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EL MESÍAS PROMETIDO EN LOS CANTOS DEL SIERVO

DANIEL ANDRES GUZMAN RAMIREZ

CHUCK E. BARETT

SEMINARIO REFORMADO LATINOAMERICANO

INTRODUCCIÓN AL ANTIGUO TESTAMENTO

BOGOTÁ, COLOMBIA
04/09/2019
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Índice
Introducción .................................................................................................................................... 3
Primera Parte: La tarea del siervo (Primer y segundo cantos del Siervo) ...................................... 5
1. El llamado del siervo (primer canto): .................................................................................. 5
2. La comisión del siervo (segundo canto): ............................................................................. 7
2.1. La comisión del Siervo a la nación de Israel ................................................................ 9
2.2. La comisión del Siervo a todo el mundo ...................................................................... 9
Segunda parte: el compromiso del siervo (Tercer canto del Siervo) ............................................ 11
Tercera parte: El siervo triunfa (Cuarto canto del Siervo) ............................................................ 14
Conclusión .................................................................................................................................... 16
Referencias .................................................................................................................................... 17
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Introducción

En este ensayo el propósito es poder mostrar el perfil del Mesías prometido según lo que se conoce
como los Cantos del Siervo de Isaías (42:1-9; 49:1-13; 50:4-11; 52:13-53:12). Como el título de
las canciones lo dicta se adscribe estos cantos a un ‘siervo’. Sin embargo, la palabra ‘siervo’ es
bastante común a lo largo del Antiguo Testamento, unos ejemplos de esta palabra en el Antiguo
Testamento son: David (1 Sam 7:8), Moisés (Nm 12:7, Jos 1:2), Israel (Isa 41:8), entre otros. No
obstante, el uso de la palabra ‘siervo’ en estos cuatro pasajes denota a una figura única. Los
eruditos dividen las probabilidades entre un siervo individual (Isaías, Jeremías, alguno de los reyes
o el Mesías, etc.) y un siervo colectivo (la nación de Israel, los profetas, etc.). La evidencia de un
siervo colectivo es muy poca a lo largo del libro y no tiene suficiente peso en el contexto particular
de los cantos, ya que dos de ellos son autobiográficos y el ‘siervo’ al hablar se muestra como una
figura particular, además la necesidad de reutilizar la palabra después de haberla mencionado en
Is. 41:8-9 nos muestra que hay una separación de la nación de Israel como ‘siervo’ y el ‘siervo’ de
estos 4 cantos. Tomando la posición del siervo particular es importante notar que la persona de la
que tratan los cantos tiene que ser el Mesías davídico ya que incluso en la visión misma del llamado
de Isaías él se llama a sí mismo ‘un hombre de labios inmundos’ (Is. 6:5) y es un patrón que se
reconoce a lo largo de todos los profetas de que aunque sirven a Dios siguen siendo pecadores y
necesitan de un salvador; la postura de que sea alguno de los reyes o incluso Ciro (que se presenta
en Isaías como un liberador del pueblo de Dios de las manos de Babilonia) cae corta a la luz de las
Escrituras ya que ni el mismo rey David vivió una vida perfecta de agradar y servir a Dios y pecó
fuertemente dos veces, lo que nos deja solamente con la posibilidad de que el ‘siervo’ prometido
en estos 4 canticos sea el Mesías davídico, el rey eterno que librará al pueblo de Dios para siempre.

Muchos consideran a este Siervo como el ‘Siervo sufriente de Yahveh’ y aunque es cierto que a
través del sufrimiento es que su propósito es cumplido (sobre todo en el último canto Is. 52:13-
53:12) la característica especial de este Siervo es su triunfo para cumplir el propósito de Dios, ya
que aunque todos los siervos de Dios a lo largo del Antiguo Testamento fallan y pecan este Siervo
encuentra su victoria y trae justicia a todas las naciones (Is 42:1b;3b;6c). Por lo que la tesis de este
ensayo es presentar a este Siervo como ‘El Siervo Triunfante de Yahveh’, a través del cual el
propósito de Dios a lo largo de la historia redentora será finalmente cumplido.
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Primeramente, es necesario hacer un recuento de Isaías y poder entender estos cantos en el contexto
general del libro para poder entender propiamente el significado de ellos. En este ensayo se
considera a Isaías de Jerusalén como el autor único de todo el libro de Isaías, a pesar del cambio
literario de los capítulos 40-55, no hay evidencia suficiente para considerar a un ‘Deutero-Isaías’
ni a una escuela de discípulos de Isaías que continuaron su obra en el exilio. El autor considera la
división del libro de Isaías de Motyer la más apropiada en el contexto general del libro en tres
secciones la más adecuada: 1) el libro del Rey (Is. 1-37), 2) el libro del Siervo (Is. 38-55) el libro
del Conquistador ungido (Is. 56-66).

