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CIBERBULLYING:

El ciberbullying o ciberacoso es el uso de medios digitales (smartphones, Internet


o videojuegos online, por ejemplo) con la intención de acosar psicológicamente a
terceros. Sin embargo, para tratarse de ciberbullying, hay que tener en cuenta
que:

 El acoso o bullying se da entre iguales: jóvenes, niños, adolescentes; el


agresor y la víctima del acoso tendrán la misma edad y compartirán un
contexto social.
 No se trata de acoso o abuso sexual, ni intervendrán en el ciberacoso
personas adultas, pues, en este caso, estaríamos hablando de otro tipo de
delito.

El Observatorio INTECO, dedicado a estudiar nuestra relación con las nuevas


tecnologías de la información y la comunicación (TIC) define el ciberbullying como:
acoso entre iguales en el entorno TIC, e incluye actuaciones de chantaje,
vejaciones e insultos de niños a otros niños.

Desde Ayuda en Acción, consideramos que esta última definición es muy


interesante porque nos ayuda a entender qué es y qué no es el ciberbullying, y
cómo este puede ir hacia casos de acoso directo.

La mayoría de los casos de ciberbullying tienen tres rasgos comunes que agravan
este acoso en redes sociales, chats, correos electrónicos o videojuegos:
anonimato, falta de percepción del daño causado y roles imaginarios en digital. No
obstante, antes de entrar a hablar sobre las principales características, intentemos
equiparar el ciberacoso a una versión digital del bullying, y comprendamos que,
además, es posible que muchos acosadores no solo hostiguen a las víctimas en
un contexto social —el instituto donde estudian, el barrio donde viven, el trabajo
que comparten—, sino que este se extienda ese acoso hacia el espacio digital. El
caso contrario —el paso del ciberbullying al bullying— es posible, y se han
detectado casos, aunque menos habitual.

La psicología entiende al acosador como un depredador moral cuyo objetivo nace de la


presencia de profundos sentimientos de inadecuación personal y profesional en el
inconsciente —lo que solemos conocer como complejo de inferioridad—. En lugar de
aumentar su propia autoestima, el acosador reacciona ante cualquier persona o situación
que pueda recordarle que él está mal, ridiculizando, humillando o criticando a sus víctimas.
Aunque esta definición podría servirnos para el acoso en las escuelas también, agregar las
TIC supone varios contratiempos que aumentan aún más la gravedad del ciberacoso.
Esto son:
1. El anonimato, o posible anonimato, ofrece una situación de ventaja
estratégica al acosador y una mayor indefensión a las víctimas; sobre todo
cuando se dan graves casos de chantaje o sexting.
2. La falta de una percepción directa del daño genera puede generar un
ciberacoso mucho más agresivo y violento psicológicamente, en el que,
además, la empatía del acosador se vuelve casi inexistente por la
invisibilización de la otra persona en Internet.
3. La posible adopción de roles imaginarios en la red también puede
fortalecer el poder del acosador y medrar la autoestima de la víctima.

Una vez sabemos qué es y de dónde surge el ciberbullying, debemos tener


presente que la realidad en este tipo de acoso es compleja. Según Parry Afta,
abogada especializada en privacidad y seguridad en Internet: el ciberacoso es el
riesgo más frecuente para los niños. Sus roles son móviles, y un menor que ha
sufrido ciberacoso también puede ejercerlo, incluso durante un mismo incidente.
Pero lo peor de todo es que, a menudo, el agresor no comprende su papel ni se ve
como abusador.

Así pues, la información es un arma imprescindible para frenar el acoso digital


y evitar también el bullying en las escuelas: la iniciativa Pantallas Amigas, que
apuesta por un uso seguro y sano de Internet, RRSS, móviles y videojuegos, ha
lanzado proyectos pioneros contra el Cyberbullying y el Sexting, que representan
dos de los grandes riesgos del acoso en digital.

Sin embargo, conocer algunas de las formas en las que se manifiesta el


ciberbullying puede ayudarnos a prevenirlo, sin obviar que no hay un único
contexto y que el ciberacoso puede suceder en un videojuego como Minecraft, en
una red social como Facebook o en los comentarios de un blog personal.

