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Biometria Facial
Biometria Facial
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enganar-los-sistemas-de-reconocimiento-facial/?outputType=amp-
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17 de diciembre de 2019
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De acuerdo con la descripción que hizo el medio de los videos, en ellos es posible ver
cómo una persona se acerca a las terminales en las tiendas de China, mientras usa una
máscara 3D de su cara. A partir de esto, la máquina permite realizar una compra del
servicio. Algo similar sucede en el otro ejemplo, el cual consiste en alimentar la tarjeta de
identificación en una estación del tren mientras usa la máscara, la cual es aceptada sin
ningún tipo de problema.
Un punto relevante sobre las pruebas es que tienen limitaciones. (Foto: Shutterstock)
Un punto importante que se debe mencionar respecto a este tipo de pruebas, según resaltan
en el artículo The Verge, es que tienen limitaciones, pues en la grabación únicamente se
muestra a la persona llevando a cabo los intentos para engañar al mecanismo con la
máscara, pero no queda claro si ésta funcionó en cada una de las oportunidades.
Otro detalle en torno al funcionamiento de este tipo de engaños es que ninguno de los
sistemas dependía totalmente del reconocimiento facial para la identificación. En ambos
casos se necesitaba de que el sujeto ingresara datos como el número de teléfono asociado
a la identidad o incluso se debía presentar una tarjeta física antes de escanear el rostro.
Sin embargo, el hecho de que sea posible realizar algún tipo de engaño sobre los sistemas
de reconocimiento facial deja en evidencia que aún no se puede confiar en ellos por
completo, pues todavía deben recorrer un largo camino antes de que sean mecanismos tan
seguros como prometieron ser en el momento de su aparición.
Cabe recordar que en septiembre se presentó Incógnito, una estructura de metal para el
rostro ideada por la diseñadora y escritora polaca, Ewa Nowak, con la cual es posible
engañar a los sistemas de reconocimiento facial. Este instrumento que podría notarse
como algo decorativo, consta de cuatro piezas y sólo se debe colocar sobre el rostro para
evitar ser detectado por las cámaras inteligentes.
Así luce Incógnito, una estructura de metal para el rostro ideada por la diseñadora y escritora
polaca, Ewa Nowak. (Foto: Archivo)
“El objeto está diseñado para proteger la imagen contra los algoritmos de
reconocimiento facial utilizados en las cámaras modernas instaladas en el espacio público.
Es una especie de máscara hecha de latón, con la forma de la cara”, explica Nowak en su
página web.
Cómo es Incógnito, la joya que se creó para engañar a los sistemas de reconocimiento
facial
Mundo
1 de diciembre de 2019
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Este domingo ha entrado en vigor una ley que obliga a las empresas de
telecomunicaciones de China a registrar los parámetros biométricos faciales del
usuario de cualquier teléfono móvil nuevo, lo que incrementa el control del Estado
sobre la población y su uso de Internet.
Beijin argumenta que esta nueva norma, anunciada en septiembre, pretende “proteger los
derechos e intereses legítimos de los ciudadanos en el ciberespacio”, según recoge el
portal de noticias taiwanés Taiwan News.
Esta normativa se suma a la que obliga a conservar las fotografías tomadas cuando se
cambie de teléfono móvil o se firme un nuevo contrato con las empresas de
telecomunicaciones, lo que hace cada vez más difícil el uso de pseudónimos en Internet
sin que las autoridades conozcan la verdadera identidad de los usuarios.
Formalmente pretende atajar fraudes y delitos informáticos, pero estas normas sobre
reconocimiento facial han sido criticadas por atentar contra la privacidad de los
usuarios.
