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Instituto San Vicente de Paul -- Profesorado de Enseñanza Primaria -- 1º año

PEDAGOGÍA Prof. Lic. María Gabriela Sandra


Alberton

PEDAGOGÍA
Origen y significado del término “Pedagogía”
Pedagogía es el estudio intencionado, sistemático y científico de la educación;
muchos la definen como la ciencia de la educación, es decir la disciplina que tiene por
objeto el planteo, estudio y solución del sistema educativo. También puede definirse
como el conjunto de normas, principios y leyes que regulan el hecho educativo. El
origen del término pedagogía se remonta a la antigüedad griega, aunque considerar a la
educación como objeto de estudio de esta ciencia es mucho más reciente. Debemos
reconocer que primero se realiza la acción educativa y después nace la pedagogía que
trata de recopilar datos sobre este hecho, clasificarlos, estudiarlos, sistematizarlos y
deducir de ellos una serie de principios normativos.

La palabra pedagogía deriva del griego paidos, niño, y agein, guiar, conducir.
Pedagogo es el que instruye a los niños. En Grecia y Roma aplicó inicialmente a la
persona que llevaba a pacer a los animales; después al esclavo que sacaba a pasear a
los niños al campo, y por extensión los educaba. En principio se aplicó sólo a la
educación de los niños, luego se extendió también a la atención educativa en todas las
edades y niveles.

Podemos hablar de Pedagogía en la medida que, su objeto de estudio, la


educación sea susceptible de estudios científicos. Si la educación sólo fuera una tarea
realizable por intuición, si no pudieran anticiparse, generalizarse o explicarse sus
resultados no podríamos hablar de Ciencia de la Educación ni de Pedagogía.

El fenómeno educativo es uno de los fenómenos sociales a los cuales cabe


aplicar una metodología y un nivel de generalización diferente de los fenómenos físico-
naturales.

Naturaleza del conocimiento científico


Desde los grandes filósofos griegos ya se estableció diferencias entre
conocimiento científico y opinión particular. Según Russell, “una opinión científica es
aquella para la cual hay alguna razón de creerla verdadera; una opinión no científica es
aquella que se sustenta en alguna razón distinta de su probable verdad” El saber
científico es sumamente precavido y evita las precipitaciones, de modo que suspende el
juicio hasta encontrar una evidencia. Existe, entonces, una delimitación entre
conocimiento científico y conocimiento vulgar. La ciencia no lo explica todo, aunque sus
propósitos se orientan hacia la búsqueda de razones profundas de los fenómenos objeto
de estudio.

Podemos considerar una síntesis de las características del saber científico:

A) Provisionalidad: Va ligada con la crítica. El saber científico se halla en revisión


constante, gracias a lo cual evoluciona. Ningún conocimiento científico se
considera definitivo, sólo se acepta provisionalmente hasta que aparezca una
mejor explicación al fenómeno. Los conocimientos científicos se organizan
alrededor de teorías y leyes, cuya finalidad es explicar y predecir los fenómenos
objetos de estudio. Tales teorías resultan aceptables en tanto no se posean otras
mejores. Es lo que Khun ha denominado paradigmas: “realizaciones científicas
universalmente reconocidas que durante cierto tiempo, proporcionan modelos de
problemas y soluciones a una comunidad científica”. Las teorías sirven como
guía para el desarrollo de lo llamado por Khun ciencia normal. Las teorías van
permitiendo aplicar el conocimiento que se posee y al mismo tiempo seguir
investigando para hacer los cambios que resulten necesarios a lo largo del
desarrollo de la ciencia.
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B) Sistematismo: Los saberes científicos no aparecen aislados y sin orden, sino


relacionados entre sí, formando estructuras coherentes, de tal modo que sólo
tienen sentido en función de los que guardan relación de orden y jerarquía con
ellos. La existencia del sistematismo se concreta en los modelos científicos.
Modelo no es lo mismo que paradigma, la utilizaremos como representación de
una teoría, como aquello que hace posible interpretar y explicar una teoría.
El sistematismo y coherencia caracterizan el conocimiento científico, con
la tendencia notoria por abarcar cada vez mayor amplitud de fenómenos y
romper los reductos de las diversas ciencias, en búsqueda de teorías
globalizadotas, holísticas.

C) Explicación de los fenómenos: la justificación de las teorías y leyes científicas


