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Querida comunidad:

Hace un año, en estos mismos asentamientos de desplazados,


en plena campaña a la Presidencia de la República,
tuve la oportunidad de expresar unas ideas sobre este grave tema
a todos nuestros compatriotas.

Regresamos en la misma fecha, con los mismos ciudadanos y con


los mismos problemas, a poner en marcha una política:
bajo las manos, probas y firmes del doctor Luis Alfonso Hoyos,
la Red de Solidaridad tiene el deber de atender el problema del
desplazamiento en Colombia.

Nuestro primer propósito es una política firme de


seguridad que proteja a los campesinos y empresarios del campo.
No podemos permitir que los grupos violentos sigan sometiendo a
nuestros agricultores. Nos hemos propuesto la tarea de regresar
30 mil familias de desplazados, con apoyo en subsidios de vivienda,
con apoyo de proyectos productivos y acompañamiento oficial.

El número es muy bajo porque tenemos en la Patria, aproximadamente,


dos millones de desplazados, pero sí este experimento
avanza y avanza bien, puede marcar el camino hacia la solución
del problema.

Y nos corresponde ayudar a las comunidades a mejorar su infraestructura,


a resolver el problema de la vivienda, el de la educación
y el de la salud, para aquellos desplazados que finalmente, por
diversas razones, no regresen a sus lugares de origen.

Esta mañana hemos dado unos buenos pasos en esa dirección:


la cofinanciación nacional va a ayudar muchísimo
a la alcaldía de Valledupar, al señor Alcalde, doctor
Elías Ochoa, a avanzar en la construcción de infraestructura
en estos asentamientos.

Confiamos, señor Alcalde, poder ayudar a Valledupar para


que resuelva definitivamente el problema de vivienda en estos
barrios y para culminar el traslado de quienes viven en la zona
de alto riesgo del río Guatapurí.
Las necesidades de la Nación en materia de recursos son
muchas, pero, ahí estamos haciendo un gran esfuerzo para
poder financiar esta inversión.

Quiero celebrar –también- los acuerdos de veeduría


comunitaria impulsados por Findeter. La vigilancia del pueblo
es el gran remedio contra la corrupción.

¡Nada gana la Nación al cofinanciar obras, si el


dinero se esfuma por la corrupción! Nosotros tenemos que
librar una batalla, de noche y de día, contra la corrupción.

Convoco al pueblo a que siga el ejemplo


de estos barrios de Valledupar y en todas partes de la Nación se constituyan las
veedurías
comunitarias.

¡Que no haya contrato del Estado sin veeduría comunitaria,


para que con la vigilancia popular, con la presencia diligente
del pueblo, derrotemos la corrupción que tanto daño
le ha hecho a la Nación colombiana!

He querido venir este 31 de diciembre a cumplirle a los desplazados


de estos barrios, lo hablado con ellos hace un año. Cumplir
es una tarea fundamental del Gobierno para recuperar la credibilidad
en las instituciones.

Al dar el Feliz Año a todos aquellos ciudadanos que trabajan


en el Gobierno, en el nivel nacional, en los niveles departamental
y municipal, quiero invitarlos a que todos los días hagamos
esfuerzos adicionales de trabajo para cumplir a los colombianos.

¡
Un pueblo con tanto desempleo, con tanta hambre, con tantas dificultades,
no puede tener a sus gobernantes con indiferencia ni con pereza! ¡Los
gobernantes tenemos que dar ejemplo de diligencia, tenemos que
dar ejemplo de pundonor para cumplir!

Hay que leer el Manifiesto Democrático todos los días,


los 100 puntos que nos obligamos con los colombianos y ponernos
las espuelas a nosotros mismos para cumplirle a nuestra Patria,
para bien de la credibilidad democrática.
Quiero, en este grato escenario de Valledupar, hacer unas reflexiones
sobre la Nación. Hay un gran propósito nacional
que es derrotar la violencia, ese propósito tiene que
ser inclaudicable.

