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“DÉJENLO TODO NUEVAMENTE”:


APUNTES SOBRE EL MOVIMIENTO INFRARREALISTA
MEXICANO
Por Andrea Cobas Carral
Universidad de Buenos Aires
acobascarral@filo.uba.ar

Poesía: aúnestamos con vida


& tú me prendes con tus fósforos
mi cigarro barato
& me miras como a un simple cabello despeinado
temblando de frío en el peine de la noche
Mario Santiago Papasquiaro [1]

Durante 1975, el joven poeta mexicano Mario Santiago Papasquiaro conoce al chileno
Roberto Bolaño. El encuentro se produce en el Café La Habana -que será, luego, obligado
centro de reunión de los Infrarrealistas-. Allí, Mario Santiago le entrega a Bolaño un fajo de
poemas que el chileno lee durante toda la
noche. Es el comienzo de una entrañable
amistad que se prolonga hasta la muerte de
Papasquiaro en 1998, y que es -en parte-
también, el origen y centro del Movimiento
Infrarrealista. Unos meses después de este
encuentro -entre fines del 75 y principios del
76- surge, una noche, en casa del poeta
chileno Bruno Montané, un nuevo modo de
pensar y hacer poesía: irrumpe en el
panorama cultural mexicano el Movimiento
Infrarrealista cuya intención principal es –en
palabras de sus creadores- “volarle la tapa de
los sesos a la cultura oficial”. Errancia, alcohol
y una insobornable pasión por la poesía
marcan los principios básicos que dan unidad
a este grupo de jóvenes poetas -aficionados al
boxeo y al billar- que buscaron en cada acto y
en cada verso un nuevo modo de explicar el
mundo y de plasmarlo en una poesía alejada
de burocracias, espacios de poder y
legitimaciones anquilosadas. En 1976 –luego
de la constitución oficial del grupo poético- Roberto Bolaño invita al poeta chihuahuense
Sergio Loya a una reunión en casa de Montané durante la cual le ofrecen formar parte del
Infrarrealismo. Interrogados por el poeta sobre el objetivo del Movimiento, Bolaño responde:
“Partirle su madre a Octavio Paz”, frase que se ha convertido en un símbolo de la actitud de los
infras para con la cultura oficial. Este impulso no se agota en la mera enunciación y se traslada a
los recitales de poesía, congresos y actividades literarias en las que participan los considerados
por los infrarrealistas como “poetas estatales”. Como ejemplo baste el episodio ocurrido durante
el “Encuentro de generaciones” que incluía un recital poético de Octavio Paz al que asistieron
varios Infrarrealistas, entre ellos, José Luis Benítez quien se dedica a interrumpir
constantemente la lectura con la frase: “cuánta luz... cuánta blancura...”. Benítez,
completamente borracho, es sacado de la sala antes de que Paz finalice su recital. Este y otros
episodios han contribuido a crear la “leyenda negra” en torno de los Infrarrealistas, y han
acentuado su marginación de los circuitos canónicos de circulación y producción poéticas,
marginación por momentos auto inflingida y buscada como un valor. Una noche del 76 -en la
Librería Gandhi del D. F.- se realiza la lectura pública de “Déjenlo todo nuevamente,
primer manifiesto infrarrealista”, texto redactado íntegramente por Roberto Bolaño. Ese
escrito contiene las líneas principales de la concepción estética del Movimiento, así como
también, sus vinculaciones literarias. [2] Nos proponemos entonces, explorar en este trabajo,
algunas de esas líneas.

