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EL TEOREMA FUNDAMENTAL DEL CÁLCULO EN LAS LECTIONES

GEOMETRICAE (1674) DE ISAAC BARROW.

F. BARRIOS PANIAGUA.

“If I have seen further it is by standing on ye sholders of Giants.”


Isaac Newton,
Carta a Robert Hooke (15 de febrero de 1676.)

1. El texto latino de Barrow.


Hacia el final de la Lectio X ([B74], pp. 78) encontramos el siguiente apartado:
XI. Sit linea quaepiam ZGE, cujus axis V D; ad quam impri-
mı̀s applicatae perpendiculares (V Z, P G, DE) ab initio V Z con- Fig.109
tinuè utcunque crescant; sit item linea V IF talis, ut ductâ quâcunq[ue];
rectâ EDF ad V D perpendiculari (quae curvas fecet punctis E, F ,
ipsam V D in D) sit semper rectangulum ex DF , & designatâ quâ- (10)
dam R aequale spatio respectivè intercepto V DEZ; fiat autem DE.
DF :: R.DT ; & connectatur recta T F ; haec curvam V IF
cotinget.

Sumatur enim in linea V IF punctum quodpiam I (illud primò su-


pra punctum F , versus initio V ) & per hoc ducantur rectae IG ad Fig. 110 (15)
V Z, ac KL ad V D parallelae (quae lineas expositas secent, ut vides)
éstque tum LF.LK :: (DF.DT ) :: DE.R; adeóque LF ×
R = LK × DE. Est autem (ex praestituta linearum istarum natura)
LF × R aequale spatio P DEG; ergò LK × DE = P DEG =
DP × DE. Unde est LK = DP ; vel LK = LI. (20)

Rursus accipiatur quodvis punctum I, infra punctum F , reliquáq[ue];


fiant, utı̀ priùs; similı̀que jam planè discursu constabit fore LK × DE
= P DEG < DP × DE, unde jam erit LK < DP , vel LI. E
quibus liquidò patet totam rectam T KF K intra (seu extra) curvam
V IF I existere. (25)

Iisdem quoad cetera positis, si ordinata V Z, P G, DE &c. con-


tinuè decrescant, eadem conclusio simili ratiocinio colligetur; uni-
cum obvenit Discrimen, quod in hoc casu (contra quàm im priore)
linea V IF concavas suas axi V D obvertat.

Corol. Notetur DE × DT aequari spatio V DEZ. (30)

2. Traducción y comentarios.
La traducción, mis comentarios y las figuras que acompañan el texto anterior se
encuentran a continuación. Es importante resaltar que aunque son dos las figuras
1
mencionadas en el texto, esencialmente sólo una de ellas es necesaria (en este senti-
do los demás textos consultados, v. gr. [BC16] y [G92] dan únicamente la figura 109
2 F. BARRIOS PANIAGUA.

y ¿olvidan?, ¿obvian? sin mención alguna la 110, cuyo único rol pareciera ser rati-
ficar visualmente el corolario con que se cierra el apartado y que le da a J.M. Child
([BC16], p. 124) un motivo más, discutible sin duda, para asegurar que Barrow fue
el primero en observar la importancia del hecho de que integración y diferenciación
son operaciones inversas entre sı́.)

XI. Sea ZGE una curva con eje V D, al cual se aplican perpendiculares (V Z, P G,
Fig.109 DE) desde aquélla inicial V Z y de manera continua y creciente. Más aún sea V IF
una curva tal que para cualquier recta EDF perpendicular a V D (la cual hace
con las curvas los puntos E, F , ası́ como D con V D) el rectángulo formado por
DF y una longitud dada R iguala siempre el espacio delimitado por V DEZ. Por
otro lado, hágase DE : DF :: R : DT y trácese la recta T F . Ésta toca a la curva
V IF .

Comentario: En primer lugar nótese que Barrow no define T sino que la deter-
mina de modo indirecto y únicamente con base en la proporción DE : DF :: R : DT .
Asimismo, R debe ser una longitud fija y dada de antemano, para satisfacer la ho-
mogeneidad indispensable entre los elementos involucrados en la razón R : DT (cf.
[E-H] V, def. 3.)

