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La Creación y la
Moralidad
El sábado enseñaré…
Enseña a tu clase a:
Hacer: Aprender a vivir una vida de servicio abnegado, especialmente en conexión con
aquellos sobre los cuales ejercemos poder.
Bosquejo de la Lección
Resumen
CICLO DE APRENDIZAJE
Concepto clave para el crecimiento espiritual: Lo que uno cree acerca de los
orígenes, tiene importantes implicaciones morales.
PASO 1: ¡Motiva!
Solo para los maestros: Enfatiza que una creencia en la Creación como está descrita en
Génesis 1, establece los fundamentos para una clase definidamente diferente de
moralidad que la moral implicada por el evolucionismo.
Desde que Carlos Darwin publicó su tratado sobre la evolución, ha habido agitación
sobre si ésta tiene implicaciones morales. En general, se ha hecho poco trabajo erudito
para responder a esta pregunta, pero ha habido mucha agitación a nivel popular
pretendiendo que el darvinismo es tóxico para la moralidad y la ética judeocristiana.
Desde 1950, un grupo pequeño pero creciente de pensadores entrenados han estudiado
este tema de cómo la teoría de la evolución impactaría la ética tradicional.
Julián Huxley alegó que la moralidad misma es un producto de la evolución y, por ello,
“cualquier norma de bien o de mal, de algún modo, debe estar relacionada con el
movimiento de ese proceso {evolución] con el correr del tiempo”.–T. H. Huxley y
Julián Huxley, Touchstone for Ethics: 1893-1943, p. 131. Este argumento muestra que
la cosmovisión evolucionista favorece el relativismo en la moral. Esta observación, sin
embargo, es solo el comienzo del impacto del evolucionismo sobre la moralidad. En el
siguiente paso del Ciclo de Aprendizaje contrastaremos las diferencias en las
implicaciones morales entre Génesis 1 y la teoría de Darwin.
Actividad inicial para analizar: Si uno tomara los principios éticos de Génesis 1 o el
evolucionismo con seriedad, ¿cómo podría conducirse un creacionista en forma
diferente de un evolucionista?
PASO 2: ¡Explora!
Solo para los maestros: La creación suministra elementos fundamentales para la
moralidad cristiana, especialmente para el concepto de santidad y dignidad de la
persona humana.
La Creación introduce una ética de valor personal que nos llama a servir en vez de
explotar a quienes tienen menos poder que nosotros, sean humanos o animales.
Comentario de la Biblia
El cristianismo tiene una larga tradición de igualar la imagen de Dios con el poder de la
razón. Un desafío a esto proviene del evolucionista James Rachels, quien alega que la
razón debe haber evolucionado en pequeños aumentos y por eso no es peculiar de la
humanidad.
Meramente tenemos más, y por ello es solo cuantitativamente diferente de los animales.
Sin embargo, parece claro que se puede ofrecer una opción mejor que la razón sola.
Otro evolucionista, Robert Wright, reconoce que los humanos son singulares en
naturaleza, porque solo los humanos poseen un sentido moral. Wright parece tener un
punto: nuestro sentido moral es en realidad singular y no obstante refleja el sentido
moral de Dios. Por ello, tener un sentido moral parecería constituir una idea central de
ser hecho a la imagen de Dios, especialmente cuanto esta idea se vincula con el
dominio.
Considera: Si decimos que Dios creó por medio de procesos evolucionistas, ¿cómo
podría este concepto alterar los fundamentos de nuestra manera de considerar la
dignidad y la valía de los humanos?
PASO 3: ¡Aplica!
Solo para los maestros: Lo que creamos acerca de los orígenes impacta la forma en la
que hacemos decisiones ahora. La Creación demanda un servicio que se da (o se vacía)
a sí mismo, mientras el evolucionismo nos demanda un servicio de adecuarse para
sobrevivir. Las siguientes preguntas tienen la intención de indagar en estas diferencias.
Preguntas:
Si una persona vive en forma consistente los principios de Génesis 1, o del
evolucionismo, ¿cómo podría el creacionista conducirse en forma diferente del
evolucionista:
PASO 4: ¡Crea!
Solo para los maestros: Esta actividad toma las preguntas anteriores y las personaliza.
Anima a cada estudiante a pensar en el significado de estos problemas para su estilo de
vida actual. Usa la siguiente actividad para estimular la introspección personal, aun si
las respuestas no sean compartidas con la clase.
Actividad para el análisis: ¿Cómo puedo ser más orientado hacia la creación, viviendo
una vida de entrega en servicio y bendición hacia otros?
1. ¿En mi hogar?
