María Victoria Vélez

Verónica Botero
Juan Fernando Salazar
Julián Gómez

Universidad Nacional de Colombia sede Medellín

Muchos métodos utilizados para la estimación de la recarga no consideran su variabilidad

espacial, producto de diferencias climáticas y topográficas, principalmente en zonas tropicales.
En este trabajo se presenta la aplicación de un modelo para estimar la recarga potencial debida
a la precipitación en una zona húmeda tropical del este de Antioquia (Colombia). Para la
implementación del modelo se usó un algoritmo basado en la aplicación de un balance hídrico
celda a celda sobre una representación digital del area de estudio. La información que se requiere
para correr el modelo es relativamente fácil de obtener. La principal ventaja del modelo es que
permite simular diferentes procesos según lo disponga el analista, con base en sus criterios
acerca de la cuenca y el propósito de la modelación.

Palabras clave: recarga de acuíferos, aguas subterráneas, balance hidrológico, modelo

iterativo, escorrentía, infiltración,Antioquia, Colombia.

Introducción redes de abastecimiento o infiltraciones de embalses y

Cuantificar la variación espacial y temporal de la recarga
de las aguas subterráneas es indispensable para el
manejo Óptimo de este recurso. Diferentes autores
(Bradbury et al., 2000; Balek, 1988; Scanlon et al., 2002;
De Vries y Simmers, 2002) han definido la recarga como
la entrada de agua hacia la zona saturada, donde se
vuelve parte de las reservas subterráneas. Esta entrada
puede producirse de dos maneras: la primera por un
movimiento descendente del agua debido a las fuerzas
de gravedad, y la segunda por un movimiento horizontal
del flujo debido a las diferentes condiciones hidráulicas
de las capas que constituyen el perfil del suelo (Balek,
1988).
La recarga puede darse naturalmente por la
precipitación, las aguas superficiales, o por medio de
transferencias desde otras unidades hidrogeológicas o
acuíferos; pero también puede darse de manera artificial,
producto de actividades como la irrigación, fugas de
depósitos (Balek, 1988; Custodio, 1997; Simmers, 1990;
Lerner, 1990; Samper, 1997). En general, la recarga por
lluvia es la más significativa. La recarga producida por
ríos y lagos es importante en climas poco lluviosos,
y la debida a fugas en redes de abastecimiento es
fundamental en zonas urbanas. La recarga que se da
por lluvia o por aguas superficiales afecta los acuíferos
freáticos, es decir, aquellos que limitan con el medio no
saturado (Custodio, 1997).
Determinar la recarga en raras ocasiones es un
proceso aislado; usualmente su cuantificación está
asociada con una amplia gama de estudios referentes
a los recursos de agua subterránea, al transporte de
contaminantes, a la subsidencia o al diseño de campos
de pozos (Issar y Passchier, 1990).
Para estimar la recarga se han propuesto numerosos
métodos, sin embargo, la mayoría de ellos no tienen
en cuenta su variabilidad espacial (que es clara dada
su dependencia de diversos factores hidroclimáticos
y del terreno), o implican complejos requerimientos
en relación con la instrumentación y/o información
de la zona de estudio. Además, la mayoría de las
técnicas propuestas para estimar la recarga han sido
desarrolladas y aplicadas en zonas áridas, y no en
regiones húmedas. Uno de los métodos más utilizados
es el balance hídrico, el cual consiste en la aplicación del
principio de conservación de la masa a una cierta región
de volumen conocido, y definida por unas determinadas
condiciones de frontera durante cierto periodo de
tiempo. Bradbury et al. (2000) probaron con resultados
satisfactorios en Pheasant Branch Creek, una zona
húmeda ubicada al sur de Wisconsin, Estados Unidos
de América, un método para estimar la recarga basado
en la aplicación del balance hídrico. Esta metodología se
aplicó en el proyecto de evaluación hidrogeológica de
Puerto Berrío y Puerto Nare, dos municipios colombianos
localizados al este del departamento de Antioquia en el
valle medio del río Magdalena, en un área de estudio de
aproximadamente 470 km² (ilustración 1).
Descripción del método
El método propuesto por Bradbury et al. (2000) para la
estimación de la recarga potencial se fundamenta en la
aplicación de un balance hídrico sobre un area representada
en forma digital mediante una malla dividida en celdas de
tamaño arbitrario, con información sobre las características
del terreno y las variables hidrometeorológicas. La recarga
se obtiene como el residual de otros flujos involucrados en
el balance de acuerdo con la siguiente expresión general:
donde R es la recarga; P , la precipitación; ESD, la
escorrentía superficial; EVP, la evapotranspiración, y
representa la humedad en la zona vadosa.
Una vez dividida el área de estudio en celdas,
se aplica la ecuación de balance celda a celda. Los
elementos que intervienen en una celda en el balance se
muestran esquemáticamente en la ilustración 2, donde:
P = precipitación.
EVP = evapotranspiración.
ESD = escorrentía superficial generada en la celda.
ESD’ = escorrentía superficial proveniente de otras
celdas.
= humedad en la zona vadosa.