1- “HORA ZERO”: ANTECEDENTE POÉTICO DEL INFRARREALISMO

Queremos cambiosprofundos, conscientes de que todo lo que viene es irreversibleporque el


curso de la historia es incontenible y AméricaLatina y los países del tercer mundo se encaminan
hacia sutotal liberación. Que se cojan entonces las segadoras, quese limpien los escombros. [...]
Creemos impostergable el deber deexpresar las circunstancias presentes sin contemplaciones,
porquees hermosa y ardua la tarea que abarca ser sincero con uno mismo.
Jorge Pimentel y Juan Ramírez “Palabras urgentes”

La apuesta estética del Infrarrealismo no surge solitaria en el marco de los movimientos


vanguardistas de América Latina durante los 70. “Déjenlo todo nuevamente, primer manifiesto
infrarrealista” establece -además de con “las mil vanguardias descuartizadas en los sesenta” [3]
y el surrealismo- una relación explícita de filiación con el grupo peruano Hora Zero. [4] Este
Movimiento creado en 1970, cuenta con dos Manifiestos –del mismo año- que resumen su
poética: “Palabras urgentes” y “Poesía integral”. Las líneas generales que piensan los peruanos
como ejes para la creación literaria, coinciden en parte con las que seis años después Bolaño
señala en el Manifiesto como base estética del Movimiento Infrarrealista.

Un breve recorrido por los Manifiestos de Hora Zero, nos permitirá establecer algunas
relaciones entre estos grupos vanguardistas. El primero de los Manifiestos, “Palabras urgentes”,
es redactado por los poetas Jorge Pimentel y Juan Ramírez Ruiz, y en él explicitan las
preocupaciones del Movimiento. Haciendo una pormenorizada revisión del estado de la poesía
peruana, los horazerianos llegan a la conclusión de que, pasado César Vallejo, nada nuevo, nada
digno fue escrito en Perú. Frente a este panorama se evidencia la necesidad de una poesía viva
fundada por hombres libres que asuman una actitud distinta frente al acto creador y ante las
manifestaciones de una realidad con la que dicen no estar de acuerdo: “A nosotros se nos ha
entregado una catástrofe para poetizarla” sostiene el Manifiesto. Sólo a través del ejercicio de
una labor creativa sin concesiones emergerá la nueva poesía peruana que deberá oponerse a
una poesía “efectista [...] para contentar a los burgueses al momento de la digestión”. Los
peruanos se sienten en un punto crucial, en el vértice de una “hora cero” en la que debe
comenzar a pensarse un nuevo modo de hacer poesía.

El segundo de los Manifiestos, “Poesía integral” escrito por Juan Ramírez Ruiz, define las
características que debe tener la nueva poesía latinoamericana. [5] La poesía integral, deudora y
expresiva de la nueva vida, sólo es posible –y tiene sentido- si prima como objetivo general la
consecución de un estado revolucionario, único medio a través del que puede concretarse la real
liberación del hombre. Esa nueva ética es pensada como el inicio de la toma de conciencia de
una sociedad: el poeta como motor del cambio debe ser la punta de lanza de la revolución.[6] El
Infrarrealismo, en tanto movimiento poético juvenil y latinoamericano, adhiere a muchas de las
inquietudes y postulados que Hora Zero proclama durante 1970. Veremos cómo se plasma en el
Manifiesto Infrarrealista ese espíritu rebelde e inconforme que se erige como la marca
definitoria de la vanguardia mexicana de los 70.
2- INFRARREALISMO: UNA NUEVA PROPUESTA ÉTICA Y ESTÉTICA

El riesgo siempreestá en otra parte. El verdadero poeta es el que siempreestá


abandonándose. Nunca demasiado tiempo en unmismo lugar, como los guerrilleros,
como los ovnis, como los ojosblancos de los prisioneros a cadena perpetua.
Roberto Bolaño “Déjenlo todo nuevamente”