2. ¿En mi vida profesional?
3. ¿En mi comunidad?
Lección 5: -La Creación y la moralidad –
Para el 2 de febrero de 2013 – Edicion
Adultos
by admin on January 26, 2013
Sábado 26 de enero
Lee Para el Estudio de esta Semana: Génesis 2:16, 17; Génesis 1:26-28; Santiago
3:9; Hechos 17:26; Proverbios 14:31; Mateo 5:44-48; Apocalipsis 20:11-13.
Para Memorizar: “Y mandó Jehová Dios al hombre diciendo: De todo árbol del
huerto podrás comer; mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque
el día que de él comieres, ciertamente morirás” (Gén. 2:16, 17).
A la gente le gusta hablar de los “derechos humanos”. Desde la Carta Magna (1215) a la
Declaración Francesa de los Derechos del Hombre (1789) a diversas declaraciones de
las Naciones Unidas, se promovió la idea de que los seres humanos poseen ciertos
“derechos inalienables”, derechos que nadie puede quitar de nosotros. Son nuestros
porque somos seres humanos (por lo menos, eso es lo que dice la teoría).
Queda la pregunta: ¿Cuáles son esos derechos? ¿Cómo determinamos cuáles son?
¿Pueden cambiar esos derechos, y si es así, cómo? ¿Por qué nosotros, como humanos,
tenemos esos derechos?
En algunos países, por ejemplo, a las mujeres no se les dio el “derecho” a votar hasta el
siglo veinte (algunas naciones todavía se lo niegan). Entonces, ¿cómo puede un
gobierno otorgar a las personas algo que, para comenzar, es su “derecho inalienable”?
Son preguntas difíciles, y sus respuestas están inseparablemente vinculadas a la
pregunta de los orígenes humanos, el estudio de esta semana.
Génesis 2:7 pinta a Dios creando a Adán en forma individual, y lo representa como un
ser moral e inteligente y no como un animal. El texto no lo dice, pero podemos imaginar
a Dios usando sus manos para formar del polvo la forma y tamaño que él quería darle.
Uno podría pensar que el Soberano del universo no se agacharía ni se ensuciaría las
manos para hacer al hombre, pero la Biblia revela al Creador como íntimamente
vinculado con la Creación. La Biblia registra muchas ocasiones cuando Dios,
voluntariamente, inter actuó con la creación material. Los ejemplos incluyen Éxodo
32:15, 16; Lucas 4:40; y Juan 9:6. De hecho, la encarnación de Cristo mismo en la
humanidad, en carne humana, donde día tras día inter actuaba con el mundo creado en
forma similar a como lo hacemos nosotros, refuta la idea de que Dios no se inclinaría a
“ensuciarse las manos” entre la humanidad.
Lee Génesis 2:16, 17. ¿Qué mandato le dio Dios a Adán? ¿Qué se implica en esta
orden?
Podemos preguntar, ¿Qué derecho tenía Dios de establecer reglas para Adán y Eva?
Compara esta situación con la de un niño en una familia. Los padres del niño le
proporcionan un hogar y todas las necesidades de la vida. Aman al niño, y piensan en
los mejores intereses de él. Su mayor experiencia y sabiduría pueden ahorrarle al niño
mucha miseria si ese niño acepta la conducción de ellos. Algunos niños encuentran
difícil esa conducción, pero se reconoce universalmente que mientras el niño depende
de sus padres para sus necesidades, está obligado a aceptar las reglas de los padres. Del
mismo modo, por cuanto dependemos de nuestro Padre celestial para la vida y sus
necesidades, es apropiado que aceptemos la conducción de Dios. Por cuanto Dios es
amor, podemos confiar en que siempre proveerá lo que necesitamos para nuestro propio
bien.
Lee Salmo 95:6 y 7, y el Salmo 100. ¿Cómo expresa el salmista nuestra dependencia de
Dios? ¿Qué obligaciones pone sobre ti en forma automática esa dependencia,
especialmente con respecto a la forma en que tratamos a otros?
Lunes 28 de enero:
A la imagen de Dios
Lee Génesis 1:26 al 28. ¿Qué atributo especial se les dio a los humanos que no se les
dio a los animales?
¿Qué es, exactamente, la “imagen de Dios”? Este tema ha sido muy debatido, y las
opiniones varían. Pero los versículos dan algunas pistas acerca de la naturaleza de la
idea. Primero, nota que ser hechos a la imagen de Dios implica que nos parecemos a
Dios de algunas maneras. Un aspecto importante de la imagen de Dios es que Dios dio a
los humanos el dominio sobre las otras criaturas. Como Dios es soberano, ha querido
que los humanos compartan esa soberanía.