R = recarga.
La ecuación de balance aplicada en cada celda
expresa el cambio total de humedad en el suelo (HS):
Los parámetros del modelo son los siguientes.
Precipitación
La precipitación se incorporaal modelocomo información
de entrada, y se considera uniforme sobre el área donde
se aplica el modelo. Para considerar la variabilidad
espacial de la precipitación puede dividirse el area de
estudio en subáreas con diferentes precipitaciones. Se
utilizan registros diarios.
Escorrentía
Se calcula con base en el método del Número de Curva
(CN), desarrollado por el SCS de los Estados Unidos
(Soil Conservation Service, 1968). El método relaciona la
escorrentía total (ESD, en mm) con la precipitación (P) y
el coeficiente de capacidad de almacenamiento de
cada celda, por medio de la siguiente ecuación empírica:
Donde P es la precipitación (en mm), y se calcula
como una función del número de curva:
CN varía entre cero y cien como una función del tipo
de suelo, la cobertura, y las condiciones de humedad
antecedente del suelo. En Bradbury et al. (2000) se
presentan algunos cuadros con valores de CN para
diferentes combinaciones de textura del suelo y cobertura.
Una vez cuantificada la escorrentía en cada celda,
se transita sobre la superficie del terreno de acuerdo
con las direcciones de flujo obtenidas a partir de un
modelo de elevación digital. La escorrentía proveniente
de otras celdas es considerada como “precipitación
adicional” en la celda que la recibe, de modo que parte
de aquella puede convertirse en infiltración. Esto Último
supone un proceso iterativo, lo que es un refinamiento
del modelo con respecto a aquellos en donde se
considera la escorrentía como una cantidad fija que
sale del sistema sin tener la posibilidad de infiltrarse
durante su recorrido. El calculo de la escorrentía se
efectúa con resolución diaria a partir de los registros de
precipitación. Cuando se han extraído la escorrentía y la
infiltración a la precipitación de un día determinado, se
pasa al siguiente día y se repite el proceso. En el método
se supone que toda la precipitaciónque entra al sistema
en un día sale de él durante ese mismo día.
Evapotranspiración
Se calcula mediante alguno de los métodos que permite
obtener valores mensuales como: Thornthwaite-Mather,
Turc, Jensen-Haise y Blaney-Criddle (Bradbury et
al., 2000). En la aplicación que se presenta se usó la
ecuación empírica de Thornthwaite:
donde EVP es la evapotranspiración potencial en cm/
mes, T es la temperatura media mensual en grados
centígrados e l es el índice calórico anual dado por:
y a es un exponente dado en función de I, como se
muestra a continuación:
Estos registros se incorporan al modelo como
información de entrada. Al igual que la precipitación, se
asume que la evapotranspiración es uniforme dentro del
area delimitada para aplicar el modelo.
Infiltración
Se asume como un flujo vertical. Inicialmente se obtiene
a nivel diario como la diferencia entre la precipitación
(incluyendo la escorrentía proveniente de otras celdas)
y la escorrentía, separadas mediante el método del
Número de Curva. Nótese que según lo anterior no
se ha tenido en cuenta la evapotranspiración para
obtener la infiltración. Esto obedece a la descripción del
modelo, pero no afecta su interpretación física, ya que
en el paso siguiente se separa la evapotranspiración
de manera que no se convierte en recarga. Una vez
calculada la infiltración para cada día en cada celda, se
agregan los valores mensuales para compararlos con la
evapotranspiración.
Capacidad máxima de almacenamiento del suelo,
Representa la cantidad de agua que un suelo, con una
determinada textura y cobertura, es capaz de retener.
Esta cantidad debe ser satisfecha antes de que pueda
ocurrir la recarga. Su estimación depende, en general,
de factores relacionados con el suelo y la vegetación.
Puede estimarse según el criterio del modelador, de
acuerdo con la información disponible. Una manera de
obtenerla, en lamina de agua, es como resultado de un
producto entre la capacidad de campo (contenido de
humedad por unidad suelo) y la profundidad media
de raíces. Esta Última es la profundidad media que se
estima alcanzan las raíces de la vegetación que cubre
el suelo. En Bradbury et al. (2000) se presenta una tabla
con valores de la profundidad de raíces para diferentes
combinaciones de textura y cobertura del suelo. En el
modelo se asume que el agua que se infiltra por debajo
de la profundidad de raíces se convierte en recarga.
Humedad del suelo, HS
Una vez que se han calculado mensualmente la
infiltración (I) y la evapotranspiración (EVP), se estima
el cambio en la humedad del suelo para cada celda.
Se calcula HS como la diferencia mensual entre / y EVP.
Un valor positivo de HS indica un excedente de agua
que puede contribuir a la recarga, siempre y cuando se
satisfaga primero AS,,,. Un valor negativo de HS indica
que la cantidad de agua disponible para infiltración no
alcanza a satisfacer la evapotranspiración y, por ende, se
remueve humedad del suelo. Se parte de un valor inicial
de humedad del suelo y se calculan sus variaciones a