“Déjenlo todo nuevamente, primer manifiesto infrarrealista” contiene, desde su inicio, las
posibles claves para una interpretación sobre los sentidos del término “infrarrealismo”. En
primer lugar, el título cita los versos de “Déjenlo todo”, poema que André Breton publica en
1924: “Déjenlo todo [...] Dejen si es necesario una vida cómoda, / aquello que se les presenta
como una situación con porvenir, / y láncense, láncense a los caminos.” [7] Así, el Manifiesto se
funda en la reiteración de un grito que reclama una acción concreta. Bolaño reafirma esta idea
en sus textos de esos años. En “Arte poética N ° 3” señala: “Empiezo a escribir [...] entre el
espacio que hay de la palabra ternura a la palabra indiferencia, entre lo que media de la frase
déjalo todo, a la frase terreno firme o caras conocidas”. [8] La verdadera labor poética exige,
entonces, el riesgo de emprender una búsqueda que piense como objeto todas las inflexiones
posibles de lo real. En esta línea, hacia el final del Manifiesto, el mandato de renuncia se
complementa con otra idea que también aparece en el poema de Breton: no basta con
abandonarlo todo, es necesario además, salir a las calles y buscar en ellas esa nueva sensibilidad
poética: “Déjenlo todo, nuevamente Láncense a los caminos” es la frase que clausura el
Manifiesto Infrarrealista.

Si bien la continuidad entre el nuevo Movimiento y el Surrealismo se centra en la enunciación


de un modo particular de pensar la acción poética, los Movimientos difieren en sus formas de
leer la realidad: mientras el Surrealismo apuesta a una escritura automática que busque su
espesor en los jirones del inconsciente y el sueño; el Infrarrealismo en cambio, establece la
necesidad de bucear en la conciencia del hombre y conmover a partir de allí, su cotidianeidad.
En este sentido Bolaño toma la voz de Giorgio de Chirico [9] para oponer a ella los principios
Infrarrealistas:

Chirico dice: es necesario que el pensamientos se aleje de todo lo que se llama lógica
y buen sentido, que se aleje de todas las trabas humanas de modo tal que las cosas le
aparezcan bajo un nuevo aspecto [...] Los Infrarrealistas dicen: Vamos a meternos de
cabeza en todas las trabas humanas, de modo tal que las cosas empiecen a moverse
dentro de uno mismo, una visión alucinante del hombre. [10]

Para el Infrarrealismo, toda “visión alucinante del hombre” debe partir necesariamente de un
análisis de sus propias particularidades. Así, la toma de conciencia sobre “las trabas humanas”
permitirá desarticular una interpretación cristalizada del hombre, visión que paraliza e impide
desbaratar una realidad que se quiere transformar. Por debajo de lo real, el poeta debe buscar
las claves para la construcción de la nueva poesía.

El Manifiesto contiene otra referencia que permite completar los posibles sentidos del término
“infrarrealismo”. El cuerpo textual comienza con una cita entrecomillada. Ese breve fragmento,
sin marcas de autoría, pertenece al cuento de ciencia ficción “La infra del Dragón” del ruso
Georgij I. Gurevich quien delinea en su texto la imagen de los “infrasoles” o “soles negros”. [11]
Esta idea utilizada en el Manifiesto Infrarrealista sugiere una posible descripción del
Movimiento y sus miembros dentro de la constelación del campo cultural y literario mexicano:
Gurevich imagina un universo poblado de cuerpos sin luz –las infras del espacio- que existen
pero no se vislumbran, planetas oscuros calentados desde adentro y en cuyo interior generan su
vida propia independientemente de un exterior que no puede verlos.