Nota también, que Dios tenía el propósito de hacer al hombre a “nuestra imagen”, es
decir, una imagen que involucraba la pluralidad de la Deidad. Entonces hizo a los
humanos masculinos y femeninos. La imagen de Dios no está plenamente expresada en
una persona sino en una relación. Así como la Deidad se manifiesta en tres Personas
que están en relación, entonces la imagen se expresa en relaciones de hombre y mujer.
Esa capacidad es parte de la imagen de Dios. Por supuesto, las relaciones implican
responsabilidades y la obligación de dar cuenta de ellas, lo que significa moralidad. Por
eso, aquí se nos da un indicio de cómo la moralidad encuentra su base en la historia de
la Creación.
Lee Génesis 9:6 y Santiago 3:9. ¿Cómo se vincula la idea de que los seres humanos
fueron hechos a la “imagen de Dios” con el concepto de moralidad?
Los humanos han luchado durante milenios con la cuestión de la moralidad. Aun antes
de hablar de qué es la clase correcta de moralidad, la idea de moralidad misma plantea
varios problemas profundos. ¿Por qué los humanos, a diferencia de los insectos, y aun
de los chimpancés, tienen una consciencia moral, un concepto que distingue entre el
bien y el mal? ¿Cómo pueden los humanos, hechos esencialmente de materia amoral
(quarks, protones, electrones, etc.), captar los conceptos morales? La respuesta puede
encontrarse en los primeros capítulos de la Biblia, que revelan a los humanos como
criaturas morales hechas “a la imagen de Dios”.
Martes 29 de enero:
Lee Hechos 17:26. ¿Cómo vincula Pablo la hermandad de toda la humanidad con la
creación? Compara con Mat. 23:9.
Estamos unidos pues descendemos de una mujer, Eva, y de un hombre, Adán. Y Dios es
el Padre de todos nosotros. Este hecho es la base de la igualdad humana. Piensa cuán
diferentes serían las relaciones humanas si todos reconocieran esta verdad. Si alguna
vez necesitáramos una prueba de cuánto daño nos ha hecho el pecado, está en el hecho
de que los humanos a veces nos tratamos peor que algunas personas tratan a los
animales.
Lee Proverbios 14:31 y 22:2. ¿Cómo estos textos nos ayudan a comprender el vínculo
entre la moralidad y el hecho de que somos creados por Dios?
Miércoles 30 de enero:
Lee Mateo 5:44 al 48. ¿Qué revelan estos versículos no solo acerca del carácter de Dios
sino también acerca de cómo debemos reflejar su carácter en nuestras propias vidas?
Lee Lucas 10:29 al 37. Otra vez, ¿qué nos revela esto acerca del carácter de Dios y
cómo debería estar reflejado en la humanidad? Ver también Fil. 2:1-8.
La historia que contó Jesús involucraba a dos hombres de diferentes grupos de personas,
grupos que eran hostiles entre sí. Pero Jesús les mostró que eran prójimos. Cada uno
estaba dentro de la esfera de responsabilidad del otro, y Dios se agrada cuando sus
diferencias son puestas a un lado y uno trata al otro con bondad y compasión.
Qué contraste se ve entre los principios del reino de Dios y los principios del gobierno
de Satanás. Dios llama a los fuertes que se preocupen por los débiles, mientras que los
principios de Satanás plantean que los fuertes eliminen a los débiles. Dios creó un
mundo de relaciones pacíficas, pero Satanás lo ha distorsionado tan completamente que
muchos consideran la supervivencia de los más aptos como la norma corriente de
conducta. Si el proceso perverso de la selección natural (en el que los fuertes dominan a
los débiles) fuera el medio por el cual llegamos a la existencia, ¿por qué deberíamos
hacer algo diferente? Si aceptamos esa idea, no estamos siguiendo a Dios, y los dictados
de la naturaleza como él los ordenó, sino estamos procurando nuestros propios intereses
a expensas de los menos “seleccionados por la naturaleza”.
¿En qué otras formas puedes ver cómo una comprensión de nuestros orígenes puede
impactar nuestros conceptos morales?
Jueves 31 de enero:
Moralidad y responsabilidad
En una lección anterior, consideramos el sermón de Pablo a los atenienses (Hech.
17:16-31). Siguiendo con el razonamiento que usó, notemos no sólo dónde comenzó
sino dónde terminó. ¿Por qué es importante la conclusión a la que llegó, especialmente
con respecto al tema de los orígenes y la moralidad?