Si hay una coincidencia entre la lectura facial de los lentes y la base de datos de las autoridades,
los agentes de policía reciben información del sospechoso
En China, las cámaras de vigilancia equipadas con tecnología de reconocimiento facial son
ubicuas y se utilizan para todo: desde identificar y avergonzar a los transeúntes hasta
detener el robo de papel higiénico. Muchas personas entran a su lugar de trabajo
escaneando sus rostros, y estas cámaras se han utilizado para detectar a las personas que
entran o salen de los campus, edificios residenciales y estaciones de metro.
El número de cámaras de televisión de circuito cerrado en uso en China se ha informado
ampliamente en alrededor de 200 millones, y se prevé que este número aumente a 626
millones para 2020, según el periódico hongkonés South China Morning Post.
12 de septiembre de 2019
djaimovich@infobae.com
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La joya de metal que ideó la artista polaca Ewa Nowak.
Incógnito. Así se llama la joya para el rostro que ideó la diseñadora y escritora polaca Ewa
Nowak para engañar a los sistemas de reconocimiento facial.
Se trata de una estructura de metal dorado que se coloca sobre la cara con la finalidad de
evitar ser detectado por las cámaras inteligentes que hoy en día están presente en presentes
en las principales ciudades del mundo.
Las tres figuras que conforman esta suerte de máscara facial se ajustan al rostro del usuario.
Se trata de dos círculos, unidos que se apoyan sobre las mejillas y una barra vertical que
cubre parte de la frente.
"El objeto está diseñado para proteger la imagen contra los algoritmos de reconocimiento
facial utilizados en las cámaras modernas instaladas en el espacio público. Es una especie
de máscara hecha de latón, con la forma de la cara", explica Nowak en su página web.
La joya tipo máscara se ajusta al rostro.
Esta imagen es parte de una iniciativa de la artista que busca concientizar sobre la
necesidad de encontrar un poco de privacidad en un entorno cada vez más controlado. Los
sistemas de reconocimiento facial hoy forman parte del espacio público y esto redefine el
concepto de privacidad en relación a la imagen y los datos personales.
"Este proyecto fue precedido por un estudio a largo plazo sobre la forma, el tamaño y la
ubicación de los elementos de máscara para que realmente cumpla con su tarea. Al probar
soluciones, utilicé el algoritmo DeepFace, que usa Facebook", detalla la artista en su sitio.
Con este objeto la artista busca concientizar sobre cómo impactan las tecnologías de
reconocimiento sexual en la vida de los ciudadanos.
Esta expresión artística, tal como menciona la creadora, es una forma de cuestionar el rol
que tiene estas tecnologías en la vida diaria. El reconocimiento facial es parte del espacio
público y al ocurrir esto, se redefinen los límites de lo público y lo privado.
Este mismo debate se podría llevar a otras instancias que van más allá del reconocimiento
facial en sí: a diario nos movemos con un celular o smartwatch adherido a nuestros cuerpos,
que tiene sensores, GPS y una tarjeta SIM. Todos elementos que nos mantienen conectados
y generando, constantemente, huellas digitales y de otro tipo también.
Esos dispositivos son capaces de rastrear la vida online: las búsquedas que se hacen, los
sitios que se buscan y mucho más quedan registradas, en mayor y menor medida allí, y
nuestros perfiles digitales. Se puede graduar hasta cierto punto el rastreo digital, tomando
precauciones (ajustando las configuraciones, utilizando VPN, etc) pero ser totalmente
invisible para el universo web parece casi imposible.
Pero eso no termina allí: esa maraña de sensores que viven en el celular y otros dispositivos
también pueden escanear la vida offline del usuario porque integran sensores de
movimiento que, con la ayuda de apps se emplean para todo tipo de cuestiones:
desde monitorear la frecuencia cardíaca hasta identificar cuánta actividad física hacemos
cada día. Entonces ¿es posible esconderse completamente del Gran Hermano digital? Todo
indica que eso se convierte en un objetivo muy difícil de lograr. La pregunta que hay que
hacerse, tal vez, es si estamos dispuestos a renunciar a ciertas comodidades del mundo
virtual para dejar de ser identificados.