Cuando los colombianos se pueden trasladar


por las carreteras, gozan la Patria, la descubren de nuevo, aprecian
su diversidad,
su belleza, sus posibilidades. Una Nación con 44 millones
de habitantes, con estos recursos naturales, con la hospitalidad
de sus ciudadanos, tiene en el turismo un gran potencial para reactivar
la economía, para inducir el crecimiento.

Si restablecemos plenamente el turismo interno y tenemos la capacidad


con la persistencia en la política de Seguridad, de convocar
el turismo internacional, Colombia va a tener en ello un gran
factor de generación de empleo.

La República Dominicana con 3.5 millones de turistas,


Cuba con cerca de 2 millones de turistas, Costa Rica con más
de un millón de turistas, son naciones que nos dan ejemplo
de cómo el turismo ayuda a generar empleo, a mejorar el
ingreso del pueblo.

El turismo depende, en Colombia, de un


elemento: Seguridad. Por eso nosotros no podemos aflojar el brazo,
hay que rescatar la seguridad
en todas las carreteras y en todos los destinos turísticos
de la Patria para generar empleo.

¡
Cómo da de gusto ver a la señora que vende hamacas
en San Jacinto, decir que después de ocho años
pudo volver a vender hamacas en la carretera, porque regresaron
los turistas!

¡
Cómo da de gusto constatar las carreteras del Cesar llenas
de vehículos, constatar un ciento por ciento de ocupación
hotelera en Santa Marta, en Cartagena, las casas – hoteles
de los campos quindianos, repletas de turistas!
Y ahora, nos tenemos que aplicar para que
en el festival que empieza en estos primeros días de enero, en Pasto, miles de
colombianos
se vuelquen a ese bello departamento que es Nariño, a hacer
turismo y a generar empleo.

Quiero, además, hacer otras reflexiones al oído


de todos mis compatriotas desde esta amable Valledupar: la seguridad
es un factor esencial, sin la seguridad no hay administración
en la agricultura, sin la seguridad no hay tranquilidad para
el campesino, sin la seguridad no hay confianza para el inversionista,
sin la seguridad no recuperamos la economía.

Pero el manejo económico tiene 5 elementos adicionales:


la reducción del gasto, el aumento de los ingresos, la
reforma de la administración, la reactivación de
la economía y la política social.

Colombia tiene que disminuir el gasto burocrático. Si


nosotros no derrotamos el clientelismo, si no derrotamos el derroche,
el país jamás tendrá recursos para construir
las viviendas de los sectores populares.

¡Hay que escoger: o financiamos la


agricultura o derrochamos la plata en el clientelismo!

¡ Hay que escoger: o financiamos la salud o permitimos que el Estado


colombiano siga derrochando sus escasos recursos!

El control de gasto es una necesidad y


empieza con el Referendo. El Referendo no va a ser la solución de todos lo
problemas
colombianos, pero es un paso en la dirección correcta. El
Congreso de la República, que de acuerdo con el Censo, hoy
debería tener más de 340 congresistas, aceptó que
el número en el futuro sea de 218, congelado. Esto es, que
no pueda crecer de acuerdo con el crecimiento poblacional.

Si bien nosotros habíamos propuesto, inicialmente, que


el número estuviera entre 150 y 165, el paso que ha dado
el Congreso es bueno porque hay que demostrar austeridad desde
los niveles superiores del Estado.
Ese Referendo congela los gastos de funcionamiento por dos años.
Solamente excluye de esa congelación las pensiones y los
salarios de valor inferior a dos salarios mínimos legales
vigentes.

Ese Referendo congela el salario del Presidente de la República,


de los Congresistas, de los altos funcionarios, de los altos
magistrados, por cuatro años para dar ejemplo.

Ese Referendo avanza en la eliminación de los privilegios


pensionales. Los próximos ex presidentes de Colombia –incluido
mi caso- no tendrán privilegios pensionales, para poder
darle mayor credibilidad popular a nuestra democracia.

Ese Referendo orienta los recursos de las regalías, fundamentalmente,


a la educación y al saneamiento básico –porque
las regalías muchas veces se han perdido por auxilios
parlamentarios, se han manejado con criterio de escopeta de regadera.
Se le ha apuntado a todo y no se ha hecho obra importante.