El sermón de Pablo a los atenienses comenzó con la Creación y terminó con el juicio.
De acuerdo con Pablo, el Dios que hizo el mundo y todo lo que hay en él fijó un día en
el que ha de juzgar al mundo. Estar dotados de moralidad implica responsabilidad, y
cada uno de nosotros será responsable por nuestras acciones y nuestras palabras (ver
Ecl. 12:14; Mat. 12:36, 37).
Lee Apocalipsis 20:11 al 13, y Mateo 25:31 al 40. ¿Qué se enseña claramente en estos
textos que está ligado directamente con la moralidad?
Todos los que hayan vivido se reunirán en la presencia de Dios para enfrentar el juicio.
La diferencia entre los dos grupos de la parábola de Jesús es cómo cada persona trató a
los que tenían necesidad. El Creador está interesado en cómo se tratan entre sí sus
criaturas, especialmente los que están en necesidad. No hay lugar en el cielo para el
principio de la selección natural; es contrario al carácter del Dios de paz.
Si la Biblia enseña algo, es que la justicia que tanta falta hace en este mundo, un día será
devuelta por Dios mismo. Más aún, toda la idea del juicio implica un orden moral: ¿por
qué juzgaría Dios, y mucho menos, castigaría, si no hubiera normas morales con las
cuales medir a las personas?
Viernes 1 de febrero
Para Estudiar y Meditar:
De acuerdo con las Escrituras, Adán fue el primer hombre, y fue creado del polvo por
Dios. Por eso el origen de la moralidad se funda en el origen de Adán. Los conceptos
bíblicos de moralidad son inseparables de los conceptos bíblicos de los orígenes.
Primera, los fósiles similares al hombre podrían ser formas de humanos con
inteligencias normales pero con modelos de crecimiento diferentes de los humanos
actuales. Una segunda posibilidad es que los fósiles puedan haberse degenerado, debido
a su propio estilo de vida o el estrés ambiental u otros factores. Una tercera posibilidad
es que pueden ser el resultado de intentos directos de Satanás de corromper la Creación
de modos que no entendemos. Otra posibilidad es que no fueron humanos sino animales
con una morfología similar. Como no tenemos evidencia directa para resolver la
cuestión, es mejor evitar ser dogmáticos en nuestras especulaciones. Los fósiles no
vienen con etiquetas que digan: “Hecho en China hace 500 millones de años”. Nuestra
comprensión de la historia de la tierra, que varía mucho entre los científicos,
proporciona un marco de referencia dentro del cual interpretamos los fósiles, pero no
tenemos pruebas para nuestras interpretaciones.
El hombre moral
Los seres humanos somos singulares. Mientras los animales a menudo nos sorprenden
por lo que pueden hacer, solo los humanos tenemos un lenguaje complejo, podemos
pensar en abstracto y tenemos libre albedrío. Sin embargo, la diferencia más im-portante
entre la humanidad y los animales es que solo los humanos podemos adorar al Creador.
La gente ha sugerido varias razones -que varían desde el azar hasta el propósito divino-
en cuanto a la singulari-dad que caracteriza a los humanos. Esto es un tema importante,
porque la forma en que nos vemos a nosotros mismos afecta la manera en que nos
conducimos; y esto afecta nuestro bienestar, tanto individualmente como en cuanto
sociedades.
El concepto bíblico de la naturaleza humana difiere radicalmente de conceptos basados
en el naturalismo de la teoría evolucionista y las re-ligiones panteístas. La historia de la
creación de Adán y de Eva en Gé-nesis 1 y 2 está plena de propósito, y esto brinda a
nuestras vidas una riqueza de significado que no es inherente a los otros conceptos. Nos
proporciona información vital para comprender nuestro lugar en el universo.
La historia de la Creación nos dice que Dios concibió a los humanos intencionalmente.
1 No existimos por la suerte o por un accidente. La forma en que Dios creó a los seres
humanos revela el valor que él con-sidera que tenemos: él creó a Adán y a Eva personal
e individualmente, primero a Adán y luego a Eva; formó a Adán del polvo de la tierra, y
luego “construyó” a Eva a partir de una de las costillas de Adán (Géne-sis 2:7, 21, 22).
Una personalidad individual es un aspecto importante de la naturaleza humana.