reside en su utilidad, entendiendo por tal el hecho de poder explicar los
fenómenos abarcados. Explicar no sólo por sus causas, sino también por la
descripción de cómo ocurren. Hagenberg distingue cuatro tipos de explicaciones
científicas: a) deductivas, hacen referencia a una regla de inferencia; b)
probabilísticas: expresan un margen de error matemático. C) teleológicas: se
refieren a la consecución de unos propósitos; d) genéticas: aluden a la evolución
del fenómeno a partir de situaciones precedentes. La ciencia puede tener un tipo
de explicaciones o varios de ellos. La Pedagogía en particular aplica los cuatro
tipos.
D) Objetividad.: La aspiración general del científico es la búsqueda de la verdad,
recurriendo para ello a razones extrasubjetivas, es decir que buscan la
objetividad. Von Cube dice que “los enunciados científicos son generales y
objetivos, en el sentido que pueden demostrarse lógica y (en las teorías no
formales) físicamente”.También López Cano dirá que el pensamiento científico
“es toda actividad intelectual que busca explicaciones profundas de amplio
alcance objetivo”
El problema se encuentra en al discutir qué método de verificación o
contrastación ofrece garantías de objetividad o si en realidad es esta posible. Se
reconoce la imposibilidad de verificar todos los fenómenos científicos, por ello
los científicos del Círculo de Viena llegaron a plantear como aceptable el criterio
de confirmabilidad y testabilidad. La primera posibilita que la observación
contribuya positiva o negativamente a la confirmación del conocimiento, la
segunda supone la posibilidad de reproducirlo a voluntad. Más adelante Popper
hablará de falsación, en lugar de verificabilidad, lo que permite suponer que todo
un sistema científico empírico puede refutarse por una experiencia.
Epistemólogos posteriores, como Lakatos no aceptarán esta postura y dirán que
la objetividad en las ciencias viene dada en virtud de la objetividad metodológica
.Los epistemólogos dialéctico-materialistas plantearán por su parte que la
objetividad, la neutralidad y autonomía de la ciencia es un mito, puesto que toda
actividad científica es realizada desde una escala de valores y cumple una
función ideológica.

E) El lenguaje propio: la ciencia se diferencia del conocimiento vulgar por emplear


un lenguaje distinto del común. Esto es necesario porque se evita la imprecisión
y se concreta en la creación de nuevos vocablos y redefinición de los existentes.
Se afirma que la ciencia en sí misma es un lenguaje y la divulgación científica
puede ser entendida como una ampliación de la docencia.

En las Ciencias Sociales se da una mayor proporción de lenguaje común que en


las Ciencias Físico Naturales. Entre aquellas hay diferentes interpretaciones de
los mismos términos entre corrientes científicas diferentes, lo cual obliga a
definir previamente el significado para poder penetrar en las concepciones de
cada una de ellas.

La exigencia general del conocimiento científico será buscar el máximo de


comunicación con el mínimo de términos codificados, términos que se refieren a tres
campos de actuación:
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a) Campo científico universal: Terminología común a todas las ciencias, en


particular la que se refiere a la metodología.

b) Área de una disciplina científica: Comprende la terminología desarrollada por


un área del saber, en función de la naturaleza del conocimiento pretendido y de sus
necesidades específicas.

c) Escuelas teóricas dentro de un mismo campo científico: los términos toman


aquí un significado sólo válido en el marco de la corriente científica de que se trate.

Podemos citar cómo síntesis la definición de ciencia de Lalande “La ciencia es


un conjunto de conocimientos e investigaciones que tienen un cierto grado de unidad,
de generalidad y de objetividad, basados en relaciones descubiertas gradualmente y
confirmadas por métodos de verificación definidos”

Cientificidad de las Ciencias Sociales


Plantea Mario Bunge: “Las ciencias Sociales han sufrido, pues, una revolución
en el curso del último siglo. Esta revolución fue inspirada primero por la filosofía
positivista, luego por la marxista, y fue revestida por los filósofos idealistas y kantianos,
quienes afirmaban dogmáticamente que es imposible estudiar al hombre al modo que se
estudia una roca o una animal”

Distintas corrientes del pensamiento han cuestionado la posibilidad de que


existan las Ciencias Sociales como tales. Por nuestra parte, entendemos que las
ciencias sociales presentan características propias que derivan de la naturaleza misma
de los fenómenos que tratan, los cuales sólo pueden ser contemplados indirectamente
por el investigador, pero esto no excluye que sea aplicable una metodología, sino
equivalente, sí próxima a la aplicable en las ciencias Físico-naturales, además de
metodologías específicas acordes con la peculiaridad de los fenómenos.

Debemos reconocer los puntos más críticos de las Ciencias Sociales para
elaborar teorías científicas:

a) Los fenómenos sociales son complejos, se refieren al comportamiento


humano y este no está condicionado por leyes mecanicistas. La individualidad
irrepetible de cada persona humana, la idiosincrasia de cada grupo social, advierte de la
multitud de factores que entran en juego. Complejidad no es sinónimo de imposibilidad
de estudio. Se pueden establecer cuáles son las variables que entran en juego de modo
más profundo en los fenómenos para estudiarlos.

b) los fenómenos sociales se consideran muchas veces singulares. Si fueran


absolutamente singulares no habría posibilidad de establecer ley que los explicara. Debe
señalarse que en el mundo empírico tampoco hay identidad absoluta entre los
fenómenos, asimismo entre los fenómenos humanos no puede hablarse absoluta
irrepetibilidad. Esto nos lleva a decir que si bien la predicción no será exacta, sí puede
hablarse de predicciones probabilísticas, que en los procesos de investigación irán
haciéndose cada vez más exactas.

c) Se acusa a las Ciencias Sociales de subjetividad. Es verdad que el científico


debe cuidase de llegar a deformaciones causadas por sus juicios personales, evitando
los juicios de valor. Sin embargo en algunas dimensiones de estudio se hacen
necesarios dichos juicios.

d) Es evidente que hay una limitación para conocer “la cosa que se estudia en
sí”. Esto debe hacernos pensar en una metodología rigurosa cada vez más adecuada a la
naturaleza eminentemente cualitativa de los problemas sociales. Los valores estarán
presentes antes de la elección del tema objeto de estudio y después de su análisis
metodológico.
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La educación como objeto de estudio científico


La dificultad de considerar a la educación como objeto de estudio científico,
suele estar en la misma línea de resistencia que presentan ante lo mismo las Ciencias
Sociales. A esto se le suma la consideración de la educación como tarea práctica, más
cercana a la artesanía que a la ciencia.