Y no dejar pasar por alto que, en ocasiones, el reconocimiento facial también se usa como
mecanismo de vigilancia para perseguir a minorías. De nuevo, ¿el problema está en la
tecnología en sí o en su aplicación?
Facebook activará el reconocimiento facial en todos los perfiles, pero habrá más
opciones para su control
24 de abril de 2019
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El aparato de vigilancia estatal chino se expande por todo el mundo. Por ejemplo, en todo
Ecuador hay más de cuatro mil cámaras que mandan capturas de video a centros de
monitoreo, donde las grabaciones son examinadas por policías y el servicio de inteligencia,
un sistema comprado al país asiático para vigilar a posibles disidentes.
Un artículo de The New York Times subraya que la policía ecuatoriana pasa sus días
revisando pantallas de computadoras para ver todas las imágenes que llegan de 4300
cámaras en el país.
Esas unidades de alta potencia envían lo que ven a 16 centros de monitoreo en todo
Ecuador, que emplean a más de tres mil personas. La policía ahí, armada con palancas de
mando, controla las cámaras y monitorea las calles en busca de señales de narcomenudeo,
robo u homicidios. En cuanto avistan algo hacen un acercamiento.
Es un paraíso de voyeuristas construido con tecnología del lugar que se ha vuelto la capital
global de la vigilancia: China.
Pero la investigación de The New York Times encontró que las grabaciones también
terminan en la temida agencia de inteligencia nacional, que en el mandato del ex
presidente Rafael Correa tenía un largo historial de seguimiento, intimidación y ataque a
opositores políticos. Aun cuando el actual gobierno de Lenín Moreno investiga los abusos
que habría cometido la agencia, esta sigue recibiendo los videos de las cámaras de
vigilancia.
Los críticos advierten que el movimiento mundial de las prácticas y el equipo de vigilancia
chinos ayudarían a sentar las bases para un futuro de autoritarismo fundamentado en la
tecnología, con la posibilidad de que perdamos la privacidad a gran escala. Las
tecnologías, a menudo descritas como sistemas de seguridad pública, tienen usos
potenciales más lúgubres como herramientas para la represión política.
Hay poco que hacer si eres un habitante local que quiere resistirse. Las empresas
chinas operan con menos escrutinio y consideración a la responsabilidad social corporativa
que las compañías occidentales. Los activistas en Ecuador dicen que, aunque han tenido
éxito en su trabajo con grupos de sociedad civil en Europa y Estados Unidos para oponerse
a las ventas de la tecnología de vigilancia, no ha sido posible realizar campañas
similares en China.
La inteligencia artificial sigue evolucionando en este rubro a toda velocidad (Foto: archivo)
El ECU-911
El sistema de Ecuador, llamado ECU-911, fue fabricado en gran medida por dos empresas
chinas, la estatal CEIEC y Huawei. Se vendieron versiones similares a Venezuela, Bolivia
y Angola, de acuerdo con anuncios hechos por el gobierno y medios estatales chinos.
En Ecuador, las cámaras que son parte de ECU-911 cuelgan de postes y techos desde las
Galápagos hasta la jungla amazónica. El sistema permite que las autoridades le sigan el
rastro a teléfonos y, pronto, tendría capacidad para reconocimiento facial. Las
grabaciones le permiten a la policía revisar y reconstruir incidentes pasados.
ECU-911 fue promovido entre el público como una manera de atajar las tasas de homicidio
y el crimen relacionado con el tráfico de drogas, aunque también ayudó a la vena
autoritaria de Correa, pues un ex dirigente de la temida Secretaría Nacional de
Inteligencia (Seinain) dijo que aprovecharon el sistema. En una entrevista inédita en la sede
de la Senain, un búnker a las afueras de Quito, el año pasado, el entonces director Jorge
Costa confirmó que el servicio de inteligencia tenía acceso a una versión espejo del
sistema de vigilancia policial hecho en China.
