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F. BARRIOS PANIAGUA.
2. Traducción y comentarios.
La traducción, mis comentarios y las figuras que acompañan el texto anterior se
encuentran a continuación. Es importante resaltar que aunque son dos las figuras
1
mencionadas en el texto, esencialmente sólo una de ellas es necesaria (en este senti-
do los demás textos consultados, v. gr. [BC16] y [G92] dan únicamente la figura 109
2 F. BARRIOS PANIAGUA.
y ¿olvidan?, ¿obvian? sin mención alguna la 110, cuyo único rol pareciera ser rati-
ficar visualmente el corolario con que se cierra el apartado y que le da a J.M. Child
([BC16], p. 124) un motivo más, discutible sin duda, para asegurar que Barrow fue
el primero en observar la importancia del hecho de que integración y diferenciación
son operaciones inversas entre sı́.)
XI. Sea ZGE una curva con eje V D, al cual se aplican perpendiculares (V Z, P G,
Fig.109 DE) desde aquélla inicial V Z y de manera continua y creciente. Más aún sea V IF
una curva tal que para cualquier recta EDF perpendicular a V D (la cual hace
con las curvas los puntos E, F , ası́ como D con V D) el rectángulo formado por
DF y una longitud dada R iguala siempre el espacio delimitado por V DEZ. Por
otro lado, hágase DE : DF :: R : DT y trácese la recta T F . Ésta toca a la curva
V IF .
Comentario: En primer lugar nótese que Barrow no define T sino que la deter-
mina de modo indirecto y únicamente con base en la proporción DE : DF :: R : DT .
Asimismo, R debe ser una longitud fija y dada de antemano, para satisfacer la ho-
mogeneidad indispensable entre los elementos involucrados en la razón R : DT (cf.
[E-H] V, def. 3.)
Dejando otras cosas del mismo modo, si las ordenadas V Z, P G, DE etc., decrecen
continuamente, la misma conclusión se obtiene por un razonamiento similar; con
la única diferencia que en este caso (contrario al anterior) la curva V IF resulta
ser cóncava con respecto al eje V D.
3. Conclusiones.
Sea y = f (x) la gráfica en el plano de una función continua y creciente definida en
algún intervalo [0, a) ⊆ R>0 , sólo que orientado el plano negativamente. Definimos
la función Y = F (x) a través de la condición:
Z x
(1) Y = f (t) dt;
0
es decir, la ordenada F (x) realiza el área debajo de la curva y = f (x) entre las
ordenadas V Z y DE representadas por y = 0 y y = x respectivamente (nótese que
estamos eligiendo una escala tal que R = 1). Para encontrar la tangente a Y en el
punto (x, F (x)), Barrow elige a partir del punto D = (x, 0) un punto T := (xT , 0)
determinado por la relación:
1 1 f (x) DE
(2) = = = ;
DT x − xT F (x) DF
o de modo equivalente:
F (x)
(3) x − xT = .
f (x)
Posteriormente Barrow se avoca a establecer que la recta definida por los puntos
(x, F (x)) y (xT , 0) es tangente a Y = F (x) en (x, F (x)). Esto equivale en nuestros
dı́as a que la pendiente de dicha recta:1
F (x)
(4) m := = f (x),
x − xT
sea igual a aquélla dada por:
dY
(x);
dx
es decir,
Z x
d
(5) f (t) dt = f (x);
dx 0
Los dos puntos anteriores deben servir como piedra de toque ante cualquier
análisis que busque escudriñar no sólo [B74], sino todo la obra de Barrow con miras
a establecer o refutar afirmaciones como la siguiente (subrayado del autor):
Isaac Barrow was the first inventor of the Infinitesimal Calculus;
Newton got the main idea of it from Barrow by personal communi-
cation; and Leibniz also was in some measure indebted to Barrow’s
work, obtaining confirmation of his own original ideas, and sugges-
tions for their further development, from the copy of Barrow’s book
that he purchased in 1673. (Cf. [BC16], vii),
porque si bien el confirmar la validez de lo anterior más allá de toda especulación
resulta, al parecer, un ejercicio inútil más cercano al chisme que a la investigación
académica seria, no podemos desestimar absolutamente el hecho de que los resulta-
dos de Barrow y aun la presentación de los mismos proporcionaron cierto impulso
al desarrollo del cálculo infinitesimal en Inglaterra y a la aritmetización de éste con
ecos teóricos y metodológicos que parecen todavı́a resonar en nuestros dı́as.
Referencias
[MKW] Anderson, M. et al (eds.); Sherlock Holmes in Babylon and Other Tales of
Mathematical History; The Mathematical Association of America, EE. UU.
2004.
[B74] Barrow, I.; Lectiones Opticae & Geometricae: in quibus phaenomenon opti-
corum genuinae rationes investigantur, ac exponuntur: et generalia curvarum
linearum symptomata declarantur ; ed. por Guilielmi Godbid, Londres 1674.
[BC16] Child, J.M. (ed.) The geometrical lectures of Isaac Barrow. Translated, with
notes and proofs, and a discussion on the advance made therein on the work of
his predecessors in the infinitesimal calculus; The Open Court Publishing Co.,
Londres 1916.
[E-H] Euclid (Euclides); The Thirteen Books of The Elements. Translated with intro-
duction and commentary by Sir Thomas L. Heath, vol. 2 (books III-IX); 2a.
edición; Dover Publications, Inc.; Nueva York, EE. UU. 1956.
[G92] González Urbaneja, P.M.; Las raı́ces del cálculo infinitesimal en el siglo XVII.
Una investigación histórica sobre las técnicas y métodos que condujeron al
descubrimiento del cálculo infinitesimal; Alianza Editorial, Madrid 1992.