Esta concepción está vigente en nuestra cultura como consecuencia de la


tradición clásica que separaba el trabajo intelectual del manual. Nadie duda que la
educación es una tarea práctica que cabe realizar el todos los sujetos humanos para que
logren las cotas de humanización plena. Esta tarea puede realizarse de manera intuitiva,
improvisada o aplicando leyes y principios que explican la acción. Al tiempo que
garantizan su eficacia.

“El educador experimenta el valor de las técnicas en la práctica, pero las pide a la
ciencia de la educación quien a su vez necesita formularlas para ponerse en contacto
con la realidad. Las técnicas proceden de la teoría o, mejor dicho, la teoría procede de
normas y de principios reguladores de la acción educativa.”(Nassif).

Otra cuestión es determinar el nivel de generalización que tienen las leyes


científicas referidas a la educación. Las diferencias interpersonales e intergrupales
provocan que ninguna conclusión de la investigación científica pueda convertirse en
regla inmediata dentro del ámbito educativo.

Habrá, entonces, conclusiones que sólo serán válidas para un determinado


sujeto, otras que convendrán a un grupo concreto y otras que pueden tener una
aplicabilidad más amplia. Todo dependerá del conjunto de variables que habrán podido
ser controladas en cada caso, y de la metodología empleada al investigar.

Según García Carrasco, dos requisitos son necesarios para el nacimiento de una
ciencia de la educación. Que un proceso de cambio de conductas del sujeto sea
observable, de modo que sea posible realizar inferencias y, en segundo término el
bloque de la acción ultradeterminada. La primera condición es factible en la medida que
pueden aplicarse a la educación los principios de la metodología inductiva, El segundo
requisito quedó roto desde que se superó el innatismo medieval y se advirtió que los
hombres son lo que son en función de la educación (Locke); aún reconociendo el papel
que la genética juega en cuanto a posibilitar el desarrollo y aprendizaje, ya es posible
elaborar una normativa de acción que conduzca al logro de propósitos claramente
preestablecidos.

No debemos excluir, sin embargo, la creatividad como ingrediente de la acción


educativa, con lo cual retomamos uno de los significados de la “educación como arte”.
El educador debe recurrir en muchos casos a la improvisación, aplicando de manera
creativa los conocimientos obtenidos reflexivamente por él mismo o por los demás.
Dicen Juif y Dovero: “Toda comunicación educativa tiene un carácter de sugestión que
abarca la totalidad de la personalidad del educador y que, en el mejor de los casos,
provoca en su totalidad la adhesión de la personalidad del educando. Un cierto arte
interviene en la invención de las motivaciones pedagógicas. Esta invención supone no
solamente cultura, sino también intuición, imaginación y capacidad de improvisación
que son de cualquier manera, virtudes, del artista. Se puede decir sin forzar el sentido de
los términos que la acción pedagógica es, como arte, “la naturaleza vista a través del
temperamento”.

El centrarse exclusivamente en los aspectos teóricos o los prácticos hace caer


en la recurrida oposición entre teoría y práctica. Pero cabe afirmar que la teoría científica
de la educación no puede estar separada de su factibilidad aplicativa. Habrá diferentes
niveles de generalización y los principios más amplios puede que no se ajusten a un
caso particular.
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Tampoco puede excluirse la especulación filosófica sobre qué es la educación,


que es tan necesaria como las demás dimensiones. Empírico – experimentales. Este
ámbito especulativo se ocupa de los fines últimos de la educación, así como de la
justificación del hecho educativo.

¿Pedagogía O Ciencias De La Educación?


¿Existe una sola ciencia de la educación?

Hay un conjunto de autores que consideran a la Pedagogía como la única ciencia


de la educación. Dice de esto Ethel Manganiello :

“Las llamadas Ciencias de la educación” no pueden ser consideradas


independientemente de la Pedagogía. Sólo son enfoques parciales de la realidad
educativa, que se integran dentro de la Pedagogía para enriquecer y esclarecer su
contenido complejísimo.

La Pedagogía General integradora de todos los enfoques parciales, es la Ciencia


de la Educación en su acepción más plena”

Los partidarios de la unicidad califican a las demás ciencias ramas de la


Pedagogía, o mejor dicho de las Ciencias Pedagógicas.