Creo que el país, con un buen manejo sostenido en el tiempo


de las regalías, puede lograr una gran Revolución
Educativa.

Ese Referendo acaba las contralorías y las personerías


que salvo, honrosas excepciones, son focos de clientelismo local.
Para defender la Asambleas y los Concejos hay que quitarles los
confites clientelistas que son las personerías y las contralorías
y así lo ha aprobado el Congreso de la República
en la ley del
Referendo.

Para que los Concejos y las Asambleas se dediquen a administrar


y hacer control político, como lo manda la Constitución
y se olviden de las peleas clientelistas, que son atraídas
justamente por la elección de esos funcionarios y por
el reparto de la cuotas burocráticas. Y ese dinero deben
llevarlo, fundamentalmente a educación, los departamentos
y los municipios.

Y ese Referendo obliga al voto público para que los colombianos


sepan cómo votan sus congresistas.
Y ese Referendo trae la muerte civil de
los corruptos para que no puedan volver al Estado ni por nombramiento
ni por elección
ni por contrato.

Colombia se apresta a concurrir a un Referendo que no es populista,


es de mucha responsabilidad. En un país con hambre y con
desempleo, proponer una congelación de los gastos de funcionamiento
del Estado por dos años, implica una gran responsabilidad
popular para aceptarla. Pero el pueblo colombiano le va a dar
al mundo, una demostración de madurez, de responsabilidad,
de sentido de pertenencia con el futuro de su Nación.

En este 31 de diciembre, invito a mis compatriotas


a pensar en el Referendo, como un acto de compromiso de cada
ciudadano con
la construcción de un país mejor.

Invito a mis compatriotas a pensar en el Referendo, como una responsabilidad,


no para obtener prebendas individuales sino para avanzar en el
mejoramiento del colectivo nacional.

El segundo punto de la política económica es el


incremento de los ingresos del Estado. Hemos dado dos pasos:
el impuesto de conmoción para la Seguridad Democrática –que
se cobra por una sola vez- y la Reforma Tributaria.

Indudablemente que la Reforma Tributaria tiene aspectos incómodos.


No es bueno pagar más impuestos.

Tengo que decirle al pueblo muy claramente,


que parte de los artículos
de la canasta familiar van a pagar un IVA del 7 por ciento y en
2 años toda la canasta familiar y todos los bienes y servicios
van a pagar un IVA del 2, no del 16 sino del 2.

Y les hemos aumentado a los empresarios


el impuesto de renta y les hemos quitado beneficios en deducciones
de prediales, de impuesto
de industria y comercio y sobre ellos recargamos ese gran esfuerzo
del impuesto de conmoción. Todos vamos a pagar impuestos.
Los países que mayor nivel de capital social han construido,
son aquellos en los cuales todos los ciudadanos pagan impuestos.
Cuando todos los ciudadanos pagan impuestos, todos los ciudadanos
se preocupan por la marcha de su Estado, todos se interesan en
vigilar que los recursos no se los roben. Ya, el ciudadano que
pagó impuestos, sabe que lo que le va a dar el Estado,
no es por liberalidad, no es por gratuidad, es para compensarle
el haber cumplido su obligación de tributar.

Cuando la Nación le traiga aquí, un apoyo a los


desplazados en el futuro, eso no va a ser un regalo, va a ser
porque ellos están pagando el IVA, así sea pequeño,
del 2 por ciento, en cualquier producto que compran.

Algunas personas dicen que eso es malo, que es regresivo, que


cómo se le va a cobrar a esos productos; vamos a cobrarle
un poquito. Los impuestos hoy, no hay que pensar para que sean
progresivos, dónde se originan, sino cómo se gastan.

El ideal es que en el origen todo el mundo contribuya a pagarlos


y que en el gasto favorezcan a los sectores populares. Es lo
que tiene que hacer Colombia.

Tenemos pues, unos años de experimentación tributaria,


difíciles, pero si esa platica la gastamos bien, la Nación
sale adelante.

El tercer punto es el de la Reforma de la Administración


Pública. Nada ganamos si ponemos a los colombianos a pagar
más impuestos y continúa el derroche y la corrupción.
Se perdería esta reforma tributaria. Por eso hay que hacer
una tarea, sin tregua, para derrotar la corrupción y hay
que reformar profundamente el Estado.