Se estudiarán los 4 cantos por separado y finalmente se hará una conclusión del Siervo Triunfante
y cómo esa promesa se cumple en el Mesías prometido desde Génesis 3. Los cantos como ya
hemos visto anteriormente son 4, y cada uno de estos nos muestra una perspectiva única sobre este
siervo:

1. El primer canto (Is. 42:1-9) nos muestra el llamado del Siervo.


2. El segundo canto (Is. 49:1-13) nos muestra la comisión del Siervo.
3. El tercer canto (Is. 50:4-11) nos muestra el compromiso del Siervo.
4. El cuanto canto (Is. 52:13-53:12) nos muestra el oficio del Siervo.

Todos juntos nos muestran al Siervo Triunfante de Yahveh que cumplirá la justicia de Dios en este
mundo caído, será el deleite de Dios (Is. 42:1) y una luz para todas las naciones (Is. 42:6), mostrará
la gloria de Dios (Is. 49;3), hará que la salvación de Dios alcance los confines de la tierra Is. 49:6),
será ayudado por Dios y no podrá ser condenado por nadie (Is. 50:7-8), prosperará y será exaltado
en gran manera (Is. 52:13), nos curará a través de sus heridas y será castigado para que tengamos
paz (Is. 53:5). Y de esta forma servirá al único y verdadero Dios, y triunfará mostrando que, aunque
en este mundo parezca que el pecado ha triunfado la victoria ya es de Dios por su Siervo.
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Primera Parte: La tarea del siervo (Primer y segundo cantos del Siervo)

Los primeros dos cantos nos hablan específicamente de la tarea del Siervo y su alcance universal.
En el capítulo 41 de los versículos 21 al 28 Dios confronta a los ídolos de las naciones y los prueba
para ver si son verdaderos dioses, les pide que revelen el futuro y el pesado de todo (v 22-23) sin
embargo, ninguno está a la altura de la tarea y todos se muestra que son falsos y que no existen en
realidad (son nada) (v24; 28-29). Por lo tanto, Yahveh es Dios supremo sobre todos y Él sí es real
y es Dios sobre todas las naciones ya que sus ídolos no son ‘dioses’ en absoluto, y es en este
contexto que se nos presenta a el Siervo cuya tarea tendrá un alcance universal (Is. 42:2;6, 49:1;6)
la cual estudiaremos en los primeros 2 cantos.

1. El llamado del siervo (primer canto): el pasaje empieza un contraste con el versículo 29
del anterior capítulo con la partícula observen (del hebreo hen) y aunque en pocas
traducciones al español se encuentra esta palabra a excepción de la RV que la traduce como
‘he aquí’, es de gran importancia para la intención de Isaías en su mensaje; nos dice que
observemos a los ídolos (o dioses falsos) y que observemos a su Siervo (v. 1) en quién su
plan para todas las naciones será cumplido.

Luego continúa esta introducción con una bella introducción de su Siervo identificándolo
con Sí mismo ‘a quien Yo sostengo’, aquí la palabra utilizada en el idioma original (de la
raíz tamak) significa agarrar fuertemente indica como dirá Motyer ‘que el SEÑOR ha
determinado guardar al Siervo para sí mismo’ y muestra la gran cercanía que tiene Dios
con su Siervo. La siguiente parte del versículo 1 es impresionante, nos dice que Dios ha
escogido al Siervo mostrándonos incluso aquí la soberanía de Dios incluso al escoger a su
Siervo y luego nos muestra que no solo es un acto de poder soberano y una orden por deber,
sino que en el Siervo el alma de Dios ‘se deleita’ y aunque parece evidente, no es tácito
que por haberlo escogido significa que tenga que gustarle o agradarle completamente; ‘Él
es el hombre del Señor para la tarea y es el hombre del Señor para Sí mismo’ (Motyer,
1993).
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‘He puesto mi Espíritu sobre Él’ denota que la presencia de Dios mismo estará con el Siervo
y que lo capacitará y ayudará en su tarea. Es importante también resaltar aquí que el uso
constante del determinante posesivo ‘Mi’ demuestra también la cercanía de Dios con Su
Siervo.