1. Crear perfiles falsos para ridiculizar, acosar o confesar en primera


persona experiencias personales verdaderas o falsas de la víctima, así
como acontecimientos personales, demandas de contacto sexual, o
similares.
2. Hackear o robar la contraseña de correo electrónico de la víctima, leer sus
correos violando su intimidad y utilizar el acceso al mismo para usurpar su
identidad o utilizar información confidencial.
3. Propagar rumores en foros o redes sociales; provocar a la víctima para que
esta reaccione de forma violenta y denunciarla ante los responsables de un
foro, un chat o un videojuego.
4. Enviar mensajes amenazantes por correo, WhatsApp o redes sociales
aprovechando el anonimato, agobiando y acosando a la víctima.
5. Subir a Internet fotos reales o fotomontajes para avergonzar públicamente o
perjudicar a la víctima.
CIBERACOSO:
El ciberacoso es el acoso que tiene lugar en dispositivos digitales, como teléfonos
celulares, computadoras y tabletas. El ciberacoso puede ocurrir mediante
mensajes de texto, textos y aplicaciones, o bien por Internet en las redes sociales,
foros o juegos donde las personas pueden ver, participar o compartir contenido. El
ciberacoso incluye enviar, publicar o compartir contenido negativo, perjudicial,
falso, o cruel sobre otra persona. Esto puede incluir compartir información
personal o privada sobre alguien más, provocándole humillación o vergüenza.
Algunos acosos por Internet pasan a ser un comportamiento ilegal o criminal.

Los lugares más comunes donde ocurre el ciberacoso son:

 Redes sociales, como Facebook, Instagram, Snapchat y Twitter.


 SMS (servicio de mensajes cortos), también conocidos como mensajes de
texto, enviados a través de dispositivos.
 Mensajería instantánea (a través de dispositivos, servicios de proveedores
de email, aplicaciones y funciones de mensajería de las redes sociales).
 Email.

Con la prevalencia de las redes sociales y los foros digitales, personas


conocidas y desconocidas pueden ver comentarios, fotos, publicaciones y el
contenido que se comparte. El contenido que comparte una persona en
Internet, tanto contenido personal como cualquier contenido negativo, cruel o
perjudicial, crea una especie de registro público permanente de las vistas,
actividades y comportamientos. Este registro público puede ser visto como una
reputación en Internet, a la que pueden acceder las escuelas, empleados,
universidades, clubes, y todo aquel que realice una investigación de una
persona ahora o en el futuro. El ciberacoso puede dañar las reputaciones en
Internet de las personas involucradas, no solo de la persona que sufre acoso,
sino también de aquellas que acosan o participan en el acoso. El ciberacoso
tiene inquietudes únicas que pueden ser:

 Persistentes: los dispositivos digitales permiten la comunicación inmediata


y continua las 24 horas del día, por lo que puede ser difícil hallar alivio para
los niños que sufren acoso.
 Permanentes: la mayoría de la información que se comparte
electrónicamente es permanente y pública, si no se reporta o elimina. Una
reputación en Internet negativa, incluso para los acosadores, puede tener
un impacto en las admisiones a la universidad, los empleos y otras áreas de
la vida.
 Difíciles de notar: es posible que los maestros y padres no hayan oído
sobre o visto ocurrir el ciberacoso, por lo que es más difícil de reconocer.
Si bien todos los estados cuentan con leyes que obligan a las escuelas a
responder ante el acoso, muchos estados no incluyen al ciberacoso en estas leyes
o especifican el papel que deberían desempeñar las escuelas para responder ante
el acoso que se produce afuera de la escuela. Las escuelas deben tomar medidas
como lo exige la ley, o con normas escolares o locales que les permitan disciplinar
o actuar de otra manera. Además, algunos estados tienen disposiciones que
abordan el acoso si afecta el rendimiento escolar. Puede conocer las leyes y
políticas de cada estado, incluso puede ser si contemplan el ciberacoso.

Existen dos fuentes de datos recopilados por el gobierno federal acerca del acoso
entre jóvenes:

 El Suplemento de delitos escolares 2017 (Centro Nacional de Estadísticas


Educativas y Oficina de Estadísticas Judiciales) indica que, entre alumnos
de 12 a 18 años que manifestaron haber sido víctimas de acoso en la
escuela durante el año escolar, el 15% de ellos fueron acosados en línea o
mediante mensaje de texto.
 El Sistema de Supervisión de Conductas Juveniles Peligrosas de 2017
(Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades) indica que
alrededor del 14.9% de los alumnos de escuelas secundarias sufrió
situaciones de acoso electrónico en los 12 meses previos a la encuesta.

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