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ESCUELA POLITÉCNICA NACIONAL

FACULTAD DE INGENIERÍA MECÁNICA


GESTIÓN DE LA CALIDAD

Deber N°1

Alumno: Kevin Jackson Reascos Taimal

Grupo: GR2

Dinero sucio: La estafa de Volkswagen

Volkswagen logró que más de medio millón de estadounidenses fueran cómplices involuntarios
de un ataque sin precedentes al medio ambiente. La empresa produjo autos a diésel limpio
diseñados sistemática y proactivamente para engañar a las pruebas de emisiones. Se considera el
mayor fraude empresarial sistemático en la historia de las empresas multinacionales que puso en
tela de duda la calidad de todos sus productos.

Contextualizándose en la historia, Adolf Hitler comienza la empresa Volkswagen en los años 30,
cuando los autos eran una rareza en Alemania. Hitler se comunica con Ferdinan Porshe, quien
tenía varios diseños guardados y que lograron cristalizarse gracias al financiamiento nazi.
Volkswagen se convirtió entonces en la industria más grande de la época. Para Volkswagen el
camino hacia el dominio global siempre pasó por Estados Unidos. En los años 60 las ventas
alcanzaron nuevas alturas y “El escarabajo” era el auto del pueblo, su mecánica era simple y
práctica. El auto que inicialmente fue destinado para Hitler se convirtió en símbolo de la
contracultura. Pero a partir de ahí Volkswagen no innovó y sus ventas cayeron al igual que la
calidad de sus productos.
Aparece entonces Ferdinan Piëch, el nieto de Ferdinan Porshe, un hombre brillante y proactivo
inventor del motor TDI (Motor de Inyección Directa Turbo). El nuevo motor se introdujo al
mercado con una gran campaña publicitaria que decía que el diésel era potente y limpio.
Volkswagen tuvo éxito con esto ya que el diésel es mucho más eficiente que la gasolina y produce
menos CO2, pero el escape del tubo diésel produce material particulado y NOx, que causan
contaminación del aire y dañan los pulmones. Los elementos del NOx se mezclan con el ozono y
luego se transforman químicamente en lo que se denomina esmog, un factor en la lluvia ácida que
daña la flora, causa asma en los niños, problemas cardiacos, cáncer y muerte prematura en las
personas. Para mantener la eficiencia del diésel y reducir el número de NOx los fabricantes como
Volkswagen, buscando mantener su prestigio de calidad por sobre el costo, intentaron crear
trampas que atrapaban y quemaban el material antes de que saliera por el tubo de escape, sin
embargo, las piezas especiales necesarias eran demasiado costosas y había que reemplazarlas cada
pocos miles de kilómetros, pero era la única forma de cumplir con los estándares de
contaminación establecidos en Estados Unidos que eran muchos más estrictos que en Europa.
La presión para aumentar las ventas se hizo insoportable y Volkswagen, decidido al conquistar el
mercado estadounidense, construyó una nueva fábrica ecológica en Chattanooga, Tennessee. Para
cumplir con las normas de contaminación estadounidense, Volkswagen reestructuró su línea de
productos e introdujo un nuevo diseño limpio, el motor TDI. El auto con este motor era
económico, ecológico, con consumo eficiente y divertidos de conducir, lo que cautivó a los
estadounidenses.
La solución de Volkswagen al problema diésel llamó la atención de un grupo centrado en el
transporte limpio, quienes estudiaron los motores, no para ver si eran malos, sino para saber por
qué eran tan buenos y para ver si podían ser modelos para otras empresas en Estados Unidos. El
hombre a cargo del grupo era un estadounidense llamado John German quien trabajó junto con
colaboradores de la Universidad de West Virginia. Se realizó pruebas de carácter estático y
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dinámico y la desviación con respecto las especificaciones del auto resultaron excesivas. Durante
la prueba en la carretera el motor TDI de Volkswagen estaba enviando hasta 40 veces más NOx
al aire que los números de prueba en el laboratorio. German se puso en contacto con Volkswagen
y le remitió los resultados de las pruebas, a lo que Volkswagen contesto diciendo que se trataba
de un fallo técnico. La empresa fue llamada a dar declaraciones del hecho, pero los encargados
solo buscaban tiempo con reuniones sin sentido bajo las escusas de que los encargados de la
realización de las pruebas de emisiones eran gente inexperta o que los instrumentos de medición
involucrados estaban mal calibrados.
La verificación de las pruebas finalmente logró que la empresa aceptase judicialmente su error y
