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JUAN DAVID PÉREZ ECHEVERRÍA

25 DE MAYO DEL 2018


CURSO: 805 BOGOTA D.C
MATERIA: LENGUA CASTELLANA
DOCENTE: EDNA LILIANA LOZANO
MUSEO COLONIAL
INTRODUCCIÓN

I. DESCRIPCION DEL LUGAR.


II. APRENDIZAJE.
III. LO MÁS SIGNIFICATIVO.
IV. EL PERIODO COLONIAL Y ARTE.
V. TABLA “LAS CONVULSIONES DE LUIS VARGAS TEJADA”.
I. DESCRIPCION DEL LUGAR
El museo colonial se ubica en el claustro de las aulas, sede original del colegio Máximo de la
compañía de Jesús durante el siglo XVII y de la academia Javeriana en el siglo XVIII. El museo
colonial cuenta con dos pisos, en los cuales podemos observar líneas de tiempo de la historia
de Colombia, también podemos encontrar cinco salas en donde podemos ver la gran
variación de pinturas, esculturas, mobiliario, textiles y toda la parte de platería de los siglos
XVII y XVIII. Cabe aclarar que dentro del museo hay una tienda en la que podemos comprar
recordatorios del museo o información de este, es muy amplio y tiene gran variedad de
información, esculturas, pinturas, obras entre otros. :

1. Primera Sala: “La imagen colonial: entre el medio la salvación y la naturaleza de


un territorio vacío”. En esta sala podemos observar como la imagen colonial fue
producto de la expansión del mundo europeo, el cual transitaba de la oralidad
medieval a la escritura moderna. También vemos cuales fueron las funciones que
se desempeñó entre los siglos XVI y XVIII en los procesos de apropiación del
territorio, evangelización de los indígenas y creación de un nuevo orden colonial, en
el cual se fueron configurando los nacientes sujetos coloniales. Y por último
veremos el gran cambio que tuvo lugar en el siglo XVIII, con la fundación del
Virreinato del Nuevo Reino de Granada.

2. Sala 2: “El viaje: encuentro y transformación de dos mundos”.


En esta sal podemos ver una larga travesía la cual dio vida a un proceso de
intercambio de ideas, objetos, productos e idiomas que determino, finalmente, la
transformación tanto de América como de Europa. Como podemos observar gracias
a este viaje emprendido por Cristóbal Colon en 1942, muchos hombres recorrieron
el océano, convirtiendo entonces en escenario de transformación global. Esta
expedición, que en principio se situó como aventura hacia lo desconocido, termino
convertida en la mayor empresa social, comercial y cultura de la historia y dio origen
al Nuevo Mundo.
3. Sala 3: “Las ciudades del Nuevo Reino de Granada: habitar el territorio”
La sala “Las ciudades coloniales” nos muestra cómo fue levantar las distintas
ciudades en el territorio de lo que fue el Nuevo Reino de Granada. En la primera
parte, podemos ver qué ciudades se fundaron y luego perecieron, cuáles fue
necesario correrlas de lugar y cuáles aunque permanecieron inmóviles en el
territorio, fueron muy dinámicas en su interior. En la segunda parte, podemos saber
qué actores sociales participaron de su levantamiento y edificación, así como
entender si realmente fue fructífera la idea de la Corona de crear una “república de
españoles” y una “república de indios”. Finalmente, en la tercera parte, vemos las
transformaciones de las ciudades a partir del cambio de dinastía en la Corona
española.
4. Sala 4: colegiales y artesanos: Manos que escriben, manos que construyen”
Es esta sala podemos ver que en los siglos XVII y XVIII, en el Nuevo Reino de
Granada, los colegios fueron espacios restringidos a un sector de la población y no
todos pudieron acceder a ellos. Los colegiales eran pocos. Sin embargo, esta
limitación no implicó la inexistencia de otras formas de aprendizaje y de acceso a
múltiples conocimientos. En esta sala veremos la manera en que se establecieron
los diferentes procesos de aprendizaje en esta época. Procesos que no estuvieron
restringidos exclusivamente a las aulas de clases, sino que se presentaron también
en los talleres de artesanos donde mestizos, indígenas y africanos esclavizados
aprendieron a dominar diversos oficios.