Otros autores consideran a la Pedagogía como la Ciencia de la Educación que


abarca a todos los demás, pero admiten la existencia de otras Ciencias de la Educación.
Así podemos decir con Nassif

“…La palabra Pedagogía, sin agregados ni adjetivaciones, designa para


nosotros, la totalidad de la disciplina educativa, y abarca tanto la teoría o Pedagogía
Teórica, como la técnica educativa, base de la Pedagogía tecnológica”

En un extremo opuesto están los autores que consideran que la educación es


objeto de estudio de numerosas ciencias, con lo cual desaparece todo núcleo científico
que pudiera denominarse Pedagogía.

Así desaparece la consideración de la Ciencia de la Educación en tanto


Pedagogía y aparecen las Ciencias de la Educación, integradas por un número
importante de ciencias que estudian a la educación pero sólo parcialmente. La
Pedagogía seria una de estas ciencias que se ocupará del carácter normativo o general
del fenómeno educativo.

Dirá Quintana:

“La Pedagogía es una ciencia de la educación, junto a las demás ciencias de la


Educación, aunque distinguiéndose de ellas por su carácter científico y por
consiguiente, formando un grupo aparte. Las ciencias de la educación incluyen las
Pedagogía, pero la Pedagogía no incluye las “Ciencias de la Educación”, por eso
tradicionalmente se las ha llamado ciencias auxiliares de la Pedagogía y se las incluía
en los tratados de Pedagogía, con lo cual, esta, al poseer un carácter unitario,
sistemático e integrador, era considerada la ciencia de la educación”.

Papel de la Pedagogía en la pluralidad de las Ciencias de la


Educación
La polifacética dimensión del fenómeno educativo no puede eliminar su unicidad
en tanto tal, bajo el riesgo de perder su justificación como proceso objeto de estudio
científico. Tal unicidad permite establecer un cuerpo científico que tenga al fenómeno
educativo en su conjunto como objeto de estudio, con la finalidad de dar coherencia a la
multiplicidad e acciones parcializadas; se trata, en suma, de elaborar una síntesis
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integradora de los diferentes procesos analíticos que corresponderían a cada una de las
ciencias de la Educación, en su objeto -dimensión de la educación- específico de
estudio.

La interdisciplinariedad puede ser una necesidad metodológica para conseguir la


síntesis del conocimiento y de procesos que proporcionen coherencia al fenómeno
educativo, pero no puede erigirse por sí sola como fundamento epistemológico
justificador de la Pedagogía como ciencia. La síntesis interdisciplinaria es el paso previo
a derivar la normativa pedagógica y es la explicitación de normas lo que da el carácter
específico a la Pedagogía. Tales normas se refieren al fenómeno educativo en su
conjunto, puesto que normas de carácter más específico las requieren otras ciencias de
la educación.

El profesor Escámez nos explica:

“Si se busca un conocimiento y una práctica científica sobre la educación,


tenemos que establecer el momento inicial en que se encuentra el educando; anticipar y
predecir el estado final que queremos conseguir (patrón), y seleccionar y determinar las
estrategias de actuación, a través de las cuales serán posibles las transformaciones
pertinentes para que se pase de una situación inicial a la situación prevista. Leyes,
principios y estrategias de intervención que vinculan necesariamente ambos momentos.
La educación desde esta perspectiva, consiste en una serie determinada de acciones
que acerquen o aproximen al educando, del modo más preciso, al patrón que
pretendemos; y la ciencia de la educación es el conjunto de leyes, estructuradas en
teorías, que nos muestran los principios y orientan las estrategias para tal actuación”

El avance logrado por las diversas Ciencias de la Educación para determinar los
condicionantes biológicos, psicológicos, sociales, económicos, etc., son el soporte
básico inicial que permite elaborar una normativa acorde con tales avances, de tal modo
que resulte congruente con las características y condiciones del educando, de la
sociedad y del momento histórico que vive.

Toda norma indica qué hacer para lograr una determinada meta o propósito. En
la educación tales propósitos los indica el ideal de hombre y sociedad que se pretende,
en definitiva la concepción filosófica en que se apoye este proceso.

Herbart fundamentó la Pedagogía en la Psicología, como conocimiento necesario


del educando y en la Ética, en la medida que consideró a la moralidad como el fin
supremo de la educación. Las corrientes sociologistas ven en la Sociología de la
Educación la función normativa y otorgan a la Filosofía de la Educación un papel
intermedio o regulador. Pero una cosa es afirmar que le corresponde a la sociedad fijar
los fines de la educación y otra otorgarle tal función a la Sociología de la Educación, ya
que la sociedad fija esos fines en función de modelos éticos deseables y no en función
de variables sociológicas. Frente a este aspecto tenemos a la Pedagogía Social,
responsable de normativizar la dimensión social de la educación, es una ciencia
estrictamente pedagógica y no sociológica.

También se propone que la Psicología de la educación fije los fines de la


educación. Debe tenerse en claro que no es la ciencia que estudia el comportamiento del
hombre la que establezca dichos fines. Esto sólo sería posible si las leyes psicológicas
fueran equivalentes a las éticas y la educación se limitara a evitar cuanto pudiera
entorpecer el desarrollo. Explicar la conducta humana ante ciertas circunstancias no es
equivalente a considerarla deseable. Los condicionamientos psicológicos son una de las
dimensiones que harán aplicables las normas pedagógicas en función de los fines
propuestos.

