Está en la página 1de 1

Honorables personalidades que nos acompañan, distinguidas autoridades civiles y educativas, señores padres de familia y

compañeros alumnos.
Dirigirme a ustedes en nombre de mis compañeros es una responsabilidad grande pero también honrosa.
Al despedirme a nombre de los alumnos que hoy egresamos quisieran tener las virtudes de: pensar alto, sentir hondo y
hablar claro.
Hoy culmina una etapa más en nuestra formación y en nuestra vida; que a mi parecer es la introducción de lo que seremos.
Me da melancolía recordar a todos los que no se quedaron con nosotros. Empezamos demasiados y ahora somos unos
cuantos.
Aquí dejamos grandes momentos compartidos con nuestros compañeros, risas, juegos, discusiones y peleas que creíamos
importantes pero que ahora nos parecerán absurdas, Tuvimos desacuerdos, pero también supimos unirnos para una causa,
mejorar al grupo. Llevo tantos recuerdos de ustedes que me da miedo abandonar esta escuela, pero a la vez me emociona
saber que conoceré nuevas personas y tendré nuevos conocimientos.
Aprendimos mucho de cada uno de los profesores que logró soportarnos en estos años, y que a pesar de los regaños y lo
estrictos que eran algunos, logramos querer. A ellos debemos dar un gran agradecimiento, porque se preocupan siempre
por nuestro bienestar, porque fuéramos excelentes individuos llenos de valores, porque les causaba admiración los triunfos
que conseguimos y nos animaban para superarnos día a día, y que incluso, en algún momento se convirtieron en nuestros
confidentes, nos regalaron grandes palabras de apoyo y nos demostraron que confiaban en nosotros, ahora deben saber
que estamos orgullosos de ellos, por ser unos excelentes profesores.
Son muchos sentimientos encontrados porque aquí dejamos grandes lazos que trazamos con personas a las que ahora les
llamamos “amigos” e incluso “hermanos”, dejamos aquí la que llegó a ser nuestra segunda familia, porque a pesar que a
veces no fuéramos unidos, cuando se trataba de ayudar, encubrir y defendernos, ahí estábamos atentos.
Debemos saber que un número no nos define. Tenemos que buscar ser los mejores, y estar satisfechos con nosotros. Se
quedan tantos amigos y compañeros, que espero busquen quiénes son, sé que es patético no tener un sueño como los
demás, pero preocuparse no sirve de nada.
Nuestra mente es como árbol con muchas ramas: tristeza, frustración, felicidad, todo. Tendremos que pasar por mucho y
podarlas dolerá. Aunque hoy estemos tristes o perdidos, algún día finalmente seremos un árbol realmente hermoso.
Aún somos muy jóvenes y nos falta mucho por experimentar, aunque digan que la esperanza es una ilusión hay que tenerla
siempre y dar lo mejor de nosotros
Hoy nos toca abandonar esta amada escuela que nos acogió con tanta ternura y paciencia como solo una madre puede
hacerlo. No olvidemos de dónde venimos y convirtamos la expectativa en realidad.
Voy a extrañar a cada una de esas personas que marcó un lugar en mi corazón, y las recordaré por siempre, con ansias de
volverlos a encontrar en el camino y escuchar sobre todos esos grandes triunfos que han conseguido y de lo felices que se
sienten por haber llegado tan lejos, mientras tanto debemos continuar solos, crear nuevos vínculos y sobre todo disfrutar de
estar vivos y aprovechar las oportunidades que tengamos en frente.
Gracias a nuestros padres por otorgarnos el don maravilloso de la vida, por sus desvelos y sacrificios, por su ternura sin
límite, por ser justos, nobles y sencillos.
Gracias queridos compañeros y maestros por estos tres maravillosos años que he estado con ustedes.
Vayamos al encuentro de nuestro destino, vayamos al encuentro de nuestra vocación.
¡Felicidades, éxito y enhorabuena compañeros!

También podría gustarte