Finalmente nos muestra la tarea del siervo y a qué lo ha llamado Dios: ‘El traerá justicia a
las naciones’, esta es la oración clave del texto como diría North. Primero hay que notar
que es una promesa, no es un tal vez o un esa es la misión ‘Él debe traer justicia’, está
garantizado desde el primer canto el triunfo del Siervo de Yahveh. La palabra en hebreo
usada ‘mishpat’ indica una justicia en términos legales, lo que trae harmonía con la justicia
y santidad de Dios revelada a través de su Ley. La palabra justicia se usará en este canto
en 3 sentidos distintos: ‘El traerá justicia a las naciones’ (v. 1c), ‘Con fidelidad traerá
justicia’ (v, 3c) y ‘Hasta que haya establecido en la tierra la justicia’ (v. 4b), aquí
mencionada por primera vez nos muestra el alcance de su tarea, no traerá sólo justicia a
Israel, ni sólo a Judá, traerá justicia a todas las naciones (literalmente gentiles) y es a través
de esto que vemos reflejada la gran Misericordia y Gracia de Dios, en que aún gente que
ha sido juzgada por Dios porque adoran a dioses falsos (41:21-29) el Señor les promete
que a través de Su Siervo, el Siervo que escogió porque trae gozo a Su alma, recibirán
justicia.

Los versículos 2-3b nos muestran que el método del Siervo no es haciendo grandes
proclamaciones ni creando conmoción, al contrario, la forma en la que este siervo trae
justicia es calladamente como para no ‘quebrar una caña cascada’ o ‘apagará la mecha que
casi no arde’, estas metáforas nos muestran dos objetos que no cumplen su propósito
funcionalmente y así vemos que para el Siervo no hay nada inútil; aún la llama que no está
calentando mucho y no da gran luz o la caña que no puede sostener porque es débil y está
golpeada, Él no las acabará porque no cumplen su propósito sino cumplirá su tarea incluso
en esas circunstancias.

El enfoque de los versículos 3c-4 es la fidelidad del Siervo en su tarea. ‘Con fidelidad traerá
justicia’ ya en el versículo 1 Dios nos reveló que la tarea del siervo es traer/establecer
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justicia y como allí se refiere al alcance a todas las gentes, aquí nos habla de la forma en
que se realizará la tarea y lo que garantiza el triunfo del Siervo al mismo tiempo. Es a través
de lo fiel que es el Siervo que la tarea tiene el éxito garantizado, para poder establecer
justicia a todas las gentes es necesario que el que Dios ha escogido para la tarea lo haga
con una fidelidad excepcional; a lo largo de la historia redentora todos los escogidos de
Dios han fallado de una forma u otra, pero este siervo será fiel y así logrará su objetivo.
‘No se desanimará ni desfallecerá hasta que haya establecido en la tierra la justicia’ acá la
frase utilizada con justicia nos muestra algo similar a lo que pasó en Deuteronomio 4:44
cuando se estableció la Ley de Dios para el pueblo de Israel y que algo que era
específicamente de ellos hasta ese momento esta vez será traído a ‘las islas’ que junto al
versículo 4b nos muestra que el establecer justicia será en toda la tierra. Aquí también
empezamos a ver que para triunfar el Siervo tiene que sufrir primero, el no desanimarse y
no desfallecer no indican una falta de sufrimiento, al contrario muestran que el Siervo
sufrirá y es en su fidelidad que Él no se dará por vencido hasta completar la tarea puesta
por Dios, sin embargo, como es el propósito del ensayo es importante notar que aunque el
Siervo sí sufrirá y de cierta forma su triunfo está ligado con su sufrimiento, lo importante
en estos cantos es que el Siervo triunfará y deben ser tomados como cantos de victoria y
no como cantos fúnebres.

La parte final del canto es un comentario de Dios mismo garantizando que el propósito del
Siervo de cumplirá, que Yahveh que sostiene los cielos y la tierra y todo lo que existe en
ellos, que es creador y sostenedor de todo le promete al Siervo que será un pacto para los
hombres y una luz para las naciones. Que Él es Yahveh y como los ídolos en el capítulo
anterior no pueden revelar el futuro ni el pasado así Él nos anuncia lo que va a pasar a
través de Su Siervo, probando que Él es el Dios verdadero.