partir de los valores de HS obtenidos para cada mes. De
este modo se generan las estimaciones mensuales de
la recarga que al final se agregan para obtener, en cada
celda, la recarga potencial anual.
La modelación celda a celda permite obtener un mapa
que representa la distribución espacial de la recarga
potencial debida a la precipitación en un área determinada.
Un diagrama de flujo ilustrativo del modelo se muestra
en las ilustraciones 3a y 3b. En este diagrama se usa la
siguiente nomenclatura de subíndices y superíndices:
i=días (1,2,..., 365); k=meses (1,2, ..., 12);j=identificador
de celdas (1,2, ..., total celdas); n=contador de iteraciones
(1, 2, ... total iteraciones en un día).
Adaptación del modelo al caso de Puerto Berrío y
Puerto Nare
El modelo se aplicó en un area de 470 km² (ilustración
1). Inicialmente se generó un modelo de elevación
del terreno (MED) a partir de la cartografía digital
disponible en escala 1:25000 y algunos puntos de
control levantados en campo. Se escogieron celdas de
área igual a 100 m² (10 m x 10 m) para el MED y todas
las demás mallas generadas para representar algún
parámetro dentro del área de estudio. A partir del MED
se generó la malla de direcciones de flujo. Con el fin de
considerar la variabilidad espacial de la precipitacióny de
paso hacer mas eficiente el proceso computacional, se
dividió el area de estudio en nueve cuencas (ilustración
4). Al final, la información resultante en las diferentes
cuencas se integró para generar los mapas de recarga
correspondientes a toda el area de estudio.
Periodos de estudio
Se estimó la recarga potencial anual para los siguientes
tres periodos: condición normal (1985 -1986), año La
Niña (1988-1989) y año El Niño (1990-1991) (NOAA/
National Weather Service/Climate Prediction Center).
Cada periodo anual se inicia en noviembre debido a
una consideración sobre la humedad del suelo que se
expone mas adelante.
Precipitación
Se usaron registros diarios de precipitación de cuatro
estaciones hidrometeorológicas de la zona (ilustración
4). Los valores de precipitación media sobre cada
cuenca fueron calculados por polígonos de Thiessen.
La precipitación anual en cada una de las estaciones
utilizadas se muestra en el cuadro 1 .
Tipos de suelo
Se dispuso de un mapa donde se diferenciaban los tipos
de suelo por asociaciones, además de un cuadro que
contenía, entre otras, la siguiente información: nombre de
la asociación, código de cada asociación, subdivisión de
cada asociación en conjuntos,composición modal (es una
fracción que indica el porcentaje de area que representa
cada conjunto dentro de la asociación),granulometría típica
de cada conjunto, y capacidad de campo y granulometría
típica de cada asociación. A partir de esta información se
asignó a cada conjunto una textura de suelo (cuadro 2) de
acuerdo con la clasificación del triángulo de texturas.
Coberturas
Fue necesario reclasificar el mapa disponible de acuerdo
con la clasificación de coberturas de suelo de segundo
nivel propuesta por Anderson (Bradbury et al., 2000) en
la cual se proponen 29 categorías diferentes. Para la
reclasificación se tuvieron en cuenta las descripciones
de cada categoría y la interpretación de una imagen
de satélite (Landsat TM de 1995). El resultado de esta
reclasificación se presenta en el cuadro 3.
Capacidad máxima de almacenamiento del suelo, AS,,
Se tomaron los valores de profundidad de raíces
propuestos en Bradbury et al., 2000, con base en la
textura de cada una de las asociaciones de suelo y
para cada tipo de cobertura. La capacidad máxima
de almacenamiento para cada asociación, expresada
como lamina de agua, fue calculada como el producto
de su capacidad de campo por la profundidad de raíces
asociada (cuadro 4). Cuando la cobertura es “minería
activa” (categoría 75, ver cuadro 3), se asume que la
capacidad de almacenamiento es nula y, por lo tanto, la
precipitación que no se convierte en escorrentía se vuelve
parte de la recarga.
Escorrentía B, C o D) dados por el SCS en función de su capacidad de
infiltración, según las relaciones presentadas en Bradbury
Para la determinación del número de curva (CN) se et al., 2000.
agruparon los meses del año según su condición de Los valores de CN para las condiciones de humedad
humedad antecedente (I seca, ll media o III húmeda), que antecedente seca (I) y húmeda (111) se obtuvieron según
fue evaluada de acuerdo con la distribución interanual de la las siguientes ecuaciones de ajuste tomadas de la
precipitación, De este modo, la temporada de diciembre a referencia anterior:
febrero presenta una condición de humedad antecedente
seca (I); en los meses de abril, mayo, septiembre y octubre,
la condición de humedad antecedente es húmeda (III); y
para el resto del año, la condición de humedad antecedente
es media (II). En función de la textura del suelo se asignó
a cada conjunto uno de los cuatro grupos hidrológicos (A,
 posibles condiciones de humedad antecedente) a cada
conjunto. Luego se obtuvieron los valores de CN para
cada asociación como un promedio ponderado de los
valores de cada conjunto, usando la composición modal
(9) como factor de ponderación (cuadro 5).