La justificación de la normativa pedagógica estriba en la concepción


cosmológica, en unas metas ideales de lo que debe ser el hombre y su papel en el
mundo social y natural. Tal concepción se enclava en la tradición cultural y contiene
condicionantes dados por la estructura socioeconómica que confluyen en unos modelos
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ideológicos determinados. La existencia de estos condicionantes, que pueden se


catalogados de “políticos” es lo que lleva a algunos autores a otorgar un origen
exclusivamente político a los fines educativos, desechando su pertenencia a la Filosofía
de la Educación.

Debe ser claro que la normativa pedagógica se justifica éticamente en la


consecución de unos modelos que no surgen de la propia Pedagogía. Los fines
justifican las normas, pero tales fines no se derivan de la propia elaboración normativa,
sino que constituyen un “a priori”. En el terreno de la práctica educativa ningún
educador puede decidir qué hacer sin saber el por qué o para qué se hace.

De la capacidad de la Pedagogía para dar validez científica a sus normas


depende su justificación como ciencia autónoma. Sobre la elaboración de las normas de
la Pedagogía, sólo hay una respuesta acorde con la dimensión científica tecnológica:
mediante la contrastación experimental de las hipótesis de acción, que derivan de los
condicionamientos intervinientes en el proceso educativo. De esta forma liberamos a la
Pedagogía de sus raíces filosóficas. La Pedagogía se valdrá de todos los paradigmas
metodológicos científicos vigentes para validar sus leyes científicas. La creencia que la
posibilidad de elaboración científica de las normas pedagógicas, sitúa a la educación en
el camino del conocimiento científico, con las mismas limitaciones y posibilidades que
puedan tener los estudios de otros fenómenos humanos y sociales.

Una norma pedagógica se fundamenta tanto en una estructura lógica que


inicialmente la justifica, como en una secuencia de acción que sólo puede quedar
validada por la investigación experimental. Tal investigación se realizará al nivel de
generalización que se pretenda, desde la solución de un caso único, hasta la pretensión
de elaborar leyes de aplicación muy amplia; ambos extremos son igualmente aceptables
desde la perspectiva científica, si el método es riguroso.

Centrar el objeto de estudio de la Pedagogía como ciencia en la elaboración de


normas que guíen la consecución de los objetivos educativos, permite también dar
respuesta a objeciones epistemológicas sobre la posibilidad científica de la misma
Pedagogía.

Si se le atribuye como objeto de estudio “el estudio trascendental de la idea de


educación” aparece como una “sabiduría de carácter filosófico” que se nutre de las
restantes ciencias de la educación al tiempo que carece de objeto propio.

Pedagogía general y pedagogía diferencial


Si se admite la elaboración de normas como el objeto de específico de la
Pedagogía, fácilmente se llega a la conclusión que tales normas tendrán diferentes
niveles de aplicación. Es la misma utilidad práctica combinada con la metodología
científica, la que señala el nivel de generalización a que pueden llegar las normas
elaboradas, existe dificultad aún para elaborar un cuerpo científico pedagógico de
carácter universal.

Justificaremos ahora los diversos niveles de la normatividad pedagógica. La


educación es siempre una acción concreta, realizada con sujetos únicos e irrepetibles,
que la convierte por tanto en una tarea diferencial. Es diferencial por naturaleza y por
finalidad, puesto que, tal como aquí se entiende, la educación tendrá como meta la
individualización de la personalidad del educando.

La educación tiene lugar en el contexto social, pero ha de llegar a todos y cada


uno de los sujetos de manera individualizada, potenciando las diferencias individuales
que vienen dadas por la síntesis de la acción herencia-medio. La consecuencia de esta
situación no puede ser otra que la del establecimiento de una normativa pedagógica
diferenciada.
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Aceptada esta conclusión podría argumentarse la imposibilidad de lograr ningún


tipo de generalización normativa, puesto que se trataría de un número infinito de casos.
Entonces la Pedagogía no podría ser nunca una ciencia, sino solamente un arte de la
educación. La respuesta que cabe esgrimir a tal objeción es que existen más aspectos
comunes que diferentes entre los seres humanos, y son tales aspectos comunes los que
permiten ampliar las normativas. También se dan dimensiones diferenciadoras que
agrupan a un buen número de sujetos. Lengua, capacidad mental, intereses, edad, sexo,
profesión, localización geográfica, etc. Y sobre tales características se puede elaborar
una normativa diferenciada a la vez que general para los colectivos que la poseen. Este
es el objeto de la Pedagogía Diferencial. Se puede tener gran amplitud de criterios o
bien inclinarse por lo restrictivo y advertir muy pocas.

Un primer aspecto diferenciador es el ámbito donde acontece el hecho


educativo: familia, escuela y sociedad, lo que dará lugar respectivamente, a la Pedagogía
familiar, escolar y social. La familia es el primer núcleo educador del sujeto. Los padres
aparecen como los principales responsables de la educación, que tendrá, en la dinámica
familiar una singular manera de desarrollarse. Todo lo referente a las relaciones de los
padres entre sí, de estos para con los hijos, de los hijos entre sí, unido a las acciones de
los restantes miembros de la familia son campo de estudio de la Pedagogía Familiar.