2. La comisión del siervo (segundo canto): Este canto empieza desde un punto de vista auto
bibliográfico, es el Siervo el que comienza el canto y comienza de nuevo mostrando que el
alcance de su tarea no es pequeño, ‘las islas’ y los ‘pueblos lejanos’ hacen referencia de
nuevo a todas las naciones de la tierra a las que el Siervo se dirige.
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Del versículo 1c-1d se nos muestra la elección del Siervo que vimos en el primer canto.
Dios ha llamado al Siervo desde el seno materno, desde las entrañas de su madre menciona
su nombre; es decir, Dios ha preparado al siervo para un ministerio especial desde el
principio y ahí está el llamado divino, y con ese llamado divino hay un nombre que Dios
da al Siervo.

El versículo 2 no se concentra en una especia de tarea militar que tiene el siervo, más bien
nos muestra a través de dos metáforas la guerra de la palabra, el ministerio que tiene el
siervo de traer justicia. La espada afilada significa su efectividad, no será en vano su
ministerio y penetrará fuertemente, la flecha escogida muestra el alcance, así como una
espada penetra y ataca fuertemente, también es como flecha llegando a objetivos muy
lejanos. ‘En la sombra de Su mano Me ha escondido… En Su aljaba Me ha escondido.’
Aquí nos muestra que Dios ha escogido al siervo y lo ha guardado especialmente para esta
tarea a la que lo ha comisionado, lo está preparando como para usar la flecha y la espada
en el momento indicado, no tirando flechas sin cesar y sacando la espada en cada ocasión,
pero escondidas, guardadas como herramientas útiles para el momento perfecto.

El siguiente versículo nos muestra el nombre del siervo como Israel, cabe notar que el
nombre Israel era nombre de una persona antes de ser nombre de una nación, el darle el
nombre al Siervo aquí muestra que ‘esto refleja el descubrimiento del profeta de que Israel
en el exilio no puede realmente en ese momento vivir a la expectativa de lo que significa
ser Israel´ (Goldingay, 1984). Este pasaje también hace un contraste fuerte con (48:1-2)
donde hay un pueblo que usa el nombre de Israel y juran por el nombre de Yahveh, pero
no en verdad y en justicia, por el otro lado, este Siervo Israel es en quien Dios se gloría. A
fin de cuentas ‘o el SEÑOR debe reconocer el fallo de sus planes y promesas o tiene que
buscar un verdadero y digno Israel’ (Motyer, 1993). Y es en este verdadero Israel como un
individuo que Yahveh será glorificado (en Él se mostrará la gloria de Dios).

En el versículo 4 tenemos dos series de paralelismos unos negativos y unos positivos. Todo
empieza con un aparente fallo del Siervo en su misión ‘En vano he trabajado,
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En vanidad y en nada he gastado Mis fuerzas’ ¿Qué significa esto? Básicamente está
contándonos cómo se ven las cosas desde la perspectiva del Siervo, Él está comisionado a
una tarea y en medio de ella parece que no hay resultados de su esfuerzo, pero no es para
Él decidir ‘Aunque estas palabras muestren desaliento y abatimiento de parte del Siervo,
no reflejan duda o derrota para él porque su confianza permanece en Yahveh a pesar de las
dificultades (Is. 42;4; Sal 22)’ (Lindsey, 1982). Aquí es donde entra el contraste de la
segunda parte del versículo ‘Pero Mi derecho está en el Señor, y Mi recompensa con Mi
Dios’, es decir, parece para el Siervo que su obra ha sido en vano porque no puede ver los
resultados, sin embargo, ese no es el fin de la historia hay un pero; y ese pero es el que nos
muestra la esperanza del Siervo, no importa lo que parezca pasar desde la perspectiva del
Siervo, Él tiene una esperanza en Dios y esa esperanza tiene una justa recompensa que le
espera mientras Él es fiel y se esfuerza en la tarea que tiene.

