Está en la página 1de 2

Momento de encendido de la vela mediante una oración

Señor estamos encendiendo esta luz, como aquella persona que enciende una lámpara
en la noche para poder salir y ver en la oscuridad la llegada de un amigo.

Esta es la primer semana de adviento en la cual me levantare para esperarte y poder


recibirte con alegría aunque muchas veces las situaciones no sean las que a uno le
agraden la felicidad tiene que acompañar tu llegada, las sombras y los halagos pueden
envolverme y adormecer pero nunca triunfaran.

Quiero ser un vigilante y estar despierto esperando tu llegada ya que me provocara luz en
mis ojos y en mis pensamientos dejando todo más claro pero además alegría y paz con
mayor profundidad.

Señor Jesús ven a mi para bendecir mi familia.

Entre todos oremos el padre nuestro con todos los integrantes seres queridos que te
reúnas.

Señor yo se que tu rostro resplandeciendo sobre nosotros nos hará salvos. Amén.
Adviento, tiempo de esperanza y penitencia
El Adviento (de la palabra latina, “ad-venio”, que significa “venida o llegada”) es la

celebración que marca la entrada de un nuevo Año Litúrgico cristiano. Es una época, como su

propio nombre indica, de preparación para la llegada (el nacimiento) del Niño Jesús, Dios hecho

hombre. El Adviento sirve como periodo de acondicionamiento para la Navidad, para que la

felicidad reine en cualquier familia como brilló en el corazón del padre y la madre del Jesús

cuando tuvieron a su hijo.

Es una nueva etapa del Año Litúrgico llena de esperanza, por la proximidad del Nacimiento de

Jesús, y de arrepentimiento de nuestros pecados y penitencia. El color litúrgico de este tiempo

es el morado como símbolo de penitencia. Todos los católicos debemos preparar nuestro

cuerpo y nuestra para la llegada del Cristo, el Salvador que llevará la palabra de Dios por el

mundo.

El Papa Francisco, en una de sus catequesis, invita a todos los católicos a que abran sus

corazones a los problemas de los demás. Cada persona debe convertir la solidaridad y la ayuda

a los menos favorecidos en una de sus costumbres, para ejercerla de modo ordinario, en el día

a día, sirviendo como ejemplo, como signo, de la verdad de la palabra de Dios. Rezar y trabajar

para que los cristianos que viven bajo el sol encuentren la solución a todos sus problemas de

manera individual y colectiva. Encomendarse a Cristo para que no haya líneas rojas entre

hermanos. Vivir una vida sin pensar en los recursos materiales si no en la espiritualidad que la

venida del Salvador conlleva.

El tiempo de Adviento marca el origen de un nuevo Año Litúrgico para todos los cristianos

católicos. Es un nuevo comienzo, Dios se hace hombre para traer la paz y la esperanza al

mundo. Cada familia, cada vida, cada hombre y cada mujer encuentra nuevos inicios bañados

por la luz que trae Cristo al mundo. La esperanza de una nueva vida que se confirmará durante

la celebración navideña cristiana.

También podría gustarte