Consideraremos, temporalmente y en sentido amplio, escolar, a toda institución


que imparta una educación formal, fuera del ámbito familiar. El objeto de estudio de la
Pedagogía Escolar es la normativa que rige la educación en el seno de las instituciones
escolares de cualquier nivel.

Sería responsabilidad de la Pedagogía Social la normativa pedagógica referida a


la educación que acontece fuera del marco de la institución familiar y de la escuela, o, si
se prefiere, que acontece en la sociedad. Puesto que se trata de normativa pedagógica,
la Pedagogía Social no puede confundirse con la Sociología de la Educación en la
medida que esta es una ciencia descriptivo- explicativa y no prescriptiva.

Un segundo criterio de diferenciación es el personal. La edad, que justifica


claramente una normativa diferenciada, puesto que cada etapa del desarrollo posee
características peculiares. La diferenciación es mayor a medida que avanza la edad en
los sujetos. Se puede incluir una Pedagogía del joven, del adulto y de la tercera edad,
porque la tarea de perfeccionamiento es permanente y para toda la vida.

También se puede considerar la Pedagogía según se considere la aptitud


intelectual. Así se hablará de una Pedagogía para las capacidades diferentes, ya sea para
quienes tienen menos o más capacidades.

Otra rama de la Pedagogía se preocupará de quienes muestren perturbaciones


del comportamiento, como falta adaptación al medio.

Si, partiendo de los aspectos diferenciadores vamos poniendo acento en los


rasgos que son comunes a todos los seres humanos, se advertirá que la normativa
pedagógica diferenciada no se orienta a fines diferentes, del mismo modo que tampoco
puede hablarse de metodologías tan dispares entre sí. Los denominadores comunes que
pueden encontrarse en todas las situaciones educativas permiten hablar del “proceso
educativo” en general o, simplemente, de la Educación, como objeto de reflexión y
estudio científico.

Todo proceso educativo concreto encuentra su marco referencial en el contexto


de los principios generales de la educación. De este modo, se llega a la Pedagogía
general por una vía sintética, de progresiva generalización, esto es, a partir de la
Pedagogía diferencial y, en definitiva, desde la práctica pedagógica.

La connotación de Pedagogía general llevó desde los inicios a considerarla como


el tronco común de las restantes Ciencias de la Educación. Lo que ha de distinguir la
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Pedagogía General de las restantes disciplinas pedagógicas es su objeto formal que, a


su vez, no puede ser otro que la Educación General.

La Pedagogía como arte, como técnica, Como Ciencia y como


Filosofía
Se ha cuestionado si la Pedagogía es sólo un arte, una técnica, una ciencia o es
sólo filosofía. Trataremos de identificar las características de cada una de estas
disciplinas, para luego ver si la Pedagogía las cumple a satisfacción.

a) La Pedagogía como arte: Los atributos o características del arte son variados.
En primer lugar es una actividad, dice el diccionario UTHEA que es el “Acto mediante el
cual, valiéndose de la materia o de lo visible, limita o expresa el hombre lo material o lo
invisible y crea, copiando o fantaseando”. En segundo lugar es un conjunto de reglas, ya
que se lo define también como el “conjunto de preceptos o reglas necesarias para hacer
bien alguna cosa”. En tercer lugar el arte es creación, comprensión y expresión de la
belleza, dice el Diccionario filosófico de Walter Brugger: “El artista es un vidente que
penetra hasta los más íntimos fundamentos de todo ente, hasta las ideas creadoras de
Dios, y un creador que puede expresar su visión en la obra; contemplar y crear son en él
una sola cosa”.
En cualquiera de estos sentidos la pedagogía no puede ser arte, ya que en
principio la hemos definido como ciencia de la educación. Además es una disciplina
eminentemente teórica, mientras que el arte es activo. Si la consideramos conjunto de
leyes y normas, podría acercarse a la naturaleza del arte, aunque se podría ajustar más a
una tecnología. Tampoco se propósito de la pedagogía la expresión de la belleza, esto
sería contrario al quehacer científico que es eminentemente objetivo, mientras el arte
puede gozar de la dualidad de lo subjetivo y lo objetivo, en el sentido de que es la
imaginación y expresión de una individualidad creadora y su obra puede ser
contemplada y gustada por los demás.

Decimos entonces, que la Pedagogía no puede ser arte, aunque sí puede serlo
la disciplina que tiene por objeto realizar la actividad educativa. La Pedagogía tiene por
objeto de estudio la educación; esta sí puede tener las características de una obra de
arte. En efecto, la educación es fundamentalmente activa y práctica, se ajusta a normas y
reglas que constituyen los métodos y procedimientos, y parte de una imagen o
comprensión del mundo, de la vida, del hombre, para crear una criatura humana bella,
que tienda a la perfección. Así cuando la educación es bien concebida y practicada,
también constituye un arte elevado y complicado, una obra creadora donde el maestro
debe hacer uso del amor, inspiración, sabiduría y habilidad.