2.1. La comisión del Siervo a la nación de Israel: en el versículo 5 el Siervo empieza


recordándonos su llamado prenatal y el nombre que Dios le ha dado como ‘Su Siervo’
y es en esa base que al Siervo se le asigna la tarea. ‘Así como el antídoto para el
abatimiento era descansar en fe (4cd), el antídoto del Señor es hablar su Palabra (5a)’
(Motyer, 1993), la tarea entonces para la que ha sido preparado desde el principio y la
que aparece haberlo derrotado (4a) es ‘hacer que Jacob vuelva a Él y que Israel se reúna
con El’, es decir, la restauración espiritual del pueblo. Y es a través de esta palabra de
Dios al Siervo que Él puede tener su triunfo seguro pues Dios es ‘honrado a sus ojos’
y es ‘Su fortaleza’.
2.2. La comisión del Siervo a todo el mundo: sin embargo, como vimos en el primer
canto la comisión del Siervo no es sólo para la nación de Israel; por lo tanto, Dios le
dice a Su Siervo en el versículo 6 ‘Poca cosa es que Tú seas Mi siervo,
Para levantar las tribus de Jacob y para restaurar a los que quedaron de Israel’. Es decir,
limitar el alcance de la obra del Siervo a la nación de Israel sería de cierta forma un
desperdicio y es por eso que el Señor dice ‘Te haré luz de las naciones,
Para que Mi salvación alcance hasta los confines de la tierra.’ Aquí luz y salvación son
paralelos y nos muestra que, así como la comisión el Siervo para Israel es restauración,
la comisión del Siervo para el mundo (las naciones o los Gentiles) es salvación; cuyo
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triunfo es garantizado por la misma fortaleza que es la Palabra y promesa de Dios para
el siervo ‘Dios ha apartado al Siervo para su tarea y ha determinado que la va a
completar’ (Young, 1965)+

En los versículos del 7-12 tenemos la garantía divina de la victoria del siervo en su tarea.
El Siervo de Dios es triunfante y es Yahveh quien confirma su triunfo, en el día en que su
tarea sea cumplida Dios ‘es fiel’ y lo ‘ha escogido’ (7) para esta tarea y en eso pone su fe
el Siervo y por eso su triunfo es seguro. También ‘lo ayudará’ y no sólo es una ayuda
temporal como cuando el Siervo esté débil; en todo momento Dios estará con el Siervo
hasta que Él triunfe en su tarea. Dios ‘lo guardará’ y lo ‘pondrá de pacto al pueblo’ (8), Y
muestra que de todos lados vendrán desde el norte y el occidente (12b), hasta la tierra de
Sinim (12c); una interpretación sitúa a Sinim en China (MacRae, 1977), mientras que otros
la sitúan en Asuán (en nuestros días) en la frontera sur con el antiguo Egipto (Whybray,
1975).

En el versículo 13 tenemos una alabanza por medio de Isaías mismo al escuchar las buenas
nuevas de restauración y salvación que Dios tiene para su Pueblo. Y nos muestra que
nuestra respuesta respecto al grandioso plan de Dios debería ser gozo y alabanza.

En conclusión, de esta sección podemos notar que la tarea del siervo es declarada, sostenida,
garantizada y proveída por Dios. Cuyo éxito está garantizado a pesar de las múltiples dificultades
que lleguen a haber en el camino, incluso cuando las cosas no parezcan funcionar y el esfuerzo del
Siervo parezca en vano Dios estará ahí sosteniéndolo y es bajo Su Palabra y Su Poder que el Siervo
triunfará. También es importante notar que, aunque la tarea del Siervo tiene un propósito especial
con la nación de Israel (restauración), sería menospreciar y despreciarlo si se limitara a la nación
de Israel y es por eso que tiene un propósito universal (salvación) a todas las personas de la tierra.

Finalmente, y de suma importancia de recalcar es que el Siervo tiene como propósito principal
glorificar a Dios y es en eso que el alma de Dios se deleita. El Siervo no tiene como objetivo
principal ni a Israel ni a los Gentiles, sino que es a través de la tarea que le da Dios y la restauración
(Israel) y la salvación (Gentiles) que el Siervo será una luz y glorificará a Dios hasta los confines
de la tierra. Esa es su victoria, Yahveh glorificado en todo su esplendor a través de su obra.
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Segunda parte: el compromiso del siervo (Tercer canto del Siervo)

El tercer canto es autobiográfico como el segundo, sin embargo, no sabemos quién es el que está
hablando sino hasta el versículo 10 donde hace mención de sí mismo. En este canto ya se empieza
a hacer una distinción entre Sion (el pueblo colectivo) y el Siervo, donde Sion falla el Siervo
Triunfa y es ahí donde podemos empezar a notar que este individuo y su tarea son únicas a Él y
nadie más puede completarlas, porque sólo Él tiene la capacidad.