5. Sala 5: “La Colonia: un pasado aún presente”


En esta sala podemos concluir que el recorrido nos propone una mirada
reflexiva sobre la cultura contemporánea para descubrir el legado colonial que
está presente en nuestra actualidad y cómo este se ha transformado con el
tiempo.
II. APRENDIZAJE:
Lo que aprendí sobre el Museo Colonial fue que la importancia de las pinturas, obras y
esculturas que allí se encuentran de la época colonial, las cuales como veíamos eran de gran
importancia en los siglos XVII y XVIII. Como vemos también es de gran importancia la
conquista por Cristóbal Colon en 1942, pues ya que a esta conquista fue que dio origen al
Nuevo Mundo.
Cabe aclarar que el museo continúa trabajando acorde con su misión en la protección,
investigación y comunicación del patrimonio colonial colombiano, con el fin de ofrecer al
público y a los investigadores un museo actual, ligado a las más recientes tendencias
museológicas.
Nuestro presente está lleno de elementos que son producto de las transformaciones
materiales, sociales y culturales ocurridas en la Nueva Granada entre los siglos XVI y XVIII.
Puede que esto no sea evidente, pero si nos detenemos a analizar ciertos aspectos de
nuestra cotidianidad veremos que la Colonia no es un periodo lejano y muerto, sino que
forma parte esencial de la identidad colombiana.

Jesús y San Juan autista Niños San Joaquín y la niña María

III. LO MAS SIGNIFICATIVO:


Lo que más me gusto del Museo Colonial fueron las obras de virreyes. A finales de la década
de 1940, ingreso al museo un grupo de piezas importantes: el conjunto de virreyes,
transferido desde el Museo Nacional. La serie de retratos, atribuidos en su mayoría a
Joaquín Gutiérrez, se sitúan como la mejor muestra de la pintura virreinal neogranadina del
siglo XVIII. Los retratos de virreyes como José Solís Folch de Cardona, no solo son
representativos de la pintura civil neogranadina, sino que también muestran el vestuario y
el ceremonial adoptado por la corte virreinal en la Nueva Granada entre 1739 y 1810. Puedo
decir que también me gustaron porque en las décadas de 1950 y 1960, esta colección de
obras y pinturas de virreyes se complementaron con adquisiciones de pintura, escultura,
platería, textiles y libros antiguos llamando la atención del público y de investigadores
nacionales pues ya que son altamente representativos en la época colonial.

SIMBOLO DE LA TRINIDAD DEFENSA DE TESIS DOCTORAL DE LA UNIVERSIDAD JAVERIANA

IV. EL PERIODO COLONIAL Y ARTE.

LA CASA DE LAS AULAS: LOS JESUITAS Y EL COLEGIO MÁXIMO DE LA COMPANÍA:

Arca de levantar un edificio jesuítico para instalar allí el colegio máximo fue emprendida
inicialmente por el arzobispo Bartolomé Lobo Guerrero, poco antes de la llegada de la Compañía
de Jesús a Santafé En 1596, cuando Lobo Guerrero e desempeñaba como inquisidor general en la
Nueva España, fue designado como arzobispo de Santafé, a donde viajo en compañía de los
sacerdotes jesuitas Alonso de Medrano y Esteban Páez, con quienes adelantó gestiones para el
establecimiento de la Orden en la Nueva Granada. En 1600, los dos jesuitas con el apoyo del
arzobispado, adquirieron las casas pertenecientes al arcediano (sacerdote principal de la catedral)
Francisco Porras Mejía y a su hermano, Juan Chacón de Porras. Dichas casas estaban ubicadas
sobre la actual carrera 6, entre las calles 9'y to unas en el costado oriental y otras, en el occidental
Asimismo, cl arzobispado cedió a los jesuitas el lote contiguo a la catedral por el norte el que se
encontraba en la esquina de la calle con la calle Real, con compras posteriores, completaron la
manzana. El general de la Compañía, Claudio Acu aviva, designó al padre Juan Bautista Coluceini
para que diseñara el complejo arquitectónico jesuítico de Santafé. Coluccini, quien llegó a la
ciudad en 16o4, hizo un diseño dividido en tres cuerpos En el lado occidental de la manzana, ubico
un edificio reservado como internado de los sacerdotes, colindante por el oriente con el templo de
la Compañía Junto a la iglesia, por el lado oriental, se encontraba el edificio de las aulas, sede del
colegio máximo. Teniendo en cuenta el plano "iglesia y Colegio de San Ignacio de Bogotá" que se
encuentra hoy en el gabinete de estampas de la Biblioteca Nacional de Francia Coluccini diseñó la
estructura arquitectónica a partir de tres edificios comunicables entre sí, en cuyo centro se
ubicaba el templo, trazado bajo el mismo patrón de la iglesia mayor de la Compañía la iglesia del
Gesù, ubicada en Roma. Según el plano de Coluecini, el edificio Iglesia de los indios'; por el oriente,
a los salones de "Mayores y "Menores" por el sur accesos laterales del templo de San Ignacio de la
Casa de las Aulas se estructuró a partir de un patio central cercado por arcadas en sus cuatro lados
por el norte daban paso a la a los salones de artes y teología, la huerta y el jardín, y por el
occidente daban paso a los El proyecto planteado inicialmente por Coluccini fue ampliado en
1606, debido a la adquisición de las casas del oidor del arzobispo, que se encontraban frente a lo
Casa de las Aulas, calle de por medio Allí, el arquitecto italiano propuso levantar un edificio
complementario a la manzana jesuítica, en el cual funcionaria el colegio seminario de San
Bartolomé, actualmente Palacio de San Carlos, dirigido a la formación del clero local.

DE COLEGIO A UNIVERSIDAD: LA CASA DE LAS AULAS COMO SEDE DE LA UNIVERSIDAD


JAVERIANA: En 1612, todo aquel que estudiaba en el colegio debía titularse por fuera de él, en
alguna institución española o americana que tuviera autorización real para otorgar grados. La
situación no simpatizaba a los jesuitas, razón por la cual el general de la Orden instó a los
sacerdotes ubicados en Santafé para solicitaran la entrega del título de universidad al Colegio de
Santafé. Las gestiones iniciadas ese año ante el rey Felipe III no arrojaron resultado alguno, salvo la
reiterada negativa del monarca. En 1618, esta situación llevó al general Acu aviva a solicitar la
ayuda del papa Paulo quien por medio del breve Carissimi in Cris emitido el de marzo de 1619,
autorizó que los jesuitas graduaran a sus estudiantes. El monarca firmó la aprobación por medio
de una real cédula, fechada en Madrid el 20 de noviembre de 1620. A partir de entonces el Colegio
de la Compañía, desde ese momento consagrado a san Francisco Javier y denominado Academia
Javeriana, comenzó a otorgar grados en Artes (Filosofía) y Teología. En 1704, la Universidad
Javeriana también recibió la autorización real para erigir la Facultad de Derecho, que estuvo
vigente to, hasta 1767. La cotidianidad del colegio jesuítico se mantuvo hasta el primero de agosto
del mismo año, cuando los jesuitas fueron expulsados de Santafé. El decreto de expulsión, escrito
con puño y letra del rey Carlos III, fue recibido por el virrey Pedro Messía de la Zerda el 7 de julio
de 1767, y en él se exigía arrestar a todos los jesuitas del reino y expropiar todos sus bienes. Para
esa fecha, la Compañía contaba con tres casas en Santafé de Bogotá Colegio Máximo o Casa de las
Aulas, el Colegio Seminario de San Bartolomé, donde desde 1687 también funcionaba el Colegio
de Primeras Letras; y la residencia jesuítica, ubicada en el barrio Las Nieves.