En las ecuaciones anteriores todos los decimales Evapotranspiración

son significativos (Bradbury et al., 2000).
Con base en el grupo hidrológico y las diferentes Se calculó a partir de las ecuaciones 5, 6 y 7, usando los
coberturas se asignó un CN (para cada una de las registros de temperatura media mensual de la estación
Puerto Boyacá (ilustración 4). En el cuadro 6 se muestra
la EVP mensual para los tres años de estudio.
Humedad del suelo
Debe partirse de una humedad inicial del suelo cada
vez que se compararan en una celda la infiltración
y la evapotranspiración. Para asumir tal valor, se
consideró que en el mes de noviembre el suelo esta
completamente saturado debido a las lluvias de
octubre. Es por esto que los periodos de estudio se
iniciaron en noviembre con una humedad del suelo
igual a En los meses siguientes, la humedad
del suelo se obtiene así: se calcula la diferencia
mensual entre la infiltración y la evapotranspiración.
Cuando esta diferencia es positiva significa que hay
una entrada neta de agua al suelo que se suma a su
humedad antecedente. Si el resultado de esta suma es
mayor que la capacidad máxima de almacenamiento
del suelo, entonces el excedente se convierte en
recarga y el suelo queda saturado para iniciar los
cálculos el mes siguiente. Cuando la diferencia entre la
infiltración y la evapotranspiraciónes negativa, significa
que no se produce recarga y en cambio el suelo pierde
humedad. La cantidad de humedad que pierde el suelo
es, a lo sumo, igual a la diferencia negativa entre la
infiltración y la evapotranspiración, pero esta limitada
por la disponibilidad de humedad del suelo en ese
momento. La humedad remanente tras este proceso
es la humedad del suelo para el mes siguiente.
Algoritmo utilizado
El modelo se corrió mediante un programa escrito en
lenguaje Visual Basic. La información de entrada que
requiere el programa consiste en mapas en formato
raster y archivos de texto. Esta información es la
siguiente:
precipitación anual sobre la misma zona. La razón entre
la recarga y la precipitación, según el modelo, equivale
a un porcentaje entre el 5 y el 26% de la precipitación en
un año normal (considerando que la precipitación varía
entre 1,884 y 2,297 mm/año, y que la recarga entre 100
y 600 mm/año); entre el O y el 5% en un año El Niño
(considerando precipitaciones entre 1,370 y 1,954 mm/
año, y recargas entre O y 100 mm/año); y entre el 29 y el
49% en un año La Niña (considerando precipitaciones
entre 2,718 y 3,277 mm/año, y recargas entre 800 y
1,600 mm/año).
En el area de estudio, el relieve decrece en general
hacia el río Magdalena (de oeste a este) y es mas
aplanado al norte que al sur. El relieve mas llano al
norte favorece la recarga, mientras que la geomorfología
más ondulada con líneas de corriente mejor definidas
al sur de la zona favorece la escorrentía superficial.
Esto, sumado a una mayor distribución espacial de la
precipitación creciente de sur a norte, da como resultado
mayores recargas al norte que al sur del area de estudio.
Lo anterior sucede a pesar de las variaciones leves en
tipos y coberturas del suelo en el area.
El modelo tiene la ventaja de ser una simulación
hidrológica abierta en el sentido que lo presenta
Vélez (2001), porque permite usar en la simulación
diferentes esquemas conceptuales para modelar los
procesos, según lo disponga el analista, con base en
sus criterios acerca de la cuenca y el propósito de la
modelación.
Los resultados del modelo permiten plantear que en
un año de El Niño la recarga puede ser nula en algunas
zonas dentro del área de estudio; en cambio, durante un
año de La Niña, la recarga se incrementa en mas de un
100% con respecto a la condición media.
Conclusiones y recomendaciones
Las principal ventaja del modelo es su base en física,
que permite una simulación hidrológica abierta con la
que se modelan los procesos según el criterio y las
posibilidades del analista.
Además, ofrece la ventaja de que la información
requerida es generalmente accesible en los estudios
hidrogeológicos y, en particular, no se necesitan datos
de caudal. Unido a esto, el proceso iterativo que permite
hacer un balance hídrico celda a celda dentro de un
modelo digital de cierta zona podría aprovecharse
para extraer resultados de interés hidrológico, como
hidrógrafas y caudales mínimos.
Se considera que los parámetros que más influyen
en la recarga para el área de estudio son la topografía y
la precipitación, y no la textura del suelo y la cobertura.
En comparación con los resultados obtenidos
mediante las fórmulas empíricas, la recarga estimada
con el modelo es menor para los años de El Niño y
mayor para los de La Niña, debido a la consideración de
factores adicionales a las magnitudes de la temperatura
y la precipitación. Se considera que un valor promedio
de la recarga no es representativo de toda el area de
estudio.
Agradecimientos
Los autores agradecen a CORANTIOQUIA por la financiación y
permanente colaboración en el proyecto dentro del cual se realizó
este estudio, y a los revisores técnicos del presente artículo por sus
valiosos aportes.
Recibido:04/03/2004
Aprobado: 17/11/2004
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 Abstract