Vamos a ejercer esas facultades que nos


entregó el Congreso,
con toda la voluntad, para introducir una profunda reforma al Estado.

Los municipios han tenido que reformarse por la ley 617, han
tenido que reformarse los departamentos por la ley 617 y la Nación
no se reforma. Para dar ejemplo, esa reforma ha empezado por
la supresión de muchas embajadas y consulados y ha empezado,
por una reducción sustancial de gastos en la Presidencia
de la República.

Esta mañana le decía, a ese distinguido joven del


Cesar, el doctor Faruk Urrutia –alto funcionario del Seguro
Social-: el Seguro Social hay que sostenerlo, mejorarlo, lo que
no puede, esa entidad, es seguir perdiendo miles de millones
de pesos al año.
En la última adición presupuestal, en lugar de
dedicarla a vivienda, en lugar de dedicarla a educación,
la tuvimos que dedicar a costearle pérdidas al Seguro
Social, del orden de 575 mil millones de pesos.

¡
Vamos a defender esa entidad, pero hay que eliminarle a esa entidad,
todos los factores de destrucción de recursos, para que
sea sostenible y le sirva bien al pueblo colombiano!

Déjenme hacer una anotación filosófica:


este Gobierno no ha propuesto una ola privatizadora, pero sí se
ha comprometido a recuperar la sostenibilidad de las empresas
del Estado.

¡Nosotros no vamos a privatizar el Seguro, pero hay que


rescatarlo y para rescatarlo tiene que ser eficiente y tiene que
ser austero y todo el mundo tiene que hacer sacrificios y el sindicato
nos tiene que ayudar con la reducción de costos y la clase
política nos tiene que ayudar con su comprensión,
para entender que el Seguro no puede ser para colocar recomendados,
sino para tener una empresa estatal, austera que le sirva bien
al pueblo colombiano!

Hace pocos días le dije al sindicato de Ecopetrol: Ecopetrol


maneja una actividad estratégica del petróleo,
no vamos a privatizar Ecopetrol, pero tienen que ser sostenible,
el sindicato nos tiene que ayudar a reducir costos para garantizar
a futuras generaciones de colombianos, la sostenibilidad de Ecopetrol.

¡
Nosotros no vamos a eliminar a Telecom! Se necesita la opción
pública en las telecomunicaciones, lo que ha ocurrido
internacionalmente demuestra que no todo se puede privatizar,
que no todo se puede entregar al mercado porque en el mercado
hay fallas, que hay que tener empresas del Estado que sean opciones
para el público, que sean instrumentos para defender a
los más débiles, pero esas empresas hay que manejarlas
bien.

¡
Telecom hoy es insostenible, para recuperarla, hay que hacer
un gran esfuerzo de reducción de costos, de ampliación
de servicios! Ese es un punto bien importante, que quiero reclamar
hoy, de la reflexión de todos mis compatriotas: el mantenimiento
del Estado necesita la sostenibilidad de sus instituciones, de
sus empresas.

Esa Reforma Administrativa tiene sacrificios:


va a salir un número
importante de personas del Gobierno Nacional, pero, ¿cómo
van a salir?: agradezco al Congreso que la Reforma Administrativa
nos dio la facultad de pagarle a esas personas una bonificación
hasta por un año, para que esas personas, al salir, reciban
parte de su salario como bonificación, mes a mes, durante
un año, con la única condición de que estén
estudiando. Eso puede ayudar muchísimo.

Y además habrá un retén social para proteger


la estabilidad laboral en el Estado, de la madre cabeza de familia
sin alternativa económica, del discapacitado y de quien
esté próximo a jubilarse.

Y el énfasis se hará con las vacantes que dejen


quienes se jubilen, para no reemplazarlas.

Señoras, cabeza de familia que recibieron las escrituras, ¿para


qué tenemos que hacer la Reforma al Estado?: para ahorrar
platica y para poder entregarle escrituras, bien respaldadas, de
casitas decentes a sectores populares de la Patria que todavía
no tienen vivienda social.