Bolaño liga esa imagen de los “infrasoles” con la de los “alegres muchachos proletarios”, así,
ingresa en el texto la segunda dimensión que contempla el Movimiento: no sólo se prioriza la
matriz estética, sino que se postula la necesidad de una nueva ética que tome en cuenta las
particularidades de un momento histórico del que la labor poética debe, imperiosamente,
hacerse cargo: “Nuestra ética es la Revolución, nuestra estética la Vida: una-sola-cosa” sostiene
Bolaño. Este gesto pone en escena una voluntad que los textos Infrarrealistas materializan –y
que también marcará los temas de la prosa de Bolaño durante los 90-, la voluntad de vivir la
poesía y hacer de ella una experiencia estética que participe de la vida y subvierta desde su
ejercicio, una cotidianeidad que ignora ciertos aspectos determinantes de la realidad histórica.
En “Consejos de un discípulo de Marx a un fanático de Heidegger” (1975) –texto considerado
como el primer poema Infrarrealista-, Mario Santiago escribe: “NO HAY ANGUSTIA
AHISTÓRICA / AQUÍ VIVIR ES CONTENER EL ALIENTO/ & DESNUDARSE”. [12] Así, el
infrarrealismo se presenta como un nuevo modo de leer lo real, modo de lectura que se plasma
en un signo que busca transcribir toda sensación que emane de un ahora en constante fluir, las
impresiones propias de una época en la que, escribe Bolaño, “nos acercamos a 200 kph. al
cagadero o a la revolución”. Para los Infrarrealistas, la cotidianeidad exhibe la vida y la muerte
en un invariable choque, y es justamente, este cruce el génesis de las formas Infrarrealistas. Así,
la forma del poema infrarreal debe unirse con un nuevo modo de percibir el medio,
construyendo una mirada que sirva para superar el “miedo a descubrir” y revierta lo que Bolaño
señala como “un proceso de museificación individual”. El infrarrealismo está llamado a ser “el
ojo de la transición”, el testigo que puede dar cuenta de las nuevas experiencias histórico-
políticas de la América Latina de mediados de los 70.

“No sólo en los museos hay mierda” afirma el Manifiesto: la certeza de que no queda nada por
decir, la convicción de que “todo está nombrado” atenta contra las posibilidades de crear un
lenguaje poético que se ubique por encima de las contradicciones que definen -según los
Infrarrealistas- a las instituciones culturales vigentes –y sus productos- en el México de los 70.
De este modo, el Manifiesto construye dos campos opuestos utilizando para su delimitación las
tópicas categorías burguesía/proletariado.

Son tiempos duros para la poesía, dicen algunos, tomando té, escuchando música en
sus departamentos, hablando (escuchando) a los viejos maestros. Son tiempos duros
para el hombre, decimos nosotros, volviendo a las barricadas después de una jornada
llena de mierda y gases lacrimógenos.

Se piensa una maquinaria cultural al servicio de la ‘clase dominante’ y se la opone a un


“acontecer cultural vivo” alejado de honorables prebendas y comprometido con un momento
histórico que reclama nuevas prácticas culturales. Así, efectivamente, la ética de la revolución y
la estética de la vida, ejes que Bolaño proclama como claves del Movimiento, cobran espesor en
el ejercicio de una poesía que se vive y se opone activamente a un quehacer poético percibido
como cuestionable. Para los Infrarrealistas no alcanza con ser poeta, hay que arriesgarse
también, a vivir como un verdadero poeta. En este sentido, los textos de Bolaño se encuentran
poblados de escritores que responden a ese mandato y definen las características ineludibles de
todo buen poeta: marginalidad, degradación y errancia son algunas de las marcas que permiten
identificar a los poetas de la intemperie, los únicos que –pareciera- merecen ser llamados
poetas. Tal vez el interés que sienten los Infrarrealistas en general -y Bolaño en particular- por
la figura de Arthur Rimbaud pueda explicarse a partir de esas mismas coordenadas. [13]

La oposición burguesía/proletariado recorre el Manifiesto como denuncia y a la vez como