Figura 1. Las figuras 109 y 110 de las Lectiones. Obsérvese que


en ambas aparece como parte de la figura la longitud dada R.
BARROW Y EL TEOREMA FUNDAMENTAL DEL CÁLCULO. 3

Barrow afirma que la recta T F toca [cotinget] a la curva V IF , i.e., es tangente


a ésta en el punto F , para acto seguido dedicar el resto del apartado a establecer,
clásica y geométricamente, la validez de su aseveración.

De hecho si se elige en V IF el punto I (primero del lado de F hacia V ) y por éste se


trazan las rectas IG paralela a V Z, ası́ como KL paralela a V D (las cuales cortan Fig. 110
las rectas como se muestra en la figura) entonces LF : LK :: (DF : DT ) :: DE : R
o LF × R = LK × DE. Aunque (de la naturaleza presentada de las lı́neas [DF y
P I]) LF × R es igual al espacio P DEG; por tanto LK × DE = [área]P DEG <
DP × DE. De lo cual se sigue que LK < DP o bien LK < LI.

Comentario: Por definición de la curva V IF se tiene:


DF × R = área V DEZ
− PI × R = área V P GZ
LF × R = área P DEG,
toda vez que DF − P I = LF . Es importante mencionar aquı́ que ni [BC16] ni [G92]
concluyen adecuadamente el párrado anterior: en ambos casos encontramos la de-
sigualdad (en notación moderna) LK < DP < LI que no se encuentra en el texto
de Barrow (vid Figura 2). Lo que el autor está puntualizando aquı́ es el hecho de
que para cualquier perpendicular al eje V D que pase por P < D determinando al
punto de instersección I, la diferencia entre la abscisas involucradas según la figura
109 satisfará xL − xK < xL − xI , lo que (esencialmente) concluye la demostración
toda vez que esto indica que la recta F T permanecerá por debajo de la curva V IF .

Figura 2. Texto original del renglón 20. El sı́mbolo = equivale al


actual “menor que” (cf. la Brevitatis gratiâ notae[...] que antecede
la Lectio I en [B74].)

Asimismo si tomamos el punto I del otro lado de F y hacemos la construcción


anterior, obtendremos fácilmente y de modo similar que LK × DE = P DEG >
DP × DE y en consecuencia LK > DP o bien LI [sic]. Ası́ es evidente que toda
la recta T KF K se encuentra por debajo (resp. por arriba) de la curva V IF I.

Comentario: Naturalmente es una errata en el renglón (23) la presencia de LI


sin relación de orden alguna con LK. Esperarı́amos la afirmación LK > LI y una
conclusión análoga a la mencionada en el Comentario anterior.

Dejando otras cosas del mismo modo, si las ordenadas V Z, P G, DE etc., decrecen
continuamente, la misma conclusión se obtiene por un razonamiento similar; con
la única diferencia que en este caso (contrario al anterior) la curva V IF resulta
ser cóncava con respecto al eje V D.

Corol. Nótese que DE × DT iguala al área delimitada por V DEZ.


4 F. BARRIOS PANIAGUA.

3. Conclusiones.
Sea y = f (x) la gráfica en el plano de una función continua y creciente definida en
algún intervalo [0, a) ⊆ R>0 , sólo que orientado el plano negativamente. Definimos
la función Y = F (x) a través de la condición:
Z x
(1) Y = f (t) dt;
0

es decir, la ordenada F (x) realiza el área debajo de la curva y = f (x) entre las
ordenadas V Z y DE representadas por y = 0 y y = x respectivamente (nótese que
estamos eligiendo una escala tal que R = 1). Para encontrar la tangente a Y en el
punto (x, F (x)), Barrow elige a partir del punto D = (x, 0) un punto T := (xT , 0)
determinado por la relación:
1 1 f (x) DE
(2) = = = ;
DT x − xT F (x) DF
o de modo equivalente:
F (x)
(3) x − xT = .
f (x)
Posteriormente Barrow se avoca a establecer que la recta definida por los puntos
(x, F (x)) y (xT , 0) es tangente a Y = F (x) en (x, F (x)). Esto equivale en nuestros
dı́as a que la pendiente de dicha recta:1
F (x)
(4) m := = f (x),
x − xT
sea igual a aquélla dada por:
dY
(x);
dx
es decir,
Z x
d
(5) f (t) dt = f (x);
dx 0

