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Crónica opinativa referida a la iniciación del primer día de clase. Composición Escrita.

Dra. Martha Cantillo.

Por Janneth García Díaz.

La materia de Composición escrita en la Universidad, incrementó en mí ser una expectativa


mayúscula, como nunca antes me había sucedido en otras facultades. Desperté muy temprano esa
mañana, mi organismo sentía la presión de este nuevo proyecto que emprendía después de
muchos años de haber pasado por la universidad; hasta mi oración por aquellos días, estaba
Deductivo cargada de un sin número de sensaciones, alegría, entusiasmo, nerviosismo…es que, realmente
mi ser completo, sabía que era una bendición enorme volver a estudiar en una institución.
Rápidamente realicé todas mis actividades antes de salir de casa y observé que esa bendición fue
acompañada de otro regalo de mi Eterno Dios, el clima, que espectáculo de cielo el que
acompañaba ese hermoso día a la ciudad de Cali. Trayecto a la Universidad, canté, agradecí…. y
volví a agradecer, por fin llegué y me encontré con un edificio amplio, en ese momento talvez
había conmigo unas 20 personas. La sensación inmediata fue de ser un claustro fresco, muy
verde, indiscutiblemente extenso, con salones amplios, con un olor característico a trópico, un
ambiente seguro, tranquilo que inyectaba a todo tu cuerpo un oxigeno diferente que incitaba a tu
espíritu a entrar en paz.

Y es que en este espacio, es importante la información del lugar donde pasaré mis siguientes
cuatro años, por ello, a continuación hablare de La Universidad Bautista. Es una institución
académica de educación superior teológica y cristiana, más importante de Colombia. En el 2003
De enlace
se estableció como Fundación Universitaria Seminario Teológico Bautista Internacional. Es
reconocida como una de las mejores universidades del país, con la Facultad de Teología más
prestigiosa de Colombia. Su campus, está ubicado en la ciudad de Santiago de Cali, y cuenta
además con estudiantes en otros países, vinculada al Ministerio de Educación Nacional. Los
programas que ofrece son: Teología, Especialización en Cuidado Psicoespiritual, Educación
Continuada, Diplomados en construcción de paz, consejería cristiana, psicología de familias en
crisis, música y liturgia, formación pastoral juvenil, estudios ministeriales, estudios Bíblicos,
desarrollo integral en niñez y adolescencia, comunicación y medios, capellanía y escuela de
música. Por último, encontré que La Unibautista ha desarrollado relaciones a nivel internacional
con diferentes entidades, para contribuir a la proyección institucional y de la comunidad
estudiantil.

Recuerdo, que mientras subía las escaleras de la Institución, pensaba, ese Lunes, 23 de Enero,
a las 6:15 am, que lo que había visto en mi casa al sur de la ciudad y el anuncio del clima, era
definitivamente fenomenal; cielo parcialmente cubierto, escasos rayos de sol y unas blancas
nubes, afloraban en el horizonte para regalarme un poco de luz. La naturaleza contaba la Gloria
Inductivo
de mi Dios, los pájaros, silbaban una armoniosa composición de notas, acompañados estos, por
un fuerte viento de la montaña y unas gotas de rocío de la noche anterior, que pintaban un cuadro
sublime, hecho por ese pincel Celestial, la mano de mi Abba Padre; ese paisaje, lo observé desde
la ventana del salón 204. Lentamente pasaban los minutos y el día se empezó a tornar mucho
más claro, el aula de clases comenzaba a ser ocupada por los nuevos primíparos y esos escasos
rayos del sol apuntaban hacia el escritorio de la docente, la Dra. Martha Cantillo. Los minutos
corrían lentamente, el salón estaba en silencio, la expectativa de los compañeros, la ilusión de la
carrera, los nervios del primer día de clase, la idea pre concebida de una materia dura, muy
exigente, aceleró el proceso de mis jugos gástricos y sentía como me daba ese “algo” en mi
abdomen.

El salón expectante. Éramos pocos, callados y a la espera que cruzara por esa puerta, la
esperada docente. De pronto, el sonido de unos zapatos en los pasillos, sin verlos me imaginé
que serían de tono oscuro. La puerta se abrió. Todavía tengo el recuerdo fresco en mi mente de
los rostros, el salón entero se congeló. “Buenos días, alumnos”, dijo. Los leves murmullos de
respuesta al saludo y el sonido de carpetas moviéndose hicieron romper el hielo, que más bien se
Reiterativo
sentía como un iceberg. Solicitó que nos presentáramos; nombres, edad, de donde veníamos,
congregación a la que asistíamos, motivaciones del curso y cuántos libros nos habíamos leído el
año pasado. Cada uno de nosotros, sus estudiantes, fuimos respondiendo todas las preguntas; se
percibía en el ambiente, tensión pues queríamos hacer lo mejor posible en nuestra presentación.
Pasado un tiempo, nos da a conocer un currículo, impresionante, muy preparada, estructurada.
Ninguno emitía sonido alguno, todos evitábamos parpadear, el aula estaba atónita.

Sin embargo, con el transcurrir de las horas, observamos una docente con un hermoso corazón,

De
gustosa de estar compartiéndonos sus conocimientos, ella, realizó sus estudios en un País lejano,
Oposición
sórdido, fuerte para el Latino y qué muy a su pesar, había decidido dejarlo, parar poner un grano
de arena a su Tierra, Colombia, en la realidad de una construcción integral de personas con
objetivos claros y mensajes profundos, personas, enriqueciéndose con el arte de la lectura y la
redacción.

Hubo un silencio largo, con nuestras miradas fijas en el tablero, la profesora escribió un texto,
el de Jorge Luis Borges: “El verbo leer, como el verbo amar y el verbo soñar, no soporta ‘el
modo imperativo’. Yo siempre les aconsejé a mis estudiantes que si un libro los aburre lo dejen;
que no lo lean porque es famoso, que no lean un libro porque es moderno, que no lean un libro
porque es antiguo. La lectura debe ser una de las formas de la felicidad y no se puede obligar a
nadie a ser feliz”. Posteriormente, nos dijo que lo leyéramos y realiza una crítica constructiva
frente al tema de lectura: puntuación, entonación, timbre y volumen de la voz, uso de pausas.

Los minutos pasaron. La Profesora Martha, nos fue encausando en el tema de cómo había que
realizar las lecturas (Analítica, Critica y propositivamente) y la aplicabilidad para nuestra
cotidianidad. El tiempo se fue…su clase, importante, constructiva, me ubicaba en ese mundo de
lectura que tanto me encanta, llegó el momento del punto suspensivo en esta asignatura, la
Profesora, en tono afable pero decidido, nos empapó acerca del programa analítico silabo,
Inductivo
recomendó leer un libro para analizarlo en el transcurso de unas clases, como un club literario y
dejó nuestra segunda tarea, analizar el texto de Borges bajo los parámetros de lectura aprendidos
en clase. La clase terminó. Todos salimos en silencio. Pensaba mientras caminaba por el pasillo,
que la materia colmaba mis expectativas, es más, las superaba. Ya era la hora de irnos a casa, los
alumnos iban y venían, rostros alegres, rostros confiados, rostros todavía expectantes, rostros de
angustia por una ardua mañana, pero, la satisfacción que llegábamos en el momento oportuno, en
la hora señalada por El Padre, al sitio elegido por ÈL, La Unibautista.

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