Lo que tenemos que pensar es ¿en qué va a gastar


el Estado?, ¿en unas entidades estatales costosísimas
o en la vivienda social?, ¿en exceso de embajadas o en salud?
Vamos a hacer esa Reforma Administrativa profunda.
Y esta el elemento de la reactivación económica,
para el cual es importante la tasa de cambio, la tasa de interés,
los estímulos tributarios.

Hace seis semanas, el Gobierno dictó un decreto para eliminar


el arancel a la maquinaria de importación. Maquinaria que
hoy se importa y que no se produzca en el país, no paga
arancel. Eso ayuda a reequipar los sectores productivos.

Y la Reforma Tributaria tiene más de 10 puntos, muy importantes


para reactivar la economía. Por ejemplo, la madera, que
tendrá un proyecto piloto en el Cesar queda exenta en
la reforma tributaria, eso es un gran atractivo.

Los nuevos hoteles quedan exentos durante


30 años, la remodelación
de hoteles queda exenta, las empresas de turismo ecológico
quedan exentas, la maquinaria que se adquiera en el país
o se importe se le devolverá la totalidad del IVA. Si esa
maquinaria es para una empresa altamente exportadora, simplemente
en el momento de la nacionalización no se le cobrará el
IVA y eso tiene que ayudar mucho a reequipar los sectores productivos,
para generar empleo.

Los productos provenientes de la investigación colombiana,


como medicamentos y otros, no van a tener impuestos para fomentar
la ciencia, para fomentar la investigación.

Vamos a impulsar el alcohol carburante, de caña, de yuca.


Esos alcoholes quedan totalmente exentos de impuestos, van a
ayudar a generar mucho empleo, tienen un gran significado ecológico.
Aspiramos que en los próximos años, los combustibles
fósiles, la gasolina, tengan una mezcla importante de
estos alcoholes biológicos, lo cual ayuda a generar empleo
y ayuda a controlar los factores de contaminación.

Quedan exentas las inversiones en unos instrumentos que se llaman


titularizadores. Lo que se invierta en titularización
para financiar vivienda queda exento, lo que se invierta de titularización
para financiar reforestación queda exento. En fin, definimos
con el Congreso unas exenciones que nos ayudarán a reactivar
la economía. Exenciones en las cuales creemos muchísimo.
Y el otro elemento es el de la política social. Allí aparece
la vivienda, donde se junta la reactivación con la política
social.

Además de ir avanzando –no con la velocidad que quisiera,


no por falta de recursos- en la política de subsidios de
vivienda social, el 15 de enero empiezan los créditos a
la clase media colombiana, hasta por 40 millones de pesos, asegurados
en inflación para acelerar la construcción de vivienda.
Creemos que eso va a ser de gran importancia. Fogafin quedó autorizado
por otra ley, recientemente aprobada, que es la ley del Estatuto
Financiero.

Y confiamos, con las leyes que se han aprobado,


lo que está en
el Estatuto Financiero que le da a los bancos la posibilidad de
entregar vivienda en leasing con opción de compra y con
la aprobación de la ley del nuevo procedimiento ejecutivo
hipotecario más ágil, que se impulsen unos acuerdos
entre los bancos y deudores morosos, para poder ir superando ese
problema que afecta a los bancos y que afecta a 218 mil familias
que tienen su vivienda en riesgo de perderse por la morosidad en
el pago de sus deudas hipotecarias.

Ya hemos avanzado en 78 mil cupos de restaurantes escolar en


las zonas de rehabilitación. Nuestra meta es que 500 mil
niñitos, adicionalmente a los que encontramos el 7 de
agosto (de 2002), puedan recibir apoyo de nutrición en
las diferentes ciudades colombianas. Ese es un punto bien importante
de la política social.

Confío que la política agropecuaria se tiene que


ir recuperando. Tenemos una gran ilusión de ver, el año
entrante, sembrados los primeros arbolitos en el Cesar. Como
lo decía el señor ministro de Agricultura (Carlos
Gutavo Cano): esta tierra es prodigiosa, aquí hay 300
mil hectáreas óptimas para sembrar arbolitos.