El canto empieza en el versículo 4 donde Dios le ha dado al Siervo ‘lengua de discípulo’, el título
usado para Señor Dios acá es ‘Adonaí YHWH’ es decir Yahveh el Señor lo que denota la Soberanía
y el poder de Dios y de esa forma nos muestra el cuán superior es el Maestro del que el Siervo es
discípulo; también nos muestra que la ‘lengua de discípulo’ le fue dada, es decir, que aunque ‘Él
era el discípulo por excelencia… fue sujeto a los procesos de entrenamiento aptos de todos los
discípulos – concentración en la Palabra de Dios’ (Motyer, 1993). Su ministerio de palabra a los
fatigados es un tema común en los cuatro cantos (42:1-4: 49:1-6 y 53:1-12), trayendo verdad y
justicia a todas las personas, sin embargo, no lo hace de forma ostentosa o llamativa (42:2-3). El
‘mañana tras mañana’ del versículo 3c nos muestra la constancia de aprendizaje y la fidelidad de
este discípulo; el ‘despertar el oído’ (3d) nos muestra el régimen de aprendizaje del Siervo y su
compromiso para estar atento a la Palabra de Dios y esta disciplina no viene de Él mismo, sino que
nos muestra su sumisión y obediencia como discípulo al acercamiento regular por parte de Dios.

En medio de este régimen diario Yahveh el Señor, utilizado de nuevo aquí para connotar la
soberanía y grandeza de Dios, vino una instrucción e Dios a Su discípulo y este respondió con
obediencia ‘no fui desobediente, ni me volví atrás’ (5bc); esto no sólo muestra que el Siervo es el
discípulo por excelencia obedeciendo inmediatamente la instrucción de su maestro, sino que
también nos muestra su compromiso y fidelidad al no estar dispuesto a devolverse sin importar el
costo de la instrucción ‘El siervo no es caracterizado por una actitud interna de rebelión o una
manifestación interna de duda. En este aspecto Él es diferente al otro siervo de Yahveh – La nación
de Israel (Is. 3:8; 59:4; 63:10; Jer. 4:17; Ez. 20:13)’ (Duane, 1982)

En el versículo 6 ya empezamos a notar que este Siervo y discípulo fiel va a tener que pasar por
sufrimiento y aunque esto podría inclinarlos a llamarlo el ‘Siervo Sufriente’, es importante notar
de nuevo que el sufrimiento del Siervo es un reflejo de su humildad y sumisión al Señor Dios
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(‘Adonaí YHWH’) y la tarea que Él le dio, más que su característica principal. Él vino a honrar a
su maestro y a servirle fielmente hasta el final con el propósito de glorificarlo no simplemente de
venir a sufrir por sufrir. Además, cabe notar que el sufrimiento de el Siervo no se debe a que haya
hecho algo mal y por eso sea castigado, es por su obediencia y compromiso a Dios que sufre y es
abusado; y es por eso que aunque está siendo burlado y humillado Él tiene sus ojos en El Señor
Dios (‘Adonaí YHWH’) y sabiendo que no ha hecho mal alguno sino que ha sido fiel a su llamado
puede decir ‘Sé que no seré avergonzado’ (7d), porque a pesar de todo lo que está sufriendo Dios
lo sostiene y lo guarda.

No sólo lo guarda, sino que también lo vindica. Esta sección del 8a-9b nos muestra la firme fe del
Siervo en Dios, Él aguanta el vituperio y la burla de los que lo rechazan porque sabe que será
defendido por su maestro, y es aquí donde una corte se presente entre el Siervo y sus adversarios;
y es en frente del Señor Dios (que se menciona por última vez en este canto) y de sus adversarios
que no se encuentra culpa alguna en Él y por eso es vindicado, en medio de todo ese sufrimiento
es hallado victorioso.

La última sección de este canto 9c-11 nos muestra que es a través de su inocencia y su compromiso
que Él siervo traerá gloria a Dios a través de juicio contra sus enemigos. Así como a través de
restauración y salvación establecerá justicia en el mundo, también a través de juicio y condenación
lo hará, teniendo en cuenta que su defensor Dios mismo siempre ha estado con Él y nunca lo ha
desamparado y así traerá gloria al nombre de Dios, acabando con los adversarios de la tarea que el
Señor le ha encomendado. La primera metáfora de condenación es bastante fuerte como un vestido
gastado que se lo comen las polillas. esto podría sugerir destrucción total casi como desintegración,
y aunque eso no estaría completamente fuera de lugar (Pieper, 1980) sugiere que ‘el significado
es que las acusaciones de sus enemigos colapsarán ante el juicio justo del Señor y serán puestos
en vergüenza como el decaer de un vestido comido por polillas’.