Dios formó a los seres humanos a su propia imagen, lo que significa otro indicador de
su consideración hacia nosotros. Luego, les otorgó el “dominio” sobre las demás
criaturas, confiándolas a su cuidado. Todos estos aspectos de la narración bíblica son
indicadores de la considera-ción especial de Dios por la humanidad que él creó. 2
Los humanos compartimos algunas semejanzas con los animales. Ambos son descritos
como “seres vivientes” (néfesh hayyáh> Génesis 1:24; 2:7); hechos del polvo (Génesis
2:7,19); y con “aliento de vida” (Génesis 6:17; 7:22). Ambos tienen sangre, que
representa la vida (Gé-nesis 9:4, 5). Pero hay una enorme distinción entre los humanos
y los animales: solo la humanidad fue hecha a la imagen de Dios.
Los humanos son variados. Diferimos en lo físico y, más importante aún, en idioma y
cultura. Dadas esas diferencias, tendemos a compa-rarnos con otros y a clasificar a los
demás como inferiores o superiores. Esto es totalmente artificial. En realidad, todos
somos descendientes de los mismos padres: Adán y Eva. Adán le dio su nombre a Eva,
que sig-nifica “Dadora de vida”, porque ella es la madre de todos los humanos (Génesis
3:20).
Muchas personas se preguntan si las diferencias entre los humanos modernos podrían
haber surgido en el corto lapso entre nuestro tiempo y la Creación. Durante cierto
tiempo, los biólogos creyeron que los hu-manos y otras especies cambiaban muy
lentamente. Más recientemente, se ha descubierto que una especie puede cambiar muy
rápidamente, en el transcurso de unas pocas generaciones. 12
Varios agentes afectan la tasa del cambio. Un factor es el grado de aislamiento. En los
humanos, el aislamiento puede ser geográfico -debido a la distancia- o puede ser
conductual, debido al lenguaje o a di-ferencias culturales. Hasta no hace mucho tiempo,
la mayoría de los humanos permanecían cerca de donde habían nacido y se casaban den-
tro de su grupo cultural. Esta práctica tiende a la endogamia, y natu-ralmente resulta en
la divergencia entre poblaciones aisladas, sean hu-manas o de cualquier otra especie.
Con el tiempo, las diferencias se acumulan y finalmente producen variedades distintas o
razas. Los hu-manos están sujetos a estos procesos mientras permanezcan en grupos que
están asilados unos de otros por la distancia o el idioma. Así, aun-que no tenemos
registros históricos del desarrollo de las razas huma-nas, sabemos ahora que tales
cambios no requieren de grandes perío-dos para desarrollarse; de hecho, las diferencias
entre los humanos son superficiales, comparadas con las de otras especies. Un 93 por
ciento de nuestra composición genética se encuentra en todas las razas; las dife-rencias
que distinguen a las razas son menores, y comprenden solo un 7 por ciento de nuestros
genes. 13
La unidad de la humanidad proporciona una base lógica para el re-conocimiento de que
todos los humanos llevan la imagen de Dios. Ver- (laderamente somos todos “de una
sangre” (Hechos 17:26). No hay ba-se para que ningún grupo humano crea que es
superior a cualquier otro grupo. En el pasado distante, se decía que los hombres judíos
da-ban gracias a Dios porque no eran gentiles, esclavos o mujeres. El após-tol Pablo
criticó implícitamente esta oración, al señalar que ninguno tiene un favor especial con
Dios (Gálatas 3:28). La salvación está dispo-nible sobre la misma base tanto para judíos
como para gentiles, escla-vos como libres, hombres o mujeres. La parábola de Jesús del
Buen Samaritano (Lucas 10:25-37) presenta el mismo punto: todos los seres humanos
son dignos de respeto y de bondad.
La Creación y la moralidad
La moralidad y el Creador
Referencias
1 Esto está implícito en la declaración “Hagamos al hombre [...]” (Génesis 1:26).
2 Jesús afirmó esto en Mateo 10:29 al 31; y Lucas 12:6 y 7.
3 En hebreo, tselem, refiriéndose al parecido exterior (Génesis 1:26).
4 En hebreo, demúth, refiriéndose al parecido interior (R. M. Davidson, comunicación
personal, 2012).
1 5 Por ejemplo, Clines, D. J. A. “The Image of God in Man,” Tyndale Bulletin
(1968), pp. 53-103; Feinberg, C. L. “The Image of God”, Bibliotheca Sacra 129 (1972),
pp. 235-245; Moreland, J. P., The Recalcitrant Imago Dei (Londres: SCM Press, 2009).
6 Ver el capítulo 9 de este libro, para un mayor análisis sobre el matrimonio.
7 Ver el capítulo 10 de este libro.
8 Ver el capítulo 11 de este libro.
9 Agustín, City of God; Aquino, Summa Theologica;
http://michaelbrennen.com(wordpress/wp-content/uploads/2008/10/