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La reatribución de síntomas similares a los del SP

Los síntomas prototípicos del SP se caracterizan por ser muy inespecíficos; de hecho, muchos individuos que nunca
han sufrido un daño cerebral se quejan –sobre todo en períodos de mayor estrés– de problemas de cefalea,
irritabilidad, menor capacidad de concentración, etc. [66,67]. Así, por ejemplo, un estudio realizado con una
muestra de estudiantes como sujetos control [68], mostró que la prevalencia de estas quejas y síntomas aparecía en
la población general con la siguiente frecuencia: problemas de memoria (20%), falta de interés y motivación (36%),
irritabilidad (37%) y fatiga (28%).De modo paralelo, se ha observado que muchos pacientes con TCE leves tienden
a subestimar la presencia de estos síntomas en la etapa anterior al traumatismo, mientras que después del accidente
se producen dos fenómenos estrechamente relacionados: un incremento de las expectativas sobre la presencia de
alteraciones y un proceso de reatribución, por el que se considera que el TCE es responsable de todos los síntomas
premórbidos. Este reforzamiento circular de las expectativas puede explicar la persistencia de la sintomatología
posconmocional después de un TCE leve y por qué la frecuencia de este síndrome es inversamente proporcional
a la gravedad de la lesión cerebral [69]. Algunos autores [70]han llegado incluso a detallar la secuencia de las fases
en este proceso de reatribución: a) el estrés asociado al TCE provoca una respuesta psicofisiológica de
hiperactivación noradrenérgica; b) se produce una activación de los mecanismos deatención selectiva hacia estos
síntomas y los previos; c) la ansiedad y la atención selectiva producen un incremento en la intensidad subjetiva de
los síntomas; y d) como consecuencia de todo este proceso se desencadena una nueva hiperactivación
psicofisiológica produciéndose así un ‘circulo vicioso’ que facilita la perpetuación de la sintomatología.
Respecto a las técnicas neurofisiológicas y de neuroimagen hay que reconocer, en primer lugar, que la utilidad del
electroencefalograma es muy limitada por su baja sensibilidad y especificidad ante este tipo de trastornos [10].
Diferentes investigaciones han mostrado la presencia de disfunciones en el registro con potenciales evocados, pero
a pesar de los optimistas resultados ofrecidos por algunos autores [78], otros trabajos señalan que su valor
predictivo es muy pequeño para predecir tanto los déficit neuropsicológicos un mes después del accidente como
otros síntomas posconmocionales a los 6-12 meses desde el traumatismo [79].

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