Luzuriaga dice que la labor del artista y del docente es semejante en cuanto
ambos tienen un objeto real, la materia con que están trabajando; y un objeto ideal, la
figura o imagen que pretenden modelar. Pero existen importantes diferencias: el
docente trabaja con materia viva; necesitará una generación para ver su obra terminada
y quizás no la vea concluida nunca; su tarea debe ser realizada con otras personas,
elementos y situaciones, en donde él es quizás el elemento menos importante; debe
tener mucho cuidado, pues su tarea no puede comenzarse, desarmarse o destruirse y
volver a realizarse si el autor no está conforme con los resultados.

Es indudable que a pesar de las diferencias, el maestro y el artista tienen


muchas cosas en común; ambos deben tener inspiración y entusiasmo, abnegación por
su tarea, amor por su obra, es decir en el caso del docente, por sus alumnos. El maestro
también debe disponer de individualidad, de definición propia, de personalidad, de
estilo, y en esto se diferencia el quehacer artístico del científico; sin embargo, la obra del
artista es para ser contemplada, mientras que la del maestro es para ser vivida.

b) La Pedagogía como técnica: De acuerdo con la definición del diccionario


entendemos por técnica a lo siguiente: 1. Conjunto de procedimientos y recursos de
que se sirve una ciencia o una arte. 2. Pericia o habilidad para usar de esos
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procedimientos y recursos. 3. Aplicación de los conocimientos científicos en una


dirección utilitaria para mejorar las condiciones de la vida humana. 4. Bien cultural, uno
de los sectores diferenciados de la cultura objetiva de un pueblo o de la humanidad. 5.
Dominio acabado de algún territorio cultural, es decir, conocimiento científicamente
fundado.
Desde cualquiera de estos ángulos que se examine la Pedagogía, puede
observarse que participa de la categoría de técnica. En primer lugar es determinante de
un conjunto de procedimientos que constituyen recursos metodológicos para la
realización de la obra educativa. Este conjunto de procedimientos y recursos por sí
solos, sin embargo, no son suficientes para la realización de una buena obra educativa;
es necesario, además, que tales instrumentos sean manejados con pericia para lo cual
se requiere que el docente sea en verdad un técnico de la educación. Ortega y Gasset
dice que se pueden distinguir tres estadios en la evolución de la técnica. 1. la técnica al
azar; 2. la técnica del artesano; 3. la técnica del experto. El docente experto es quien
después de detenido estudio, experimento y reflexión pedagógica, llegan a
posesionarse de las leyes de la enseñanza y el aprendizaje así como de los principios
normativos, llegándose a ser así científico de la educación.

La técnica pedagógica constituye un bien cultural que puede ser transmitido


de una generación a otra de maestros y estar al servicio de la humanidad para que se
elaboren nuevos instrumentos y conocimientos que a su vez significan mayor progreso
cultural.

Varios autores, entre ellos Nassif y Luzuriaga, dicen que la Pedagogía es una
técnica porque trata de acumular un conjunto de procedimientos para realizar el hecho
educativo. En este sentido se considera a la Pedagogía como técnica o tecnología de la
educación.

Respecto de las diferencias entre la técnica y la Pedagogía se pueden señalar


las siguientes: 1. la técnica emplea un material sin alma y la educación se dirige
particularmente a ésta; 2. la técnica es algo mecánico, automático que se aplica
indistintamente a cualquier material, la educación tienen que resolver problemas
individuales; 3. la técnica se refiere sobre todo a la práctica y la Pedagogía es además
una teoría; 4. la técnica se preocupa sólo por lo que hay que hacer, ésta también por el
ser de la educación; 5. la técnica es, ante todo, aplicación, mientras que la educación es,
sobre todo, creación, formación.

c) La Pedagogía como ciencia: Hemos tratado este aspecto en cuanto a las


condiciones de la ciencia en otra parte de este texto. La Pedagogía cumple con las
condiciones que ya hemos mencionado. Tiene un objeto propio que es la educación; se
ciñe a un conjunto de principios que tienden a construir un sistema regulador de sus
fines, fundamentos y procedimientos, y usa los métodos científicos. En esto se
diferencia la ciencia del arte y por ello pretendemos catalogar a la Pedagogía dentro de
las ciencias o de la tecnología más que dentro del arte. Los métodos y procedimientos
de la Pedagogía tienden a la generalización, para construir un sistema. Es este sistema
el que proporciona a la Pedagogía su condición de ciencia.
d) La Pedagogía como filosofía: Es difícil definir de forma definitiva a la
Filosofía. Etimológicamente significa amor a la sabiduría. Es aquel saber humano que,
penetrando hasta la última razón, investiga la realidad total, especialmente el ser y el
deber propios del hombre. Es una ciencia universal que abarca la totalidad de lo real y
penetra hasta las razones últimas.
La disciplina filosófica abarca diversos campos del conocimiento. Entre
éstos tenemos la ontología, o sea la teoría o estudio del ser, del ente; la gnoseología o
teoría del conocimiento, estudia tanto los datos psicológicos sobre la producción y
esencia del conocimiento humano como las investigaciones científicas acerca de su
validez; la teleología o teoría de los fines, que estudia el sentido y destino de los hechos
humanos; la ética o estudio de la moral tiene por objeto el examen y explicación de los
hechos llamados morales; la estética o teoría de la belleza se ocupa del estudio de lo
Instituto San Vicente de Paul -- Profesorado de Enseñanza Primaria -- 1º año
PEDAGOGÍA Prof. Lic. María Gabriela Sandra
Alberton

bello; la lógica o teoría del razonamiento, que trata de las relaciones de los contenidos
del pensamiento en cuanto tales, que pueden ser pensados idénticamente por muchos.