LA CASA DE LAS AULAS EN EL TRÁNSITO DE LA COLONIA A LA REPUBLICA:

Tras la expulsión de los jesuitas, la Casa de las Aulas sirvió, en primera insta depósito de los bienes
incautados a la Compañía. En sus salones se ubicaron los muebles, pinturas, libros y demás
enseres expropiados, en espera de ser inventariados. Allí mismo e situó la oficina del fiscal Antonio
Moreno y Escandón, quien era el encargado de levantar los inventarios y ejecutar la expropiación.
La labor, concluida a finales de 1767, dio como resultado el traspaso de los bienes de la Compañía
al gobierno virreinal. La Casa de las Aulas se mantuvo como depósito de una parte del mobiliario,
así como del conjunto de libros de los jesuitas, compuesto por 4.182 volúmenes. La casa sirvió
como biblioteca privada del virrey y a sus salas acudieron los principales del reino, ya fuera para la
celebración de algún acto público o para leer los volúmenes allí resguardados. En 1776, el virrey
Manuel Guirior decidió trasladar la colección bibliográfica que se hallaba en la Casa de las Aulas al
Palacio de San Carlos, con el fin de abrir allí la primera biblioteca pública de Santafé. Mientras esto
ocurría, la Casa de las Aulas seguía siendo utilizada como depósito de mobiliario y objetos
pertenecientes al palacio virreinal y, en determinados casos, sus salones eran utilizados para
recepciones o actos gubernamentales. La casa se mantuvo así hasta 1811, cuando el
establecimiento de la Junta del 20 de Julio determinó un cambio en el rumbo gubernamental del
reino. A partir de entonces, la Casa de las Aulas fue utilizada como sala alterna de sesiones de la
junta, y a partir de diciembre de 1811, instaló capilla de indios el Colegio Electoral, que confirmó a
Antonio Nariño como presidente titular del Estado de Cundinamarca. Durante la llamada Patria
Boba (1811-1816), que dividió a centralistas y federalistas, Antonio Nariño transformó la Casa de
las Aulas en el cuartel general de sus tropas. Con la entrada del ejército de reconquista a la ciudad,
en mayo de 1816, la Casa de las Aulas fue confiscada y pasó a manos del Tribunal de Pacificación.
A partir de entonces y hasta 1817, sirvió como sede alterna del tribunal. Al menos entre 1817 y
1822, el edificio funcionó como sede de operaciones del Ejército Realista y, posteriormente, como
cuartel de las tropas libertadoras y depósito de pólvora. En 1819, consolidada la independencia, se
borraron todos los escudos españoles de los edificios públicos por orden del Libertador, incluido el
que ostentaba la Casa de las Aulas en su fachada, como registro del fin del dominio español. En
1822, la idea de convertir el Palacio de San Carlos en sede presidencial motivo el traslado de la
biblioteca pública allí ubicada s los salones de la Casa de las Aulas, que por decreto del presidente
Francisco de Pala Santander, se convirtió en la Biblioteca Nacional. Esta biblioteca no solo contaba
con la colección jesuítica, sino también con donaciones de santafereños que se incrementaron
gracias a una serie de decretos que disponían dejar en la biblioteca una copia de toda producción
bibliográfica hecha en el país La capilla de indios siguió siendo utilizada para actos
gubernamentales y como sede de las ceremonias de grado de las universidades lo cual le lego a
este espacio el apelativo de salón de grados. En 1824, nuevamente gracias a un decreto de
Santander, el segundo piso de la casa de las Aulas sirvió como sede del Museo y Escuela de
Ciencias Naturales, célula de la futura Nacional de Colombia, que ocuparía los mismos salones
entre 1845 y 1913.