Lo irónico es que ECU-911 no ha sido efectivo para detener el crimen, según muchos
ecuatorianos, aunque la instalación del sistema se dio en paralelo a un periodo de tasas de
homicidio a la baja. Los ecuatorianos hablan de asaltos y ataques que sucedieron frente
a cámaras sin que hubiera respuesta policial. Aun así, la policía ha construido un
respaldo público, en parte al publicar en Twitter y en televisión escenas de ladrones y
asaltantes captados por las cámaras.
En todo Ecuador hay más de cuatro mil cámaras de vigilancia que mandan capturas de video a
centros de monitoreo
Diseñado y financiado por China
ECU-911, pese a ser un sistema pensado para combatir a los narcotraficantes y asesinos,
tiene sus orígenes en un reto de seguridad completamente distinto: los Juegos Olímpicos
de Beijing 2008.
Antes de las olimpiadas, una delegación de Ecuador visitó Beijing e hizo un recorrido por
el sistema de vigilancia de la capital china. En ese entonces Beijing estaba juntando
grabaciones de 300.000 cámaras para vigilar a 17 millones de personas. Los ecuatorianos
quedaron impresionados.
"Para las Olimpiadas, China desarrolló centros de respuesta de emergencia con tecnología
de punta para esos tiempos", dijo en una entrevista el año pasado Francisco Robayo,
entonces director general de ECU-911. "A nuestras autoridades les parecieron idóneos para
llevarlos a Ecuador", resaltó NYT.
Fue un momento fortuito. Correa de nuevo estaba en el poder y las tasas de delincuencia
eran altas. En enero de 2011 hizo de la vigilancia policial una prioridad.
Los ministros de Correa recurrieron a China. En dos meses se afinaron los detalles para
instalar un sistema de tecnología hecho en China con ayuda de agregados militares de la
embajada de ese país asiático en Quito, de acuerdo con una persona que siguió el proceso y
con documentos disponibles al público de la contraloría de Ecuador. Los funcionarios
ecuatorianos viajaron de nuevo a Beijing para revisar a fondo el sistema, que incluía
tecnología hecha por la empresa matriz de la estatal CEIEC.
Para febrero de 2011, con las garantías de los agregados de que habría financiamiento
público chino, Ecuador firmó un acuerdo sin realizar un proceso de contratación
público. El país obtuvo un sistema de vigilancia diseñado en China y financiado por
préstamos chinos. A cambio, Ecuador ofreció una de sus mayores exportaciones: el
petróleo. El dinero para las cámaras y la informática fluyó directamente hacia CEIEC y
Huawei.
Las cámaras fueron colocadas donde fuera que tuvieran vistas despejadas. Se establecieron
centros de operación. Funcionarios de alto nivel de Ecuador viajaron a China para recibir
capacitación y los ingenieros chinos visitaron el país sudamericano para enseñarles a sus
pares ecuatorianos cómo usar el sistema.
Los críticos advierten que el movimiento mundial de las prácticas y el equipo de vigilancia chinos
ayudarían a sentar las bases para un futuro de autoritarismo fundamentado en la tecnología, con
la posibilidad de que perdamos la privacidad a gran escala (Foto: Especial)
En China, el proyecto en Ecuador fue alabado. Los medios estatales lo destacaron como
ejemplo de una nueva China que exporta tecnología avanzada, en vez de proveer mano de
obra barata para ensamblarla.
El Tejar tiene grandes vistas de Quito… y una de las peores incidencias de delincuencia.
Lidia Rueda, organizadora comunitaria, señaló los sitios donde fueron encontrados los
cuerpos de mujeres asesinadas cuando caminaba hace poco por las calles empinadas y
sinuosas del barrio en el que ha vivido desde hace treinta años. Añadió que los
narcotraficantes se trasladan con holgura, que los asaltos son comunes y que los
delincuentes rompen los focos de las luminarias públicas para aprovecharse de la oscuridad.
