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Alianza
Alianza
La influencia de los dioses cananeos sobre el pueblo de Israel hace que la figura popular de
Yahvé se presta para desfigurar su imagen y para el abuso sobre la alianza, pues Dios queda
vinculado a las necesidades humanas. Dios es el proveedor del pueblo, entre ambos se crea
un vínculo de necesidad al grado que Dios y el puedo se necesitan mutuamente.
Esta nueva relación que se tiene con la alianza los conduce al olvido de los aspectos
ético-social de las exigencias divinas, y se agudiza el peligro de que el culto se degenerara
en opus operatum validando solo la magnificencia de la acción. En os siglos VIII-VII a las
acciones del hombre deben responder siempre los dones divinos, es una degradación legalista
que conduce al hombre a una contabilidad irrespetuosa de las obligaciones divinas. No
separar el desarrollo social del concepto de alianza los lleva a equipararlos y exponer a Yahvé
como aliado natural de la grandeza y el poder nacional.
Por otra parte, en el estrato sacerdotal del pentateuco nos encontramos con la idea de
alianza. Lo que primero llama la atención del observador es la tendencia a una definición
precisa, a la formulación exacta de la palabra y a la utilización sistemática del concepto:
1
EICHRODT, Walter, Teología del Antiguo Testamento. I. Dios y pueblo, Cristiandad, Madrid, 1975, p. 41-62.
propiedades todas que son características de la literatura sacerdotal en el sentido más estricto;
el berit no tiene como finalidad unas determinadas acciones humanas, sino que pretende crear
una auténtica comunión entre Dios y el hombre. Es la fuerza de la acción de Dios que quiere
comunicarse.
Más, el papel de los profetas se muestra principalmente como los opositores por
sistema a la exterioridad muerta de la acción religiosa y a la rutinización mecánica del
pensamiento religioso. Destacan la relación con Yahvé; ésa es la que echan de menos, y por
ello apremian con toda energía y pasión para que impere el sentido de honradez, de amor, de
entrega. Por eso al referirse, los profetas, a la situación de privilegio de Israel lo hacen por
medio de la salida de Egipto y no de la alianza sinaítica.
El designio salvador de Dios, llevado a cabo por el siervo de Yahvé, abarca también
a las naciones de la tierra; precisamente como mediador de la alianza, el ebed ha de ser la luz
de los paganos en cuanto que, a partir del nuevo pueblo de Dios, brillará sobre la tierra la ley
de Yahvé y las naciones se verán inducidas a un libre sometimiento, al orden divino en ella
revelada.
En resumen: la más sublime acción salvadora de Dios con Israel, su propia revelación
en vista a la comunión en una alianza descubre su último sentido más allá de los límites
terrenos, en una relación de comunión en la que la profundidad de la vida personal, la fuerza
de la vida nacional y la amplitud de la vida de la humanidad se ven igualmente remozados
por la presencia divina y consuman así el fin de la creación. 'Esto significa que en el berit el
hombre se ve vinculado a una acción de Dios que lo desnuda de todas las garantías terrenas
y le señala como único fin de su vida el futuro encerrado en la promesa divina.