Departamento de Economía

Escuela de Estudios Liberales

Macroeconomía (BPTAK32)
Sección 1
Prof.: Hermes Pérez

POLÍTICA FISCAL

Cortés, Andrea.
N° carnet: 20181110011
Salazar Villamizar, Javier.
N° carnet: 20181110318

Caracas, 20 de noviembre de 2019.

 Si bien la economía debe manejarse según los movimientos naturales del
mercado, el Estado tiene la tarea de intervenir en ciertos aspectos para garantizar la
estabilidad y el bienestar económico de sus ciudadanos. Dentro de las labores del
Estado en materia económica, están: establecer un marco legal para regular las
transacciones, mantener de la equidad estimulando la competencia, distribuir la
riqueza obtenida por medios fiscales, evitar la inflación e intentar reducir la tasa de
desempleo.
Para poder cumplir con sus funciones dentro de la economía, el Estado
maneja la política monetaria y la política fiscal. Los gobiernos disponen de fondos, y
estos fondos provienen del pago de impuestos por parte de los ciudadanos, y deben
estar destinados a las transacciones y gastos pertinentes para asegurar el bienestar
y cubrir las necesidades de la población. La política fiscal es aquella compuesta de
instrumentos y medidas tomados por el gobierno para el manejo de los fondos
recaudados por la tributación y para su canalización hacia los gastos.
La política fiscal, se encuentra dividida en tres categorías; la primera
categoría es la política de gasto público, referente a compras de bienes y trabajo,
definidos en el Presupuesto de Egresos de la Federación. La segunda categoría es
la de política de ingresos, que se refiere a los ingresos tributarios y no tributarios del
gobierno. La tercera categoría es la de política de transferencias, que abarca todos
aquellos servicios dirigidos a la ciudadanía, de los cuales el Estado no recibe una
contrapartida estos servicios pueden ser de seguridad social, bienestar, social,
entre otras.
Igualmente, la política fiscal puede ser expansiva o restrictiva. La política
fiscal expansiva se asocia con el aumento de déficit presupuestario, y se da cuando
el gobierno aumenta el gasto público o reduce la recaudación fiscal. por el contrario,
la política fiscal restrictiva se da cuando el gobierno busca reducir el gasto público,
por medio de la contracción del propio gasto o del aumento de la recaudación fiscal.
Ahora bien, para poder hablar de política fiscal, es necesario tener en claro dos
conceptos importantes: el déficit y el superávit.
El déficit se refiera a la carencia y algo, y en términos económicos, se refiere
al mal aprovechamiento de los recursos. Se habla de déficit fiscal o presupuestario
cuando en un período de administración, los gastos superan los ingresos, es decir,
cuando la cantidad de dinero utilizado en transacciones es mayor que la cantidad
obtenida por los ingresos. El déficit fiscal, sería en concreto la diferencia entre los
ingresos y los egresos.
En general, este desequilibrio es originado por una mala planificación
presupuestaria, es decir, que la administración no fue capaz de recoger suficiente
dinero para cubrir los gastos. Éste déficit origina falta de liquidez, y necesidad de
financiamiento.
Ante la situación de carencia, los gobiernos se ven en la necesidad de pedir
préstamos, y la acumulación de estos préstamos a lo largo de los años, es lo que se
llama deuda pública.
En cuanto al superávit, es el contrario del déficit, es decir, cuando la
administración pública recauda más de lo que necesita para cubrir sus necesidades,
es decir la cantidad de dinero destinada al gasto es menor que la cantidad de dinero
recaudado por el Estado. El superávit normalmente se concibe como el objetivo de
los Estados, sin embargo no es recomendable un superávit demasiado grande, pues
puede traducirse en que los impuestos son demasiado altos, y por lo tanto
representaría un desincentivo para el sector privado.
Ahora bien, para entender la política fiscal, también es importante tener en
cuenta los principales instrumentos que utiliza la política fiscal. Estos instrumentos
son: el gasto público y los ingresos. Esto viene dado porque las finanzas públicas
tienen dos enfoques o áreas; política de ingresos y política de egresos.
La política de egresos tiene que ver con la aplicación de los recursos
captados, es decir, el gasto. El gasto es la cantidad de dinero utilizada por un
gobierno para llevar a cabo sus funciones, de modo que el estado pueda administrar
sus recursos y canalizarlo hacia sus necesidades.
El gasto total de un Estado, está compuesto por el gasto primario y el costo
financiero. El gasto primario es aquel compuesto por: el gasto programable, el gasto
corriente de operación, el gasto capital, el gasto no programable, participaciones
federales a los estados y municipios, y adefas.
El gasto programable por su parte es el que que puede ser conocido o al
menos proyectado con anterioridad ya que deviene de las propias tareas del Estado.
El gasto corriente de operación es aquel que corresponde al funcionamiento de las
instituciones, y está dirigido al pago de servicios y suministros. El gasto capital es el