En el versículo 10 el Siervo hace mención de su nombre y prueba a sus adversarios a ver quién de
ellos sirve a Dios, pero ninguno de ellos lo hace y por eso su fin es condenación. Como antorchas
de fuego que encienden alrededor de sí mismos en vez de buscar la Luz verdadera y escuchar la
Palabra de Dios y su Siervo, así mismo será su tormento eterno; y así el Siervo cumplirá su tarea
no sólo de salvar y restaurar a los suyos, sino de condenar y destruir a sus enemigos, a los que se
oponen a Él y a su Maestro.
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En este canto vemos al Siervo Triunfante en su sufrimiento por la gloria de su maestro y de la


instrucción que Él le dio. Nunca fue rebelde y nunca dudó, sino que sus ojos siempre estuvieron
puestos en Yahveh y en las promesas que Él le había hecho, su sufrimiento no era vacío y sin
propósito. Él nunca fue humillado delante de sus enemigos, antes fue a través de el castigo injusto
que ellos pusieron sobre Él que Él exalto a su maestro y fue vindicado por Él, ya nadie nunca podrá
condenarlo y aquellos que se declararon sus enemigos sufrirán un castigo justo como merecen y
así el Siervo Triunfante de Yahveh establecerá justicia en este mundo.
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Tercera parte: El siervo triunfa (Cuarto canto del Siervo)

Este es el canto del Siervo más conocido a lo largo de la cristiandad. Y aunque usualmente se toma
sólo el capítulo 53 es importante notar que al estudiar el canto desde el principio (52:13) es donde
encontramos la gran diferencia entre ‘El Siervo Sufriente’ y ‘El Siervo Triunfante’ de Yahveh. Ya
que el propósito de este ensayo se concentra más en la victoria del Siervo en su tarea, no pretendo
entrar mucho en detalle del sufrimiento por medio del cual el Siervo obtiene la victoria, sino más
bien pretendo enfocarme en la victoria obtenida por el Siervo en toda su gloria. Este no es un canto
fúnebre y triste, es un canto feliz y lleno de gozo es la canción de victoria: El Siervo ha triunfado
en su tarea, en medio de su fidelidad y compromiso ha logrado la salvación de Su Pueblo.

El canto empieza con la misma partícula ‘hen’ con la que empieza el primer canto dando así una
conclusión a la tarea del Siervo. Luego continúa con una paradoja entre la exaltación del siervo y
su humillación. Será exaltado en gran manera y prosperará en su tarea (13), asombrará a todas las
naciones y los reyes callarán delante de Él (15); pero, para poder lograr esto será desfigurado más
allá de la apariencia de los hombres (v13)

El punto no es que el Siervo sufriera más que cualquier otro individuo o más que otros
humanos, sino que experimento desfiguración… para que aquellos que lo vieran
retrocedieran en horror diciendo no solamente ¿Es este el siervo? Sino también ¿Es esto
humano? (Motyer, 1993)

El capítulo 53 empieza con la necesidad de la revelación de Dios para poder entender la tarea y el
mensaje del Siervo. Sin ella nadie nunca podría comprender la gran y magnifica tarea del Señor a
través de su Siervo. Los versículos 2 y 3 nos muestran no sólo que sufrirá por la instrucción que le
fue encomendada, sino que también será rechazado ya que nadie ha creído el mensaje de Él ni le
ha sido revelada la voluntad divina en Él.

En los versículos 4-6 empezamos a ver la victoria del Siervo a pesar del sufrimiento por el que
tiene que pasar en perfecta obediencia a su Dios. Nuestras enfermedades, nuestros dolores las
cargó, por nuestras transgresiones fue traspasado, molido por nuestras iniquidades, el castigo justo
que meceríamos cayó sobre Él, nos apartamos todos por nuestro propio camino como ovejas
descarriadas. Mas fue por esto que Yahveh trajo todo esto sobre Él, para que la tarea que le había
sido dada pudiera ser cumplida; y es aquí donde vemos la victoria: ‘Por sus heridas hemos sido
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sanados’ todo lo sufrió por ‘nuestra paz’, el plan de salvación y restauración de Dios ha sido
completado a través del Siervo y su sufrimiento. ¡El Siervo ha triunfado!

Continúo en obediencia y sumisión a Yahveh hasta el final (7-9), en medio de todo su sufrimiento
no se quejo y no dudo, no hubo rebeldía ni ganas de rendirse. Fue fiel hasta la muerte y fue
enterrado junto a los pecadores; sin embargo, en todo su sufrimiento Dios lo consuela al ser
enterrado en privado como un rico, aunque nunca había hecho nada malo pago el precio más
grande de todos: su propia vida. ¡Por su muerte el Siervo ha Triunfado!