Grábense estas cifras en la cabeza: Chile exporta más


de 3 mil millones de dólares al año en madera y
comparando Chile con Colombia ¿qué ocurre?: Colombia
está cerquita de toda parte: ustedes está en el
corazón del Caribe, se cruza el Canal de Panamá y
tenemos a Asia al frente, Europa está muy cerca. En el
mapa miramos que Chile está en el extremo sur de nuestra
América, lejos de toda parte, sin embargo, exporta 3 mil
millones de dólares al año en madera. En Chile,
una hectárea produce 12 metros cúbicos de madera
al año.

El Cesar, puede producir 25, más del doble, pero en el


Cesar no exportamos madera. Estamos cerquita de toda parte y podemos
producir todas las madera y velozmente. Hay que avanzar en eso.
Ahí se la va a jugar FINAGRO con 20 mil millones de pesos,
gracias a una nueva ley que le permite a FINAGRO participar allí con
capital de riesgo.

Confiamos que este experimento le muestre


a los colombianos, desde el Cesar, una gran posibilidad económica: la siembra de
madera, que no todo lo tenga que hacer el Estado, que estas 10
mil hectáreas sean un punto de referencia, un factor de
jalonamiento. Tenemos ahora un obstáculo que es la falta
de las plántulas.

Tenemos confianza que a medida que, los


inversionistas se entusiasmen con el tema, crezca mucho la oferta
de almácigo en el país
y que el país pueda tener rápidamente, en los próximos
años, 300 mil hectáreas de madera comercial. El Estado
tiene que crear condiciones, pero el gran esfuerzo lo tendrán
que hacer los particulares.

En fin, tenemos muchas dificultades, mucha pobreza, mucha violencia,


mucho desempleo pero trabajando y trabajando de buena fe, vamos
a salir adelante.

Quiero, desde aquí, saludar a todos mis compatriotas en


este 31 de diciembre. Saludar a los 2 millones de desplazados
de la Patria, expresarles –nuevamente- nuestra solidaridad.

Quiero saludar a todas las viudas y huérfanos


de la violencia, decirles que tenemos arriesgado nuestro pellejo,
sin vacilaciones,
comprometida nuestra alma, sin dubitaciones, para devolverle a
los colombianos la paz y la tranquilidad.

¡
Aquí no hay vacilaciones, aquí hay un norte! ¡Vamos
por la seguridad para que los colombianos puedan volver a vivir
en paz!

Están abiertas todas las puertas para el diálogo.


Quisiéramos el diálogo, pero está tomada
una decisión de manera resuelta: la paz o a través
del diálogo o a través de la autoridad. Si los
grupos violentos dialogan y negocian, con ellos llegaremos a
acuerdos, sino convoco al pueblo colombiano a persistir hasta
que derrotemos al último de los violentos para devolverle
la ilusión a esta Nación.

Quiero expresar, desde Valledupar, mi gratitud a cada uno de


los soldados y policías de Colombia.

A esta hora, mientras hay muchos colombianos


en las playas de Santa Marta y de Cartagena, en las fincas del
Cesar, en su descanso
en las fincas del Quindío, en su descanso merecido, contribuyendo
a generar empleo; mientras muchos colombianos se desplazan alegremente,
con sus familias, por las carreteras de la Patria contribuyendo
a generar empleo, hay miles de soldados y policías a la
vera del camino, con la mirada al sol, haciendo un enorme sacrificio
por devolverle a los colombianos su Patria, la posibilidad de quererla,
de conocerla y de gozarla.

Desde Valledupar, a cada uno de los policías y soldados,


apostados en los diferentes puntos de la carreteras de la Patria,
apostados en la selva, en las zona de conflicto, en nuestras
ciudades, ¡un saludo de compatriota, un saludo de afecto
y una convocatoria a los colombianos: para ganar la paz tenemos
que querer y acompañar a nuestra Fuerza Pública! ¡Nuestra
Fuerza Pública tiene que ser nuestro gran aliado!