advertencia. Utilizando una figura que podemos encontrar con posterioridad en varios textos de
Bolaño, el sueño [14] ingresa en el Manifiesto como un espacio revelador de sentidos casi
proféticos, así se abandona el “nosotros” e irrumpe la figura de un “yo” que enuncia
lateralmente el principio de la revolución: “Como me dijo Saint-Just en un sueño que tuve hace
tiempo: hasta las cabezas de los aristócratas nos pueden servir de armas”. El sueño –que en
tanto espacio regido por sus propias leyes y constructor de sus propios sentidos despega su
advertencia implícita de un marco unívoco de aplicación- deja lugar más adelante a la
formulación de un nuevo anuncio: “Los burgueses y los pequeños burgueses se la pasan en
fiesta. [...] El proletariado no tiene fiesta. Sólo funerales con ritmo. Eso va a cambiar. Los
explotados tendrán una gran fiesta. Memoria y guillotinas.” Esta vez, los sueños jacobinos se
transforman desde lo discursivo en pronósticos concretos. Se abandona el “yo” pero sin
reasumir el “nosotros”: el poeta –que debe transmitir esa experiencia revolucionaria- parece
ubicarse por fuera de la masa proletaria pensada en tercera persona. La inclusión del poeta en
la revolución, la inclusión de esos “alegres muchachos proletarios” que el texto define en un
principio, sólo puede operarse a través de la creación de una poesía que transite caminos ajenos
a lo canónicamente poético y logre vincularse con la situación real del hombre:
“Desplazamiento del acto de escribir por zonas nada propicias para el acto de escribir.
¡Rimbaud, vuelve a casa!”. [15] En este grito se condensa el llamado a construir una poesía
nueva que acompañe la deseada subversión de la cotidianeidad, subversión pensada como el
único camino posible –aunque utópico- para la construcción de una nueva América Latina: [16]

La muerte del cisne [...] el último canto del cisne negro NO ESTÁN en el Bolshoi sino
en el dolor y la belleza insoportables de las calles. Un arcoiris que principia en un
cine de mala muerte y que termina en una fábrica en huelga. Que la amnesia nunca
nos bese en la boca. Que nunca nos bese. Soñábamos con utopía y nos despertamos
gritando [...] Hacer aparecer las nuevas sensaciones. Subvertir la cotidianeidad.

O. K.

DÉJENLO TODO, NUEVAMENTE

LÁNCENSE A LOS CAMINOS [17]

3- APUNTES FINALES

Soñéque volvía a los caminos, pero esta vez ya no teníaquince años sino más de
cuarenta. Sólo poseíaun libro, que llevaba en mi pequeña mochila. De pronto
mientras iba caminando, el libro comenzaba a arder. Amanecíay casi no pasaban
coches. Mientras arrojaba la mochila chamuscadaen una acequia sentí que la espalda
me escocía comosi tuviera alas.
Roberto Bolaño “Un paseo por la literatura” [18]

“Soñábamos con utopía y nos despertamos gritando” arriesga Bolaño cuando ya, en parte, el
fracaso de la deseada revolución latinoamericana es inocultable y el asesinato del poeta Roque
Dalton aparece como una brecha incomprensible. Casi 20 años después, Bolaño escribe estos
versos: “Soñé que estaba soñando y que en los túneles de los sueños encontraba el sueño de
Roque Dalton: el sueño de los valientes que murieron por una quimera de mierda.” [19] Si
tenemos en cuenta que para los Infrarrealistas la única ética posible es la revolución y la única
estética aceptable, la vida, entonces se vuelve central y clara la relación que Bolaño construye en
sus textos posteriores entre poetas y revolucionarios: “Latinoamérica está sembrada con los
huesos de estos jóvenes olvidados” reafirma en 1999 al recibir el Premio Rómulo Gallegos por
Los detectives salvajes. Estableciendo un arco que va desde sus primeros poemas de los 70
hasta sus novelas y cuentos de los 90, Bolaño plasma el fracaso de una generación quebrada por
la violencia de Estado, pero marcada también, por la valentía y la generosidad de quienes
pensaron la vida y la literatura como instrumentos posibles al servicio de un quimérico sueño
destinado a la derrota.

BIBLIOGRAFÍA

- Bolaño, R. “Déjenlo todo nuevamente”. En línea: www.infrarrealismo.com Consulta: 3-11-03.

-Bolaño, R. “Un paseo por la literatura”. En Tres, Barcelona, El Acantilado, 2000.


-Bolaño, R. (Comp.) Muchachos desnudos bajo el arcoiris de fuego. México, Extemporáneos, 1979.

- Gurevich, G. I. “La infra del Dragón”. Lo mejor de la ciencia ficción rusa, Barcelona, Bruguera, 1968.