resultado que se conoce en nuestros dı́as como el (primer) teorema fundamental


del cálculo; sin embargo, antes de deshacernos en elogios hacia Barrow debemos
puntualizar dos cosas:
(i) En estricto sensu el razonamiento de Barrow no era nuevo: el matemático
escocés James Gregory (1638-1675) en el Problema que da lugar a la Propo-
sición 6 de su Geometriae Pars Universalis (1668) intercala una argumenta-
ción similar a la aquı́ expuesta; sin embargo, al igual que Barrow, la prueba
era inminentemente geométrica y estaba restringida a una clase muy limitada
de curvas (cf. [MKW], p. 114. El texto (latino) de la Geometriae de Gregory
y una traducción en progreso al inglés pueden encontrarse en lı́nea en la direc-
ción http://math.knox.edu/aleahy/gregory/WORKING/gpu.html#proposition6);
pero debemos reconocer que Barrow, a diferencia de Gregory, sı́ utilizó pos-
teriormente las técnicas desarrolladas en la obtención del resultado citado
(cf. el resto de la Lectio X en [B74], en particular el Exemp. V.)

1Lo cual se sigue directamente de la condición (3) que define a T .


BARROW Y EL TEOREMA FUNDAMENTAL DEL CÁLCULO. 5

(ii) Barrow parece no percatarse de estar resolviendo el llamado problema in-


verso de la tangente mediante la cuadratura de cierta curva: efectivamente,
si quisiéramos producir una curva Y = F (x) a partir del conocimiento de su
recta tangente y = f (x) para todo x ∈ Dom(F ) la expresión (5) nos permite
concluir que dicha curva es precisamente:
Z x
Y := f (x) dx;
0
el porqué de lo anterior se debe sin duda al lenguaje geométrico clásico con
el que Barrow presentaba sus resultados y más aún al hecho medular de
que éste carecı́a del herramental analı́tico (v.gr., el concepto de función)
que le permitiera sustraerse a la geometrı́a sintética y desarrollar algorit-
mos de aplicación universal —como posteriormente lo harı́a Newton— que
relacionaran tangentes y cuadraturas.

Los dos puntos anteriores deben servir como piedra de toque ante cualquier
análisis que busque escudriñar no sólo [B74], sino todo la obra de Barrow con miras
a establecer o refutar afirmaciones como la siguiente (subrayado del autor):
Isaac Barrow was the first inventor of the Infinitesimal Calculus;
Newton got the main idea of it from Barrow by personal communi-
cation; and Leibniz also was in some measure indebted to Barrow’s
work, obtaining confirmation of his own original ideas, and sugges-
tions for their further development, from the copy of Barrow’s book
that he purchased in 1673. (Cf. [BC16], vii),
porque si bien el confirmar la validez de lo anterior más allá de toda especulación
resulta, al parecer, un ejercicio inútil más cercano al chisme que a la investigación
académica seria, no podemos desestimar absolutamente el hecho de que los resulta-
dos de Barrow y aun la presentación de los mismos proporcionaron cierto impulso
al desarrollo del cálculo infinitesimal en Inglaterra y a la aritmetización de éste con
ecos teóricos y metodológicos que parecen todavı́a resonar en nuestros dı́as.

Referencias
[MKW] Anderson, M. et al (eds.); Sherlock Holmes in Babylon and Other Tales of
Mathematical History; The Mathematical Association of America, EE. UU.
2004.
[B74] Barrow, I.; Lectiones Opticae & Geometricae: in quibus phaenomenon opti-
corum genuinae rationes investigantur, ac exponuntur: et generalia curvarum
linearum symptomata declarantur ; ed. por Guilielmi Godbid, Londres 1674.
[BC16] Child, J.M. (ed.) The geometrical lectures of Isaac Barrow. Translated, with
notes and proofs, and a discussion on the advance made therein on the work of
his predecessors in the infinitesimal calculus; The Open Court Publishing Co.,
Londres 1916.
[E-H] Euclid (Euclides); The Thirteen Books of The Elements. Translated with intro-
duction and commentary by Sir Thomas L. Heath, vol. 2 (books III-IX); 2a.
edición; Dover Publications, Inc.; Nueva York, EE. UU. 1956.
[G92] González Urbaneja, P.M.; Las raı́ces del cálculo infinitesimal en el siglo XVII.
Una investigación histórica sobre las técnicas y métodos que condujeron al
descubrimiento del cálculo infinitesimal; Alianza Editorial, Madrid 1992.

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