gasto dirigido a las obras públicas y los bienes muebles e inmuebles. Las
participaciones federales a los estados y municipios está representado por el dinero
que el gobierno transfiere a estas entidades. Por su parte, el costo financiero hace
referencia a las deudas, ya que es el costo que tiene cubrir las deudas adquiridas en
el pasado.
Ahora bien, los gobiernos necesitan fondos para financiar todos estos gastos;
por lo que para obtener el segundo instrumento, que son los ingresos del Estado,
necesita emplear algunos mecanismos para poder percibir dinero.
Los ingresos tributarios, son los que el gobierno cobra por ley a los
particulares, es decir, los impuestos. Los impuestos son el punto de comunicación
entre el ciudadano y el Estado, es decir, el gobierno plantea la cantidad que
necesita para garantizar el bienestar del ciudadano o la persona, y esta persona
natural o jurídica contribuye a la recaudación de acuerdo a medidas legales
preestablecidas.
Estos impuestos pueden ser directos o indirectos. Los impuestos directos
corresponden al llamado impuesto sobre la renta que se aplica sobre los ingresos
del particular. Los impuestos indirectos corresponden al llamado impuesto sobre el
valor agregado, y se aplica sobre las transacciones comerciales.
En el artículo publicado por Álvarez (2019), se menciona el panorama de
política económica actual de cómo a raíz de las sanciones el gobierno venezolano
ha propiciado un ambiente más estable de cara a las elecciones parlamentarias de
2020. Se menciona una política de liberalización económica a partir del ofrecimiento
de incentivos a compañías de Rusia, China e Irán bajo un esquema de sustitución
de deuda por inversión extranjera. El gobierno venezolano se ha visto en la
necesidad de solicitar préstamos para solventar la deuda. “Para no tener que aplicar
una drástica reforma fiscal que aumente la presión tributaria sobre un aparato
productivo exhausto que acumula años de contracción, el gobierno puede cerrar la
brecha fiscal y moderar el impuesto inflacionario a través de la privatización de
empresas deficitarias y la conversión de la deuda pública en inversión” (p. 2).
Se ha propuesto en el Plan de la Patria 2019-2025 el objetivo de “adoptar
políticas, especialmente fiscales, salariales y de protección social, y lograr
progresivamente una mayor igualdad”, ello medido con el indicador de la proporción
laboral del PIB, que comprende los salarios y las transferencias de protección social
(p. 397).
La actual política fiscal del gobierno venezolano incluye programa de gastos y
transferencias directas desde la estructura política y/o partidista, distribución directa
de bienes de consumo ampliamente subsidiados y el aumento del empleo público y
de los salarios reales del sector público (García, 2017). La sostenibilidad desde la
renta petrolera se ha visto significativamente mermada, por lo que el plan de
liberalización económica antes mencionado ha dado una solvencia a corto plazo
para dar sustentabilidad al ambiente político de cara al próximo evento electoral,
asumiendo la sustitución de la deuda externa el costo financiero de las políticas
fiscales.
Se puede concluir que la política de ingresos es la opción descartada por el
gobierno venezolano para superar el déficit debido a que la presión tributaria
resultaría impopular para sus objetivos. La sustentabilidad de las políticas de
transferencia en servicios sociales que han caracterizado al gobierno por su alcance
han sido temporalmente cubiertas desde el costo financiero mencionado. Por último
el gasto público del gobierno supera sustancialmente la recaudación de capital, ya
que es invertido en políticas de transferencia, por lo que la política económica del
gobierno no aspira a superar el déficit. No obstante, aunque no ha sido positivo, el
objetivo fiscal del Plan de la Patria no ha sido vulnerado, al garantizar
cuantitativamente una sostenida política de protección social de cuestionable
calidad cualitativa, que junto a un aumento salarial cubierto con emisiones de dinero
inflacionario, han devenido en una mayor igualdad. El indicador demuestra una alta
inversión en políticas de transferencia y progresivos aumentos salariales en relación
con la proporción laboral.
Referencias bibliográficas

Álvarez, V. (2019). Geopolítica, liberalización económica y privatización en

Venezuela. La economía política de la política económica. Informe semanal.
Octubre N° 2.
Elizalde, E. (2012). Macroeconomía. México: Red tercer milenio:
http://www.aliat.org.mx/BibliotecasDigitales/economico_administrativo/Macroeconom
ia.pdf
Erias, A. & Sánchez, M. (1998). Política monetaria y política fiscal. Madrid: Ediciones
Pirámide. Disponible en: ​https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=5267791
García, F. (2017). La política fiscal del Gobierno de Venezuela. ILDIS. Disponible
en:
http://www.ildis.org.ve/website/administrador/uploads/PresentacionFiscalGarcia.pdf
Ministerio del Poder Popular para la Planificación. (2019). Plan de la patria
2019-2025. Gobierno Bolivariano de Venezuela. Disponible en:
http://www.mppp.gob.ve/wp-content/uploads/2019/04/Plan-Patria-2019-2025.pdf