¡
Compatriotas: todos a romper vínculos con la guerrilla
y los paramilitares!
¡Todos a perderle el miedo a la guerrilla y a los paramilitares
y a ganarle cariño, apoyo, confianza y acompañamiento
a los soldados y a los policías de la Patria!

Nada más importante para recuperar el imperio de la Constitución,


el derecho a pensar diferente, el derecho a invertir y a trabajar,
que apoyar nuestra Fuerza Pública para que haya seguridad.

Quiero agradecer al Congreso de Colombia, hoy por intermedio


de los congresistas del Cesar, la tarea que realizaron: aprobaron
una cantidad de leyes de gran importancia, lo hicieron sin condicionamientos
clientelistas, sin auxilios parlamentarios, trabajaron con dedicación.

Cuando el Congreso trabaja así, los colombianos recuperan


su credibilidad en el Congreso y creer en el Congreso es una
necesidad para que se recupere la credibilidad en las instituciones.

Los congresistas tienen el deber de devolverle,


plenamente, a Colombia la confianza en su institución
congresional que es la esencia de la democracia. Muchas gracias
al Congreso de la
Patria.

Quiero agradecer a todos los organismos de justicia y de control,


hoy representados aquí por este ilustre vallenato, el
señor Procurador General de la Nación, el doctor
Edgardo Maya Villazón, sus esfuerzos para que se restablezca
en Colombia el imperio de la justicia, para que Colombia derrote
la corrupción. Muchas gracias señor Procurador.

¡
Compatriotas: ninguno de nosotros, solo, puede hacer milagros,
pero todos unidos, haremos todos los milagros que se requieren
para que esta Nación salga adelante!

A pesar de que esta noche muchos se emparranden, que todos se


levanten tempranito mañana.

Yo le dije a Jerónimo, el hijo mío, que tiene una


fiesta y me dijo que iba a llegar a las 6 de la mañana y
le dije: pues te tragó la tierra porque te voy a llamar
a las 7 a trotar. ¡Hay que empezar el año trabajando,
hay que empezar el año pidiéndole a Dios que nos
dé energías para sacar a este país adelante!

Que los que estén muy contentos y amanezcan por ahí en


las playas, empaten y entonces pasen de la última luz,
de la última oscuridad de la madrugada a la primera luz
del día a pensar, a reflexionar en Colombia, a trabajar
por Colombia, para sacar esta Patria adelante.

Uno encuentra pueblos del mundo ilusionados. ¡Los americanos


se ilusionaron con su sueño americano! ¡Los chilenos
se ilusionaron con su democracia! ¡Los pueblos europeos
con su Unión Europea! ¡Los asiáticos se aplicaron
con ilusión a salir adelante después de la Segunda
Guerra mundial!

¡
Nosotros no podemos dejar que Colombia sea la excepción! ¡Con
trabajo, con amor por esta Patria –lo que le ha hecho falta
a esta Patria es que la amemos, que la amemos…-, con amor a
esta Patria, la vamos a sacar adelante!

Todos los colombianos, con ilusión, amando la Patria,


trabajando por la Patria y el Gobierno sin fallar, pidiéndole
a Dios que no nos deje equivocar, el Gobierno trabajando con
aplomo, con austeridad, con honradez y con eficiencia. El sector
privado produciendo, todos madrugando una horita más,
trabajando media horita más en la noche, todos, todos –a
Dios rogando y con el mazo dando-, vamos a sacar esta Patria
adelante.

A todos, a las familias de todos mis compatriotas, a todos los


que vivimos en este hermoso suelo de Colombia, a todos nuestros
compatriotas: Feliz Año 2003. ¡Que Dios nos ayude
a amar más a Colombia y a servirla bien para que esta
Nación sea grande como lo exigen las nuevas generaciones!

Esta mañana acá en Valledupar, tuve el privilegio


de ser el padrino de Susana y cuando la bautizaban tenía
en mi mente esta reflexión: qué compromiso tan
grande el de nosotros, para dejarle una Patria a esta nueva generación,
una Patria con ilusiones, una Patria con empleo, una Patria con
equidad social, una Patria con oportunidades.

La Patria –decía el pensador inglés- es un


pacto diario entre los muertos, las generaciones presentes y
las que habrán de venir.

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