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Nathalia Escobar Bedoya

Análisis Político

Polémica por la resolución 350 de 2019 que regula la venta de aletas de tiburones (en
ella se establecen las cuotas globales de pesca de diferentes especies para 2020)

Dentro de esta fuerte discusión en Colombia se establece que el gobierno deberá revisar
los términos y alcances de la resolución; pues según las autoridades busca controlar la pesca
ilegal de tiburones. De acuerdo a esto el gobierno dice que la regulación combatirá la práctica
ilegal conocida como “aleteo” la cual consiste en cortar las aletas de tiburón, venderlas al
mercado asiático y tirar los restos del animal al mar. Esta resolución se trata de una norma
emitida por el ministerio de agricultura en la que se les permite a los pescadores cazar una
cuota máxima de 475 toneladas de tiburones tanto en el Mar Caribe como en el Océano
Pacifico.

Siendo esta una de las principales razones que actualmente enmarca esta situación como
un hecho político, que en primera medida esta criticada por defensores del medio ambiente
que señalan que la resolución legaliza la venta de aletas, incentivando la pesca indiscriminada
de esta especie poniéndola en riesgo; a su vez expertos dicen que las autoridades no aclaran
en el documento cuales son las especies que pueden ser cazadas; ante esto el gobierno
manifestó que la resolución fue mal interpretada y por ello revisará los términos y alcances
de la misma. En buena medida es importante mencionar que desde hace varios años está
permitida la cuota de pesca artesanal de tiburones.

El hallazgo más importante que describe este hecho político se establece bajo la inquietud
que se ha generado por parte de ambientalistas, ante la nueva resolución, ya que se
aumentaron los valores asignados en las cuotas de aletas que son: 125 toneladas en el Mar
Caribe y 5,2 toneladas de aletas de la especie carcharhinus falciformis y la via libre para que
también se pesquen otras 350 toneladas de tiburón en el mar pacífico y se recojan 9,9
toneladas de las especies Alopias, Alopias Supercilliosus y Sphyrna corona decretado por el
Ministerio de Agricultura.
Las instituciones involucradas en hacer frente a esta polémica son el instituto Colombiano
Agropecuario ICA, El Ministerio de Ambiente, vivienda y desarrollo territorial, la secretaria
de acuicultura y pesca, el instituto de investigaciones marinas y costeras junto a la
Convención sobre el comercio internacional de especies amenazadas de Fauna y Flora
Silvestres (CITES) de la cual Colombia forma parte desde 1981.

Cabe mencionar, que esta situación se presenta para el año en curso el día 25 de octubre a
la cual el Ministerio de Ambiente responde que la protección de los tiburones es una política
nacional en marcada dentro del plan de Acción Nacional para la conservación y manejo de
tiburones, rayas y quimeras de Colombia, adoptado mediante el decreto 1124 de 2013. Es
por esto que, enmarcados dentro de esta política, el gobierno nacional prohibió mediante la
resolución 1743 de 2017, la practica deplorable del aleteo que también constituye un delito
establecido en el artículo 355 del código penal; por ello la resolución 350 de 2019 expedida
por el ministerio de agricultura no autoriza esta práctica, circunstancias que en detalle para
Colombia motivan grandes inquietudes ante el daño y el abuso deplorable de la fauna.

Impacto

140 especies, de las cuales cinco están amenazadas: Sphyrna lewini (tiburón martillo),
carcharhinus falciformis (tiburón sedoso), Rhincodon typus (tiburón ballena) y los Alopias
sp (tiburón azotador) tienen algún tipo de amenaza y vulnerabilidad que los podría llevar
a una categoría en peligro de extinción, si no se protegen. Gran parte de las especies de
tiburones producen huevos, pero tienen muy pocos. Eso quiere decir que, entre menos crías,
menor es el tamaño de la población. Además, para llegar a su edad reproductiva tienen que
superar muchos peligros, por ejemplo, la pesca. Por eso algunos de estos animales se
encuentran catalogados en Colombia en el libro rojo de peces marinos en vía de extensión.
Eso significa que su pesca debe ser prohibida, pero eso no se ve reflejado en la normativa.

Las especies de tiburón se encuentran en peligro de extinción, pero, al ser los principales
depredadores de los peces carnívoros, si desaparecieran, éstos se multiplicarían y acabarían
con los peces herbívoros, su alimento.

De esta manera, terminaríamos por quedarnos sin pesca, aunque el problema iría más allá,
una vez desaparecidas las especies que se alimentan de algas, éstas crecerían sin control en
nuestros mares y, teniendo en cuenta que el mar es el mayor sumidero del planeta de CO2,
la alteración de su estructura y su dinámica influirían en gran medida sobre la humanidad

Prospección

Los tiburones o selaquimorfos son un superorden de condrictios (peces cartilaginosos)


conocidos comúnmente por ser grandes depredadores; Bessudo (2019) explica que en el
mundo hay unas 400 especies de tiburones y rayas, o sea peces cartilaginosos; para Colombia
existe un aproximado de 140 especies, de las cuales cinco están amenazadas: Sphyrna lewini
(tiburón martillo), carcharhinus falciformis (tiburón sedoso), Rhincodon typus (tiburón
ballena)y los Alopias sp (tiburón azotador).

Carcharhinus falciformis en Colombia está catalogada en el libro rojo de especies de la


UICN, esto significa que están en algún grado de amenaza. La pesca de estos especímenes
genera un gran riesgo a los ecosistemas marinos, pues, se sabe que estos organismos son
depredadores de primer orden, y al ser estos cazados todo tipo de cadena trófica que tenga a
los tiburones en ella se va a ver afectada, generando un desbalance ecosistémico que puede
repercutir en la biodiversidad colombiana y mundial, pues como se sabe Colombia es uno de
los hotspot de diversidad a nivel mundial.

Otro de los problemas biológicos de estas especies es su baja reproducción; Correa (2019)
indica que gran parte de las especies de tiburones producen huevos, pero tienen muy pocos.
Eso quiere decir que, entre menos crías, menor es el tamaño de la población. Además, para
llegar a su edad reproductiva tienen que superar muchos peligros, por ejemplo, la pesca. Esto
en conjunto con los estudios realizados a los tiburones además de la categorización por parte
de la UICN indica que la pesca a estos animales debe ser prohibida, pero eso no se ve
reflejado en la normativa.

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