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El obi hoy en día

El obi, al igual que el kimono, puede ser de dos tipos, de tela blanca posteriormente
teñida o de tela confeccionada con hilos de color. Y de nuevo al igual que el kimono,
un obi puede llevar forro o no, siendo de tipo awase en el primer caso o de tipo hitoe en
el segundo (exactamente la misma terminología que para el kimono).

La gran mayoría de los obi producidos hoy en día en Japón provienen del distrito
de Kyoto Nishijin, situado en pleno centro de la ciudad, que desde el siglo XV es el
centro de la industria textil japonesa. Los bordados de alta calidad producidos allí se
conocen como nishiki, que significa «bella combinación de color» y se caracterizan por
el uso de hilos de oro y plata para realizar figuras de flores, pájaros u otros diseños
geométricos tradicionales. Además del obi de tipo nishiki, otro estilo de obi producido
en Nishijin es el tsuzure o tapiz. Estos dos tipos de obi son los más decorados y caros
que existen.

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El obi, por si fuera poco, tiene que ser de un color que encaje con el resto del kimono,
aunque este efecto de encaje puede venir de la mano de colores completamente
diferentes al del kimono, y es que esta prenda resulta una parte importantísima en el
vestido, al cubrir prácticamente todo el abdomen. El patrón o diseño del obi también
tiene que ir en consonancia con el kimono escogido (aunque sean diseños
completamente diferentes). Atarse un obi es también una tarea complicada, casi más
que vestir un kimono, y desde luego, es algo que en muchos casos no puede hacerse
en solitario. Además, para que el obi tenga una apariencia perfecta, muchas mujeres
utilizan accesorios que ayudan a que se vea en perfecto estado, lo que complica aún
más todo el proceso de vestirse.

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