- Manzoni, C. (Comp.) Roberto Bolaño: la literatura como una tauromaquia. Buenos Aires, Corregidor, 2002.

- Papasquiaro, M. S. Aullido de cisne. México, Al Este del Paraíso, 1996.

- Ramírez Ruíz, J. “Poesía integral”. En línea: www.infrarrealismo.com Consulta: 3-11-03.

- Ramírez Ruíz, J. y J. Pimentel “Palabras urgentes”. En línea: www.infrarrealismo.com Consulta: 3-11-03.

NOTAS

[1] “Consejos de un discípulo de Marx a un fanático de Heidegger” en Muchachos desnudos bajo el arcoiris de
fuego. Debo la obtención de este libro a la generosidad de Celina Manzoni. Los datos completos de los textos
citados se consignan en la Bibliografía.

[2] Durante 1977, el Manifiesto es editado en el número 1 de Correspondencia Infra, revista menstrual del
movimiento infrarrealista, primera publicación periódica del grupo. Agradezco al poeta infrarrealista Edgar
Altamirano quien me facilitó mucho material inhallable sobre el Movimiento y sobre los primeros trabajos
poéticos de Roberto Bolaño.

[3] Si bien no se explicita en el Manifiesto, los Infrarrealistas establecen líneas de continuidad con distintos
movimientos vanguardistas que surgen hacia fines de los ’50 y se desarrollan durante los ’60: entre ellos el
Nadaísmo colombiano, grupo fundado por Gonzalo Arango en 1958; y la Beat generation norteamericana.

[4] Algunos de los poetas que forman parte del grupo tienen distinto grado de contacto con los Infrarrealistas.
En la primera revista editada por quienes luego integrarían el Infrarrealismo, Zarazo 0, se publican poemas de
autores relacionados con Hora Zero. También, Bolaño y Papasquiaro asisten durante 1975 a los Talleres de
poesía que se dictan en “La Casa del Lago”, allí conocen a José Rosas Ribeyro y Tulio Mora, poetas cercanos a
los horazerianos. Por otra parte, Jorge Pimentel –otro de los poetas de Hora Zero, participa en la Antología
Muchachos desnudos bajo el arcoiris de fuego. Asimismo, Juan Ramírez Ruiz mantiene una fuerte vinculación
con Mario Santiago Papasquiaro, al punto que este le dedica su libro Aullido de cisne.

[5] La “poesía integral” se define a través de ciertos rasgos, entre ellos destacamos: los contenidos
revolucionarios –expresiones de la época que se vive- deben volcarse en formas también revolucionarias; el
poema tiene que generalizar una experiencia compartida a nivel de clase; el poema debe eliminar la dicotomía
entre “tiempo que se vive y problemática que se expresa”; el poema debe ser el motor del cambio social;
necesidad de una ruptura en el plano lingüístico con el fin de utilizar un lenguaje sencillo y popular que
recupere su capacidad expresiva: “palabras nuestras para poemas nuestros [...] ideas nuevas para poemas
nuevos”; el verdadero lenguaje artístico es aquel que logra transmitir una experiencia desalienante; los
poemas se escaparon de las estanterías y tienen vida en las calles; la poesía integral “declara la guerra al
adjetivo, [...] la categoría gramatical más prostituida”; necesidad de lograr la vitalización de las imágenes;
obligación de destruir la sintaxis tradicional; búsqueda de la concreción de una poesía no pequeño burguesa;
sólo un nuevo lenguaje y un nuevo ritmo otorgarán personalidad a la poesía Latinoamericana.