Desde el punto de vista del aspecto teórico, reflexivo, especulativo y


normativo de la Pedagogía, podría tener alguna similitud con la filosofía, pero
adentrando en su análisis se observa que hay marcadas diferencias. La Pedagogía no
trata de la totalidad de la realidad sino únicamente del hecho educativo; bien es cierto
que por que por tratarse de un objeto humano tiene relación con la filosofía que se
ocupa del origen y destino del hombre, pero ésta, además, abarca otras esferas y
categorías de objetos. En cuanto a los campos de la filosofía, se notará que en efecto la
Pedagogía participa de los mismos problemas, aunque en esfera más reducida, pues se
ocupa de un ser de la educación, de una teoría del conocimiento con propósitos de
enseñanza y aprendizaje, de los fines educativos, de la ética y la estética como valores
culturales propios del hombre que han de cultivarse, y de una lógica de pensamiento,
capaz de encauzar y hacer inteligible el razonamiento humano.

Sin embargo existe la diferencia de que la Pedagogía no es propiamente


filosofía, sino que es una parte o derivación y dependencia de ella, como ocurre con las
demás ciencias; se deriva de ella y se apoya en ella para dar fundamento y sentido a la
acción educativa sistemática. La filosofía es más teórica y general, sin dejar de ser
práctica; la pedagogía es más práctica y específica sin dejar de ser problematizadora. La
ciencia es objetiva, no tiene un sentido de finalidad específica, la filosofía es teleológica
y marca la dirección humana de los descubrimientos y hechos científicos. Aunque
debemos reconocer que todo especular también se realiza en el obrar.

Es preciso integrar la teoría científica con la reflexión filosófica.

En síntesis, la Pedagogía no es una ciencia pura, positiva o autónoma, sino


una ciencia social, de la cultura o del espíritu, y como tal recibe la ayuda de las demás
ciencias y trabaja en estrecha relación con muchas de ellas. La Pedagogía no es arte,
aunque sí lo es la educación, por cuanto consiste en un hacer; tiene un conjunto de
reglas, así como el propósito de realizar o alcanzar la belleza, no para su contemplación,
sino para su vivencia plena. La Pedagogía es técnica en cuanto el educador, además de
emplear sus habilidades personales, hace uso de recursos, medios o instrumentos que
se pueden acumular, mejorar y transferir. La Pedagogía es ciencia en cuanto tiene un
objeto propio, hace uso de métodos generales y el resultado de sus estudios y de sus
hallazgos forma un sistema de conocimientos regulado por ciertas leyes. Y por último,
aunque no es exactamente filosofía participa de ella en cuanto es normativa. Dehobre
dice. “Toda concepción de la vida envuelve una doctrina de la educación y toda doctrina
de la educación está basada en una filosofía de vida”

Trabajo Práctico Nº 1
PEDAGOGIA
Actividades
Después de mirar la película “Más allá de la pizarra” y de leer el texto precedente realice
las siguientes actividades:

a) ¿Cuál es el origen del término Pedagogía? ¿Qué cambios ha sufrido su concepto


desde el punto de vista etimológico?
b) ¿Qué condiciones tiene el conocimiento para que sea considerado científico?
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PEDAGOGÍA Prof. Lic. María Gabriela Sandra
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c) La Pedagogía, ¿se considera Ciencia, técnica, arte o filosofía? Arme un cuadro


comparativo que contenga los aspectos a favor y en contra de cada uno de los
fundamentos para cada categoría.
d) ¿Por qué se considera que las ciencias sociales pueden tener entidad de ciencia’
e) ¿Se puede considerar a la Pedagogía como la única Ciencia de la Educación, o
existen muchas Ciencias de la Educación? De ser válida la última afirmación
¿Cuáles son estas otras Ciencias y que relación tienen con la Pedagogía?
f) ¿Qué características considera Ud que muestran aspectos científicos y cuáles
artísticos con respecto al rol del educador y al concepto de educación presentes
en la película?
g) ¿Qué aspectos personales del docente consideraría Ud. como fundamentales
para poder cumplir con la tarea pedagógica que le hayan llamado la atención en
la película?
h) ¿Qué aspectos se dejan al descubierto en la película sobre el compromiso y el
rol docente? ¿Es necesario contar con recursos científicos para abordar la tarea
docente? ¿Qué conclusión se puede obtener de la película?
i) ¿Qué actores están involucrados en la tarea pedagógica?

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