB fue
gastado en personal de servicio médico, y para el 2002 ha crecido al
12,8%. Por otra parte, el total de gastos médicos para el 2002, fue
1553 trillones y comprometió el 14,8% del PIB y se proyecta para el
2012 al 20%.

 Los programas de contención de costos, suavizaron la tasa de


incremento en gastos de personal durante los años 90, sin embargo,
la reacción contra la gerencia de un cuidado en las restricciones para
el cuidado de la salud sobre el acceso, junto con los avances médicos
y la edad de la población, han conducido a una más rápida tasa de
crecimiento en los gastos de la salud en los recientes años. La subida
de los gastos médicos, también ha puesto en apuros a los que no
pueden darse el lujo de pagar altas primas y aseguramiento y del costo
del cuidado que sale del bolsillo de cada ciudadano directamente.

 Los principales incrementos en los gastos del cuidado médico, tienen


que ver con el incremento de la población, los altos precios y el
incremento en la cantidad de los servicios médicos consumidos. Esto
a pesar de que la tasa global de crecimiento de la población es menor
que el 1% al año. Para entender mejor los cambios que están
ocurriendo en el campo médico, se debe tener una perspectiva óptima
de este cambio. En resumen, los movimientos demográficos, los
avances tecnológicos y los importantes desarrollos económicos y
legislativos, han cambiado la demanda para el cuidado, los costos y
los incentivos para los pacientes y los proveedores.

En Estados Unidos, los programas de medicare (para personas de


edad) y Medicine (para indigentes), han producido cambios desde
1966. El rol del Gobierno como pagador de servicios médicos, se ha
incrementado pagando en la actualidad con los aportes del Gobierno
federal las ¾ partes del costo total”

Si bien (Cruz, 2011), fundamenta su argumentación con base en la información


de Estados Unidos, es tan bien cierto que esas mismas características se
presentan en el Sistema de Salud Colombiano. Por ejemplo: según (Ministerio
de la Protección Social, 2005), el gasto del Estado Colombiano en el sector
salud, ha tenido el siguiente comportamiento:

“Con respecto al gasto en salud, de acuerdo con el sistema de cuentas de


salud en Colombia14, los recursos públicos y privados destinados para la
salud, han pasado del 6% del PIB en 1993 al 10% en 1997, y al 8.2% en
el año 2002.

De acuerdo con el trabajo “Principales estudios sobre la sostenibilidad


financiera del Sistema de Seguridad Social en Salud”, el gasto en salud
en el año 2004 sería de 18.4 billones de pesos, equivalentes al 9.1% del
PIB. (…) el gasto per cápita en salud, creció de manera permanente en el
periodo 1993-1997, y a partir del año 2000, el gasto se ha estabilizado en
aproximadamente $345.000 para 2002.

Al desagregar el gasto en salud en sus principales componentes, (…) se


observa que el gasto público total y el gasto en Seguridad Social en Salud,
régimen contributivo crecen, mientras que el gasto privado total que lo
integran seguros privados, medicina pre-pagada, planes
complementarios, SOAT y gasto de bolsillo, disminuyen de manera
importante”.

Para complementar el estudio acerca la situación de la demanda por servicios


de salud en Colombia, se recomienda revisar los siguientes Documentos:

Documentos complementarios:

La Salud en Colombia: más cobertura pero Menos Acceso. (Banco de la


Repùblica, 2014)

Acceso a la atención en salud en Colombia


BIBLIOGRAFÍA Y RECURSOS DIGITALES

 Aguado Franco, J. C., & Hamoudi, H. (2014). Guía para comprender la


microeconomía. Madrid: Ediciones Pirámide.
 Banco de la República. (2001). Introducción al Análisis Económico: El caso
Colombiano. Bogotá: Siglo del Hombre.
 Cárdenas, M. (2013). Introducción a la Economía Colombiana. Bogotá:
Fedesarrollo Alfaomega.
 Castaño Tamayo, R. (2006). Ideas Económicas Mínimas. Bogotá: ECOE.
 Cruz, L. F. (2011). Epidemiología y Servicios de salud. Cali: Universidad
Libre.

 García Fonseca, C. (2007). Microeconomía. Para su aplicación a la empresa


(2a Edición ed.). México D.F: Trillas.
 Gisberth I Gelonch, R. (2002). Economía, Gestión económica y Evaluación
económica en el ámbito sanitario. Barcelona: Elsevier.
 Ministerio de la Protección Social. (1 de Noviembre de 2005). Política
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 Montoya Restrepo, C. (s.f.). Economía General. Recuperado el 15 de


Septiembre de 2015, de Curso de Economía General. UNAL sede
Manizalez.:
http://www.virtual.unal.edu.co/cursos/sedes/manizales/4010043/index.html
 Paschoal Rosetti, J. (2001). Introducción a la Economía. Mexico: Universidad
Iberoamericana.
 Valbuena, V. (2012). Macroeconomía. Bogotá: Trillas.
 Vásquez Ramírez, G. (2003). Aproximación a la Economía Política. Bogotá:
ECOE Ediciones.
VERSIÓN: 1.0 FECHA EDICIÓN: 12/04/2016
CRÉDITOS UPTC EQUIPO DE PRODUCCIÓN

Autor / compilador: Jhon Anderson Franco Ávila

Comité de gestión y calidad FESAD


Equipo de Producción:
Oficina de Educación Virtual

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