[6] Ramírez Ruiz señala en el apartado “Hechos que no deben olvidarse” del Manifiesto “Poesía integral”, los
principios que tiene que seguir todo “poeta de la revolución”: 1) Imponte la tarea de escribir los poemas que
jamás se hayan escrito. 2) Llena de palabras el sentimiento. Y llena de intensidad las palabras 3) Los poemas
deben tener el olor del mundo y deben respirar como un ser vivo, un poema integral es siempre un operativo
cultural. 4) Es necesario escribir el color azul, escribir la angustia, escribir la lucha, escribir el rectángulo, la
violencia. 5) Nada reemplazará tu obra. Y nadie te reemplazará a ti. 6) Desprecia convenientemente todo lo
antihistórico y escupe a la rigidez y a lo insulso. 7) Eres todo lo que supones y aun eres mucho más. 8) Ámate
como amas a la audacia 9) Di la primera palabra. Y no te preocupes por la última. 10) No tienes el “no me
toca” para nada. 11) Nunca serás demasiado joven para todo lo que se puede lograr. 12) Tu condición, tu
edad, tu circunstancia no es una disculpa para nada. 13) Piensa como dos. Ama como tres. Y trabaja como
cuatro. 14) Sé audaz pero mantente fiel a tu respiración. 15) Es posible lograr lo imposible. Hay el 100% de
posibilidades. 16) Edita por lo menos una revista de poesía joven en tu vida. 17) Ten el coraje de ir a la
mierda y ten el valor de regresar. 18) Si no hay un hombro donde apoyarse, apóyate en tu hombro. 19) El
poema no quiere que lo saquen, el poema busca salir. 20) El que camina va en un solo pie. El problema es
dónde poner el otro. El que se detiene pone los dos pies y no es fiel a su respiración. 21) Eres indispensable
como el aire. 22) Pon en dos minutos de palabras, los hechos de dos años de experiencia. 23) Evádete de tu
nombre. 24) Tú siempre serás lo que se necesita. 25) Nunca se te va a terminar el amor. Prodígalo en tu
mujer y bendícela, prodígalo en tu amigo y bendícelo. 26) Regálate y atrévete. Tu puedes. POESÍA ES. Pueden
consultarse los Manifiestos de Hora Zero en www.infrarrealismo.com

[7] En Los pasos perdidos.

[8] En Muchachos desnudos bajo el arcoiris de fuego.

[9] Pintor italiano nacido en 1888 y considerado por muchos como un precursor del surrealismo. Es el creador
de la Escuela Metafísica cuyas obras remiten a un mundo onírico y amenazador centradas en el juego entre
luces y sombras. Entre 1915 y 1925 pinta maniquíes sin rostros yuxtaponiendo en sus cuadros objetos sin
relaciones aparentes entre sí. Esta técnica es luego adoptada por los surrealistas. Entre 1924 y 1930 impulsa
el Movimiento surrealista e influye en varios artistas de esa tendencia, entre ellos Salvador Dalí. En la década
del 30 abandona esta línea pictórica y se dedica, con gran éxito, a los retratos. Muere en 1978.

[10] Énfasis en el original.

[11] La cita de “La infra del Dragón” incluida por Bolaño en el Manifiesto Infrarrealista, coincide con la
traducción preparada por Carlos Robles para la compilación Lo mejor de la ciencia ficción rusa.

[12] En Muchachos desnudos bajo el arcoiris de fuego. Mayúsculas en el original.

[13] No está de más recordar un pasaje del “Primer Manifiesto Surrealista” en el que se señala: “Rimbaud es
surrealista en la práctica de la vida y en cualquier parte”.

[14] Cf. “Un paseo por la literatura” en Tres. No pasamos por altos las posibles relaciones entre sueño y
surrealismo pero elegimos seguir otra dirección de análisis.

[15] En los años 80, ya en Barcelona, Bolaño crea la modesta Revista y Editorial ¡Rimbaud, vuelve a casa!

[16] Si bien en este trabajo nos centramos en el lenguaje poético, el Manifiesto piensa también, el desarrollo
de la Pintura, la Arquitectura y el Teatro latinoamericanos siguiendo los mismos parámetros expuestos.

[17] Énfasis en el original.

[18] Fragmento 53 en Tres.

[19] Fragmento 41 de “Un paseo por la literatura” en Tres.

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