VÉLEZ, M.V., BOTERO, V., SALAZAR. J.F. & GÓMEZ, J. Recharge estimation in a Colombian region using an
iterative model. Hydraulic engineering in Mexico (in Spanish). Vol. XX, no. 2, April-June, 2005, pp. 61-77.

Many methods used to estimate groundwater recharge do not consider its spatial variability as a result of
climatic and topographic variations. This paper presents the application of a model to estimate potential
groundwater recharge due to rainfall in a tropical humid zone in east Antioquia (Colombia). The model is
implemented using an algorithm based on a water balance applied on a cell by cell basis, over a digital
representation of the study area. The required information to run the algorithm is relatively easy to obtain. The
most important advantage of the model is that it permits to simulate different processes. at the analyst's will,
according to his/her hydrological criteria and modeling purposes.

Keywords: recharge, groundwater, hydrological balance, iterative model, runoff, infiltration, Antioquia,
Colombia.

Dirección institucional de los autores:

Profa. María Victoria Vélez

Profesora asociada.
Universidad Nacional de Colombia sede Medellín,
Cra 80 núm. 65-223 B1 M2 of. 312,
teléfono: (57) (4) 425 5124,
fax: (57) (4) 425 5103,
apartado aéreo (a.a.)1027 de Medellín,
mvvelez@unalmed.edu.co

M. en C. Verónica Botero

Profesora asistente.
Universidad Nacional de Colombia sede Medellín, Antioquia,
Cra 80 núm. 65-223 B1 M2 of. 301,
teléfono: (57) (4) 425 5141,
fax: (57) (4) 425 5103,
vbotero@unalmed.edu.co

lng. Juan Fernando Salazar

Estudiante de maestría.
Universidad Nacional de Colombia sede Medellín, Antioquia,
Cra 80 núm. 65-223 B1 M2 of. 301,
teléfono: (57) (4) 425 5127,
fax: (57) (4) 425 5103,
juanfer78@yahoo.com

M. en C. Julián Gómez

Universidad Nacional de Colombia sede Medellín, Antioquia,

Cra 80 núm. 65-223 B1 M2 of. 301,
teléfono: (57) (4) 425 5246,
juliangmz@yahoo.com