Sería difícil que así fuera. Quito tiene más de 800 cámaras; durante una visita del Times a
las oficinas de la policía había treinta oficiales en turno para revisar todas las
grabaciones. En el edificio gris en la cima del cerro, los policías pasan unos minutos
revisando las tomas de una cámara y luego cambian. Prevenir el delito es solo parte del
trabajo. En la sala de control los despachadores también dan apoyo en respuesta a llamadas
de emergencia.
La mayor parte del tiempo no había nadie mirando lo que la cámara grababa.
Fue un recordatorio de que el sistema, y otros como ese, son usados con mayor facilidad
para husmear que para prevenir crímenes. Seguir a alguien en las calles requiere de un
equipo pequeño; para detener el crimen se necesitan grandes cantidades de policías bien
coordinados.
Adiós a la privacidad otra vez: se viene el sistema de reconocimiento facial en las calles
Tecno
14 de agosto de 2019
djaimovich@infobae.com
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Amazon Rekognition ahora puede detectar, analizando los rostros de las personas, estas 8
emociones: felicidad, tristeza, enojo, sorpresa, disgusto, calma, confusión y miedo (Amazon
Rekognition).
Es decir que Amazon Rekognition puede detectar, analizando los rostros de las personas,
estas 8 emociones: felicidad, tristeza, enojo, sorpresa, disgusto, calma, confusión y miedo.
"Amazon Rekognition siempre está aprendiendo de los datos nuevos. Además, agregamos
nuevas características de reconocimiento facial y etiquetas al servicio continuamente", se
detalla en la página de la compañía.
Es decir que este servicio, que se puede integrar a diferentes plataformas, ofrece
reconocimiento facial y análisis detallado de imágenes que permite identificar texto en una
imagen, contenido inseguro o incluso identificar la identidad y hasta emociones de las
personas.
"En los videos también es posible medir los cambios en los objetos con el transcurso del
tiempo, como la reconstrucción de la cronología de las emociones de un actor", se detalla
en la página.
Las polémicas
En Estados Unidos por ejemplo, hay una mucha polémica por el uso del reconocimiento
facial. Por un lado avanza su uso, en sitios como aeropuertos e incluso se planea ampliar su
implementación en fronteras, pero por otro, hay activistas que planean los riesgos que
pueden representar este tipo de sistemas.
San Francisco, por ejemplo, planteó la necesidad de vetar el uso de reconocimiento facial
como herramienta de vigilancia por considerar que esta tecnología pone en peligro las
libertades civiles y puede exacerbar la injusticia racial, así como amenazar la capacidad de
vivir bajo un estado continuo de vigilancia.
Cabe recordar que aún cuando el reconocimiento facial mejore en su precisión, y que
lograra, en un contexto ideal y 100% efectivo, no cometiera falla alguna (cosa que aún no
ocurre) en ningún tipo de implementación, también hay que considerar el tema de la
potencial vulnerabilidad a la que podrían estar expuestos esos datos si no se obtienen,
almacenan y transmiten de manera responsable.
Hoy se conoció el caso de una falla de seguridad que expuso información personal, entre
las cuales había datos biométricos, de millones de usuarios en todo el mundo. En ese caso
fue una falta de protección adecuada, según los investigadores que identificaron el
problema; pero hay veces que aún cuando se tomen las precauciones correspondientes, la
posible exposición de información sensible puede ocurrir: ya sea por un nuevo malware que
sabe camuflarse, por un caso de phishing que no detecta el usuario y por tantas otras cosas
más. Lo único que queda es ser consciente, tomar precauciones y aún así, ser conscientes
sobre la vulnerabilidad potencial que implica el almacenamiento digital de datos
confidenciales.
Investigadores del MIT crearon una tecnología capaz de imaginar el rostro de una
persona con tan solo escuchar su voz