EL MUSEO DE ARTE COLONIAL: Desde 1940, el presidente de la república, Eduardo Santos,


había manifestado la intención de configurar un museo centrado en el arte del periodo
colonial, a partir de las colecciones de pintura y escultura que poseían las familias
bogotanas. Acompañado en su empeño por el Ministro de Educación, German Arciniegas,
y por intelectuales de la época, como Luis Alberto Acuña y Guillermo Hernández de Alba, el
6 de agosto de 1942 se inauguró el Museo de Arte Colonial, entregado a Bogotá como
presente en el día de su cumpleaños. Desde su fundación, el museo estableció, a partir de
sus colecciones de pintura, escultura, mobiliario, textiles, numismática y documental,
diferentes visones sobre el periodo colonial, sustentadas en las interpretaciones que se
hacía de las piezas. Se destacan las ideas que relacionaban la producción colonial con el arte
europeo, vigentes a lo largo de las décadas de 1950 y 1960, o aquellas que interrogaban
pinturas, las esculturas o el mobiliario desde procesos sociales como el mestizaje y los
oficios americanos. A partir de diferentes narrativas y perspectivas frente a la colección, el
museo dio vida a una historia de lo colonial centrada en el discurso artístico, que se vio
reflejada tanto en los guiones expositivos, como en la producción investigativa desarrollada
en las décadas de 1960 y 1970. Asimismo, la visión de lo colonial propuesta por el museo
colonial que se produjo en el país durante esas décadas, gracias, en parte, a que quienes
fueron pioneros en dichos estudios también asumieron la dirección del museo. Finalmente,
en el 2009, el museo logró acrecentar una colección que, a partir de compras y donaciones,
da cuenta de la producción visual, escultórica y de mobiliario de los siglos xvi, xvii y xviii en
la Nueva Granada. A partir de entonces, la colección sirvió como base, ya no para relatar
una historia del arte, sino más bien para abrir el espectro investigativo hacia los procesos
socioculturales propios del periodo colonial. Esta perspectiva, en la que el objeto se
convierte en narrador de un contexto, ha forjado nuevas temáticas, dirigidas a que el
público analice y comprenda lo colonial en relación con su presente.
LA COLECCIÓN DEL MUSEO: El origen de la colección del Museo Colonial se halla en las
colecciones particulares establecidas en Bogotá tras el decreto de desamortización,
impuesto por Tomás Cipriano de Mosquera en 1861. Gracias a la expropiación y venta de
bienes de la iglesia, las familias de la élite bogotana pudieron adquirir pinturas, esculturas
y mobiliario propio del periodo colonial. Posteriormente, mucho de estos bienes fueron
donados o vendidos a los museos. El núcleo fundamental de la colección del Museo Colonial
es Vásquez de Arce y Ceballos, vendido por Carlos Pardo al gobierno nacional en 1941.Los
dibujos, que se consideraron como el motor que dio vida a la idea de hacer un museo
colonial, eran considerados como una muestra única, en tanto que no había evidencia de
ningún otro pintor del siglo xvii que hubiese ejecutado dibujos que sirvieran como boceto a
sus obras. La atribución realizada por Roberto Pizano, biógrafo de Vásquez, sumada a la
historia de su hallazgo, convirtieron este conjunto en un hito de la historia del arte nacional,
por lo cual se destacó como parte importante de la colección. Sin embargo, actualmente la
autenticidad y autoría de los dibujos han sido puestas en duda, por estudios que evidencian
incongruencias en torno a su datación.
V. TABLA “LAS CONVULSIONES DE LUIS VARGAS TEJADA”.

Fragmento de la obra Relación con algún aspecto Explicación


encontrado en el Museo Colonial
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