pudiera enmendarlo, pero Volkswagen no arregló el problema, sino todo lo contrario, la compañía
arregló el dispositivo para mejorar la forma en la que hacían trampa. Con la propia prueba de
Volkswagen los ingenieros descubrieron que a veces los controles de contaminación funcionaban
como debía ser en la carretera, pero eso causa un desgaste en el sistema de escape, así que, para
proteger los autos, los ingenieros de Volkswagen cambiaron el software para que los controles de
contaminación se desconectaran tan pronto como el conductor moviera el volante.
Cuando quedó claro que el engaño de Volkswagen no funcionaba, acordaron una serie de
reuniones con la CARB (Junta de Recursos del Aire de California) en agosto del 2015. La razón
por la que Volkswagen finalmente confesó es muy simple, la EPA (Agencia de protección
Ambiental) les dijo que si no confesaban no podrían certifican ningún vehículo en 2016 incluidos
sus vehículos de gasolina, eso significaba que Volkswagen no podría vender automóviles nuevos.
El jefe a cargo de Volkswagen en Estados Unidos negó tener conocimiento alguno del dispositivo
de engaño, pero se vio obligado a renunciar al día siguiente de haber dado la declaración.
Consecuentemente el congreso de los Estado Unidos empezó a investigar con una pregunta en
mente: ¿Qué tan lejos llegó el engaño? El estado de Nueva York se hizo cargo y lanzó una
demanda civil que proclamaba fraude por parte de Volkswagen.
Volkswagen miró una posibilidad de salida comparando su modelo 2013 con tecnología Ford
vieja D-250. Entonces diseña una prueba para determinar el efecto de los gases de escape en
humanos, pero finalmente se decidió hacer en un laboratorio que usaba primates. El mono estaba
expuesto al gas durante un período de tres a cuatro horas es llevado luego se llevaba a una estación
aparte donde se le hacían pruebas de sangre y muestras pulmonares. Los resultados fueron
contundentes y solo reafirmaban el fraude, por lo que Volkswagen intentó sobornar al encargado
de las pruebas toxicológicas del laboratorio involucrado.
Finalmente, Volkswagen pierde el juicio con severas consecuencias penales y civiles. Como parte
de la resolución, Volkswagen se declara culpable de tres delitos: conspiración para defraudar el
país para cometer fraude electrónico y violar la Ley del Aire Limpio, obstrucción de la justicia e
importación de bienes bajo afirmaciones falsas.
A pesar de todos los escándalos, las multas y los cargos penales, Volkswagen alcanzó su sueño
de convertirse en el mayor fabricante de automóviles del mundo. Al mismo tiempo con la elección
del Presiente Trump, el gobierno federal declaró que las ganancias corporativas ahora serían más
importantes que proteger el medio ambiente. Estados Unidos se retiró del acuerdo climático de
París lo que provocó que Siria y Nicaragua sean las únicas naciones de la Tierra en abandonar el
esfuerzo para prevenir el calentamiento global. La administración Trump también ha amenazado
con socavar con la CARB en California debido a sus estrictos controles de contaminación del
aire.
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Deber N°1

Resulta interesante saber que la mayoría de directivos no recibieron mayor sanción penal, esto
deja mucho a la imaginación acerca la calidad ética de la sociedad en la que estamos inmiscuidos.
La reputación de la empresa bajo y la calidad de los productos Volkswagen perdió credibilidad
en un intento de competencia desleal, ya que la multinacional infringió de manera consciente la
legislación ambiental que todas las empresas del sector están obligadas a cumplir, con lo que
conseguía dar a sus vehículos una potencia extra que suponía una ventaja competitiva con
respecto a sus competidores. También se vulneraron las buenas prácticas que la empresa está
obligada a cumplir con sus clientes ya que les vendía un producto cuyas características diferían
de las que realmente tenía. Por otro lado, además de actuar deshonestamente con sus clientes y
con el mercado, Volkswagen despreció los riegos medioambientales contaminando el aire que
todos los ciudadanos respiran, no solo sus clientes, lo que supone un perjuicio para toda la
sociedad en su conjunto. En este caso parece que Volkswagen prefirió mirar más por sus
beneficios e ignorar todas estas infracciones y los costes sociales de su actuación.

Fuente: Netflix. (2018). Dirty Money: NOx duro. Recuperado de https://www.netflix.com/

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