¡Finalmente triunfó! (10-12) No fue por obra de ningún hombre, ni la voluntad de ningún hombre
que el Siervo fue sacrificado, fue el SEÑOR (Yahveh) quien quiso quebrantarlo y afligirlo; si no
hubiera sido su instrucción y su voluntad el Siervo no hubiera sufrido nada, es por el sufrimiento
que el Señor le encomendó que lo ha logrado. Logró ser el sacrificio expiatorio agradable a Dios
y es a través de Él que Yahveh quedó satisfecho; fue el sacrificio propicio que ninguna otra persona,
ni criatura, ni en los cielos ni en la tierra hubiera podido lograr ser. Y es aquí donde la victoria es
conseguida, a través de Él Dios justificará a muchos; su plan de redención y salvación ha llegado,
Su Siervo de ha levantado en alto para ser Luz para las naciones y la justicia se ha establecido a
las islas más lejanas a través de Su Sacrificio agradable al Señor.

Toda la gloria y honor sean al Siervo Triunfante de Yahveh, que no estimo su propia vida como
algo valioso, sino que la dio por personas que no lo veían por quien era y no escuchaban el mensaje
y la instrucción que Dios le había dado para los hombres. Él ha pagado con su vida y así ha
intercedido por muchos transgresores para que a través de Él haya paz y reconciliación al Señor
Dios: Santo, Santo, Santo. compasivo y clemente, lento para la ira y abundante en misericordia y
verdad (fidelidad); que guarda misericordia a millares, el que perdona la iniquidad, la transgresión
y el pecado, y que no tendrá por inocente al culpable (Ex. 34:6-7) y este el costo de ese perdón su
Siervo ‘en quien Su alma se deleita’.
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Conclusión

Se ha demostrado en este ensayo la importancia del Siervo de Triunfante de Yahveh y como sin
Él no se podría establecer justicia; tanto a través de salvación y restauración, como de juicio y
condenación. Si bien el libro de Isaías dividido en el Rey, el Siervo y el Conquistador Ungido nos
muestra la totalidad del Mesías y su propósito es muy importante resaltar que el triunfo de ese Rey
y ese Conquistador empieza con un Siervo fiel.

El Rey y el Conquistador son promesas escatológicas que esperamos y en quienes ponemos nuestra
fe, pero nuestra fe empieza con el Siervo. El Mesías Redentor, Jesús de Nazaret, Siervo fiel hasta
el final que no tomo su naturaleza divina como algo a que aferrarse, sino que se hizo un Siervo por
nosotros y se humilló a lo máximo sufriendo una muerte vergonzosa delante de los hombres para
que a través de Su sacrificio tuviéramos paz. Fue a través de su humillación que fue exaltado por
encima de todos y se sienta a la diestra del Padre, el nombre sobre todo nombre empezó con un
fiel Siervo.

A Él sea la gloria por siempre, digno es Él de toda alabanza. Por los siglos de los siglos:

“Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos, porque Tú fuiste inmolado, y con Tu sangre
compraste para Dios a gente de toda tribu, lengua, pueblo y nación. Y los has hecho un reino y
sacerdotes para nuestro Dios; y reinarán sobre la tierra… El Cordero que fue inmolado es digno
de recibir el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, el honor, la gloria y la alabanza… Al
que está sentado en el trono, y al Cordero, sea la alabanza, la honra, la gloria y el dominio por los
siglos de los siglos.” (Ap. 5:9-10;12;13)
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Referencias
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Isaiah 50:4-11. Biblioteca Sacra 139, 216-229.
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Lindsey, F. D. (1982). Isaiah´s Songs of the Servant Part 2: The Commission of the Servan in
Isaiah 49:1-3. Bibliotheca Sacra 139, 129-45.
MacRae, A. A. (1977). The Gospel of Isaiah. Harleysville, PA : Interdisciplinary Bible Research
Institute.
Motyer, J. A. (1993). The prophecy of IsaIah: An introduction and commentary. Downers Grove,
IL: InterVarsity Press.
Pieper, A. (1980). Isaiah II: An Exposition of Isaiah 40-66. Waukesha, WI: Northwestern
Publishing House.
Whybray, R. N. (1975). New Century Bible Commentary: Isaiah 40-66. Grand Rapids, MI:
Eerdmans Publishing Company.
Young, E. J. (1965). The Book of Isaiah: The English text, with Introduction, Exposition and
Notes, Volume 1. Grand Rapids, MI: William B. Eerdmans Publishing Company.

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